La reconquista del reino de Granada se
fraguó lentamente, a pesar de ser el último reducto musulmán que
quedaba en la Península Ibérica. Poco a poco fueron cayendo las
principales plazas que rodeaban a la capital hasta que, por fin, le
tocó el turno a la ciudad de la Alhambra. En Aragón, la guerra
granadina tuvo su reflejo, pues no en vano Fernando II el Católico
fue partícipe directo en estos últimos instantes.
fraguó lentamente, a pesar de ser el último reducto musulmán que
quedaba en la Península Ibérica. Poco a poco fueron cayendo las
principales plazas que rodeaban a la capital hasta que, por fin, le
tocó el turno a la ciudad de la Alhambra. En Aragón, la guerra
granadina tuvo su reflejo, pues no en vano Fernando II el Católico
fue partícipe directo en estos últimos instantes.
Cuenta la tradición que don Fernando
se hallaba en Zaragoza acabando de realizar los preparativos que le
llevarían a acometer el último asalto a la ciudad granadina, cuyas
huertas y alrededores estaban ya en manos de los cristianos. Cuando
tuvo todo organizado, partió con su séquito desde Zaragoza —donde había rendido una de
sus escasas visitas a la ciudad— y, como era habitual, siguió la
ruta natural del río Jalón para encaminarse hacia la Meseta.
Estaban previstas las etapas a realizar por la comitiva, una de las
cuales les llevó a levantar su campamento para pernoctar en
Castejón, población cercana a Ateca, ya casi en los confines del
reino de Aragón, aunque el rey pasó la noche en su castillo.
se hallaba en Zaragoza acabando de realizar los preparativos que le
llevarían a acometer el último asalto a la ciudad granadina, cuyas
huertas y alrededores estaban ya en manos de los cristianos. Cuando
tuvo todo organizado, partió con su séquito desde Zaragoza —donde había rendido una de
sus escasas visitas a la ciudad— y, como era habitual, siguió la
ruta natural del río Jalón para encaminarse hacia la Meseta.
Estaban previstas las etapas a realizar por la comitiva, una de las
cuales les llevó a levantar su campamento para pernoctar en
Castejón, población cercana a Ateca, ya casi en los confines del
reino de Aragón, aunque el rey pasó la noche en su castillo.
A la mañana siguiente, Fernando II
asistió a la celebración de la Misa, y antes de abandonar tierras
aragonesas, manifestó su deseo de ser armado ante la imagen de
Nuestra Señora del Cerro, venerada en una pequeña ermita de esa
localidad. El ceremonial fue muy sencillo por deseo expreso del
monarca y en medio de un gran silencio se consagró ante sus
capitanes y guerreros como caballero de María, a la que solicitó
piadosamente su intercesión y ayuda para la guerra final que iba a
emprender.
asistió a la celebración de la Misa, y antes de abandonar tierras
aragonesas, manifestó su deseo de ser armado ante la imagen de
Nuestra Señora del Cerro, venerada en una pequeña ermita de esa
localidad. El ceremonial fue muy sencillo por deseo expreso del
monarca y en medio de un gran silencio se consagró ante sus
capitanes y guerreros como caballero de María, a la que solicitó
piadosamente su intercesión y ayuda para la guerra final que iba a
emprender.
Pasó el tiempo, los Reyes Católicos
reconquistaron Granada y Fernando II, victorioso, se vio precisado a
volver a Aragón, haciéndolo una vez más por la ruta del Jalón. Al
pasar de nuevo por Castejón —pueblo denominado desde entonces
Castejón de las Armas por haberse armado caballero de María en él—
se detuvo media jornada y ordenó —en recuerdo y agradecimiento de
la ayuda divina recibida— no sólo construir una capilla dedicada a
la Purísima Concepción, sino también la colocación de los escudos
de Aragón y Castilla en el altar de la imagen de la virgen del
Cerro, su valedora en la batalla. Hecho todo esto, prosiguió viaje a
Zaragoza.
reconquistaron Granada y Fernando II, victorioso, se vio precisado a
volver a Aragón, haciéndolo una vez más por la ruta del Jalón. Al
pasar de nuevo por Castejón —pueblo denominado desde entonces
Castejón de las Armas por haberse armado caballero de María en él—
se detuvo media jornada y ordenó —en recuerdo y agradecimiento de
la ayuda divina recibida— no sólo construir una capilla dedicada a
la Purísima Concepción, sino también la colocación de los escudos
de Aragón y Castilla en el altar de la imagen de la virgen del
Cerro, su valedora en la batalla. Hecho todo esto, prosiguió viaje a
Zaragoza.
Castejón de las Armas es un municipio de España, en la provincia de Zaragoza, comunidad autónoma de Aragón. Tiene un área de 16,09 km² con una población de 87 habitantes (INE 2017) y una densidad de 5,41 hab/km². A nivel eclesiástico está dentro del Arciprestazgo del Alto Jalón.
El municipio está situado en la Comarca de Calatayud a 103 km de Zaragoza, a una altitud de 660 metros. Se encuentra asentado en las proximidades de las confluencias de los ríos Piedra y Jalón, lo que le confiere un bello paisaje formado por las vegas de ambos ríos. Parte de su término municipal está protegido dentro de la red Red Natura 2000 con la denominación de Riberas del Jalón (Bubierca-Ateca), que comprende una franja entre Bubierca y Ateca de la ribera del río Jalón.
Originariamente se denominaba Castejón de Ateca, en el siglo XVI paso a llamarse con su actual denominación.
Castejón de las Armas, le viene dado por la fábrica de armas blancas de muy buen temple, la fabricación de estas existía ya en 1495, todavía en el siglo XVI se fabricaban espadas famosas en la comarca; y dónde, cuenta la leyenda, que el Rey Fernando II el Católico, Rey de Aragón y de Castilla, en una de sus batallas, y a petición de su deseo, fue armado ante la imagen de Nuestra Señora del Cerro. Al terminar la conquista de Granada, volvió a este lugar, y en agradecimiento a las victorias conseguidas y a la ayuda divina recibida, orden construir la capilla dedicada a la Purísima Concepción y a colocar los escudos de Aragón y Castilla en el altar de la imagen de la Virgen del Cerro.
Los monumentos y sitios destacados en la población son varios como la Iglesia de El Salvador de 1280 de estilo gótico, destacando en su interior dos retablos barrocos en madera, y una talla también en madera que representa a la Virgen , de 123 centímetros de altura;
La Ermita de la Virgen del Cerro, que data del siglo XV aunque el edificio actual de estilo colonial fecha del siglo XVII; Restos de El castillo medieval del siglo XIV dónde cuentan que el Rey Fernando II paso una noche; El Río Piedra, famoso por sus truchas y la vegetación a lo largo de su cauce, atraviesa el pueblo dividiéndolo en dos; Las Fuentes de su localidad; La Chichulana lugar emblemático por sus vistas. Es el punto más alto del pueblo, desde dónde se divisa gran parte de la comarca, se puede llegar caminando desde el pueblo disfrutando de la naturaleza; Santorcal es una antigua casa de labranza a la que se llega después de recorrer la vega del Río Piedra, andando o en bicicleta, disfrutando de su bella vegetación; La fábrica de papel actividad económica destacable del pasado en la que se fabricaba con dos tinas y papel florete que se llevaba a Madrid, la fábrica funcionó hasta los años veinte del siglo pasado. Actualmente es una vivienda particular.
La Ermita de la Virgen del Cerro, que data del siglo XV aunque el edificio actual de estilo colonial fecha del siglo XVII; Restos de El castillo medieval del siglo XIV dónde cuentan que el Rey Fernando II paso una noche; El Río Piedra, famoso por sus truchas y la vegetación a lo largo de su cauce, atraviesa el pueblo dividiéndolo en dos; Las Fuentes de su localidad; La Chichulana lugar emblemático por sus vistas. Es el punto más alto del pueblo, desde dónde se divisa gran parte de la comarca, se puede llegar caminando desde el pueblo disfrutando de la naturaleza; Santorcal es una antigua casa de labranza a la que se llega después de recorrer la vega del Río Piedra, andando o en bicicleta, disfrutando de su bella vegetación; La fábrica de papel actividad económica destacable del pasado en la que se fabricaba con dos tinas y papel florete que se llevaba a Madrid, la fábrica funcionó hasta los años veinte del siglo pasado. Actualmente es una vivienda particular.