con evidente orgullo el portentoso suceso llamado del Humilladero,
favor que hizo Dios a los hijos cristianos de la villa, sin duda por
la intercesión de su amada virgen del Pilar, para librarlos de las
crueldades moras, según reza la leyenda.
de cristianos que permaneció en Calanda durante la larga dominación
de los moros procuró mantener y alentar una constante resistencia
activa frente a las autoridades musulmanas, de modo que no puede
extrañar la actitud contraria de estos mozárabes a satisfacer el
tributo personal impuesto por los gobernantes de la villa puesto que
ellos se consideraban descendientes directos de los fundadores del
poblado.
situación había alcanzado límites alarmantes, de manera que, para
acabar con aquella insistente resistencia de los cristianos
calandinos, un numeroso grupo de jinetes moros se dirigió a las
cercanías de la puerta llamada de Valencia, una de las entradas del
barrio mozárabe, para tratar de ejecutar la condena de exterminio
total de los cristianos que acababa de dictar y firmar el rey
musulmán de Sarakusta, de quien dependía en última instancia la
población.
moros que tenía que ejecutar la sentencia y se encaminó hacia el
portal de Valencia, en cuyos muros, dentro de una pequeña hornacina,
podía verse una imagen de la virgen del Pilar, a la que invocaban
todos los vecinos cristianos pidiéndole amparo y protección frente
a sus enemigos de religión.
jinetes moros —constituidos en verdugos para la ocasión— caían
uno tras otro de forma estrepitosa y hasta grotesca al suelo, pues,
de manera repentina e inesperada, los caballos humillaban sus patas
delanteras ante la sagrada imagen, originando la forzosa
descabalgadura.
hecho para el cual no encontraban explicación lógica, las
autoridades moras decidieron posponer la aplicación de una sentencia
que nunca se llevó a efecto, pues la población sería liberada poco
después. Lo cierto es que desde entonces la imagen de la puerta de
Valencia fue aclamada y cantada con generales himnos y llamada, en
adelante, Nuestra Señora del Humilladero.
Calanda…», BHGBA, I-II (1-XI-1909), 24.]
Foto de José Antonio Bielsa |
Su nombre actual se deriva del poblado celtíbero que se asentó sobre la población con el nombre de “Kolenda“.
Importante huella han dejado los distintos pueblos que habitaron las tierras de Calanda: además de los celtíberos, por aquí pasaron romanos, visigodos y árabes; el origen de la afición a tocar tambores y bombos viene de la época de las luchas con los árabes (siglo XII), ya que sirvieron para avisar de los ataques de éstos; posteriormente se utilizó como instrumento de celebraciones.
Con la invasión árabe se formó un núcleo de población alrededor de un castillo hoy desaparecido, separando la población cristiana de la mora.
La reconquista de Calanda tendría lugar en 1119 por Alfonso I El Batallador; pero la reconquista definitiva no se producirá hasta el bienio 1169-1170, bajo el reinado de Alfonso II.
Sin embargo, y pese a sus remotos orígenes, la fundación de la Calanda que llegaría a ser la actual tuvo lugar en 1360 con la concesión a la villa de su Carta de Puebla, quedando bajo el emblema de la Orden de Calatrava.
Los últimos moriscos de Calanda abandonaron ésta hacia 1610, dada la difícil convivencia entre cristianos y árabes.
El milagro de Calanda:
El 29 de marzo de 1640, cuenta la leyenda que tuvo lugar en Calanda uno de los acontecimientos más singulares en la historia de la villa: el milagro obrado por la Virgen del Pilar, entre las diez y las once de la noche, en la persona de Miguel Pellicer, quien recuperó por intervención de la Virgen la pierna que le había sido amputada dos años y cinco meses antes.
El 2 de abril, cinco días después del milagro, Miguel Andreu, notario de Mazaleón, levantó acta notarial de “tan impresionante hecho”. El acta original, con todo el protocolo de 1640, se conserva en el Archivo del Ayuntamiento de Zaragoza.
El 25 de abril, Miguel Juan y sus padres llegaron a Zaragoza para dar gracias a la Virgen del Pilar. El Cabildo de Zaragoza remitió al Conde-Duque de Olivares la información del hecho para que, a su vez, la pusiera en conocimiento del rey Felipe IV.
Declararon en dicho proceso facultativos y sanitarios (5 personas), entre ellos el cirujano que le amputó la pierna, familiares y vecinos (5 personas), autoridades locales (4 personas), autoridades eclesiásticas (4 personas) y personajes diversos (6 personas, destacando a dos mesoneros de Samper de Calanda y de Zaragoza). La archidiócesis aragonesa reconoció el hecho como milagro el 27 de abril de 1641.
Vittorio Messori dedica el libro Il Miracolo (2008, Mondadori) al milagro de Calanda y a rebatir las criticas a su veracidad.
Títulos:
Antiquísima: Concedido desde tiempos remotos.
Muy Leal: Concedido por el rey Jaime I en el año 1239.
Fiel: Concedido por el rey Pedro IV el Ceremonioso.
Fidelísima: Concedido por el rey Felipe V en el año 1717, concediéndole también para su escudo un león y una flor de lis.
Nombres de Calanda a través de los tiempos:
Año Durante la dominación… Desde… Nombre
c. 332-409 …romana Constantino Colenda
c. 428-572 …visigoda hasta el reinado de Leovigildo Colenda
c. 572-711 …visigoda (hasta la invasión de los árabes) Leovigildo Calenda
c. 967-1119 …árabe-cristiana hasta la toma de la villa a los moros por Alfonso I Calanda