En que se describe el condado de
Urgel.
En la región de estos pueblos Ilergetes, y a los
extremos de ella y a las partes más cercanas al río Segre, está
situado este condado, cuyos fines y límites a los principios fueron
estrechos y solo ocupaban los montes más ásperos de él, que son
los que están junto a la Seo de Urgel y confinan con el reino de
Francia, tierra áspera, fragosa e inaccesible; pero después, a sus
tiempos, por el valor y esfuerzo de los condes y de sus mismos
vasallos, se fue dilatando y extendiendo por las orillas del Segre
hasta llegar al Ebro, y por las orillas y tierra mediterránea de las
dos Nogueras, Pallaresa y Ribagorzana, subiendo hasta el vizcondado y
valle de Áger, y discurriendo desde la Seo de Urgel hasta
Agramunt, y de aquí a Bellpuig y de Bellpuig a Lérida, que también
fue de su condado; y comprende dentro de sí las riberas de Sió y
Bragos, ríos que traviesan esta tierra y fertilizan con su riego
muchos pueblos y tierras que están en sus riberas. Confina con la
Noguera Ribagorzana, vizcondado de Áger, marquesado de
Pallars, condado de Eril, condado de Fox (Foix)
en Francia, vizcondado de Castellbó, condado de Cerdaña, ducado
de Cardona, la Segarra, las riberas del río de Cervera, hasta la
ciudad de Lérida, y con Segre, hasta volver donde se juntan él y
Noguera Ribagorzana. Los pueblos más principales, y de los que se
hacía principal y particular mención en las enfeudaciones
que hacían los reyes de Aragón y condes de Barcelona
a los condes de Urgel, eran: Balaguer, Albesa, Albelde,
Menargues, Linyola, Agramunt, Pons, Monmagastre, Corrioles,
Lo-Donzell, Vives, (recuerdos a Daniel Albesa Vives de
Fuentespalda, Fondespala) Collfret, Tiurana, Oliana, Vilaplana,
Altés, Puig-vert (en dos líneas, Puigvert, Puigverd).
Oliola, Las-Puelles, Camarasa, Cubells, Mongay, Butzenit, Lorens y
otros muchos que había vecinos a estos, y se comprendían todos con
el nombre de condado de Urgel. Es generalmente todo él tierra
fértil y abundante de trigo, cebada, avena y otros granos, y toda
suerte de legumbres y frutas, y más en particular de almendras; y
esto en tanta abundancia, que, no sin razón, le llamaron los
antiguos granero de España, así como Sicilia de Italia. Cógese
mucho aceite, miel y mucho salitre, y en algunas partes, vino. Abunda
de grandes y dilatados prados en que pastoran infinidad de
vacas, yeguas y carneros; y así eran grandes las rentas y provechos
ordinarios que recibían los condes cada año, sin empobrecer ni
vejar a sus vasallos, que comunmente casi todos eran ricos, y
la tierra casi toda se labraba, y daba trigo y otros granos en
abundancia, en muchas partes que el día de hoy solo sirven de prados
para apacentarse en ellos el ganado. La tierra en los llanos es muy
seca y gruesa, y llueve muy tarde en ella, que por ser toda ella tan
desabrigada, con dificultad se detienen las nubes, por no haber
montes vecinos a cuyo reparo y abrigo se detengan; pero el año que
llueve, que suele ser ordinariamente de dos en dos años, es tal la
cogida y fruto que sacan de aquella tierra, que un año solo hace
olvidar la carestía y esterilidad de cuatro. En el llano que
comunmente llaman lo pla del Urgel (el pla de l’Urgell en
catalán de Pompeyo Fabra) corren tres ríos, que aunque poco
caudalosos, pero dan grande provecho sus aguas: estos son el Corp,
el río de Cervera y Sió, que bajan de los montes de
la Segarra y desaguan en el Segre. Las riberas de estos
ríos, y más la de Sió, están muy pobladas de lugares y
abastecidas de todo género de frutas y hortaliza, y lo mismo es por
toda la ribera del Segre. En medio del llano hay un lago que
llaman de Ivars, por razón de un lugar vecino. De este se
saca sal, y a no ser
de ella tan abundante toda Cataluña, (son muy salaos los
catalanes) si se beneficiara, valiera muchos ducados; pero
como de Cardona y de la mar se saca tanta, no se hace
caso de la de este lago. Suelen las avenidas del río de Cervera y de
Sió, que reciben todas las aguas de la Segarra, de tal manera
fertilizar y regar los pueblos de sus orillas, que el año que salen
de madre queda aquella tierra cual otra Egipto con las
avenidas y crecientes del Nilo; (sólo les faltan los cocodrilos a
los payeses, por eso llevan Lacoste) y cuanto mayores son las
avenidas de estos ríos, tanto mejores y más ciertos son los
provechos que salen de aquella tierra. Abunda de todo género de
caza, particularmente de perdices, conejos y javalíes;
y finalmente, no falta en ella nada de aquello que es menester para
el servicio y regalo de sus paisanos, y es todo el condado tan
fértil, que, si abundan lluvias, con poco trabajo da
abundantísimas cosechas y frutos. En el verano, en las llanuras,
aprieta mucho el sol, así como en el invierno el frío. Los de los
montes lo pasan mejor, porque durante el estío son muy frescos y en
el invierno muy provistos de leña. La ciudad de Balaguer es de muy
buen cielo y clima y muy sana, así como todo el condado, y entre
otros lugares, es alabado de mejor cielo y clima el Terrós,
del que, hablando Bernardino Gómez de Miedes arcediano de
Murviedro y canónigo de Valencia, (de Alcañiz),
en la historia del rey don Jaime el primero
(jaime-i-conquistador.blogspot.com),
dice estas palabras: es esta villa, según fama de los que por algún
tiempo han residido en ella, de las más sanas de España, por
la subtibilidad y pureza del aire y aguas o por algún buen
vapor que sale de la tierra, el cual, recibido por los sentidos,
purga el celebro de tal manera, que a los locos furiosos (como
Manel Riu Fillat), y principalmente a los endemoniados (como
Arturo Quintana Font), los llevan allí para que sanen; y está
en refrán muy usado en Cataluña, en comenzar uno a
enloquecer o endemoniarse: á este llévenle al Terrós.
/
Texto con ortografía actualizada en parte: Con
esta ocasión comenzó a tomar fuerza de armas, y reducir a la corona
real algunas villas y castillos de estos barones, hasta que llegó a
Terrès, villa pequeña y cercana a Lerida
y Balaguer. – Es esta villa, según fama de los que por algún tiempo
han residido en ella, de las más sanas de España, o
por la subtilidad y pureza del ayre y aguas, o
por algún buen vapor que sale de la tierra. El cual recibido por los
sentidos purga el celebro, de tal manera que a
los locos furiosos, y principalmente a los endemoniados, los llevan
allí, para que sanen. Y así está en refrán
muy usurpado por Cataluña;
en comenzar uno a enloquecer, o endemoniarse: a este llévenlo a
Terrès.
/
Del buen clima de este
condado y vizcondado de Áger son testimonio los
naturales de él, por lo mucho que suelen envejecer, y más que en
otras partes (casi tanto como en Okinawa): son gente
entendida, valiente, fuerte y animosa, sufrida en los trabajos y, por
estériles que sean los años, estiman más sufrir trabajos y
necesidades en sus casas, que ir divagando por el mundo,
dejando aquellas inhabitadas. Criábanse en lo más áspero de
las montañas de este condado aquellos antiguos almogávares,
tan nombrados en las historias y tan estimados de sus reyes,
por su gran valor y esfuerzo. Su mayor hacienda y ejercicio es el
campo, y de él esperan su bien y riqueza; y su mayor mercadería es
el trigo, y entra por su causa mucho dinero en este condado. En las
poblaciones grandes hay mucha gente docta y de letras;
y para la educación de sus hijos y buena enseñanza de
ellos, reciben gran beneficio de la universidad y estudio de
Lérida, que fue antiguamente de los condes de Urgel (con
permiso del Papa y del Rey de Aragón), donde envían (a)
sus hijos; y de aquí es que hay entre ellos mucha gente erudita
y política (como Durán y Lérida, o Duran i Lleida) y
de buenos entendimientos, y que se han siempre preciado de dar buena
satisfacción y cuenta de las cosas que les han sido encomendadas.