Continuación VII (1881)

1881.

1017. Etymologies espagnoles, por J. Cornu.
Publicadas en la Romania, año X, 1881, págs.
404-405.
Trata de las de los vocablos falagar, halagar, mienna, regunzar.

1018. Etudes sur le Poème du Cid. Por J. Cornu.

Escrito fechado en Praga, diciembre de 1880, y publicado en la
Romanie, 10e année. Varios artículos por A. Tobler, entre los 1881,
págs. 75-99.
El trabajo publicado en este fascículo de la
acreditada revista de los Sres. Meyer y Paris contiene una serie de
investigaciones etimológicas sobre las siguientes palabras del
Poema: alguandre (= aliquando); auze (suerte, destino, sino = avice);
contir, cuntir (= contingere); curiar (= curare); escurrir (=
excorrigere); escorrecho (= excorrectns); función (= functionem),
nadi (= nati); saña (sania sanies); virtos (virtus).
A
continuación consigna el autor diversas observaciones comparativas y
algunas correcciones sobre algunos puntos de los varios textos del
Poema del Cid, publicados hasta la fecha, proponiendo al par algunas
significaciones y correspondencias latinas a diversos vocablos, tales
como ygamos ( = jaceamus); arribança ( = lo mejor, la mejor parte);
sabent, rrogand, hedand, ondredes (= sapete, rogate, aetatem, audire
habetis); cuenta (= cueita, cuita); delent ( = deleite).

1019.
Spanische Etymologien. von G. Baist.
Zeit. f. Rom. Philol. 1881,
tomo V, páginas 550-564.
Contiene las siguientes: enclenque;
entibo; estribo; urce; bravo, brusco, bronco; tepe; esquinzar; tibio;
droga; tosco, tocho, tozo, tozuelo; lancha; esconzado; mangla; mella;
polilla; brezo; estregar; piastra; sima; nata; antruejo.
Las
demás cédulas incluidas en este trabajo no son realmente
castellanas.

1020. Etymologisches. von G. Baist.
Zeit. f.
Rom. Philol. 1881, V Band. páginas 233-248.
Dilucida las
etimologías de los vocablos castellanos siguientes: mondongo; arpa;
pintacilgo; orujo; padrastro; escarbar; quema; chocho, chochear;
charro; estantigua; cuja; galludo; albacara; jorgina; losa; escarzar;
escarmiento; chocha, perdiz; gajo; encastar; quexarse (queixásen chapurriau), y las de otros muchos
que cita en sus razonamientos.

1021. Spanische Etymologien.

Artículo del Sr. G. Baist en la revista alemana Zeitschrift
für Romanische Philologie herausgegeben, von Dr. Gustav. Gröber,
professor and der Universität Strassburg i.e. Halle, 1881, tomo V,
cuaderno 4.°, páginas 550-564.
Trata con notable y particular
acierto de las etimologías de las voces enclenque, entibo, estribo,
bravo, brusco, bronco, droga, tosco, tozuelo, lancha, mella, polilla,
estregar, piastra, sima, nata, antruejo. En el artículo dilucida el
autor, apoyando o contradiciendo la autoridad de Díez y de la Sra.
Micaelis de Vasconcellos, hasta 35 etimologías.

1022.
Diccionario ortográfico etimológico español, por D. José María
Doce, empleado de la Mayordomía mayor de S. M. (etc.) Madrid, imp.
de Enrique de la Riva, 1881.
4.° men. -2 hs. prels, -I-467 págs.
4-fe de erratas.

1023. Diccionario general etimológico de la
lengua castellana, por R. Barcia. Madrid. 1881.
Cinco tomos en
folio,
1024. Etimología de la palabra bandera, por B.
Pág.
372 del tomo III de El Averiguador universal: Madrid. 1881.

1025.
Etimología de la palabra cadáver, por José María Sbarbi.
Págs.
210 y 244 del tomo III de El Averiguador universal: Madrid. 1881.

1026. Etimología de cuerdo, por Fr. C. M. O. S. Aug.
Pág.
86 del tomo III de El Averiguador universal: Madrid. 1881.

1027.
Etimología de la palabra estafeta, por A. F. D.
Págs. 176 del
tomo I y 36 y 37 del tomo III de El Averiguador universal: Madrid.
1881.

1028. Etimología de la palabra misa.
Pág. 292 del
tomo III de El Averiguador universal: Madrid. 1881.

1029.
Origen de la voz petenera.
Págs, 259 y 356 del tomo III de El
Averiguador universal: Madrid. 1881.

1030. Sobre la
etimología de piscolabis, por D. José M. Sbarbi.
Pág. 54 del
tomo III de El Averiguador universal: Madrid. 1881.

1031.
Etimología de la voz pitanza, por José María Sbarbi.
Pág. 324
del torneo líl de El Averiguador universal: Madrid. 1881.

1881-1882.

1032. Etimología de la voz sotana, por
José María Sbarbi y V. P.
Pág. 375 del tomo III de El
Averiguador universal: Madrid. 188 1, y págs. 2, 18 y 19 del tomo
IV, 1882.

1882.

1033. Etimología de canalla, por
José María Sbarbi.
Pág. 35 del tomo IV de El Averiguador
universal: Madrid. 1882.

1034. Etimología de la palabra
charrán, por A. Morales de los Ríos y José María Sbarbi.
Págs.
353 y 356 del tomo IV de El Averiguador universal: Madrid. 1882.

1035. Etimología de la palabra friolera en su acepción de
bagatela, por S. O.
Pág. 134 del tomo IV de El Averiguador
universal: Madrid. 1882.

1036. Etimología de ilación, por
José María Sbarbi.
Pág. 340 del tomo IV de El Averiguador
universal: Madrid. 1882.

1037. Romanische Etimologien.
Largo
artículo sobre la etimología de la voz enclenque (juntamente con el
estudio de las de otras palabras neo-latinas), por W. Foerster. Zeit.
f. Rom. Philol. 1882, tomo VI, págs. 113-116.

1038.
Etymologisches. Von H. Schuchardt.
Zeit. f. Rom. Philol. 1882,
tomo VI, pág. 121. Trata de la voz nata.
1039. Etymologisches.
Por G. Baist.
Zeit. f. Rom. Philol, 1882, tomo VI, páginas
116-119.
Trata de las palabras bochorno, gota, huraño, atusar,
mozo, muchacho, mocho, yerto y otras que cita al exponer sus
razonamientos.

1040. Spanisch -portugiesische Etymologien.
Von H. Schuchardt.
Zeit. f. Rom. Philol. 1882, tomo VI, páginas
423-425.
Brincar, losa. –Enjemplo,
mensaje.

1041. Etymologien. Enclenque und Entibo. Von G.
Baist.
Zeit. f. Rom. Philol. 1882, tomo VI, págs.
Largo
artículo de crítica etimológica, en el que demuestra gran
observación e ingenio, tratando al par de los orígenes de otras
palabras castellanas que aduce como prueba de sus proposiciones.

1042. Sobre la voz coco,
por J. Cornu,
Cédula publicada en la Romania, núm. 41, enero,
1882, tomo XI, pág. 119.
El autor ha escrito una interesante
noticia histórica. Coco, lo mismo significa el fruto del cocotero,
que el fantasma o duende que invocamos para amedrentar a los chicos.

¿Cuál es el origen de esta segunda acepción? Cornu lo explica
con estas palabras de Ioam de Barros en su Terceira decada, ed. de
1563, fol. 73 vto: Esta casca per onde aquelle pomo recebe o
nutrimento vegetavel que e pello pe, tem hua
maneira agúda que quer semelhar o nariz, posto entre dous ólhos
redondos per onde elle lança os grellos, quando quer nacer: por
razan
daqual figura, sem ser figura, os nossos lhe chamaram
coco.
No me emposto pellas molheres a qualquer cousa con que qu
erem
fazer medo as crianças.
Ya Gil Vicente, haciendo hablar a un
niño, escribe: M
ae,
o coco está allí (ed. de Hambourg, I, pág. 269); y Mendoza pone en
boca del Lazarillo de Tormes estas palabras: Y acuérdome que estando
el negro de mi padrastro trebejando con el moçuelo, como el niño
via a mi madre y á mi blancos, y á el no, huya del con miedo para
mi madre, y señalando con el dedo dec
ia:
Madre, coco. (Trat. prim.)

1043. Etudes de Grammaire
portuguaise, por J. Cornu.
Tres artículos publicados en la
Romania, el segundo de los cuales lleva este epígrafe:
L´a
prosthétique devant rr en portugais, en espagnol et en catalan
(núm. 41, enero 1882, tomo XI, págs. 75-96).
El autor demuestra
que en portugués más que en otro idioma alguno, abunda la a
prostética delante de las dos rr; pero señala también muchos
ejemplos de las otras lenguas neo-latinas arriba citadas, tomándolos
del Diccionario de la Academia, del gallego de Cuveiro Piñol y del
catalán de Esteve, Belvitges é Ingla y Font. Cita sesenta y tres
voces castellanas, y dice que si en algunas de ellas la a es la
preposición ad, la aféresis es al par una prueba de la prótesis de
la a.
Termina Cornu sus Estudios con el de varias etimologías,
entre las cuales son de notar las siguientes voces, así portuguesas
como españolas, antiguas y modernas: aro = agrum; bicha, o = bestia,
bestius; cas(a); pardiez = por Dios; aojar = ad oculare; anoche = ad
nocten; par(a); per (
también en
chapurriau
) = por.

1044.
Spanisch -portugiesische Etymologien, von H. Schuchardt.
Artículo
publicado en la Revista alemana Zeitschrift für Romanische
Philologie, dirigida por el Doctor Gustavo Gröber de la Universidad
de Strasburgo: Halle, 1882, tomo VI, cuads. I y III, págs. 423-425.
Trata de las voces losa y brincar.

1045. Die hochdeutsche
Lautverschiebung im Spanischen, von G. Baist.
Artículo publicado
en la Revista Romanische Forschungen, organ für Romanische sprachen
und mittellatein, herausgegeben von Karl Vollmöller, tomo I, cuad.
I: Erlangen, 1882, págs. 106-117.

1046. Etymologisches.

Artículo del Sr. G. Baist en la Romanische Forschungen, dirigida
por Carlos Vollmöller, tomo I, cuad. I: Erlangen, 1882, páginas
130-135.
Trata largamente de la etimología de la palabra marfil
y de otras castellanas.

1047. Etimología de la voz Cádiz
(novísimas investigaciones).
Un artículo publicado en la
Ciencia Cristiana, vol. XXII, pág. 181, del año 1882, por D. Adolfo
de Castro. Contiene curiosas observaciones acerca del origen de esta
voz, su razón de ser y la aplicación que pudo dársele.

1048.
Etymologien, von G. Baist.
Artículo en que se buscan y dilucidan
algunas de las voces castellanas, publicado en la Revista alemana
Zeitschrift für Romanische Philologie, dirigida por el Dr. Gröber,
de la Universidad de Strasburgo. Halle, 1882, tomo VI, cuads. II y
III, págs. 425-435.

1883.

1049. Romanische
Etymologien, von F. Settegast.
Artículos fechados en Zurich a 12
de marzo de 1882, y publicados en la Romanische Forschungen, organ
für romanische sprachen und mittellatein herausgegeben, von Karl
Vollsmöller. I Band Erlangen. Verlag, von Andreas Deichert, 1883.

4.° may. -Págs. 237-255.
Vocablos españoles cuyas
etimologías se estudian: tomar, trompar, trompa.

1050.
Etymologische Miscellen,von H. Rönsch.
Romanische Forschungen…
I Band. 1883, págs. 445-450.
Estúdianse las de las voces
galopar, volopar, arc. voto y otras.

1051.
Etymologisches, von G. Baist.
Romanische Forschungen… 1 Band.
1883, págs. 441-445.
Estúdianse las de los vocablos respingar,
peluca, pelmazo, nata, suero y otros.

1052. Etymologien, von
G. Baist.
Zeit. f. Rom. Philol. 1883, págs. 115-125.
Trata
de las de las siguientes voces castellanas: buba, cholla, enguera,
falagar, papagayo (pippaka,
sánscrito), gaya, ganzúa, hascas, loro, lóbrego, marco, nieve,
pintacilgo, gilguero (jilguero), podenco, sesta, sesgo, toldo,
tobillo, tieso, umbral, xato jato, zurdo.

1053. Modern
Spanish Readings, embracing Text, Notes and an Etymological
Vocabulary. By William I. Knapp, Professor in Yale College. Boston,
Ginn, Heath & Company, 1883.
8.° -449 págs.
El
Vocabulario etimológico es muy útil para ilustrar el origen de
muchas palabras, pues en él abundan las cédulas originales, o sean
los nuevos orígenes que el profesor Knapp ha dado a muchos vocablos.

El Sr. H. A. Todd estudia algunos de estos orígenes proponiendo
otros diversos de los publicados por Knapp, tanto en esta obra como
en su Gramática castellana y en la revista norte-americana Modern
Language Notes.
1054. Tentativas etimológicas, por D. Rufino
José Cuervo.
Publicadas en la Romania, núm. 45, enero 1883,
tomo XII, págs. 105-112.
Trata de la etimología de las
siguientes palabras castellanas:
Aguantar. De origen germánico,
de la raíz wan, danés vente, sueco wänta, aguardar. / warten
en alemán, Torwart : portero de fútbol; wait en inglés.

/
Amagar. Del germánico magan, poder, querer, con la a
prostética. / Macht alemán : el poder, verbo mögen : poder.
/
Arrojar. De la antigua forma catalana arruxar, arruixar (
arruixá en aigua, en chapurriau, arruix en mallorquí: arrojar, expulsar, idò
barco
), rociar, arrojar; en último
término, así ésta como la forma castellana, pueden reducirse a
roscidus.

Atril. De latril = lectorile, fr. ant. letrin, lóbrego y
lubrican.

1884.

1055. Filología etimológica y
filosófica de las palabras griegas de la lengua castellana, por J.
F. López. Tercera edición: París, 1884.

1885.

1056.
Die Etymologie des Namens Lucanor.
Artículo por H. Knust en la
miscelánea de la Zeitschrift für Romanische Philologie, 1885, tomo
IX: Halle, Max Niemeyer, 1886, págs. 138-140.
Lucanor de
Lucanam, que es para los árabes el sabio Lokman.

1886.

1057. Glosario etimológico de las palabras españolas
(castellanas, catalanas, gallegas, mallorquinas, portuguesas,
valencianas y vascongadas) de origen oriental (árabe, hebreo,
malayo, persa y turco). Por D. Leopoldo de Eguílaz y Yanguas,
Catedrático de Literatura general y española en la Universidad de
Granada. Granada, imp. de La Lealtad.
4.°-XXIV -591 págs.
Anteport. -Port. – Ded. -Introd. -Ad. y correc. – Ind. -Fe de errat.

https://archive.org/details/glosarioetimolog00eguuoft/page/n3

En
la introducción defiende las opiniones de D. Aureliano
Fernández-Guerra y D. Francisco X. Simonet sobre la influencia de la
cultura árabe en España, quienes dicen que, lejos de haber sido tan
grande como muchos afirman, recibió, por el contrario, todos sus
esplendores del elemento indígena: judíos, mozárabes, etc. cuya
lengua adoptaron, reservando ellos mismos el árabe para la vida
doméstica y religiosa. La influencia del árabe en nuestro idioma
(dice el autor) se redujo a dejarnos unos cuantos centenares de
vocablos, hoy no pocos anticuados, muchos de ellos provinciales e
incorporados casi todos a nuestros romances en los tiempos
posteriores a las conquistas de Andalucía por Fernando el Santo y
Don Alfonso el Sabio, y a las de Valencia y Murcia por D. Jaime I de
Aragón.
Después de estas noticias crítico-históricas, trata
el Sr. Eguílaz de la importancia del estudio de las etimologías y
de las que comprende su glosario (ya indicadas en la portada).
Por
último (y esto es lo más precioso de la introducción), ocúpase en
la transcripción y cambios eufónicos de las letras de los vocablos
de origen oriental al pasar a nuestras hablas vulgares, señalando
las variaciones experimentadas por las consonantes, vocales y
diptongos, y estudiando, en fin, las formas de las palabras.
El
glosario es copioso y eruditísimo en cada uno de sus respectivos
artículos. Muestra el autor en él su agudo ingenio filológico.
Será siempre libro de consulta muy estimado.
1058. Estudio de la
voz castellana ola (= undula; ona en
català
), por P. Fesquet.
En la
Revue des langues romanes, tomo XXIX, 35.

1059. Spanish
Etymologies, by Knapp and Todd.
En la revista Modern Lang, Notes,
1886, 7 nov. 8 dic.

1080. Etymologien, von G. Gröber.
En
la Miscellanea di Filologia e Linguistica: Firenze, successori Le
Monnier, 1886, págs. 39-49. Publicada para honrar la memoria de los
filólogos italianos Napoleón Caix y Ugo Ángel Canello (o
Cauello
). Es una colección de 16
cédulas etimológicas sobre otras tantas palabras neo-latinas. La 7
se ocupa de la dicción castellana
borraja,
boretsch,
borraina en chapurriau.

1061. Studien Zur hispanischen Wortdeutung. Von
Carolina Michaelis de Vasconcellos.
Colección de 52 cédulas, en
donde se estudian, con ayuda de la comparación, los orígenes de
otras tantas palabras portuguesas, gallegas, italianas y castellanas,
a saber: açaimo açamio, port.; alçapāo, port.; alinhaçāo,
port.; bagoa, gall.; birla (
chapurriaubirla, birles: bolos de madera), cast.
prov. de Aragón; birlocha, cast.; bisalho, port.; bolor, port.;
bngío, port.; buir, cast. y port.; caramunha, port.; ceibo, gall.;
cerniglo y çenniglo, cast. y port.; derreter, cast. arc; dobar,
port.; eido, port. y gall.; eiva, port. y gall.; encinto, cast.;
estrece, cast. y Port. arc.; fasca, fascas, hascas (
fasque,fasques en chapurriau de Valjunquera, faigue en Beceite),
cast.; guindilla, cast.; leiva, port.; mucho, cast. y port.; madroño,
cast.; marcico, gall, arc.; meigo, cast. prov.; morango, port.;
monco, port.; non nom nāo, cast. Y Port. arc.; palmazo, cast.;
pintasilgo, port.; pousalousa, port.; quera, querado (querat 
en chapurriau: carcoma, carcomido), cast.
prov. de Aragón; quexigo (
caxigo,
caxico; quercus: carrascaroble
),
port.; relha, port.; saudeu, saudio, port. y cast.; sarau, sarāo,
port.; senzido, cast, arc.; sosegar, cast.; soturno, port.; sovela,
port.; atordido, stordire (
estamordí en chapurriau), cast, e it.; terçó,
port.; trinca, cast. y port.; umbral, cast.; urze, cast. y port.;
vestiglo, cast.; vinco, port.; xato, port.; xodreiro, port.; ijada,
cast, arc.; zisme, cast. arc.

1062. Etymologisches.
Romanische Etymologien. von W. Meyer.
En la miscelánea de la
Zeitschrift f. Rom. Philol, von Dr. Gustav Gröber, professor an der
Universität Strassburg L E. 1886. X Band. Halle, Max Niemeyer, 1887,
págs. 171-174.
Entre las voces cuya etimología investiga el Sr.
Meyer, cuéntanse las siguientes castellanas: beffa; esconzado; jeja;
sisa; tobillo (turmell en chapurriau).

1063. Etymologische Miscellen. Von Hermann Rnsch.

Romanische Forschungen… II Band.: Erlangen. 1886, 4.°, págs.
314-316, en las que se estudian las etimologías de las voces
barruntar, coitar, cochar, arc. y otras.

1064. Etimologías castellanas por el Sr. H. A.
Todd.
Son dos artículos críticos que llevan por título Knapp´s
Spanish Etimologies, y han sido publicados en la revista de
Baltimore, Modern Language Notes, 1887, núms. 7 y 8, noviembre y
diciembre, vol. I, págs. 117-120, 142-146.
Por el título
Etimologías españolas de Knapp, se comprenderá que son juzgadas
las que este profesor publicó en su Gramática castellana y en sus
Lecturas castellanas. El Sr. Todd se ocupa de 130 voces castellanas.

1887.

1065. Diccionario general etimológico de la
lengua española. Edición económica, arreglada del Diccionario
etimológico de D. Roque Barcia, del de la Academia Española y de
otros trabajos
importantes de sabios etimologistas, corregida y
aumentada considerablemente por D. Eduardo de Echegaray. MadriD. José
María Faquineto, editor, Olivar, 6. Alvarez hermanos, impresores,
Ronda de Atocha, 15: 1887.
4.°-5 tomos.
Tomo I: VI -7-775
págs. (A-B). -Anteportada. -Port. – Pról. – Texto, a dos columnas.

Tomo II: 901 págs. (C-D). -Anteport. -Port. – Texto.
Tomo
III: 901 págs. (E-I). -Anteport. -Port. – Texto.
Tomo IV: 1.024
págs. (J-P). -Anteportada. -Port. – Texto.
Tomo V: 792 págs.
(Q-Z). Port. – Texto.

1066. Zur Kritik der altgermanischen
Elemente im Spanischen… Von Moritz Goldsmidt. Lingen, 1887.
8.°
-68 págs. (Disertación de Bonn.)
Aunque este opúsculo no tiene
la importancia del de E. Mackel sobre el elemento germánico del
francés y el provenzal (Die germanischen Elemente in der
französischen und provenzalischen Sprache), es un trabajo muy digno
de estimación y que podrá ser la base de otro más extenso y
completo sobre este asunto importantísimo, cuyo estudio así ha de
esclarecer muchos puntos obscuros de la filología castellana, como
servirá, sin duda, de gran provecho a la lingüística en general y
a la historia de las ideas, de las costumbres y de las instituciones
de la Edad Media.

1067. Etimología de la voz jeja,
por G. Baist.
En la Romanische Forschungen, herausgegeben von
Karl Vollmöller. Erlangen, 1887. III Band. 3 herf. p. 644.

1068.
Etimología e historia del verbo castellano andar, por J. Cornu.

Publicado en la Romania, núm. 64. Octubre, 1887. Tomo XVI, págs.
560-564.

1069. Ensayos etimológicos, por el Dr. Jesús Díaz
de León. Aguas Calientes (México), 1887.
4.° prolong. -IX -LIV
-446 págs.

1070. Etymologisches. Von W. Meyer.
En la
Zeit. f. Rom. Ph. tomo XI, páginas 250-257.
Entre otras
neo-latinas, trata de la etimología de las voces castellanas basca,
braña y
mañera.

1071. Romano-baskisches. I. P. Von H. Schuchardt.
En la
Zeit. f. Rom. Ph. tomo XI, páginas 474-512.
Notabilísimo
estudio lexicográfico, muy aprovechable para la investigación
etimológica de muchas voces castellanas relativamente al basco y al
ibérico. El autor ofrece un copiosísimo inventario de voces de esta
naturaleza, con sus distintas variantes actuales en el Bearne y en el
territorio francés de Bayona, y con las respectivas correspondencias
castellanas, que frecuentemente tienen la misma radical eúskara.

1072. Spanish yerto = italian erto, whence, enertarse.

Artículo etimológico, por Henry Alfred Todd, en la revista de
Baltimore, Modern Language Notes, January 1887, núm. I, volumen II.

Yerto = ertus, por erectus.

1889.

1073. La voz
perro (su etimología), por William I. Knapp, Catedrático en la Yale
University, New Haven (Estados Unidos). Haven,
Hafen en alemán: puerto
.
Carta a
La Ilustración Española y Americana, pág. 14 del tomo II del año
1889, número XXV.

1074. De los nombres hispano-latinos, por
el P. Enrique Torres, de las Escuelas Pías.
Publicado en la
Revista Calasancia, dirigida y redactada por Padres Escolapios.
Madrid, imp. de A. Pérez Dubrull, 1889. Año II, núm. 21,
Septiembre 1889, páginas 222-229.
Profundo estudio de gramática
histórica en lo que se refiere al nombre. En él demuestra su autor
que no puede ser regla general, por carecer de fundamento sólido, la
establecida comúnmente de que nuestra lengua, para castellanizar las
voces latinas, lo hace tomando muchas veces el ablativo de origen. En
cambio, formula el P. Torres la ley siguiente: Sin perjuicio de las
demás leyes eufónicas: al pasar un nombre latino al castellano,
pasa sólo su tema, lo cual comprueba con muchos ejemplos y sólido
razonamiento.

1075. Observaciones críticas a las etimologías
de la Real Academia Española, por A. Fernández Merino. Madrid.
4.°

1889.

1888-1889.

1076. Glosario de voces
ibéricas y latinas usadas entre los mozárabes, precedido de un
estudio sobre el dialecto hispano-mozárabe, por D. Francisco Javier
Simonet. Obra premiada en público
certamen de la Real Academia
Española, y publicada a sus expensas. Madrid. Est. tip. de Fortanet.
1888-89.
Un vol, en 4.°-CCXXXVI -628 págs.
Esta obra
eruditísima es una de las más notables y originales que en estos
últimos años han salido de las prensas españolas. El autor,
nutrido con el estudio de las lenguas y literaturas árabe e
hispano-latina, después de haber estudiado atentamente los
documentos latinos y arábigos del período mozárabe, ha dado este
precioso fruto de sus largas vigilias derramando con él mucha luz

sobre los obscuros orígenes de la lengua castellana y recabando
para el pueblo español la gloria de haber conservado su idioma y su
literatura propios a través de las sucesivas invasiones y
dominaciones extranjeras y la honra de haber ejercido con sus libros
y, sus escuelas (viceversa de lo que creen los fanáticos partidarios
de las letras árabes) una grande y provechosa influencia en la
civilización arábigo-española, sacando de su ignorancia a aquellos
rudos mahometanos derrocadores de la monarquía visigótica de
España. Acredita estas afirmaciones el detenido examen del
copiosísimo Glosario, compuesto principalmente de tecnicismos
hallados en los libros escritos en nuestra Península por los moros.
Entre los vocablos del Glosario abundan los de medicina, historia
natural y botánica, por ser éstas las ciencias que más cultivaron
los árabes. Allí se demuestra el origen hispano-latino de tales
estudios y de tales voces, cuyas etimologías se depuran y aquilatan
con los primitivos monumentos del habla castellana; con la autoridad
de los más doctos críticos, desde San Isidoro de Sevilla hasta los
de nuestros días, y con el auxilio de la filología comparada,
valiéndose el autor en este punto, no sólo de los principales
dialectos hispano-latinos hablados en España y fuera de ella, sino
también del bascuence, del griego, del rabínico y de las lenguas
céltica y germánica.
Fundado el Sr. Simonet en que los vocablos
de tal naturaleza se hallan en muchos documentos latinos y árabes de
Aragón y Andalucía, ha deducido, con sólidas razones, que el
romance castellano no sólo nació en las Asturias, propagándose al
resto de la Península conforme la Reconquista avanzaba, sino que en
su formación corresponde grande parte a los mozárabes, esto es, a
los
cristianos sometidos a la dominación sarracena. Este
dialecto o romance hispano-mozárabe, que hablaron aquellos españoles
sojuzgados, es el asunto del discurso o preliminar, que se divide en
siete capítulos.
Prueba el autor, en el primero, que los
mozárabes hablaron con perfección el latín y el árabe, y al par
un romance o lenguaje neo-latino muy semejante al de hoy. En el
segundo afirma que los hijos de la Arabia no impusieron a los
indígenas españoles ni su lengua ni sus costumbres, ni introdujeron
elemento alguno de civilización; antes, por el contrario, de los
cristianos recibieron, tanto en ciencias como en letras, el impulso
progresivo en todo cuanto fué compatible con la índole del
carácter, costumbres y creencias de los invasores. En el capítulo
tercero se limita la influencia árabe en nuestro romance, y se
demuestra que fué mucho menor que en el idioma alcoránico la del
dialecto hispano-mozárabe o aljamía. La cual contribuyó
eficazmente a la formación y desarrollo del castellano y demás
dialectos peninsulares, según se patentiza en el capítulo cuarto,
con documentos lingüísticos e históricos, de notoria autenticidad.
En el quinto se mencionan y examinan las fuentes del Glosario
hispano-mozárabe que el autor ha encontrado en los escritores
latinos, en las inscripciones lapidarias, en la nomenclatura
geográfica del país dominado por la morisma, y en los nombres de
personas, plantas, animales y medicinas, y otras voces señaladas
como de aljamía por los autores árabes. Estúdianse en el capítulo
sexto los cambios eufónicos y las transformaciones sufridas per las
palabras latinas e ibéricas usadas en la aljamía y en el árabe,
para fijar, con el mejor acuerdo, en vista de este examen, los
caracteres del dialecto de los mozárabes. Y, finalmente, en la
última parte, resumiendo lo considerado en todos los demás
capítulos, deduce el docto Catedrático de Granada, como legítimo
corolario, que los españoles conservaron, a pesar de la dominación
árabe, un dialecto ibérico-latino, no sólo los que se refugiaron
en las abruptas montañas del Norte, sino los que vivieron entre la
morisma; que tanto unos como otros, a la vez que su lengua, tuvieron
propia ciencia y literatura; que los segundos ejercieron
preponderante magisterio en los árabes y cooperaron con su lengua
vulgar, hija de la latina y mezclada con las formas antiguas del
terruño, tanto como los hermanos del Septentrión de España, a la
formación del
castellano, de los demás dialectos españoles y
de los hablados en nuestros antiguos territorios de allende los
Pirineos.

1077. Romanische Etymologien, por el Dr. Hugo
Schuchardt.
Zeit, f. Rom, Phil. 1889, tomo XIII, páginas
523-525.
Trata largamente de las relativas a las voces
castellanas chorizo, lerdo, lóbrego, manteca, reproche.

1890.

1078. Etimologías.

Así titula el P. Enrique Torres,
de las Escuelas Pías, un artículo, en el que trata de la etimología
de la palabra gritar, publicado en la Revista Calasancia: Madrid.
imprenta de A. Pérez Dubrul,
1890, número 27, año III, Marzo 1890, páginas 265-267.
… el
derivar la voz grito del verbo gritar, y éste a su vez de quiritare
o quescitare, es más conforme a la idea que estas palabras envuelven
y a las leyes de la fonética castellana.

1079. Poesía
fósil. Estudios etimológicos, por el Dr. D. José Balari y Jovany,
Catedrático de la Universidad de Barcelona… Barcelona, librería
de Alvaro Verdaguer, Rambla del Centro, 5; 1890.
8.°-XIV + 145
págs.
Anteport. -Port. – Ded. del autor a su discípula Miss
Susette M. Taylor, estudiante de Oxford. -Al lector. -El título del
libro (tomado de la expresión de Benjamín H. Dwight: Etymology is
fossil poetry philosophy and history combined). Abrevs. – Texto (en
el cual estudia el autor, con mucha latitud a veces, siempre con buen
juicio, erudición y claridad. los orígenes de las palabras
siguientes: Mata, Cana, Guija, Berrueco, Luparia, Avellana, Galga,
Cantalapiedra, Cantalucia, Cantalozella, Cantalupos, Gallicantus,
Montcada). -(A continuación agrupa el autor los nombres geográficos
citados en el texto, procedentes de los nombres de las piedras, cuya
etimología ha sido estudiada.) – Indice.

1080. Saggiuoli
diversi, di G. I. A.(scoli). -Archivio glottologico italiano, diretto
da G. I. Ascoli, Volume undecimo. Roma, Torino, Firenze, Ermanno
Loescher. 1890. (Impreso en Milano, Tip. Bernardoni di C. Reteschini
E. C)
4.°-Págs. 417-448.
Ocúpase particularmente de las
etimologías de las voces castellanas: dejar; temblar y quemar.

1081. Filología española. El eúskaro o bascuence.

Artículo de D. Francisco Javier Simonet en la revista Dogma y
Razón, número del 30 de agosto de 1890 y siguientes; antes se había
publicado en la Ciencia Cristiana, tomo IX, pág. 305 del año 1879,
y tal vez en alguna otra revista.
Trata del estudio de la lengua
bascongada y de su importancia para la investigación de los orígenes
del castellano; señala la etimología de no pocas palabras de
nuestra lengua derivadas del bascuence, corrigiendo a Larramendi y
haciendo ver sus exageraciones. Es escrito de mucho mérito y lleno
de sólida doctrina.

1890-92.

1082. Etimologías
castellanas, por el P. Enrique Torres, escolapio.
En sus Estudios
gramaticales sobre la lengua castellana, publicados en la Revista
Calasancia (años 1890-1892), incluye largas listas de palabras
españolas procedentes del árabe, griego, hebreo, celta, godo y
basco; de las lenguas autóctonas de América, de las malayas,
asiáticas y de las modernas italiana y francesa, para indicar así
la parte que a cada uno de estos idiomas corresponde en el romance.
Pero no se detiene a investigar científicamente sus orígenes o
etimologías. -En el tratado V de estos Estudios el autor expone, en
el cap. I, algunas Nociones generales de etimología.

TERCERA
PARTE.
SINÓNIMOS.

1614.

1083. Tratado de
sinónimos, por Enrico Doergangk. -(Véanse los números 128 y 420)

En la Gramática española, escrita en latín por este autor,
trata de varios sinónimos castellanos, siguiendo, mejor dicho,
copiando a César Oudin en su Gramática, hasta tal punto que el
extracto que aquí hacemos de la obra de Doergangk puede considerarse
como de la de Oudin publicada en 1597.
En las págs. 224 a 264 de
la sintaxis, con el epígrafe Quorundam verborum, altarumq. dictionum
diuersa significatio et sumptio, se ocupa el autor de indicar con
gran juicio y claridad las diferencias que distinguen a las
siguientes voces, señalando a la vez su más perfecto y adecuado uso
en la oración: Abarcar y abrazar, volver y tomar, ir y andar, llevar
y traer, nadie y ninguno, picar y picarse, en carnes y en cuero,
ayuso y abaxo, jamás y nunca, á trueque y en lugar (de estos cuatro
últimos vocablos trata en el capítulo De adverbio,
praepositionibus, coniuntionibus & interiectionibus, págs.
288-289). En dicho primer capítulo trata también el autor con gran
lucidez de las varias significaciones y usos gramaticales que tienen
unas mismas voces: abarcar, abadejo (especie de mosca venenosa y
especie de merluza), a vueltas, alcanzar, alçar, allegar, armar,
aperrochar, caber, cabo, dar, dexar, echar, facultad, hazer, haber,
hallar, maña, ojo y sus derivados, parar, pasar, pedir, recaudar y
derivados, quebrar, revolver, sacar, votar, voto.

1638.

1084. Estudio sobre sinónimos castellanos. Lexicografía,
por Lorenzo Franciosini. -(Véanse los números 137 y 428.)

Al
fin de su Gramática, después de haber expuesto cuanto se refiere a
todas las partes de la oración, sigue con este título: Trattato
d´alcune osseruazioni, tanto di Verbi, e Dizioni semplici, che anno
in Ispagnolo diuerse significazioni, come d´alcune maniere di
parlare, che per esser propie, e particolari della lingua, non si
posson cosi facilmente soggetar a precetti, ne a regole generali.

Sigue en esta parte con muy pocas variantes, así en la materia
como en el método, a Doergangk, de la misma manera que este había
seguido a Oudin. -(Véase el número 124.)

1737.

1085.
Ensayo de los Sinónimos, escrito por Manuel Dendo y Avila, dedicado
al Sr. D. Fermin de Carvajal y Vargas, Conde del Castillejo y del
Puerto, Correo mayor de la América y Teniente general de la
Caballería del Perú. Madrid. 1737.
8.°-136 págs.
Algunos
ejemplares llevan en la portada la fecha del año 1736; pero es la
misma edición.
Es el primer libro especial sobre sinónimos
castellanos; pero es sumamente breve, pues no trata más que de
veintiséis voces sinónimas: memoria y reminiscencia, aprehender y
percibir, amar y querer, desear y apetecer, odio y aborrecimiento,
ver y mirar, oler y heder, probar y catar, palpar y tocar, añadir y
aumentar, dividir y reparar, adular y lisonjear, cálido y caliente.

En los tomos I y II del Mercurio de España, que comprenden los
meses de febrero y marzo, abril y mayo de 1800, hay un artículo
anónimo juzgando el Ensayo de Dendo.

1774.

1086.
Diccionario de sinónimos, copiado del que el Sr. D. Juan de Iriarte
formó y dexó en su Librería.
Ms. en 4.° de letra de fines del
siglo próximo pasado o principios del actual, en el cual sólo se
apuntan, a dos columnas, bastantes sinonimias más o menos acertadas,
pero sin explicación alguna. Empieza así:

A
Abarca.
Almadreña.Y acaba:
Zumba.

Baya.
Matraca.
Brega.
Chasco.
Cantaleta,
Como.

Ignoro el paradero de este MS. pues es noticia que da el Sr.
D. José María Sbarbi en El Averiguador universal, año I, número
3.°, 15 de febrero de 1879, pág. 33. El mismo Sr. Sbarbi añade que
el bibliófilo madrileño D. José Antonio de Balenchana posee en su
biblioteca un breve tratado de sinónimos, MS. de letra moderna, sin
expresión de autor, habiéndolo adquirido dicho bibliófilo
ea
la venta de los libros que pertenecieron a D. Antonio Ferrer del Río.

El Sr. D. Victoriano Mariño y Arroyo, Catedrático y Secretario
que fué de la Universidad Central (dice también el Sr. Sbarbi),
trabajó bastantes artículos sobre sinónimos, que conservó
inéditos en su poder. (Véase el núm. 151.)

1786.

1087.
De las palabras sinónimas, por D. Antonio Capmany.
Págs. CCXVI
-CCXIX del tomo I de su Teatro histórico-crítico de la elocuencia
española.

1788.

1088. Plan alfabético de un
Diccionario de sinónimos castellanos, por Don Antonio de Capmany.

MS. cuyo paradero ignoro.

1089. Examen de la posibilidad
de fixar la significación de los sinónimos de la lengua castellana.
Por Joseph López de la Huerta, caballero de la real orden de Carlos
III, oficial de la primera Secretaría de Estado y del despacho
universal, y secretario de embaxada en la corte de Viena. En Viena.
En la imprenta de Ignacio Alberti. MDCCLXXXIX.
4.° menor. -XIV
págs. + 225 + 7 finales.
Anteport. -Port. -Introducción: Este
análisis de algunos de los muchos sinónimos de la lengua
castellana, es puramente fruto de una mera diversión, a que me
inclinó la curiosidad de ver si podía imitar en nuestra lengua lo
que algunos escritores franceses han pretendido hazer en la suya,
esto es, fixar la exacta y peculiar significación de cada una de
aquellas voces, que el uso y aun la autoridad han aplicado hasta
ahora a las mismas ideas, pero que examinadas con todo rigor,
explican la idea común, o con diferentes relaciones o descubriendo
en ella otras ideas accesorias que la modifican, de modo que, si no
varían siempre el riguroso sentido, a lo menos dan diferente energía
y exactitud a la frase, y, por consiguiente, no se pueden usar
indistintamente una por otra con igual propiedad en todos los
casos… -Erratas. – Texto, que consta de CIX artículos. – Indice
alfabético de sinónimos. El año de 1807 se hizo por Josef Esteban
y hermanos en Valencia, muy adicionada y corregida, la tercera
edición de esta obra, en dos volúmenes.

1799.

1090.
En el año de 1799 se publicó una colección de Muestras de los
punzones y matrices de la letra que se funde en el obrador de la
Imprenta Real; y en ella se incluyeron una porción de artículos
sobre sinónimos, escritos por D. Nicasio Alvarez de Cienfuegos.
(Véase el núm. 1101)

1803.

1091. Comparación de
las voces genio, ingenio, talento. Por J.(osé) M.(iguel) A. (lea).
Estudio sobre la sinonimia de aquellas palabras, publicado en las
Variedades de ciencias, literatura y artes. Obra periódica. Tomo
primero. Madrid: En la Oficina de D. Benito García y Compañía. Año
de 1803.

1804.

1092. Carta a los Editores sobre la
propiedad de varias voces castellanas. Por J.(osé) M.(iguel) A.
(lea). En las Variedades de ciencias, literatura y artes. Obra
periódica. Tomo segundo. Madrid:
En la oficina de Don Benito
García y Compañía. Año de 1804.
4.° men. -Págs. 230-235.

Estudio de las voces oleado y ungido; angélico y angelical;
pontificio y pontifical; paterno y paternal; sacerdote y presbítero;
celeste y celestial; lumbre y fuego; sierpe y serpiente; paga, pago y
pagamento; oferta y ofrecimiento; pérdida, perdimiento y perdición;
puerco, cerdo, cochino, gorrino, marrano; asno, burro, borrico,
pollino.

1093. Carta sobre la verdadera significación de
algunas voces sinónimas castellanas. Dirigida por J. B. D. a los
señores editores de las Variedad, de ciencias, literatura y artes.
Obra periódica. Tomo tercero. Madrid: En la Oficina de d. Benito
García y Compañía. Año de 1804.
Págs. 186-191.
El autor
estudia la sinonimia de las voces propuestas en el artículo citado
anteriormente.

1094. Carta, sobre las voces amor y amistad.
comunicada desde Canarias a los señores editores de las Variedades
de ciencias, literatura y artes. Obra periódica. Tomo quarto.
Madrid: En la oficina de D. Benito García y Compañía. Año de
1804.
4.° men -Págs. 298-305.
Págs. 178-181. Con una nota
final por Don .í.(osé) M.(iguel) A.(lea).

1095. Carta
anónima sobre la sinonimia de las voces genio e ingenio, dirigida a
los editores de las Variedades de ciencias, literatura y artes. Tomo
quarto. Madrid. 1804.
Págs. 365-367.

1806.

1096.
Ensayo sobre la distinción de los sinónimos de la lengua
castellana. Por D. Santiago Jonama, Ministro de la Real Hacienda y
Secretario contador de la Comisión gubernativa de consolidación,
extinción, etc. en las islas Filipinas: 1806.
En Barcelona, año
1836, se hizo otra edición.
(Véase el número siguiente, el
1105 y el 1106.)

1097. Carta del Sr. Ernesto al señor Editor
del Diario de Madrid, acerca del Ensayo sobre la distinción de los
sinónimos de la lengua castellana, por D. S. Jonama. Publicóse el
martes 21 de mayo de 1806.
El articulista, cuyo nombre
verdaderamente ignoro, juzga, con tonos más violentos que razonados,
las dicciones siguientes: Es decir, esto es; Obscuro, espeso; Niñada,
niñería; Bolsa, bolso, talega, talego, costal, saco, saca, y alguna
otra.

1823.

1098. Filosofía de la lengua española,
por D. Bartolomé José Gallardo.
El cual dice que perdió en
Sevilla el manuscrito de esta obra, juntamente con otros varios, el
día de San Antonio, 13 de junio de 1823, al trasladarse a Cádiz el
Gobierno.
Hasta el día no ha aparecido esta obra; y como quiera
que Gallardo no ha mencionado más que el título de ella, es difícil
suponer con certeza cuál fuese la materia que en ella trataría,
aunque puede con razón presumirse que la sinonimia castellana sería
aquí el objeto preferente de su estudio.

1826.

1099.
Synonyms of the spanish language explained, and elucidated by copious
extracts from the most approved spanish poets. Intended as an
appendix to English -Spanish Dictionaries. By
L. J. A. M.c Henry,
a native of Spain. Author of an improved spanish grammar, &c.
London: Printed for Sherwood. Gilbert, and Piper, Paternoster-Row,
1826.
8.° may. -VIII -183 págs.
Port. – Errat. -Prefacio.
-Lista de los autores citados. – Indice de los sinónimos
estudiados,- Texto, que contiene más de 170 sinónimos. La
significación de las palabras va acreditada con abundantes ejemplos
de nuestros clásicos escritores.
El Sr. M.c Henry fué también
autor de una Spanish Grammar, que obtuvo grande aceptación, y de
unos Exercises on the Etymology, Sintax, Idioms and Synonyms of the
Spanish Language, adapted to any Spanish Grammar, but more especially
to that of the Author.

1827.

1100. Diccionario de
sinónimos de la lengua castellana, por D. Mariano José Sicilia.
París, librería americana: 1827-1828.
4 vols, en 8.°

1830.

1101. Sinónimos castellanos de Don José López de la Huerta
y D. Nicasio Alvarez de Cienfuegos. Madrid, en la imprenta real, año
de 1830.
12.° -VIII + 121 págs. + h. en b. + 2 págs.
A la
página 81 este título: Sinónimos y tratado del articulo de D.
Nicasio Alvarez de Cienfuegos.

Publicóse este librito en la
Imprenta Real para probar el carácter de letra llamada microscópica;
y en una advertencia que explica al final el motivo de esta edición,
léese: A principios de este siglo se trató de hacer una colección
de muestras de letra de todos los grados que poseía entonces y se
fundían en este Real Establecimiento; y como a la sazón se hallase
de redactor de la Gaceta y
después del Mercurio el Sr. D.
Nicasio Alvarez de Cienfuegos, se encargó para el efecto de componer
la parte literaria, y como por juego, digámoslo así, nos dio unos
cuantos sinónimos que van con su nombre, y pueden muy bien figurar
al lado de los de Huerta. Ellos no son, en realidad. más que unos
fragmentos; y aunque se cree que el autor dio completos los artículos
respectivos, me parece que se aprovechó más que lo necesario a las
planas de los grados de letra que se querían presentar, dejando así
muchos sin concluir, cuya falta no ha podido suplirse por no
encontrarse el resto correspondiente, a pesar de la mayor diligencia
que se ha hecho en su busca…
El año de 1835 se reimprimieron
en la Tipografía Real los sinónimos de Cienfuegos.

1834.

1102. Sinónimos de la lengua castellana, por D. José March
y Labores. Adición a las obras publicadas por Don José López de la
Huerta y D. S. Jonama.
Barcelona, imprenta de Antonio y Francisco
Oliva, 1834.

1103. Sinónimos castellanos, por D. Luis Usoz y
Rio.
Firmados con sus iniciales escribió este autor cinco
artículos sobre la referida materia en El Artista, periódico
literario y artístico que se publicó en Madrid, en tres tomos, por
L Sancha (años de 1834-1836), bajo la dirección de los Sres. D.
Eugenio de Ochoa y D. Federico de Madrazo.

1843.

1104.
Diccionario de sinónimos de la lengua castellana, por D. Pedro María
de Olive, Académico supernumerario de la Academia de la Historia y
honorario de la Española. Madrid. 1843.
Fol. -326 págs.
Esta
obra (que desde la letra F fué compuesta por D. Santos López
Pelegrín, a causa del fallecimiento del Sr. Olive), es la más
extensa que tenemos sobre la materia, pues pasan de 3.000 los
artículos que contiene; pero es difusa y obscura en sus
definiciones.
En París se han hecho otras ediciones de esta
obra. (Véase el núm. 771.)

1844.

1105. Carta sobre
los sinónimos de la lengua castellana que escribió Don Santiago
Jonama, por D. Juan Gualberto González. -Tomo III de sus Obras en
verso y prosa. Madrid, imprenta de Alegría y Charlain, 1844.
Págs.
161-202.
Es un estudio crítico de la obra del señor Jonama, en
el cual examina particularmente el Sr. González los artículos
siguientes: 1: Lenguaje, idioma; 5:, Ser, estar; 7: Dar nombre, poner
nombre; 8: Destinado á, destinado para; 33. Aún, todavía; 38,
Ligereza, velocidad; experimento, experiencia; 41, Observación,
experiencia; 51, Calidad. cualidad; 55, Diferente, diverso, vario,
distinto; 57, Cartas, naipes; 63, Contestar, responder, replicar. El
crítico se opone a reconocer el uso como único juez inapelable en
materias sinonímicas, y cree que no solamente se debe atender a él,
sino también a la etimología, para decidir con buen acierto la
extricta acepción de las dicciones.
Siguen, por vía de
apéndices, a la carta del Sr. González (que está fechada en
Sevilla a 12 de julio de 1806), la carta del Sr. Ernesto sobre la
obra de Jonama (Véase el número T097), y un breve artículo
satírico acerca de la misma, intitulado: Parábola: a mi amigo
Cucubirto Pepinalbo, P. A. en el cual no se dice, en suma, sino que
el autor hizo mal en poner índices y tablas y otras ilustraciones a
su Tratado de sinónimos, no constando éste más que de 71 artículos
en 11 pliegos de papel.

1106. Artículo crítico del Ensayo
sobre la distinción de los sinónimos de la lengua castellana, por
D. S. Jonama.
Inserto en el Diario de MadriD. Martes 21 de mayo
de 1806, y reproducido por D. Juan Gualberto González en el tomo III
(páginas 197-202) de sus Obras: Madrid. 1844.

1845.

1107.
Diccionario de sinónimos castellanos, por el general de brigada Don
José Gómez de la Cortina, individuo de las Academias Españolas de
la Lengua y de la Historia. México, por Vicente García Torres,
1845.
8.° may. -200 págs.
Contiene, ordenados por el abece,
los sinónimos de Cienfuegos, Huerta, Jonama, March, y, entre ellos,
unos 70 más estudiados por el autor. Al principio se leen unas
Observaciones sobre el mecanismo de las lenguas.
-Segunda
edición, aumentada: México, por R. Rafael, 1853.

1846.

El
Sr. D. Vicente Salvá dice en el prólogo de su magnífico
Diccionario de la lengua castellana, que tenía la mira de cerrar su
carrera literaria escribiendo un Diccionario de sinónimos
castellanos. Esta obra no se llegó a publicar por fin; pero, sin
duda, el señor Salvá tenía para ella acopiados preciosos
materiales. Por consiguiente, bueno es recordarlo aquí por si acaso
la diligencia de los bibliófilos y eruditos encuentran algún día
las apuntaciones que para su última obra reunió el ilustre filólogo
valenciano. (Véase el núm. 758.)

1849.

1108.
Suplemento al Diccionario de sinónimos castellanos, por el Conde de
la Cortina y de Castro (D. José Gómez de la Cortina). México,
1849.
8.° may. -22 págs.
Contiene unos 50 sinónimos.

1855.

1109. Colección de sinónimos de la lengua
castellana, por D. José Joaquín de Mora, Individuo de la Real
Academia Española: publícase de orden de la propia Academia.
Madrid. Imprenta nacional, 1855.
4.°-XV -168 págs.
Consta
de 439 artículos: en ellos se fija el significado de 497
sustantivos, 224 adjetivos, 344 verbos y 33 partes menores del
discurso, que forman al todo 1.098 voces examinadas.
Precede a la
colección un prólogo de Don Juan Eugenio Hartzenbusch, escrito por
acuerdo de la Real Academia Española. El Sr. Hartzenbusch dice que
hay varias colecciones manuscritas de sinónimos; y añade: aunque
sólo hemos visto unos cuantos artículos de la que principió a
trabajar años há el difunto D. Mariano José de Larra y su
particular amigo el Sr. D. Angel Iznardi.
D. José Joaquín de
Mora revela en su libro un sagaz ingenio filológico y gran precisión
para definir o presentar la verdadera acepción de las palabras. Hay
artículos que son felicísimos y modelos en su género.
El
trabajo del Sr. Mora adolece de breve, aunque para su formación se
valió de una larga lista de voces presentada a la Academia por el
Sr. D. José Caveda.

1857.

1110. Sinónimos de la
lengua castellana, según las diferencias de ellos, establecidas por
Olive y Pelegrin en su Diccionario y por Huerta en su ensayo, por D.
Rafael Gutiérrez. Bogotá, 1857.

1864.

1111.
Filosofía de la lengua española. Sinónimos castellanos, por D.
Roque Barcia. Madrid. Viuda e hijos de Cuesta, 1864.
-Segunda
edición: La amistad librera. Sociedad editorial. Filosofía de la
lengua española. Sinónimos castellanos, por D. Roque Barcia.
Administración: librería de Victoriano Suarez, Jacometrezo, 72,
Madrid: 1870.
Dos tomos: Tomo 1, 460 págs. + 12 hojas finales.
-Tomo II, 512 págs.
Es el mismo texto, sin la más pequeña
variación, de la edición primera.
A pesar del título del
libro, difícilmente podrá el curioso aprender la verdadera acepción
de las palabras en esta obra, que está compuesta con deplorable
método y no mejor lenguaje. Claramente manifiesto está el interés
comercial que guiaba al autor, siempre dispuesto a componer
precipitadamente obras que exigen mucho reposo y meditación. (Véase
el núm. 1132.)

1871.

1112. Sinonimia de las voces
fabrica y taller, por el Br. S. Carrasco.
4 ° -167 págs.

Artículo inserto en El Averiguador, tomo I, segunda época:
Madrid, imprenta de Rivadeneyra, 1871.
1113. Entre
correspondiente y corresponsal no hay sinonimia. Por V. V. y A. C.

En la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, págs. 126 y 141
del tomo I: Madrid. 1871.

1114. Testigos, confirmantes y
roborantes. ¿Eran sinónimas estas palabras en la Edad Media? Su
verdadera respectiva acepción. Por J. M.a M. y R.
Págs. 94, 191
y 192 del tomo I de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos:
Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1871.

1872.

1115. Sobre
la sinonimia de las palabras conde e intendente en el siglo XII, por
F. A. V. y F. de H.
4.°-293.94 págs.
Artículo inserto en
el periódico El Averiguador, tomo II, segunda época, Madrid. imp.
de Rivadeneyra, 1872.

1116. Formación de la lengua española
derivada de la formación natural racional e historia (sic) del
idioma humano, por Roque Barcia. Madrid. Establecimiento tipográfico
de la Viuda e hijos de M. Alvarez. 1872.
8.°-256 págs.
El
autor dedica su obra a los Profesores de instrucción primaria y
divide su libro en cuatro partes intituladas: El hombre y el sonido,
el hombre y la sensación, el hombre y el arte, el hombre y la
conciencia, tratando respectivamente en cada una de ellas de las
voces de harmonía imitativa.

1117. Diferencia sinonímica
que existe entre las voces útil, herramienta e instrumento, por P.
Cl.
Artículo de El Averiguador, tomo II, página 87, segunda
época: Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1872.
1873.

1118. El
Tecnicismo matemático en el Diccionario de la Academia Española,
por D. Felipe Picatoste: Madrid, imprenta de Segundo Martinez, 1873.

La VI y última sección de este folleto, trata de los Sinónimos
matemáticos.

1119. Sinónimos castellanos, compuestos por D.
Manuel Bretón de los Herreros.
Ms. autógrafo de 577 hojas en
4.° y en 8.°, que poseen los herederos del autor. Como carece de
fecha, le asignamos la del año en que murió Bretón, pues por la
índole de la obra no dejaría de adicionarla o corregirla el último
año de su vida. Comprende este Diccionario 526 artículos, cuyos
epígrafes se han publicado en la bibliografía que va al principio
del tomo I, págs. XLII -XLVI, de las Obras de D. Manuel Bretón de
los Herreros: Madrid, imprenta de Miguel Ginesta, calle de
Campomanes, núm. 8: 1883.
D. Manuel Bretón de los Herreros
publicó unos cuantos artículos sobre sinónimos en El Museo de las
familias, correspondiente a los años 1856, 1859, 1860 y 1861.

1120. Diccionario de sinónimos, o sea la propiedad del
lenguaje filosófico, por D. Joaquín Carrion, Presbítero, Doctor en
Sagrada Teología. Madrid, imprenta y librería de la Viuda de Aguado
e hijo, Pontejos, 8: 1873.
4.° -115 págs.
Port. -Al lector;
… No he visto más que una obra, la del Sr. D. Pedro M. de Olive,
terminada por D. Santos López Pelegrin; y aparte de ser muy costosa
para que ande en manos de todos e incompleta, ni es filosófica, ni
de buenas ideas católicas, en lo que se refiere al trabajo del
continuador, que al explicar la palabra hereje, dice lo que debiera
haberse guardado para sí. La presente no es completa ni mucho menos;
pero es filosófica, no vulgar; es de pura doctrina, y, sobre todo,
será de fácil adquisición… – Texto.

1877.

1121.
Sinónimos de los medicamentos químicos y galénicos y de los
productos naturales por D. Jaime Pizá Roselló. Madrid imprenta de
Aribau y Compañía, 1877.

1879.

1122. Inventario de
la lengua castellana, Indice ideológico del Diccionario de la
Academia por cuyo medio se hallarán los vocablos ignorados ú
olvidados que se necesiten para hablar o escribir en
castellano,
por D. José Ruiz León. Verbos. Madrid: imprenta de Fortanet, 1879.

4.°-XLIV -310 págs.

1123. Sobre sinónimos y autores
que acerca de ellos han escrito, por D. José María Sbarbi.
Págs.
28-35 del tomo I de El Averiguador universal: Madrid. 1879.

1880.

1124. Sinónimos de la voz embriaguez.
Pág. 67 del tomo
II de El Averiguador universal: Madrid. 1880,

1125. Sinonimia
de cenotafio, sarcófago, sepulcro. Por D. N. y P. C.
Págs. 307
y 329 del tomo II de El Averiguador universal: Madrid. 1880.

1881.

1126. Cómo deben estudiarse las voces sinónimas, por D.
José María Sbarbi.
Págs. 5, 6, 50, 51, 52, 53 y 54 del tomo
III de El Averiguador universal: Madrid, 1881.

1127.
Holgazanes y ociosos y sus sinónimos, por S. V. Carlos María Perier
y V. de la F.
Págs. 50, 86 y 196 del tomo III de El Averiguador
universal: Madrid. 1881.

1128. Sobre la sinonimia de
conseguir y lograr.
Pág. 131 del tomo III de El Averiguador
universal: Madrid. 1881.

1882.

1129. Sinonimia, de
palillo y castañuela, por U. A. y José María Sbarbi.
Págs. 2
y 69 del tomo IV de El Averiguador universal: Madrid. 1882.

1130. Sinonimia de ascético y místico, por José
María Sbarbi.
Págs. 226 y 227 del tomo IV de El Averiguador
universal: Madrid. 1882.1131. Sinonimia de antruejo,
carnestolendas, carnaval. Por José María Sbarbi.
Pág. 70 del
tomo IV de El Averiguador universal: Madrid. 1882.

1890.

1132. Sinónimos castellanos, por
Roque Barcia. Edición póstuma, corregida y considerablemente
aumentada por su autor. Madrid: José María Faquineto, editor.
Ricardo Alvarez, impresor. 1890.
4.°-XII -488 págs.
Trabajo
que adolece, como todos los de este autor, de falta de método ea la
obra y en las ideas; de poca exactitud en las definiciones, y de
menos precisión en muchas diferencias sinonímicas.
La
introducción del libro revela ya que el Sr. Barcia desatiende los
indispensables principios de la autoridad. más necesarios en esta
materia que en otra alguna lexicográfica,
(Véase el núm,
1111.)

1891

1133. Guía del lenguaje castellano.
Colección de homónimos, sinónimos, galicismos, refranes y frases
figuradas de la lengua castellana, con otras latinas y extranjeras
que se usan comunmente, y su pronunciación equivalente en nuestra
lengua. Recogida y ordenada por Don Odón Fonoll, Director de la
Escuela Normal de Barcelona: 4, edición, corregida, aumentada y
adicionada por Don Antonio Anguiz. Barcelona: librería de Antonio J.
Bastinos, editor, 1891.
8.° mayor. -Págs. 35-81. -El libro
contiene:
Portada. -Adv.: Reunir en pocas páginas algunos
conocimientos para saber escribir muchas palabras de nuestro idioma
que son de equívoca ortografía; conocer el valor de otras para
usarlas convenientemente, y evitar ciertas locuciones extranjeras que
desvirtúan la pureza y energía de la lengua castellana, es el
objeto de este libro. En este concepto, comprende en primer lugar los
principales homónimos de diferente ortografía; contiene después
una porción de sinónimos de nuestra lengua; siguen luego los
galicismos que más comunmente se cometen; varias frases y modismos
figurados, a los que acompaña una lista de refranes, y, por último,
van continuadas bastantes de las frases latinas usadas en castellano,
con su significación o equivalencia. El Diccionario de la Academia
Española nos ha servido principalmente en este trabajo; pero para
los sinónimos y los galicismos hemos tenido a la vista los
Diccionarios de los acreditados literatos Hartzenbusch y Baralt… –
Texto. -Parte 1: Homónimos, homófonos y homógrafos, y su
diferencia lexicológica y ortográfica. -Parte 2: Sinónimos de la
lengua castellana. Algunas voces usadas como tales. -Parte 3:
Modismos y refranes. -Parte 4: Galicismos y voces exóticas. -Frases
latinas usadas en español con su equivalencia o traducción
castellana. Voces de la lengua francesa que van introduciéndose en
la nuestra, y su significado y equivalente pronunciación. Idem id.
de la lengua italiana. Idem id. de la lengua inglesa. – Indice.
La
tercera edición, también corregida y adicionada por el Sr. Anguiz,
se imprimió en Barcelona, año de 1885.
8.° may. -169 págs.

CUARTA PARTE
arcaísmos.

1570.

1134.
Declaración por el orden del A. B. C. de algunos vocablos obscuros y
no muy recebidos en nuestra lengua vulgar, por el Dr. d. Andrés de
Laguna.
Ocupa el texto, a cuatro columnas, la segunda y tercera
páginas de las tablas que van al fin del libro: Pedacio Dioscorides
Anazarbeo, acerca de la materia medicinal, y de los venenos
mortíferos, Traduzido de lengua griega, en la vulgar Castellana, &
illustrado con claras y substanciales Annotationes, y con las figuras
de innumeras plantas exquisitas y raras, por el Doctor Andres de
Laguna Medico de Iulio III 1 Pont. Maxi. Divo Phillippo, Divi Caroli.
V. avg. filio haeredi opt.
mox. dicatvm. (Esc. de arm. imp.) En
Salamanca Por Mathias Gast. Año 1570. Con Priuilegio. Esta tassado
en dos ducados.
Fol. 14 hs. Prels. + 616 págs. + 13 hojas
finales.
Además de la tabla que hemos indicado arriba, conviene
recordar también aquí, entre otras varias que el Dr. Laguna pone a
continuación de aquélla, las siguientes: Tabla de los nombres
Barbaros, que son los que se usan por las boticas. -Tabla de los
nombres Castellanos, entre los quales van algunos Extrangeros, pero
Españolizados.
-Tabla de los nombres Catalanes. -Tabla de los
nombres Portugueses. -Tabla de los nombres Italianos. -Tabla de los
nombres en Frances.
-Tabla de los nombres Tudescos.

1575.

1135. Indice
compuesto por Don Gonzalo Argote de Molina, de algunos vocablos
antiguos que se hallan en el libro del Conde Lucanor, escrito por Don
Juan Manuel.
Las cinco últimas páginas del libro citado al núm.
407, columnas 889, 890 y 891, contienen más de 240 vocablos usados
en el siglo XIV y tenidos por arcaicos en el XVI, cuyas
correspondencias van al lado.

1606.

1136. Vocablos
arcáicos
sacados del Fuero Juzgo, de las Partidas, Historia del Rei Don Alonso
i del Infante Don Juan Manuel, con sus correspondientes usados a
principios del siglo XVII, por el
Dr. Bernardo Aldrete.
Págs.
178-181 (por orden alfabético, a dos cols.), cap. VI (Del romance
antiguo de España y como las lenguas se mudan con el tiempo) del
lib. II del Origen de la lengua castellana.
D. Gregorio Mayans y
Siscar reimprimió dicha lista de vocablos en sus Orígenes de la
lengua española, tomo II, págs. 265 y 271.

1640.

1137.
Indice de algunos vocablos antiguos para noticia de la Lengua
Castellana, por el Ldo. D. Francisco Fernandez de Rivadeneyra.
Léese
al fin de un MS. en 4.°, de este autor, fechado en Toledo, año de
1640, existente hoy en la Biblioteca Nacional de Madrid con este
título: Vestuario de curiosos y teatro de sentencias, enucleadas,
por…. etc.
Parece dispuesto para la imprenta. Dice el Ldo.
Rivadeneyra en su prólogo al procaz lector: … vigilias son (estos
borrones) de mi adolescencia, no con altivez de impresión
recopiladas… Las sentencias están por orden alfabético; y como
entre ellas se citan versos del Conde Lucanor, el glosario puesto al
final contribuye a esclarecer algunas de las palabras de aquéllos.

1721

1138. Vocablos del idioma vulgar que se hallan
en las Historias y Escrituras antiguas, explicados según la
combinación, que he hecho, del Fuero Juzgo vulgar con el latino, y
expuestos atento a los Diccionarios antiguos de los Monasterios de
Cardeña y Silos y del Ar
abigo,
que
escrivio
el Padre Alcal
a.
Por Fr. Francisco de Berganza.
Al fin de este glosario léese:
Aunque por el índice de vocablos que aquí se han puesto se puede
advertir cómo nuestros antiguos fueron declinando de la lengua
latina en el romance antiguo, introduciendo y mudando unas letras por
otras, y muchas veces añadiendo y quitando letras a muchas
dicciones, como notó muy bien el Doctor Alderete; sin embargo,
pondré aquí cómo se vsurparon unas letras por otras, y cómo se
alteraron muchas palabras, para que con alguna facilidad se venga en
conocimiento de otros vocablos antiguos que no se han puesto aquí
por evitar proligidad. (Siguen los cambios fonéticos.)
Págs.
687-693 (a dos cols.) del tomo II y último de las Antigüedades de
España, propugnadas en las noticias de sus Reyes, en la Coronica del
Real Monasterio de San Pedro de Cardeña, en Historias, cronicones, y
otros instrumentos manuscritos, que hasta aora no han visto la luz
pública. Parte segunda. Compuesta por el R. P. M. Fr. Francisco de
Berganza, Predicador General de la Religión de San Benito. Con
licencia. En Madrid: Por Francisco del Hierro. Año MDCCXXI.
Fol.
-12 hs. prels. + 693 págs. + 7 hs. finales.

1737.

1139.
Del arcaísmo, por D. Gregorio Mayans i Siscar.

Decía este
autor en el tomo I de sus Orígenes de la lengua española (págs.
186-188): -§206. – Hai total diferencia entre las Palabras
Antiquadas y las no Frequentadas. Las antiquadas son aquellas que se
dejaron de usar después que en su lugar se substituyeron otras
usando de estas, i no de aquellas. Assi decimos por Afruenta.
Afrenta: por afuciar, esperanzar; por al, otra cosa; por ataifor,
aparador; por ayuso, abajo; por affaz, harto (farten chapurriau), por bocero, esto es, el
que lleva la boz de otro (ahora decimos voz), procurador; por
ciaostra, claustro; por estafa, que venía del bárbaro stapeda,
estribo; por cimorro, cimborrio; por diezmas, decimas o diezmos; por
farzador, farzante; por huego, fuego; por jorguina, que quizá viene
de Gorgona, bruja; por ledo, alegre; por llamamento, llamamiento; por
malatia, enfermedad; por
naochero,
marinero; por orife. Platero; por pancera, peto; por Personero,
Procurador; por Trotero, Corredor; por Portacartas, Correo; por
semejable, semejante; por Tintor, Tintorero; por vandero, parcial;
por zatico, mendrugo.
§ 207. -Palabras no Frecuentadas son
aquellas, que no se usan con Frecuencia, o porque no se ofrece, o por
la ignorancia de los que hablan, y escriven; siendo assi que al mismo
tiempo las usan los hombres eloquentes, si se les ofrece hablar de lo
que ellas significan: como Astroso, el que nació en mala estrella,
si es que hay estrella que sea mala; bajura, lo contrario de altura;
blanqueadura, cadañera o cadañal cosa; desmeollar, ermar, faltoso,
garrideza; hardalear, lo mismo que ralear; infernar; juraderia;
lenguear, por tomar lengua; gafedad, por lepra; mañear, por disponer
con maña; manera, por armadura de manos; madron, por un género de
ballesta; papera, por gola (
gola en chapurriau, o garganchó: garganta; pap en ch.: buche, boca);
nerviar, por travar con nervios; ochentañal, el que tiene ochenta
años, nombre diverso del que llamamos ochenton por ponderación de
la vejez; plomiza; quatrodial, quatromensal, quatrañal, quarentañal,
el que tiene quatro días, o meses, o quatro, o quarenta años;
ralear, hacerse la cosa rala; seisañal, el que tiene seis años;
setentano, el que tiene setenta, diverso del setenton; tavernear,
frecuentar la taverna (
taberna);
Veinteiquatria, dignidad de Veinteiquatro. No ignoro que en algunos
casos pueda dudarse si los Vocablos son Antiquados, o modernamente no
Frequentados. Pero en tal caso yo siempre estaré de parte de la
Abundancia de la Lengua, i me tomaré la licencia de usarlos; porque
no aviendo Vocablo nuevamente substituido en lugar del antiguo mui
espresivo, o no estando enteramente recibido el subrayado, no devemos
desechar el primero ya admitido por otro menos significativo y
nuevamente intruso. Así no culparía yo al que digese (
dijese)
aferes (
affaires)
por negocios inútiles; amollecer (
amolláen chapurriau, molla de pa: miga de pan),
por ablandar; braveria, por bravura; comienzo (
escomensamén
en ch.
), por principio; complacedor,
por gurrumino; desalforjar, por sacar de las alforjas; escucha,
centinela de por noche; finamiento, acto de acabar la vida;
guisamiento, por el hecho de guisar la comida; helgadura, por el
claro de los dientes; infernar, por meter en el infierno; Judiega,
cosa la que es de judíos; Kiriar, por cantar los Kiries; ladronia
(
ladronía),
por latrocinio; mañear, por levantarse de mañana (
madrugar);
nerviar, por travar con nervios (
repetido);
otoñar, por pasar el otoño; pollazon, por criazon de pollos;
querencia, por buena voluntad; rodrigazon, tiempo de rodrigar vides;
sangradera, pot lanceta; tossegoso, por el que tose mucho; vandero,
por hombre de vando.

1737.

1140. Diccionario de voces
españolas antiguas, por Don Blas Antonio Nasarre, bibliotecario
mayor del Rey de España.
D. Gregorio Mayans dice en sus Orígenes
de la lengua española, que estaba trabajando esta grande obra, en la
cual se vería su grande y exquisita lección, sagaz y atinada
crítica. Nosotros no tenemos noticia de que haya llegado a
publicarse, ni de que exista el MS.

1758.

1141.
Colección de voces arcáicas
castellanas de los siglos XII, XIII, XIV y XV, con sus modernas
acepciones, por los PP. Esteban de Terreros y Andrés Marcos Burriel.

Estudio hecho en las muchas notas de la Paleografía española,
que contiene todos los modos conocidos, que ha habido de escribir en
España, desde su principio y fundación, hasta el presente, a fin de
facilitar el registro de los Archivos, y lectura de los manuscritos,
y pertenencias de cada particular; juntamente con una historia
sucinta del idioma común de Castilla, y demás lenguas, o dialectos,
que se conocen como propios en estos Reynos: substituida en la obra
del Espectáculo de
la Naturaleza, en vez de la Paleografía
francesa, Por el P. Estevan de Terreros y Pando, Maestro de
Mathematicas en el Colegio Imperial de la Companía de Jesus de esta
corte: y la dedica a la Reyna
nuestra Señora Doña María
Barbara. En Madrid: En la Oficina de Joachin Ibarra, calle de las
Urosas. Año de 1758.
8.° -2 hs, prels. + 160 págs. + 18
láminas finales grabs. por González y por Peña.
Véase el núm.
21, columnas 103 y 104.)

1779.

1142. Indice de voces
anticuadas, puesto ai fin de la Crónica de Don Juan Segundo,
reimpresa en Valencia el año 1779.
Es un sucinto extracto de las
muchas voces que aclara Martínez de la Puente en el Epítome de
dicha Crónica. En el Indice alfabético de este Epítome se hallan
muchas palabras arcaicas, indicándose a continuación las páginas
del libro en donde se explican. He aquí la noticia bibliográfica de
esta obra: Epítome de la crónica del Rey Don Ivan (Iuan,
Juan
) el Segvndo de Castilla hecho por
Don Joseph Martínez de la Pvente. Añadidas varias noticias,
pertenecientes a esta Historia, y declarados muchos vocablos de la
Lengua Antigua Castellana, que todo vá incluso entre estas dos
señales + (cruz) y *. Dedicado al Señor don Ambrosio de Onis,
Cavallero de la Orden de Santiago, Señor de la Villa de Olivares,
Casa, y Bosque Real de la Quemada, del Consejo de Su Magestad, en su
Tribunal de la Contaduría mayor de Cuentas, y su Alguacil mayor del
de la Santa Cruzada, &c. Año (esc. del imp.) de 1678. Con
privilegio: en Madrid. Por Antonio Gonçalez de Reyes. A costa de
Gabriel de Leon, Mercader de Libros. V
endese
en su casa en la Puerta del Sol.
Fol. -6 hs. prels. + 342 págs.
+ 15 hojas finales.

1143. Glosario de voces arcaicas, por D.
Tomás Antonio Sanchez, bibliotecario de S. M.
Hállase en su
Colección de poesías castellanas anteriores al siglo XV: Madrid.
MDCCLXXIX.
El Sr. D. Florencio Janer la incluyó en el tomo LVII
de la Biblioteca de Autores españoles de Rivadeneyra.
1786.

1144. Del antiguo lenguaje comparado con el moderno, por D.
Antonio de Capmany.
Págs. 180-201 del tomo I del Teatro
histórico-crítico de la elocuencia española. (Véase el núm. 25.)

1786-1794.

1145. Glosario de voces arcaicas, por D.
Antonio de Capmany y de Montpalau.
En su Teatro histórico
-crítico de la elocuencia española…: Madrid, en la oficina de
Sancha, MDCCLXVI-MDCCXXXCIV (5 tomos), puso al fin del primero y al
frente de los demás un índice alfabético de las voces antiquadas,
obscuras, y desusadas que se leen en las muestras de romances,

contenidas en el volumen correspondiente.

1808.

1146.
Diccionario para facilitar la inteligencia de estos fueros. Dispuesto
por Don Felipe Baraibar de Haro, abogado de los Reales Consejos,
Síndico consultor del Reyno de Navarra. En Pamplona: En la imprenta
de Paulino Longas, año de 1808.
Fol. -36 págs.
Va a
continuación de los Fueros del Reyno de Navarra, desde su creación
hasta su feliz unión con el de Castilla. Con las licencias
necesarias: En Pamplona, por Longas, año de 1815. -Fol.

1815

1147. Glosario de voces anticuadas
del Fuero Juzgo.
Al final de la magnífica edición del Fuero
Juzgo, publicada por la Real Academia Española el año de 1815 en
Madrid en la imprenta,de Ibarra, impresor de Cámara de S. M. y desde
la pág. 213 hasta la 231, a tres columnas, hállase un Glosario de
voces antiqüadas y raras que se hallan en el texto castellano de
dicho Fuero Juzgo. Precédenle unas observaciones para el uso del
Glosario, y refiriéndose a él en el prólogo general de la obra, se
dice:
En el Glosario castellano se ha procurado conciliar la
brevedad y la claridad, ciñéndolo a los términos de lo preciso y
conveniente. Por esta razón, aunque se han expresado con prolijidad
las voces exóticas de rara construcción y difícil inteligencia,
sólo se han puesto algunos exemplos de varios arcaísmos que se
observan generalmente en la formación de los verbos y adverbios, y
en otros casos en quesería fastidiosa e inútil la repetición
después de estar el lector advertido. Por lo demás, la Academia,
deseosa de dar a este Glosario toda la perfección de que es capaz, y
de afianzar más y más la exactitud de las correspondencias, ha
consultado, al formarle, el de Gonzalo Argote de Molina al Conde
Lucanor; el del Maestro Fr. Francisco Barganza a sus Antigüedades de
España, y el de D. Tomás Antonio Sánchez a su Colección de
poesías castellanas anteriores al siglo XV. Ha cotejado asimismo los
artículos de su Glosario con el Tesoro de la lengua castellana de D.
Sebastián de Covarrubias; con la Historia de Ultramar, las Partidas,
la Crónica y el Libro de las Cruces, del Rey Don Alonso el Sabio; el
Ordenamiento de Alcalá, los Morales de San Gregorio y el Rimado de

Palacio, de Pedro López de Ayala; el Libro de la Gaya Sciencia,
de D. Henrique de Aragón, Marqués de Villena; el Romancero y el
Cancionero general, y las obras inéditas del Infante D. Juan Manuel,
de que existe un códice preciosísimo en la Real Biblioteca de esta
corte.

1822.

1148. Lista de las voces anticuadas
(castellanas) que conservan algún uso. A continuación de cada una
se pone su equivalente, el cual se hallará en el cuerpo del
diccionario, donde se encuentra con su correspondencia latina. Por
Don Manuel de Valbuena.
Págs. 1.117 -1.124 de su Diccionario
español-latino. (Véase el núm. 752, col. 1.530.)
1831.

1149.
Explicación de algunas voces antiguas, por Jacobo Grimm.
Págs.
XIII -XXVIII del libro Silva de romances viejos, publicado por Jacobo
Grimm: Vienna de Austria, encasa de Schmidt, 1851.
8°-XXVIII +
318 págs + 2 de erratas.
La mayor parte de estos romances los
entresacó el Sr. Grimm del Cancionero de Amberes de 1555.

1835.

1150. Con el título de Declaración de los vocablos obscuros
de las Farsas, puso D. Bartolomé José Gallardo un Glosario de las
voces que hoy no están en uso, yse leen en el Triunfo de amor de
Juan del Encina, y en una Farsa o cuasi Comedia fecha por Lucas
Fernández, en la cual se introducen tres personas, conviene a saber:
una doncella, un pastor y un caballero cuyos nombres ignoramos, e no
los conoscemos mas de en cuanto naturaleza nos los muestra por la
disposición de sus personas. Las cuales piezas dramáticas imprimió
aquel bibliófilo en el núm. 5.° de El Criticón, papel volante de
Literatura y Bellas Artes… Madrid, imprenta de I. Sancha, calle de
la Concepción, núm. 31: 1835.
Gallardo declara, por orden
alfabético, el significado de unas cien palabras.

1841.

1151. Glosario de voces arcáicas,
por D. Luis Usoz y Rio.
Págs. 247-255 de la reimpresión que en
1841 hizo en Londres del Cancionero de Obras de Burlas Provocantes a
Risa. Cum privilegio. En Madrid. Por Luis
nchez.

8.° -XIII + 255 págs.
La paginación romana contiene unas
advertencias, firmadas por D. Luis Usoz y Río, El Cancionero, y su
Glosario al fin, están numerados con arábigos.

1842.

1152. Archaismos y uso.
Artículo, por D. José de Castro
y Orozco, en la Revista de MadriD. Tomo IV: Madrid, imprenta de D.
Fernando Suárez, plazuela de Celenque, núm. 3, 1842.
Págs.
273-284.

1843.

1153. Taboa glossaria mostrando a
significaçāo de algunas palavras antiquadas que se encontrāo nesta
obra, e que se nāo achāo no Diccionario de Moraes (Lisboa, 1833), e
no da Academia Hespanhola (París, 1830).
Págs. 393-401 (a dos
cols.) de las Obras de Gil Vicente, correctas e emendadas pelo
cuidado e diligencia de J. V. Barreto Feio e J. C. Monteiro. Tomo
terceiro (y último) . Lisboa. Acha-se tambem em Pariz, na Livraria
Europea de Baudry, 3, quai Malaquais, près le pont des Arts. 1843.
(A la vuelta de la anteportada:) Pariz, na officina typographica de
Fain e Thunot, rue Racine, 28, junto ao Odeon.
Esta edición de
las obras de Gil Vicente forma los tomos IV, V y VI de Classicos
portuguezes.

1846.1154. El Diccionario del Salvá (Véase
el núm. 758) debe de consultarse por el especial estudio que
consagró a las voces anticuadas, dando cabida en su obra a los
estudios que sobre la materia hizo durante su vida aquel erudito
acerca de ciertas palabras de muchos libros de nuestra clásica
literatura antigua.

1851.

1155. Glosario de voces
arcaicas, por D. P. J. Pidal.
Hállase en el Cancionero de Juan
Alfonso de Baena (siglo XV). Ahora por primera vez dado a luz, con
notas y adiciones: Madrid. imprenta de La Publicidad, a cargo de M.
Rivadeneyra… 1851.
4.°-Págs. 703-720.

1852.

1156. Glosario de voces arcaicas (1438-1458),
por D. José Amador de los Ríos.
Hállase en el libro Obras de
Don Iñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, ahora por
primera vez compiladas de los códices originales, e ilustradas con
la vida del autor; notas y comentarios, por Don José Amador de los
Ríos… Madrid, imprenta a cargo de José Rodríguez, 1852.
4.°-
Págs. 525-590.

1854.

1157. Diccionario de las
palabras anticuadas que contienen los documentos existentes en los
archivos generales y municipales de Navarra, y de su correspondencia
con el lenguaje actual. Por
D. José Yanguas y Miranda,
Secretario de la Excma. Diputación provincial, Archivero de Comptos
e individuo correspondiente de la Real Academia de la Historia y de
otros Cuerpos literarios. Pamplona, imprenta de Francisco Erasun,
1854.
8.° – 83 págs.
Port. – Pról. – Texto.
Trabajo de
muy especial interés para el estudio histórico de nuestro idioma
castellano.

1856.

1158. Glosario de voces arcaicas
(siglo XIV), por D. Florencio Janer.
Hállase en La danza de la
muerte, poema castellano del siglo XIV, que, con preámbulo,
facsímile y explicación de las voces más anticuadas, publicó d.
Florencio Janer, conforme al códice original en París, año de
1856.
Luego incluyó el mismo señor esta pieza poética en la
Biblioteca de Autores españoles de Rivadeneyra, tomo 57.

1858.

1159. Glosario de voces arcaicas, por Damas- Hinard.

Hállase en el Poeme
dn Cid. Texte espagnol, accompagné d´une traduction française, de
notes, d´une vocabulaire et d´une introduction, par Damas- Hinard.
París, MDCCCLVIII.

1160. Glosario de palabras anticuadas o
cuya significación ha variado, por D. Pascual de Gayangos. Págs.
661-665 (a tres columnas) de La gran conquista de Ultramar, que mandó
escribir D. Alfonso el Sabio; ilustrada con notas críticas y un
glosario, por D. Pascual de Gayangos, individuo de número de la Real
Academia de la Historia: Madrid. M. Rivadeneyra, impresor-editor,
calle de la
Madera, 8, 1858. (Biblioteca de Autores españoles.)

En la Introducción y en las Notas se esclarece también el
sentido de muchas palabras anticuadas.

1863.

1161.
Glosario de voces anticuadas (siglo XIV), por D. Florencio Janer.

Hállase al fin del Poema de Alfonso Onceno (XI),
Rey de Castilla y de Leon, Manuscrito del siglo XIV publicado por vez
primera de orden de S. M. la Reina, con noticias y observaciones de
Florencio Janer: Madrid. impresa por D. Manuel Rivadeneyra, Agosto de
1863.
Luego lo incluyo Janer en la Colección de poetas
anteriores al siglo XV, que forma el tomo LVII de la Biblioteca de
Autores españoles de Rivadeneyra,

1162. Del arcaísmo y del
neologismo. ¿Cuándo se debe considerar fijada una lengua? Discurso
escrito por D. Pedro Felipe Monlau, y leído en la Junta que, para
celebrar el aniversario de la
fundación de la Real Academia
Española, tuvo lugar el día 27 de Setiembre de 1863.
Publicado
en las Memorias de la Academia, tomo I: Madrid. 1870, págs. 422.

Exordio. -I. Origen del castellano. -II. Formación del
castellano. -III. ¿Cuándo está fijado un idioma? ¿Cuándo se fijó
el castellano? -IV. Vicisitudes naturales en toda lengua viva. -V.
Del arcaísmo. -VI. Del neologismo. -VII. Conclusión. – Apéndice I.
Catálogo de algunas voces latinas, comparadas con sus sinónimas o
análogas que no pasaron a lenguas romances en la época de la
primera formación de éstas. -Apéndice II. Catálogo de las voces
castellanas calificadas de anticuadas en el Diccionario de la
Academia Española (10. edición, 1852). -Notas.

1864-1866.
1163. Diccionario de voces antiguas castellanas, por
Manuel do Canto e Castro Mascarenhas Valdez. (Véase el núm. 772.)1864.

1164. Glosario de voces arcaicas (siglos XIII y
XIV), por D. Tomás Antonio Sánchez, D. Pedro José Pidal y D.
Florencio Janer.

Hállase al fin del tomo
quincuagésimo-séptimo de la Biblioteca de Autores españoles desde
la formación del lenguaje hasta nuestros días. Poetas castellanos
anteriores al siglo XV. Colección hecha por D. Tomás Antonio
Sánchez, continuada por el Excelentísimo Sr. D. Pedro José Pidal,
y considerablemente aumentada e ilustrada a vista de los códices y
manuscritos antiguos, por D. Florencio Janer: Madrid. M. Rivadeneyra,
impresor, editor… 1864.
Este Vocabulario o Glosario es el de
Sánchez, muy aumentado; pues, según el título del libro indica,
habiendo puesto los continuadores de esta colección otras piezas
antiguas, hubieron de señalar también el sentido de muchas voces
que en ellas había.

1865.

1165. Glosario de voces
arcaicas del Fuero de Avilés (1155), por D. Aureliano
Fernández-Guerra.
Va al fin del notabilísimo Discurso sobre
aquel monumento del siglo XII, leído por el Sr. Fernández-Guerra en
Junta pública de la Real Academia Española para solemnizar el
aniversario de su fundación: Madrid. Imprenta Nacional, 1865.
4.°
-Págs. 137-188.
Bueno será recordar aquí que el Sr.
Fernández-Guerra dice, en una advertencia que precede al
Vocabulario, lo siguiente: No pudiendo estimarse monumento
lingüístico genuino el Fuero de Avilés, sino curiosa y muy
estudiada invención del siglo XIII, nadie considere este Vocabulario
como parte de un período fijo y determinado en la lengua castellana.
La que ostenta el diploma, ni corresponde fielmente a la época del
Emperador Alfonso VII el Invicto, ni a la de Alfonso X el Sabio; y
para acreditarse y autorizar la edad. todas sus palabras han de
constar con el auxilio y apoyo de otros documentos legítimos.

(Véase el núm. 54.)

1166. Unas doce docenas de palabras
que no se hallan en el Diccionario de la lengua, sacadas de obras
antiguas elegidas por la misma Real Academia Española, según las
listas que acompañan la primera edición del Diccionario.
Ms. en
Fol. de 14 págs. que, con el título copiado, existe en la
Biblioteca de la Real Academia Española. Carece de fecha, pero la
letra es de mediados del siglo actual.
Puede decirse que es casi
exclusivamente un glosario de voces y frases arcaicas que se leen en
los libros y ediciones siguientes:
-Arcipreste de Talavera, que
trata de vicios e virtudes y reprovacion de loco amor: assi de los
hombres como de las mujeres: o según algunos llamado cornacho:
Sevilla, 1547.
-Bocados de oro: Sevilla, 1495.
-Centón
epistolario del bachiller Fernán Gómez de Cibdareal: Madrid. 1790.

-Generaciones e Semblanzas de Fernán Pérez de Guzmán, en
seguida del Centón.
-Claros varones de Castilla y letras de
Fernando del Pulgar: Madrid. 1789.
-Celestina: Tragicomedia de
Calisto y Melibea: Anvers, 1595.
-Libro intitulado los Problemas
de Villalobos: Sevilla, 1550.
-Las seis comedias de Terencio,
traducidas en castellano, por Pedro Simón Abril: Valencia, 1762.

-Ortografía castellana, por Mateo Alemán: México, 1609.

-Comedia Eufrosina, traducida de lengua portuguesa en castellano
por el capitán D. Fernando de Ballesteros y Saavedra: Madrid. 1735.

1866.

1167. Glosario de voces anticuadas (hay muchas
técnicas de milicia y marina), por D. Pascual de Gayangos.
Págs.
95-107 de las Cartas de Eugenio de Salazar, vecino y natural de
Madrid, escritas a muy particulares amigos suyos, publicadas por la
Sociedad de Bibliófilos españoles: Madrid, imprenta y estereotipia
de M. Rivadeneyra, calle del Duque de Osuna, núm. 3, 1866.

1867.

1168. Glosario de voces arcaicas, por D. Eduardo de
Mariátegui.
Págs. 237-251 del libro, en 4.°, Carpintería de
lo blanco y tratado de alarifes, por Diego López de Arenas. Tercera
edición que se hace de este libro, con el Suplemento que escribió
Don Santiago Rodríguez de Villafañe, anotada y glosada por D.
Eduardo de Mariátegui, Capitán de Ingenieros.
Biblioteca de El
Arte en España. Madrid. 1867. Imprenta de Manuel Galiano, plaza de
los Ministerios, 2.

1868.

1169. Explicación de
varias palabras de origen arábigo antiguamente usadas, por E. L. y
A.
Págs. 145 y 146 de las Relaciones de algunos sucesos de los
últimos tiempos del Reino de Granada, que publica la Sociedad de
Bibliófilos españoles: Madrid. MDCCCLXVIII. Imprenta y estereotipia

de M. Rivadeneyra, calle del Duque de Osuna, núm. 3.
1170.
Catálogo de algunas voces arcaicas del reino de Aragón, por D.
Francisco Ortiz y Duaso.
(Véase el núm. 56, columnas 314 y
315.)

1171. Vocabulario de palabras anticuadas, por D.
Eduardo de Mariátegui.

Págs. 71 y 72, a dos cols. del libro
en folio, intitulado Compendio de arquitectura y simetría de los
templos, conforme a la medida del cuerpo humano, con algunas
demostraciones de Geometría. Recogido de diversos autores naturales
y extranjeros por Simón García, arquitecto natural de Salamanca.
Año de 1681. Publicado en el tomo VII de El Arte en España. Año de
1868. Madrid. Imprenta de Manuel Galiano, plaza de los Ministerios,
2. 1868.

/ Anexo : Cartas Philatélicas del Doctor Thebussem y
de Don Eduardo de Mariátegui.
https://archive.org/details/CASGA_380318_003/page/n1
Kpankla: (carta dirigida al Sr. D. Eduardo de
Mariategui.
https://archive.org/details/kpanklacartadir00thebgoog/page/n7
/
1869.1172. Glosario de voces
anticuadas, por D. Pascual de Gayangos.
Págs. 203-214 de El
libro de las aves de caça del Canciller Pero López de Ayala con las
glosas del Duque de Alburquerque. Publícalo la Sociedad de
Bibliófilos: Madrid. MDCCCLXIX. Imprenta de M. Galiano. Plaza de los
Ministerios, 2.

1870.

1173. Glosario de voces
arcaicas para las cartas de Eugenio de Salazar.
Págs. 306-310
del tomo II del Epistolario español, formado por D. Eugenio de
Ochoa: Madrid. 1870. Tomo LXII de la Biblioteca de Rivadeneyra .

Estas cartas fueron publicadas por primera vez en 1866 por la
Sociedad de Bibliófilos españoles, ilustradas por D. Pascual de
Gayangos. (Véase el número antecedente.)

1174. Glosario de
voces anticuadas, por D. J. M. Escudero de la Peña.

Págs.
251-304 del Libro de la Cámara Real del Príncipe Don Juan e
offiçios de su Casa e Serviçio ordinario, compuesto por Gonçalo
Fernandez de Ouiedo. Publícalo la Sociedad de Bibliófilos
españoles. Madrid. MDCCCLXX. -Imprenta de la Viuda e hijos de
Galiano, plaza de los Ministerios, núm. 2.

1175. Una Zuiza
en el siglo XVI. – Más sobre la Zuiza.
Artículos por D. Antonio
Martín Gamero, correspondiente de la Real Academia Española,
publicados en el tomo II de las Memorias de esta Corporación:
Madrid. 1870, págs. 137-175.
Eruditísima y razonada definición
de esta palabra, cuyo verdadero sentido y alcance se exponen con el
apoyo de graves autoridades.

1871.

1176. Explicación
de la denominación que antiguamente se daba de bastardas a las
trompetas, por V. V.
El Averiguador, tomo I. segunda época:
Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1871, página 138.

1177. Explicación de la frase anticuada
venablo de compañía (siglos XVI-XVII), por E. L. M,
El
Averiguador, tomo I, segunda época: Madrid, imp. de Rivadeneyra,
1871.
4.°- Pág. 22.

1178. Explicación de las voces
anticuadas (siglo XVII) suplicaciones y tabletas, por M. C.

Artículos insertos en El Averiguador, tomo I, segunda época:
Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1871.
4.°- Págs, 196-229.

1179.
Explicación del adjetivo anticuado raida
aplicado a la desvergüenza del trato y modales, por A. Rentero y F.
H. I.
Artículo inserto en el periódico El Averiguador, tomo I,
segunda época: Madrid, imprenta de Rivadeneyra, 1871.
4.°-Págs.
260, 339-40.

1180. Significación y etimología del verbo
anticuado murciar,
por M. A. y J.R.
El Averiguador, tomo I, segunda época: Madrid,
imp. de Rivadeneyra, 1871.
4.° – Págs. 275 y 201.

1181.
Significado de la frase arcaica huevos mexidos (siglo XVII), por J.
d´Araujo y el Br. S. Carrasco.
El Averiguador, tomo I, segunda
época: Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1871.
4.°-Págs. 39 y 150.

1182 . Significado de la voz anticuada grosa,
por J.(osé) M.(aría) E.(scudero) de la P.(eña).
El
Averiguador, tomo I, primera época; Madrid, imp. de Rivadeneyra,
1868.
4.°-Pág. 56.

1183. Origen y significación de la
palabra anticuada abezar,
por A. R. V. Br. S. Carrasco y J. R.
Artículos insertos en el
periódico El Averiguador, tomo I, segunda época: Madrid. imp. de
Rivadeneyra, 1871.
Págs. 101, 166, 198.

1184. Trato de
cuerda. Explicación de este género de suplicio, por F. R. de C. y
E. de la P.
Págs. II, 47 y 112 del tomo I de la Revista de
Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid. imp. de Rivadeneyra, 1871.

1185. Morabitis cerinis (= doblas cacemies, dineros
alfonsinos, etc.), por V. V.
Págs. 47 y 175 del tomo I de la
Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid. imp. de
Rivadeneyra, 1871,

1186. Sobre el significado de las voces
arcaicas montazgo y montazguillo, por V. R.
Pág. 79 del tomo 1
de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid, imp. de
Rivadeneyra, 1871.

1187. Maquedo y Tentura (= penas de la
Inquisición), por F. R. de C.
Pág. 254 del tomo I de la Revista
de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid, imprenta de Rivadeneyra,
1871.

1188. ¿Eran sinónimas las antiguas voces
infurcion y humazga? Su verdadero significado, por V. V.
Págs.
189 y 207 del tomo I de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos:
Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1871.
1189. Acepción arcaica de la
voz
garnacha,
por F. R. de C. y V. V.
Revista de Archivos, Bibliotecas y
Museos, págs. 221, 270 y 271, tomo I: Madrid, imprenta de
Rivadeneyra, 1871.

1190. Sobre el significado de la voz arcaica folbez
(siglo XIII).
Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, tomo I,
pág. 270: Madrid, imp. De Rivadeneyra, 1871.
1191. Acerca del significado de la voz arcaica
compendióle o compinale (= medida para líquidos)
Revista de
Archivos, Bibliotecas y Museos, tomo I, pág.79: Madrid, imprenta de
Rivadeneyra, 1871.
1192. Explicación de la frase arcaica argento caçmi.

Págs. 15 y 31 de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos,
tomo I: Madrid, imprenta de Rivadeneyra, 1871.1193. Sobre la
acepción de la voz arcaica botteja.
En la Revista de Archivos,
Bibliotecas y Museos, tomo I, pág. 187: Madrid, imprenta de
Rivadeneyra, 1871.

1194. Significado del nombre arcaico amarelo,
amarielo, por J. P. Y M.
Págs 206, 238, y 239 del tomo I de la
Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid, imprenta de
Rivadeneyra, 1871.
1195. Significado de la voz arcaica adorras (siglo
XI), por V.V.
Págs. 46 y 95 de la Revista de Archivos,
Bibliotecas y Museos, tomo I: Madrid, imprenta de Rivadeneyra, 1871.
1872.
1196. Significado del arcaismo campete o canpete, por
F. de H.
El Averiguador, tomo II, segunda época: Madrid, imp. De
Rivadeneyra, 1872.
4.° – pág. 53.1197. Sobre las voces
carlan y carlania, arcaísmos aragoneses, por P. S. y D. y J. M. de
P.
El Averiguador, tomo II, segunda época: Madrid, imp. de
Rivadeneyra, 1872.
4.°- Págs. 323, 354-55.

1198.
Significado de la voz arcaica (siglo XVI) Rodero (especie de cargo
concejil), por A. R. V y V. de la F.
Revista de Archivos,
Bibliotecas y Museos, tomo II: Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1872.

1199. Acerca del arcaísmo mofarrex (siglo XI), por A. A.

Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, pág. 174 del tomo II:
Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1872.

1200. Acerca del
significado de maquila, por J. B.
En la Revista de Archivos,
Bibliotecas y Museos, tomo II, pág. 46: Madrid, imp. de Rivadeneyra,
1872.

1201. Acerca del significado de jufrada o jufria (siglo
XVI), por V. y C.
Pág. 142 de la Revista de Archivos,
Bibliotecas y Museos, tomo II: Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1872.

1202. Significado de la voz medioeval excusado,
por C. T. y V. V.
Págs. 370 del tomo II y 14 y 15 del tomo III
de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid, imp. de
Rivadeneyra, 1872 y 1873.

1203. Significado de la voz entroydo
(siglo XIII), por S. C. y V. V.
Págs. 370 del tomo II y 16 del
tomo III de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid,
imp. de Rivadeneyra, 1872-73.

1204. Significado de la voz
arcaica clamaieras (siglo XIV), por A. C, F. F. y T. Borrell y del C.

Págs. 323, 340, 355 y 356 del tomo II de la Revista de Archivos,
Bibliotecas y Museos: Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1872.

1205.
Sobre el significado de las voces arcaicas caplevador, capleuta, por
T. de C.
Pág. 62 del tomo II de la Revista de Archivos,
Bibliotecas y Museos: Madrid, imprenta de Rivadeneyra, 1872.

1206.
Acerca de lo que significa aguas bressas (siglo XVI), por P. S. y D.

Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, tomo II, pág. 323:
Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1872.

1207. Glosario de voces
arcaicas, por F. del V. y J. S. R.
Págs. 461-468 del Cancionero
de Lope de Stúñiga, códice del siglo XV. Ahora por vez primera
publicado: Madrid, imprenta y estereotipia de M. Rivadeneyra, c ille
del Duque de Osuna, núm. 3, 1872. -Es el tomo IV de la Colección de
libros españoles, raros o curiosos.

1873.

1208.
Acepción arcaica de la palabra cabo, por J. O. y V. V.
Págs. 48
y 256 del tomo III de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos:
Madrid. imp. de Rivadeneyra, 1873.

1209. Acepción de la
palabra amo en el siglo XIV, por J. S. y P. S. y D.
Págs. 222
del tomo III y 387 del tomo IV de la Revista de Archivos, Bibliotecas
y Museos: Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1873.

1210. Sobre el
verdadero significado de las palabras barnadillo o baruadillo y ceptí
del carro, especies de papel-moneda a mediados del siglo XV, por A.
C.
Pág. 335 del tomo III de la Revista de Archivos, Bibliotecas
y Museos: Madrid, imprenta de Rivadeneyra.

1211. Sobre el
significado de la voz arcaica alsarda, por P. S. y D.
Pág. 319
del tomo III de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid,
imprenta de Rivadeneyra, 1873.

1212. Acepción de las
palabras arcaicas cogedor y sobrecogedor, por R, R. V. P. S. y D. y
V. V.
Págs. 240, 288, 304 y 336 del tomo III de la Revista de
Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1873.

1213. Acepción de las voces sexma, sexmero, por V. V.
Pág.
142 del tomo III de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos:
Madrid, imprenta de Rivadeneyra, 1873.
1214. Significación de la
palabra mesturgo, por A. C. y V. V.
Págs. 272 y 303 del tomo III
de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid. imp. de
Rivadeneyra, 1873.

1215. Acepción de la frase malo foro, por
V. C. y V. V.
Págs. 14, 6, y 64 de la Revista de Archivos,
Bibliotecas y Muscos, tomo III: Madrid. imp. de Rivadeneyra, 1873.

1216. Acepción de las voces arcáicas lezda y pedage, por C.
V. V. y J. G. W.
Págs. 31, 127, 143 y 144 del tomo III de la
Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid, imp, de
Rivadeneyra. 1873.

1874.

1217. Glosario de voces
arcaicas, por Marcos Ximenez de la Espada.
Págs. 605-615 de las
ilustraciones y notas a las Andanças e viajes de Pero Tafur por
diversas partes del mundo avidos (1435-1439): Madrid, imprenta de
Miguel Ginesta, calle de Campomanes, núm. 8, 1874. Es el tomo VIII
de la Colección de libros españoles, raros o curiosos. -En las
págs. 303-320 hay un Vocabulario geográfico de la primera mitad del
siglo XV; y las págs. 559-604 contienen interesantes notas, en donde
se esclarecen también muchas palabras y frases antiguas.

1218.
Glosario de voces arcaicas (857-1461), por D. V. Vignau.
Hállase
en el siguiente libro: Indice de los documentos del Monasterio de
Sahagun, de la Orden de San Benito, y Glosario y Diccionario
geográfico de voces sacadas de los mismos. Publicados por el Archivo
Histórico Nacional: Madrid, imp. de Aribau y Compañía (sucesores
de Rivadeneyra), 1874. 4.°-Págs. 583-637.
En dicho Glosario se
incluyen muchas voces de baja Latinidad, usadas antes de la formación
del castellano, como puede haberse supuesto al ver una de las fechas
arriba indicadas.

1219. Explicación de los cargos palatinos
acroy o acroe y costiller, por R. A. y F. G. N.
Págs. 60 y 387
del tomo IV de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid.
imp. de Aribau y Compañía, 1874.

1220. Significación de
las palabras sexma, sexmero, por V. de la F.
Págs. 173 y 174 del
tomo IV de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid. imp.
de Aribau y Compañía, 1874.

1875.

1221. Sobre el
arcaísmo tora ( = especie de junta, junta
tórica
), por L. M. J.
En la
Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, año V, pág. 107, núm.
6.°: Madrid, imp. de Aribau y Compañía, 20 de Marzo de 1875.

1222. Sobre el arcaísmo otor (= fiador), por L. M. J.
En
la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, año V, pág. 107, núm.
6.°: Madrid, imp. de Aribau y Compañía, 20 de Marzo de 1875. (Sale
en Pedro Saputo, en la ristra de insultos a la vieja
)

1223.
Sobre el arcaísmo rresumido (= usado?), por R. A. de la B.
En la
Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, año V, pág. 335, núm.
21: Madrid. imp. de Aribau y Compañía, 5 de Noviembre de 1875.

1224. Sobre el arcaísmo porpales, por A. C.
En la Revista de
Archivos, Bibliotecas y Museos, año V, pág. 339, núm. 20: Madrid.
imp. de Aribau y Compañía, 20 de Octubre de 1875.

1225.
Sobre el arcaísmo randa de palillos, por A. C.
En la Revista de
Archivos, Bibliotecas y Museos, año V, pág. 339, núm. 20: Madrid.
imp. de Aribau y Compañía, 20 de octubre de 1875. (Sale
en Pedro Saputo, palillos de randa
)

1226.
Sobre el arcaísmo rete ensetado, por A. C.
En la Revista de
Archivos, Bibliotecas y Museos, año V, pág. 339, núm. 20: Madrid.
imp. de Aribau y Compañía, 20 de Octubre de 1875.

1227.
Nota sobre la voz arcaica paramio, por F. C.
En la Revista de
Archivos, Bibliotecas y Museos, año V, págs. 121 y 122, núm. 7.°:
Madrid, imp. de Aribau y Compañía, 5 de Abril de 1875.

1228.
Origen y significado de los arcaísmos paleha y fixuela. Notas por C.
J. M. L. José María Bisbar y José Cobeña.
En la Revista de
Archivos, Bibliotecas y Museos, año V, págs. 211, 228, 259, 260,
275, 276 y 292, números 12, 13, 15, 16 y 17: Madrid, imp. de Aribau
y Compañía.

1875.

1229. Acepciones de la voz arcaica
del siglo XIII, omesillo. Nota por J. R.
En la Revista de
Archivos, Bibliotecas y Museos, año V, núm. 16, pág. 275: Madrid.
imp. de Aribau y Compañía, 20 de Agosto de 1875.

1230.
Sobre el arcaísmo marrano ( = hereje), por F. R. de C. y P.
En
la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, año V, págs. 258 y
259, núm. 15: Madrid, imp. de Aribau y Compañía, 5 de Agosto de
1875.

1231. Sobre el arcaísmo cabezalero (= testamentario),
por S.
En la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, año V,
núm. 16, págs. 275: Madrid;, imp. de Aribau y Compañía, 20 de
Agosto de 1875.

1232. Lebrico o rebrico y zalbo (= clase de
carneros). Nota por F. de C.
En la Revista de Archivos,
Bibliotecas y Museos, año V, pág. 106, núm. 6.°: Madrid, imp. de
Aribau y Compañía. 20 de Marzo de 1875.

1876.

1233.
Repertorio de palabras y frases de los dos tratados de Alfonso F. de
Palençia titulados: Batalla campal que los lobos y los perros
ovieron y De la Perfeççion del triunfo militar (1457-1459),

formados por D. Antonio María Fabié, páginas 169-199.
Va
al fin del tomo V de los Libros de Antaño nuevamente dados a luz por
varios aficionados. Dos tratados de Alfonso de Palencia con un
estudio biográfico y un glosario por D. Antonio María Fabié…
Madrid. MDCCCLXXVI.

1878.

1234. Colección de
voces antiguas, formada por German Knust.
Págs. IX y X de Dos
obras didácticas y dos leyendas sacadas de manuscritos de la
Biblioteca del Escorial. Dalas a luz la Sociedad de Bibliófilos
españoles. Madrid. MDCCCLXXVIII. -Imprenta de Miguel Ginesta,
Campomanes, 8.

1235. Acepciones de muchas voces arcaicas, por
D. Julio Monreal.
Son muchas, en efecto, las palabras anticuadas
cuyo sentido se esclarece, en las notas especialmente, del libro
Cuadros viejos. Colección de pinceladas, toques y esbozos,
representando costumbres españolas del siglo xvn, por Julio Monreal.
Madrid. oficinas de La Ilustración Española y Americana,
MDCCCLXXVIII. – (A la vuelta:) Imprenta de Aribau y Compañía.
4.°
– 483 págs.

1879.

1236. Glosario de voces de los
siglos XIV y XV, por D. Felipe Benicio Navarro.
Págs. 253-281
del libro Arte cisoria de D. Enrique de Villena, con varios estudios
sobre su vida y obras, y muchas notas y apéndices, por Felipe
Benicio Navarro: Madrid. Murillo, Alcalá, 7. Barcelona, Verdaguer,
Rambla, 5. (Al fin:) El presente libro acabóse de imprimir en la
condal ciudad de Barcelona, en la imprenta de la Renaixensa, por
Pedro Aldevert, a los trece días del mes de mayo de mil ochocientos
y setenta y nueve años.
4.° -LXXXVI + 319 págs. + un retrato
del Marqués de Villena.
En el Apéndice y Notas, que comprenden
desde la pág. 119 hasta la 250, se hallará también la explicación
de muchas palabras y frases antiguas y muchas observaciones sobre
diversos puntos, relativos al lenguaje escrito y a la pronunciación
castellana en el siglo XV.

1237. Glosario de voces anticuadas
o de significación especial, por D. J. M. Escudero de la Peña.

Págs. 133-145 del libro Divina retribución sobre la caída de
España en tiempo del noble rey Don Juan el primero, compuesta por el
Bachiller Palma. Publícala por primera vez la Sociedad de
Bibliófilos españoles. Madrid. MDCCCLXXIX. – Imprenta y fundición
de Manuel Tello.

1238. Glosario de arcaísmos incluido en la
edición del Poema del Cid. hecha por Vollmoeller (Vollmöller).

Poema del Cid, nach der einzigen Madrider Handschrift mit
Einleitung, Anmerkungen und Glossar neu herausgegeben von Karl
Vollmoeller. Halle, Niemeyer, 1879.

1239. Ueber (über)
das altspanische Dreikönigsspiel, Bautzen, 1879. Von K. A. Martín
Hartmann.

https://archive.org/details/ueberdasaltspani00hartuoft/page/n4

1240. Significado de la voz arcaica pícaro, por D. C, F. D.
y D. José María Sbarbi.
Págs. 322 y 340 del tomo I de El
Averiguador universal: Madrid. 1879.

1241. Significado de la
voz arcaica muradal, por Jesús César y José María Sbarbi.
Págs.
169 y 371 del tomo I de El Averiguador universal: Madrid. 1879.

1242. Significado de la voz arcaica cabnada o cabriada, por
José María Sbarbi.
Pág. 371 del tomo I de El Averiguador
universal: Madrid. 1879.

1243. Significado del verbo arcaico anaranjear,
por P. P, y W. y Fernando Belmonte.
Págs. 43 y 308 del tomo I de
El Averiguador universal: Madrid. 1879.
1880.

1244.
Significado de la voz arcaica mecas, por C. F. D. y José María
Sbarbi.
Págs. 33, 34, 101 y 132 del tomo II de El Averiguador
universal: Madrid. 1880.

1245. Significado de la palabra
arcaica arisméticos, por J. Asmenol.
Págs. 258 y 181 del tomo
11 de El Averiguador universal: Madrid. 1880.

1246.
Explicación de las frases arcaicas aguas fusentes y aguas montantes,
por Juan J. Bueno.
Págs. 84 y 85 del tomo II de El Averiguador
universal: Madrid, 183o.

1881.

1247. Significado de
la palabra crasos, por V. de la F.
Págs. 194, 229 y 230 del tomo
III de El Averiguador iiniversni: Madrid. 1881.

1248.
Acepción de la palabra albrujaqueros, por C. F. D.
Pág. 195 del
tomo III de El Averiguador universal: Madrid. 1881.

1249.
Glosario de voces anticuadas del Poema del Cid (1307), formado por D.
Andrés Bello.
Págs. 349-416 del volumen II: Poema del Cid
(1881) de las Obras completas de D. Andrés Bello. Edición hecha
bajo la dirección del Consejo de Instrucción pública, en
cumplimiento de la ley de 5 de Septiembre de 1872: Santiago de Chile,
impreso por Pedro G. Ramírez, 1881-1888.
4.° mayor. -12
volúmenes.
Estos estudios inconclusos sobre el Poema de Mío
Cid. que por primera vez ha publicado el Gobierno de Chile, los
comenzó a componer d. Andrés Bello el año 1823, poco más o menos,
según se desprende de una carta que dirigió en junio de 1863 al
señor D. Manuel Bretón de los Herreros, Secretario de la Real
Academia Española.
El autor acredita el significado y sentido
que da a las palabras de su Vocabulario, no solamente con citas del
Poema del Cid. sino también con la autoridad de Berceo, del Poema de
Alejandro y de otros textos de los siglos medios.

1250. Notas
sobre algunos arcaísmos de las Siete Partidas (1251), por D. Andrés
Bello.
Cédulas inéditas publicadas por D. Miguel Luis
Amunátegui en el volumen V, 1881, de las Obras completas de Bello,
impresas por el Gobierno nacional de Chile.

1251. Notes sur
la langue de Farsas y Eglogas de Lucas Fernández, por Alfred
Morel-Fatio. Publicadas en la Romanía, año X, 1881.
Págs.
234-244.
Sobre el texto castellano de las obras de Lucas
Fernández, publicadas por D. Manuel Cañete, año de 1867, según
acuerdo de la Academia Española, hace el Sr. Morel-Fatio su estudio
filológico, limitándose a presentar algunas observaciones sobre
diversas palabras y formas no explicadas por el editor o
interpretadas equivocadamente. El Sr. Morel-Fatio propone a las voces
siguientes las respectivas correspondencias modernas, que también
anotamos a continuación: argulloso ( = orgulloso, argull, ergull,
cat.; orgull chapurriau);
aturar; ( = turar, arc.; aturarse, cat. = hacer esperar;
aragonés
aturar-se y chapurriau aturás: pararse
);
carria ( = cari a, cara a); dizcas ( = dizque, dice que); hesica ( =
fesica, física, medicina); llumbre ( = alumbre;
llum
en ch. luz
); piornado, i
con diéresis
( = peor nado, peor
nacido); sejo (de saxum, saxo, sejo hoy mismo, piedrecillas); priado
( = privado); zaman ( = ademán). El Sr. Morel-Fatio define la
subsistencia de la forma aborrigo en lugar de aborrido (
aburrido;
aburrit en ch.);
dice que el adverbio afrita, esto es, de prisa (
fito
fito en aragonés
), debe escribirse á
fritta, del italiano
a fretta;
y propone para calco ( = echo) la explicación etimológica de ser
una forma divergente de colgo (col´co). El ilustre crítico y
filólogo francés se ocupa, en fin, de las varias formas verbales
del castellano, de Lucas Fernández, quien (dice) hace hablar a sus
pastores según el dialecto de la provincia de Salamanca.

1882.

1252. Glosario de voces arcaicas (1690) en su mayor parte
indígenas y provinciales de la América Central, por D. Justo
Zaragoza.
Hállase al fin del tomo II y último de la Historia de
Guatemala o Recordación Florida escrita el siglo XVII por el Capitán
Don Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán, natural, vecino y regidor
perpetuo de la ciudad de Guatemala, que publica por primera vez, con
notas e ilustraciones, D. Justo Zaragoza. Madrid… 1882-83.
Págs,
403-435.

1253. Glosario de voces arcaicas (1260-1420), por D.
Pascual de Gayangos.
Hállase al fin (págs. 603-606) del tomo
XVI de la Biblioteca de Autores Españoles, desde la formación del
lenguaje hasta nuestros días. Escritores en prosa anteriores al
siglo XV. Recogidos e ilustrados por Don Pascual de Gayangos: Madrid.
M. Rivadeneyra… 1884.
1254. Glosario de voces arcaicas, por D. Antonio Paz
y Melia.
Págs. 437-449 de las Obras de Juan Rodríguez de la
Cámara (o del Padrón). Publícalas la Sociedad de Bibliófilos
españoles: Madrid. MDCCCLXXXIV. Imprenta de Miguel Ginesta,
Campomanes, 8.
En las preciosas ilustraciones y notas que el Sr.
Paz y Melia ha puesto (págs. 369-435) a las obras de Rodríguez del
Padrón, se hallan también explicadas muchas voces y frases
antiguas.1885.

1255. Cuestión de palabras.
Artículos por
D. Julio Monreal, publicados en La Ilustración Española y
Americana, núms. VIII, IX y X del año 1885.
Examina en ellos el
antiguo y el moderno significado del nombre civil y su derivado
civilidades, del adverbio puesto que, de la frase aún todavía, del
adjetivo sendos, del verbo confeccionar; y trata del verbo entremeter
o entrometer y su participio adjetivado entremetido o entrometido,
según que era aceptado de una o de otra manera por los antiguos o
los modernos escritores.

1886.

1256. Arcaísmos
castellanos, por Carolina Michaelis de Vasconcellos.
Véase el
núm. 1061, en el cual se hace referencia de los estudios sobre
etimologías castellanas, portuguesas y otras, publicados por dicha
señora en la Miscellanea di filologia é linguistica. En dichos
estudios hay algunas cédulas que versan sobre dicciones castellanas
de los siglos XIV y XV, como, por ejemplo, los que tratan de las
voces derreter, estrece, marcico, non, senzido, ijada, etc.

1257.
Glosario de voces del siglo XV, por D. Antonio Paz y Melia.
Págs.
363-366 del tomo II del Cancionero de Gómez Manrique, publicado, con
algunas notas, por dicho señor: Madrid, imprenta de A. Pérez
Dubrull, 1885. Es el tomo XXXIX de la Colección de Escritores
castellanos. El tomo I de este Cancionero, impreso en igual año y
tipografía, es el tomo XXXVI de dicha Colección.

1258.
Fe de erratas para la lección de Diego Sánchez. Pasajes
inextricables de la edición gótica, por D. Vicente Barrantes.

Explícase el sentido de muchas voces arcaicas, después del
referido título, en las págs. 407-435 del tomo II de la
Recopilación en metro del bachiller Diego Sánchez de Badajoz,
reimpresa del ejemplar único por el Excmo. Sr. D. Vicente Barrantes,
individuo de número de las Reales Academias Española y de la
Historia: Madrid. Librería de los Bibliófilos, Fernando Fe, Carrera
de San Jerónimo, 2. MDCCCLXXXVI. Establecimiento tipográfico de
Ricardo Fe, Cedaceros, 11, Madrid. – Es el tomo XII de Los libros de
antaño.

1889.

1259. Glosario de las voces anticuadas
de las Cantigas de Santa María del Rey D. Alfonso el Sabio, por el
Marqués de Valmar.
Ocupa las págs. 607-799 del tomo II de la
magnífica edición de la citada obra hecha por la Real Academia
Española de la lengua.
Dos vols, en fol.
Madrid, 1889:
establecimiento tipográfico de D. Luis Aguado, Pontejos, 8.

1260.
Sobre la voz arcaica alboraz, por G. Baist.
En la Romanische
Forschungen… VI Band. 2 Heft. Erlangen und Leipzig, 1889; página
238.

1890.

1261. Glosario de algunas voces
castellanas del siglo XV, por D. Antonio Paz y Melia.
Va al fin
del Libro de Cetrería y profecía del Evangelista (Biblioteca
Nacional de Madrid. Q-224), incluido en la primera serie de Sales
españolas o agudezas del ingenio español, recogidas por A. Paz y
Melia: Madrid, imp. de M. Tello, 1890. – Tomo LXXX de la Colección
de Escritores castellanos.
El Glosario contiene 61 artículos,
autorizados algunos de ellos con la explicación de ciertas voces
dada por Rosal, Covarrubias y la Academia Española en su primer
Diccionario.

1262. Glosario de voces castellanas arcaicas,
por el Profesor Antonio Ristori.
Hállase en el libro Antología
spagnola. La Gesta del Cid. Raccolte e ordinate dal Profesor Antonio
Ristori: Milán, 1890. Ulrico Hoepli, editore-libraio della Real
Casa. -Es una crestomatía especial de las obras y documentos
españoles relativos al Cid. Contiene el poema de Mio Cid y la
Crónica rimada o leyenda de las mocedades del Cid, además de varios
romances, poemas eruditos, comedias, novelas y otros documentos
literarios en que se cantan, ensalzan o refieren las hazañas
portentosas del Campeador.

1263. Altspanisches Lesebuch m.
Grammatik und Glossar, von A. Keller: Leipzig, Brockhaus, 1890.

1890-92.

1264. Declaración de algunos vocablos y
frases anticuadas, por D. Marcelino Menéndez y Pelayo.
Al fin de
los tomos I (págs. 211-300), II (págs. 295-304) y III (págs.
265-267) de la Antología de poetas líricos españoles desde la
formación del idioma hasta nuestros días, ordenada por D. Marcelino
Menéndez y Pelayo: Madrid, 1890, 1891 y 1892, imp. y librería de la
Viuda de Hernando.

1893

1265. Glosario de voces
arcaicas del siglo XV, por D. Francisco Asenjo Barbieri.
Hállase
al fin (págs. 411-415, texto a dos cols.) de la edición hecha por
la Real Academia Española del Teatro completo de Juan del Encina
(Madrid, imp. de los Sucesores de Rivadeneyra, 1893), ilustrado con
un prólogo de D. Manuel Cañete y unas adiciones del Sr. Barbieri.

… no quiero excusarme (dice el señor Barbieri en sus Adiciones
al Proemio de Cañete) de apuntar algunas ideas que se me ocurren,
con relación al lenguaje pastoril empleado por Encina en la mayor
parte de sus obras dramáticas. -Este lenguaje viene considerándose
desde tiempos muy antiguos con el nombre de sayagués, por proceder
del territorio de Sayago, enclavado en la provincia de Zamora, y que
reúne más de cuarenta pueblos y aldeas, con ricas dehesas y
encinares, donde se cría mucho ganado lanar, vacuno y de cerda. Los
sayagueses, aunque en su mayor número son pastores o labradores,
blasonan de su antigua y noble ascendencia, queriendo que hasta el
nombre de su tierra venga de los tiempos de la España romana. Pero
dejando esto aparte, es lo cierto que su dialecto es muy digno de
estudio, por contener muchas voces que no deben ser consideradas como
simples barbarismos, sino como elementos constitutivos de la
primitiva lengua castellana, que arraigaron en aquel territorio hasta
con formas gramaticales o conjugaciones diferentes de las que hoy
usamos. – Desde la segunda mitad del siglo XV, la mayor parte de
nuestros poetas usaron del dialecto sayagués en sus composiciones
pastoriles, y a imitación suya ha seguido empleándose dicho
dialecto hasta nuestros días, principalmente en los villancicos
eclesiásticos de Navidad y de Epifanía, si bien, según han ido
avanzando los tiempos, ha ido modificándose con el contacto del
lenguaje vulgar moderno. -Los orígenes, pues, del dialecto de
Sayago, su gramática especial, su vocabulario y sus transformaciones
merecen, como he dicho, un estudio muy atento, sin el cual no es
posible interpretar con perfección algunas obras, como el Auto del
Repelón y otras de Encina, de Lucas Fernández y de varios autores
de aquellos tiempos. -No puedo, ni debo yo ahora ocuparme en tan
importante estudio, por cuya razón me he limitado a hacer un pequeño
glosario de algunas voces que no se hallan en el Diccionario de la
Academia, o que, hallándose, tienen otra acepción.

QUINTA
PARTE
NEOLOGISMOS.

1726.

1266. Algunas
observaciones sobre la introducción de voces nuevas en nuestro
idioma, por el R. P. M. Fr. Benito Gerónimo Feijóo.
El
emprestito de vozes que se hazen unos idiomas a otros es, sin duda,
vtil a todos, y ninguno ay que no se aya interessado en este
comercio. La lengua latina quedaria en un árido esqueleto si le
hiziessen restituir todo lo que debe a la griega. La Hebrea, con ser
madre de todas, de todas hereda después algunas vozes, como afirma
San Gerónimo: Omnium poene linguarum verbis vtuntur Haebrei (in cap.
7, Isaí). Lo mas singular es, que siendo la Castellana, que oy se
vsa, dialecto de la latina, se halla que la latina mendigó algunas
vozes de la lengua antigua Española. Aulo Gelio,
citando a
Varron, dice que la voz Lancea la tomaron los latinos de los
Españoles. (Noct. Attic, lib. 15, cap. 3.) Y Quintiliano, que la voz
Gurdus, que significa hombre rudo ú de corta capacidad, fué
trasladada de España á Roma: Et gurdos, quos pro stolidis accipit
vulgus, ex Hispania traxisse originem audivi. (Lib. I, Inst. Orat.
cap. 9.)
Pero quando el idioma nativo tiene vozes proprias, ¿para
qué se han de substituir por ellas las de el ageno? Ridiculo
pensamiento el de aquellos que, como notaba Ciceron en un amigo suyo,
con vozes inusitadas juzgan lograr opinión de discretos: qui rectè
putabat loqui esse inusitate loqui. (Lib. 3,
de Orat.) Ponen por
medio el no ser entendidos, para ser reputados por entendidos: quando
el huirse con vozes estrañas de la inteligencia de los oyentes, en
vez de avezindarse en la cultura, es, en dictamen de San Pablo,
hospedarse en la barbarie: Si uesciero vim vovis, ero ei qui loquitur
barbarus, &c. qui loquitur in me barbarus.
A infinitos
Españoles oygo usar de la voz Remarcable, diciendo: Es un sucesso
remarcable. Esta voz francesa no significa ni mas ni menos que la
Castellana Notable: assi como la voz Remarque, de donde viene
Remarcable, no significa ni mas ni menos que la voz Castellana Nota,
de donde viene Notable. Teniendo, pues, la voz Castellana la misma
significación que la Francesa, y siendo por otra parte mas breve y
de pronunciación menos áspera, ¿no es extravagancia vsar de la
Extrangera dexando la propria? Lo mismo puedo dezir de muchas vozes
que cada día nos trahen de nuevo las Gazetas.
La conservación
de el idioma patrio es de tanto aprecio en los espíritus amantes de
la Nación, que el gran juicio de Virgilio tuvo este derecho por
digno de capitularse entre dos Deidades, Júpiter y Juno, al
convenirse en que los latinos admitiessen en su tierra a los
Troyanos,
Sermonem Ausonium patriunt, nores que tenebunt.
No
ay que admirar: pues la introducción del lenguage forastero es nota
indeleble de aver sido vencida la Nación, a quien se despojó de su
antiguo idioma. Primero se quita a un Reyno la libertad que el
idioma. Aun quando se cede a la fuerza de las armas, lo ultimo que se
conquista son lenguas y coraçones. Los antiguos Españoles,
conquistados por los Cartagineses, resistieron constantemente (como
prueba Aldrete en sus Antigüedades de España) la introducción de
la Lengua Púnica. Dominados después por los Romanos, tardaron mucho
en sujetarse a la Latina. ¿Diremos que son legítimos descendientes
de aquellos los que oy sin necessidad estudian en afrancesar la
Castellana?…
Págs. 306-308 del Theatro critico universal, o
discursos varios en todo genero de materias, para desengaño de
errores comunes, dedicado Al R.mo P. M. Fr. Joseph de Barnuevo,
General de la Congregación de San Benito de España, Inglaterra, &c.
Escrito por el M. R.do P. M. Fr, Benito Geronimo Feijóo, Maestro
General de la Religión de San Benito y Cathedratico de Visperas de
Theologia de la Universidad de Oviedo. Tomo primero. Con licencia. En
Madrid: En la Imprenta de Lorenzo Francisco Mojados. Año de
MDCCXXVI.

1776.

1267. Arte de traduzir el idioma
francés al Castellano. Con el vocabulario lógico y figurado de la
frase comparada de ambas lenguas. Su autor Don Antonio de Capmany, de
las Reales Academias de la Historia y de la de Buenas Letras de
Sevilla. Con licencia. En Madrid. En la Imprenta de D. Antonio de
Sancha. Se hallará en su Librería, Aduana vieja. Año de MDCCLXXVI.

4.° – XVI + 198 págs. + 1 h. final.
Esta obra de Capmany,
reimpresa en el siglo actual por distinguidos literatos, debe ser
preferentemente consultada por cuantos quieran formar cabal juicio de
cómo puede rectamente enriquecerse una lengua con voces de otras
extrañas o deseen tener ajustada idea de las palabras que han de ser
consideradas como verdaderos neologismos. Por esto trasladaremos aquí
los siguientes párrafos del prólogo:
… En orden a la riqueza
de los Diccionarios de la lengua española y francesa, hallamos al
fin que ambas se han de suplir la esterilidad, indeterminación, e
imperfección que padecen para analizar, y fijar todas las ideas de
un pueblo culto, y pensador. Sin embargo, desde que el idioma francés
se ha hecho en este siglo intérprete de los conocimientos humanos,
esto es, de las verdades y errores antiguos y modernos, debemos
confesar que la Francia ha hecho saber su lengua consagrándola al
idioma de las ciencias. El Geómetra, el Astrónomo, el Físico, el
Crítico, el Filósofo no hablan ya el lenguaje del vulgo, con el
qual se explicaba todo cien años atrás. Tienen otro vocabulario,
tan distante del usual como el de Newton lo es del de Ptolomeo.
Como
esta obrita no tiene por objeto el Diccionario de las voces simples,
sino el de los idiotismos, y frases formados por el carácter de la
lengua, los lectores habrán de ocurrir para socorrer su memoria de
términos a los Diccionarios de Sejournant o Sobrino, añadido,
aunque ni éstos ni los demás que corren son completos, mayormente
en la parte de la lengua francesa, cuyo vocabulario es demasiado
diminuto, y común, y su traducción castellana poco precisa, clara y
abundante. Pérdida sensible, principalmente para los puros
traductores, pero reparable siempre que una sociedad de Literatos se
encargase de este ramo del comercio de las Musas, que interpretando
los idiomas cultos, hace más
comunicables las luces, y más
sociables las Naciones. En esta ilustre época, en que los objetos y
ramos de las ciencias naturales, de la literatura y de la filosofía
se han multiplicado, y extendido tan prodigiosamente, es más notable
la carestía de estas voces de nueva adopción, o formación, que se
advierte en todos los Diccionarios Franceses-Españoles, los quales,
a más de su esterilidad en las dicciones puras, carecen de infinitas
frases, usuales, y casi enteramente de las figuradas.
Esta última
falta está reparada con la presente obra, aunque con no poco
trabaxo, a causa de la indeterminación que experimenta nuestra
lengua, pues es demasiado arbitrario el uso de sus palabras en el
sentido propio, extensivo y figurado, por no haberse arreglado y
fixado las diferentes acepciones, y modificaciones de las que
comunmente la ignorancia de su sentido secundario llama sinónimas.
Hasta que se tenga una obra de esta naturaleza, será muy difícil
hablar con precisión, corrección, y claridad.
En la
distribución alfabética de las frases, en cuya composición entran
siempre muchas voces, he procurado ordenar esta colección por
aquellas palabras, que en su traducción literal, y sentido primitivo
forman en nuestro idioma los galicismos. Por exemplo, la palabra
coeur es corazón: así
quando leemos esta frase: Il sait le
Sermon par coeur, esto es literalmente, él sabe el Sermón de
corazón, buscamos su traducción en la C por la voz cceur que es la
significativa, y disonante en nuestra expresión castellana, que
dice: él sabia el Sermón de memoria. Algunas de estas voces, que
caracterizan el idiotismo francés, se han de suprimir; otras
substituir, y otras acompañar con partículas, conjunciones, o
rodeos auxiliares, que exige el genio de la lengua española, como se
puede ver en el discurso de esta obra. Y como a veces el galicismo
nace de dos, o más voces, también he procurado dar su traducción
en el orden alfabético que les corresponde.
Otras frases hay que
no admiten este orden: por eso están colocadas en la advertencia
preliminar, y son las que provienen del pleonasmo, o redundancia, de
la elypse, o supresión, de la transposición, y circunloquios.
Entran también en estas clases las que dimanan del régimen, y uso
de las partículas, preposiciones, números, nombres, verbos, etc.
para servir de reglas generales en todas las expresiones de esta
especie.
En el frontispicio de esta obra he puesto el Compendio
de las partes de la oración gramatical, sin los requisitos de la
prosodia, que fuera un trabajo minucioso, ingrato, e inútil a los
puros traductores, para cuyo descanso escribo; porque el fruto
principal de este Arte es facilitarlo, y hacerlo agradable, en quanto
sea posible, siendo destinado principalmente a sujetar adultos, y
estudiosos, que por elección propria, o necesidad se dedican a la
lectura versional e inteligencia de los escritos publicados en lengua
fran-cesa, y que por sus ministerios, edad, pereza, género de
estudios, o falta de proporciones no se hallan en estado da sujetarse
a Maestro, ni a la prolixidad del mecanismo del accento,
pronunciación, etc. ¿Quántos no habiendo tenido el socorro de una
obra de esta naturaleza, han deseado de emprender el estudio de este
idioma por la aprehensión de una dificultad invencible, atendidas
sus ocupaciones y sus años? Estos hallarán aquí superado todo el
obstáculo de los traductores, pues beberán el genio de la lengua
francesa vaciado en el de la española. Mas he de
confesarles,
que con las reglas, y luces de esta colección no hablarán, ni
escribirán en francés; pero entenderán las letras, que es el fin
que me propongo, y el que ellos deben buscar para adquirir con mucho
menos tiempo, y trabaxo el conocimiento, que antes debían esperar de
la viva voz de un Maestro, y de una profunda y larga aplicación, a
que la mayor parte nunca llegaba a conseguir
con exactitud.
Como
aquí supongo a los principiantes dedicados al estudio de algún ramo
en Letras o Artes, será bueno advertirles que empiecen sus lecturas,
o ensayos de versión por aquellos escritos metódicos, y
elementales, que traten sencillamente las materias de sus estudios, o
corocimientos dominantes. El Theólogo, el Letrado, el Físico, el
Filólogo, el Artista, etc. tienen hoy Diccionarios para sus
profesiones. Estas obras son del mayor alivio para los aficionados a
la simple versión. Primeramente, porque tratando los objetos de la
profesión, o estudio más cultivado de cada uno, presentan meaos
oscuridad, y obstáculos en la inteligencia del texto, y de sus
proposiciones
por medio de las palabras técnicas, o
facultativas; y así por una especie de tino conjetural se halla el
sentido general de la frase, y con facilidad la versión genuina. En
segundo lugar, porque el estilo de los Diccionarios científicos,
siendo didáctico, es más claro, y más simple, y se aparta menos
del orden natural de las ideas, común a muchas lenguas vivas. En
tercero lugar, por-que, hallando ya algún fruto desde los primeros
ensayos de la versión, se cobra afición a la lectura, que de otro
modo se hace fastidiosa; y así se adquiere más esperanza en los
buenos efectos de la aplicación.
La gravedad y fuerza de
raciocinio de ciertas obras, y la rapidez, o sublimidad de estilo de
los escritores eloqüentes se deben reservar para otro tiempo, si
hemos de establecer método, sin el qual nada bueno se hace.
Por
lo mismo, no queriendo asombrar a los lectores con el volumen, he
procurado omitir todas las frases, y locuciones del estilo popular, y
trato familiar, por ser infinitas, y más proprias de la
conversación, y comercio verbal, que de la seriedad de los libros.
Yo me propongo la versión de escritos nobles, científicos, y
eloqüentes, y no la de cuentos, entremeses, y piezas burlescas.

También he omitido todos los refranes, y frases proverbiales,
porque además de no ser del genio metafísico, y usual del idioma,
sino del gusto, y carácter nacionales, son tantos, que formarían
solos un gran volumen. Por otra parte, tampoco pueden traducirse sino
con circunloquios, sólo análogos al original en la idea principal,
mas no en la gracia, y sal de la expresión, que sazona a todos estos
pensamientos. Otros tampoco tienen correspondencia, mayormente quando
les acompaña la paranomasia, o el equivoquillo, juego de la
terminación, y composición silábica de las voces; y otros, después
de traducidos, quedan vagos, oscuros, y fríos. En cada Nación se
observa un lenguaje no escrito, tradicionario, y territorial, por
decirlo así, que es el de los chuscos, y truhanes; y éste consiste
en ciertas alusiones, saynete, y gracia de la expresión.
Como en
cada especie de frases, y de galicismos no pongo ordinariamente más
de un exemplo, pues fuera trabaxo inmenso, y superfluo hacer correr
una expresión por todas las modificaciones, o diferencias parciales
de lugar, tiempo, cantidad. persona, etc. asimismo en su traducción
tampoco presento más de una, o dos copias para iluminar al lector,
que siempre tendrá la libertad de acomodarse exactamente a mi
versión, o de buscar otra más propria, clara, o castiza, ya que por
medio de la mía tiene vaciado el sentido general del modelo…
-Nota, – Texto. -Tabla de artículos
y materias.
No menos que
del Ate de traducir impórtanos también dar noticia en esta parte
relativa a neologismos, de una de las obras más importantes que
escribió Capmany, y que es sin duda la mejor que en su género se ha
compuesto. Nos referimos al libro siguiente:
-Nuevo diccionario
francés-español. En éste van enmendados, corregidos, mejorados,
yenriquecidos considerablemente los de Galtel y Cormon. Por D.
Antonio de Capmany. Con privilegio real. Madrid. En la imprenta de
Sancha. Año de MDCCCV. Se hallará en su librería, calle del Lobo.

-4.° -XXIV + 794 págs. + 54. -Anteport. -Port. – Prólogo del
autor: … Como en cada lengua hay su riqueza y pobreza respectivas,
y estas calidades no pueden ser justamente conocidas y apreciadas
sino por medio de una comparación de aquellas voces que han de
guardar su recta e inmediata
correspondencia, he puesto en este
punto tan esencial la diligencia y esmero más riguroso, a fin de que
cada artículo pueda servir de regla al lector para hacer por sí el
cotejo de la abundancia y variedad de la lengua española, que
aventaja en éstas y otras calidades a la francesa, como se hará

patente con nuevas observaciones en otra obra que se dará al
público dentro de poco tiempo.
Sin salir del presente
Diccionario, en el artículo terrestre hallará el lector la
extensión de las correspondencias castellanas a terrestre, terreno,
terrenal y aun a terráqueo, hablando del globo. En el artículo
serviteur hallará la de servidor, sirviente y siervo; en el de
prisonnier, las de prisionero, preso,
encarcelado y apresado; en
el de perte,
las de pérdida, perdimiento y perdición; en el de
honteux,
las de vergonzoso, vergonzante y avergonzado; en mendiant, las de
mendicante y mendigo; en argent, las de plata y dinero; en serpent,
las de serpiente y sierpe; en bienheureux, las de bienaventurado y
beato; en enfant, las de niño y niña, muchacho y muchacha, hijo é
hija; en fruit, las de fruto y fruta; en signe, las de signo, señal
y seña; en poudre, las de polvo, polvos y pólvora; en indien, las
de indio, indiano, índico; en oiseau, (
ocell
en catalán, muixó en chapurriau
) las
de páxaro y ave; en prétre, las de presbítero y sacerdote; en
priere, las de ruego, súplica, plegaria, oración, preces,
rezo,
rogativa; en oindre, las de untar, ungir y olear; en bois, las de
madera, madero, leña, palo, monte, bosque; en puissance, las de
poder, poderío, potestad y potencia; en m
âitre,
las de maestro, maestre, señor, amo y dueño; en son, las de son,
sonido, tañido y toque; en cris (
crit,crits en chapurriau), las de gritos,
voces, ayes y clamores; en chaire (
cadira en chapurriau, cadiera aragonés, chair inglés),
las de silla, sede, cátedra y púlpito; en chef, las de xefe,
(jefe), cabeza,
capitán, cabo, caudillo, y también capítulo o
cargo; en chaud. las de caliente, cálido, caluroso, acalorado.
Basten estos exemplos, entre los innumerables que se podrían
acumular, para convencimiento de quán fácilmente pueden confundirse
los principiantes, y muchos que no lo son, con la ambigüedad del
sentido doble que encierra la voz simple francesa. De los artículos
que en la
versión castellana reciben varias y distintas
acepciones según los casos y cosas a que se aplican, bastará, para
abreviar, detener los ojos en las voces accueillir, coup, esprit,
jour, rapport, parole, prendre, monde, etc.
En otros artículos
no basta que la correspondencia castellana sea propia y exacta, sino
que debe diferenciar el número gramatical, por quanto en algunos
casos al plural francés corresponde el singular español, o al
contrario; distinción en que han parado pocos traductores la
consideración, según son freqüentes sus tropiezos. Los siguientes
exemplos, que bastan para aviso, les desengañarán: le jour de
cendres es en castellano el día de ceniza, no de cenizas; la cendre
des morts (
la sendra dels morts en chapurriau) es las cenizas de los
muertos, no la ceniza; les saintes huiles (
los sans olis traducido literalmente al chapurriau)
es el santo óleo y no los santos aceytes; le jour de p
âques
es el día de pasqua y no de pasquas, etc.
Otra observación
falta que hacer y no es de las menos esenciales: tampoco basta
aplicar a la voz simple otra simple, porque algunas que se toman y
usan absolutamente en francés, en la traducción española han de
acompañarse con otra para que puedan concretarse a un sentido
determinado. Por
exemplo: la palabra gout, absolutamente usada,
se toma en francés por buen gusto en español, que así lo
entendemos; le sexe es para nosotros el sexo femenino; le globe, el
globo terráqueo o el orbe; l´espece, la especie humana o los
racionales; l´ordre, el buen órden; les moeurs, (
modals y modos en chapurriau) las buenas costumbres
(
los buenos modales);
le succés, el buen suceso o fortuna (
success
en inglés
); les fortunes, los bienes
de fortuna; l´essence, la quinta esencia o espíritu; les Peres, los
Santos Padres; l´art, las nobles artes, y así de otras simples y
absolutas en francés, que vertidas del mismo modo nada significan de
lo que se quiere que signifiquen en español.
Otra advertencia
necesaria es la siguiente: que no siempre se debe traducir una voz
francesa con otra castellana, exacta y rigurosamente tomada por su
primitiva y recta significación, porque muchas veces una palabra en
una lengua expresa más o expresa menos que en otra, o designa un
objeto o una idea conocida en una nación que no se conoce en las
otras, y entonces se recurrirá a un equivalente. Por exemplo: ville
no es siempre ciudad. como suena: tómase en el trato común por
población, o más bien por el pueblo que habitamos, sea ciudad.
villa o lugar. Así se dice: N. dine en ville, o bien il est en
ville: esto es, N. no come en casa, come fuera de casa, o bien no
está en casa, está fuera de casa, entendiéndose siempre que no ha
salido del pueblo. Por la misma regla, d
iner
hors de ville y
etre
hors de ville, es comer o tener una comida en el campo, y estar
fuera, en el campo, esto es, fuera del pueblo; courir la ville (
corre la vila o lo corre vila en chapurriau)
es correr o andar por el pueblo, por el lugar, por las calles. De
aquí concluiremos, que no siempre la voz ville corresponde a la voz
ciudad; fuera de los casos en que se usa demostrativamente, como la
ville de Naples, la ciudad de Nápoles; o Valence, une des villes de
l´Espagne: Valencia, una de las ciudades de España. Otras voces
deben variar en la traducción, particularmente en la correspondencia
particular de un Diccionario, dándoles una equivalencia según los
usos y las circunstancias de cada nación. Quando se nombran en
francés les chevaux (los caballos), hablando de coches, carros y de
acémilas (
ase en catalán, rucio: ruc),
o bien tratando de sus enfermedades, curas, herraje, alimento, etc.
se comprehenden en español baxo de aquella palabra específica todas
las bestias caballares y mulares, porque de todas ellas nos servimos
para tiro y carga, a diferencia de Francia y demás países de
Alemania y del Norte, donde usan generalmente de solos caballos. Y
así, excepto en los casos en que se nombra concretamente el caballo
como tal, en los demás puede corresponder a la palabra general de
caballería en español, porque entre nosotros no es siempre caballo
le cheval: sólo para los niños todas las caballerías, hasta los
jumentos, son
tatá.
Sin salir de la misma materia, la voz avoine (avena), usada para
hablar del pienso de los animales, corresponde a nuestra cebada, y le
foin sec a nuestra paja (
heno seco)
en el mismo caso. Leemos también los nombres de ciertos artefactos,
en cuya construcción se emplea en Francia l´osier (el mimbre o
junco), y en España la caña, por exemplo, o bien allí se usa de la
paille (
la palla en chapurriau,
paja) en lo que aquí se usa de la palma, esparto (
esparten chapurriau) o juncia; y lo mismo se
puede aplicar a ciertos utensilios que fuera de España se hacen de
madera o de hierro, y entre nosotros de barro o de vidrio. Por
consiguiente, no debemos guardar una rigurosa identidad de palabras
en las correspondencias, supuesto que muchas veces se han de trocar
unas por otras para corresponder a la idea o pensamiento general con
voces de cosas conocidas y usuales entre nosotros.
Siguiendo el
hilo de estas observaciones en quanto lo permiten los límites de
este prólogo, leemos voces y frases en francés que no solamente no
admiten correspondencia recta e inmediata en castellano, antes bien
se les deben aplicar otros muy distintos, y acaso opuestos al rigor
de la analogía gramatical, como quando se ha de tomar un color por
otro, un animal por otro, una planta por otra, etc. y esto acontece
en las expresiones figuradas y proverbiales, ya satíricas, ya
jocosas, para representar en ambas lenguas una misma idea con
distintas imágenes y términos de semejanzas tomados de distintos
objetos. Sobran los siguientes exemplos para comprobar estas
observaciones: en francés se llaman yeux d´aigle (
ulls de águila en chapurriau literal, ojos
de águila) lo que en castellano llamamos ojos o vista de lince; nez
de ricoceros, a la que damos el de nariz o trompa de elefante;
arracheur de dents, al sacamuelas (
arrancadó de dens en ch.); boire comme un
templier, a beber como un tudesco;
etre
un allobrage, a ser un mameluco;
etre
un hotentot, a ser un alarbe;
etre
im cannibale, a ser un caribe; mettre quelqu´un à la gueule du
loup, (
meter a alguien en la gola –
garganta – boca del lobo
) a dexarle en
las astas del toro; avoir un front d´airain, a tener una cara de
vaqueta; vache à lait, a lo que nosotros llamamos figuradamente la
becerrita o la cabra, etc. Por estos pocos exemplos vemos que en la
traducción el águila se convierte en lince, el rinoceronte en
elefante, los dientes en muelas, el templario en tudesco, el
allobrago o saboyano en mameluco, el hotentote en alarbe, el caníbal
en caribe, el lobo en toro, el cobre en vaqueta y la vaca en cabra,
etc.
Como las costumbres, los usos y los trajes son tan
diferentes entre las naciones, y las circunstancias del suelo y del
clima determinan ciertos exercicios, hábitos, gustos, necesidades y
comodidades, apropiados a cada país, los objetos de que se ha de
servir la imaginación, la sensibilidad o la memoria de sus
habitantes, han de ser de las cosas que tiene más presentes o
freqüentes para su uso. De aquí nace que muchos de los nombres de
estas cosas no tienen correspondencia simple de una a otra. En
Francia no se gastan abarcas, alpargatas, monteras, redecillas, etc.
y, por consiguiente, no pueden tener nombre simple en aquella lengua;
de la misma suerte que la nuestra debe carecer de voces castellanas
para traducir las francesas, que significan objetos cuya forma y uso
no se conoce en España.
Se leen también voces francesas en los
diccionarios, que no sólo no tienen exacta correspondencia en
español, mas ni tampoco una equivalencia; porque no existiendo en
España las cosas, los usos, los establecimientos ni las
instituciones, mal podremos tener sus nombres peculiares. Así son

intraducibles los de ciertos tribunales, oficios, estilos
forenses, impuestos fiscales, derechos y servidumbres feudales, etc,
que deben suplirse con una explicación o definición aproximada. Lo
mismo se experimenta con otras voces usadas en la navegación de los
ríos y conducciones de leñas y otros abastos por agua, porque en
España no se conocen tales ríos navegables ni tales trasportes, que
tienen en otros países una policía reglamentada. Pero esto queda
recompensado con otro tanto que no conocen los franceses, y cuyos
nombres no tienen tampoco correspondencia en su lengua.
¿Cómo
traducirían las voces almoxarifazgo, luctuoso, yantar, alcabala y
alcabalatorio, millones, etc.? ¿Cómo la cabaña real, la mesta, el
agostadero, invernadero, veranadero, trashumante, etc.? ¿Cómo el
adelantamiento, merindad, encartacion, sexmo, anteiglesia, etc.?

¿Cómo la santa hermandad. corregimiento, alcaldía de corte,
etc.? ¿Cómo la pastoría, la ganadería, el rabadán, la reina?
¿Cómo la novillada, torada, y todas las voces de la tauromaquia ni
de los pesos y medidas, etc. que son tan distintas en cada nación?

Hay voces que designan los modos y estilos de comer, beber,
jugar, baylar, cantar, vestir y alojarse, pues, siendo tan diferentes
en cada país, tampoco tienen correspondencia. Lo mismo diremos de
los
nombres de ciertas frutas, frutos y plantas indígenas o
cultivadas en una tierra, y no conocidas en las demás. Otras voces
pertenecen a la lengua moral, llamémosla así, de cada nación, que
suele ser la figurada, que deben traducirse por otras muy diferentes
y acaso opuestas, sin incluir contradicción ni errar el fin de la
idea, aunque se busca por conductos diferentes. Dicen los franceses
de sus tropas entrar en campaña (entrer en campagne), y nosotros
salir a campaña, ellos meter la espada en la mano (mettre l´épée
à la main), y nosotros echamos mano a la espada; sus exércitos
ganan el terreno á piés
(pied à pied), y los nuestros lo ganan a palmos. Ellos cuentan el
tiempo por misèrères, y nosotros por estaciones o credos; invocan a
S. Dionis, y nosotros a Santiago; llaman mil piés (mille pieds) al
bicho que nosotros llamamos ciento-piés (
ciempiés);
y a la planta que en español es cinco en rama, es en francés mil en
rama (mille feuille). Ellos usan romanceados los signos del Zodiaco,
le toureau, la vierge, les jumeaux (
gemelos),
la bélier, les poissons, l´ecrevisse, la balance; y nosotros
conservamos, como consagrados al lenguaje astronómico, la escritura
latina de tauro, virgo, géminis, aries, piscis, cáncer, libra, etc.

Sería interminable la serie de exemplos, si quisiésemos
continuar este vocabulario comparativo, y más el de los idiotismos y
frases en la parte metafórica y proverbial; sin hablar de las
diferencias en la construcción gramatical de ambas lenguas, cuyas
observaciones no pertenecen al simple diccionario general. Para
esclarecer esta materia, y socorrer a los traductores con una llave
maestra, estoy concluyendo otra obra, que será el complemento de mi
plan, en la qual se manifestará la índole y la fraseología
comparada del francés y español, con ejemplos de todos los estilos
y sentidos, baxo el título de Diccionario comparado de la lengua
francesa y española.
Algunos han creido que gran parte de la
dificultad que sentían en la traducción de los libros franceses,
procedía de pobreza del castellano, quando debían atribuirlo a su
pereza o impericia, antes que echar la culpa a su lengua, por no
confesar su ignorancia. Este es el medio más fácil y pronto de
cortar la dificultad. para eximirse de entrar en paralelos. Los más
desafectos a nuestra lengua, hallan, según dicen, más exacta y
copiosa la francesa para las materias filosóficas y científicas, en
cuya traducción tocan la esterilidad de la castellana. Estos
españoles bastardos confunden, en primer lugar, la esterilidad de su
cabeza con la de su lengua, sentenciando que no hay tal o tal voz,
porque no la hallan. ¿Y cómo la han de hallar, si no la buscan, ni
la saben buscar? ¿Y dónde la han de buscar, si no leen nuestros
libros? ¿Y cómo los han de leer, si los desprecian? Y no teniendo
hecho caudal de su inagotable tesoro, ¿cómo han di tener a mano las
voces que necesitan?
Hasta ahora habíamos ignorado, y era yo el
primero, la correspondencia castellana a una de las calidades de un
buen General, que llaman los franceses le coup d´oeil (lo
cop d´ull en ch.
); y aún no hace dos
años que en un libro escrito y publicado en 1641, de dicción y
frase muy castiza, leí, hablando del exército que mandaba en
Cataluña el Marqués de Leganés, que los tácticos de aquel tiempo
daban el nombre de
ojo de la campaña
a esta prenda militar.
Acaso no tendremos nombres para todos los
ramos perfeccionados en estos últimos tiempos en algunas artes
manuales y ciencias físicas, que entre nosotros se han cultivado
poco. Pero ¿por ventura los que nos faltan en nuestro diccionario
común, no los podemos adoptar o formar por analogía, como han hecho
los franceses, tomándolos o componiéndolos del latín o del griego?

Por otra parte también, ¿quién ha dicho que estas nuevas
voces, ya técnicas, ya didascálicas, son de la lengua francesa, no
siendo sino de sus escritores, que no es lo mismo? El diccionario de
la física, la chímica, la anatomía, la medicina, la farmacia, la
botánica, la pintura y arquitectura, es de todas
las naciones
cultas: por consiguiente, es de todas lenguas, en las quales no se
debe hallar más diferencia que en la terminación de las palabras.
Al matemático, al astrónomo, al agrónomo, al músico, al
arquitecto, al marino, al pintor, al teólogo, al moralista, al
humanista, al poeta, al retórico, al político, jamás les ha negado
el habla la lengua castellana; ¿y se la había ahora de negar a los
traductores? Basta que algunos hayan leído las palabras sentiment,
sentimental, esprit, developpement, génie, tournure, ressort,
nuances, traits, élans, rapports, finesses, jouissances y tableau,
etc. para que, espantada su bisoñería con estas pinceladas y
relumbrones metafísicos, fallen redondamente que la lengua
castellana está reñida con la filosofía.
Ha llegado la
petulancia de algunos, de los que no conocen ya la tierra que pisan,
a preguntarme: ¿Como traduciría yo la voz maitresse
(en el sentido amoroso)? Y no se acordaba este cuitado de que ea
España estas ma
itresses
han hecho, según los casos, las personas y los tiempos, el papel de
damas, de amigas, de mancebas, de barraganas, de mozas y de majas.
Vino otro, oliendo también a extranjero, y preguntóme: ¿Qué voz
teníamos para coquette, que parece le hacía cosquillas? Y tuve que
responderle: Que no hubo entre nosotros estas hembras, y que ahora
que las hay no se les ha puesto nombre todavía, quando en otros
países está convertida en arte liberal la coquetería. Llegóse
otro caballerito, con humos de traductor novel, a preguntarme: ¿Qué
son en castellano les fées franceses? Y tuve que decirle: Sin duda
v. md. no es español quando ignora que en nuestro país
de los
encantos (la régión des fées) tenemos fadas, hadas y magas. No
faltó quien me preguntase: ¿Cómo traduciría
intrigue,
siendo palabra que estaba en boga, creyendo que yo no sabía que han
andado muy válidas las artes, las maquinaciones, las marañas, las
maniobras, los manejos y los enredos en todas partes y en todos
tiempos? Y no contento con este desengaño, pensando romperme los
dientes, me dio a roer la palabra morgue, como una de las de prueba;
y se la volví convertida en sobrecejo, orgullo, soberanía y
generalmente en gravedad, que se debe entender afectada siempre.

Díganme estos caballeros, si yo quisiera dar el desquite
haciéndoles iguales preguntas para hallar la correspondencia a las
voces castellanas que no hallan compañeras en la francesa: ¿Qué
mísero papel haría ésta quando hubiese de sacar a la plaza sus
galas y sus trapos, a vista de las alhajas, tesoros y dixes preciosos
de la española? Pero esta prolixa reseña no pertenece a los
estrechos límites de un prólogo, pues acaso ocuparía otro tomo.

Esta riqueza y superabundancia me ha retraído y acobardado,
aunque me sobrasen el tiempo y la paciencia, para aprender la prolixa
y penosísima obra de un Diccionario Español – Francés, porque
conozco que la octava parte de los artículos habrían de quedar en
blanco o de muy mal color. Sin salir de la letra A, ¿qué voz
correspondiente se pondría a nuestro amanecer, anochecer, alborear,
adocenar, asolear, anubarrar, alancear, asaetear, adietar, arracimar,
aljofarar, apalabrar, sin otras ciento? ¡Qué riqueza si siguiésemos
igual repaso por todas las demás letras! Y si de las voces simples
pasamos a las compuestas, ¿dónde hallaríamos las correspondientes
a las de alicaído, aliquebrado; de barbiteñido, barbilampiño,
barbiblanco, barbicano, barbiponiente, barbilindo, barbitaheño,
barbinegro, barbirucio, barbiroxo; de boquiabierto, boquirubio,
boquimuelle, boquiduro; de cabizbaxo, cabiztuerto, cariredondo,
cariparejo, caridoliente, caribobo, cariacontecido, carilargo,
carigordo, cariraldo; de casquivano, casquiabierto, casquiderramado,
casquiblando, casquilucio, casquimuleño; de maniatado, mancornado,
maniroto, manivacío; de ojizarco, ojialegre, ojinegro, ojizayno,
ojienxuto; de patituerto, patizambo, patiestevado; de peliblanco,
pelinegro, pelicano,
pelicorto, pelilargo, pelirubio, pelicofre, pelitieso; de
perniabierto, perniquebrado; de rabicorto, rabilargo, rostrituerto;
de zanquivano, zanquilargo?
¿Y qué diremos de la riqueza
inagotable de los derivados simples y compuestos, como amujerado,
amuchachado, adamado, amulatado: como caballar, caballuno, perruno,
muleño, asnal, ovejuno, carneruno, carneril, acarnerado, etc.? De la
voz simple nariz se forman las voces narigón, narigudo, desnarigado
y desnarigar; de la otra, mujer, mujeriego y mujeril, sin las
modificaciones de mujercilla, mujerona y mujeracha. Sólo de la voz
simple frayle, que en francés no es más que
moine, sin más
derivado que moineau, que es gorrión, se forman en castellano
fraylería, fraylada, fraylesco, frayluno, afraylado, fraylero,
frayleño, fraylía, y los verbos enfraylar, desenfraylar. De la
palabra perro (chien en francés, sin más derivados ni compuestos)
Se derivan las de perruno, perrezno, perrada, perrería, perrera,
perrero, perrengue, y los verbos perrear, aperrear y emperrar, sin
incluir lo canino, la canina y la caninez, que vienen de la otra voz
can, que es el mismo chien francés. Me dirán que para alguna de
estas voces hay en francés un equivalente, mas no es ésta la
qüestion.
¿Cómo traduciremos nuestros aumentativos,
diminutivos y superlativos, de cuyo esencial auxilio carece la lengua
francesa, pues tiene que socorrerse del adverbio très para el último
caso, y de los calificativos de gros, grand y petit (
como
en catalán
) para los dos primeros?
Sobre valiente, ¿cómo añadirán valentón, y sobre éste
valentonazo; sobre pícaro, picarón, y sobre éste picaronazo? ¿Cómo
tantos verbos freqüentativos de admirable energía, como pordiosear,
menudear, aldabear, cerrojear, clamorear, colear, corcovear,
cucharetear, aletear, tixeretear, etc.; tantos incoactivos, como
vermejear, azulear, amarillear, albear o blanquear, negrear; tantos
verbos activos de privación, como desemperezar, desamorar,
desamistar, desacobardar, desendiosar, desendiablar, desautorizar,
etc.?
Fuera de un corto número que tienen sus correspondientes
en francés, faltan los nombres simples colectivos de plantíos y
arbolados, por exemplo, los de madroñal, pinar, acebuchal, olivar,
naranjal, etc.; trigueral, cebadal, maizal, zandial (
de
sandía),
etc. Todas estas voces simples se han de traducir en francés
con
los siguientes rodeos de bosque de madroños, bosque de pinos, bosque
de olivos silvestres; sitio plantado de olivos, sitio plantado de
naranjos; campo sembrado de trigo, campo sembrado de cebada, campo
sembrado de maíz y campo plantado de melones de agua, etc. Y aquí
está el molde
de todos: bois d´arbousiers (
sirera de alborsé en chapurriau: madroño),
bois de pins (piná en chapurriau), bois d´oliviers sauvages; lieu
plant d´oliviers, lieu planté d´oranges; champ semé de bled (
blaten chapurriau), champ semé d´orge
(
ordi catalán, hordio aragonés),
champ planté de melons d´eau (
meló deaigua, síndria, de sindiyya), etc. En
fin, que voz simple corresponde a otras que designan individualmente
ciertos frutos, ya de los árboles, ya de la tierra, pues la naranja
es pomme d´orange; la pina, pomme du pin; el tomate, pomme d´amour;
la patata, pomme de terre, etc.; de suerte que quien coge manzanas
del pino, bien podrá pedir peras al olmo, ¿qué voz simple
corresponde a pedregal, cantizal, guijarral, etc.?
Si de los
objetos de la naturaleza
vegetable
pasamos a la animal, se manifiesta igualmente escaso el Diccionario
de la lengua francesa en las voces colectivas. El simple y genérico
nombre troupeau (
tropel)
es rebaño, es piara, es hato, es manada, pues hasta los pavos andan
en rebaños (un troupeau de aindons) como si fueran ovejas. La
vacada, la boyada, la torada, la carnerada, la borricada, la
caballada, la yeguada, la muletada, etc. no se conocen en francés,
sino con la repetición monótona de troupeau de vaches, troupeau de
boeufs (
bous en chapurriau, bueys:
toros, bueyes
), troupeau de taureaux,
troupeau de moutons, troupeau d´
ánes,
troupeau de chevaux, troupeau de jumens (
jumentos),
troupeau de mules, etc. Nada digo de las otras colectivas de ganado
vacuno, de ganado lanar, que en francés son bétes a corne (bestias
de cuerno), bétes a laine (bestias de lana,
llana en chapurriau)..
Me he dilatado más
de lo que es necesario en un prólogo para confirmar mi opinión, y
el temor que tengo manifestado más arriba para no intentar la
versión del Diccionario Español-Francés, sin embargo de haberlo
intrépidamente emprendido y felizmente concluido Gattel y Cormon,
cerrando los ojos a la dificultad y los oídos a la censura. Se dexa
considerar qual será la exactitud, la propiedad y la claridad de
semejante obra, y el provecho que los españoles y los extranjeros
pueden prometerse de esta parte del español, mucho más monstruosa e
inútil que la del francés que se acaba de refundir.
¿Qué
campo tan extenso se ofrecía aquí para desengaño de algunos
españoles, continuando el cotejo interminable de exemplos, siguiendo
todas las series de voces intraducibles? Pero en el cuerpo del
presente Diccionario tendrán a mano gran copia de artículos, para
entretenerse en esta confrontación y examen, si los leen con
reflexión, sin aguardar a que la necesidad momentánea les obligue a
consultarlos para salir de alguna duda o de algún atascadero. A este
fin se han extendido, ilustrado y enriquecido cada uno de ellos con
todas las voces análogas de la lengua castellana, que pueden
encerrarse dentro de cada una de las diversas acepciones a que se
extiende la voz francesa.
No hay que apelar, después de las
observaciones presentadas hasta aquí, a la riqueza respectiva del
francés, y a Ja ventaja que esta lengua lleva en ciertos casos a la
española, porque no se trata aquí sino del más o del menos. No
ignoro que con la voz físico, como adjetivo y como sustantivo,
confunda el español la de physique y physicien; con la de académico
las de académique y academicien; con la de matemático las de
mathématique y mathematicien, etc. Pero no tengo por menor defecto
el confundir el agente con el acto, o sea el que obra con la cosa
obrada, como en sacrilége, que es el sacrílego y el sacrilegio; en
homicide, que es el homicida y el homicidio; en suicide, que es el
suicida y el suicidio. Esta anfibología, inevitable en francés,
proviene de la estructura primordial de las palabras, que no admiten
variedad en sus inflexiones y terminaciones, que finalizando
generalmente en e, no distinguen el género masculino del femenino, y
a veces ni el adjetivo del sustantivo: como se ve en el nombre
Eudoxe, que es Eudoxio, y también Eudoxia; en Camille, que puede ser
Camilo, y también Camila, etc.
Verdad es, por otra parte, que
con la voz barba hemos de significar la barbe, y le menton; con la de
pastor, las de berger, pasteur y p
átre;
con la de oveja, las de brebis y ouaille (
ovella en chapurriau); con la de negro, las de
negre y noir; con la de hambre, las de faim (
fam en chapurriau) y famine; con la de
parir, las de acoucher y enfanter para las mujeres; y las de mettre
bas, y faire ses petits, para las hembras de los animales. Aun en
esta última acepción suele tener la lengua francesa verbos para
diferenciar estos actos en muchas especies irracionales, como
pouliner, parir la yegua; louveter, parir la loba; catiner, parir la
gata; agneler (
agnus latín, cordero,
agneau
), parir la oveja. Y sin salir
del círculo de esta materia, comprehendiendo nuestra voz preñada a
bestias y a personas, en francés el de las mujeres se distingue con
la palabra grossese, y el de los animales quadrúpedos con las de
porte y gestation (
gestación).
Siguiendo estos cotejos en todos los objetos físicos y morales,
sacaríamos al fin mucho más rica y variada nuestra lengua; porque
si nos fallan las voces matinée (
matinada en chapurriau), soirée, journée
(
jornada),
nuitée, también carece el francés de las de madrugada, mesada,
semanada, veranada, otoñada, invernada, y así de otras, de que
carece una lengua y abunda la otra.
Las observaciones o
parangones hechos hasta aquí por vía de ensayo, son las únicas
reglas para medir la riqueza de aquellas voces, que por su naturaleza
constituyen la lengua nativa y natural de una nación, pues por ellas
se ha de hacer el juicio comparativo de cada una, que es la más o
menos fácil versión. Por no haber hecho esta discreta distinción,
algunos han fundado erradamente la abundancia o riqueza de una lengua
en el mayor número de artículos de su Diccionario, recogidos de las
voces de los escritos didácticos, en donde, para tratar materias
varias, ya de erudición, ya de ciencias exactas o filosóficas,
nuevamente cultivadas, han tenido sus autores que tomarlas prestadas
del latín o del griego, o componerlas de ambas lenguas.
En esta
adquisición o cosecha de voces didácticas, que no son francesas de
linaje ni de nacimiento, aunque están en su Diccionario, pues son de
todas las naciones cultas, han hecho más progresos sus escritores
que los nuestros, quienes hace medio siglo que toman de ellos las
ideas y hasta las palabras. De esta servil imitación, que ha venido
a formar una especie de vasallaje literario, habrá nacido aquel
exagerado concepto, entre el común de nuestros traductores, de la
riqueza, precisión y sabiduría, como algunos llaman, de la lengua
francesa; sin considerar que esto es confundir el lenguaje de los
autores con el de la nación, o por decirlo de otro modo, el idioma
de las ciencias con el de la vida común y trato civil.

¿Quién
ha dicho a estos señores que la lengua española se niega a prohijar
las mismas voces de nueva fábrica que ha adoptado la francesa de
quarenta años acá en las materias didácticas y científicas?
¿Hemos de escribir o tratar de conocimientos físicos y chímicos en
toda la extensión que abrazan los libros franceses? Pues hay más
que formar las voces como ellos las han formado
o acomodado,
haciendo que las que antes no teman sino una acepción, reciban dos,
y que las que no hablan salido de la esfera de las artes se
introduzcan en el santuario de la eloqüencia y en el país encantado
de las metáforas. Y en esta licencia, que entre nosotros se llamaría
pedantismo, y yo la llamo culteranismo filosófico, hallan los
entusiastas de todo escrito francés la sabiduría de la lengua,
porque leen el lenguaje de la física y de las matemáticas, aplicado
a las nociones abstractas de la moral, de la lógica y de la
política. No hablaré del neologismo introducido de algunos años
acá por la mayor parte de sus escritores que infatúan a nuestros
jóvenes, al paso que en su mismo país acaso no tienen más nombre
que el de jornaleros de la literatura.
Por otra parte, el uso o
el abuso que suelen hacer los escritores franceses de las voces de la
antigüedad greco-romana para dorar o realzar su estilo, que en los
nuestros se llamó en otro tiempo pedantería, ha sido otra de las
causas del deslumbramiento de algunos lectores españoles. Leen los
nombres phalanges, cohortes, satellites, que son nuestros exércitos,
nuestros esquadrones, nuestros guardias, en lenguaje conocido; leen
las palabras electrizer, metamorphoser, explosion, hablando de las
afecciones morales, por no decir enardecer, transformar, desahogo; y
esto basta para despreciar su lengua patria. Leen las palabras
moralité, immoralité, démoralizer, etc. que son recientemente
formadas del latín, y no ven que la cantera está abierta para traer
de allí labradas las voces moralidad, inmoralidad, desmoralizar,
etc. Leen las palabras griegas antropophague, ichthyophage,
méphitisme, cosmopolite, mysantropie, philantropie, etc. y otras mil
de la misma alcurnia, de que están salpicados los escritos modernos
franceses; y nuestros hombres se acaban de poner de mal
humor con
su lengua, tratándola de estéril, desnuda y popular, como si nos
hubiesen prohibido la naturaleza y la razón la facultad de decir
antropófago, ictiófago, mefitismo, cosmopolita, misantropía,
filantropía, etcétera.
La misma libertad que se han tomado los
franceses para ennoblecer y enriquecer sus escritos didácticos o de
pura erudición, tenemos nosotros quando queremos escribir o
traducir. ¿Habíamos de estrechar los límites y restringir las
facultades naturales de la lengua española, siendo dialecto legítimo
de la latina y amiga de la griega, por la facilidad de sus
composiciones? Nada importa que muchas de estas voces derivadas de
las lenguas sabias no se hallen en nuestros Diccionarios castellanos.
Tampoco se leen en ellos las de simultaneidad, corporeidad,
aerostático, vitrificación, vitrificar, ideología, estadística
(no estatística), porque nosotros debemos formarla de la palabra
vulgar estado y no de la latina status, como los franceses han hecho;
y por esto ¿debía yo omitirlas en las correspondencias de
simultaneité, corporeité, aérostatique, vitrification, vitrifier,
ideologie. statistique, etc.? Son voces de la lengua docta, aunque no
lo sean del Diccionario: la necesidad las autoriza, y la analogía
las prohija y españoliza.
Con este método y conducta he podido
dar a cada voz galo-latina su correspondiente hispano-latina. Lo
mismo he hecho con las voces galo-grecas, de que hacen modernamente
tanto usj los escritores franceses, o por afectar erudición, o por
dignificar las cosas mas comunes en la frase ordinaria.
Para no
dexar desairada nuestra lengua y para hacerla campear en todos los
casos en que campea la francesa, aun en el vocabulario común, que es
distinto del didáctico y científico, me he tomado la libertad de
valerme de voces y también de frases proverbiales muy corrientes y
usuales, aunque no
tengan la autoridad de nuestros Diccionarios,
pues en ninguno de los publicados hasta hoy les ha tocado lugar…

Adv. -Abrevs. – Texto, a dos cols, -Sup. -Adv. -Dict.
geographique français-espagnol. -Lista de voces, frases familiares y
refranes que no están en los Diccionarios de la Lengua castellana y
se han tenido presentes para las correspondencias del francés (a
tres cols.) -Refranes y frases proverbiales y familiares
(castellanos, a dos cols.) -Muestras de algunos artículos del
presente Diccionario, confrontados con los respectivos de los
Diccionarios de Cormon y de Gattel.
Hay otra edición del
Diccionario de Capmany hecha en Madrid. también en la imprenta de
Sancha, año de MDCCCXVIL
4.°-XXIV + 886 + 45 págs.
También
será muy provechoso al que desee conocer las nuevas palabras y
frases inaceptables que usan algunos escritores, el estudio del
siguiente Comentario con glosas críticas y joco-serias sobre la
nueva traducción castellana de las aventuras de Telémaco, publicada
en la Gaceta de Madrid de 15 de Mayo del presente año. Lo dedica a
la nación española D. Antonio Capmany Montpalau. Madrid, en la
imprenta de Sancha, 1798.
4.° -2 hs. prels. + XXXIV págs.
El
traductor del Telémaco, que fué Don Joseph de Covarrubias, compró
y redujo a cenizas la edición del comentario de Capmany, por lo cual
es esta obra rarísima y no se han conservado más ejemplares que los
que el autor regaló a sus amigos. – Brunet no la cita entre las
obras de Capmany.

1855.

1368. Diccionario de
galicismos, o sea de las voces, locuciones y frases de la lengua
francesa que se han introducido en el habla castellana moderna, con
el juicio critico de las que deben adoptarse y la equivalencia
castiza de las que no se hallan en este caso, por D. Rafael Maria
Baralt, con un prólogo de D. Juan Eugenio Hartzenbusch: Madrid.
Imprenta Nacional, 1855.
4.° – XXIII- 711 págs.
Dice el Sr.
Hartzenbusch para concluir su prólogo: Todo extremo es vicioso. A
mediados, y aun más allá del siglo XIX, es imposible que hablemos
como en tiempo de los Reyes Católicos; mas tampoco es justo que por
negligencia, ignorancia o capricho viciemos, corrompamos o
destruyamos la hermosa lengua de Garcilaso y San Juan de la Cruz, de
Herrera y Cervantes. El señor D. Rafael María Baralt en este
Diccionario trata de guiar a nuestros escritores por un camino medio,
atinado y seguro. No pros-cribe todo lo nuevo; escoge, sí, de las
novedades las que tiene por útiles; no patrocina ciegamente lo
antiguo, antes rebusca los que le parecen defectos hasta en los
autores más venerables. Demasiadamente severo se muestra diversas
veces; acaso lo hará porque, contando con la poca docilidad que
suele haber para acomodarse a la doctrina de un catecismo literario
reciente, pide mucho para conseguir una cosa arreglada. Adusto aquí,
afable allá, mal enojado en un artículo, jovial y desenfadado en
otro, el libro, con ser de consulta y para leerse salteado, puede, no
obstante, ser leído agradablemente hoja por hoja. Preceptos,
consejos, modelos de imitación, ejemplos que
deben huirse,
enseñanza y aun recreo encontrarán los lectores de este reducido
volumen, útil a cuantos leen y hablan el castellano; a muchos de los
que lo escriben componiendo de propio caudal, y a los traductores del
francés sobre todo… El saber una o varias lenguas vivas no
perjudicará a ningún escritor; al contiario, fecundará su pluma
con voces nuevas, hermosas y atinadamente expresivas. Para enriquecer
nuestra lengua como Lope, hay que seguir el consejo de Moratín el
padre: leer tantos libros castellanos como extranjeros.
Después
del prologo del Sr. Hartzenbusch sigue inmediatamente el texto del
Diccionario, sin que le preceda advertencia ni introducción alguna
del autor.
-Segunda edición: Madrid, imprenta de Rivadeneyra.
-4.° -XXI + 627 págs. + 1 h. en b.

1861

1269. Que
el estudio profundo y detenido de las lenguas extranjeras, lejos de
contribuir al deterioro de la propia, sirve para conocerla y
manejarla con más acierto. Discurso escrito por D. Antonio Alcalá
Galiano, individuo de número de la Academia Española, y leído por
su autor en la Junta pública celebrada por aquella Corporación el
día 29 de Setiembre de 1861.
Publicado en las Memorias de la
Academia, tomo I: Madrid. 1870, págs. 144-174.

1863.

1270.
Del neologismo, por D. Pedro Felipe Monlau.
(Véase el núm.
1162.)

1867.

1271. Observaciones al Diccionario de
galicismos de D. Rafael María Baralt, de la Real Academia Española,
por el Dr. d. Ricardo Ovidio Limardo, individuo correspondiente
extranjero de la misma.
Págs. 69-74 de la Enseñanza, revista
general de instrucción pública, archivos y bibliotecas, dirigida
por D. Juan Uña: Madrid, en la imprenta Universal, a cargo de Lucas
Polo. Año III, núm. 53, 10 de diciembre de 1867.

1873.

1272. Breve catálogo de los errores que se cometen, no sólo
en el lenguaje familiar, sino en el culto y hasta en el escrito,
seguido de otro breve catálogo de galicismos, por D. Pedro Fermin
Ceballos. Quito, Bermeo, 1873.

1874.

1273. Acerca del
neologismo realeza, por M. A. y J. M. Bisbar.
Págs. 172 y 370
del tomo IV de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid.
imp. de Aribau y Compañía, 1874.

1875.

1274.
Diccionario de galicismos, inglesismos (anglicismos)
y americanismos, por Don Ricardo Ovidio Limardo (venezolano).
Parte
de este trabajo ha sido publicado en El Mundo americano, de París,
bajo el pseudónimo Verax, y en La Opinión nacional, de Caracas, en
diversas épocas, desde 1875. La parte restante está inédita.

1879.

1275. Sobre el galicismo ostensorio, por S. R.
y D. José María Sbarbi.
Págs. 58 y 78 del tomo I de El
Averiguador universal: Madrid. 1879.

1880.

1276.
Sobre el galicismo tampón, por F. D. Joaquín Compañel y F. A.
Barbieri.
Págs. 209, 228, 229, 277, 278, 342, 343, 355 y 35, ,,,
tomo II de El Averiguador universal: Madrid. 1880.

1889.

1277. Voces nuevas en la lengua castellana. Glosario de
voces, frases y acepciones usuales y que no constan en el Diccionario
de la Academia: edición duodécima. Admisión de extranjeras.
Rehabilitación de anticuadas. Rectificaciones. Acentuación
prosódica. Venezolanismos.
Por Baldomero Rivodó… París. Lib,
españ. de
Garnier herm. 1889.
4.°-XII-299 págs.
El título de esta
obra ya indica las múltiples materias que comprende; pero creemos
conveniente exponer algo de lo que sostiene este anciano autor
carequeño,
residente en París años há.
Gran partidario de enriquecer
nuestro idioma con voces nuevas, escribe que no solamente debemos
recurrir al griego y al francés, sino al mismo castellano, cuyo
estado dice que quizá antes de un siglo llegará a ser paupérrimo,
para lo cual aconseja que se acepten vocablos si son de buena
procedencia, aunque no se hallen en el Diccionario académico, cuya
última edición censura sin
fundamento alguno, decidiéndose por
el criterio popular enfrente del de los gramáticos y de los
académicos, diciendo: el tigre, la tigra, el lagartijo, la
lagartija, el alacrán, la alacrana. ¡A esto llama el Sr. Rivodó
civilizar el idioma, cuando no son más que antiguas vulgaridades,
según dice hablando de algunas de dichas palabras su eminente
compatriota D. Rufino J. Cuervo en sus
Aplicaciones sobre el
lenguaje bogotano! (página 96 de la última edición).
De
derivados y compuestos, de aumentativos y diminutivos, de arcaísmos
de otros idiomas y de provincialismos dice que ha de enriquecerse el
idioma, aunque respecto de estos últimos debe andarse con despacio.

Al par que muchas voces muy convenientes, cita aquacheato,
ambustión, apurrimón, bajovientre (patada
en el bajo vientre
), banal, bemba, bidé
(
pese a ser francesa, se le llama baño
checo, onomatopeya del sonido del agua al empujarla con las manos,
“checo checo”
), fuese,
vitrina, zafacoca, etc. y otras semejantes, que son, a nuestro
juicio, voces corrompidas por el vulgo, galicismos inaceptables y
provincialismos americanos.
En la acentuación prosódica atiende
más a la tendencia natural de la lengua que al origen de la palabra,
y tiene por absurda la imposición de un acento contrario al uso.
Fija las tendencias del idioma en acentuar como esdrújulos todos los
superlativos, tanto los regulares como los anómalos, y como agudos
las palabras terminadas en i, u, in, tm, y trae al fin una larga
lista de voces que convendría, dice, usarse con dos acentuaciones
distintas, y otras con una sola acentuación.
El glosario de
venezolanismos es más bien, según dice su autor, especial de la
ciudad de Caracas y sus contornos. Clasifica estos provincialismos en
cuatro clases: 1: voces castizas que han sufrido alteraciones en sus
formas; 2: voces castizas o derivaciones de ellas, a las cuales se
han agregado acepciones o significaciones especiales que no constan
en el Diccionario; 3: voces cuyo origen es desconocido, pero castizas
en apariencia; 4: voces indígenas o de los idiomas aborígenes.
En
suma, el libro del Sr. Rivodó contiene mucho interesante y revela su
bien cultivado ingenio; pero su afán de independizarse de todo
cuerpo docente en materia de lenguaje, le ciega con frecuencia el
sentido crítico. El vulgo no podrá ser jamás norma del lenguaje,
el cual, como todo lo humano
(y a pesar del amor a la libertad
que en todas sus páginas manifiesta el respetable caraqueño), ha de
regirse por una ley escrita, si ha de gozar vida regular y fecunda.

1891.

1278. Cizaña del lenguaje. Vocabulario de
disparates, extranjerismos, barbarismos y demás corruptelas,
pedanterías y desatinos introducidos en la lengua castellana.
Recopilados de muchos

periódicos políticos y literarios, novelas y
libros más o menos científicos, discursos académicos y
parlamentarios, documentos oficiales y anuncios particulares, por D.
Francisco J. Orellana. Cuarta edición, corregida y
extraordinariamente aumentada. Barcelona, librería de Antonio J.
Bastinos, editor: 1891.
8.° mayor -126 págs. + 2 al principio y
una al fin.
Anteport. -Port. -Al vulgo de alto y bajo copete. –
Texto por orden alfabético. -Filoxera literaria (trátase del abuso
de la x). -Erratas.
Las tres ediciones anteriores de este libro
las publicó su autor ocultando su nombre bajo el anagrama de
Ana-Oller. Esta cuarta edición es póstuma y contiene doble materia
que las otras, habiéndola hecho el hijo del autor, D. Emilio J.
Orellana, con los materiales que dejo su padre.
1279. Diccionario de galicismos y de voces superfluas, por D. Felipe Tejera.
Págs. 345-367 (a dos cols.) de su Manual de literatura: Caracas, 1891.
-(Véase el número 525.)

SEXTA PARTE
PROVINCIALISMOS.

1646.

1280. Diccionario de varias palabras provinciales de Aragón, por D. José Siesso y Bolea.
MS. de la Biblioteca Nacional de Madrid. Lleva la sign. Cc-176. Escrito en Zaragoza, año de 1646.

1737.

1281. Antiguamente la lengua Aragonesa se conformava (parecía, de forma) mucho más con la Valenciana (que con la Castellana), o por decirlo mejor, era Lemosino (de Limoges, hoy dialecto del idioma occitano, langue d´Oc).
De tal suerte que el índice que escribió Gerónimo Blancas, donde se declaran algunos vocablos aragoneses antiguos que hai en las Coronicas de los Serenissimos Reyes de Aragon, contiene vocablos puramente Lemosinos; i muchos instrumentos que copió en sus Comentarios de las Cosas de Aragon, quanto más antiguos, más Lemosinos son.
Pág. 54 del tomo I de los Orígenes de la lengua española, por D. Gregorio Mayans y Siscar: Madrid. 1737.

https://archive.org/search.php?query=Gregorio%20Mayans%20Siscar

1282. De las voces americanas y de germanía que hay en el
castellano, por D. Gregorio Mayans y Siscar.
Dice este autor en el tomo I de sus Orígenes de la lengua española:
La sola distancia del lugar tampoco impide que las naciones de varias
lenguas, aunque muy alejadas unas de otras, se comuniquen muchas
veces, y aun los idiomas, como se traten mucho, como suele suceder,
siendo la comunicación por el mar, el cual, por medio de la
navegación, facilita el comercio. Así, por el que tienen los
castellanos con las Indias occidentales, y los portugueses con las
orientales, unos y otros han introducido sus lenguas en todos los
países que han dominado en las Indias. Y también unos y otros hemos
recibido de ellas muchas voces, con que significamos
cosas que
nos han venido de ella, como algodón, bejuco, curamaguei,
escuerzonera, guavatan, ibana, leucoma, manatí, tinipinichi (o
tinipiuichi
), ofnina, sasaffrás,
tabaco, vicuña y otras muchísimas de que se puede formar un útil y
curioso Diccionario. Pero estas mismas voces están muy desfiguradas
de su primitiva conformación, como se puede observar en la palabra
chocolate, que viene de cacahuquahuil. Y no es mucho que las
desfiguremos tanto, porque fuera de que tenemos ocho letras de que
carecían los indios, es genio de todas las naciones caracterizar las
voces recibidas, según la costumbre de pronunciar, para suavizarlas
más, cada cual a su manera.
Los nombres de primera impresión,
y, digámoslo así, originales, unos se impusieron por cierta razón;
otros por casualidad. De los que se impusieron por acaso no se ha de
hacer cuenta. Tales son muchos vocablos de germanía, cuyo origen en
la mayor parte fué el acaso o el capricho. Llamo germanía al
lenguaje rufianesco, propio de rufianes, de gitanos y de otras gentes
perdidas, que se inventaron un lenguaje para entenderse entre sí, y
no ser entendidos de los demás; así como en Salamanca se inventó
una maldita lengua llamada
junciana,
para que fuese instrumento entre los malos de la comunicación de sus
maldades, sin que otros las entendiesen; y en Francia, los
pordioseros o tunantes usan una lengua que se llama
guena,
esto es, de los pobres. Juan Hidalgo, ó otro que quiso llamarse así,
en el año 1609 publicó en Barcelona muchos romances de germanía de
varios autores, y al fin de dicho librito, que es en duodécimo,
imprimió el Vocabulario de germanía, compuesto por él. Este
Diccionario, como dije, tiene muchas voces inventadas por capricho;
otras sólo tienen trocadas las sílabas, como chepo, demias,
grito,
lepar, lepado, toplo, toba, que quitada la trasposición de letras o
sílabas, son en buen romance pecho, medias, riego, pelar, pelado,
plato, bota. Al cual modo de hablar llamamos gerigonza (
jerigonza).
En cuanto a los demás vocablos de germanía (por decir esto de
paso), como ésta es una lengua de vagamundos, se compone de los
vocablos que han aprendido en varios países, y les han parecido más
a propósito para formar su algarabía. Y así hay muchos vocablos en
la lengua castellana, como acogerse, acorralar, picar, retirarse,
toldar, trotón, trasmontado, tropel. Otros, que son anticuados, como
gandido (
o gaudido),
por trasmontado; otros metafóricos, como alrazador, por alguacil;
abrazado, por preso; azor, por ladrón de presa alta, y a este tenor
muchísimos. Otros son árabes, como alcandora, si ya no es que digamos ser voz vascongada. Otros lemosines, como belitre, bochí, formaje (
formage o formache en chapurriau, fromage francés), gorja, fage, portor. Otros franceses, como gaya, por mujer pública, si ya
no es que sea voz siriaca. Otros italianos, como
gamba, por pierna; picol, por poco (piccolo, pequeño).
Otros latinos, como hasta, por lanza.

1789.

1283.
Vocabulario de las voces provinciales de la América.
Págs.
1-186, al fin del Diccionario geográfico-histórico de las Indias
Occidentales o América, es a saber: de los Reynos del Perú, Nueva
España, Tierra-Firme, Chile, y Nuevo Reyno de Granada. Con la
descripción de sus Provincias, Naciones, Ciudades, Villas, Pueblos,
Rios, Montes, Costas, Puertos, Islas, Arzobispados, Obispados,
Audiencias, Virreynatos, Gobiernos, Corregimientos y Fortalezas,
frutos y producciones; con expresión de sus Descubridores,
Conquistadores y Fundadores; Conventos y Religiones; erección de sus
Catedrales y Obispos que ha habido en ellas, y noticia de los sucesos
más notables de varios lugares; incendios, terremotos, sitios e
invasiones que han experimentado y hombres ilustres que han
producido. Escrito por el Coronel D. Antonio de Alcedo, Capitán de
Reales Guardias Españolas, de la Real Academia de la Historia. Tomo
V. Con licencia. Madrid: en la imprenta de Manuel González,
MDCCLXXXIX.
Precede al texto del Vocabulario la siguiente
advertencia: Ofrecimos en el plan de suscripción, que se publicó
para este Diccionario, dar al fin de la obra este Vocabulario, como
parte precisa para la inteligencia de muchas voces usadas en aquellos
Países; unas que aunque originarias de España, y especialmente de
Andalucía, han degenerado allí por la corrupción que ha
introducido la mezcla de los idiomas de los Indios, y otras tomadas
de éstos y mal pronunciadas por los Españoles; y sin embargo de que
en muchos artículos explicamos el significado de algunas, como
ocurren las mismas en otros, y no es posible tener presente el de la
Provincia, Pueblo o distrito en que se dixo, creemos que seria
conveniente reunirlos por orden alfabético para que cualquiera pueda
imponerse con facilidad del significado de la voz que no comprehenda
de los Artículos del Diccionario.
Esto nos ha conducido
insensiblemente a explicar completamente las Plantas, Aves y Animales
de aquellas Regiones, y las virtudes y propiedades que están
conocidas arreglándonos al sistema y método del Caballero Linneo,
generalmente admitido entre los Sabios. Pero a pesar de esta
diligencia (y de haber consultado con el Dr. Don Casimiro de Ortega,
primar Catedrático del Real Jardin
Botánico de esta C
órte,
a quien debe mirarse por restaurador de esta Ciencia en España), no
hemos conseguido el completo que deseábamos en todos los artículos,
a causa del descuido con que se ha visto esta parte de la Historia de
América, y de la confusión y falta de principios con que la mayor
parte de los Escritores han hecho las descripciones diminutas que
tenemos, en cuyo caso hemos adoptado los nombres puestos por otros
Naturalistas como Marcgraf, Pison, Sloane, Molina, Bomore, etc.
advirtiendo que los que no llevan la cifra o iniciales de alguno de
éstos, se deben entender del referido Linneo…

1790.

1284. Advertencias sobre el significado de varias palabras usadas en las ordinaciones de montes y huertas de la ciudad de Zaragoza y de otras, por Don Francisco de Paula Roa y del Rey.
Ms. en 4.° de 8 hs. – Lo conservaba en su librería el Sr. D. Félix de Latassa, quien lo cita en su Biblioteca nueva de escritores aragoneses.

https://archive.org/search.php?query=felix%20latassa1285. Diccionario, vocabulario o índice alfabético de las palabras más extrañas que se hallan en los fueros del Reino de Aragón y de otras dicciones de la lengua española y latina, con su verdadero significado y autores que las explican, por D. Francisco de Paula Roa y del Rey.
Ms. en dos tomos en 4.°- Cítalo D. Félix de Latassa en su Biblioteca nueva de escritores aragoneses, en donde dice que lo vio en poder del autor y que era obra de un mérito particular.

https://archive.org/search.php?query=fueros%20Reino%20Arag%C3%B3n

1823.

1286. Vocabulario provincial americano, por D.
Bartolomé José Gallardo.
Según ha dejado escrito este autor,
perdió el MS. de dicha obra, con otros varios muy preciosos, al
trasladarse de Sevilla a Cádiz el triste día de San Antonio, 13 de
junio de 1823. – Hasta hoy no ha aparecido.

1834.

1287.
Advertencias sobre el uso de la lengua castellana, dirigidas a los padres de familia, profesores de los colegios i maestros de escuela, por D. Andrés Bello.
Publicadas en el Araucano, año de 1834, y reimpresas en el vol. V, 1881, de las Obras completas de Bello.

Propónese en ellas el autor advertir algunas de las impropiedades y defectos notados en el uso de la lengua castellana en Chile, y que consisten, o en dar a sus vocablos una significación diferente de la que deben tener, o en formarlos o pronunciarlos viciosamente, o en construirlos de un modo irregular.

1836.

1288. Diccionario de voces cubanas, por D. Esteban Pichardo,
Auditor honorario de Marina. Matanzas, 1836.
Se han hecho,
además, las reimpresiones siguientes:
-Segunda edición: Habana,
1849. 4.°
-Tercera edición: Habana, 1862. 4.°-VII-281 págs.

-Cuarta edición: Diccionario provincial casi razonado de voces i frases cubanas, por el Auditor honorario de Marina D. Esteban Pichardo… Cuarta edición, corregida i mui aumentada: Habana, imprenta El Trabajo, de Leon F. Dediot, Amistad. núm. 100, 1875.
4.°-XVIII-393 págs.
El Diccionario comprende todas las palabras
peculiares de la isla de Cuba (exceptuando las topográficas), sean
las indígenas o de origen indígena conservadas aún, sean las
derivadas de otras fuentes o adoptadas con alguna generalidad. sean
las mismas castellanas estampadas en el Diccionario de la Academia
Española (octava edición) cuando aquí tengan diferente
significado, o
bien si alguna circunstancia particular lo exige,
por referirse a cosas propias de este país, por efecto de la
explicación o por otro motivo poderoso… A cada letra sigue un
Suplemento de voces corrompidas, donde no se ponen todos los
disparates y defectos de locución particulares, sino aquéllos muy
generalizados aun entre las personas cultas.
La mayor riqueza de
este Diccionario consiste en tecnicismos. Mi Diccionario (dice el
autor) no es ciertamente curso o tratado de historia natural, para
extenderse lata y técnicamente en sus particularidades: tal no es su
objeto; pero da a conocer con alguna amplitud el significado de las
voces, su orígen y relaciones en todas aquellas materias de su
propósito, bastante a facilitar la precisa instrucción sobre los
vegetales, minería, aves, peces, cuadrúpedos, reptiles, botánica
médica, agricultura, ganadería, comercio mayor y menor, gráfico,
pesas, medidas, monedas, industria, oficios, costumbres, usos,
comidas, juegos, música, bailes, diversiones, etc. etc. relativos
únicamente al provincialismo. . .
El Sr. Pichardo corrige muchos
errores en que incurrió Salvá al definir las voces americanas de su
Diccionario.
…Nacido en el corazón de la isla de Santo
Domingo; emigrado en mi infancia con mi familia al centro de la de
Cuba, pasé mis primeros años en la populosa y criollísima ciudad
de Puerto-Príncipe; residí muchos años en la Habana, Cuba,
Matanzas y Villaclara, permaneciendo en distintas poblaciones y
haciendas de campo de los tres departamentos; he corrido casi toda la
Isla por tierra y agua, así como la de Puerto-Rico…
En el
prólogo del Diccionario de voces cubanas se hacen algunas
observaciones relativas a la fonética del castellano de la Isla, las
cuales tienen la autoridad de la larga residencia del autor en ella,
habiendo podido apreciar bien las diferencias de pronunciación
propias de los criollos e indígenas.

1289. Ensayo de un Diccionario aragonés-castellano, por D. Mariano Peralta, Abogado de
los Tribunales del Reino. Con licencia: Zaragoza, Imprenta Real, año 1836.
8.°-XX-47 págs. Port. – Ded. del autor a D. Braulio Foz (nacido en Fórnoles, Matarraña, Teruel, autor de la novela en castellano Pedro Saputo, traducida al chapurriau por Ramón Guimerá Lorente, Beceite, Matarraña, Teruel, Aragón).
– Pról.: … No se trata en este Diccionario de las voces particulares de un dialecto, porque este nombre no se puede dar sino a una lengua distinta de otra en algo en la sintaxis, o por lo menos de la declinación de los nombres y conjugación de los verbos, y semejante a la misma en lo general de ella. Sería dialecto del
español la lengua que hablan nuestros aragoneses del Somontano, porque sin dejar de ser española tiene diferencias bastante considerables en lo esencial de todo idioma. Allí dicen: o mulo, os mulos, por el mulo, los mulos; tu yés, el yé, por tú eres, él es; vinon, tubon, se fuen, por vinieron, tuvieron, se fueron; a yo, por a mí; subiba, teneba, por subía, tenía; gosa ser, gosa tener, por debe ser, debe de tener; bel tunante que la quié engañar, por algún tunante que la quiere engañar; bella mujer la galera, por alguna
mujer de la galera… -Abrevs. – Texto.
Hay otra edición de este pequeño Diccionario, hecha en Palma de Mallorca.

1843.1290. Catálogo de nombres, verbos,
adverbios, etc. que, por lo común, se pronuncian defectuosamente en
castellano. Santiago (de Chile), imp. de El Liberal, 1843.
4.°
apaisado – 9 págs.

1845.

1291. Diccionario de voces
provinciales de la América meridional, formado por D. Antonio
Escudero, durante su residencia en aquella comarca ultramarina.
Este es un manuscrito que disfrutó Salvá para la composición de su
Diccionario, y que, según dice en el prólogo de éste, comprendía
240 palabras y modismos propios del país sud-americano.
(Véase el número siguiente.)

1846.

1292. Americanismos, por D. Vicente Salvá.
Fueron muchos los que incluyó este autor en su Nuevo Diccionario de la Lengua castellana. (Véase el núm. 758.)

Dice en la introducción: Por lo que mira a la América
meridional, me cupo la fortuna de que D. Antonio Escudero me
facilitase un Diccionario que por curiosidad había extendido durante
su residencia en ella; y aunque sólo comprende unas 240 palabras y
modismos, y muchas de las primeras me han servido de comprobante de
la exactitud de Jorge Juan, Ulloa y Alcedo, han sido sobremanera
útiles sus observaciones sobre los segundos, como hechas por persona
inteligente y que, por haber nacido y residido constantemente en
España, se hallaba con la mejor disposición para notar las voces y
locuciones que le chocaban en los países que recorría… En medio
de esta reunión de da-tos, sin embargo… la impresión casi nunca
daba lugar para inquirir si la voz era peculiar de una de las dos
Américas, común a ambas, o privativa quizá de alguna república.
Generalmente hablando, cuando he encontrado una palabra o frase usada
en dos puntos tan principales de ambas Américas, como lo son Méjico
y el Perú, he puesto la abreviatura p. Amér. (provincial de América
general); y prueba este hecho que la palabra no ha nacido allá, sino
que seria corriente a fines del siglo XV y principios del XVI en
Andalucía, de donde pasaron la mayor parte de los primeros
pobladores a aquellas regiones. En caso de duda acerca del país a
que debía prohijarse la voz, he preferido decir lo que me constaba,
pasando en silencio lo que para mí era incierto: vale más que el
habitante de Chile halle que es también suya la voz que señalo como
provincial de Cuba, que suponer general de América la que solo se
usa en la Nueva Granada. Guardar en esto la debida exactitud es
negocio más delicado de lo que a primera vista parece…