Marcelino Blondet, Moncho el Brujo. San Juan, Puerto Rico. 1926.
LOS BRUJOS DE GUAYAMA
Cuenta la historia que este pueblo de gente apasionada por la pelota que hubo un lanzador conocido como Moncho-el-Brujo que le fue tan bien durante su carrera en el baseball porque supuestamente era hijo de un hechicero que en cada partido llevaba sus velas y polvos o “mata bruja” con los que sugestionaba a los oponentes. Moncho, como era de esperarse, se convirtió en todo una sensación.
Tanto así que de ahí se bautizó al pueblo de Guayama como la Ciudad Bruja.

Una de las montañas de Guayama ubicada en el Barrio Palmas Altas