Las heces son el producto final del proceso de digestión, que incluye los desperdicios sólidos y líquidos que resultan después de que el cuerpo absorbe los nutrientes y líquidos de los alimentos ingeridos.
Este material es expulsado del cuerpo a través del recto y el ano. Las heces están compuestas por lo que queda después de que el estómago, el intestino delgado y el colon absorben los nutrientes y líquidos de lo que se ha comido y bebido.
Las heces pueden proporcionar información valiosa sobre la salud intestinal y general. Un análisis de heces puede ayudar a los médicos a detectar infecciones intestinales, desajustes en la microbiota, signos de cáncer y otros trastornos digestivos.
Es importante notar cualquier cambio en el color, consistencia o cantidad de las heces, ya que estos pueden indicar problemas de salud.
Para realizar un análisis de heces, se necesita una muestra de materia fecal, que debe ser recogida siguiendo las instrucciones del médico o del laboratorio. Es importante que la muestra no se contamine y que se informe al profesional médico sobre cualquier medicamento o fármaco que se esté consumiendo, ya que esto puede afectar los resultados.