Patués , Toni Babia, Jaume Marfany

Patue Kamina, anime, amazon
Patue Kamina



 Patués , Toni Babia, Jaume Marfany

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Lo idioma aragonés es un cajón de sastre, caixó de sastre, calaix, ya sen han encarregat de fel minudet, en mols dialectes, per a acabá en ell.



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Patués , Toni Babia, Jaume Marfany





https://es.m.wikipedia.org/wiki/Patués


El patués o aragonés benasqués o benasqués o altorribagorzano es un dialecto de transición entre el aragonés, el gascón y el catalán, perteneciente al subbloque del aragonés oriental. Por su su aislamiento representa una excepción dentro del aragonés por conservar los números y los días de la semana en aragonés, perdidos en aragonés general. Aunque su uso es superior al de otros dialectos del aragonés, consta de 1 000 o 2 000 hablantes, es una lengua en rápida recesión.


Joaquín Costa en marzo de 1879 publicó en el Boletín de la Institución Libre de Enseñanza una curiosa fórmula con que el pueblo caracteriza el dialecto de Benasque: “Morsiella de la bediella,— feta de ayére, cueta de hué — de man de mi mullé:— ;qué bona que ye! San Marsial mo ne dongue…”.

Ubicación

El benasqués se habla en torno al valle de Benasque (en la Ribagorza, provincia de Huesca, Aragón, España). Las localidades incluidas son: Benasque, Cerler, Anciles, Eriste, Sahún, Chía, Castejón de Sos, El Run, Bisaurri, Renanué, Urmella, Villanova, Sesué, Eresué, Ramastué, Sos, Liri, Arasán, La Muria, San Feliu de Veri y San Martín de Veri. Benasque figura en el ALEANR con las siglas Hu 201.

Relación con otras variedades Editar
El benasqués es uno de los sistemas lingüísticos de transición de la familia de lenguas románicas, de manera que su clasificación lingüística es un tema de debate bastante enrevesado.

Se trata de un conjunto bastante homogéneo de hablas altorribagorzanas que se hablan en el valle de benasque, con particularidades propias que lo diferencian del resto de variedades ribagorzanas (aragonesas o catalanas). Los elementos gascones que presenta son más importantes que en otros dialectos aragoneses pero mucho menores de lo que los no lingüistas han querido ver. Esa posición especial hace que algunos lingüistas se hayan inclinado por considerar que forma parte del catalán, aunque la opinión mayoritaria es considerarlo dentro del aragonés, eso sí, ocupando una posición de transición entre ambos.
Esta es la opinión de lingüistas como Ramón Menéndez Pidal, Francesc de Borja Moll, Manuel Alvar o Rafael Andolz.
Algunos otros filólogos como José Antonio Saura se inclinan por catalogarlo como una microlengua (por número de hablantes) particular.

Una isoglosa clara para distinguir las variedades benasquesas es la de los plurales en -as/-es, que separa el norte (Benasque, Eriste, Anciles y Sahún) con plurales en -es, del sur con plurales en -as como en aragonés general. José Antonio Saura Rami distingue entre una zona A con plurales femeninos en -es, una zona B con plurales femeninos en -as y una zona C al sureste con plurales femeninos en -as y menor frecuencia de diptongación romance.

Los lugares de la zona A son: Benasque, Cerler, Eriste, Anciles y Sahún.
Los lugares de la zona B son: Sesué, Sos, Eresué, Ramastué, Arasán, Liri, Urmella, Bisaurri, Renanué, Gabás, Castejón de Sos, El Run, Chía y Villanova.
Los lugares de la zona C son: San Martín de Veri, San Feliu de Veri, Veri, Dos, Buyelgas y La Muria.
Dentro de las hablas de transición entre el aragonés y el catalán, la zona C representa un grado mayor de coincidencia con el catalán que las otras. La menor frecuencia de diptongaciones romances (la diptongación romance distingue al aragonés del catalán) se manifiesta en un sufijo -ello en lugar del sufijo -iello. Es más frecuente el apócope de la vocal final y unas formas en la conjugación que se parecen más al catalán (faigo, diuen, veu, cau, viuen, pot, volé…). También hay diferencias en cuanto al léxico.

Fonología Editar
Principales diferencias entre el sistema fonológico benasqués y el del resto del aragonés:

El grado de abertura de las vocales e y o (sèt, còr), que a veces puede hacer distinción semántica (fòrt~fuerte, fórt~horno).
En las hablas de la parte norte del valle,[5]​ las a de los plurales y de algunas formas verbales se vuelven e como en catalán, asturiano central y algunas hablas mozárabes (Las francesas se vuelven a París~Les franseses se’n tornen ta París).
La falta de la interdental sorda, que la grafía aragonesa representa con una c-z o tz, y que en benasqués suena siempre como /s/ (cielo~sielo, cereño~serenyo) o como /ts/ en los plurales procedentes de -T’S (ciudades~siudats).
Muchos rasgos del benasqués se pueden encontrar en otras variedades del aragonés, sobre todo en el aragonés oriental. Aunque el benasqués no diptonga ninguno de los vocablos que sí lo hacen en el resto de variedades aragonesas (fèl~fiel, fòc~fuego), puede decirse que la diptongación es mucho más general que la no-diptongación, hecho que define mejor la aragonesidad del benasqués cuando se considera ese rasgo como una isoglosa llave entre el aragonés y el catalán.

En cuanto a evoluciones fonéticas históricas que cabe destacar:

Hay algunos casos de pérdida de consonantes intervocálicas -C- delante de E, I y -TY- delante del acento coincidiendo con el catalán:
RATIONE > ragón, con una etapa intermedia raón.
ragoná
Hay algunos casos de evoluciones hacia -u final de los grupos finales -TY-, -C delante de E, I y -D o “vocalizacionse en final absoluto”, que tradicionalmente se ha considerado un carácter propio del catalán pero que puede ser propio del aragonés oriental y centro-oriental:
PERDICE(M) > perdiu (perdiz)
PRETIU(M) > preu
PEDE(M) > peu (pie)
PRODE > prou (bastante)
Las formas verbales deu, creu, riu, chau y diu, correspondientes al aragonés general debe, creye, ríe, chace, dice (debe, cree, ríe, yace, dice).
La -n final se conserva en la mayoría de los casos, pero desaparece en algunos topónimos (Castilló, Sa Martí, El Turbó, en el adverbio demá (mañana), y en palabras con sílaba final átona como chove (joven), freixe y came (cáñamo), coincidiendo con el catalán y el gascón aranés, y diferenciándose del aragonés chóven (joven), fráixin y canyimo (cáñamo).

Igualmente en relación con lo anterior, la terminación -MEN de los sustantivos neutros de la tercera declinación latina, que en aragonés se queda igual, evoluciona a -me, o también a -m como en catalán:
FAMEN > fame (‘hambre’)
GRAMEN > grame (‘paja’?)
LEGUMEN > llegume (‘legumbre’)
TERMEN > termi (en Renanué y Eresué).
LUMEN > llum (‘luz’)
NOMEN > nom (‘nombre’)
Por eso el sufijo -men toma la forma -me: ixame (ixambre ‘enjambre’), vacume (vacumen), crabame (crabamen).
Hay metátesis típicas del aragonés que son comunes con el gascón:
LINGUA(M) > lluenga (lengua)
CAPRA(M) > craba (cabra)
Es la habla aragonesa donde mejor se conserva la antigua evolución del grupo latino -ND- hacia -n-, común con el catalán pero actualmente minoritaria:
espuena (espuenda), redono, fona, gran, mon, bllano, foner-se, manar, barana, estener, aprener, estona, unada, llendre y onda.


Grafía


La forma más empleada para escribir el patués es una adaptación propia de la ortografía de la lengua aragonesa, que usa un alfabeto latino. La acentuación sigue más o menos las mismas normas, aunque el acento puede tener función diacrítica en casos que el aragonés general no existe: mai-mái (nunca), mon-món (mundo).

Morfología Editar
Hay casos en que la -o final se mantiene en singular pero no en plural. Esto curioso hecho se debe a que fue bastante común en aragonés desde el valle de Tena hasta la Ribagorza.

arco/arcs, banco/bancs, chermano/chermans, farsiello/farsiells, lelo/lels, meco/mecs, miollo/miolls, palo/pals, pito/pits, sepo/seps, sueco/suecs, terreno/terrens, tusuelo/tusuels, nugo/nucs, nyedo/nyets, sentido/sentits, canudo/canuts, forau/forats, candau/candats, llinau/llitats, prau/prats, taulau/taulats, uello/uells, casuelo/casuels.
En estos casos es dudoso interpretar si es una -o final antigua o recompuesta. Hay que señalar que acompaña a unos diptongos -ie-, -ue- que se pierden en el proceso de castellanización general (uello, farsiello) y resulta una prueba de la mejor filiación de la lengua con el aragonés por lo menos en los últimos siglos.

Las parejas sentido/sentits, forau/forats, prau/prats habrán de tenerse en cuenta a la hora de interpretar la evolución del participio en aragonés.

Se conservan los numerales cardinales ueito (variante ueit) y setze (con la pronunciación seseante del benasqués). Por otro lado, existe la preposición dan que significa con.

Los participios en patués acaban en -au, -eu, -iu (cantau, perdeu, dormiu). Javier Terrado Pablo considera que representan una evolución autóctona por vocalización desde -ad, -ed, -id (que se hallan en una estrecha franja de localidades de la Ribagorza catalanoparlante como -at, -et, -it), y que aparecerían por apocópe de la o final en -ado, -edo, -ido.

Los verbos frecuentativos hacen infinitivos acabados en -iá(r) (babiá, rebitiá), pero en las formas personales de present acentuadas en la raíz aparecen los incrementos en -ey-, igual que en belsetano. Ballarín documentó en 1978 (mira-te com babeye ixe llimaco, coixeye porque ye despeau).

Léxico Editar
Hay palabras que lo diferencian del resto del aragonés, como el verbo ragonar (hablar, charrar en aragonés general), muscllo/moscllo (hombro, huembro en aragonés general).

Los días de la semana tienen restos más conservativos que en aragonés general, pero también pueden tener influencia catalana: lluns, martz, mierques, chous, viernes, sapte y dimenche/dumenche/demenche.




Editar


Editar

  1.  Costa, Joaquín (2010). Textos sobre las lenguas de Aragón. Zaragoza: Aladrada Ediciones. ISBN 978-84-937101-4-9.
  2.  Alvar, Manuel (1983). Departamento de Geografía Lingüística, Institución Fernando el Católico de la Excma. Diputación Provincial de Zaragoza, ed. Atlas lingüístico y etnográfico de Aragón, Navarra y Rioja I. pp. Lámina 3, mapa nº 3.
  3.  Gran Enciclopedia Aragonesa. «Frontera catalano-aragonesa». Consultado el 10 de julio de 2014.
  4.  Andolz Canela, Rafael (2004). Diccionario aragonés (5ª edición). Zaragoza: Mira Editores.
    ISBN 84-8465-160-6.
  5. Saura, 2003
  6.  Terrado Pablo, Javier. «Los participos ribagorzanos en -áu, -éu, -íu». Caplletra 32.

BibliografíaEditar

Enlaces externosEditar


http://www.guayente.org/doc/patues.pdf

1
EL BENASQUÉS, LENGUA AUTÓCTONA DEL VALLE DE BENASQUE 

La caída de Roma conlleva un aislamiento de las distintas regiones del
Imperio y, en consecuencia, una ruralización de la lengua latina, que irá
evolucionando en cada zona de manera relativamente autónoma. El benasqués –
llamado popularmente patués- es el resultado de este proceso secular en el Valle
de Benasque.
Desde el punto de vista de la lingüística románica constituye una variedad
enclavada entre los ámbitos dialectales aragonés (al oeste) y catalán (al este). Es,
pues, en propiedad, lo que se conoce como sistema de transición, producto de su
tradicional equidistancia económica, cultural y geográfica con respecto a los polos
de atracción que generaron las variedades modernas de las lenguas históricas
vecinas. En este sentido, podemos distinguir en su seno dos modalidades, la
septentrional -en torno a Benasque- con plurales femeninos en /es/ (ixes cases
bllanques) y la meridional -alrededor de Castejón de Sos- con esos mismos
plurales en /as/ (ixas casas bllancas).
El hecho de que el benasqués sea, una variedad de transición entre el
aragonés y el catalán no menoscaba de ninguna manera su personalidad, sino que
le confiere su propia especificidad dentro el conjunto románico y lo convierte en un
habla única. Sus hablantes deben estar bien orgullosos de ello y tienen derecho a
que su lengua sea protegida de modo integral, incluida su plena normalización en
todos los ámbitos que le corresponden, públicos y privados. En este sentido, el
Gobierno de Aragón, de acuerdo con lo estipulado en el Artículo 7 del Estatuto de
Autonomía, posee la responsabilidad cívica y social de colaborar en la promoción
de su uso como lengua normal en el territorio donde se habla.
Por otro lado, el benasqués ha desarrollado en los últimos años una
interesante literatura que abarca relatos: Cuentos compllets (Carmen Castán), Sinc
escalas ta puyà tal sielo (María José Subirá); novela: Cuan l’odio esbatega pel aire,
La descordada vida de Sinforosa Sastre (Carmen Castán); poesía: Ta las fuens
me’n voi (José María Ferrer), Choneguiàn (José Sanmartín), Neoterica (José
Antonio Saura); y teatro: La Roqueta (Rafael Solana), Pequeño teatro donde se
habla y se siente en benasqués (Ángel Subirá).
En el apartado de la lingüística las principales obras de referencia son el
Diccionario del Benasqués, de Ángel Ballarín (1978) y los Elementos de fonética y
morfosintaxis benasquesas, de José Antonio Saura (2003).
2
Ba sentí un mormor de chen ragonán. Al prensipe le ban paresé resos y no
sabeba si ixas palabras que cayeban coma gotas lluen se l’eban despenchau del
mon dels sueños u de berdat las diba alguno. Ba ubrí els güells y ba escultá. Per
ensima de las boses, un crabero desgranaba una pinocha de cansóns. Se ba
llebantá del camastro de palla. Posán la urella ya ben seguro estaba de que
ragonaban al menos el mayoral y bell altra persona. Le ba paresé distinguí el timbre
de bos de una dona y se ba preguntá quí sería a aquellas oras. Animals malos no’n
eba quedau cap y que bella baca s’ase posau a parí u mala de carbunco no le
cabeba a la cabesa. Antes de senta-se a sopá una olla de sopas apañadas dan
tosino, ous al rescoldo y un buen tros de queso dan un parell de sanjóns de pan, el
amo y ell s’eban apasiau per las plletas y tots els animals coma uno solo estaban
endormisquiats.
– Serán cosas del amo – ba pensá el chicorrón tancán els güells ta dormi-se un
altra begada. Tots els mesos el mayoral s’escapaba dan donas y tornaba tan
cansau que no teniba forsas ta pega-le u ta grita-le lo poco bals que yeba, tot
caminán per endreseras u costeróns. Tal animal del amo mái feba las fayenas en
trasa. Siempre le trobaba un pero u altro y tot sobén se sacaba la correya y le
pintaba las camas de casi tots els colós del arco de San Chuán.
El sueño se l’eba apretau al solero de la cabana y no yeba manera de trobalo.
Ba probá a cheta-se de memoria, tripa t’abaixo, de canto y cuan encomensaba a
atronca-se ba torná a sentí boses, una de dona y tan dolsa coma la de la suya mai
muerta perque le ba paresé que, coma ella, acunaba las paraulas. Cada begada
que pensaba en su mai, las sopas de llet se l’entrefeban un puyal de pedras al
estomagó y ta podé cose-las teniba que pllorá días y nits, nits y días.
Chetau tripa t’alto bedeba un pllatusal de lluna dan arros d’estrells.
– Ya bale de cuentos – ba di – demá m’espera un día de duro treball. Tiengo
que cambiá las bacas de tros, repllegá tots els bediellos y chuntá totas las güellas.
3
Si ara no duermo, demá me tentará el sueño y binrá el amo que no tiene cap de
miramén y me pegará dan el tocho u la correya.
Ba apretá tanto el güells coma cuan tancaba las baranas y ya mich adormilau
ba sentí un ruido seco, coma un abre cayen-se. Abría churau sentí un llamento de
dona y se le ba estobá la pell. Dispués d’una estoneta de silensio total, una puerta
ubrin-se ba encomensá a gruñí coma un rayón feriu. A l’altra man se sentiba coma
si arrastrasen bes-te a sabre qué per terra. El pastorón no’n podeba més de
curiosidat. Se ba posá la camisa que le arribaba asta las rodillas, se ba calsá las
abarcas coma ba podé y ba colá el naso a un forau de la puerta. Allí afora estaba el
mayoral d’esquena arrastrán a una dona dan las piernas destapadas y un tros de
faldeta llebantada asta la rodilla. La dona u s’eba desganau u estaba muerta
perque la cabesa de risos coló pegunta le cayeba ta una man. El corasón le ba
encomensá a trucá a ritmo de maso de farrero y tan fort que ba pensá qu’el amo el
descubriría. No sabeba lo qu’estaba pasán pero no caleba tinre guaire caletro ta
dona-se cuenta que si el mayoral se cheraba y el bedeba el mataría de seguro.
Una bos mol fort l’u canturriaba per drinto.
El capatás ba estirá a la dona coma si fuese un quebro asta la puerta de la
cabana y la ba deixá chetada ensima d’una pedra molsosa ta podé tancá la puerta
de fora. Cuan la puerta ba quedá tancada el ome ba torná a pillá a la moseta per
dichós dels brasos y se l’en ba aná arrastrán costera t’abaixo. El chic ba salre ta
fora y ba seguí al mayoral arrastran-se coma els culebróns, dan las camas
encondolidas, espantán als grills. El pastorón sentiba umedat per terra, una umedat
que a ell se le ba entrefé que sería sanc per lo apegalosa, pero no podeba bere
més que la figura del amo que bufaba coma un bou perque el cuerpo de la dona
pesaba. Una y mil begadas se ba preguntá agón la debeba de llebá perque l’único
amagatón podeba una seclla, abaix al barranco, serca d’anque se llababan ells
dos u una coba qu’estaba un poquet lluén.
4
Teniba que sabre t’agón anaba aquell animal d’ome. Encara que le costase lo
que le costase. La lluna en mingua, impllacablle allumbraba un cuadro de pena
llíquida . El moset teniba la boca tan seca que i poría abé enseneu una tieda
adrinto.
El amo abansaba, ara ya pllateramen camino del cobarchón. Ara al menos, el
achudán sabeba el puesto y podeba abansá per detrás d’una serreta. Per una
endresera ba encomensá a caminá ara ya de pllantóns perque se le trencaba la
esquena y ba arribá a la coba chusto cuan el patrón apuntaba espantan-se las
gotas de sudó que le cayeban a churro.
La coba yeba prou gran ta tanca-ie dos dosenas de crabas . Els murisiegos las
espantaban esbolastrián per la nit. El chic pocas begadas s’i asercaba per allí
perque istes animalóns le rosaban la cara y le posaban la pell estobada de
desconsuelo. Desde detrás de una pedra, sin qu’el podesen bere ba mirá tal solero
terrós de la coba y las camas de la dona eban deixau un rastro de rayas paralelas.
El achudán de pastó se preguntaba qué intensións debeba de tinre el amo dan
aquella pobra moseta, aixit que se ba sentá a esperá qu’el mayoral sallise ta podé
entrá ell a bere qué pasaba.
Cuatre u sinc begadas se ba estirá, se ba chetá y se ba llebantá. Més de un
sentená de badalls le ban achudá a no perdé la pasensia. Se ba gratá, se ba
arrincá crostas de las rodillas, se ba llimpiá y llimá las unllas dan una pedreta. Asta
se ba endormisquiá. Pero no ba podé bere al amo salre d’allí en tota la nit. Y ell no
sabeba que yese un altra sallida de la coba.
L’alba encomensaba a bambiá, impasiente, dan els sagués trosets de nit pero
sólo ell, cap d’altro bicho bibiente, se bedeba per allí. Estaba tan cansau, que la
fatiga le pesaba més arrobas que la curiosidat y el pastoret ba pensá que lo milló
yeba torná ta la coba pensán qu’el suyo patrón estaría allí dormiu, ronfllán coma
sempre.
5
Al arribá al cabanón u ba trobá tot coma u eba deixau oras antes: la pallereta
desfeta, manchas de sanc al cuartet del amo y tanta soledat que la podeba pillá
dan las mans. Coma no’n podeba més se ba chetá a la camichona y se ba quedá
dormiu.
El ban despertá els bels de las güellas , els esbelecs de las crabas y els
esbramecs de las bacas y bediellos. Ya el sol apuntaba ben altero, marcán el suyo
puesto al sielo. Al ubrí els güells se ba estirá pensán que al llebanta-se se trobaría
al mayoral pero ni sombra d’aquell ome tan bestia.
Ba salre de la coba y ba ubrí totas las baranas de las plletas y corralóns ta
qu’els bichos sallisen a menchá y beure.
Els peus del pastó pareseba que teniban forsa propia ta lleba-lo a la coba.
Encara se bedeban els rastros per la endresera. Antes d’entrá al forau se ba pará a
penre aire y trencá el aliento. Teniba tanta po d’entrá que se le ba colá la sanc a
totas las pochetas. Poc a poc ba aná caminán entre que s’acostumbraba a la
escurina. Dispués els güells ya ban aná reconeixén totas las formas que le yeban
tan familiás.
Esperaba trobá cadábers per terra pero no ba bere nada: ni rastro del amo y de
la mosa. Ba palpá las parets y ba esgarrapá el solero dan els peus. Casi le ban
entrá ganas de pllorá d’impotensia, de pena y de soledat: Altra begada solo,
desasistiu, sin digú que le pegase y le donase bell mueso pan. Se ba preguntá qué
faría en ta debán. Si baixaba tal llugá ,digú le faría caso aixit que ba desidí esperase
uns días y s’en ba aná corrén t’an qu’els animals.
Se le ba pasá el día puyán y baixán costeras, enrestín cordés y arrepllegán las
güellas. Cuan se ba ponre el sol estaba tan cansau que sólo ba tinre forsas ta
muyi-se un casolet de llet que se la ba beure calén y pllena d’espuma.
Coma un fardo ba caire al jergón de palla y ba dormí unas cuantas oras de un
sueño inquieto y plleno de pesadillas. A mitat del sueño el ban despertá un altra
6
begada els grits pero molto més forts que la nit d’antes.
– Amo, amo – ba fé – ¿Está usté astí?.
Se ba llebantá corrén tot siulán al mayoral pero ni ba bere a digú ni se sentiba
bolá a una mosca. S’en ba torná ta la cama y se ba quedá dormiu un altra begada
asta que un conmormori de chen se le ba colá per las urellas : la bos dura del amo,
més suabes de las donas, totas mesclladas, una begada tristes, otras arrepentidas.
-Yo las queriba – diba el amo – ellas mái me ban querí.
-¡ Asesino, asesino – gritaban coma llocas totas – pagarás el mal que mos as
feto!.
-Yo las queriba – mormuraba el patrón – queriba que fuesen sólo ta yo y se
quedasen dan yo per istas montañas.
-¡Cobarde, asesino! – diban totas fen la plloramica.
El chulet estaba muerto de po y ba torná a gritá al suyo amo sin que digú le
responese.
Tot se ba callá de repentinamen y una inquietut extraña se ba quedá penchada
a la coba. Sentiba el moset el alma punchada per un sentená d’agullas.
En la estona que ba pasá entre las excllamasións y el alba, el chicorrón ba
prepará el pañolet fardero dan las dos camisas, un pantalón, un queso y una toña
de pan. Sabeba que res més l’esperaba allí. Baixaría tal llugá y qu’els omes se
repllegasen cada uno las bacas.
ELL YA TROBARÍA UN ALTRO AMO QU’EL ASISTISE, LE PEGASE
Y LE DONASE UN MUESO DE PAN.