Hasta estos tiempos todos los condes de Urgel habían vivido en Cataluña, ahora ya iban mudando de tierra y por muchos años los hallaremos en Castilla.
Armengol de Moyeruca dejó un hijo de su mismo nombre, y por ser niño, nombró para su gobierno y educación a su suegro, el famoso conde Pedro Anzures, señor de Valladolid, varón de gran prudencia y
gobierno. Este se encargó de las cosas del nieto, que prefería a
los de otras hijas, y todo el restante de su vida entendió en la
buena administración de ellas.
A los sarracenos del condado de Urgel no fue poco el ánimo que se les acrecentó, cuando entendieron
que los almorávides habían muerto al conde Armengol de Moyeruca; y teníanse persuadidos que su casa habría dado al través, porque el conde Pedro Anzures estaba en Castilla, y en Cataluña lo gobernaba un vizconde, como era costumbre hacerlo cuando los condes se ausentaban de sus condados.
Conquistó Armengol de Gerp la ciudad de Balaguer, mas no pudo sacar los moros del todo, porque su
poder era grande: contentóse de concederles todo lo que le pidieron,
con que quedasen súbditos y vasallos suyos; y ellos lo aceptaron con
los tributos y parias que queda dicho cuando fue la presa de
Balaguer, y estaban con esperanza de alzarse cuando posible les
fuese, y sacar los cristianos de la ciudad, porque aún les había
quedado parte de esta y del castillo, con obligación de pagar
ciertos derechos a los condes; pero viendo las mudanzas habían
sucedido en aquella ilustre casa de Urgel, y que había buena ocasión
de levantarse, por ser el conde niño, se alzaron con los castillos y
fuerzas que tenían en el condado, y los de Balaguer intentaron de
echar fuera de la ciudad a los cristianos, sin hacer caso ni del
vizconde que estaba allá, ni del conde Pedro Anzures, ni de otra
persona alguna a quien debieran respetar. De todo esto tuvo aviso el
conde Pedro Anzures, que estaba en Castilla, para que en nombre de su
nieto acudiera a remediarlo. Aconteció este levantamiento el año
de 1106, que fue poco más de tres años después de muerto Armengol
de Moyeruca, y cuando menos se pensaba en ello, porque era
grande el valor de Berenguer, conde de Barcelona, que reprimía el
orgullo de ellos y aseguraba toda Cataluña; Pero por estar ocupado
en otras empresas lejos del condado de Urgel, tomaron osadía de
hacer este levantamiento. !Qué daños no causa una niñez o ausencia
de un príncipe!
El conde Pedro Anzures, luego que entendió todo
esto, dejó los estados y negocios de Castilla encomendados a doña
Elo o Luisa (Eloísa, que todo es uno), su mujer, y llegó con
la presteza posible a este principado, y con lucido ejército se
presentó ante la ciudad de Balaguer, que estaba casi señoreada de
los moros. Estaba la ciudad muy fortificada y proveida, y el
ejército no era tal que pudiera tomarla. No osó probar fortuna,
porque se acordaba cuán mal había salido a algunos condes de Urgel,
que habían tomado en presas (empresas) mayores que sus
fuerzas: pidió favor al conde Ramón Berenguer de Barcelona, que se
dio muy grand* y entonces acometió la ciudad, y aunque pertrechada *
arte y naturaleza, ayudando sus ciudadanos, en breves *días se vio
el conde señor de ella y de muchos castillos de aquella comarca y de
otros estaban a las orillas del Segre, donde se habían retirado una
infinidad de moros, de *quienes alcanzó una grandiosa victoria, a
los postreros días del mes de octubre del año cuarenta y seis de
Felipe, rey de Francia, que es de Cristo señor nuestro 1106.
Conquistada la ciudad de nuevo, se limpiaron los templos que la
bárbara impiedad había sacrílegamente profanado, y el conde Pedro
Anzures, con alguno de los caballeros más ancianos d* el condado,
dividieron los despojos ganados. Hízose esta división el 1° de
noviembre y reconociendo el favor recibido de Ramón Berenguer, conde
de Barcelona, que con * mano les había socorrido, de común acuerdo
le adjudicaron un castillo que a la parte meridional de Balaguer
estaba, llamado Niummur, a un cuarto de legua. Este castillo es el
que al día presente decimos Rápita, que en lengua arábiga es lo
mismo que casa de devoción o mezquita que está fuera de poblado.
Otro edificio del mismo nombre había junto a Tortosa, (San Carlos
de la Rápita) en los Alfaques (donde se fundó un monasterio de
monjas de la orden de san Juan), en que vivían los alfaquíes,
de quienes tomaron el nombre los Alfaques, puerto harto
conocido (sobre todo en la conquista de Mallorca por Jaime I).
Nota etimológica: Alfaque cast. y port., alfac mall., alfách cat. y val. Banco de arena que se hace en las costas del mar y en las bocas de los ríos. Acad. Acaso de alfacc, “fauces” en Raimundo Martín. Es de notar que la voz lat. usada en pl. vale, según Nebrija, “per translationem,” las entradas estrechas de algunas cosas, como de valles, ríos, etc., estrechura. Así las palabras “fauces portus,” que se encuentran en los
Comentarios de Julio César, significan “la entrada de un puerto,” que, en mi humilde sentir, es la verdadera acepción de la palabra alfaque, y no la de banco de arena.
Creo que la circunstancia de aglomerarse esta en las entradas de los puertos y de los ríos (ejemplo: el delta del Ebro) ha sido parte para incurrir en tal equivocación. De no satisfacer esta
congetura (conjetura) habría que buscar el origen de alfaque en alfalaq (alfaq, sincopada la sílaba
la) “montón de arena,” a no considerar la voz cast. como metátesis de alcoffa, “ora arenarum” en Freytag,
“bande longue de sable” en Kazimirski.
Dieron
también al dicho Ramón Berenguer la mitad de la azuda de Balaguer, que * el palacio real de los moros, que esto significa el vocablo Azuda (çuda, Zuda).
En el auto de esta división, sacado del real archivo de Barcelona, del primer libro de los Feudos, verá el lector la llaneza del conde Pedro Anzures y el estilo de sus tiempos, y las cláusulas o cautelas con que se aseguraban las partes, en los instrumentos, y dice así:
(texto casi ilegible por mal escaneado) Hec est convenientia quam facio ego comes Petrus et nos seniores de Urgello vobis domino Raymundo Barchinonensi comiti et * vestre. Colligimus vos * Dei adjutorio la medietate de tota ipsa Zuda de Balaguer et donamus vobis ipsum castellum de Niummur vel de Rabita (Rapita, Rápita) ad totam vestram … hereditatem ad facere quidquid
volueritis vos et posteritas vestra vel cui illud donaveritis: *
donat Raymundus comes ad comitem Petrum et ad nepotem suum
Ermengaudum illam medietatem de Zuda ut teneat eam per suam *
sie quod per quantas vices ibi comes Raymundus fuerit et voluerit
demandare inde potestatem ille aut homo per illum cui ille mandaverit
quod donet et inde potestatem per fidem sine malo ingenio in tali
convenientia quod comes Raymundus non tollat eam * comitem Petrus et
ad Ermengaudum nepotem suum neque ad posteritatem eorum nisi tale
forfactum fecissent quod illi emendare voluerint non potuissent infra
quadraginta dies quod ille eas demandasset nisi fuerit per tale
uncumbro quod habeat sine ullo enganno illo encumbre passato infra
quadraginta dies quod eis illud fa* et ei illud adresent. Et convenit
comes Petrus per se et per Ermengaudum quod illam partem de civitate
Balegarii et de terminis suis comiti Raymundo donatam habent quod nec
illi nec *orum fortia ne poder ne conser non eam illi tollent nec lin
tollent et quisquis eam tollere quesierit quod illi per fidem ei
inde valeant. Quod similiter convenit istam ipsam convenientiam quod
eam attendat comiti Raymundo ille vicecomes Geraldus per fidem et
sine malo ingenio: et si evenerit causa de illis comitibus aut de
Geraldo vicecomite qui istam partem tenderit quod non sint in illis
partibus aut in illis terris sic *endaquod de illis deveniat quisquis
unquam istam medietatem de illa Zuda tenuerit quod ad comitem
Raymundum inde respondeat et fidelis inde comiti predicto sit per
fidem sine ullo malo ingenio sic quod comes Barchinonensis Raymundus
totum suum talentum et totam suam voluntatem possit ibi facere. Et
convenit Barchinonensis comes ad comitem domnum Petrum et Ermengaudum
quod illam medietatem de ipsa Zuda et illam aliam partem de Balaguer
et de omnibus suis terminis et castellis scilicet Lautens et
Gerp et Castello et Algerre et Os cum
tinentiis suis quod ille nec consulto suo non eis tollat et nullus
christianus qu* eis hoc tollere querat quod comes Barchinonensis inde
eis valeant e de hoste palatina de moros. Et convenit
ille predictus comes et ill* vicecomes Geraldus predicto Raymundo
Barchinonensi comiti quod quando Ermengaudus fuerit crescut et
grandis quod faciet hoc ipsum sacramentum (sacramento,
jura) et illum ipsum hominiscum (homenaje) comiti
Barchinonensis qualem habet factum ille comes Petrus per illam suam
partem de illa Zuda: quod si hoc non facere quesisset predictus comes
Petrus et predictus vicecomes Geraldus tornent illam suam medietatem
de illa zuda Barchinonensi comiti poderosam et sine ullo *encombro et sine ullo embargo (sin embargo) per totam suam voluntatem et suum talentum facere: et quisquis de illis vivus
fuerit aut quisquis per eos illam medietatem comitis de illa Zuda
tenuerit sicut supra scriptum est si* illud attendat sine arte et
sine malo ingenio per directam fidem sine ullo engan. Et ego
Raymundus comes Barchinonensis dono *uxor (mujer) mee Almodi
et filiis quos de ea habuero omnia que acaptavi in Balagario. Actum
est hoc quinto nonas novembris anno XXXXV* regnante Philippo rege.
(Felip de França, los condes eran sus vasallos, no independientes como quieren hacer creer).
Alcanzada esta victoria y dejadas las cosas del condado de Urgel en buen
estado, se volvió el conde don Pedro a Valladolid, donde, como uno
de los más principales señores le ocupó el rey don Alonso en el
gobierno de sus reinos y estuvo allá hasta el año de 1109,
cuando por haber caído en desgracia de la reina y haberle ella
despojado de su patrimonio y estado, se volvió al condado de Urgel,
donde fue muy favorecido del conde de Barcelona y del rey de Aragón, el cual le dio para él y su mujer, con diez criados otros tantos caballos, lo que hubiesen menester para su comida y tres
mil sueldos para gastos extraordinarios, que por estos tiempos,
en que había tanta falta de dinero, era una gran cosa. El conde don
Pedro, agradecido de esta y otras mercedes, que de aquel rey había
merecido, le hizo donación de la mitad de la zuda (digo del
castillo) de Balaguer, que la otra mitad la tenía el conde de
Barcelona, con las tres partes de la ciudad y sus términos, con la
mitad de los castillos de Laurens, Montaron, Buaso, Castellon, Algerre y Albesa, que aún estaban en poder de infieles; pero colígese que era grande la confianza de tomarlos, pues estando en
poder ajeno, ordenan de ellos como de cosa propia: ya la otra parte
de la ciudad de Balaguer, que era la cuarta, se la retuvo en su poder
para si y para la condesa, su mujer, y Armengol, su nieto;
y el rey vuelve a dar a dicho conde Pedro Anzures y a Armengol, su
nieto, la misma mitad de la zuda o castillo que había recibido de
ellos, para que de aquella hora en adelante lo tengan por el rey y en
feudo suyo, y que esto mismo guardara el conde Armengol cuando fuere
mancebo y se hubiere armado caballero, y no queriéndolo observar,
que en tal caso pueda el rey cobrar la mitad de la zuda que él había
dado en feudo al conde Pedro Anzures y la cuarta parte de la ciudad
de Balaguer. A mas de esto, dice Zurita que el conde hizo homenaje y
le juró fidelidad por los castillos, tierras y fortalezas que en
Castilla le habían sido restituídas por orden del rey de Castilla,
y antes se las había quitado la reina doña Berenguela,
por disgustos que pasaron entre ellos, de que hacen larga memoria las
historias de aquel reino. Las palabras de Zurita,
en sus índices latinos, son estas:
Petrus Azurius, comes, qui ex castellanis proceribus in magna potentia erat,
Balagueria se cum
Elone uxore recipit,
uts Ermengaudi pueri
nepotis ditionem,
mauris oppositam,
tueretur ac sustineret. Balagueris *arcem Azudam nominant, ac tres urbis regionis regi condonat; et cum castella propugnaculaque suae ditionis Castellae regni à rege suscepisset, se regi ea, irato aut pacato, traditurum sacramento spondet.
Siendo el abuelo del conde varón tan sabio y experimentado, es de creer que debía haber grandes conveniencias que le obligaron a meter dueños extraños en la hacienda del nieto; pero
como después han pasado tantos siglos, ignoramos lo que le obligó a esto. En el libro primero de los Feudos del archivo real de Barcelona se conserva el auto, el cual está sin día ni año, como era costumbre no meterlos en los autos de esta calidad, y dice de esta manera:
In Dei nomine. Hec est convenientia quam facio ego comite don Pedro Azuris ad vos seniori meo regi Adefonso Aragonensium et Pampilonensium regi filio Regis Sancii et Regine Felicie: id est dono vobis tota illa Zuda
de Balaguer ingenua libera cum illas tres partes de tota illa
civitate et de totos suos terminos et totos suos dretaticos et
cum omnibus suis pertinentiis qui pertinent ad illas tres partes de
illa civitate et de suos terminos similiter. Adhuc dono vobis tota
illa medietate de illos castellos unde moros sunt adhuc
tenentes qua hora Deus Omnipotens illos dederit ad *Christianismo pro
nomine Laurens et Montoron et Buasso et
Castilgon et Agerre (Algerre) et Albessa
(Albesa): et si
ego comite don Petro potuero illos prendere antequam vos quod vobis
inde donem illa medietate et si vos domino *meo regi illos
potueritis prendere antequam ego quod similiter mibi *in donetis illa
medietate: et de istos castellos si nobis inde voluerit *i aliquo
tornare per habere dedero ad mille solidos quod ego comes don Petro
mittam in ea medietate et vos domino regi illa altera medietate: et
de mille solidis in suso quod vos ibi mittatis quantum ad vos
se asimilaverit quoniam ego non inde ibi ponam nisi quingentos. Et
hoc donativum supra nominatum dono et concedo vobis et quod illud
habeatis ingenuum et liberum ad vestram propriam hereditatem per
facere inde totam vestram voluntatem et * omnis generatio et
posteritas vestra vel ad cui vos eam dederitis extra illos castellos
quos francos prendiderint antequam vos illos prendissetis illa Zuda
de Balaguer. Et convenit illo comite don Petro ad regem pro se et pro
Ermengaudio suo nepto (nieto, antes sale nepotem) quod
istam partem supra scriptam quam habet donata ad regem quod illos nec
jure concilio nec jure forcia quod non eum ei tollat: et quisquis eum
ei tollere voluisset quod illos inde ei valeant per fidem sine malo
ingenio. Et ego comite don Petro retineo me ibi per ad meam propriam
alodem (alodio) et de mea muliere et de
Ermengaudo meo nepte illa quarta parte de illa civitate cum
tota illa quarta parte de totos suos terminos de totos suos
dretaticos et de omnibus suis pertinentiis qui pertinent ad illa
quarta parte de illa civitate et de suos terminos. Et rex
donat ad illo comiti don Petro et ad Ermengaudo suo nepto illa
medietate de illa Zuda quo modo in antea eam tenebunt per fevum
(feudo) et quod contineat pro sua manu et illam agnoscat per
eum illos homines de rege qui tenuerint illa Zuda salva quod
inde sedeant homines de illo comite don Petro et de Ermengaudo
suo nepto pro illa medietate de illa Zuta salva illi
fidelitate de rege: et quando ibi voluerint intrare illo
comite don Petro aut sua muliere aut Ermengaudo in illa Zuta
cum tantos homines illos ibi colligant quod tota hora sedeant unde
plus poteras illos homines de rege pro illa Zuta tenere de tale
guisa quod ille comite nec suos homines quod non inde possint
sacare de illos homines de rege. Et quando fuerit Ermengaudo illo
mancepo tan grandis et fuerit cavallero si quesierit
atorchare conveniencias quod habet factas illo comite eum rege
et fecerit illos juramentos ad regem quod ei fecit illo comite don
Petro et in convenio attendat Rex ad Ermengaudo istos convenios quod
habet factos cum illo comite don Petro pro illa quarta de Balaguer et
pro illa medietate de illos castellos: et si tantum quod non illud
quesisset facere Ermengaudo quod se retineat illa quarta parte de
illa civitate et de illa medietate de illa Zuta quod per eum tenebat
post obitum de illo comite et de sua *muriere et rex quod fuisset
absolutum de illo sacramento quod fecit. Et venit rex ad illo comite
don Petro pro illa media Zuta quam ei habet donata per fevum et pro
ista quarta parte de Balaguer et pro illa medietate de illos
castellos qui sunt supra scriptos per ad alodem ille nec suo concilio
neque sua forza quod non eam illi
*ullat et quisquis illud
ei tollere voluisset quod rex inde ei valeat per fidem sine malo
ingenio. Et rex donat ad illo comite don Petro et ad sua muliere in
lurs dies
tamdiu vivos fuerint et prendere illud quesierint pane et
vino et carne per decem homines et cibaria (cebada,
para cebar; civada; sivada, sibada) per ad decem caballos
et pro lure sollata tres mille solidos de
dineros.
Residió el conde don Pedro Anzures en el
condado de Urgel con su mujer y familia, hasta el año de 1108, que
ya era vuelto a Castilla, porque las cosas de la reina doña
Urraca, (Berenguela escribe antes) que le obligó a
salirse de aquellos reinos, tenían muy diferente estado del que él
las dejó cuando se vino. Lleváronse también el nieto, el cual aún
era muy muchacho: pruébase esta ida, porque en el dicho año y al
último día del mes de marzo, él y la condesa Elo o Luisa,
su mujer, dotaron la iglesia catedral de Valladolid, que en el año
de 1095 habían fundado; y por haber estado allá tantos años el
conde, hay de él muchas memorias en las escrituras antiguas de
aquellos reinos, y en los privilegios (que) concedían
aquellos reyes, en que era costumbre confirmarlos los caballeros que
residían cabe de los reyes. Por memorias antiguas parece que
la primera confirmación o firma del conde Armengol, de que tenemos
noticia, fue en un concilio provincial se tuvo en lar ciudad de
Oviedo el año 1111, en que presidió Pelagio (Pelayo)
obispo de ella, y se hicieron en él muchos decretos contra los
sacrílegos y violadores de las inmunidades eclesiásticas. Fueron
los confirmadores la reina doña Urraca, sus hijos, hijas y
hermanos, y muchos señores de aquellos reinos, y entre ellos el
conde Armengol.
Murió por estos tiempos la condesa doña Elo,
abuela del conde, como parece por una escritura otorgada en 9 de
enero, año 1117, en que el conde don Pedro dio parte de unas
heredades al monasterio de san pedro de Dueñas, y dice que la
da por el alma de la condesa doña Elo, su mujer. Muerta ella, volvió
otra vez el conde Armengol a Cataluña, para ayudar al rey don
Alfonso en la conquista de Zaragoza, donde llevó mucha
gente del condado de Urgel; y el autor del antiguo libro llamado Flos
mundi, que otras veces he alegado, dice que fueron en ella muchos
caballeros de Cataluña, y los que nombra después del conde de
Urgel, fueron: Hugo, vizconde de Cardona, Guillermo de Anglesola,
Bernardo de Anglesola, T. de Bellpuig, Tomás de Cervera, Gombaldo de
Ribelles y Ot de Moncada; y dice que todos se volvieron muy
remunerados a sus casas, argumento cierto de la mucha parte que
tuvieron en la conquista de aquella ciudad, la cual con tanta gloria
de los conquistadores fue restituída a la santa fé católica, y
echados de ella los moros, que impíamente habían profanado los
lugares sagrados de ella.
Algunos años después, reconociendo el
conde los grandes servicios que él y sus antecesores habían
recibido de los ciudadanos de Balaguer, en las batallas pasadas y aún
en la presa de la misma ciudad, y que, por su valor y piedad, nunca
cesó en ella el culto divino y ley cristiana, ni menos sufrieron
otro señor que los condes de Urgel, les concede en franco
alodio ciertos términos y parte de tierra en el dicho auto o
privilegio contenidos, el cual fue hecho a 3 de las calendas de julio
del año diez del rey Ludovico, (Lluís, Luís, Loís,
Luis, Luisico el gabacho, Ludwig, que no era señor de los condes,
qué va, aparece en los textos para hacer bulto) que es el de
Cristo señor nuestro 1120. Firmáronle Oton, obispo que era
entonces de Urgel, y el vizconde Geraldo o Guerau, de quien ya
en uno de los autos arriba nombrados hay hecha memoria; y éste, que
durante la menor edad del conde había gobernado aquella tierra, le
dio entera y cierta noticia de los servicios había hecho a sus
pasados y a él aquella ciudad, de lo que movido el conde, les * este
privilegio. (cortadas las palabras de la derecha)
In nomine
Sancte et Individue Trinitatis Patris et Filii et *Spi Sancti Amen.
Ego Ermengaudus gratia Dei Urgellensis comes cum
consensu et voluntate Geraldi vicecomitis et domini
*Ott episcopi decrevimus facere cartam donationis quam et facimus
alode ad homines commorantes in Balagarium quod damus eis proprium
alode. Isti sunt per nomina illi qui a principio *steter in
supradicto Balaguer qui portarunt pondus et aestus fa*sitis
captivitatem et rancuras multas et tenuerunt Balaguer ad *norem Dei
et christianitatis et ad honorem et servicium suorun *niorum in fide.
Hii sunt per nomina Bernardus de Guadal et Bernardus Guirt Girbertus
et Bernat Bernardi Fortes et Izarnus *Raimundus Mir et Mir Arnald
Radulfus presbiter et Pontius de Gradan *Guillelmus Rayner et Atto
Guitardus et Arnaldus Guerrer Guillelmus *bater et Corvin Bernardus
Cucuz et Arnaldus Mir Petrus Bernar* Bernardus Gerunt Petrus
Guillelmi et Arnaldus Petri Arnaldus *fret et Petrus Mir Pontius
Mayol et Amer Bernardus Selva et *Guillelmus Compayn. In primis
damus illis ad hortos habendum su* Monsfavar unde habeant
hortalia sic determinatum per qua* partes: Prima de illu orto Sancte
Marie secunda de illa acechia *tia illa sorte sancti
Petri de Osca quarta Sicoris (Segre).
Deinde damus in illa plana de Vilanova de illa sorte de Miro Arnaldi
de Concal* usque ad illum terminum de illo prestinguo et de illa
margine que ad Sicorim (Segre).
Hic vero quantum concludunt istas quatuor pa* excepta illa turrim
de Bernardo Bigeri. Item damus illis aliam versam ad Trencavias
sic determinata de illa sorte Senelasco *tagnones usque in
illo villare antiquo de alia parte de illo * usque in Sicorim
quantum concluditur in istis quatuor partibus * integro. Item damus
in illa parte de Castelione sic determinata quatuor partes:
prima pars de ipso muro usque in ipso safaregio *tia pars de
illa porta de Castelione ipsa via usque in illa via pergit ad
Albesam quantum concludunt istas quatuor partes *tegro. Igitur
damus illis de illa parte de Cione alia
division* determinata a parte orientis ipsam marginem usque in Cione
* tertia parte ab illa torre de Berengario Beccu de quarta
parte Sicoris: quantum inter istas quatuor partes omnia concluduntur
damus similiter concedimus ad integrum. Ego vero predictus
Ermengaudus cum dicto Geraldo vicecomite et episcopo Ottone
facimus hec predicta scriptura et concedimus istis supramemoratis
hominibus de Balagario ut habeant et possideant quantum in
ista carta resonat illis et omnis posteritas eorum ad proprium allode
et ad facere suam voluntatem: si quis tamen quod minime facere
credimus ut nullus propinchus vel extraneus contra hunc nostrum
scriptum insurrexerit et dirrumpere voluerit sub anathema sit et in
futurum non possit inde aliquid condemnare. Facta carta hereditaria
sive donationis notum diem quinta feria quod est tertio calendas
julii epacta XI coé VI luna XXII indictione XV regnante
Lodovico rege in anno suo decimo eodem comes Ermengaudus in
Balagario et in Urgellum.
Ego igitur supradictus comes
Ermengaudus qui hanc cartam scribere jussi et legentem audivi manibus
meis Sig+num infixi.
Ego vicecomes Geraldus similiter ad
confirmandam hanc cartam Sig+num infigi.
Ego episcopus Otto in
hac carta Sig+num confirmationis injeci. Sig+num Arnaldi Berengarii.
Sigi+num Petri Berengarii.
Arnaldus Berengarius testis.
Berengarius Artaldus testis. Raymundus Arnaldus testis.
De
este auto se infiere: que los condes de Urgel ponían vizcondes en su
lugar y ausencia, así como el conde de Barcelona; que este vizconde
se llamó Geraldo, de quien, en uno de los dos autos del conde
Pedro Anzures, que pusimos arriba, queda hecha mención; que el culto
divino no faltó aun en tiempo de los moros en aquella ciudad, aunque
ellos fuesen dueños de ella, y este se conservó por el buen cuidado
y piedad de sus vecinos; y que el conde de Barcelona y el rey de
Aragón no tenían parte en ella, (pero sí el rey de Francia)
por cuanto, así como firmaron el vizconde y el obispo de Urgel, es
infalible hicieran lo mesmo el conde y el rey, si en aquella
ciudad y territorio tuvieran algún interés; a lo menos en dicho
auto se hiciera alguna memoria de ellos. Es este privilegio una de
las antiguas concesiones tiene aquella ciudad, y prerogativa
grande de que posean sus tierras y heredamientos en franco
alodio.
Por estos tiempos casó Armengol con Arsende,
hija que era de los vizcondes de Ager: el nombre del padre no
he podido averiguar, por la poca memoria o continuación hay de esta
casa y linaje. Zurita es el que afirma ser esta señora de aquella
casa, y así está comunmente recibido.
Pocos años después, que
fue el de 1126, hubo una muy sangrienta batalla con los moros delante
del castillo de Corbins, y se perdieron en ella muchos
cristianos, y las cosas estuvieron en gran peligro, y el rey don
Alfonso de Aragón tuvo vistas con el conde de Barcelona y
con sus hijos, para dar favor a la guerra contra los infieles. El
anal de Ripoll dice, hablando de este encuentro: Hoc
anno ante castrum Corbins incursu mohabitarum multi
christianorum perierunt; y dice también, que murió Bernardo,
conde de Pallars; pero no especifica si fue su muerte en esta
batalla. Después tuvieron algún remedio las furias de los moros, y
dieron lugar al conde para ir a Castilla, donde era, para los estados
tenía en aquel reino, muy necesaria su presencia, porque era muerto
su suegro, y él quedaba heredero de Valladolid y de grand*
estado en los reinos de Castilla y León. Fue sepultado en la iglesia
mayor de Valladolid, que él había fundado, y en el sepulcro puso el
conde su nieto sus armas, digo los jaqueles
(jaque, del ajedrez) de oro y negro, porque los caballeros
castellanos no usaban entonces de escudos de armas, como
usaron después. Por nueva sucesión, hubo de residir allá algunos
años, y fue muy estimado del rey don Alonso, hijo que
fue de la reina doña Urraca, porque favorecía (aunque
secretamente) la pretensión de aquel rey, el cual, por haber
fallecido el de Aragón (Alfonso I el batallador) sin
hijos, aspiraba a la sucesión del reino, por ser don
Ramiro, hermano del muerto, sacerdote (Ramiro
II el Monje) y obispo e incapaz de contraer matrimonio.
Entróse con gran ejército por el reino de Aragón y tomó
muchos lugares y pueblos de don Ramiro, que ya se intitulaba
rey: éste, porque no podía resistir, se retiró con los
suyos a las montañas, y el de Castilla entró en Zaragoza, usando
del título de rey de Aragón, afirmando privilegios
antiguos y concediendo otros nuevos. Estaban con él Ramón
Berenguer, conde de Barcelona, y Armengol de Urgel, Alonso Jordán,
señor de san Gil y de Tolosa,
primo del rey y los condes de Fox, Pallars y Comenge, y muchos
caballeros catalanes,
franceses, castellanos y de Aragón. El rey don Ramiro estuvo
retirado al castillo de Monclus en las montañas de Sobrarbe,
hasta el noviembre del año 1135, y se intitulaba rey de Aragón,
Sobrarbe y Ribagorza. Algunas personas trabajaron por la paz, y
la concluyó san Olegario, arzobispo de Tarragona, de nacion catalan, natural de Barcelona. Vino este santo a Zaragoza, y
después de varios tratos, quedó concordado que el de Castilla por
toda su vida quedara con la ciudad de Zaragoza y sus apendicios,
y por ellos hiciese reconocimiento al rey don Ramiro, y
que después de muerto, viniese todo a don Ramiro y a sus sucesores.
Vino esta paz muy bien al conde de Urgel, por ser su condado muy
vecino a aquel reino y poseer en él muchos lugares y, entre otros,
la villa de Bolea. Los aragoneses también holgaron
mucho de este trato, por no meter rey estranjero, (el de
Castilla) mientras había hijo y hermano de sus
últimos reyes. Después de dado asiento a las pretensiones de los
dos reyes, volvió el conde al reino de Castilla, y fue confirmador
de muchos privilegios y escrituras reales de aquellos reinos. Las que
han venido a mi noticia son: la que a 2 de junio de 1135, estando el
rey en Valladolid, otorgó al conde don Rodrigo Martínez Osorio, de
toda la heredad que el rey tenía en Famusco y en el infantado de san
Pelayo, en Castilla. Asímismo confirmó a 2 de octubre de 1136 una
donación que el rey de Castilla y Berenguela, su
mujer, hermana de Ramón Berenguer, conde de Barcelona, hacen a la
iglesia catedral de Astorga de unos lugares que doña Urraca,
madre del rey había dado; y fue este uno de los primeros
privilegios de Castilla que llaman rodados, de que habla la
ley segunda, título 8.° de la tercera Partida, cuando dice; que «en
la carta del privilegio rodado, después de haberse puesto la fecha,
se escriban los nombres de los reyes e de los infantes e de los
condes que fueron sus vasallos que le confirman, también de otro
señorío como del suyo, e después deben facer la rueda del
signo de scrivir, en medio el nombre del rey aquel que
el da, y en el cerco maior de la rueda
deven scrivir el nombre del alférez e del maiordomo,
como le confirman, e de la una parte e de la otra deven scrivir los
nombres de los arzobispos e de los obispos e de los
ricos hombres de los reynos, e después destos sobredichos
deben scrivir los nombres de los merinos mayores e de aquellos
que deven fazer justicia, e de los notarios que son en reglas que son
juso de la rueda.”
Esto dice la ley, y en el real archivo
de Barcelona hay uno de estos privilegios.
El año siguiente de
1137, estando el conde en Cuenca con el rey, confirmó otro
privilegio concedido a todos los cristianos que tenían hijos, casa y
mujer en Toledo, para que no paguen portazgos ni otro tributo en
todo el reino, por razón de ninguna mercadería.
En el año 1144
ya estaba el conde Armengol en Cataluña, y con Ramón Berenguer
el cuarto pasó a Francia a socorrer al conde Berenguer
Ramón, hermano del de Barcelona, que era conde de Prohenza
(Provenza, Provincia,
Provintia, Provence, Provença,
etc),
a quién Ramón de Baucio y sus hijos le habían movido guerra,
pretendiendo algunos intereses en el dicho condado; y con los Condes
de Urgel y Barcelona pasaron muchos caballeros de Aragón y Cataluña.
Del condado de Urgel fueron Guillermo de Anglesola y Bernardo de
Anglesola y Gombau de Ribelles. Ganóse la villa de Mompeller
(Montpellier, Montispessulani) dejaron con gran sosiego las
cosas de Berenguer Ramón y victoriosos se volvieron a Cataluña.
Estando en Castilla, confirmó en el año 1146, a 10 de las
calendas de mayo, una donación que el rey Alonso y Berenguela, su
mujer, hacen pro redemptione animae suae et parentum suorum a
la iglesia de Santiago de Mezeruela de la villa de Manzanares;
y en el mes de enero del año 1149, confirma la donación que el
dicho rey de Castilla hace al arzobispo de Toledo y canónigos de
aquella catedral, de la mejor y más principal mezquita de la
villa de Calatrava, con sus viñas y todo lo que poseía en
tiempo de los moros.
Movió entonces el rey de Castilla la
conquista de la ciudad de Almería, en que trabajó mucho y se
señaló el conde Armengol. Es Almería ciudad marítima y muy
principal en el reino de Granada. Los latinos la llamaron
Urgi, y al seno hay allá llamaron Urgitanum: es muy
antigua en España y los primeros pueblos que tuvieron obispos; en
ella fuélo san Indalecio, discípulo del apóstol
Santiago. Era por estos tiempos esta ciudad de grande
contratación y riqueza, y tenían en ella acogida todos los piratas
que corrían aquellos mares e infestaban las costas del Mediterráneo:
acogíanse allá algunas veces más de ochenta bajeles de
ellos. Al rey de Castilla y el conde de Barcelona, que tenían muchas
leguas de mar y sus vasallos frecuentaban la navegación, convenía
más que a otros príncipes quitar de ella aquella cueva de ladrones.
Antes de empeñarse en esto, fue muy conveniente apaciguar algunas
alteraciones entre el rey de Navarra y Ramón Berenguer,
conde de Barcelona; fueron las vistas en san Estévan
de Gormaz, donde interviniendo también por medianero el conde de
Urgel, se concordaron y entendieron a la conquista de Almería.
El
primero que salió en campaña fue el rey de Castilla, el cual, de
camino, tomó muchos pueblos de moros, y entre ellos la ciudad de
Córdoba, que era el más principal pueblo que tenían los
moros en España; pero halló grande dificultad en conservarla, y sin
detenerse en ella, por la falta que podía hacer a la empresa de
Almería, la dejó a Aben Gami o Aben Ami, moro, gobernador o rey que
era entonces de ella, el cual le prometió fidelidad, con juramento
que hizo sobre el Alcoran. Entretanto el conde de Barcelona,
con su armada naval, aguardaba otra de genoveses, que
venía a sueldo del pontífice Eugenio III. Las dos
armadas fueron a Almería, y juntas las fuerzas de mar con las del
rey de Castilla, se puso asedio a la ciudad por mar y por tierra, y
por esta parte ganaron algunas torres, y derribaron buena parle del
lienzo del muro. Atemorizados los de dentro, ofrecieron algunos
partidos, que no quisieron aceptar los cristianos; apretaron el cerco
ya, y a 17 de octubre de 1147 la entraron por fuerza: fue el saco
grande; porque era la más rica ciudad de toda la marina.
La joya
más notable que se tomó, fue un plato o escudilla de
esmeralda, de inestimable precio: de este se contentaron los
genoveses por la parte les cabía en aquellas victorias.
Consérvase
en el día de hoy en Génova, por haber servido a Cristo nuestro
señor en el jueves de la cena: es de inestimable valor, y afirman
los lapidarios, que partiéndole en partes del tamaño que
suelen ser comunmente las otras esmeraldas, no habría riqueza ni
dinero con que poderlo pagar; trajéronle los godos a España,
según se piensa, y créese piadosamente, que cuando Cristo señor
nuestro se sirvió de él, que no era de aquella materia, sino que,
por milagro, se convirtió en esmeralda, mandándolo así el que crió
el cielo y todas las cosas de él y de la tierra. Jayme Ferrer,
catalán de nación y lapidario famoso, en un tratado
escribió sobre la comedia del poeta Dante,
describe muy por menudo esta piedra, y considerando su quilate y
valor; dice que si se dividiera en piedras menudas, valiera un grande
tesoro: está hecho con seis ángulos o puntas, y tiene de ruedo
cuatro palmos y medio catalanes. Fueron con el conde de
Barcelona muchos caballeros, que se señalaron notablemente en esta
conquista. El obispo de Pamplona refiere unos versos que trae el
autor de la historia de Toledo, a la fin de su obra, en que, aunque
bárbaros y mal concertados, como mejor supo, cuenta esta conquista
de Almería, y la orden que el rey de Castilla tuvo en llevar sus
gentes, y los sucesos de ella; porque era costumbre de los reyes
antiguos de España, para animar a los caballeros que se señalasen
con hechos de inmortal memoria, llevar en sus ejércitos poetas que
en metro …
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*daria
al de Urgel la tercera parte de las parias, o tributos que le diesen
los de la dicha ciudad, y si no valiesen mil morabatines,
promete pagar y suplir lo que faltase; y por todo el tiempo se
tardaría en tomar Lérida, le prometió mil morabatines, esto es,
quinientos a Pascua y quinientos el día de san Miguel.
A 18 de
setiembre del año 1148, confirmó en Toledo la donación que el rey
don Alonso y Berenguela, su mujer, hicieron de la villa de Alvires,
en el reino de León, junto a Majorica, de que arriba
hablamos, en favor de Martín Díaz de Prado, criado de aquellos
reyes.
Asímismo, a 24 de marzo del año siguiente, confirmó
ciertas leyes o fueros que otorgó el rey a cierta aldea que
estaba junto a Burgos. Había entonces en la corte de aquel
rey grandes lutos, por ser muerta, a los primeros de febrero, la
reina doña Berenguela, que fue hija de Ramón Berenguer, tercer
conde de Barcelona, y hermana del cuarto, y tía de Dulce,
que fue nuera del conde Armengol.
Por estos tiempos se
efectuó la conquista de Lérida y otros pueblos de aquella comarca:
emprendióla con grandes veras el conde de Barcelona, juntando todas
las fuerzas que pudo del principado de Cataluña y reino de
Aragón. El conde de Urgel, como más interesado, por razón de
la vecindad tenía con la ciudad de Lérida, y por lo que estaba
tratado con el conde de Barcelona, dejadas las cosas de Castilla,
acudió con cuatro mil infantes y ochocientos caballos. Había entre
ellos muchos caballeros que tenían castillos y lugares en su condado
de Urgel; estos fueron Berenguer de Anglesola, Galceran de Pinós,
Pons de Ribelles, Oliver de Termens, Ramon de Peralta, Berenguer
Despes, Gombau de Besora, Pere Sbert de Mediona, Guillen de Alentorn,
Pons de Oluja, Guillen de Pinel, Ramón de Caldes y otros. No
faltaron los condes de Pallars y Ampurias, ni el vizconde de Cardona,
que en su compañía llevaron a Guillen de Cervera, Pedro Alamany,
Ramón de Anglesola, Guillen de Bellera, Berenguer de Eril y Artal de
Mur. Del reino de Aragón acudió mucha nobleza. Acaecieron grandes
cosas en este cerco, porque los moros echaron el resto en la defensa
de esta ciudad: los de las riberas de Ebro, Segre y Cinca daban
continuos socorros y por estorbarlos, envió el conde de Barcelona
algunas compañías de almugávares que lo impidieron. En el
mes de setiembre se puso muy de propósito el cerco a la ciudad, y
porque había gente para todo, le pusieron también a Fraga, que eran
los dos pueblos mejores de toda aquella comarca. Todo el tiempo que
duraron estos medios fue notable el daño que las continuas baterías
dieron a los cercados: cada día había asaltos; el más recio fue a
24 de octubre, que la ciudad fue entrada por la parte de la puerta de
san Antón. Fue muy celebrada esta presa de los cristianos, por haber
ganado un pueblo de los mejores y más fuertes y abastecidos tenían
los moros en esta parte de la España Tarraconense. Rindióse
asímismo en el dicho día la villa de Fraga. En el mes de
enero del año 1149 de la encarnación, el conde de Barcelona y el de
Urgel, el cual dice en el auto que abajo citaré per manum comitis
Barcinone Ilerdum habet, conceden aquella ciudad en franco alodio a
los vecinos de ella, y ordenaron algunas leyes eran menester para su
buena policía y aumento. Otorgóse este auto en el mes de
enero del año 1149 de la encarnación, y firmáronle Alfonso,
hijo primogénito del conde
de Barcelona, el cual fue rey de Aragón; Armengol,
hijo primogénito del conde de Urgel; Arnaldo Mir, conde de Pallars;
G. R. Dapifer, Ramón de Pujalt, Bernat de Belloc, G. de Jorba, G. de
Cervera, G. de Castellvell, Berenguer de Anglesola, Gombau de
Ribelles, Arnaldo de Pons y B. de Torroja; y los vecinos de la ciudad
se obligaron tenere et conservare civitatem et villam Ilerde
secundum posse suum, prometiendo ayudarles a los condes todo lo
posible.
El conde de Barcelona con gran liberalidad dividió
premios a los que lo habían merecido; y porque el de Urgel fue a
quien más le debía el buen suceso de esta victoria, cumplió con él
lo que antes de la conquista se le había prometido, y le dio
también, según dicen algunos autores, los lugares y castillos de
Aytona, Albesa, y la conquista de los lugares de
aquella comarca, que son Alguayre, Almenar, Algerri,
Alfarras, Corbins, Tamarit de Litera, Alcarraz
y otros que estaban a las riberas de Segre y Noguera Ribagorzana, que
después se fueron poco a poco conquistando y se añadieron algunos
de ellos al condado de Urgel. El conde Armengol, agradecido del
servicio había recibido de sus amigos y vasallos, les hizo parte de
la victoria: a Gombau de Besora,
que en la presa de Lérida se señaló notablemente, le dio una calle
entera y dos torres de la ciudad, que por mucho tiempo les quedó las
torres de Besora, y estaban muy vecinas al castillo, y una de
ellas, que terminaba por tres partes con la costa del castillo
real, y de otra parte cum via publica fue en el año 1328, a 5 de los
idus de diciembre, vendida a Ferrario de Lilleto, baile general, por
treinta libras jaquesas, el que la compró para servicio del
rey don Alfonso, y, a lo que yo conjeturo, para unirla y aplicarla al
castillo real. Vendiéronla los herederos de Raimundo de Penafreita,
como parece en un auto que estaba en el real archivo, el cual hace
larga designación de las terminaciones de la torre, y dice: quae est
juxta castrum domini regis et afrontatur ex duabus partibus in
carraria publica qua itur de Sede Ilerdensi (la Seo,
Seu) usque Predicatores et ex alia parte in carraria per
quam itur ad turrim predictam per portam superiorem et alia in platea
terre que est juxta dictum castrum et turrim predictam et ex alia in
loco qui dicitur la Devesa domini regis; y conquistada mucha
parte de la tierra que le dio el conde de Barcelona y unida a su
casa, hizo también merced a muchos de los caballeros habían ido con
él. A Oliver de Termens dio la villa de Corbins, a Galceran de
Pinós, la villa de Albesa en feudo; y porque este caballero se
señaló mucho en esta ocasión, el conde de Barcelona le remitió el
alodio directo que tenía en la villa de Alguayre, de que, por sus
grandes merecimientos, le había hecho merced en esta ocasión; y
dice Tomic, que el de Urgel fue muy liberal en dar muchas villas y
castillos de los que había ganado, a aquellos que le habían
servido; y esa es la razón porque había antiguamente tantas
familias nobilísimas en estos condados, porque estos condes de Urgel
siempre fueron muy liberales con la gente noble que les sirvió y se
preciaron de tener en su condado muchos caballeros y barones. Dice
Garibay que de esta vez ganó también a los moros un lugar llamado
Curiana, aunque después se lo volvió, y sin estas ganó
otras tierras y fortalezas, en el año de 1150.
No dejaré aquí
de advertir para los curiosos el estilo y modo tenían en este tiempo
en confirmar los privilegios, diferente del de ahora, que el
privilegio confirmado se mete o inserta en el confirmante:
entonces no era así, sino que cada rey, cuando confirmaba, metía su
firma después de la del que le había concedido, y si otro
confirmaba después, metía asímismo su firma, de suerte que en un
mismo privilegio hay firmas del padre, hijo, nieto y otros
descendientes, que en el tiempo se concedió el tal privilegio ni
eran conocidos, ni aún nacidos en el mundo. Esto ha causado
admiración a algunos y descrédito de los tales privilegios, no
siendo sino muy grande crédito y autoridad de todos ellos; y así
muchas veces estos privilegios están registrados con una firma sola
en unos registros, y en otros con dos o más. Sea ejemplo el
privilegio arriba calendado hecho en enero del año de la
encarnación 1149, el cual, en el fol. 152 del libro 1.° de los
Feudos, está sin la firma del rey don Pedro, y en en el saco A, núm.
34 del armario 3, está con la firma del dicho rey y de otros
magnates que le firmaron; y la razón es, porque en el libro Feudorum
se escribió antes de ser confirmado de este rey, y en el dicho saco
A se metió después de la confirmación; y esto basta por ejemplo,
aunque, si quisiera, pudiera traer otros muchos.
El año
siguiente de 1150, el conde Armengol, con mucha caballería e
infantería catalana, pasó a Castilla, en favor del rey
Alonso, que quería cobrar la ciudad de Córdoba, que, como queda
dicho, había tomado cuando fue a Almería, y por no poderse detener
en ella, la dejó a Aben Gami, moro, que la tuvo algún tiempo por el
mismo rey de Castilla, no porque hubiese amistad entre los dos, sino
porque el rey no pudo hacer otra cosa. Sucedió que un numeroso
ejército de gente africana, que llamaban musmitas, feroz y
guerrera, después de conquistar el reino de Marruecos y gran
parte del África, pasaron a España, y se hicieron señores de todas
las ciudades que los moros tenían en ella, y ejecutaron grandes
crueldades contra los pocos cristianos que entre los mismos moros
españoles, con sus clérigos y obispos, vivían, desde la pérdida
de España. Aben Gami, que de cualquier manera quería ser señor de
Córdoba, se allegó a estos musmitas, negando el vasallaje al rey
Alonso, el cual pasó allá, el verano de este año, con poderoso
ejército, y en una batalla campal venció y destrozó los enemigos,
quebrando poderosamente sus fuerzas; puso cerco a Córdoba, donde
estaba fuerte el moro, y ganó gran parte de la ciudad con su
mezquita mayor, la cual entró y saqueó, haciendo grande destrozo en
los enemigos. En esta batalla y conquista de Córdoba hizo el de
Urgel grandes hazañas, y vengó la muerte de Armengol de Córdoba,
su antecesor, y fue
dichoso en esta conquista, que aquel en su
empresa. En batalla se halló Ramón Berenguer, conde de Barcelona,
el cual, cuando el rey de Castilla fue allá, estaba en su reino, y
no pudieron él y los suyos faltar a su cuñado. Fueron en esta
batalla con el rey de Castilla, Garci Ramírez, rey de Navarra,
el conde don Fernando de Galicia, Fernán Joanes, el conde don Ponce,
mayordomo del emperador, y otros muchos señores y caballeros. De
todo esto da noticia un privilegio que trae el obispo de Pamplona,
hecho a 23 de julio de este año, en que dicho rey de Castilla hace
merced a un caballero llamado Pelayo, cautivo, de ciertas
heredades y posesiones en el término de Astorga, y se la hace
por los servicios que de él había recibido en las guerras que había
tenido contra los moros; y dice que se dio este privilegio o carta en
el tiempo que dicho rey tenía cercada a Córdoba, y peleó sobre
ella contra treinta mil musmitas y con otros andaluzes, y les venció.
Es la fecha de esta carta el dicho día, y está confirmada por los
arriba nombrados. Sin esto, consta de otro privilegio concedido por
este rey a 13 de marzo del año 1151, en favor del monasterio de
San Isidro de Dueñas, en que le da los lugares de Baños y
Ontoria, en Castilla, y dice el dicho rey, que peleó en Córdoba con
los musmitas y les venció, y se hallaron con él sus hijos y el
conde de Urgel, el conde Ramiro Flores, y Nuño Pérez, alférez del
rey: tráelo el obispo de Pamplona.
Por otro privilegio hecho a 2
de enero 1153 consta, que en este tiempo estaba en Salamanca con los
reyes Alonso de Castilla y Sancho, su hijo, quien ya se daba título
de rey, y con los arzobispos de Toledo y otras muchas personas que,
con el conde Armengol, fueron confirmadores.
Estaba ya por estos
tiempos muy viejo y falto de salud, y con dificultad podía asistir a
los reyes ni seguir la corte, por la edad le tenía trabadas las
fuerzas; y así ya no se halla en los privilegios otorgados por estos
tiempos confirmación suya, impedido de sus enfermedades, de las
cuales murió en Castilla, a 28 de junio del año 1154, según el
anal de Ripoll y la más común y corriente opinión. El padre
Mariana dice que murió a 23 de agosto; el obispo de Pamplona,
en la era 1193, que es año 1155 de Cristo señor nuestro. Está
sepultado en el monasterio de nuestra señora de Valbuena, del
orden del Cistel, ocho leguas junto a Valladolid, el cual
monasterio pocos años antes había fundado doña Estefanía, su
hermana, mujer que fue del conde don Pedro González Girón. Llamó
esta señora para dicha fundación monjes del monasterio de
Verdones, en Francia, que vinieron de allá con su abad, y ha
sido uno de los más famosos monasterios que de esta sagrada orden ha
habido en España, cuya fundación se atribuyeron a si muchos reyes
de Castilla, preciándose de fundadores y bienhechores de esta casa,
dotándola muy magníficamente, y concediendo muchas y muy grandes
prerogativas, de que goza, muy debidas a la santidad y religión de
los monjes, de ella.
De su mujer Arsende, que era del
linaje de los vizcondes de Ager, tuvo dos hijos y tres hijas: los
hijos fueron Armengol; que llamaron de Valencia, y fue conde
de Urgel, y Galceran, que llamaron de Salas, por haber nacido y ser
señor de un pueblo llamado así, en el marquesado de Pallars; las
hembras fueron Isabel o Sibilia, que casó con Ramón Folc,
(Folch) vizconde de Cardona, que llamaron el Prom, y
Estefanía, que casó con Arnaldo Mir, conde de Pallars, y después
con Bernardo Roco, gobernador y capitán general de las Asturias por
los reyes don Fernando segundo y don Alonso, su hijo, de León. Era
este linaje de los Rocos muy antiguo en aquel reino y estimado de los
reyes: el hijo de este Bernardo Roco y de doña Estefanía, que
también se llamaba Bernardo, tomó por armas quince escaques o jaqueles (del ajedrez, schachs, scacs, etc) de los
condes de Urgel, y eran siete negros y ocho de oro. Yo he visto,
entre otros, un privilegio del rey Alonso de León en favor de este
Bernardo, que, por ser cosa del conde y testimonio cierto de la
cuenta en que eran tenidos sus parientes, lo pongo aquí, sacado del
archivo real de Simancas, que no es de menor autoridad que el
de Barcelona, y dice así:
In nomine Domini Amen. Ego Alfonsus Dei gratia rex Legionis et Galletie etc. Per hanc cartam notum facio omnibus tam presentibus quam futuris quod do Bernaldo Roco duci et signifero ac successoribus suis ut possit facere in fluvio Tago quod est juxta opidum qui dicitur Alcantara molendina et piscaria in eo loco quem signaverit donus Hernandus magister de Calatrava cui ego heri dedi per meum privilegium castrum et villam predictam cum omnibus pertinentiis suis intus et exira cum suis directis postaticis molinis et aqueductibus eorum canalibus piscationibus et aquis earum pasquis pratis et cum quanto ibidem ad prestitum hominum esse videtur de quibus omnibus oro et jubeo magistro ut cum faciat partitionem cum fratibus et militibus suis ut det dicto Bernardo Roco bonam ac meliorem partem tam de canalibus quam de piscationibus et de ceteris omnibus supra contentis. Hoc autem do pro bonis et grandis servitiis que mihi fecit et etiam pro illis que fecit Armengol comes Urgelli avunculus ejus illustrissimo patri meo et eo quod sit nobilis ex genere comitum et principum natus. Quicumque hanc
cartam donationis mee contrahire presumpserit sit maledictus et cum Juda Domini proditore et Datan et Abiron quos vivos terra absorbuit penas luat in perpetuum in inferno. Facta carta apud Cauriens
quinto calendas junii era M.CC.LI.
Ego Alfonsus rex Legionis et Galletie hanc cartam quam fieri jussi roboro et confirmo.
P. Compostellanus archiepiscopus – P. Ovetensis episcopo. – Roderico episcopo Legionis.
– San Astoricensis episcopo (Astorga?). – Gumsalvo Salmanticensis episcopo. – Girardo Cauriensis episcopo.
– Ego Infans dona Sancia regis Legionensis filia confirmo. – Ego Infans dona Dulcia regis Legionensis filia
confirmo. – Dono Sancio Fernandez regis signifero tenente Legione Zamora Stremadura et Transserra et de manu ejus Fernandez Sancii signifer confirmo. – Comite dono Alvaro regis maiordomo et pro eo Petrus Marinus confirmo. – Dono Roderico Gomez Transtamar Montenigrum de Monterosum confirmo.
– Dono Roderico Fernandez Astoricam et Benaventum confirmo.-
Presentibus Garcia Joanne Petro Pelagii Gunsalvi et multis aliis.
Abbas Arvensis de mandato domini regis propia manu scripsit.
Dura aún esta familia de los Rocos, y por haber dado el maestro Garci Fernández, maestre de
Alcántara, a Diego Roco, nieto del hijo de doña Estefanía, unos heredamientos de gran consideración en un teritorio o término que llaman Campofrío, donde tenían su casa solariega, les quedó el nombre de Roco y Campofrío, y desde entonces acá se han nombrado así. Tienen por armas quince jaqueles, y están en algunas de sus sepulturas, que denotan la antigüedad de este linaje. De los últimos que yo he tenido noticia, son don Francisco Roco, que llaman de Córdoba, y de aquí quisieron algunos decir, que tomó este nombre por descender de Armengol de Córdoba, conde de Urgel, de quien descendía doña Estefanía, mujer de Bernardo Roco; pero no por esto tomó el apellido de Córdoba, sino por haber emparentado sus pasados con personas del linaje de Córdoba. Es este don Francisco del consejo del rey de Castilla, su oidor en Sevilla, Veinte y cuatro de Córdoba, y en el año 1639 fue procurador a cortes, y tiene hijos. También hay un caballero en aquellos reinos, que se llama don Pedro Roco y Campofrío, que desciende por línea de varón del hijo de doña Estefanía. Ha habido en este linaje personas de gran talento y consideración, y siempre han casado noblemente, y se hace en Castilla mucho caso de ellos.
El ser esta familia sangre y descendencia de la casa de Urgel, me ha dado ocasión de hacer de ella esta memoria, porque, fuera de los reyes de Castilla y duques de Cardona, hallo pocos que, con certeza, puedan afirmar que sean descendientes de aquella casa.
De sus estados dejó heredero a Armengol, su hijo mayor: a este, muriendo sin hijos, sustituyó a Galceran, y muriendo sin ellos, a Estefanía, su hija; y faltando ella sin hijos, hace heredero suyo a Guillen Ramon Dapifer, y después de él, a Pedro, su sobrino, hijo de Teresa, hermana del mismo Ramon Dapifer.
Estimó mucho la ciudad de Balaguer y sus vecinos, y les otorgó diversos privilegios y exenciones, en pago de los buenos y grandes servicios había recibido de ellos, confesando debérseles la conquista y conservación de la ciudad. Dejó mucho y muy grande estado, así en Cataluña, como en Castilla y reino de
Aragón, y en su tiempo estuvo su casa en mayor grandeza y autoridad que no había estado hasta entonces, y su fama corrió por todo el mundo. Poseyó el condado cincuenta y tres años.