Carta LXIX. La parroquia de Cervera, antes sujeta a Ripoll; mas no fue monasterio de Benedictinos. Su titular, fábrica de tu templo, inscripciones, arquitectos, torre de campanas, consagración de su altar mayor. Priorato de S. Pedro: monasterio doble de los Hospitalarios: conventos antiguos y modernos, sus reliquias, códices etc. Noticias del lignum crucis, que llaman el sant misteri.
Mi querido hermano: La primera memoria que nos queda de la iglesia parroquial de Cervera va junta con la noticia de estar sujeta al monasterio de Ripoll. Es verosímil que el autor de esta sujeción fuese Guillermo Raimundo de Cervera; así como lo fue de la de otra iglesia intitulada de S. Pedro, de que hablaré después; el cual junto con su mujer Arsendis la dio a aquella casa en el año 1081. Lo cierto es que diez y seis años después expidió el papa Urbano II la bula confirmatoria de todas las posesiones de Ripoll (Marca Hisp. apend. n. CCCXIV.) y entre ellas pone: In castro Cervariae ecclesiam Sancti Martini. Y que esta iglesia fuese la parroquial intitulada ahora de Santa María, dícelo el monje de Ripoll que compuso en 1147 la historia de aquel monasterio (ibid. n. CCCCIV.) donde entre las donaciones confirmadas por el papa Urbano, la cuenta con estas palabras: In castro Cervariae PARROCHIAM Sancti Martini, quae NUNC EST Mariae. De donde debe inferirse que la jurisdicción que el abad de Ripoll tenía en esta parroquia, en virtud de la cual consta que nombraba el párroco, los cuatro domeros y el sacrista, y que percibía de aquí pingües rentas, no le vino como algunos creen de haberle dado la otra iglesia de S. Pedro, sino esta de Santa María. Sobre este derecho de presentación comenzaron a hacerse varias concordias con el obispo de Vique desde el año 1284: y como viste en el episcopologio de aquella iglesia aún duraba esta sujeción en 1406, cuando el obispo Diego de Heredia y Raimundo abad de aquella casa, aprobaron de consuno las constituciones que entonces se hicieron para este clero, las cuales existen en el archivo de aquel monasterio. Así es que el Hugo cardenal, que suena rector de Santa María de Cervera en varias escrituras de acá de los años 1345 hasta 1361, y en cuyo nombre regentaba esta parroquia Bernardo de Ulugia, obtuvo el curato por presentación del abad de Ripoll. Esta sujeción de la parroquia a aquel prelado, se confirma con la tradición vulgar, la cual llega hasta creer que antes hubo en ella monasterio de benedictinos. Y para prueba alegan el hallazgo de algunos esqueletos de los enterrados con cogulla, la existencia de un libro coral de aquella orden, de que aún se sirve este clero, la de un altar de S. Benito y de un cuadro del bautismo de Cristo en el Jordán, donde los que lo vieron dicen que había retratado un sacerdote con hábito benedictino. Tan pocas cosas han bastado para acreditar y radicar una opinión contra la verdad de la historia; como si todas esas reliquias de monacato no pudiesen tener otro origen. Y yo lo hallo no más que en la sujeción sobredicha, y en la coexistencia del priorato de S. Pedro extramuros. Porque ¿quién extrañará que se introdujera acá la devoción al patriarca S. Benito, cuyos hijos eran los patronos de la iglesia? Y esta devoción pudo hacer que muchos se enterrasen con su hábito; o digamos que esos cadáveres pudieron ser de los monjes de S. Pedro, a los cuales el clero cediese su sepultura, como hoy día lo está ejecutando con los religiosos de Monserrate que mueren en la granja de los Condales, que aquel monasterio posee en el territorio de esta ciudad. El libro y los cuadros que dije pudo adquirirlos el clero en 1450 cuando el prior de S. Pedro Fr. Bartolomé Benet vendió varios de estos muebles, según consta de un memorial de quejas que acerca de esto se dio ese año al consejo general, el cual he visto en el archivo de la ciudad. Estas conjeturas pesan tanto por lo menos como las en que se funda aquella tradición. Y no es menester andar ahora examinando pruebas. La historia dice que la parroquia estuvo sujeta a la jurisdicción de Ripoll, y no más: y que aquel monasterio no tenía aquí más casa que la de S. Pedro extramuros.
Vengamos otra vez al titular. Ya dije que en el siglo XI era S. Martín, y en el año 1147 era ya el de Santa María. Tiempo era este en que ya se comenzó a construir el templo actual, como se dirá; de manera que tengo para mí que el primer título fue solamente del templo antiguo. En memoria de lo cual todavía se conserva sobre la puerta de la iglesia que da al cementerio una imagen de relieve de S. Martín a caballo, y en ademán de partir su capa con el pobre. El citado señor marqués de Capmany conjetura que la mudanza del titular pudo nacer de que para el templo actual se tomó en el siglo XII una capilla contigua, donde se veneraba una imagen de nuestra Señora llamada de las Sabinas, por las muchas que producía el colladito pequeño donde estaba. Imagen que todavía se guarda, y tiene todas las señas de antigüedad que vemos en las de Ripoll, Monserrate &c.
Como quiera que sucediese esta mudanza, lo cierto es que el templo se fue construyendo lentamente desde el siglo XII hasta mucho después del XIV. A fines del cual hay varias resoluciones del consejo general aplicando algunos fondos para su conclusión. En ella entendía aún en 1403 el arquitecto Pedro Perull, vecino de Monblanc, el cual tomó a su cargo algunas de sus bóvedas por precio de 4 (símbolo) mil florines. Concluyó toda la obra el maestro Juan Barrufat en 1487, cuya visura mandó hacer el consejo general en resolución del día 5 de Marzo de ese año, y juntamente que se celebrase una solemne procesión de gracias. En las capillas se hallan algunos sepulcros de sus respectivos patronos con inscripciones; una de las cuales copiaré aquí para muestra, y por la gracia que me hizo la manía de su autor en conservar la consonancia. Está en la capilla de S. Martín, hoy de S. Isidro, y dice de esta manera:
Tú hom, quem guardes á mí,
Hom era axi com tú, e morí;
E tú morás, e seras axi com mí.
Di I. pater noster per anima de mí
Ramon Sera, qui iach ací
En la capela mia de Sent Martí,
E desta present vida lo dia de Tots Sants
lan M.CCC.LXXX dos pasí.
Fe bones obres, e faras bona fi,
E nostre Seyor Deus perdonarnos a nostres
pecats á tú e mí. Amen.
Otro letrero hay al lado de la capilla de nuestra Señora de Monserrate, en el pedestal de una estatua de S. Miguel, que dice: Fuy fet el mes Desgost del an de M.CCC.LX. e III. Lo cual se refiere sin duda a aquella parte de edificio, no a la estatua. En el presbiterio, al lado del evangelio, se halla en el pavimento el entierro del obispo de Urgel D. Pedro de Luna, donde entre algunas roturas se lee:
Anno M.CCC.LXX. vicesima… decessit nobilis Petrus de Luna… doctor, episcopus Urgellensis, et in crastin… sepultus… (a: En la renovación del templo que según me avisan se está haciendo ahora, levantada la losa sobredicha, no se ha encontrado rastro de huesos ni de sepulcro.)
La torre de las campanas es hermosa y bien construida. Concluyose hacia el año 1431 por el arquitecto Pedro de Vall-llebrera, maestro de la villa. En 1377 se hallaba ya en estado de poderse colocar en ella el seny mayor, llamado Tibaud (Teobaldo) el cual resolvió el consejo en 1403 que no se tocase por el funeral de ninguna persona que no fuese paher, oficial real u obispo. Esta campana ya no existe. En su lugar se fundió otra pocos años después, cuya inscripción he leído por mí mismo con no pequeño riesgo, en que aseguro que no me volveré a poner, aunque se ignore la alcurnia de todas las campanas del mundo. Dice así: Ihs. Mateus de Ulmo magister cimbalorum ville Cervariae me fecit anno a nativitate domini millesimo quadringentesimo vigesimo quarto. Si ergo me queritis, sinite os habire. Vense algunos escuditos de la villa y del artífice. Sin peligro leí el letrero de otra campana llamada la Carranca, que dice: + Barbara nos serva, Christi sanctissima serva. Christus, Ave Maria gratiâ &c. En otra dicha la Onzena, se lee: Iesus autem transiens per medium illorum ibat. En la cuarta que queda no hay cosa notable. Es singular la armonía de estas cuatro campanas, cuyo tono es exactísimo subiendo desde E hasta A. ¿Entiendes lo que digo? de palabra no sé explicarlo mejor. El altar mayor de la iglesia se consagró en 1358. A lo menos del consejo general de 5 de Marzo de ese año consta que se mandó pagar un paño blanco fabricado para esa solemnidad, y que costó 90 sueldos poco más o menos. Consérvase el ara, que es una pieza enorme de piedra común algo cenicienta, y tiene mas de 20 palmos de larga, 8 de ancha y 2 de espesor. El retablo es posterior, de varios cuerpos de buen gusto, al modo de los del tiempo de Carlos V.
El archivo no contiene grandes antiguallas. Sin embargo no fue perdido el trabajo de examinarlo. Quedan memorias de obispos auxiliares desconocidos, y algunas tocantes a los de Vique, de cuya diócesi era esta iglesia, y otras cosillas que quedan ahora por decir, y saldrán a su tiempo. Un misal hay también propio de dicha diócesi MS. en el siglo XIV; del cual formé varios extractos y apuntes, y va el adjunto para muestra (a: Apend. n. I).
Entre las cosas sujetas por Urbano II al monasterio de Ripoll en la bula de 1097 se lee: capellam S. Nicholai. No tengo a mano que decir de esta capilla, que debía estar separada de la de S. Martín. Lo que sé es que en 1319 se erigió en honor de S. Nicolás de Bari una cofradía compuesta de solos los individuos del clero, en la cual los años siguientes fueron admitidos los seglares. Hay de dicho santo obispo un dedo, el cual en 1432 fue cedido por el consejo general a dicha cofradía, con tal que le labrasen un brazo de plata, y que no pudiesen extraer esta reliquia de la villa. La otra iglesia que el papa dio a Ripoll es la que dije de S. Pedro, sita extramuros de Cervera, de la cual queda una pequeña rotunda de paredes gruesas, y con hartos indicios de ser la iglesia del siglo XI, aunque ciertamente está desfigurada con adornos posteriores. El vulgo la llama Sant Pere el Gros. Diéronla a aquel monasterio y a Bernardo su primer abad marsellés, Guillermo Raimundo de Cervera y su mujer Arsendis, cediéndole también el cementerio de 30 pasos, secundum quod illud ordinavit Amatus Ellorensis episcopus, romane sedis legatus. Esto dice la escritura que vi en aquella abadía, fecha a III de las calendas de Octubre del año XXII del rey Felipe, 1081 de Cristo. Tomóla el monasterio como su cellula, y ocho años después del que digo habitaban ya aquí los monjes Fredolo, Guillermo, Bernardo y Pedro, a los cuales una señora llamada Ilia dio una viña, como consta de la escritura que vi original (ibidem). Hizo también mención de esta casa el conde R. Berenguer III de Barcelona en su testamento de 1131 (Marca Hisp. col. 1272). Y ya que hicimos mención de este monasterio, continuaré la noticia de los demás de esta villa. El que entre ellos merece particular atención es el que tenían ya los hospitalarios de Jerusalén en el siglo XII, cuyas memorias comienzan desde el año 1174. Muy poco después en 1191 comparece como monasterio doble, cuando fue admitida por religiosa de la misma casa Ermesendis de Biosca. Más claramente consta esto de una escritura de 17 de Agosto del año 1245, cuyo extracto he visto hecho por el infatigable premonstratense D. Jaime Pascual, sin que se sepa dónde halló el original. Se reduce a que Fr. Geraldo Amich, lugar-teniente del Castellán de Amposta, de acuerdo con Fr. Guillén de Jorba, comanador (comendador) de S. Juan de Cervera, y con aprobación del capítulo general celebrado en Huesca, dio a Marquesa de Çaguardia, viuda del noble Guillermo de Çaguardia, la sobredicha casa de S. Juan cum tota baiulia ipsius domus, para que de sus réditos diese el sustento fratribus, donatis, et sororibus nostris in ipsa baiulia commorantibus, quos et quas vos volueritis retinere ad servitium vestrum, et domus praedictae, dándole además facultad para expeler fratres, donatos, et sorores que le pareciese, y con la condición de tener consigo sex dominas sorores de ordine Hospitalis. Concluye que dicha señora, tamquam provida et discreta commendatrix (comendatriz, comendadora), cuide de todo junto con el comendador actual. En el año 1248 las siete religiosas que aquí había, es a saber: Marquesa Çaguardia, comendadora, Geralda Çaguardia, Ermesendis de Castellnou, Marquesa de Rajadell, Ermesendis d’Odena, Elicsendis de Alentorn y Ermesendis de Offegat, prometieron la encomienda, muerta la comendadora, a su hija Geralda Çaguardia. Poco permanecieron aquí. Las dos madre e hija acudieron dos años después en 1250 al capítulo general (ge- salta página + ral) de Huesca, pidiendo la fundación del convento de Alguaire, que ya tenía preceptor. Concediola el capítulo, y pasaron allá las dos con las otras religiosas de Cervera, cuya casa quedó con solos los religiosos. Sin embargo de esta traslación, y de haber confirmado la nueva casa de Alguaire el papa Clemente IV en 1264, la Marquesa conservó algunos años el título de commendatrix de Cervaria et de Alguayre, o al revés.
Otro monasterio había de Cistercienses, dependiente del de Santas Cruces, del cual he visto en los libros del consejo general de 1405 que se mandó reparar para que pudiesen celebrarse en él los oficios divinos.
Otra encomienda había aquí de la orden de S. Antonio, cuya iglesia se conserva, y en ella la inscripción siguiente: Anno domini M.CCC.LXX.IIII. in ecclesia Santi Antoni villae Cervariae reverendus pater dñus frater Franciscus Dei gratiâ episcopus Cimaviensis, fratre Guillermo Baroni comendatore existente, altare B. Virginis Mariae, et B. Antoni, et altare Virginis Mariae desperanse, necnon altaria beatorum Georgii (Jorge, Jordi, Giorgio, George, etc), Luciae, Marchi, Lucae, Mariae Magdalenae, Victoriae, et ciminterium, diebus VI.VII…X… consecravit. De Santa Victoria la de Córdoba poseen allí mismo la cabeza. En lo alto del coro cerca de la bóveda se lee en una piedra: Petrus… dona me fecit fieri.
El convento de mi orden se fundó a principios del siglo XIV en el mismo sitio que hoy ocupa, pero en mayor profundidad. Consérvase todavía el templo primitivo, sobre el cual entrado el siglo siguiente se construyó el actual con los claustros que son de bastante buen gusto, y están llenos de urnas sepulcrales sin inscripción alguna. Habitó por algunos días en este convento S. Vicente Ferrer, convidado para predicar en esta villa por sus paheres con cartas que le escribieron a 10 de Junio, 1.° de Agosto, 9 y 27 de Octubre de 1409, las cuales existen en los registros del ayuntamiento (N. E. interesante buscarlas para ver en qué lengua le escribieron). También vivió en él de asiento el célebre Fr. Jaime Gil, natural de Xátiva, maestro del sacro palacio, y autor según se dice del oficio de la Transfiguración en los días del papa Calixto III. Entre otros varones insignes que honran a esta casa, debo hacer mención del S. D. Fr. Domingo Romeu, obispo titular de Utica, del cual cuando no lo esperaba hallé en Gerona varias noticias que pondré aquí.
Consta de los documentos que allí existen que era natural de Cervera, hijo de Antonio Romeu, notario: y que después de haber sido muchos años lector de teología de aquella catedral, y prior de su convento en la misma ciudad, fue hecho obispo en 1544. Por lo menos en las actas capitulares de ese año se lee lo siguiente: “Die iovis XIX Iunii 1544. R.mus D. episcopus Uticensis Fr. Dominicus Romeu, magnus theologus, de ordine praedicatorum, qui multos annos verbum Dei in hac urbe evangelizavit, octavo die Corporis Xpi fecit processionem vestibus episcopalibus et mitra ornatus. Sit ad laudem altissimi, et ad multos et iocundus annos; quia hic dies primus, quo ipse incepit officium pastorale exercere.”
En 1559 fundó en la misma catedral sermón para todos los domingos del año, con limosna de seis sueldos. Permaneció siempre en Gerona, donde murió a 5 de Enero de 1563 en la casa llamada del arcedianato mayor. La nota del registro de la curia de ese año le llama sufragáneo de Gerona, con no pequeña impropiedad de la palabra, habiendo sido no más que auxiliar con el título in partibus. Obtuvo en encomienda el priorato de S. Pedro de Cercada desde el año 1551 hasta su muerte.
Volviendo a lo que estábamos del convento de dominicos de Cervera, en su biblioteca vi buenos libros castellanos, y una edición de Virgilio con los comentarios de Servio Honorato, Venetus, dice, impressa per Antonium Bartolamei impressorum discipulum M. CCCC.LXXXVI, mense Octobris. Es un volumen fol. muy bien conservado. En el altar mayor de la iglesia se venera gran parte del cuerpo de S. Felipe presbítero y M., traído desde Cáller en Cerdeña a instancias de Don Juan Pablo Grau y Montfalcon (Montfalcón, monte halcón, Montfalco, Montfalcó, Montfaucon, etc), el cual pensó con esta dádiva ennoblecer la capilla que sus mayores ya tenían en este templo. El arzobispo de aquella iglesia extrajo estas reliquias de la subterránea de S. Lucífero (N. E. un santo con nombre diabólico), que está situada prope basilicam constantinianam S. Saturnini M. extra muros praesentis civitatis (Cáller). Así lo expresó él mismo en la auténtica fecha a 3 de Enero de 1629, la cual he visto original guardada en la urna de las reliquias que es magnífica, y lo que queda del cuerpo son huesos hechos trozos, y poco menos que desmenuzados. Algún crítico ha querido decir que no es este S. Felipe M., sino San Hipólito; pero además de la autenticidad del instrumento citado, su fiesta se celebra a 19 de Noviembre, día en que el martirologio hace de él memoria, aunque supone la traslación de su cuerpo desde Cáller, donde padeció, a Roma.
El convento de PP. Franciscos observantes está tenido en el vulgo por fundación de su santo patriarca; y esa antigüedad le suponía el rey D. Fernando el Católico, cuando por estar arruinada la casa con las guerras del príncipe Carlos de Viana (N. E. ver levantamiento y guerra de Cataluña contra Juan II de Aragón, padre de Carlos, primogénito, y de Fernando), pidió licencia en 1497 al papa Alejandro VI para reedificarla, alegándose en las preces y suponiéndose en la licencia dicha tradición. Yo tengo por cierto lo que dice Wadingo analista de aquella orden, y también P. de Marca (M. Hisp. col. 530), que no se fundó hasta 19 años después de la muerte del patriarca, en el de 1245, en el cual el rey D. Jaime I hizo a la nueva casa donación de un huerto. Los de aquella tradición alegan una ápoca (primera a con tilde, apoca, apocha) o recibo de 96 lib. 2 sueld. 4 din. (libras, sueldos, dineros; lliures, sous, diners, denarios, etc) ante Juan Montaner, notario de Cervera, firmó Juan Benphet albañil, confesando haber recibido dicha cantidad de Juan de Gelabert, señor de Tudela y caslano (castellano, castlán, castlá o castlà, castellán, etc) de la villa de Ager, uno de los obreros de la fábrica de dicho convento, cuya escritura está fecha en 1226; de donde infieren que en ese año estaba ya concluida la fábrica, y que por consiguiente es del tiempo de S. Francisco.
Mas habiendo buscado con curiosidad este documento, lo hallé en el archivo de la misma casa (let. DD. n. 26), y visto por mis ojos y por los de los que me acompañaban, encontramos que no es como dicen de 1226 sino de 1526: tiempo en que hay varias memorias del notario Juan Montaner, y algunas verás otro día cuando se hable del Sant Misteri. Como ya dije se reedificó la casa en el mismo sitio que la antigua, no ya para los claustrales que antes la ocupaban, sino para los observantes que hoy día permanecen en ella. Los claustrales viendo la casa arruinada por las guerras sobredichas, lograron hacia el año 1465 que en lugar de ella se les diese sitio para edificar otra dentro de la villa, junto al hospital llamado de Castell-tort (como salta linea después del guión : Castelltort). Allí levantaron un magnífico edificio, cuya iglesia consagró dentro de poco Gonzalo, obispo Auguriense, es a saber, día II de Agosto de 1468, con facultad que para ello le dio el metropolitano D. Pedro de Cardona, encargado del gobierno de la diócesi de Vique, cuyo obispo y capítulo como fautores de la rebelión contra el rey D. Juan II, estaban inhibidos por el papa (N. E. los deputats del General de Barchinona fueron los que manejaron todo el cotarro, véanse muchas cartas en la colección de los Bofarull respectiva al levantamiento y guerra). El día siguiente al de la consagración de la iglesia bendijo el mismo obispo el sitio destinado para construir los claustros. Un siglo permanecieron allí los claustrales, hasta que suprimidos hacia el año 1567, veinte años después fue cedida toda la casa a los PP. de S. Francisco de Paula, que allí permanecen.
Creí no tener hoy lugar para hablarte del Sant Misteri; pero lo hay, y no quiero dejarlo para el correo siguiente. Llaman así a uno de aquellos portentos con que sabe Dios de tiempo en tiempo dispertar (despertar, se encuentra mucho en todos los tomos, no sólo en dispierta fierro) la fe de los buenos, para que de ellos no se apodere la incredulidad de los malos. Fue así que en el año 1540 un presbítero llamado Jaime Albesa (como mi amigo de Fuentespalda, Fondespala, hijo de Jeremías, del que lleva el mote), queriendo dar al cura del lugar de Tarrós, diócesi de Urgel, parte del lignum crucis que él había adquirido de un soldado que se halló en el saco de Roma (saqueo), y depositado en esta parroquial de Cervera, no pudiendo partirlo con un cuchillo, y probando por último con los dedos, se desprendieron algunas gotas de sangre sobre un papel que quedó teñido de ellas. Fue esto a 6 de Febrero de dicho año: y a otro día se dio cuenta de todo al consejo general de la ciudad, cuya copia va para más cumplida noticia del hecho, con algunas otras resoluciones posteriores sobre lo mismo (a: Apend. n. II). Recibiose además información jurídica de todo, cuyos procesos se guardan en archivo particular. Si todos los sucesos extraordinarios que de esta clase se cuentan en otros lugares, tuviesen como este documentos coetáneos y originales en que poderse apoyar, cierto no tendrían tanta cabida las dudas y mucho menos la burla de los que no los creen, teniéndolos por invención muy posterior a la época que se les atribuye. Este Santo Misterio es aquí venerado con adoración de latría, como la Santa Eucaristía; sobre lo cual me acuerdo que el dominicano catalán Fr. Bernardo Ribera en su Echo fidei (obra que escribió estando en Rusia, y cuyas palabras no puedo copiar ahora) hace una censura teológica poco favorable. El relicario de plata es precioso y de tres palmos de altura, regalado a la iglesia por la familia de Copons de la Manresana; está adornado de mucha pedrería y de varias sortijas y medallones y cadenas sueltas. En lo más alto de él están los tres pequeños fragmentos del lignum; en el cuerpo por la una parte se ve el cuchillo con que quisieron cortarlo, y por la otra el papel teñido de la sangre que destiló. Hácese anualmente solemne fiesta autorizada por la sede apostólica y por los obispos diocesanos; y aun se ha solicitado rezo propio, que he visto MS. con los himnos que se rezan en la diócesi de Valencia para la fiesta de la sangre de Cristo; pero esto no se pudo lograr. Tiene esta reliquia su capilla particular, y en el día se está construyendo en ella un magnífico altar de varios mármoles. En honor suyo se fundó una cofradía, que se agregó a la antigua que dije de S. Nicolás. Además de este trozo pequeño de la cruz del Señor, poseía otro esta misma iglesia desde el año 1415 por dádiva de Francisco Daltillo, ciudadano de Barcelona, como consta de los libros manuales del consejo general del día 27 de Marzo de ese año. Nada más. A Dios.