1835. Ortografía de la lengua española, conforme a su más dulze pronunziazion, por D. Mariano Bosonba y Moreno, Bahiler en Dereho Zibil.
Madrid. 1835. Imprenta de D. Leon Amarita.
8-°-39 Págs.
Port.
– Pról.: No es el capriho, cien me a determinado a escribir esta
Ortografía, sino el conbenzimiento de ce las Lenguas deben escribirse segun su pronunziazion. En efeto, siendo la escritura una
imajen de las palabras, es claro, ce entre estas i acetas debe reinar
la mas perfeta correspondenzia, i por lo mismo ce no a de aber letra,
ce tenga dos sonidos, ni sonido ce esté representado por dos sinos o
letras… No me presento como incitador, sino como setario, i coletor
de los principios ce otros an ia emitido, como Nebrija, Mateo Aleman,
y otros ce an rechazado el origen de las Lenguas, i el uso constante
en escribirlas; atendiendo solamente a la pronunziazion. No dejo de
preber, ce algunos dirán, ce según esta Ortografía abrá algunos
más ecíbocos más: ce no es posible de un golpe mudar lo que aze
tantos años se acostunbra: ce si se enseña a los niños, éstos no
sabrán leer las obras antiguas, ni aun las atuales; pero estas i
otras cualesciera ojeziones solamente serbirán para azer conozer la
ridiculez de los que las agan. Sé que toda inobazion ata sus
ostáculos, prinzipalmente cuando hoca con una costunbre jeneral; mas
tanbien me consta, ce el tiempo todo lo altera, i de consiguiente, ce
se desusa una cosa i se introduze otra.
Con las referidas palabras basta para dar idea
de esta Ortografía, cuyos grandes inconvenientes para ser aceptada
notaba en parte el mismo autor, calificándolos él mismo de
ridículos. -El texto está dividido en dos partes: 1. Del ofizio y
uso de las letras; 2. De la lengua española, arreglada su mas dulze pronunciación.
1839.
637. Acentuación castellana, universal y consecuente: colección de vocablos de dudosa ortografía.
Por D. Gregorio García del Pozo. Madrid, 1839.
D. Alberto Lista y Aragón juzgó esta obra en sus Ensayos literarios y críticos, con un prólogo por D. José Joaquín de Mora. Tomo primero. Sevilla, Calvo Rubio y Compañía, editores: Plaza del Silencio, núm. 23. 1844. (Págs. 43-45.)
638. Ortografía de la lengua castellana, por el Bachiller D. A. M. de Noboa.
Forma parte de su Gramática castellana, publicada en Madrid, año de 1839.
(Véase el núm. 182.)
Al acento le llama tilde, diciendo que los gramáticos lo han denominado malamente; porque acento significa cántico o entonación.
Por lo visto el autor sólo llamaría acento al acento prosódico, del cual no habla.
Lo más notable de esta Ortografía son las innovaciones que propone para su arreglo
y uniformidad. procurando conformar la escritura sólo con la pronunciación, y desechando el origen y el uso. Así deja a la j todos los sonidos guturales; a la g los suaves o paladiales, aun cuando interinamente
se conservase la u ante e, i; a la i todos
los sonidos vocales; a la y todos los linguales, incluso ante e, i;
quita la u después de q (a la que da todos los sonidos paladiales y
las combinaciones con las líquidas l y r); usa de la b y de la v
sólo para distinguir las palabras equívocas, para los pronombres y
para los nombres extranjeros; suprime en absoluto la c; quita la h en
medio de palabra, y sólo la deja para distinguir las voces
equívocas, para dar fuerza a las interjecciones y para nombres
extranjeros; la x sólo la emplea para distinguir las palabras
equívocas, para los compuestos de ex y para las voces técnicas y
extranjeras; y crea, por último, considerando como verdaderas
articulaciones la ch, la ll y la r doble o fuerte, tres signos para
estas letras: y griega del revés, para la Ch; V vuelta del revés
para la Ll, y Rr (segunda r con raya encima) para la r doble o
fuerte. De
manera que éste es el nuevo alfabeto de Noboa,
compuesto de estas veinticuatro letras:
Aa, Bb, Y al revés, Dd.
Ee, Ff, Gg, li, Jj, Ll, V al revés, Mm, Nn, Ññ, Oo, Pp, Qq, Rr,
Ss, Tt, Uu, Yy, Zz.
No incluye las letras c, h, v, x, que llama
excedentes, por haber suprimido la primera y por dejar las otras para
ciertos usos nada más.
1841.
639. Ortografía de la
lengua castellana, por D. Pedro Martínez López.
Págs. 133-200
de la segunda edición de sus Principios de la lengua castellana.
(Véase el núm. 187.) El autor se inclina por el sistema fonético
como principio ortográfico.
1842.
640. Ortografía
de la lengua castellana, por D. Juan Vicente González, venezolano.
Págs. 104-120 de su Compendio de Gramática castellana. (Véase
el núm. 188.)
1843.
641. Ortografía castellana, por
Pablo Rodríguez Machicao, (Véase el núm. 193.)
642.
Ortografía, por D. Mariano de Rementería.
Entre las letras
castellanas cuenta la doble W, y termina el autor esta parte de sus
Conferencias gramaticales con un largo inventario de abreviaturas y
de voces de diferente significación según la letra con que se
escriben. (Véase el núm, 191.)
643. Memoria sobre la
Ortografía, presentada por el Licenciado D. Domingo Sarmiento a la
Facultad de Humanidades de la Universidad de Chile. 1843.
Reimprimióse en los Anales de la Universidad de Colombia,
números 28 y 29, abril de 1871.
El autor propone un nuevo
sistema ortográfico para la América española, en el que se toma
por base el principio fonético, excluyendo radicalmente el
etimológico.
Los directores de los Anales de dicha Universidad
recomiendan la adopción de este sistema, como el prototipo de la
perfección ortográfica y prosódica.
1844.
644.
Prontuario de Ortografía de la lengua castellana, dispuesto de Real
orden para el uso de las escuelas públicas por la Real Academia
Española con arreglo al sistema adoptado en la novena
edición
de su Diccionario. (Esc. de la Acad.) -Madrid. En la imprenta
Nacional. 1844.
8.°-IV -59 págs. + 1 lám.
-Segunda
edición: Madrid. En la Imprenta Nacional. 1845.
8.° -Igual
número de páginas y texto que la anterior.
-Tercera edición:
Madrid. En la Imprenta Nacional. 1850.
8.° -Igual número de
páginas y texto que las precedentes.
-Cuarta edición: corregida
y aumentada. Madrid. En la Imprenta Nacional. 1853.
8.° -71
págs. + 1 lám.
-Quinta edición: Madrid. En la Imprenta
Nacional. 1854.
8.°-71 págs. + 1 de erratas + 1 lám.
-Sexta
edición: Madrid. Imprenta Nacional. 1857.
8.° -72 págs. + 1
lám.
-Séptima edición: Madrid. Imprenta Nacional. 1858.
8.°-70 págs. + 1 lám.
-Octava edición: Madrid. Imprenta
Nacional. 1859.
8.°-70 págs. + 1 lám.
-Novena edición:
Madrid. Imprenta Nacional. 1861.
8.°-71 págs.
-Décima
edición: Madrid. Imprenta Nacional. 1867.
8.°-71 págs. + 1
lám.
-Undécima edición: Madrid. Imprenta Nacional. 1863.
8.°-71 págs. + 1 lám.
-Duodécima edición: Madrid.
Imprenta Nacional. 1866.
8.° -71 págs. + 1 lám.
-Décimatercera edición: Madrid. Imprenta Nacional. 1866.
8.°-71 págs. + 1 lám.
(Empieza otra serie de
ediciones.)
– Prontuario de Ortografía castellana, en preguntas
y respuestas, arreglado por la Academia Española. (Esc. de la Acad.)
Madrid. Imprenta de José Rodríguez. Calvario, 18. 1870.
8.°-91
págs. + 1 lám.
-Segunda edición: Madrid. Imprenta de José
Rodriguez. Calvario, 18. 1872.
8.° -Igual número de páginas y
texto que la anterior.
-Tercera edición: Madrid. Imprenta de
José Rodriguez. Calvario, 18. 1874.
8.°-92 págs. + 1 lám.
-Cuarta edición: Madrid. Imprenta de José Rodriguez. Calvario,
18. 1876.
8.°-Igual número de páginas que la anterior.
-Quinta edición: Madrid. Gregorio Hernando, impresor y librero
de la Real Academia Española. 1878.
8.°-Igual texto y número
de páginas que las precedentes.
-Sexta edición: Madrid.
Gregorio Hernando, impresor y librero de la Real Academia Española.
1880.
-Novena edición: Madrid. Gregorio Hernando, impresor y
librero de la Academia. 1885.
8.°-76 págs. + 1 lám,
-Décima
edición: Madrid. Viuda de Hernando y Compañía, impresores y
libreros de la Real Academia Española. 1886.
8.° -Las mismas
páginas que la anterior.
-Undécima edición: Madrid. Viuda de
Hernando y Compañía. 1887.
8.°-75 págs. + 1 lám.
-Duodécima
edición: Madrid. Viuda de Hernando. 1889.
8.°-Las mismas
páginas que la anterior.
-Décimatercera edición: Madrid. Viuda
de Hernando. 1891.
8.° -Las mismas páginas que las dos
anteriores.
645. Ortografía. Artículo sobre esta
materia publicado por D. Andrés Bello en el Araucano, año de 1844.
En él defiende las innovaciones ortográficas propuestas por
la Facultad de Humanidades de Chile, cuyas reglas fundamentales eran:
1. Caminar a la perfección del alfabeto, que consiste en que
cada sonido elemental se represente exclusivamente por una sola
letra.
2. Suprimir toda letra que no represente o contribuya a
representar un sonido.
3. No dar, por ahora, a ninguna letra o
combinación de letras un valor diferente del que hoi día se les da
comunmente en la escritura de los países castellanos.
4. No
introducir gran número de reformas a un tiempo.
Reimpreso en las
Obras completas de Bello publicadas por el Gobierno nacional de
Chile. -(Véase el núm. 628.)
1845.
646. Reglas de
acentuación, por Don Andrés Bello, publicadas en los Anales de la
Universidad de Chile, año de 1845. Reimpresas en el vol. V de las
Obras completas de Bello, publicadas por el Gobierno nacional de
Chile.
Es una colección de diez y siete reglas ortográficas,
relativas a las dicciones que constan de una sola vocal, de dos o de
más de dos.
647. Prontuario de voces de dudosa ortografía
(más de 1.800), por D. José María Palacios.
Insértase en el
Manual del cajista, escrito por dicho señor (págs. 134-154) y
publicado en Madrid, año de 1845.
1846.
648.
Compendio de Ortografía castellana en verso y prosa, según las
últimas indicaciones de la Academia Española, con un Prontuario de
voces de dudosa ortografía, para uso de los niños.
Por D.
Eugenio Ramon Page. Madrid: 1846. Imprenta de D. José Redondo
Calleja, calle de los Abades, núm. 5.
12.°-71 págs.
1849.
649. Reformas ortográficas. Artículo de D. Andrés Bello,
publicado en la Revista de Santiago de Chile, año de 1849, y
reimpreso en el vol. V de las Obras completas de Bello publicadas por
el Gobierno de Chile, año de 1884.
Combate el uso del acento
grave y de la sinéresis, defendido por García del Pozo, y repite
algunas de las observaciones ya consignadas en sus artículos,
publicados en años anteriores, sobre ortografía.
1850.
650. Colección de reglas supletorias al prontuario de
ortografía de la Real Academia, por D. José Gallardo y Palma,
profesor de instrucción primaria elemental, ex-miembro del Tribunal
de
oposiciones de la provincia de Málaga y vicepresidente de la
Academia de profesores de instrucción pública de la misma. Málaga.
Imprenta de los H. de Carreras, plaza de la Constitución. (Sin año,
pero debió imprimirse hacia 1850.)
8.°-125 págs. + 4 de índ.
y errat.
Port. – Ded. a D. Manuel Rafael de Vargas, regente por
S. M. de las asignaturas de lengua francesa y geografía. – Texto. –
Ind. – Errat.
1851.
651. Ortografía usada por D.
Bartolomé José Gallardo.
No escribió este eruditísimo
bibliófilo ningún tratado de esta clase; pero, por sus
conocimientos filológicos, débese recordar aquí la ortografía que
adoptó en su virulento folleto contra D. Adolfo de Castro,
intitulado: Zapatazo a Zapatilla i á su falso Buscapié un
puntillazo. Por D. B. J. Gallardo. Madrid: Imprenta de la viuda de
Burgos, calle de Toledo, núm. 42. 1851. -8.°, 88 págs. Asimismo
adoptó igual ortografía en otros escritos suyos.
I. -Usa de la
i vocal siempre que tiene tal sonido, como en la conjunción
copulativa y.
Z. – Hace los oficios de la c antes de e y de i:
Zervantes, leczion.
Pone diéresis sobre la i de mios,
leia, y
reäta, camaleön, devaneos,
puntuäl.
Emplea el punto de las abreviaturas, no al nivel de la
línea inferior de las letras, sino en el de la línea superior de
las minúsculas.
Separa las palabras compuestas con una raya:
no-mal, ligerísima-mente, años-atrás, años-há, leer-la,
dar-se-le, emboscar-nos-la, asi-mismo.
M. -Úsala siempre antes
de V y F.
U. -Suprime su oficio después de la Q, y escribe
Qijote, Qevedo, qe, y de la G antes de e, i.
H. -La pone en trahe
y la respeta en casi todas las palabras que modernamente se escriben
con ella.
G. -Sólo para sonidos suaves, y la j para los fuertes.
K y X. -Suprímelas, sustituyendo la segunda por cs: contecsto.
Usa el acento grave en òtro, èste, èse.
U. -Emplea esta
disyuntiva cuando termina en o la voz que le precede, lo mismo que
cuando la que la sigue.
1852.
652. Ortografía por D.
Leandro Boned.
Págs. 69-96 de sus Elementos de Gramática
castellana. (Véase el núm. 215.)
653. A la nación española
sobre reformas ortográficas. Historia de la ortografía castellana.
De la cual se desprende que la introducción en ella de las pocas
modificaciones que necesita para hacerla de todo punto filosófica,
es en armonía con su índole, con el uso, con el parecer de nuestros
mayores humanistas, con la autoridad de la Real Academia Española,
con todas las reformas hechas en ella de seis siglos a esta parte i
con los adelantos de la nación entera, puesto que reduciría a una
sexta parte el tiempo que ahora se necesita para aprender a leer i
escribir correctamente. Por Don
Mariano Cubí i Soler, Propagador
de la Frenología en España, autor del Nuevo Sistema para aprender
el inglés por medio de la ortografía fonética, etc. etc.
Barcelona: Imprenta de Miguel i Jaime Gaspar, P, é H. 1852.
8.°
-40 págs. sin sign. Port. -Introd. – Texto.
Considera el uso
como principio fundamental de la pronunciación, y añade que el uso
no se ha detenido jamás en sus esfuerzos por hacer nuestra
ortografía completamente fonética, ortológica o filosófica.
-Rechaza por inútiles la x, la v y la q, y el empleo de la g (por
reservarlo a la j) antes
de e, i, o sea en los sonidos fuertes;
da a la i vocal su propio valor como copulativa, sustituyendo a la y;
rechaza la h en su antiguo valor, dándole a tal signo el de la ch;
suprime la u después de g; reserva a la z antes de e y de i los
sonidos de la c, la cual hará en estos casos los servicios de la q o
de la k, y para el sonido de la r fuerte, así como para el de la
l, propone la creación de nuevos signos. He aquí, por último, el
alfabeto del Sr. Cubí: a, b, c (ke), h (che), d, e, f, g (gue), i,
j, l, l,
m, n, ñ, o, p, r, rr, s, t, u, y, z.
Aunque el autor de este
opúsculo lo titula Historia, es más bien una exposición de sus
particulares opiniones, precedida de algunas notas eruditas sobre
algunas de las ortografías castellanas antiguas y modernas, y
seguida del Reglamento de la Academia Literaria i Científica de
Madrid, formada el año 1843, con intento igual al de la Asoziazion
(así escriben la fabla, el aragonés
inventado, como normatibizazion) de
Maestros de Leon, esto es, con el de introducir grandes novedades en
la manera de escribir nuestro idioma.
1854.
654.
Lecciones de Ortografía Castellana, por F. Vargas Fontecilla.
Santiago (de Chile). Imprenta Chilena, 1854.
4.°-49 págs.
-Segunda edición: Madrid. 1857.
1858.
655.
Prontuario de Ortografía Castellana, por J. B. Suarez,
para el uso de las escuelas primarias. Santiago (de Chile). Imprenta
de El Conservador, 1858.
12.° -127 págs.
656. Tratado
completo de Ortografía Castellana, por Don José Manuel Marroquin.
Bogotá, 1858.
Los versos mnemónicos que contiene este libro han
adquirido una gran popularidad en los Estados Unidos de Colombia.
Se
han hecho siete ediciones de este Tratado.
1861.
657.
Sobre si tenemos los españoles un sistema perfecto de ortografía, y
sobre si es fácil y conveniente mejorarlo. Por Don Antonio José de
Irisarri.
Es la primera de sus Cuestiones filológicas, tomo I:
Nueva York, 1861.
1862.
658. La Ortografía
recopilada, o sea reunión de todas las voces que deben escribirse
con cada una de las letras ortográficas, como también de las que
están sujetas a reglas especiales, variables e invariables, por D.
Juan de Medina y Godoy. Málaga, 1862, imprenta de J. Giral.
8.°-VIII -224 págs.
1864.
659. Tratado de
Ortografía española, arreglado, en lo posible, a los preceptos de
la Real Academia Española, por D. Tomás Hurtado, primer profesor de
una de las escuelas públicas de Madrid, ex-presidente de la Academia
de Profesores de primera enseñanza de esta corte, ex-director de
varios periódicos literarios, director en la actualidad del titulado
El Fomento de las Artes, autor de varias obras declaradas y aprobadas
para texto en la enseñanza pública, etc.: Madrid. 1864, imprenta a
cargo de A. Espinosa y Veza.
8.° may. -122 págs.
660.
Opúsculo ortográfico, por Don Juan Bautista Martí: Valencia, 1864,
imprenta de Ferrer de Orga.
8.°-16 págs.
1865.
661
. Estudios ortográfico- Prosódicos de la lengua castellana;
consideraciones sobre la reforma que admiten la escritura y
pronunciación castellana, por Rafael Monroy. Barcelona, 1865.
4.°
men. -136 págs.
662. Tratado de Ortografía, por el Dr.
Dionisio H. Araujo: Cartagena (de Indias), 1865.
El autor era
Director de un antiguo y acreditado Colegio de Cartagena, y,
fundándose en las principales doctrinas de la Academia y en algunas
de Salvá, compuso, en forma de catecismo, este tratado que,
juntamente con los de Analogía, Sintaxis y Prosodia, forma un curso
compendiado de idioma castellano. Estos tratados fueron escogidos
para la enseñanza en las escuelas primarias del Estado de Bolívar y
en casi todos los colegios y escuelas particulares de Cartagena y
demás puntos de la costa colombiana.
Se han hecho otras
ediciones.
663. Ortografía en verso para uso de los niños,
por D. Ramon del Prado y Bedoya, corregida y arreglada á la de la
Real Academia en esta nueva impresión. Ronda, imprenta y librería
de D. Juan G. Monti, calle de Linaceros, núm. 20 (sin año).
8.°
-24 págs.
Port. -A los padres de familia: Ronda, 1.° de Marzo
de 1866. -R. P. B. -Introduccion, en verso. – Texto. -División (pág.
6). -Ortografía: definición (pág. 8). -Primera parte (pág. 9).
-Definición de las letras del alfabeto. -Mayúsculas (16).
Abreviaturas (17). Puntuación (17). Coma (18). Punto y coma (19).
Dos puntos (19). Punto final (20). Interrogante (20). Admiración
(21). Paréntesis (21). Guión (21). Acento (22). Circunflejo (22).
Diéresis (23), Puntos suspensivos (23). -Conclusión.
Empieza:
Es el arte de escribir
digno de toda excelencia,
pues
cuanto en el mundo ocurre
sus caracteres conservan (sic).
Por
él se aprenden las artes,
por él se adquieren las ciencias,
y
toda sabiduría
a sus letras se sujeta.
Inmortales a los
hombres
hace, pues nos manifiesta,
desde el primero, los
hechos
como si presentes fueran…
Concluye:
Discípulo
amado mío,
mi cariño te amonesta
que este corto cuadernito
en la memoria retengas;
que aunque breve en el compendio
es
muy grande en la materia,
y nunca escribirás bien
si no
escribes con sus reglas.
Si alguna duda tuvieres,
pregúntame
y saldrás de ella,
que sólo a la perfección
se dirigen mis
tareas.
D. Ramón del Prado y Bedoya nació en Cártama
(Málaga) en 22 de diciembre de 1797 y murió en Ronda el 30 de
diciembre de 1883. En la advertencia A los padres de familia, dice
que adquirió los primeros rudimentos con los padres Escolapios
(Archidona?), los cuales habían ensayado el medio de facilitar los
conocimientos a la juventud en la enseñanza elemental y superior,
valiéndose de composiciones en verso, en que compendiaban las reglas
del arte.
Prado y Bedoya fué a Ronda en 1818 de auxiliar de D.
Gaspar Francisco Merino Ballesteros, a quien el Cuerpo de la Real
Maestranza Caballería de dicha ciudad nombró Director del
establecimiento académico que acababa de fundar con especial orden y
aprobación del Sermo. Sr. Infante D. Carlos María Isidro, su
Hermano Mayor y digno Jefe por S, M. de todos los del Reino.
En
esta Academia se enseñaban, bajo el título de Ciencias menores, el
desenvolvimiento de las facultades intelectuales para reglar el
pensamiento y hacerle susceptible de las ciencias; desarrollo de las
facultades morales por medio de las cuales se aprenden puntos de
Religión con que debe estar adornado para su buena conducta todo
joven cristiano; Urbanidad y política cristiana; Ortología teórica
y práctica, ésta según el muy ventajoso método de Dobler;
Caligrafía, bajo los principios pestalozianos y de Torio; Gramática
española y latina; Cuatro diversos sistemas de Ortografía;
Aritmética; Geometría; Geografía; Historia sagrada; Mitología;
Poligrafía; Rudimentos mayores de
Taquigrafía; Primeros
elementos del arte de pensar; Tropos y figuras retóricas; Moral;
Principios generales de Botánica; Dibujo; Grabado; Táctica militar
y ordenanzas.
De esta escuela fueron alumnos hombres públicos
tan notables como los hermanos Ríos y Rosas, el General Hubert y
Calzado, el P. Félix (Obispo que fué de Cádiz), el General D. Juan
de Dios Córdova, D. Pedro Nolasco Aurioles, y otros hombres
distinguidos. Asistieron a sus actos académicos en diversas
ocasiones, el célebre D. Juan de Escóiquiz, el Obispo de Málaga D.
Alonso
Cañedo y Vigil, y el Capitán General de Granada, D. Juan
de Palanca.
En octubre de 1823 Prado y Bedoya fué nombrado
Director por dimisión de Merino Ballesteros. En 1825 publicó su
nuevo programa de enseñanza, aprobado por el comisionado, Caballero
Maestrante, Dr. D. José María Avilés y Salinas, y por el
Corregidor de la ciudad. D. J. de Cuéllar.
(Prospecto del plan,
método y reglamento interior de la Academia del Real Cuerpo de
Maestranza Caballería de esta ciudad i bajo la dirección de D.
Ramón del Prado con Real aprobación. Malaga. I Oficina de D. Luis
de Carreras, impresor del expresado Real Cuerpo de Maestranza
Caballería de Ronda. Plaza Real. 1 (Sin año.)-4.° -11 págs. –
Dedicatoria: Al Ilustre y Real Cuerpo de Maestranza; Ronda, I. ° de
Junio de 1865. Ramón del Prado. -Pág. 6, Libros que se siguen en
esta Academia.)
A la muerte de Fernando VII, rebelado contra la
sucesión legítima del Trono el Infante D. Carlos María Isidro, fué
relevado del cargo de Hermano Mayor de la Maestranza y de Protector
de la Academia de Ciencias menores de Ronda, sustituyéndole en ellos
la misma Reina Doña Isabel II, para la celebración de cuyo
natalicio se fundó adjunta a dicha Academia, una Escuela Pía en que
se educaron hijos del pueblo que han brillado en letras y armas, y,
en 1837, un aula de internos que sólo pagaban 150 reales de
retribución mensual por asistencia, manutención y enseñanza.
Al
extinguirse en 1843 la institución creada por la Maestranza de
Ronda, Prado y Bedoya continuó algún tiempo al frente de una
escuela particular; y ya antes, hacia 1836, había escrito y dado a
la imprenta la primera edición de la Ortografía en verso, de la que
no hemos logrado ver ningún
ejemplar.
1867.
664.
Diccionario ortográfico, o Catálogo de las voces castellanas cuya
ortografía puede ofrecer dificultad. por Don José Manuel Marroquin.
Bogotá, 1867.
Se han hecho tres ediciones: la tercera en 1875,
también en Bogotá.
1868.
665. ¿Deben escribirse
con h o sin ella las dicciones armonía, arpa y otras de origen
semejante? Por R. y M. R.
En el tomo I de El Averiguador, primera
serie, columnas 293 y 307: Madrid, imprenta de Manuel Galiana, 1868.
Los autores demuestran ser partidarios del principio etimológico,
y, por consiguiente, creen que debemos escribir con h aquellas voces
conservando el espíritu suave que tienen en su origen griego. Hoy
nadie puede dudar de la recta escritura de aquellas palabras, merced
a la indiscutible autoridad del Rev. P. Miguel Mir, S. J. de la Real
Academia Española, autor del libro que ha intitulado Harmonía entre
la ciencia y la fe.
1870.
666. Sobre la reforma de la
ortografía española, por D. Raimundo González Andrés.
Págs.
114-123, 261-274, 357-378 del Boletín -Revista de Ir Universidad de
Madrid: Madrid. 1870. Est. tipog. de Tomás Rey.
El autor es
partidario de la escuela fonética.
667. Ortografía
práctica, o colección de ejercicios para la escritura al dictado,
según las reglas de la Academia Española, compuesto en su mayor
parte de ejemplos y trozos escogidos de nuestros mejores hablistas
antiguos y modernos, con indicación del procedimiento que conviene
seguir en su enseñanza, por D. Carlos Yéves.
-Tercera edición:
Barcelona, 1870.
1871.
668. Ortografía y sintaxis de
los apellidos, por J. M. de P.
Artículo inserto en el periódico
El Averiguador, tomo I, segunda época: Madrid. Imp. de Rivadeneyra,
1871. -Págs. 135-136.
669. Reglas de Ortografía, por el
Bachiller Egidio A. Montesinos. Tocuyo, 1872.
1873.
670.
Prontuario de la Acentuación Castellana, por Baldomero Rivodó.
Caracas, Pumar, 1873.
-Segunda edición: Caracas, Antero
hermanos, 1880.
1874.
671 . Ortografía de la lengua
española. Tratado teórico-práctico al alcance de todos, por D.
Juan Antonio Gallego y Vázquez, profesor de esta asignatura en la
Escuela Normal de la provincia de
Sevilla: Imprenta y Librería
Española y Extranjera de D. Rafael Tarascó, Sierpes, 73. 1874.
4.°-136 págs. -Port. -Adv. – Texto. – Ind.
1875.
672.
La Ortografía recopilada: instrucción clara y prolija para aprender
con suma facilidad a escribir correctamente, por Medina Godoy.
Málaga, 1875.
8.°
1876.
673. Manual
Teórico-práctico de Ortografía, según los principios de la Real
Academia Española, por D. Nicolás Visconti y Monllor, Bachiller en
Artes, Profesor de instrucción primaria, etc. etc. -Segunda edición.
-Alicante. Imprenta de Costa y Mira, 1876.
Folleto en 12.° -84
págs.
El autor dice en el prólogo que se propo-ne sirva su
trabajo de complemento al código literario de la Real Academia de la
Lengua.
674. Ortografía fundamental de la lengua castellana,
por Leopoldo J. Arosemena. Lima, Prince, 1876.
675.
Diccionario ortográfico de la lengua castellana, cuyo objeto es
enseñar la ortografía de todas las palabras de escritura dudosa,
por Leopoldo J. Arosemena. Lima, Prince, 1876.
676. Manual de
Ortografía castellana, por D. Amenodoro Urdaneta. Caracas, Terrero
Atienza, 1876.
677. Compendio de Ortografía teórico-práctica,
con algunas nociones ortológicas para uso de las escuelas de
primeras letras de España y sus posesiones ultramarinas, por D.
Antonio María Flores. Segunda edición, corregida y aumentada.
Madrid. 1876.
1877.
678. Nuevo sistema para enseñar
la Ortografía acentuada, fundado en reglas de Lectura que hasta el
día no se habían establecido, y con auxilio de las cuales se
consigue que el alumno llegue a establecer por sí mismo las que da
la Academia Española sobre los casos en que debe escribirse el
acento. Esta obra encierra una idea nueva, descubriendo el principio
de donde nacen las reglas mecánicas que prescribe la Academia, y
establece una, fija é invariable, que aleja todo motivo de duda ó
de controversia. Por Donaciano D. y Pedraza. México, 1877.
4.°
-22 págs.
679. Suplemento a la Ortografía, puntuación y
acento. Por Amenodoro Urdaneta. Caracas, Imprenta de La Tribuna
liberal.
Folleto en 8.°-24 págs.
No tiene fecha del tiempo
en que se imprimió; pero debe haberlo impreso su autor en 1877 o
1878, que fueron los años en que existió La Tribuna liberal en
Caracas.
Carece de advertencia y de toda indicación preliminar.
Es un tratadito elemental de puntuación y otro de acentuación,
anterior este último a las reformas de la Academia.
680.
Tratado completo de Ortografía castellana, por D. José Manuel
Marroquin. Bogotá, 1877.
-Séptima edición,
1878.
681.
Lecciones de Ortografía Castellana, por el Doctor Jesús Muñoz
Tébar. Texto adoptado para la clase superior de escritura en el
Colegio de Santa María. Caracas. Alfred. Rothe, Editor, 1878.
8.°
mayor. -44 págs. encartonado.
Este tratadito puede tomarse como
una especialidad en la parte relativa a la puntuación, que es
bastante extensa y razonada, con ejemplos para la práctica al
dictado.
682. La ortografía al alcance de todos, por Don
Fernando Gomez Salazar. Tercera edición, corregida y aumentada.
Madrid. 1878.
8.°
1880.
Bestard. Valencia (Venezuela), 1880.
Barcelona. Imprenta de Francisco Rosal, Hospital, 115. 1880.
explicada en sus principios fonéticos y etimológicos, por Don José
Hilario Sánchez, ex-diputado a Cortes, abogado, profesor de
Gramática castellana en la Sociedad Fomento de las Artes… Madrid.
1882.
voces castellanas cuya ortografía puede ofrecer dificultad. por José
Manuel Marroquin, individuo correspondiente de la Academia Española.
-Cuarta edición: Con enmiendas y adiciones: Nueva York, D.
Appleton y Compañía.
12.°-156 págs. -Pasta.
Esta edición
no lleva fecha, según la mala costumbre de los editores
industriales; pero el privilegio otorgado por el Gobierno de Colombia
es de 12 de mayo de 1882.
En la Advertencia se dice que este
Diccionario contiene las palabras que pueden ser mal escritas por los
que, al escribir, no tienen otro guía que el oído. Es un simple
Catálogo, sin acepciones.
de ejercicios para la escritura al dictado según las reglas de la
Real Academia, por D. Carlos Yeves.
-Sexta edición: Barcelona,
1883.
1884.
688. Tratado razonado de puntuación o
empleo racional de los signos que sirven para dar claridad al
discurso. Obra escrita en francés, por F. Lhernault. Traducida
libremente, con reformas y adiciones para los que escriben la lengua
española, por Eugenio Baena. Bogotá, imprenta y librería de
Medardo Rivas, 1884.
4.° -178 págs.
Lleva un prefacio del
traductor fechado en Cartagena (Colombia) en enero de 1884, y otro
prefacio del autor, sin fecha.
Como lo dice el título, se
propone el autor dar reglas razonadas de la puntuación, para dejar
establecido que aquélla está sujeta a principios fijos y no puede
ser arbitraria, habiendo, para el que no atiende esas reglas, el
peligro de caer en la confusión o en la anfibología. Precede al
tratado un resumen histórico de la puntuación.
El traductor,
por su parte, declara que hizo la traducción de la última edición
de 1880 por creer que no existe en castellano ningún tratado
especial de puntuación, (pues sólo en las gramáticas de este
idioma se encuentran algunas reglas, no todas las que son necesarias;
y que por el origen común de
ambas lenguas ha tenido que
introducir muy pocas reformas y adiciones; de modo, agrega, que puede
decirse que el trabajo de Lhernault queda casi intacto.
689.
Tratado de Ortografía castellana, por José Domingo Medrano.
Caracas, 1884.
690. Ortografía teórico -práctica,
precedida de unas breves nociones de Prosodia, por D. Juan Díaz
Guerra.
-Tercera edición: Madrid. 1884.
8.° -110 págs.
691. Tratado de Ortografía castellana, por D. Julio Calcaño.
Caracas, 1884.
Impreso por la Academia Venezolana, y no puesto en
pública circulación por su autor.
692. Breve tratado de
Ortografía castellana, por Rafael María Leal. Maracaibo, 1884.
693. Elementos de Ortografía española, acomodada a la
pronunciación mexicana, por José M. Carbajal. México, 1884.
8.°-95 págs.
694. Acentuación ortográfica, por el Dr.
D. Jerónimo E. Blanco. Caracas, 1884.
695. Ortografía
moderna (segunda edición). Método novísimo para aprender con
facilidad esta importante materia, por D. Fernando López Toral,
profesor de Contabilidad y Caligrafía, con Academia abierta en
Zaragoza. Zaragoza, 1884.
Contiene: estudio práctico de voces
homónimas; escritura de apellidos españoles; reglas para la
escritura de palabras extranjeras y de dialectos españoles;
arcaísmos en los nombres y verbos y voces provinciales; colecciones
de locuciones latinas, francesas, inglesas e italianas, con su
traducción y pronunciación; conjugaciones de los verbos auxiliares
y regulares, y de 370 irregulares; diccionario de voces de dudosa
ortografía.
1885.
696. Diccionario manual de las
voces de dudosa ortografía en la lengua castellana, conteniendo las
reglas que se infringen más comúnmente, y preceptos para hablar con
propiedad y escribir con
corrección. Compuesto y ordenado por D.
Francisco de Carvajal. Tercera edición: Madrid. librería de
Fernando Fe, 1885.
8.° -128 págs. -Rústica.
Este es algo
más que simple catálogo, pues no le faltan acepciones, y lleva
también varias notas y algunas reglas de uso.
697. Prácticas
de ortografía dudosa, por D. José de Casas, manuscrito, dispuesta
para que los niños puedan copiar de ella, aprendiendo a escribir
correctamente, al mismo tiempo que aprenden con el uso prácticamente
la ortografía castellana. Cuarta edición: Madrid, 1885.
4.°
-127 págs. Libro muy útil para la enseñanza de los niños.
698.
La Ortografía al alcance de todos. Método novísimo
teórico-práctico para aprender por sí con la mayor facilidad esta
importante materia, aunque no se tengan conocimientos gramaticales.
Lleva además, para servicio y uso de los literatos, un catálogo
con más de ocho mil voces de ortografía dudosa, por Fernando Gómez
Salazar y J. M. Marroquín. Corregida y aumentada por M. C. Octava
edición: México, 1885.
4.°-192 págs.
(Se han hecho además
otras ediciones en España y en la América latina.)
699.
Ortografía teórica-práctica, o sea con ejercicios para la
escritura al dictado, por el profesor D. Manuel Meseguer Gónell,
premiado en varios certámenes pedagógicos y literarios. Tortosa,
1885.
700. Ortografía berdadera de la Lengua Española, o
sean Rreglas fijas i sencillas para eskribir el Español segun
aztualmente se abla… Por D. Juan de Becerril. Balladolid de España,
se bende á
I rreal bellon kada ejemplar, kon objeto de
popularizar el método, 1885.
16.° -32 págs.
El autor
manifiesta ya en la portada la teoría que desenvuelve en su folleto.
Se suprimen de la ortografía kastellana, por no ser prezisas, las
letras c, h, q, ü, v, x, la g kon sonido bokal, i otras kosas
innecesarias; introduziéndose algunas bariaziones de urjente
nezesidad para mejor uso i senzillo empleo.
701. Novísimo
Diccionario castellano homónimo ortográfico, arreglado según la
última edición de la Real Academia Española, y aumentado con más
de tres mil palabras tomadas de otros notables autores. Por Sebastián
Rodríguez y Martín. Madrid. 1885.
8.° -604 págs.
702.
La nueva acentuación ortográfica según la Real Academia Española,
formada en reglas sencillas y fáciles por el profesor Ricardo Gómez.
México, 1885.
4.° -24 Págs.
1886.
703. Moderna
acentuación ortográfica formada según las reglas de la Gramática
de la Real Academia Española, por el profesor J. M. Pérez Campos.
Celaya (México), 1886.
8.° -4 págs.
704. Ortografía
popular teórico-práctica, premiada en las Exposiciones Aragonesa,
Viena, Madrid y Pedagógica de Madrid, por D. Francisco Ruiz Morote,
Caballero de la Real y distinguida Orden de Carlos III y Regente de
las Escuelas superiores y elementales agregadas a la práctica de la
Normal de Ciudad-Real. Ciudad-Real, 1886.
8.°-64 págs.
705.
Ortografía al alcance de todos, por D. Fernando Gómez de Salazar.
Método novísimo teórico y práctico para aprender por si con la
mayor facilidad esta importante materia los niños, mujeres y
hombres, aunque no tengan conocimientos gramaticales; lleva además,
para servicio y uso vie los literatos, un catálogo con cinco mil
voces de ortografía dudosa. Novena edición. Madrid. 1886.
8.°-196
págs. -(Véase el núm. 698.)
706 La Ortografía práctica,
o series de ejercicios morales y gramaticales, por Narciso Bassols.
México, 1886.
8.°-60 págs.
707. Método práctico para
aprender la Ortografía castellana, por el Br. Julio Castro. Valencia
(Ecuador), 1886.
708. Ortografía de la lengua castellana,
escrita conforme a los preceptos de la Real Academia y a las reglas
establecidas por los mejores filólogos españoles, por D. Alejandro
Infiesta. Segunda edición. San Juan de Puerto Rico, tipografía del
Boletín Mercantil, 1886.
8.° -89 págs.
709. Observaciones
sobre la Ortografía castellana y el sistema ortográfico que deba
adoptarse en Chile, por Manuel Salas Lavaqui, Profesor de Gramática
Castellana en el Instituto Nacional. Santiago de Chile. Imprenta
Nacional. Moneda 112, 1886.
4.°-48 págs.
710. Método
nuevo de Ortografía, por D. Lino de Velasco Fernández de la Cuesta.
Vitoria, Imprenta de los hijos de Manteli, 1886.
4.°-67 págs.
1887
711. Tratados de Ortología y Ortografía de la
Lengua castellana, por Don José Manuel Marroquín, individuo de
número de la Academia Colombiana y miembro correspondiente de la
Real Española. Novísima edición, revisada y aumentada por D.
Miguel de Toro y Gómez, Licenciado en Filosofía y Letras. París,
librería de Garnier hermanos, 1887. (Al pie del Indice lleva esta
marca:) París, imprenta de Garnier hermanos.
8.° -184 págs.
El autor de esta obra es un antiguo educacionista y poeta,
persona de gran crédito, colombiano residente en Bogotá, autor de
otras obras publicadas e inéditas.
En esta edición, que es
lícito pensar se ha hecho sin su anuencia, aparece en la portada
también el nombre del Sr. Toro y Gómez, como se ve en el título;
pero es de creer-se que nada ha puesto, o casi nada, de su parte,
sirviendo sólo su nombre, a mi entender, para disimular con él los
editores la
publicación tal vez indebida.
El propósito del
Sr. Marroquín es, en su Ortografía, enseñar el uso de las letras,
des-entendiéndose del origen latino de las voces y sin admitir que
la pronunciación pueda servir de norma para distinguir el valor de
las letras. Su base es la Academia. De la Ortología dice el Sr.
Marroquín que ha compuesto su tratado exponiendo las doctrinas de
Bello por un método distinto del suyo, y con la brevedad. claridad y
sencillez indispensables en todo libro que se destina para texto de
enseñanza.
712. Recopilación compendiada de reglas
ortográficas, o tratado que facilita ordenada y metódicamente el
estudio y conocimiento de la Ortografía castellana, por D. Marcelino
Palacios. Novena edición. Pamplona. Imprenta de Lorda, 1887.
Es
un excelente compendio, en el cual se enseñan, por preguntas y
respuestas, las reglas de la Ortografía tales como las presenta la
Real Academia en las últimas ediciones de su Gramática.
713.
Pasatiempo ortográfico. Palabras de dudosa ortografía que siendo
parecidas en el sonido difieren en su significación y manera de
escribirlas, coleccionadas por Vicente Adrián Nevado y
escritas
en cuartetas asonantadas para que sea más fácil retenerlas en la
memoria. Sevilla. Imp. de Gironés y Orduña, Lagar, 3, 1887.
8.°
-32 págs.
Port. – Ded. A la Real Sociedad Económica de Sevilla.
-Dos palabras: Instado por varios amigos para que les explicara
algunas lecciones de ortografía teórico-práctica, hube de
dedicarme a preparar ciertos trabajos que pudieran servirme al
efecto; y entre los que me se ocurrieron fué uno el de coleccionar
las palabras de nuestro idioma que, siendo parecidas en el sonido,
diferían en su significación y manera de escribirlas. Púsela por
obra, y después de reunidas y organizadas por grupos, con arreglo a
las letras en que consistían sus diferencias, no me satisfizo el
trabajo hecho por lo monótono y pesado que había de resultar en la
práctica; y calculando que con esto se arredraría a quien quisiere
emprender su estudio, decidíme a formar con dichas palabras y sus
definiciones, cuartetas asonantadas a guisa de coplas populares… –
Indice por orden alfabético de las palabras que contiene este
Pasatiempo, con expresión del número de la cuarteta a que cada una
corresponde. – Indice. – Texto, dividido en cinco grupos: 1: de la B
y de la V; 2: de la C suave,
de la S, de la X y de la Z; 3: de la
G y de la J; 4: de la H; 5: de la LI y de la V.
1888.
714.
Ortografía de la Lengua Castellana, según los principios de la
Academia Española, precedida de un análisis ortológico de las
letras y sílabas, para uso de las escuelas y oficinas, por Sopetrán.
Nueva edición. Madrid. 1888.
16.° -71 págs.
715. Prontuario de Ortografía de la lengua
castellana, dispuesto en preguntas y respuestas según la Real
Academia Española, por D. M. de Toro y Gómez. París, Garnier
frères, 1888.
12.°-108 págs.
1889.
716.
Setenta reglas de Ortografía castellana (que no están en la
Gramática), compiladas e ilustradas con ejemplos, por el Lic.
Cecilio Rovelo. Cuernavaca (México), 1889.
4.° -59 págs.
717. Ejercicios de Ortografía arreglados por Eduardo G. de
Piñeres, ex-Subdirector de la Escuela Normal de Varones de
Cartagena. Texto adoptado por el Ministerio de Instrucción pública
de la República de Colombia. Segunda edición, corregida y muy
aumentada. Curazao.
Imprenta de la librería de A. Bethencourt e hijos, 1889.
8.°
-251 págs. + 2 de índ.
Precede a este tratado una carta-prólogo
de D. Abel M. Irisáriz, Director del Colegio de la Esperanza de
Cartagena de Indias.
1890.
718. Ortografía práctica,
por D. P. J. Pons, Maestro superior.
Págs. 157-163 de su
Gramática práctica. (Véase el núm. 393.)
S.J.
Págs. 261-270 de su Gramática. (Véase el núm.
394.)1891.
720. Consideraciones sobre la Ortografía
fonética, por D. Cristóbal Reina. Cuatro artículos fechados en la
Habana y publicados en la Revista de España, tomo CXIXXVI
(Septiembre y Octubre de 1891), págs. 206-222-257-263.
El autor
es contrario al sistema fonético; y frecuentemente se refiere en sus
artículos a la lengua castellana.
DEL DICCIONARIOPRIMERA PARTE.
DICCIONARIOS GENERALES
1492.
721. Diccionario castellano, por el Maestro
Elio Antonio de Nebrija.
Puede asegurarse que este maestro fué
quien compuso el primer Diccionario de la lengua castellana; pues no
es otra cosa su copiosísimo vocabulario romance-latino, que sigue al
vocabulario latino-romance, publicado por primera vez el año de
1492.
Cierto es que en la composición del Diccionario latino
precedió a Nebrija, Alfonso Fernández de Palencia, cuyo Universal
vocabulario en latín y en romance salió a luz dos años antes que
el Diccionario de Antonio de Nebrija, y cuya excepcional importancia
requiere que demos a continuación noticia de dicha obra :
Uniuersal
vocabulario en latin y (como una r) en romance collegido por el
cronista Alfonso de
Palenzia. -(Al fin, todo de rojo:) Hoc
vniversale compendium Vocabulorum ex lingua latina eleganter
collectorum: cum vulgari expositione im pressit apud Hispalim Paulus
de Colonia Alemanus cum suis sociis. Id ipsum imperante illustrissima
domino Helisabeth Castelle y Legionis: Aragonie: Sicilie &c (como
una rc), regina. Anno salutis Millesimo quadin gentessimo Nonagessimo
Feliciter. -(Al pie, el escudo y cifras de los impresores.)
Fol.
marquilla. -549 págs. dobs. – Letra gótica. – Texto a dos cols. la
una en latín, la otra en romance.
En el fol. 548 vto. y antes
del membrete arriba descrito, dice Alfonso de Palencia:
Mención
del trabajo. Et del proposito para adelante. -Acabe al fin la obra de
prolongado afan e de muy dif
ícil
cualidad, que hobe
comenzado mandando la Ilma. Señora D.a Isabel, reina de Castilla e
de Leon, de Aragon e de Sicilia. Aquesto sin dubda no podiera
comportar mi vejez, si mas principalmente la alta Divinidad no
favoreciera a la muy provechosa voluntad de quien lo mando, que a la
flaca habilidad de quien seguió lo mandado. La cual Divinidad
mientras yo di eficace obra a las cosas mucho e muy mucho provechosas
a la sublimacion de tan grande Emperatriz, guio maravillosamente mis
pasos, e regio e mantovo mi sentido, para el efecto de aquellos
negocios
que aparejaban bienandante suceso de tan soberana
alteza. Ca muchas veces escape librado de las asechanzas de los que
esto contrariaban. Et pude acarrear a puerto seguro cualesquier
cargos que yo traia, o encargados de otri o tomados de mi grado. Pero
aquesta mi solicitud provechosa interrumpió muchas vigilias que
antes continuaba en escribir los Anales de las fechas de España,
habiendo yo contado en diez libros la Antigüedad de la gente
española, con proposito de explicar en otros diez el Imperio de los
romanos en España, e desde la ferocidad de los godos fasta
la rabia morisca, conosciendo que por la negligencia de los
escriptores, el cuento de los negocios, o hubiesse perecido, o
trajese confusion en el modo de la verdad; de manera, que o la
narracion de la destruicion de España, o la suma de como se fué
recobrando lo que los moros habian ocupado, en parte sea faltosa, y
en parte algunas veces pervertida. Donde algunos escriptores modernos
en muchas otras cosas loables, trocaron el discurso de nuestros
anales. Et quisiera yo con reciente cuidado reparar la quiebra de
nuestra gente; mas oprimiendo la angustia de la necesidad antedicha,
la tan extendida materia de escrivir se detuvo la pluma en otras mas
breves obrillas. Ca resomí en tres libros, cuanto mas con atención
pude las Sinonimias; et describí, cobierta de una ficcion moral, la
Guerra de los lobos con los perros; y entretejí con moralidad la
Perfección del triunfo militar; et aduje a manifiesta noticia, para
exemplo mas acertado, la Vida del bienaventurado Sant Alfonso,
arzobispo de Toledo. Otrosi con alguna suficiencia conte las
Costumbres y falsas religiones, por cierto maravillosas, de los
canarios, que moran en las Islas Fortunadas. Et fice mencion breve de
la verdadera Suficiencia de los cabdillos et de los embajadores, et
De los nombres ya olvidados o mudados de las provincias e rios de
España. Et asi mesmo declare lo que siento De las lisonjeras
salutationes epistolares, et de los adjectivos de las loanzas usadas
por opinion, e no por razon.
Et de nuevo no poco se solicita mi
animo, otros tiempos muy empleado en estos tales estudios, no
solamente a la continuacion los Anales de la guerra de Granada, que
he aceptado escribir, después de Tres decas de nuestro tiempo, mas
aun de resumir todas las Fazañas de los antiguos principes, que
señaladamente prevalecieron, recobrando la mayor parte de la España
que los moros habian ocupado, et sacar de la obscuridad vulgar todas
aquestas cosas, reduciendolas a luz de la latinidad, si los
contrastes de mi vejez non lo estorbaren; ca la flaqueza de la
ancianidad retiene la mano que non sigua tan grand empresa, et la
grandeza del negocio, aunque la mano e los ojos seguiessen lo
que
la voluntad manda induce una manera de pasmo.
Con todo, si tiempo
algund
tanto prolongado viviere, remitire todas aquestas cosas al favor e
alivio del Todopoderoso Dios, que otorga entereza de fuerzas a los
flacos e cansados hombres, si en los semejantes trabajos confuyen al
reparo de tan soberana Magestad.
Cerca desto, todos los que algún
resfuerzo de facilidad disciplinada sentieren haver conseguido desta
mi Recolection et exposicion de vocablos, hayan por bien, si les
place en buena caridad, rogar por mi, Alfonso de Palencia, que
alcance perdon de mis pecados, de manera que no sea repelido en las
tinieblas y en la sombra de la muerte; mas la luz perdurable me
luzga, segun los cristianos son tenidos de rogar por sus proximos; et
segundo yo, aunque muy indigno, ruego por todos los catolicos,
confiando en los meritos de la muy gloriosa Virgen Reina de los
cielos, que siempre cura de rogar a su Fijo, nuestro Señor e
Redentor Jesucristo, que vive e reina con el Padre e con el Espiritu
Santo, en los siglos de los siglos. Amen. -Fin.Y es de
advertir aquí que si el examen del Diccionario de Palencia, aunque
latino, no dejará de aprovechar al estudioso amador de la lengua
castellana, también le será a éste en mayor grado útil el
conocimiento del Opus sinonimorum, del mismo autor (concluido en
1492; dedicado a D. Alfonso de Fonseca y Acevedo, sobrino del
Arzobispo de Sevilla, del mismo nombre y apellido, y dividido en tres
libros: 1: de los nombres sinónimos; 2: de los verbos; 3: de los
adverbios, preposiciones y conjunciones igualmente sinónimos; pues,
a pesar de ser un estudio latino, está relacionado indirectamente
con el idioma castellano y contribuye al esclarecimiento del sentido
exacto que debe corresponder a muchas de nuestras voces sinónimas.
He aquí ahora la descripción detallada de la edición príncipe
de la obra de Nebrija, en donde se halla el primer Diccionario de
nuestra lengua, impreso todo en letra gótica.
Es la portada una
hoja en cuya parte superior léese:
Esta tassado este vocabulario
por los muy altos y muy poderosos principes el Rey y la Reyna
nuestros señores y por los de su muy alto consejo en dozientos y
diez marauedis. -V. en b.
En la segunda hoja (sign. a i)
comienza, a dos columnas, latina la de la izquierda y castellana la
otra, la dedicatoria siguiente: Al mui magnifico y assi illustre
Señor Don Juan de estuñiga maestre de la cavalleria de alcantara de
la orden de Cister. Comiença el prologo del maestro Antonio de
Lebrija gramático en la interpretación de las palabras latinas
en lengua castellana. Léelo en buena ora.
Muchos cada día me
preguntan aquello mesmo: que io muchas vezes fue lo
comigo
pensar: cual de dos cosas me fuera mas onesta y mas provechosa a la
republica: enseñar grammatica eñl
estudio de salamanca el mas luzido de españa y por consiguiente de
la redondez de todas las tierras: o gozar de la familiaridad y dulce
conversación de vuestra mui illustre y grand Señoria. Por que
hablando sin sobervia fue aquella mi dotrina tan notable: que aun por
testimonio de los embidiosos y confession de mis enemigos todo
aquesto se me otorga: que io fui el primero que abri tienda de la
lengua latina: y ose poner pendon para nuevos preceptos: como dize
aquel oraciano catio. Y que ia casi
del todo punto desarraigue de
toda españa los dotrinales. los pedros elias, y otros nombres aun
mas duros los galteros, los ebrardos, pastranos: y otros no se que
apostizos y contrahechos grammaticos no merecedores de ser nombrados.
Y que si cerca de los ombres de nra nacion alguna cosa se halla de
latín: todo aquello se a de referir a mi. Es por cierto tan grande
el galardon deste mi trabajo: que eneste
genero de letras otro maior no se puede pensar: mas toda aquella mi
industria de enseñar estaua dentro de mui estrechos terminos
apretada. Por que como gastasse casi todo mi tiempo en declarar los
autores ocupado cada dia cinco o seis oras en cosa no menos dificile
que enojosa: quiero dezir la verdad: que no era todo aquel negocio de
tanto valor: que oviesse de emplear tan buenas oras en cosa que
parecia tocar al provecho de pocos: siendo por aventura nacido con
maior fortuna y para obras maiores y que fuessen alos nuestros mucho
mas provechosas. Cuanto mas que avia razon de mirar par mi salud y
ingenio: las fuerças de los cuales entrambos sentia mas y mas ser
enflaquecidas: y por esperiencia acontecer me lo que de la candela
esta en el refran: que alumbrando los otros ella recibe mengua. Assi
que mui illustre señor siendo io con muchas y señaladas mercedes de
vuestra. S. convidado: que me quisiesse contar en el numero dlos
vros: luego arrebate la buena dicha y tanto de mejor gana: que ia
ninguna cosa mas desseaua: que ofrecerse me ocio: en que pudiesse
escrivir alguna cosa: que aprovechasse no solo a
los presentes: mas aun a los que estan por venir.
(Recordad un bando de Pedro II de
Aragón: Als presentz, i als que son per venir, for durable que tots
los omnes…) No por que io no sabia
mui bien: cuan continuo a de ser aquel: que sigue esta vida palaciana
y quiere agradar a su señor: y si buenamente se puede hazer: que
nunca se entreponga tiempo: en que no este delante del: le lisonjee:
le halague: se ria de lo que
el se riere: le pese de lo que le
pesare: lo acompañe do fuere: y de donde viniere. Mas por que
conocia la grandeza de vro animo tamaña que ternia en poco todo
esto: y la umanidad tan grande que no avria cosa si fuesse onesta:
que no me diesse lugar para la hazer. Assi que luego que comience a
ser vro: puse delante los ojos una grade esperança de inmortalidad:
y tente una obra la cual pensava ser la maior y mas necessaria de
todas: i a la cual no solamente io: mas aun todos los
maestros de
todas las sciencias apenas puedan satisfazer. Por que cada professor
en su arte o no cura o no sabe los mas de los vocablos de las cosas,
con los cuales si alguna vez encuentra por aventura: o los dissimula
o toma uno por otro: o con una generosa verguença confiessa que no
los sabe. Y si quisieren ser un poco mas diligentes y tomar consejo
de aquellos que escrivieron de las significaciones de los vocablos: o
ninguna cosa hallarán: o si algo hallaren tanto monta como si
ninguna cosa hallassen. Porque todos los que en este cuidado se
pusieron: estan por la maior parte ocupados en palabras mui antiguas,
desusadas, barbaras, y estrangeras. Que declaran las cosas assi
confusa y dudosamente: que ninguna certidumbre dellas nos dexan, que
si por difinicion nos señalan que tal es aquella cosa: no a lo menos
en tal manera que con el dedo se pueda demostrar. Lo qual acontece o
por que ellos no supieron que cosa era: o por que nos enseñan las
cosas no conocidas por las menos ciertas. De los cuales todos uicios
cuanto fue possible nos apartamos: tocando brevemente las diciones
muy
antiguas: de que por acatamiento de la antiguedad a vezes usan los
autores: no dexando alguna cosa debaxo de duda: antes especificada
mente diziendo que cosa es: o señalando el genero con alguna
diferencia confessando que no sabemos la especie. Y por
que no me
quede lugar de perdon: bolvi en lengua castellana las diciones
latinas o griegas barbaras usadas en la lengua latina: repartidas por
mui diligente orden del a b c. quiero dezir la verdad con grand
peligro de mi onra, por que no falta quien examine las letras, acuse
las silabas: y en fin reprehenda toda esta nuestra interpretacion.
Mas fue necessario de nos atrever: y por el provecho
de mucho
someternos al juizio de los que saben i no saben. Y si en algun lugar
tropeçamos: y no satisfize ala opinión que muchos de mi tienen: a
de considerar el lector amigo la dificultad de las cosas: no lo que
io hize: mas lo que los otros no pudieron hazer. Por que las cosas de
que son los
vocablos: o son perdurables con la mesma naturaleza:
o están puestas en solo el uso alvedrio de los ombres. Las naturales
por la maior parte son conocidas en nuestra tierra por nombres
peregrinos. Y estas otras voluntarias sintiéndolo nosotros se mudan
cada día con sus nombres. Pues que diremos
de aquellas cosas las
especies de las cuales como dicen los filósofos son eternas: que
unas del todo se perdieron: otras por el contrario nunca vistas
subitamente parió la naturaleza. Ningún árbol fue entre los
antiguos mas notable quel
platano, io no osaria afirmar que lo ai oi acerca de algunas gentes:
a lo menos en españa no oio dezir que se halle, y que en aquellos
tiempos lo oviesse: parece mui claro por aqllo: q Cesar en memoria de
su nombre lo planto en cordova por su propia mano, de lo cual ai un
epígrama de marcial. En el andaluzia ai una, mui notable casa, donde
la rica cordova goza del dulce guadalquevir, donde los ruvios
vellones con el natural oro son amarillos. Y la biva
hoija tiñe
las ovejas de españa. En medio d casa, esta un platano d cesar, que
abraça todo el aposentamiento della, lo que el poeta dize. Donde los
ruvios vellones con el natural oro son amarillos. Y en otro lugar. De
cordova mas gruessa q el gruesso venafro. Que veces las ovejas del
blanco galeso. No con trocatinte de sangre de purpura. Mas tiñendolas
con vivo color, y en otro lugar d guadalqvir. D guadalqvir coronado
de olivas. Que tiñes los dorados vellones con aguas
luzias.
Ninguna ai en nro tiempo q diga aver visto ovejas teñidas de aql
natural resplandor de oro. Donde esta agora aqlla fertilidad de oro
nunca varia en tantos siglos: y antepuesta a todas las tierras: de la
cual las asturias rentavan cada un año al pueblo romano sesenta mil
libras d oro: Donde están aqllos pozos de plata que començo anibal:
de los cuales uno solo rentaba cada un dia a los cartagineses
treszientas libras de plata: Donde esta en el andaluzia aqlla copiosa
invencion del plomo: Donde en aragon cerca de segorve aquellos
mineros de la piedra que se trasluzia:
Donde aquella maravillosa
naturaleza del arroio que pasa por tarragona para adelgazar polir y
blanquear el lino: donde los carbasos fueron primero hallados. Lo
cual todo assi desaparecio: q ningún rastro dello se halla en
nuestro tiempo. Por el contrario muchas cosas ai en nuestro siglo:
las cuales el antiguedad o del todo no conocio: o confusamente
conocido el genero: no entendió sus
diferencias. Solamente
leemos un nombre y genero de fruta agra: y assi apenas conocida entre
los antiguos. Pero nosotros pusimos diversos nombres a diversos
géneros de aquella fruta llamándolas cidras, naranjas, toronjas,
limas, limones. Esso mesmo los cohombros (cogombro,
pepino) que eran de una figura y nombre
entre ellos: subitamente nacieron en campania redondos: y de la
simiente dellos hecho un nuevo linaje començaronse a llamar melones
y pepones.
Mas nosotros allende el cohombrillo amargo: y el que se labra: y el
que subito nacio en campania: otros generos vemos que llamamos
pepinos, bodehas, sandias. Y no solo en las cosas que permanecen con
la naturaleza: los vocablos juntamente nacen y mueren con las cosas:
unos dellos echa en tinieblas y otros saca a luz. Las aves de caça
que propriamente assi se llaman: y de las cuales usan los caçadores
de nro tiempo: en dos generos las repartio Aristoteles el autor de
todos el mas diligente. Y llamolas baxobolantes y altobolantes.
nosotros nombramos las açores y halcones. Mas por que en aquellos
tiempos esta
arte del acetreria
(de la cetrería)
aun no era hallada: ni el uso destas aves tan espesso: harto les
parecio partirlas en dos linajes por la diversidad del buelo. Pero
los nuestros que tienen esta arte en gran estima: hizieron en este
genero muchas differencias: gauilanes, açores, girifaltes, neblies,
sacres, alfaneques, baharies, tagarotes, distinguiéndolos o por la
razón del plumaje, o por la orden de nacer, o naturaleza, presa,
mantenimiento, y diversidad de costumbres. Por el contrario en las
abejas animal tan familiar a nosotros que ninguno es mas: el cual
solo de los ceñidos fue criado por causa de los ombres: muchas cosas
ai: que aun los colmeneros de nuestro siglo no sienten: siendo de
nuestros maiores caladas y conocidas. Por que el día de oi ninguno
recoge de la castrazon sino miel y cera. Pocos de los médicos saben
que cosa es propolis. Pues la ritaca que era de los panales la miel
mas estimada y de virtud maravillosa para atraer: ni aun por sospecha
saben que cosa sea. Ya cleros, metis, y pissoceros cosas de mucho
provecho para las medicinas: dl todo les son escondidas por virtud y
nombre. Pues de aquellas cosas que están a la mano y siempre fueron:
muchas dize el latín mas propriamente por una palabra que nosotros
por muchas. Como omen, lo cual a manera de dezir significa aquel
aguero que tomamos de lo que alguno hablo a otro proposito, si
quisiéremos bolverlo en castellano: apenas lo podremos hazer en
muchas palabras. Y si lo boluiesemos en alfil toledano: seria la
interpretación derecha y castellana. Y por el contrario muchas cosas
tiene nuestra lengua: la fuerza de las cuales aunque siente la
latina: no tiene una palabra por la cual las pueda dezir. Como de
codo nosotros hezimos codada (codazo
moderno, colsada en chapurriau): por lo
que en el latín se dize golpe de codo, codear por lo que dar del
codo (colsejá en chapurriau).
Pues si tanta mudança ai en los vocablos de las cosas que duran con
la naturaleza: o pare la luxuria: o busca la ociosidad. Deste genero
son las vestiduras, armas, manjares, vasos, naves, instrumentos de
música, y agricultura: y de cuantas artes vemos en cada ciudad mui
rica y bastecida. Esto avemos assi largamente dicho: porque ninguno
se maraville: sino siempre dimos palabras castellanas alas latinas: y
latinas alas castellanas. Por que en cotejar las palabras destas dos
leguas ninguna cosa tuvimos mas ante los ojos: que en lo que la lei
de la interpretación mui hermosamente dixo Tullio: que las palabras
se an de pesar y no contar. Ni pienso que fue cosa demasiada publicar
dos obras en una mesma. Porque tanbien miramos por el provecho de
todos: assi de los que por la lengua castellana dessean venir ala
latina como de los que ia osan leer libros latinos: i aun no tienen
perfecto conocimiento de la lengua latina. Estrechamos esso mesmo el
volumen debaxo una maravillosa brevedad: porque la grandeza del
precio no espantasse a los pobres de lo comprar: ni la frente alta
del libro alos ricos hastiosos de lo leer: y también porque mas
ligero se pudiesse traer
de un lugar a otro en la mano y seno y
so el braço. Intitulamos lo no aquella sobervia que otros llamando
lo catholicon pandectas cuerno de amalthea: quiero dezir universal,
comprehensorio. cuerno de la diosa copia: mas con titulo lleno de
verguença lexicon en griego: que es dicionario en latin, consagrelo
a. V. magnifica. S. no con la furia de aquella campana del mundo
Apion grammatico el cual dezia que dava inmortalidad a aquellos a
quien intitulava sus obras: mas con la confiança que fidias el
primer inventor del buril y sincel. El cual haziendo a los
athenienses: aquella mui mentada estatua de minerva: de oro y marfil:
como no pudiesse escrivir en ella su nombre en tal manera travo su
mesma mui semejante imajen al escudo: que si la arramassen toda la
travazon de la obra se desatasse. I assi io por esta razon viendo que
con vras mui esclarecidas virtudes: aveis hecho mas illustre la
nobleza que de vros maiores eredastes: y que entre los ombres de vra
nacion: vro nombre no avia de morir: pues que io por mi mesmo no
podia ser ennoblecido: busque un camino como dize el poeta: para me
levantar del suelo: haziendo me inmortal: y en el titulo de aquesta
obra en tal manera solde mi nombre con el vuestro: que el uno del
otro no se puede apartar. Mas las razones y argumentos que me
movieron a interpretar en una o en otra manera, esso mesmo la
declaración de los vocablos y otras partes de la gramatica:
diferimos lo para aquellos tres volúmenes que destas cosas en breve
tenemos de publicar, obra grande, copiosa, y de cosas diversas,
fraguada casi de cuatrocientos mui aprovados autores. I tenia en
voluntad publicar primero aquella: sino fuera de vuestra magnifica.
S. perseguido: que començasse ia a publicar alguna cosa, y no le
burlasse ia mas con vana esperança. Pues assi como le quedará
obligados aquellos que recebieran algún provecho de la publicación
de aquesta mi obra: assi es cosa justa que le carguen la culpa: si io
alguna cosa publique arrebatada mente y sin consideración. Mas antes
que comencemos el negocio principal: pornemos delante pocas cosas:
por las cuales en cada una de las dicciones: declararemos todo
nuestro pensamiento…Este prólogo o dedicatoria termina en
el blanco de la octava hoja, siguiendo una lista de las abreviaturas
que están puestas en cada vocablo. -V. en b. -Se repite a
continuación la signatura a-i, y en su blanco empieza, a dos cols.
el Lexicon hoc est dictionarium ex sermone latino in hispaniense
interprete.
Al fin de la hoja sexta de la sign. L, se lee: Aelii
Antonii nebrissensis grammatici Lexicon ex sermone latino in
hispaniensem impressum Salmanticae Anno a natali christiano
Mccccxcij.
Sigue otra portada como la primera, leyéndose: Esta
tassado este vocabulario por los muy altos , muy poderosos principes
el Rey y la Reyna nuestros señores y por los del su muy alto consejo
en cinco reales de plata. -V. en b. -En la hoja siguiente (sign,
a-ii) comienza, a dos columnas, la de la izquierda castellana, la de
la derecha con la traducción latina, otra carta, que a continuación
copiamos: Al mui magnífico y assi illustre Señor Don Juan de
estuñiga maestre de la caualleria de alcantara de la orden del
cister. Coraiença el prologo del maestro Antonio de lebrixa
grammatico
en la interpretacion de las palabras castellanas en
lengua latina. Léelo en buen hora. -Como quiera que la cuenta de mi
vida querria io que fuesse de todos los ombres aprovada:
especialmente de vra mui ilustre. S. en el cua solo puse el amparo de
mi mesmo y la espança d toda mi casa. Porque como la naturaleza nos
aia forjado para hazer alguna cosa: y según dize aquel diuino platon
no sola
mente fuemos nacidos para nos otros: mas en parte para
nuestra tierra y en parte para nuestros amigos: no fuera razón en
esta parte de peccar: que gastassemos la vida en ocio i negligencia.
Mas como aia tres linages de ombres: que no tienen razon de biuir;
los que ninguna cosa hazen, o hazen mal, o hazen otra cosa: aquellos
por cierto son dignos de vida: que no solamente hazen bien: mas aun
según la sentencia de nuestro salvador obran el manjar que nunca
perece: y pues que les es negado biuir mucho tiempo: dexan alguna
obra por donde muestren que biuieron. I querer me io contar en el
numero destos aun que es de ombre poco modesto y que destemplada
mente usa de su desseo: quiero agora confessar esta mi liviandad: que
ninguna cosa tuve mas delante mis ojos que traer al común provecho
de todos mis velas y trabajos: por que después de muchos
merecimientos en nuestra república alcançasse gloria inmortal. Este
es mui cierto camino para ir al cielo, este consagró a eternidad
aquellos de cuios ingenios por sus obras nos marauillamos. Mas si mis
trabajos an de perecer: por que como dize el poeta el libro que a de
biuir a menester un ángel bueno que lo guarde: io con tanto cuidado
y vela los trabaje como si ouiessen de biuir. I teniendo io ingenio y
tan bien dotrina para alumbrar una de aquellas artes que son para
ganar dineros, y mas aparejadas para alcançar onras: no me contente
ir por aquel comun y mui hollado camino: mas por una vereda que ami
solo de los nros me fue diuinamente demostrada: venir a la fuente: de
donde hartasse ami primero después atodos mis españoles. I dexando
agora los años de mi niñez passados en mi tierra debaxo de
bachilleres y maestros de grammatica i, logica: dexando aquellos
cinco años que en salamanca oi en las mathematicas a Apolonio: en la
filosofía natal a Pascual de Aranda en la moral a Pedro de osma
maestros cada vno en su arte mui señalado: luego que me pareció que
segun mi edad sabia alguna cosa sospeche lo que era: y lo que el
apóstol S. pablo liberal mente confessó de si mesmo: que aquellos
varones aunq no en el saber: en dezir sabian poco. Assi que en edad
de diez y nueve años io
fue
a italia: no por la causa que otros van: o para ganar rentas de
iglesia: o para traer formulas del derecho civil y canónico: o para
trocar mercaderías: mas para que por la lei de la tornada después
de luengo tiempo restituiesse en la possession de su tierra perdida
los autores
del latín: que estauan ya muchos siglos avia
desterrados de españa. Mas después que allí gasté diez años en
los deprender: pensando ia en la tornada: fue conbido por letras del
mui reuerendo y assi sabio varon D. Alonso de fonseca arçobispo de
seuilla: el qual la primera vez que me vio: y mando que fuesse suio:
después de muchas cosas humana mente prometidas: allende que me dio
ciento y cincuenta florines de renta: me mando dar mui copiosa racion
cada día. Mas porque gran parte del
tiempo su. S. gastaua en los
oficios divinos: mucha esso mesmo en los negocios del reino, y
también alguna en su dolencia: por que por espessos entreualos de
tiempo era fatigada de estranguria: todos aquellos tres años que
goze de su familiaridad ninguna otra cosa hize sino reconocer toda mi
gente: y por ejercicio apercebirme para enseñar la lengua latina:
como si diuinara que con todos barbaros se me aparejava alguna grande
contencion. Assi que después que fallecio i aunque triste y lloroso
comencé a ser libre: nunca dexe de pensar alguna manera por donde
pudiesse desbaratar la barbaria por todas las partes de españa tan
ancha y luenga mente derramada. Y luego se me ofreció el consejo de
que. S. Pedro y San pablo principes de los apostoles usaron para
desarraigar la gentilidad y introduzir la religión cristiana. Porque
assi como aquellos para echarlos cimientos de la iglesia acometieron
unos pueblos escuros y no conocidos: como suelen hazer los autores de
alguna seta falsa: mas el uno dellos a athenas y entrambos a
antiochia ciudades en aquel tiempo mui nombradas en el estudio de las
letras: y después el uno y el otro a roma la reina y señora de todo
el mundo. Assi io para desarraigar la barbaria de los ombres de
nuestra nacion: no comence por otra parte sino por el estudio de
salamanca: el qual como una fortaleza tomada por combate: no dudava
io que todos los otros pueblos de españa vernian luego a se me
rendir. Donde teniendo io dos cathedras publicamente salariadas: lo
cual antes de mi aun ninguno alcanço quanto provecho hize doze años
leiendo: otros lo juzgaron mejor mas sin passion: a lo menos sentir
lo an los venideros. En el qual tiempo arrebatada mente publiqué o
mas verdadera mente se me caieron de las manos: dos obras de
gramática. Las cuales como fuessen por un maravilloso consentimiento
de toda españa recebidas: conoci que para el edificio que tenía
pesado harto grandes y firmes cimientos auia echado: y que no faltava
ia otra cosa sino los materiales por donde tan grande obra creciesse.
Lo cual por una providencia divina assi se hizo. Que como ia no
estuviesse en mi mano dexar la vida començada: por que después de
casado y avidos hijos avia perdido la renta de la iglesia ni pudiesse
ia bivir de otra parte sino de aquel escolastico salario: vra muy
magnifica. S. lo remedio todo con las muchas y mui onorificas
mercedes dandome ocio y sossiego de mi vida. Y porque toda la cuenta
destos siete años después que comencé a ser vro vos sea manifiesta
hezimos cuatro obras diversas en una mesma obra. La primera en que
todas las palabras latinas y griegas mezcladas en el latín breve y
apretadamente bolvimos en castellano, la cual obra dedique a. V. M.
S, assi como vnas primicias deste mi trabajo. La segunda que agora
esso mesmo intitulo de vro mui claro nombre: en el cual por el
contrario con igual brevedad boluimos en latín las palabras
castellanas. La tercera en que ponemos todas las partes de la
gramática con la declaracion de cada palabra obra repartida en tres
mui grandes volúmenes. La cuarta esso mesmo repartida en otros
tantos volúmenes en la cual interpretamos las palabras del romance y
las barbaras hechas ia castellanas añadiendo vna breue declaración
en cada vna. Añadimos también la quinta obra en que apretamos
debaxo de reglas y preceptos la lengua castellana que andava suelta
de las leies del arte. La qual dedicamos a la mas
esclarecida de
todas las hembras y assi de los varones la reina nuestra señora. No
quiero agora contar entre mis obras el arte de la gramática que me
mando hazer su alteza contraponiendo renglón por renglón el romance
al latín: porque aquel fue trabajo de pocos días: y por que mas usé
allí de oficio de interprete que de autor. Y si añadiere a estas
obras los comentos de la gramática que por vro mandato tengo
començados todo el negocio de la gramática sera acabado. Assi que
como todo el arte de hablar sea compuesta de materia y forma: llamo
io materia los nombres y verbos y otras partes de la oración: llamo
forma los acidentes de aquellas partes y orden entre si: lo que toca
a la materia hizo se en aquellos ocho volúmenes que escrivimos de
las significaciones de los vocablos: lo que ala forma en las dichas
cinco obras de gramática que en parte están ia publicadas y en
parte se an de publicar. Pues parece a. V. S. que estuve ocioso desde
aquel tiepo que me entremetí en esta mui illustre familia. De que me
aparte y retraxe como muchos sospecharon: antes al ocio y descanso:
que a las velas y trabajo. Mas aunque se me allega ia el año de
cincuenta y uno de mi edad: porque naci un año antes que en tiempo
del rei don juan el segundo fue la prospera batalla de olmedo: Y
pudiera io mui bien aun por la divina lei di jubileo ia descasar:
pero todo esto que me qda de spiritu y de vida: todo esto que me
sobra de ingenio y dotrina: todo aqllo emplearemos en
el provecho
comun al arbitrio y parecer de. V. M. S.Del, a b c
castellano la orden
del qual avemos de seguir.
Como mas
copiosa mete dispute en el primero libro de aquella obra que
publicamos de la castellana gramática veinte y seis pronunciaciones
tiene el romance castellano: las cuales acostumbro escrivir con
veinte y dos figuras de letras que tomo prestadas de la lengua latina
y griega. De las cuales estas doze a la llana nos siruen por si
mesmas. A, b, d, e, f, m, o. p. r. s. t. z. Y estas seis por si
mesmas y por otras cuando o les arrimamos algún ápice: o doblamos y
aiuntamos algunas letras, como c ç ch gu, g, i. j. l. ll. n. ñ.
vau. De cuatro también usamos por otras y no por si mesmas de. h.
por he. de. q. por. c. de. x. por xe, de. y griega, por i. Assi que
esta sera la orden de las letras que seguiremos en las palabras del
romance, a. b. c. ç, ch. d, e, f. g. h, i. j. l, ll. m. m. ñ, o. p.
r. s. t. u. v. salvo que para escrivir el son proprio de la c. cuando
se sigue. e, i, usamos de qu para escrivir esso mesmo el son
verdadero de la g. cuando se sigue las mesmas vocales usamos de ga. –
Prologo acabado.
Sigue el texto, a dos columnas, del
vocabulario castellano-latino. Llega hasta la signatura n, todas de
ocho hojas. Al fin de la séptima de la n: Aelii Antonij Nebrissen.
grammatici dictionum hispanorum in latinum sermonem traslatio
explicita est: atqz impressa Salmanticae.
-La últ. h. en b.
Aunque no se dice el año en que esta segunda parte se imprimió,
debió ser poco tiempo después de la primera y podría asegurarse
que en el mismo de 1492.
La primera parte tiene 8 hs. prels. y
después la sign. a, que cuenta 11 hojas; la b, 10; la c, 8; la d, e
y f, 10 cada una; la g, 8 (sigue el abecedario mayúsculo); A-K,
todas de 8 hs.; L de 6. -La segunda parte tiene las signaturas
siguientes: a, de 10 hs.; b-n, todas de 8.
-Segunda edición:
Vocabulari Antonii Nebrissensis. (Este es el frontis en letra gótica.
En la hoja siguiente empieza el prólogo o carta a D. Juan de
Estúñiga, a dos columnas, castellana y latina, con los mismos
epígrafes que lleva en la edición príncipe. El texto es también
igual. Ocupa este prólogo la hoja tercera, sign. aiij, y acaba en el
blanco de la cuarta. Principia luego la obra en la siguiente, av, y
termina la parte castellana-latina en la cuarta hoja de la n con el
siguiente colofón: Aelij Antonij nebrissen sis grammatici dictionuç,
hispanarum in latiniç ser monem translatio explicita est: atqç
impressa. Hispali.
Sigue otro frontis igual al primero, y después
a dos columnas, castellana y latina, el otro prólogo o dedicatoria
al mismo D. Juan de Estúñiga que va en la edición príncipe. En la
cuarta hoja de la sign. aa principia la parte latina-española, que
termina en el vuelto de la décima hoja de la sign. tt con este
colofón: Aelij Antonij nebrissensis Grammatici Lexicon ex sermone
latino in hispaniensen Hispali impressum per Jacobum kromberger
alemanum Anno. m. d. vj.
Fol. -Let. gót. -Imp. a dos cols. –
Sign. a-n, aa-tt, de 8 hs. menos la primera y la última de 10, y la
n y la aa de 4.
Nicolás Antonio yerra claramente al decir
que esta edición fué la primera del Vocabulario de Nebrija. Lo
cierto es que puede considerarse tan rara o más que la edición
príncipe.
No menos rara edición que las dos anteriores es la
siguiente: Dictionarium AElii Antonii Nebrissensis, nunc demum auctum
et recognitum; in quo adjuta sunt plusquam decem mille vocabulla; et
ex superiori edictione plusquam sexcente dictiones in verum idioma
hypanum converse, &c. -Ex privilegio Princepum nequis alius
excudat aut vendat. -(Al fin:) AElii Antonii Nebrissensis Grammatici
Dictionum Hispanarum in Latinum sermonem translatio explicita est,
atque impressa Hispali, anno a Natali Christiano millesimo
quingentesimo decimo sexto (1516) tertio kalendas maii absoluta in
domo Joannis Varele Salmanticensis.
4.°-Letra gót. – Sin
foliación.
Port. – A la vuelta: Epigrama de Arius Lusitanas a
Nebrixa. – Dedicatorias del autor a D. Miguel de Almazán y a D. Juan
de Estúñiga.
Sigue el Diccionario latino-español, que acaba en
la sign. x-12 minúscula,
Al fin del texto de esta primera parte
una advertencia en latín a los lectores, fechada:
Ex illustri
Divi Michaelis Gymnasio undecimo Kalendas Madias (sic), anno a Partu
Virginis millesimo quingentesimo decimo septium.
Sigue luego el
geográfico, que acaba en la sign. F, con este aviso: A B C D E F:
omnes sunt quaterni preter F, qui est quinternus, -Empieza luego:
Vocabulario de Romance en Latin hecho por el doctisimo Maestro
Antonio de Nebrissa, nuevamente corregido i augmentado mas de diez
mil vocablos de los que antes solia tener. Con privilegio Real, que
acaba en la sign. KK-6. – Dedicatoria del autor a D. Juan de
Estúñiga, y después del texto otra dedicatoria a D. Miguel
Almazán, Secretario del Rey Católico, fechada en Salmanticae
kalendisaprilibus, anno 1513.
Del Diccionario de Nebrija se
hicieron muchísimas ediciones ya en el siglo XVI, no sólo en
España, sino en Francia, en Alemania, en Italia y en los Países
Bajos, siendo de las más notables la trilingüe de Venecia, impresa
en 1519 y publicada por el discípulo de Nebrija, Cristóbal Escobar;
la edición lugdunense de 1555, en que se aumentaron más de 6.000
voces y se incluyeron célebres adiciones de humanistas de aquel
tiempo; la de D. Sancho de Nebrija, hijo del autor, adicionada y
hecha en Granada en la propia imprenta que el editor poseía; la
hecha en Barcelona, año de 1560, con correspondencias catalanas y
otras varias. Hay que advertir que entre estas ediciones hay unas que
no contienen más que el vocabulario latino-romance, y otras que
también llevan el romance-latino; siendo muchas las ediciones en que
no salió el Diccionario nebrisense muy bien parado de las manos de
los lexicógrafos que las dispusieron y adicionaron.
1570.
722. Vocabulario de las dos lenguas tosca na y castellana de
Christoval de las Casas. En qve se contiene la declaracion de Toscano
en Castellano, y de Castellano en Toscano. En dos partes con vna
introdvcion para leer, y pronunciar bien entrambas lenguas. Dirigido
al Illvstrissimo Señor
Don Antonio de Guzman, Marques de
Ayamonte, señor de las villas de Lepe y la Redondela. (Esc. de armas
de este señor.) Con Priuilegio de Castilla y de Aragon. Vendese en
Casa de Francisco
de Aguilar mercader de libros. En Sevilla 1570.
(Al fin: Impresso en Sevilla en casa de Alonso Escriuano en la calle
de la Sierpe (?) 1570.
4.°-12 hs. prels. -Sigue luego numerada
la hoja 13 hasta la 248. – Sign. A-Z, Aa- Hh, de 8 hs. menos la
primera y la última de 4.
Port. -V. en b. -Aprob. de Diego
Gracián, Secretario del Consejo: Madrid. 11 de Agosto de 1569.
-Id.
de D. Pero Juan de Lastanosa: Madrid. 5 de Septiembre de 1569, -Lics.
reales: Madrid 19 de Agosto y 18 de Septiembre de 1569. – Ded. al
Marqués de Ayamonte. -Versos latinos de Juan de Mallara. -Epigrama
latino de Francisco López. -Tercetos castellanos de Fernando de
Herrera. -Otros de Pedro Láinez. -Soneto de Juan de Vadillo.
-Introducción para leer y pronunciar bien las lenguas toscana y
castellana. -1.a parte del texto toscano -castellano. -2.a parte
castellano –
toscano. Ambas partes a dos columnas. La 1.a parte
empieza con portada propia en la hoja 154, y a la vuelta de la
portada unos versos latinos de Juan de Mallara al autor. -Sigue el
texto. -Erratas. – Colofón .
-Otra edición: Vocabulario de las
dos lenguas toscana y castellana, de Christoual de las Casas. En que
se contiene la declaración de Toscano en Castellano, y de Castellano
en Toscano. En dos partes. Con una Introducion para leer y pronunciar
bien entrambas Lenguas. Con privilegio. (Esc. del imp.) En Venetia.
Vendese en casa de Damian Zenaro, mercader de Libros. MDLXXVI. (Al
fin:)
Impresso en Venetia, en casa de Egidio Regazola, a
instancia di Damiano Zenaro, mercader de Libros. MDLXXVI. (Sigue en
otra hoja final el escudo del impresor.)
8.°-24 hs. prels. + 437
págs. + 2 los finales. – Sign, a-c, A-Z, Aa-Dd. de 8 hs. menos la
últ. de 4.
Port. -V. en b – Ded. del librero Damiano Zenaro al
Claris.mo Sig.or Constantino Molino: Venetia. 15 Aprile 1576. –
Signen los mismos prels. que en la anterior edición, con unas
Osservationi ouero introdutioni della Lengua Castigliana y un tratado
Della Ortographia et mutamente di lettere della Lengua Castigliana. –
Texto, a dos cols. y en dos partes: 1.a tosc. -cast.; 2.a cast.
-tosc.
-Otra edición: Vocabvlario de las dos lengvas toscana
y castellana, de Christoval de las Casas en que se contiene la
declaración de Toscano en Castellano, y de Castellano en Toscano, en
dos partes con vna Introdvccion para leer y pronunciar bien entrambas
lenguas. Sevilla, Andrea Pescioni. Año de 1583.
4.° – Sin
foliación. – Sign. A-Ee.
-Otra edición: Vocabvlario de las
dos lengvas toscana y castellana, De Christoual de las Casas. En que
se contiene la declaración de Toscano en Castellano, y de Castellano
en Toscano, En dos partes. Et accresciuto da Camillo Camilli di molti
vocaboli, che non erano nella prima impressione. Con una introduccion
para leer, y pronunciar bien entrambas Lenguas. Con privilegio.
(Grabado en madera, que representa un dragón coronado, en medio de
las llamas, con este mote, impreso a los lados: Virtuti siccedit
invidia.) En Venetia. Vendese en casa de Damian Zenaro mercader de
libros. MDLXXXVII (Al fin:) Impresso en Venetia, en casa de Gio.
Antonio Bertano, a instancia di Damiano Zenaro, mercader de Libros.
MDLXXXVII.
8.° -23 hs. Prels. + 437 págs. + otra con reg. y
col. + otra con el mismo grabado y mote de la portada. – Sign. a-b,
A-Z, Aa-Dd.
Port. -Al Claris.mo Sig.or Constantino Molino: Di
Venetia, a 15 d´Aprile 1576. Damiano
Zenaro. -Al Illmo. Sr. Don
Antonio de Gvzman, Marques de Ayamonte. Señor de las uillas de Lepe
y la Redondela. Christobal de las Casas. S. (en castellano). -Versos
laudatorios: Ioannis Macellarae carmen. -Francisci Lopii Epigramma.
-De Fernando de Herrera. -De Pedro Lainez. -De Ivan de Vadillo.
-Ioannis Mallarae Hispalem. Carmen, Ad Italos in Lexicum Hispano
Italicum Christophori Casas.
Introdvccion para leer, y
pronvnciar en las lenguas Toscana, y Castellana. -Trátase en ella lo
que a la lengua toscana se refiere, y sigue: Advertencia en la
pronunciación Castellana.
… La j, que llaman jota, hiriendo a
otra vocal, se buelue consonante, y suena ásperamente, como jardín,
jornal, jurar, que suenan casi como Giardino, Giornale, encoruando la
lengua un poco mas adentro que en la pronunciación Toscana.
La y
griega, quando hiere a otra vocal, se torna también consonante, y
suena con mas blandura que la j, como la i en la lengua latina
hiriendo a otra vocal.
La h, sirue de su officio entre nosotros,
como en Toscano, en algunas diciones suena con mas fuerça su
aspiracion, especialmente, en las que deriuadas de latín, tienen la
h, en lugar de f, como harina, heruir, en latin, Farina, Feruere
(
fiebre).
La c, con la a, o, u, suena como en Toscano, ma (sic, pero),
con la e, i, suena como alla (sic) la z, con cualquier vocal… Esta
mesma pronunciación tiene la ç, que llaman cerilla, con la a, o, u
(porque con las demás vocales no se pone).
Osservatione ouero
introductioni della Lingua Castigliana. -Bajo este epígrafe trátase
(escrito en lengua italiana) de la diferencia de pronunciación que
en el toscano y el castellano existe en las letras ç, h, ch, g, j,
ll, ñ, q, x.
La cerilla dícese que en castellano se usa para
darle la fuerza que en italiano tiene la z, así como esta letra se
pronuncia en nuestra lengua del mismo modo que los toscanos las dos
zz.
De la h escríbese que se pronuncia en castellano con cierta
fuerza, como cuando se anhela o suspira; v. gr.: ahí…
Della
Ortografia Et mutamento di lettere della lingua Castigliana.
-Adviértese al comenzar que la ortografía castellana es más
sencilla que la toscana; y que al principio de palabra nunca hay tres
consonantes, pues no deben escribirse sino haciendo una sílaba con
la e junta a la primera letra.
Se califica de arcaica la
pronunciación de la b en las voces dubda, dubdar, cobdo, cuyas voces
dícese que todos escribían entonces duda, dudar, codo.
Se hace
notar la diferencia que produce la omisión de la h en algunos
tiempos del verbo haber, lo cual indica la diferencia cuando es esta
parte de la oración partícula o nombre; v. gr.: ay y hay, has y as,
ha y a. -Ningún nombre castellano termina en h.
La v se usa al
comienzo de dicción; la u en medio de ella, no diferenciándose,
según el autor, su escritura promiscua, ya tengan el valor de vocal,
ya de consonante.
La x vale tanto como es; pero nos cuesta creer
al autor en la semejanza que pone entre su pronunciación castellana
y toscana, diciendo que xa, xe, XI, xo, xu en aquella lengua, se
pronuncian con scia, scie, sci, scio, sciu en ésta.
Las
mutaciones a que se refiere el epígrafe son únicamente las que
sufren las voces de dichas dos lenguas, consignándose que el
castellano se conforma con mayor exactitud a la v fonética latina
que la lengua de Dante y del Petrarca.
A estos preliminares sigue
el vocabulario toscano-castellano, comprendiendo la primera parte
hasta la pág. 267 inclusive: sigue luego la segunda parte en donde
se contiene la declaración de castellano en toscano, con que
concluye el libro. Ninguna de las voces que se leen tiene definición;
el autor se limita a escribir las dos palabras de las respectivas
lenguas, cuando más alguna sinónima o equívoca. Está impreso este
Diccionario a dos columnas y cada página contiene entre 70 y 80
palabras.
-Otra edición: Vocabulario de las dos lengvas toscana
y castellana, De Christoual de las Casas. ( En que se contiene la
declaration de Toscano en Castellano, y de Castellano en Toscano, En
dos partes, Et accresciuto di nuouo da Camillo Camilli di molti
vocaboli, che non erano nell´ altre impressioni. Con una
introducción para leer, y pronunciar bien entrambas Lenguas. (Esc.
del imp.) In Venetia, MDCVIII. Apresso Matthio Valentino.
8.°-29
hs. Prels. + 483 págs. – Sign, a-d. A- Hh.
-Otra edición:
Vocabvlario de las dos lengvas toscana y castellana, de Christoval de
las Casas. En que se contiene la declaration de Toscano en
Castellano, y de Castellano en Toscano, en dos Partes. Et accresciuto
di nuouo da Camillo Camilli di molti Vocaboli, che non erano nell´
altre impressioni. Con una introducción para leer, y pronunciar bien
entrambas Lenguas. Nuouamente Correto, & Ristampato. ( Esc. del
imp. ) En Venetia, MDCXVIII. Vendese en casa de Juan Antonio
Guiliani. (Al fin:) In Venetia Appresso Giouanni Antonio Guiliani.
MDCXVIII.
8.°-24 hs. prels. + 437 págs. – Sign. A-C, A-Z y
Aa-Dd. de 8 hs. menos la últ. de 4, con la últ. h, en b.1599.
723. A Dictionary in Spanish and English. By R. Percivale.
London, 1599.
Folio.
-Otra edición: A dictionary in Spanish
and English: first pvblished in to the English tongue By Ric.
Percivale Gent. Now enlarged and amplified with many thousand words,
as by this marke * to each of them frefixed may appeare; together
with the accenting of euery word thorowout the whole Dictionarie, for
the true pronunciation of the language, as also for the diuers
signification of one and the selfesame word: And for the learners
ease and furtherance, the declining of all hard and irregular Verbs;
and for the saine
(same)
cause the former order of the Alphabet is altered, diuers hard and
vncouth phrases and speeches out of sundray of the best Authors
explained, with diuers necsssary notes and especiall directions for
all such as shall be desirous to attaine the perfection of the
Spanish Tongve. All done by John Minsheu Professor of Languages in
London. Hereunto for the further profit and pleasure of the learner
or delighted in this tongue, is annexed an ample English Dictionarie,
Alphabetically set downe with the Spanish words thereunto adioyned
(additioned),
as also an Alphabeticall Table of the Arabicke and Moorish words now
commonly receiued and vsed in the Spanish tongue, which being
dispersed in their seuerall due places throughout the whole
Dictionarie arce marked +: by the same John Minsheu. For the right
vse of this worke, I refere youn to the Directions before the
Dictionarie, contriued in diuers points differeng from other
Dictionaries heretofore set forth. (Esc. del imp.) Printed at London
by Iohn Haviland for William Aspley. 1623.Fol. -6 hs. Prels
+ 391 págs. – Sign. A-Z, Aa-Ll, de 6 hs. menos la última de 4.
Port. -V. en b. -To the Right vertvovs, and thvise worthie, Sir
Iohn Scot, Sir Henry Bromley, Sir Edward Greuel Knights, and Master
William Fortescue Esquire, their humble deuoted Iohn Minsheu withelh
health to their persons, increase to their possessions, and
euerlasting felicitate to their soules. -To the Reader. -Directions
for the vnderstanding the vse of this Dictionarie. – Texto, a tres
columnas: 1.° español -inglés; 2.° inglés -español, que
comienza en la pág. 249.
1606.
724. Diccionario mvy
copioso de la lengua Española y Françesa. En el qval son declaradas
todas las palabras Castellanas y Françesas, con sus proprias y
naturales significaciones sacadas de muchos y muy excelentes Autores
antiguos y modernos. Por el Doctor Ioan Palet Medico Dictionaire
tres
ample de la langue Espanole & Francoise. Par Iean Pallet
Docteur en Medecine. A Brvxelles. Chez Rvtger (
Roger,
en catalán se pronuncia rugé) Velpivs
Imprimeur de la Cour, a l´Aigle d´Or pres du Palays. MDCVI.8.°-El ejemplar que he visto en la Biblioteca de Strasburg
carece de foliación, pues fué cortada al encuadernar el libro. –
Sign. A-Z, Aa-Yy, de 8 hs.
Port. -V. en b. -Privilegio por seis
años al impresor. (En francés.) Bruselas 9 Septiembre 1605. De
Buschere. -A los lectores. (Una página en español y otra en
francés.)
… Yo no doy por perfecta aquesta obra, siendo
difícil la primera vez subirla tan alta. Bastame mostrar el camino a
los que proseguirán para llevarla a su perfección, pues yo no
emprendí aquesta tarea sino por obedecer a los que sobre mí tienen
todo el poder, y por satisfacer a su curiosidad y a la mía, sin
algun desinio de darle a la imprenta. Después yo he sido como
forzado a mudar de parecer por las honrradas amonestaciones de I. de
Herrera, Gentilhombre Español, el qual no solo me ha estimulado a
hacerlo, mas tan liberalmente me ha comunicado su asistencia, que me
ha ayudado allegarla al punto en que la veis corrigiendo mis faltas y
haciendo añadir muy mucho, como aquel que es el mas docto en su
lengua que otro cualquiera que hallarse pueda. Agradecedlo, pues, á
el (
a él)
tanto como a mi y aun más. Yo no discurro aquí de la pronunciación,
ni de las reglas de la lengua Española, visto que sería remachar su
mismo clauo, y que tenéis vna muy amplia instrucción en la
Gramática de Cesar Oudin, el qual todos los días, por su
suficiencia en las lenguas, obliga a los Franceses infinitamente…
Texto. -Diccionario español-francés. Sigue el francés-español
con portada propia y el mismo pie de imprenta, pero el año es el de
1607.1609.
725 . Tesoro de las tres lengvas
francesa, italiana y española. Thresor des trois langves, francoise,
italiene, et espagnolle, avqvel est contenve l´explication de tovtes
les trois respectiuement l´vne per l´autre: Diuisé en deux
parties: le tovt recveilli des plvs celebres avtevrs qui iusques ici
ont escrit aux trois langues, Francoise, Espagnolle & Italiene,
par Hierosme Victor Bolonois. (Grab. en mad.) A Geneve, Par Philippe
Albert & Alexandre Pernet. MDCIX.
4.° mayor. -Sin foliar –
Sign. A-Z, AA-ZZ, AAA-ZZZ, AAA-KKKK, // A-Z, AA-ZZ. AAA-OOO.
Port.
-v. en b. -Advertissement necessaire avx lectevrs tovchant
l´ortographe de la langve espagnolle, et dv moyen de faire son
profit du present Recueil.
A mis Lectevrs, ayant par vne
longue experience & par la lecture de plusieurs Liures escrits en
langue Espagnolle, remarque vne grande diversité & incertitud,
ou plustost vne vraye confusion en l´ortographe de la dite langue;
I´ay pensé qu´il ne seroit hors de propos d´en cotter icy
quelques particularites, afin qu´en lisant & rencontrant des
differences, on puisse les chercher & trouuer facilement en ce
Liure l´en ay desia touché quelques vnes en la Grammaire: mais
d´autant que ce n´est pas vn Liure dont chacun se serue (combien
que toutes fois il seroit expedient qu´on l´espluchast bien
soigneusement, y ayant plustost dumangue que du superflu) ie
repeteray ici ce qui m´a semble estre necessaire à dire sur ce
subiect. Il faut dont scauoir que les Espagnols escriuent souuent le
b pour 1´v consone, & respectiuement 1´v pour le b, comun
Sabana au lieu de Sauana, Vala au lieu de Bala. Aussi le ç pour le
z, & au contraire le z pour le ç, & mesmes quelquesfois l´s.
pour l´ rr & pour l´autre, comme en ces mots Vazo pour Baco, ou
pour Vaso. Aussi l´affinité du g, de l´j, & de l´x, fait
qu´ils scriuent tantost l´vn tantost l´autre, come en ce mot
tixera, que vous trouuerez aussi escrit tigera, e tijera. En cette
diction dix, l´x se change en son plurier en g, faisant diges, &
en son diminutif aussi ie l´ay leu estant change en j, & ainsi
escrit dijecillo: lesquelles transmutations de lettres se font en
toutes les syllabes indifferentment où elles se trouuent, soi tan
commencement au milieu ou à la fin de dictions…
Adv…
Girolamo Vittori, Cittadino Bolognese (en italiano). – Texto. A dos
columnas. Primeramente el Diccionario castellano, con la explicación
o declaración en francés e italiano, con muchas frases y maneras de
hablar particulares del castellano. -Sigue, con signaturas distintas,
arriba anotadas, y esta portada: Seconde partie dv thresor de trois
langves francoise, italienne et espagnolle. En la qvelle est contenve
l´explication des dictions Françoises en Italien, & Espagnol,
pour faciliter le moyen a ceux qui desireront attaindre la perfection
de composer en langue Italienne & Espagnolle. (Grab. en mad.
distinto del de la primera parte.) A Geneve, par Phillipe Albert &
Alexandre Pernet. MDCIX. (También á dos columnas.)
1611.
726. Tesoro de la lengua castellana, o española. Compvesto
por el Licenciado Don Sebastian Couarruuias Orozco, Capellan de su
Magestad, Maestrescuela y Canonigo de la Santa Iglesia de Cuenca, y
Consultor del santo Oficio de la Inquisición. Dirigido á la
Magestad Catolica del Rey D. Felipe III. nuestro Señor. (Esc. de
armas reales.) Con privilegio. En Madrid. por Luis Sanchez, impressor
del Rey N. S. Año del Señor. MDCXI.
Fol. -10 hs. prels. +
602 hs. Foliadas + 79 con otra foliación + una con el colofón. –
Sign. (de 10 hs.); A-Z, Aa-Z, Aaa-Zzz, Aaaa-Fffff (de 10 esta últ.)
a-k, de 8 hs.
Port. -V. en b. -Lic. real. -Tassa: Madrid. 14
Nouiembre 1611. Gerónimo Nuñez de Leon. Erratas: Madrid. 19 octubre
1611. El Lic. Murcia de la Llana. -Cens. de Pedro de Valencia:
Madrid. 3 mayo 1610. -Carta del Lic. D. Baltasar Sebastian Navarro de
Arroyta, Colegial del Colegio de San Saluador de Ouiedo, el mayor de
Salamanca, Sacristan mayor, y Canónigo de la Santa Catedral Iglesia
de la Ciudad de Teruel, al autor deste libro:
Qvando en
Madrid besé a v. m. las manos, demás del contento que siempre
recibo de hazerlo, y de cumplir con las obligaciones generales y
particulares, que a la persona de v. m. tengo me holgué grandemente
de ver la primera parte del libro que v. m. ha tantos años que
trabaja y ha començado
a imprimir: porque teniendo yo opinión
de que desta obra se ha de seguir gran vtilidad y honor a la nación
Española, estoy muy contento de que esto proceda de persona que
tanto me toca, pues es notorio el Deudo que v. m. tiene con la
antigua y noble casa de Valero, de donde yo tengo la
decendencia,
y es también notorio ser v. m. sobrino de los dos mas insignes
varones que ha tenido nuestro siglo en letras, criados ambos en esta
santa casa de San Saluador de Ouiedo. El primero el gran Diego de
Couarruuias, que basta dezir su nombre, para que en todo el mundo se
entienda lo que mereció y valió, el hombre mayor en el conocimiento
de las letras humanas y Diuinas que ha tenido España, el que las
naciones estranjeras llaman el Bartolo
Español gran Prelado, exemplo de los que tienen la suprema autoridad
Episcopal, gran Presidente del Real Consejo de Castilla, por cuyas
pisadas han caminado todos los que han deseado mucho cumplir con las
obligaciones de aquel oficio, de cuyas obras no tengo para que
hablar, pues son tan conocidas y celebradas en el mundo. De lo que
puedo ser testigo de vista, es que en este Colegio mayor de Ouiedo
está la joya que mas estimó en la vida, que es su librería, que
con ser de las mas copiosas que ay en España, y de todo genero de
facultades, no ay libro ninguno en ella que no esté todo glossado de
su mano, cosa que como admira a todos, puede enseñar a los de
nuestro siglo a ser estudiantes como lo han de ser, pues en el golfo
de los negocios, y gouierno del mundo, jamas se descuydó de passar y
estudiar
sus libros. El otro deudo nuestro, y tio de v. m. fue el
señor don Antonio de Couarruuias, hermano suyo, primero del Consejo
Real de Castilla, y después Canónigo y Maestrescuela de la santa
Iglesia de Toledo, donde murió con vniuersal sentimiento de todos
los hombres doctos: porque aunque no se aplicó a escriuir como su
hermano, fue opinión muy cierta de todos que lo pudiera hacer tan
bien como el. Fue el oraculo de todos los hombres doctos de todas las
facultades, a los quales aunque auia perdido totalmente el sentido
del oydo, hablaua a cada uno en la suya cosas tan exquisitas, que
ninguno se apartaua del sin grandissima admiración: pero
particularmente los que professauan letras humanas, le tenian por
milagro en ellas, por el grande conocimiento, y nunca visto en hombre
español de la lengua griega y latina, y admirable gracia y don en la
facultad Poética. Estos ilustres varones salieron deste Colegio, de
donde auia salido aquel varón nunca acabado de alabar, el Doctor
Martín Azpilcueta Nauarro, nobilissimo en sangre, santissimo en
costumbres, y admirable en erudición, cuyas obras han merecido la
mayor aprouacion que las de ningún hombre de nuestro siglo. Las
pisadas destos tales tres varones impressas en este Colegio, mueuen
mucho a los que en el estamos a la imitación dellos, y a toda España
a reconocer la deuda grande, que a esta santa casa tiene, por
auerseles criado, y dado, sin otros infinitos que en su tanto la han
horado mucho. Prendas son estas, señor, para que yo estime tal
deudo, quando v. m. por su persona no me diera tantas y tan grandes
causas d estima: pero desta materia no es sujeto capaz vna carta, y
assi vego a la obra de v. m. la qual creo que emprendió v. m. con
zelo grande de la vtilidad y honra d España, auiendo v. m. embiado
como por Precursor della el ingeniosissimo libro de los Emblemas, que
ha dado uien a entender el ingenio y erudición de v. m. y esta obra
de las Etymologias ha de dar noticia a los estrageros del lenguage
Español, y de su propiedad y elegancia, que es muy gran honor de la
nacion Española; pero lo que es mas de estimar, y demás rara
vtilidad, es que dará v. m. con el noticia a los Españoles de su
propio lenguage, porque es imposible que se tenga cumplida de ninguno
sin el conocimiento de las Etymologias y como la mayor parte del
conocimiento de las cosas depende del de los vocablos, el que ayuda a
esta, ayuda mucho a todas las ciencias: y assi los grandes Filósofos
antiguos trabajaron mucho en esta parte, como fue Platon en su
Dialogo Cratillo, que oy en día leemos, a cuya imitación los
Latinos trataron esta facultad, aunque con mayores ayudas que los
Griegos, por tener mas conocidos los manantiales de su lenguaje, el
qual casi todo es Griego, aunque Marco Varron en los libros que
escriuio de lengua Latina; a Ciceron, quiso huyr el cuerpo a esto,
pretendiendo hazer creer que la lengua latina tenía vocablos
propios, no tomados de otra, y esto pretendiendo autorizar su
lenguage, siendo cosa cierta, que el lo sabia mejor que otro ninguno,
pues era el mas docto hombre de todos los mortales, que no tenía la
lengua Latina vocablo ninguno propio suyo: y echosele de ver que
quiso engañar, pues en algunas Etymologias que quiso dedvzir de los
vocablos que el fingio ser originariamente latinos, no pudo encubrir
el engaño, como quando dixo, que Pater se deduzia del verbo Patrare,
que no ignoraua el que Pater es vocablo puramente Griego, del qual se
deriuaria el verbo Petrare, y todos los demás que tienen esse
origen. Y aunque en su tiempo no pudo engañar a los hombres que
sabian tanto del lenguaje Latino, engaño en los venideros a muchos:
y assi el bienauenturado San Isidoro, que en sus Etymologias mezcló
muchos de los vocablos latinos, dio ocasión a la irrision de los no
tan pios, ya que su grande autoridad se enflaqueciesse por esse
camino, acerca de los Criticos rigurosos de nuestros tiempos; dexo
aparte las ridiculas Etymologias de los Gramáticos ignorantes de la
lengua Griega, que no siruen de otra cosa sino de causar risa a los
que la saben, como dezir que el vocablo purus desciende de pus puris,
y que por antiphrasi, que es otra gentil patraña suya, se dize
purum, quod caret pure, que no tiene podre,
siendo manifiesto que purus se dice del Griego que es el fuego,
cuerpo mas puro de quantos la naturaleza hizo. Seria nunca acabar
tratar esta materia. Entendido han en la correccion destos
errores
los mayores hombres de nuestros tiempos. Nicolao Peroto en su
Cornucopia abrió mucho el camino para esto: Iulio Cesar Scaligero en
su libro de causis linguae Latinae, y su hijo Iosepo Scaligero (Josep
en catalán, Pep), el Principe de los
humanistas de nuestro tiempo, corrigio los engaños de Marco Varro en
los Comentarios que hizo sobre su libro: y todos quantos han escrito
libros Críticos en nuestros tiempos, han procurado adornarlos con
verdaderas y doctas Etymologias: dexo aparte el libro que agora
escriuio Iuan Fungero de Etymologias, que esse bien se que no
contentara a v. m.; pero con todo esso es de tan grande vtilidad el
conocimiento de las Etymologias, que aun hasta las falsas se han de
estimar, porque ocasionan a la inquisicion y inuestigacion de las
verdaderas, porque estas demás de que da conocimiento de la
verdadera sinificacion de los vocablos, desengañan de dos errores
muy assentados en la ignorancia de los lenguages, prouando
euidentemente lo contrario dellos y enseñando lo vno que no es
possible, que en vn mismo lenguage aya vocablo que sinifique dos
cosas igualmente, y lo otro, que es impossible que aya dos o mas
vocablos que igualmente sinifiquen vna cosa. Lo primero es cosa
euidente, porque en los vocablos
sucede lo mismo que en los
instrumentos del seruicio humano, en los quales ay vso, que es el fin
para que se hizieron, y ay abuso, que es los fines a que los hombres
por semejança
los aplican, como vn cuchillo solo se hizo para cortar, pero
clauandole en vn madero y colgando algo del sirue de clauo; no por
vso propio, sino por abuso del que se sirue del, por la semejança
que tiene en la largueza, dureza y agudeza. Ni mas ni menos es en los
vocablos aquella acepcion de la Etymologia dellos que es la
verdadera, y assi a la Etymologia llamó Ciceron al pie de la letra
en los Topicos veriloquium, el mejor vocablo que el en su vida
traduxo al proposito; y no quisiera que se huuiera arrepentido, y
parecidole mal, pues la acepción del vocablo en su propia Etymologia
es la verdadera sinificacion del. Las demás no son propias, sino
aplicadas por Tropos, y particularmente por las cinco especies de la
Metonymia, que son las que hazen todo este juego del que llamamos
abuso de los vocablos, y la metáfora que enriqueze todos los
lenguages del mundo, y particularmente el nuestro, cuya elegancia y
sutileza descubrirá este libro de v. m. porque no puede conocerse la
metáfora o translación, sin que se sepa por la Etymologia la propia
sinificacion del vocablo. El segundo error es creer que ay dos o mas
vocablos, que sinifiquen una misma cosa, y este está mas assentado
que el passado, y calificado con titulo de elegancia auiendo muchos
libros de los que
falsamente llaman Synonymos, poniendo todos los
vocablos que dizen sinificar vna cosa misma, siendo cierto, que ni
estos son Synonymos, aunque sinifiquen vna cosa misma, ni la pueden
sinificar propiamente, como en los instrumentos que deziamos de los
hombres, no puede auer dos diferentes, que hagan el mismo oficio de
la mesma manera: como el cuchillo, y las tiseras
(estisora, estisores, estirora,
estirores en chapurriau) se hizieron
ambos para cortar, pero no cortan de vna misma manera, ni en todas
las cosas el vso del vno se puede sacar del otro: y assi es en los
vocablos, como dezimos en latin contemno, y despicio por despreciar,
pero mirando la propia sinificacion de cada vno por la etymologia,
vemos que son muy diferentes, y por el mismo caso que los Autores
antiguos los juntan, auiamos de entender que son muy diferentes en la
sinificacion, pues a no serlo, fuera vna intolerable Batologia. Estas
son las grandes vtilidades del conocimiento de las Etymologias, de
mas de ser a mi parecer el mayor gusto de los buenos ingenios, como
el conocer las cosas por sus causas, entender los vocablos por las
suyas, con el qual estudio se adquiere vna precisión de inquirir la
verdad en las cosas, que depende del conocimiento de las causas, y es
poner en los ánimos de los Españoles vna justa curiosidad de
reparar en cada vocablo de donde se dize, en que ay gran descuydo
nacido de la claridad del lenguage, pareciendole a cada vno, que como
entiende la sinificacion no tiene para que buscar la decendencia, con
el conocimiento de la qual se gusta mucho de la propiedad. y se da
razón del vso, como diziendo
descalabrar,
nadie repara en mas de la sinificacion, pero preguntado qualquiera,
porque se dize solo de la cabeza, y no de los miembros del cuerpo, no
sabra dar razon, sino sabe la Etymologia, que descalabrar es
descalauerar, y la calauera solo está en la cabeza. Con este trabajo
de las Etymologias dará v. m. a entender quan fácilmente se puede
comprehender el lenguage Español, sabidas las rayzes de donde todos
los vocablos salen: llamo rayces a los vocablos, que dentro del mismo
lenguage son primitiuos, sin deriuarse de otros, y los demás se
deriuan dellos; y estos tales en todas las lenguas son muy pocos: y
assi se vee en la griega, que con ser la mas difusa de quantas se
aprenden, se reduze a muy pocas rayzes, como lo mostró Henrico
Stephano en su Thesauro, y assi deuio de ser en el primer lenguage
del mundo, que no podemos saber qual fue: solo sabemos que el
inuentor del, fue nuestro padre Adan, el qual como dize la Escritura
sagrada, puso a cada cosa su propio nombre: aunque esta proposición
no se entiende tan fácilmente, escamando algo en ello. Porque dizen
que Adan impuso los nombres a las cosas, aludiendo a la naturaleza
dellas, como digamos por exemplo, que pusiese por nombre a piedra,
piedra, aludiendo a la dureza que en aquel
vocablo se sinifica.
Agora pregunto, si a la piedra llamo assi por la dureza: a la dureza
porque la llamo assi, o aludiendo a que?
Vendríamos a dar un
progresso en infinito, o vn circulo, que es el mesmo error. Goropio
Vecano en aquel ingenioso libro que llamó Origenes Antuerpianas,
sintió esta dificultad, y diré sutilmente a ella, que
sobre-presupuesto que ay vocablos como sabemos en todos los lenguajes
impuestos, por la que los Griegos llaman Onomatopeya, que es cuando
el vocablo remeda en lo material el son de la cosa que significa,
como en latín susurrus, y en romance zumbido, a los quales casi nos
podriamos atreuer a llamar vocablos naturales, como a las
interieciones. Desta manera dize que pondria Adan a las cosas los
nombres, y que de aquellos por Tropos deduziria todo el lenguaje para
declarar sus conceptos en cosas corporales y espirituales. Pareceme
señor, que con el gusto de hablar con v. m. he excedido los límites
que ha de tener una carta, y assi acabo con suplicar a v. m. de mucha
priessa a la impression de la obra tan necessaria, tan vtil, y tan
honrosa para todos, y para v. m, eterna memoria en todo el mundo,
pues a todo el han llegado las armas Españolas, y assentado, y
acreditado su lenguaje: y este premio es el de mayor estima, pues
nace de v. m. y no se le puede falsear la fortuna, que suele agrauiar
ordinariamente en los premios a quien mas los merece. Guarde nuestro
Señor a v. m. Deste Colegio de San Saluador de Ouiedo el mayor de
Salamanca 20 de Agosto de 1611. Años. -El Licenciado Baltasar
Sebastian Nauarro de Arroyta.
Respuesta a la carta del
Licenciado Baltasar Sebastian Nauarro de Arroyta.
-En los lugares
donde los hombres son zelosos y recatados, suele labrarse las casas
en lo interior del sitio, dexando entre la habitación y el lienço
de la calle, un atrio o corral, y assi no se descubre la hermosura
del edificio si la tiene, ni la falta si alguna huuiere. Yo he sido
ta recatado y encojido, que sin ningún aparato ni preuencion, me
entré de rondon declarando los vocablos de la lengua Española
Castellana, aduirtiendo tan solamente algunas generalidades que v. m,
vera en la
dedicatoria al Rey nuestro señor, y en el Prologo al
Lector, reseruando la dotrina para executarla quando se ofreciesse la
ocasión, remitiéndome en lo demás a lo que otros tienen escrito de
nuestra lengua en discursos que han hecho sobre ella, y en preceptos
que han dado en la Gramática Española. V. m. no ha consentido que
vn paredon de tapias, ni vna entrada de corral dissimulase lo malo, o
bueno que huuiesse en esta obra, honrandome con fabricar en la
delantera vn lienço
de casa, y vna portada, que prometiendo mas de lo que se hallará
dentro della, ha de combidar y atraer los ojos de los curiosos, para
que no passen de largo, reparando primero en los pegmas y figuras de
tan sumptuosa fabrica, con dotrina tan varia y elegante, que dará
introducción a la obra desigual a tan gran principio, con honrarme
mas de lo que yo merezco. Esto llevo ea paciencia, por ir juntamente
entregeridas las alabanças
en la buena memoria del Presidente mi señor, digno de ser alabado de
todo el mundo, quanto mas estimado de los suyos, y celebrado de pluma
tan bien cortada, y de estilo tan delgado como el de su ingenio de v.
m. a quien yo holgara mucho de auer llenado mis papeles antes de
estamparlos, para que salieran limados, con la censura de v. m.; pero
la distancia de los lugares, la mucha escritura dellos, y el no tener
ni edad. ni salud para andar caminos, me impidieron el no auer ido en
persona a presentarlos a v. m. y consultar de camino los demás
hombres doctos de essa Vniversidad, que son aficionados a buenas
letras y muy vistos en ellas, por
agora auran (aurán,
haurán en chapurriau) de salir como
estuuieren, aunque en parte me asegura auer passado por ellos los
ojos el Licenciado Pedro de Valencia, por mandado de los señores del
supremo Consejo, hombre de tantas partes como a todos es notorio, que
se crio a los pechos de la santa y vniuersal dotrina de Benedicto
Arias Montano, y al presente es Coronista
general de España y del Rey nuestro señor.
-Doctor D. Petrvs de
Frias Archevs ecclesiae Conchensis & Canonicus. In librum de
Hispaniae linguae Etymologiis D. Sebastiani Couarruuias Horozco, in
Ecclesia Conchensi Canonici, & Cancellarij dignissimi, ad
Lectorem, carmen. -Alivd. Alivd. -In lavdem D. Sebastiani
Covarrvvias, Cancellavrii, Ac Canonici Conchensis, huius Thesauri
Auctoris. Magister Blasius Lopez, Salmanticae humanioris disciplinae
primarius.
Dedicatoria al Rey: Señor. La buena memoria de Filipo
Segundo padre de V. M. hizo gran diligencia para que las obras del
glorioso San Isidoro Doctor de las Españas se corrigiessen y
emendassen por diuersos originales, y de nueuo se imprimiessen con
mucha curiosidad. por que gozassemos de su singular y santa dotrina,
y particularmete de sus Etimologias latinas, sin embargo de que antes
que el santo Doctor auian otros tratado el mesmo argumento, y después
de el muchos modernos: sospecho yo, que si alcançara
su Magestad. que santa gloria aya, ser cosa posible colegir las de su
propia lengua Castellana, que no con menos cuydado lo apeteciera, y
procurara executar, pero hasta agora ninguno se ha atreuido a esta
empressa: y los que lo han intentado, vencidos de vn trabajo inmenso,
han desistido della, por la mezcla de tantas lenguas, de las quales
consta la nuestra. Yo con el desseo que he tenido y tengo de seruir a
V. M. he porfiado en este intento, hasta que Dios
ha sido seruido
llegasse a verle el fin al cabo de muchos trabajos, de los quales la
obra dará testimonio, a costa de mi salud, y sossiego. Todo lo daré
por bien empleado, con que V. M. reciba este mi pequeño seruicio con
grato animo, dándome licencia le ponga nombre de Tesoro, por
conformarme con las demás naciones que han hecho Diccionarios
copiosos de sus lenguas: y de esto no solo gozara la Española, pero
también todas las demás, que con tanta codicia procuran
deprender
nuestra lengua, pudiéndola agora saber de rayz, desengañados de que
no se deue contar entre las barbaras, sino ygualarla con la latina y
la griega, y confessar ser muy parecida a la Hebrea en sus frasis, y
modos de hablar. Y con que V. M. se tenga por bien seruido deste
trabajo, quedare
yo enteramente pagado y contento. Guarde nuestro
Señor la Real persona de V. M. Catolica. -El Licenciado Sebastian de
Couarruuias.
Al lector: … En la lengua Arabiga casi todos
somos iguales, fuera de algunos pocos que la saben, y assi hemos de
dar crédito a los peritos en ella. Yo he consultado a Diego de
Vrrea, interprete del Rey nuestro Señor, y visto algunos escritos
del Padre Guadix: de ambos me he aprouechado…
Y presupuesto que
los mas vocablos Castellanos son corrompidos de la lengua Latina,
hase de aduertir que muy de ordinario se mudan las letras, trocándose
unas en otras: y las mas ordinarias, son las nueue consonantes, que
llaman mutas, diuididas en tres classes, tenues, medias y
aspiratas…
No se deue nadie escandalizar de que las dicciones
deste mi libro se escriuan como suenan, sin guardar la propia
ortografía, pues esto se enmienda luego inmediatamente en el mismo
discurso: pongo por exemplo, Philipo, no ha de buscar en la letra ph,
sino en la f. Geronimo en la G. y no
en la H. Tema en la T. y no
en la th…
Por satisfazer a todos, siendo deudores a los sabios,
y a los que no lo son, en el discurso de algunas etymologias, no solo
se traen las legitimas, y verdaderas, pero a vezes las vulgares
introduzidas por los idiotas. La letra V. se diuide en la vocal y en
consonante… (Covarrubias emplea el mismo signo para estas dos
distintas letras en principio de dicción.) – Texto, a dos cols. –
Colofón.
En esta obra hay que hacer notar sus arbitrarias
etimologías, aunque le ensalce tanto por ellas el P. Navarro de
Arroyta, si bien ya confiesa Covarrubias que pone muchas del vulgo.
-Segunda edición: Parte primera del tesoro de la lengva
Castellana, o española. Compuesto por el licenciado Don Sebastian de
Covarruvias Orozco, Capellán de su Magestad, Maestrescuela, y
Canónigo de la Santa Iglesia de Cuenca, y Consultor del Santo Oficio
de la Inquisición. Añadido por el Padre Benito Remigio Noydens
Religioso de la Sagrada Religion de los PP. Clérigos Regulares
Menores. Al Señor Don Gregorio Altamirano Portocarrero… (Esc. del
editor.) Con privilegio: En Madrid, por Melchor Sanchez. A costa de
Gabriel de Leon, Mercader de Libros, vendese enfrente de la calle de
la Paz. Año 1674. -(Con foliación separada esta portada más
adelante:) Parte segunda del Tesoro (etc.) En Madrid, por Melchor
Sanchez. A costa de Gabriel de Leon… año 1673. -(Con foliación
separada la siguiente portada y obra distinta:) Del origen y
principio de la lengva castellana o Romance que oy se vsa en España.
Compuesto por el Doctor Bernardo Aldrete, canónigo… Al Señor Don
Gregorio Altamirano… Año (Esc. del editor Gabriel de
León)
1674. Con privilegio. En Madrid, por Melchor Sanchez. A costa de
Gabriel de Leon… Año 1674.
Fol. -5 hs. Prels. + 274 págs.
dobs. + 1 hoja + 213 págs. dobs. + 7 hs. + 89 págs. dobs. + 2 págs.
– Sign. § 2, 3, A-Z, Aa-Ll (de 8 hojas, menos la últ. de 4), A-Z,
Aa-Dd (de 8 hojas), a-l (de 8 hs.)
Port -V. en b. -Cens. de Pedro
de Valencia: Madrid. 3 Mayo 1610. -Carta de el Licenciado D. Baltasar
Sebastian Navarro de Arroyta, canónigo de Teruel, al autor. Deste
colegio de San Salvador de Oviedo, el mayor de Salamanca, 20 Agosto
1611. -Respuesta a la anterior carta. -Lic. del R. P. Luis Vazquez,
prov. de los clérigos regulares menores: 2 Octubre 1672. -Erratas,
por el Ldo. D. Francisco Forero de Torres: 6 Março
1674. -Suma de la Tassa: 7 Março
1674. -Lic. y priv. de
la Reyna Gobernadora para imprimir por 10
años las Adiciones del P. Noydens: Madrid, 6 Julio 1672. -Al lector.
– Texto (de la primera parte hasta la E inclusive). -Elenco de las
voces añadidas. -Portada de la parte segunda (hasta la Z inclusive).
-V. en b. – Texto. -Elenco de las voces añadidas. – Colofón. -V. en
b. -Anteport. del Origen de Aldrete. -V. en b. -Port. -V. en b. –
Ded. del editor al
Sr. D. Gregorio Altamirano: sin fecha. -Siguen
los preliminares de la primera edición y el texto según ella.
En
la Biblioteca Nacional de Madrid había un manuscrito del Tesoro de
Covarrubias, con adiciones de Noydens y notas marginales de D. José
de Siesso de Bolea: llevaba la sign. Aa-39; pero, según apuntes del
Sr. Octavio de Toledo, Jefe que fué del depósito de manuscritos,
falta este códice desde antes de 1863.
Solamente existe hoy en
la misma Biblioteca un Suplemento al referido Tesoro. Lleva la sign.
R-20, y llega el manuscrito hasta la letra M . Estas adiciones
debieron hacerse muy poco después de impreso el Tesoro, pues en la
adición de la palabra Borja dícese: nuestro m. S. P. Paulo V
(1605-1620) á inst.a del Rey nuestro Señor…
1616.
727.
Tesoro de las dos lengvas francesa y española. Thresor des devx
langves française
et espagnolle: avqvel est contenve l´explication de toutes les deux
respectiuement l´vne par l´autre: Diuisé en deux parties. Par
Cesar Ovdin, Secretaire Interprete du Roy és langues Germanique,
Italienne & Espagnolle, & Secretaire ordinaire de Monseigneur
le Prince de Condé. Reueu, corrigé, augmenté, illustre &
enrichy en ceste seconde Edition d´vn gran nombre de Dictions &
Phrases: & d´vn Vocabulaire de mots de jargon au langue
Espagnolle, par le mesme Autheur. Paris, Vefve Marc Orry, rue (e
con diéresis) sinct Iacques, à
l´enseigne du Lyon Rampant. MDCXVI. Avec privilege du Roy.
4.°
-Dos partes en un solo volumen.
Contiene este libro muchas
palabras pornográficas que no se encuentran en otros Diccionarios.
Después de la parte española -francesa, que es la segunda, se lee
el Vocabulario de la jerigonza, que es una reimpresión del de
Germanía, de Juan Hidalgo.
-Otra edición: Tesoro de las dos
lengvas española y francesa, De Cesar Oudin, Interprete del Rey de
Francia; corregido y avmentado de infinidad de omissiones,
Adicciones, y Vocablos; con sus Géneros, y un Vocabulario de
Xerigonça, y de
las principales Ciudades, Villas, Reynos, Comarcas, Provincias, y
Ríos del Mundo: Nvevamente enriqvecido de mvchos vocablos, Frasis,
Proverbios, o, Sentencias, sacadas del Tesoro de Covarrvvias; y
también de un vocabulario de Ciudades, &c. en Romance, al fin de
este primer Volumen. Primera parte. (Grabado en madera.) En Leon de
Francia, A costa de I. Bavt. Bovrlier & Lavr. Avbin. MDCLXCV. Con
Permission. (En rojo y negro.)
4.° -2 hs. Prels. +1010 págs.
(por errata numerada esta última 10010).
Port. -V. en b. -Av
lectevr: Il sembloit que ce Tresor des deux Langues Espagnole &
Françoise, fut
arrivé a sa perfection depuis l´Edition, faite a Bruxelles en 1660
par les soins de Iean Mommarte qui est le dernier qui l´avoit
augmenté avec beaucoup de succès, sur celle de Paris d´Antoine
Oudin, lequel l´avoit corrigé sur les memoires de Cesar Oudin, &
y avoit adjoùte le Dictionnaire de Xerigonça,
ou Jargon qui est expliqué en François
& mis en son rang dans le corps de l´ouvrage…
La practique
de la Langue Espagnole permet que la b & v, le ç
& z, le g & j & x, servente en beaucoup d´endroits l´un
pour l´autre…
Vous verrez pareillement dans ce Dictionnaire la
diference qu´il y a
(que ña en chapurriau)
entre les Letres J & V Consonantes, & I & U estans
Voyelles, que j´ay observé par tout ponctuellement, afin
de
prononcer & distinguer tous les mots qui sont Equivoques: comme
par exemple, Jure ou jure, pour signifier Espagnol juro, & ivre
ou ivre, que veut dire borracho; uella, pour dire en François
une trace, & vela, que signifie une violle, chandelle ou
sentinelle, & ainsi des autres. – Texto, a dos cols. todo de
palabras castellanas, con su explicación o significación en
francés.
A la pág. 978: Pesqvisa cvriosa De los Nombres de
Reynos, Provincias… etc.
1620.
728. Vocabolario (sic) español, e italiano
aora nvevamente sacado a lvz, y compvesto Por Lorenzo Franciosini
Florentin. Segunda Parte, (Esc. del imp.) En Roma, A costa de Iuan
Angel Rufineli, y Angel Manni. MDCXX. Por Iuan Pablo Profilio. Con
licencia, y Priuilegio.
4.° menor. -4 hs. Prels. + 784 págs. –
Sign. +, A-Z, Aa-Zz, Aaa-Ccc, de 8 hs, menos la primera de 4.
Port.
– A la v.: Lics. – Ded. del autor a Don Francisco Orsino, abad de
Farfa: Roma, 15 Noviembre 1620. -Al lector: Roma, 15 Noviembre 1620
(suscrita también por el autor). -Carta lat. del Papa Paulo V: Romae
die XXIIIj Feb. MDCXX. -Regla para leer el italiano. – Texto, a dos
cols.
Parte primera: Vocabulario italiano, e spagnolo non piv
dato in lvce. Nel qvale con la facilita, e copia, che in altri manca,
si dichiarano, e con proprietá conner tono tutte le voci Toscane in
Castigliano, e le Castigliane in Toscano. Con le Frasi, & alcuni
Prouerbi, che in ambe due (ambdues en
catalán) le lingue giornalmente
occorrono; con vna chiara e breue Regola per leggere, e scriuere, &
una succinta Introduzione, con Auuertimenti di molte cose notabili
(moltes coses notables en chapurriau).
Opera vtilissinia, e necessaria a Predicatori, Segretari, e
Traduttori, che con legittimo senzo, e vero fondamento le voglion
tradurre, o imparare. Composto da Lorenzo Franciosini
Florentino.
Parte (Esc. del imp.) Prima. In Roma, Aspese dio Gio. Angelo
Ruffinelli, & Angelo Manni. Appresso Gio. Paolo Profilio. MDCXX.
Con licenza, é priuilegio de Superiori.
4.° menor. -4 hs.
prels. + 669 págs. – Sign. +, A-Z, Aa-Tt, de 8 hs. menos la primera
de 4.
Port. -v. en b. -Lics. -V. en b. – Ded. del autor al Sr.
Card. Borghese: Roma, 15 Julio 1620. -A Sign. Lettori. -Regola per
legger, e
scrivere in lingva castigliana (2 págs. a dos cols.)-Introduzione
ella lingva spagnola (a dos cols. hasta la pág. 34 inclusive). –
Texto, a dos cols. -Una h. con el colofón. – H. en b.
-Otra
edición: Vocabolario italiano e Spagnuolo. Vocabolario Español e
Italiano Por Lorenzo Franciosini Florentin. Dialogos apazibles
compuestos en Castellano y traduzidos en Toscano, Roma, 1638.
Tres
vols. en 8.°
-Otra edición: Vocabvlario español, e italiano.
En esta vltima impression corregido, y añadido por su verdadero
Auctor Lorenzo Franciosini Florentin Professor en Sena de la lengua
Toscana, y Castellana Segunda parte. (Esc. del imp.) En Venetia, Por
el Barezzi, MDCXLV. Con licencia, y privilegio.
4.° mayor -Desde
la pág. 563 hasta la 1.230. – Sign. Nn-Zz, Aaa-Zzz, Aaaa- Hhhh, de 8
hs.
Port. -v. en b. – Texto, a tres cols. – H. en b.
-Otra
edición: Vocabolario (sic) español e italiano, Compuesto por
Lorenzo Franciosini Florentino: Nuevamente sacada a luz, y de muchos
errores purgado. Segunda parte. (No dice más la port.; pero en la de
la primera parte léese este pie de imprenta: Venezia, MDCCXXXV.
Nella Stamperia Baglioni.)
8°-670 págs. – Sign. AZ, Aa-Tt,
de 8 hs. menos la últ. que es de 10.
Port – A la v.: Al lector.
-Regla para leer italiano, a dos cols. – Texto, a dos cols.
-Otra
edición: Vocabolario (sic) español e italiano, Compuesto por
Lorenzo Franciosini Florentino; Nuevamente sacado a luz, y de muchos
errores purgado. Segunda parte. (No dice más la
portada; pero en
la de la primera parte hay este pie de imprenta: Venezia, MDCCLXXVI.
Nella Stamperia Baglioni.)
4.° -644 págs. – Sign. A-Z,
Aa-Rr, de 8 hs, menos la últ. de 10.
Port. – A la v.: Al lector.
– Texto, a dos cols.
-Otra edición: Vocabolario (sic) español e
italiano Compuesto por Lorenzo Franciosini Florentino Nuevamente
sacado a luz y de muchos errores, purgado. Segunda parte. (Esc. del
imp.) Venezia,
MDCCXCVI. Nella Stamperia Baglioni. Con Licenza
d´Superiori.
4.° -364 págs. – Sign. A-Z, Aa-Mm, de 8 hs. menos
la últ. de 10.
Port. – A la v.: Al lector. – Texto, a dos cols.
1630.
729. Diccionario de ocho lenguas: latin,
gálico, belga, teutónico, español, italiano, inglés y portugués.
Antuerpiae, 1630.
8.°
Cuando procuré su adquisición en la
librería de la Viuda e hijos de Cuesta, de Madrid, en cuyo Catálogo
del año 1884 se anunciaba, habíase ya vendido la obra.
1636.
730. Diccionario español por Fr. Pedro Seguin.
MS de
26 hs. existente en la Biblioteca Nacional de París, núm. 298 de la
clasificación de 1860; núm. 8.084 des Anc. fonds.
Al fol. I
vuelto léese: Fr. Pedro Seguin, hermitaño claustrado, ha escrito de
su mano este diccionario y le ha legado a este convento, por su
testamento, con otros libros españoles… el año 1636… Ex libris
conventus… carmelitarum discalciatorum (descalsos
en chapurriau). Es un glosario de
palabras españolas con sus correspondientes francesas: a
continuación tiene escritos varios ejemplos de declinaciones, y una
lista de locuciones o frases usuales.
1637.
731.
Tesoro de las tres lenguas española, francesa é italiana. Por G.
Vittori. Genève, 1637,
8.° (Véase el número 725.)
1639.
732. El Grande Diccionario y Thesoro De las tres lenguas
Española, Francesa y Flamenca, con todos los nombres de los Reynos,
Ciudades y lugares del Mundo.
Le Grand Dictionaire et Tresor De
trois langues François,
Flameng & Espaignol, avec tous les noms des Royaumes, Villes &
lieux du Monde.
Den grooten Dictionaris eñ Schat van dry talen
Duytsch Spaensch eñ Fransch met de namen der Krijcken Steden ende
plaetsen der wreeldt. T´Hantwerpen By Caes. Ioachim Trognesius, Anno
MDCXXXIX.
(Los títulos castellano y francés están impresos en
caracteres latinos; el título flamenco en caracteres alemanes. Todos
tres van comprendidos en una cartela o paño sostenido por cuatro
figuras que representan la ciudad de Amberes (T´Hantwerpen,
Antwerpen), el Comercio y las Artes: un
ángel toca las trompetas de la fama. A los dos lados inferiores y
debajo de dicha cartela varios medallones que contienen los retratos
de Caesar Trogney, Gabriel Merrier, Mathias Sasbout, Cornelivs
Kilianvs, M. Nicod y Caesar Ovdin, impresor y autores del
Diccionario. Es una bella portada.)
4.°-El ej. que de este
Diccionario he visto en la Biblioteca pública de Strassburgo carece
de foliación, aunque pudiera suponerse que se ha cortado al
encuadernarse, bien que los márgenes son bastante anchos y la
encuadernación de la época en pergamino. – Sign. A-Z, aa-zz,
aaa-zzz, aaaa-zzzz, aaaaa-zzzzz, A-G, todos los cuadernos de cuatro
hojas.
Port. -V. en b. – Ded. en francés, a los Burgomaestres de
Amberes, Antonio Sivori y Carlos de Santa Cruz, y á los demás
señores del Consejo municipal… por el impresor César Joaquín
Trogney: Anvers,
18 Agosto 1630. -Ap.: 6 Agosto 1639 (en flamenco). -Privilegio:
Bruselas, 1639 (en flamenco). – Texto. -Diccionario.
(Contiene
primero la voz castellana, en carácter latino ó redondo; después
la francesa, en bastardilla, y luego la flamenca, en carácter
alemán. No se limita a inventariar y definir las palabras, sino que
contiene porción considerable de proverbios, sentencias y modos de
decir, según el uso de aquellos tiempos, así castellanos como de
las otras lenguas. Impreso á dos columnas.)
-Nomenclatura de los
reinos, países y ciudades. (Por orden alfabético, a tres columnas,
en cada una de ellas, en su respectivo idioma, el mismo nombre.)
-Breve diálogo para aprender a comprar y vender. (También a tres
columnas, en los tres idiomas.)
1641.
733.
Dictionario castellano, al Excelentísimo Señor Marques de Brezé,
Mariscal de Francia y capitan general de S. M. Cristianisima en
Cataluña, Rosellon y Cerdeña.
-Dictionaire françois, (etc.) -Dictionari Catala, (etc.) Ab licencia
y privilegi: en Barcelona en casa de Antoni Lacaballeria
any 1641. Venense en la mateixa Stampa.
8,° apaisado. -Sin fol.
(hasta la sign. P8).
En la segunda h. el e. de a. del Marqués de
Brezé.
En la tercera h.: Ded. al Sr. Urbano de Maillé, Marqués
de Brezé:
Naci vasallo de S. M. (Cristianísima) 23 años ha,
Sr. que vivo en Barcelona: en ella aprendí castellano y catalan,
conservando con algun cuidado la Lengua francesa que aprendí por
arte de las escuelas, habiendo nacido en la Aquitania.
Lic. dada
por el Mariscal de Brezé, Lugarteniente y Capitán general de
Cataluña en tiempo de la sublevación contra el Rey de España: Dat
en Barcelona 26 Febrero 1642.
Al fin se pone un Epítome de
Gramática francesa, castellana y catalana, con este título: Pequeño
tratado muy propio y necesario por los que desean saber, entender y
hablar Francés, Castellano y Catalan.
1659.
734. Nuevo dictionario ó thesoro de la lengua
española y flamenca, por A. de la Porte. Sale ahora correjido
y añadido con una gramatica
española muy provechosa. Amberes, 1659. 4.°
1669.
735. Vocabulario en español y
flamenco, muy provechoso para deprender
entrambas lenguas por Juan Colin Thovoyon. 1669.
1671.
736. Tesoro de las tres lengvas
española, francesa y italiana. Dictionaire en trois langves. Divisé
en III Parties. I Espagnol François Italien. II Francois Italien
Espagnol. III Italien François Espagnol. Le tout recueilli des plus
Celebres Avtevrs. Première Partie. (Grab, en mad.) A Cologne. I Pour
Iean Antoine & Samuel de Tovrnes. MDCLXXI. (En rojo y negro.)
4.° mayor. -570 págs.
Port. -V. en b. -Adv. al lector.
-Avertissement necessaire avx Lectevrs touchant l´ortographe de la
Langue Espagnole, & du moyen de faire son profit du present
Recueil. – Texto, a dos cols.
En otros dos vols., con port.,
fol., y sign. propias, van los Diccionarios francés e italiano
respectivamente.
1679.
737. Thesavrvs vtrivsque
linguae hispanae, et latinae, omnivm correctissimvs: & nuper
compositus à P. Balthasare Henriquez, Hyberno e Societate Iesu.
(Esc. de la Compañía de Jesús.) Cvm privilegio. Matriti. Ex
Typographia Ioannis Garcia Infançon. Anno 1679. (Orla.)
4.° -3
hs. Prels. + 234 fols. – Sign. A-Nm.
Port. – Ded. a D. Luis de
Benavides. -Lic. de la Orden: Diego de la Puente Hurtado, 1679.
-Aprob. por el Mtro. Pedro de Fomperosa, prefetto de los Estudios
de Humanidad de la Compañía de Iesus del Colegio Imperial de
Madrid: 16 Junio 1679. -Lic. del Ordinario. -Aprob. del Mtro.
Francisco Vergado, S. J. -Suma del priv. – Errat. -Suma de la tassa.
-Al lector. – Texto. -Lista de nombres geográficos.
1690-1713.
738. Diccionario de la Lengua castellana (borradores de D.
José de Siesso de Bolea para el mismo).
MS. de la Biblioteca
Nacional que lleva la sign. Bb-20, 21, según el Indice de Gallardo.
Hoy falta en la Biblioteca el 20; pero el 21, que es el segundo
volumen, se escribió
en 1700-1713.
1705.
739.
Diccionario nuevo de las lenguas española y francesa; El mas copioso
y el mejor que a salido a luz hasta aora, en que se contiene la
explicación del Español en Francés, y del Francés en Español, en
dos partes. Con muchas Frases y maneras de hablar particulares,
sacadas de diferentes Autores Españoles, principalmente de
Covarrubias, de Saavedra, de Quevedo, de Gracian y de Solis. Y los
nombres de los Reynos, Provincias, Comarcas, Ciudades, Villas, y Ríos
del Mundo; los nombres de Bautismo de Hombres y Mugeres, y los de las
Naciones; las Explicaciones de los libros de la Sagrada Escritura;
muchos Refranes, y otras cosas muy curiosas de las Historias
antiguas. Por Francisco Sobrino, Oficial Reformado en el Servicio del
Rey y Maestro de la Lengua Española en esta Corte. Tomo primero.
(Grab. en cobre, que representa una matrona repartiendo las obras de
los autores citados en la portada, a varios que las estudian. Firma:
Harrewyn) En Bruselas, Por Francisco Foppens, Mercader de Libros
MDCCV. Con privilegio del rey. (En negro y rojo.)
Fol. 4 hs.
Prels. + 376 págs. A tres columnas. – Sign. *, A-Z, Aa-Zz,
Aaa.
Anteport. (Grab. en cob. que ocupa toda la pág. Dos
matronas que representan España y Francia: ésta señala con el
cetro el libro que tiene abierto en sus manos una figura que
representa el comercio. Un ángel toca la trompeta de la Fama, de la
que pende un lienzo extendido: Tesoro nuevo en dos lenguas, española
y francesa. Firmado: J. Harrewyn fecit aqua forti simul et sculpsit).
–
Port. -V. en b. – Ded. al Ser. Señor Maximiliano Emanuel, Duque
de las dos Bavieras y Palatinado superior, Conde Palatino del Rhin,
Archidapifer, y Elector del Sacro Romano Imperio, Landsgrave de
Leictenberg, Y Vicario General de los Paises Baxos… Bruxelas á 28
de Avril 1705. Criado de Vuestra Alteza Electoral, Francisco Sobrino.
-Prefacio.
Aviendome aplicado de algunos años a esta parte
(como lo estoy haziendo) a enseñar la Lengua Española en esta
Corte, a muchissimos Príncipes, Duques, Marqueses, Condes, y Barones
de diferentes Naciones, que se an quexado (y con razón) de los
Diccionarios, que an salido a luz en
Lengua Española y Francesa,
por las explicaciones contrarias que se hallan en todos ellos, en
ambas Lenguas, en la mas parte de las palabras, y también en casi
todas las Frases. Estas quexas de tantas personas ilustres, y tan
bien fundadas, me an movido, o por mejor dezir obligado a aplicarme
algunos años a la composición de este… Estudie mucho tiempo para
que esta obra saliesse perfecta. – A la v.: Lista de las palabras que
se han olvidado en este libro. – Texto. -…Las palabras que se
hallaren con una * son antiguas y muy poco en uso.
-Tomo II:
Dictionaire nouveau des langues Française et Espagnole; Plus ample &
plus exact, que tous ceux qui ont paru jusqu´a present; tire de
plusieurs savants Auteurs François, principalement de Furetiere, de
Tachart, de Richelet, de Danet, et de Menage…
(Continúa
como en el primer tomo.) -1 hoja + 430 págs, a tres columnas. –
Sign. A-Z, Aa-Zz, Aaa- Hhh, de 4 hs.
Port. -V. en b. -Au Lecteur.
(Texto francés del prof. cast.)-Advertissement. -Lista de palabras
olvidadas. – Texto. -Methode Facile pour aprendre la langue
espagnole; Par l´avangement des mots selon la construction de
l´Univers, avec les principaux termes des Arts & des sciences.
(Págs. 351-410.)
Redúcese a tres partes, divididas en
capítulos, donde se hallan, respectivamente, clasificadas las
palabras que corresponden a un mismo orden de ideas, primero la
francesa, después la castellana. Primera parte. Del mundo: su
creación. -Segunda parte. Del hombre y su división. -Tercera parte.
De una ciudad y de sus partes. Es, en resolución, un inventario de
aquéllos que los antiguos llamaban nominalia. Sigue: Lista
alfabética de las voces geográficas de la obra en latín, español
y francés. -Extrait du privilege du Roi: Brusselle le 20 Octobre
1703.
-Tercera edición: Diccionario… sacadas de diferentes
Autores Españoles, principalmente de Covarrubias… y del
Diccionario de la Academia Real Española… Por Francisco Sobrino,
que fué Maestro de la Lengua Española en la Corte de Brusselas.
Tercera Edición corregida, y considerablemente aumentada… En
Brusselas, En Casa de Pedro Foppens, Mercader de Libros.
MDCCXXXIV.
Fol.
-2 hs. prels. + 6o1 págs. Anteport. (El mismo grabado de la primera
edición.) -Port. -V. en b. -Prefacio:
Han tenido tan breve
despacho las dos ediciones precedentes de este Diccionario, y le ha
recibido el publico con tan singular aprecio, que se hallo
conveniente hacer esta tercera edición; el Sr. Francisco Sobrino se
aplico todo lo restante de su vida con perseverante fatiga, a
corregirla y augmentarla; y haviendo muerto quando ya estava empezada
la impresión, tomo a su cargo un sugeto de grande capacidad, el
cuidado de la continuación hasta perfeccionar la obra; y no contento
con las adiciones, y reparos que el Sr. Sobrino havia hecho, la
augmento mucho mas, añadiendo gran numero de Nombres, Verbos,
Proverbios y Phrases, y corrigio todo lo que no tenía
correspondiente sentido a la elegancia, y significación, para cuyo
fin examinó… y principalmente
los tres volúmenes de el de la
Lengua Castellana, que a dado a luz la Real Academia Española, sin
aver alterado el methodo, que havia seguido el ya difunto Sobrino.
-Advertencia (en francés). -Aprob.: Malines, 19 Octubre 1733.
-Extracto del priv. real: Bruseles, 4 Mayo 1733. – Texto (a tres
columnas).
Tomo II. -1 h. + 604 págs. Port. -V. en b. -Pref.
-Adv. – Texto. (Sin los apéndices de la primera edición.)
1726.
740. Diccionario nuevo Español y Ingles, y Ingles y Español;
Mucho mas copioso que quantos hasta aora han salido a luz. En el qual
se pone la Etymologia de las Palabras, con sus varias
Significaciones; Términos de Artes y Sciencias, Nombres propios de
Hombres y Mugeres, Apellidos de Casas o Familias, Títulos de
Nobleza, la Geographia de España y de las Indias Occidentales, y las
principales Plantas que se crian en dichas partes. A lo qual se ha
añadido una inmensidad de Refranes, Phrases y Modos de hablar
Obscuros, Todos explicados a la Letra, con sus
Equivalentes, Por
el Capitan Don Juan Stevens. London. Printed for J. Darby, A.
Bettesworth, F. Fayram, J. Pemberton, C. Rivington, J. Hooke, F.
Clay, J Balley, and E. Symon. MDCCXXVI.
(Esta portada ocupa la
mitad inferior de la página; la mitad superior la ocupa la misma
portada en inglés.)
Fol. men. -Dos vols. -Vol. I:
español-inglés. – Sign. A-Z, Aa-Zz,, Aaa-Rrr, 3S-32, 4A-4L, de 4
hs.
Port. -V. en b. — Pról. (a dos cols. española e inglesa):
… se ha de reparar, que en la lengua Española se han admitido mas
novedades, desde el tiempo que se instituyeron Academias en aquella
nación, y que ha sido tan grande y tan familiar el comercio con
Francia, por razon de aver admitido un Rey Frances, que en dozientos
años antes de aquellos días, de manera que al presente se halla una
multitud de palabras nuevamente forjadas de que no avia noticia
alguna antes deste siglo en que estamos. – Texto, a tres cols. (En él
se explican prolijamente muchísimos refranes castellanos.)
1726-1736.
741. Diccionario de la lengua castellana,
en que se explica el verdadero sentido de las voces, su naturaleza y
calidad. con las phrases o modos de hablar, los proverbios o
refranes, y otras cosas convenientes al uso de la lengua, Dedicado al
Rey Nuestro Señor Don Phelipe V (que Dios guarde), a cuyas reales
expensas se hace esta obra. Compuesto por la Real Academia Española.
Tomo primero que contiene las letras A. B. Con privilegio, En Madrid:
en la imprenta de Francisco del Hierro, impresor de la Real Academia
Española. 1726-1739. (Orlada, en rojo y negro.)
Seis tomos en
folio, a dos columnas el texto.
Tomo I, impreso en Madrid en
1720: LXXXXI -723 págs. + 3 hs. prels. y una lámina alegórica
dibujada por D. Antonio Palomino, pintor del Rey y grabada en acero
por D. Juan Palomino, en Madrid. 1725.
Port. -v. en b. -Lám. –
Ded. de la Academia Esp. al Rey. -Aprob. del Sr. don Fernando de
Luján y Sylva, Marqués de Almodobar: Madrid. 14 Septiembre 1724.
-Lic. del ord.: Madrid. 25 Septiembre 1724. Censura del Sr. D.
Balthasar de Acebedo: Madrid y Agosto 22 de 1724. -Lic. real. -Fee de
erratas, suscrita por el Corrector general el Lic. D. Benito de Rio
Cao de Cordido: Madrid y Marzo 28 de 1726. -Sigue el Prólogo, en el
que explica la Academia cómo ha formado su Diccionario, indicando
los que ha tenido presentes para su composición; haciendo referencia
al pulso y moderación conque trata de las etimologías, sin
consignar las que no conoce por ciertas; usando una propia ortografía
y no incluyendo las voces de artes liberales y mecánicas para hacer
después de ellas un Diccionario separado; autorizando o explicando
todas las palabras con citas de nuestros clásicos, e incluyendo
muchos provincialismos y las voces de Jerigonza o Germanía, según
que
Juan Hidalgo en su Vocabulario y César Oudin en sus Lenguas
española y francesa: Bruselas selas,
1625, las explican.
Síguese una Historia de la Academia, en la
cual se copia la planta dada a los Académicos para la formación de
este Diccionario, impresa el año 1713. Este papel, hoy rarísimo,
repartido en dicho año a los individuos de la Corporación que iba a
realizar la alta empresa de componer el léxico nacional, merece ser
trasladado aquí en toda su integridad.
Planta, y methodo,
qve, por determinación de la Academia Española, deben observar los
Académicos en la composición del nuevo Diccionario de la Lengua
Castellana a fin de consegvir su mayor uniformidad. En Madrid: En la
Imprenta Real, por Joseph Rodriguez y Escobar, Impresor del Rey
nuestro Señor, de su Consejo de la Santa Cruzada, y de la Academia
Española: Año 1713.
4 °-8 págs.
Port. -V. en b. – Texto:
Lo primero se han de poner todas, y solas las Vozes appelatívas
Españolas, observando rigurosamente el Orden Alphabético en su
colocación: Y por consiguiente quedarán excluidas del Diccionario
todas las Vozes, y Nombres próprios de Persónas y Lugáres, que
pertenecen a la História, y a la Geographía. Y también se
excusarán todas las Palabras, que significan desnudamente objéto
indecente.
En cada Voz se debe poner inmediatamente, y en
abreviatura (como después se dirá) que parte es de la Oración? Si
Verbo, Nombre, o Particípio, &c. En el Nombre, si es
substantívo, o adjetivo, masculíno, o femeníno. En el Verbo, si es
activo, neutro, impersonál, o recíproco. En el Participio,
si
es activo, o passívo. Y a esta forma en las otras Partes de la
Oración, si algo les perteneciere.
En los Verbos, que tuvieren
irregulares algunos tiempos, o Personas, &c. se debe advertír:
como en Trahér, Tráxe: en Andár, Andúve, &c. Y lo Anómalo,
que huviere en otros Verbos, y Nombres.
Poner las vozes
primitivas con su Definición, ú Descripción, y su Etymología; y
después las derivadas, compuestas, y sinónymas; los Epithétos mas
usados, y los Refranes.
Con cada Verbo ponér sus Particípios,
los Compuestos, y los Verbáles.
Los Términos adverbiales, que
constan de mas de una voz, se colocarán en el lugar, que les toca de
riguroso Alphabéto; remitiéndolos para su explicación a la voz
Dominante. Como A raíz, Véase Raíz: De propósito, véase
Propófito: Por fuerça, Véase Fuerça, &c.
En cada una de
las Vozes primitivas, ponér el uso, o phases
admitidas.
En cada Voz, expressár su qualidád: conviéne á
sabér, si es antiquáda, ó usáda; si es baxa, ó rústica;
Cortesána, Curial, ó Provincial; equívoca, proverbiál,
metaphórica, o bárbara.
Si se encontrare extraordinaria
pronunciación de una letra en diferentes vozes; se explicará esta
variación; como Vexámen, en que se pronuncia la, x como j. Y
exámen, en que se pronuncia como verdadéra x. Y en chamelóte se
pronuncia el cha con el modo usuál Español ; y en Patriarcha, como
si fuesse k.
Explicar las Partículas Españólas, Pronombres,
Preposiciónes, Artículos, Conjunciónes, Interjecciónes, y el uso
de todas ellas. Especialmente advertir, quando las Vozes toman
artículo de género impróprio, para excusar la Cacophonía; como
quando decimos el Alma Sancta: el agua fria, por no dezir, la Alma:
la agua.
Distinguir los Adverbios de la Lengua de las otras
Partes de la Oración; y corregir, si algún abuso se hallare del
vulgo en ellos.
Observar exactamente la Ortographía de las
Vozes; de suerte, que no se obscurezca su primitivo origen;
desterrando los abúsos, que en contrario se hallaren,
Annotár,
si la Voz fuere de Lengua estraña, Francésa, Italiana, Africána,
&c.
Quando se hallare venir la voz de otra Lengua; no
averiguarle de mas arríba su Etymología,
Advertir las
ocasiones, en que tuviere efecto la duplicación de letras para la
buena pronunciación; como se veé en acción, accidente, &c.
Annotár las variedades, que se hallaren en el escribír algunas
Vozes, aprobando la mejor, y desechando las demás. Como: algunos
dizen aóra, otros agóra; y parece lo mejor dezir ahóra:
advirtiéndolo en los lugares, que les tocare. Lo mismo se dize del
Verbo Volvér, que muchas Persónas, y todos, o casi todos los
impressores le comiençan con B. desfigurándole su origen. Mas
juntamente (atendiendo a excusár la confusión en los Lectores del
Diccionario, que ignoraren de donde las Vozes se originan, y las
huviéren de buscár) se annotarán según el uso commún, o vulgar
de escribirlas, en el lugar que les tocáre del Alphabéto; pero
remitiéndolas para su explicación al que deben tener según su
origen, y etymología. Y assi el exemplo puesto arriba de Volver, se
colocará en la B. por atender al uso común, diziendo: Bolvér,
Véase Volvér.
Si alguna Voz se hallare ser própria solo de la
Poesía, annotarlo también: como Tonante, Altitonante y Averno, &c.
Lo mismo se advertirá en las Vozes, cuyo uso es solamente
admitido en el estílo forense: como Cassár en el sentído de
Annulár, o Cancelár.
Prevenir las que se deben evitar por mal
sonantes; y explicar los diferentes sentidos de las equívocas.
En
las antiquádas, substituirles las que oy están admitídas con igual
sentído.
Desterrár las Vózes nuévas, inventadas sin prudente
elección; y restituir las antiguas, con su propriedád. hermosúra,
y sonido mejor, que las subrogádas; como por inspeccionár,
averiguár. Y por Pontificar, Presidír en la Iglésia Universál:
calificando de barbarismo dichas Voces nuévas.
La explicación,
ú definición, uso, y phrases de los Verbos, o Voces derivadas, o
compuestas, que se ponen seguidas a sus Raizes, se reservará, para
dársela en el lugar, que les toca del riguroso Alphabéto. Por ser
adonde, quien las hubiere menestér, naturalmente las ha de buscar de
primera instáncia, a causa de ignorar, ú de no hazér la bastante
reflexión a que son derivadas, o compuestas
de otras Vozes
simples, o primitivas.
A todas las Vozes, Phrases, y Proverbios,
quando están se explícan en sus lugáres próprios, se les debe
añadir la palabra, o phrase Latina, que les corresponde en aquella
accepción; por atención a los Estrangéros: y esto al fin del
Artículo de su explicación.
En quanto a los accentos, ay mucho
que corregir en el mal uso, si se ha de acentuar con puntualidád, y
razón. En rigor no tiene uso el accento grave (que es el que baxa
obliquamente de la izquiérda a la derécha) sino sobre las quatro
vocales à; è: ò: ù: quando cada vna és Voz separáda de otras;
porque la Ypsilon, que nos sirve de Conjunción Castellána, no le
tiene, ni le necessíta. El agúdo (que baxa de la derécha a la
izquierda) se debe poner en la última vocal de la dicción, quando
la pronunciación carga en ella, como Refrán: Arnés: Perfíl: Amó:
y Azúl. Quando la penúltima sylaba fuére larga en Voz de mas de
dos sylabas, y no se le siguiéren dos consonantes; se le ha de poner
el accento agudo: como: Amádo: Aguacéro: Erguído: Hermóso: y
Agúdo. Y no se debe poner en Madrastra: Estrella: Enigma: Assombro:
Injusto: ni en los demás semejantes. Quando la penúltima fuére
breve (que es lo que llamamos en España Esdrújulo) se debe poner
siempre el accento agudo en la antepenúltima: como en Cántaro:
Pésame: Pífano: Tórtola: y Música. De todo lo qual se colige, que
no hemos menester en Espáña el accento circunflexo para cosa
algúna.
La primera vez, que una Voz se pusiére en su próprio
lugar de riguróso Alphabéto, se le pondrá delante un Asterisco, o
Estrellíca, que al Impressór aya de significár, averla de ponér
toda con letras Versáles, o Mayúsculas. Quando esta misma Voz
tuviere diferentes significaciónes, o phrases; se ha de repetir
otras tantas vezes, empezando por ella en Artículos aparte; y
ponerle una Cruz, que sirva de señál de averse de imprimir con
Versalillas.
Los Proverbios o Refranes, y los otros modos
proverbiales, bastará, que tengan rayada por debaxo la Voz
Dominante, que signifíque averse de imprimir de cursiva, y el mismo
estílo se debe guardar en los Textos de prosa, que se citaren en
Authóres, poniendo al fin del Texto en abreviatura el Nombre del
Authór con Versalillas.
Si fuere de Versos el Texto, se podrá
rayar por debaxo todo él, menos la Voz Dominante; para que quede mas
distinguída.
El estílo del Diccionario debe ser conciso, y sin
divertirse a erudiciones, que no sirvan de adorno a la Lengua; ni á
citas supérfluas de Lengua estraña.
Quando una Voz se pone en
su lugar Alphabético, según su escritura; y, por tocar a otra
parte, se huviére de remitir a ella: será siempre con la palabra
Véase.
Toda la Obra del Diccionario, repartida entre los
singuláres Académicos, debe traherse manuscrita a la Academia, a
media margen; para que se pueda añadir en su lugar lo que después
ocurriere.
Las Zifras mas precísas, y commúnes, se apuntan
aquí, según el Orden Alphabético; y son las siguientes.
A.
Actívo. Adj. Adjetívo. Adv. Advérbio; Art. Artículo. Conj.
Conjunción. Ep. Epithétos. F. Femeníno. Fig. Figúra. Imp.
Impersonál. Interj. Interjección. M. Masculíno. N. Néutro. Nomb.
Nombre. Part. Particípio. Pass. Passívo. Prep. Preposición. Pron.
Pronombre. Prov. Provérbio. R. Recíproco. Ref. Refrán. S.
Substantívo. Sin. Sinónymos. V. Verbo.
COMBINACIONES DE
ESTAS ZIFRAS.
Art. f. Artículo femenino.
Art. m. Artículo
masculíno.
Art. n. Artículo néutro.
Part. a. Particípio
actívo.
Part. pass. Particípio passívo.
S. f. Subftantívo
femenino.
S. m. Substantívo masculíno.
V. a. Verbo actívo.
V. imp. Verbo impersonal.
V. n. Verbo néutro.
V. r.
Verbo recíproco.
Aviéndose repartido, y de repartír, entre
los Académicos, los Authóres Clássicos de la Lengua Españóla,
para que cada uno desfrúte la Obra que le cupiére, apuntando las
Vozes, y Phrases especiáles de nuestra Lengua; y los Textos, con que
las authorizan: Debe cada uno de los Académicos observár (en las
que encontráre dignas, y apuntáre) el Orden riguróso Alphabético:
y al sacarlas en limpio, sea en una Cara de cada Hoja, dexando en
blanco la otra; para que, sin necesitarse de hazér cópia segunda,
se puédan dividír, y repartir sus apuntamientos entre los
Académicos, que fuéren travajando una misma Letra: con que unos se
utilizarán recíprocamente de otros. Y se previene, que por Cabeça
de cada Plana, escrita en la dicha forma, fe ponga en zifra el nombre
del Authór, que se desfrúta (del modo que se expressan aquí las
que tocan a los ya repartidos; reservando para su tiempo las de los
que después se huviéren de repartir seguida a cada Texto la Cita
del Folio, o Página, en que se ha de hallar. Y al principio de todo,
la noticia del Año, y Lugar de la Impressión, de que se ha servido.
Arg. Argensolas: sus Obras.
Xaur. Juan de Xaúregui: su
Poema.
Av. P. Juán Baptista de Avila: la Pasion.
Saav. D.
Diego de Saavédra: sus Obras.
Quev. D. Francisco de Quevédo:
sus Obras.
Lag. Andrés de Lagúna: sobre Dioscórides.
S.
Ter. Santa Terésa de Jesús: sus Obras.
Men. Juan de Mena: sus
Obras.
Garc. Garciláso: sus Obras.
Fuer. Burg. Fuéro de
Burgos.
Fuer. L. Fuéro de León.
Fuer. S. Fuéro de
Sepúlveda.
Fuer. Bad. Fuéro de Badajoz.
Fuer. J. Fuéro
Juzgo.
Doctr. Doctrinál de Caballéros.
Mar. P. Juán de
Mariána: su Historia.
Rib. P. Pedro de Ribadenéyra: sus Obras.
Chr, S. F. Chrónica de San Fernando, Rey de España: no se sabe
el Authór.
Chr. Al. X. Chrónica del Rey Don Alonso Dézimo,
llamádo el Sábio: de Juán de Villayzán.
Chr. Sanc. IV.
Chrónica del Rey Don Sancho Quarto, llamádo el Brabo:
del mismo Authór.
Chr. F. IV. Chrónica del Rey Don Fernando
Quarto: del mismo Authór.
Chr. Al. XI. Chrónica del Rey Don
Alonfo Undézimo: del mismo Authór.
Chr. D. P. Chrónica del Rey
Don Pedro: de Pedro Lopez de Ayála.
Chr. H. II. Chrónica del
Rey Don Henríque Segundo: del mismo Authór.
Chr. Ju. I.
Chrónica del Rey Don Juan el Primero: del mismo Authór.
Chr. H.
III. Chrónica del Rey Don Henríque Tercero: del mismo Authór.
Chr. Ju. II. Chrónica del Rey D. Juán el Segundo: por Alvar
García de Santa María, Juán de Mena, y Fernán Perez de Guzmán.
Chr. H. IV. Chrónica del Rey Don Henríque Quarto: de Diego del
Castillo.
Chr. R. Cath. Chrónica de los Reyes D. Fernando
Quinto, y Doña Isábel, llamádos los Cathólicos: de Antonio de
Nebrixa.
Cerv. Miguél de Cervantes Saavédra: sus Obras.
Después de haber incluído este papel (nada más que hasta
la parte en que empieza la explicación de las cifras usadas en el
texto), pónense los Estatutos de la Corporación y la lista de los
primeros Académicos, refiriéndose cómo fueron éstos componiendo
el Diccionario y quiénes trabajaron preferentemente en cada una de
las letras. -Siguen luego varios Discursos proemiales, tratando el
primero Del origen de la lengua castellana. Dice la Academia que
ninguno ha escrito acerca de esta materia con más felicidad que el
Dr. Aldrete; y, tratando luego de descubrir la fuente de donde ha
provenido nuestro idioma, afirma que Túbal ó Tarsis trajeron con su
familia su lengua, conservando ésta en sus descendientes. Y añade
que la diversidad de lenguas que dice Strabon había en España, no
puede atribuirse a otra causa que a la de haber salido los primitivos
españoles de su patria por aquella memorable sequía de tantos años
que les obligó a desampararla y a buscar en tierras extrañas
remedio a su necesidad; sucediendo que cuando volvieron luego a su
patria, después que el cielo la fecundó con benéficas lluvias,
trajeron viciada y corrompida la lengua propia. La lengua púnica
introdujéronla después, así como sus monedas, los cartagineses,
que al mando de Amílcar vinieron a España, aunque en los treinta y
cinco años que dominaron el territorio no es verosímil que pudieran
introducir completamente su idioma. La larga dominación de los
romanos precisó a los indígenas o naturales a aceptar su lengua, de
la que sólo se eximieron en toda la Península los vizcaínos o
cántabros. La invasión de los godos trajo algunas nuevas voces y
formas de decir, corrompiendo el latín; pero esta lengua, sin
embargo, fué la común y la que se habló durante toda la dominación
de los bárbaros. Con la irrupción sarracena retiráronse algunos
naturales a nuestras montañas, y en ellas conservaron la lengua de
que usaban, esto es, el latín corrompido, que fué con el tiempo
corrompiéndose más y más por los Reyes de Asturias y sus vasallos,
hasta el año de 1100, en que era ya tan bárbaro que formó un
dialecto especial llamado poco después romance ó habla vulgar de
Castilla, el cual se esparció, con las armas de los conquistadores,
por toda la Península.
Encarece la Academia el estudio de las
etimologías (en s
segundo discurso) y su gran importancia. Para el significado de las
voces y para la perfecta ortografía, dice con razón ser su estudio
importantísimo.
Da la Academia algunas reglas para buscar las
etimologías:
1. Atender á la significación de la voz y
confrontarla con la significación de la voz matriz.
2. Atender
asimismo a la configuración de la voz, que bien examinada, como en
filius (fill en chapurriau),
no suele tener más que una ú otra letra común; pero en el todo se
halla tal relación con la matriz, que nadie puede dudar de su
filiación.
3. Leer y examinar los libros antiguos, y en ellos
reconocer las voces, porque muchas al principio salieron muy
semejantes a la matriz y luego se han ido variando.
4. No atender
a las terminaciones de las voces, porque éstas son propiedad
específica de cada lengua.
5. Conocer bien cómo las lenguas
vivas se nutren, convirtiendo en su propia substancia su misma
substancia, y engendrando voces de sus mismas voces.
6. Para los
nombres que vienen del latín, atender al plural español y al
acusativo plural latino; y en los verbos, atender al gerundio.
7.
Atender mucho a la variación de las letras, que, por suavizar o
facilitar la pronunciación, se han conmutado. De estas mutaciones
trae larga lista.
8. Observar con cuidado y reflexión las
partículas compositivas, porque no vienen de la lengua matriz.
9.
Advertir que muchas voces tienen su origen en una contingencia y
alguna historia, la cual con el tiempo se olvida.
10. Que hay
muchas voces que no tienen otra madre que el capricho ó gusto y uso
de los hombres.
El tercer Discurso proemial de la Ortografía
castellana es sin duda el más importante, por los preceptos que en
él proclama la Academia.
Es la Ortographia una Facultad o Arte
de escribir rectamente las Voces conforme a su origen, significación
y sentido de las palabras y de las sylabas… Divídese en dos
partes: la una pertenece a la observancia de las reglas y preceptos
que se deben guardar para escribir pura y correctamente las Voces,
conformándolas, en quanto sea dable, al modo con que generalmente se
pronuncian, y atendiendo al mismo tiempo al orígen de donde vienen
para no desfigurarlas, y la otra mira á la recta y legítima
puntuación…
Divídese el discurso en capítulos ó párrafos:
I. Modos de puntuar las cláusulas, señalar los acentos, y
escribir donde toca letras mayúsculas, o versales.
U. -Como,
según sus preceptos, hay veces en que la u no es ociosa después de
q, prescribe que en estos casos se ponga sobre ella diéresis. Admite
el acento grave sobre las vocales à, è, ò, ù, cuando hacen
sentido por sí solas.
II. Dificultad de fijar la Orthographia, y
falsedad de varias reglas generales que han pretendido establecer
algunos autores.
Combate, sobre todo, la idea de que el principio
fonético sea base de la escritura. Aduce, con razón notoria, la
diversidad de pronunciaciones en las varias provincias de España.
III. Causa de la variedad y confusión en la Ortografia, y
algunos presupuestos en que se explican y assientan varias reglas
para mayor claridad de las generales que se darán después.
Las
causas son las que específicamente se señalan en los tres
siguientes capítulos.
Defiende la Academia la etimología como
el más seguro principio ortográfico.
Divide las letras de
nuestro alfabeto (que dice son 26) en vocales: A, E, I, O, U, y la Y
para las voces de origen griego; consonantes mudas o naturales: B, C,
D, G, K, P, Q, T, Z; consonantes semivocales o confusas: F, H, L, M,
N, R, S, X. Tres letras exclusivas del castellano: ç, j, ñ. En las
palabras procedentes del griego conserva la Ch, Ph, Th.
IV.
De las letras unísonas o que se equivocan en la pronunciación .
I,
U. -Cuando son consonantes, debe emplearse la Y y la V de
corazoncillo; pero en los vocablos griegos, siempre la y, aunque sea
vocal.
B, V. -Para conocer su uso, atender a la etimología: si
lleva la voz originaria B o V. P en castellano deberá ser B. También
se empleará ésta cuando no se sepa o se dude del origen, e
igualmente en toda ocasión en que se sigan y junten antes de la
vocal la L o la R: amable, bruto, etc.
ç, z. -Desecha la primera
y acepta la segunda para todos los casos; pero cuando una voz termina
así en el singular, en el plural será c.
G, J, X. -Las dos
últimas (dice) son iguales en la combinación de las cinco vocales;
pero la x tiene alguna vez el sonido latino cs, gs. La g fuerte sólo
debe emplearse en sus primitivos y derivados, no en los de la j o x,
las cuales se aplicarán en las palabras, según el origen de éstas.
Con x se escribirán también todas las voces que llevan s en su
origen. En los demás casos se pondrá la j, ya tenga la palabra
radical, g, i, e, ú otra letra cualquiera.
Q, C, K. -Ninguna de
dichas letras debe suprimirse, porque su uso hace diferenciar los
orígenes de las voces: así se deberá escribir qual, question, y
cuajo, cuenta, etc.
G, H. -Las voces que tengan esta
pronunciación delante de u llevarán la letra respectiva según su
origen: así, agüero y hueco, pingüe y huebra, etc.
-V. Del
uso de la duplicación de las letras. -De las vocales sólo se
duplican la e y la o, y así se hará conforme a su origen y
pronunciación.
La e nunca se duplica sino antes de e y de i, y
no en todos los casos. La m se duplicará en las voces compuestas que
empiezan con la partícula en seguida de m, cuya n primera se cambia
en m, y nunca se pondrá n. La misma regla corresponde a la n
precediéndola las partículas an, con, en, in: annotar, connexion,
innocente, etc. con algunas excepciones.
La s se duplicará si en
la voz ordinaria lo está; y si la voz es compuesta y empieza con s
la simple, se respetará y se doblará con la del prefijo. También
en los superlativos y en los pretéritos imperfectos de subjuntivo.
Las demás letras que muchos doblan, dice la Academia que lo
hacen indebidamente.
VI. De la concurrencia de diversas
consonantes. -Muéstrase muy partidaria de la x, defendiendo su uso
con otras muchas letras en muchas voces: excusar, expresión,
exprimir, excluir, extender, extraño, etc.
VII. Del modo de
dividir las palabras al fin del renglón y de las sylabas compuestas
de dos Vocales.
Lista de las obras, así en prosa como en verso,
elegidas por la Academia para autoridad de sus voces desde el año
1200 hasta el de 1700. -Explicación de las abreviaturas. – Texto del
diccionario. Comprende toda la A y la B.
Tomo II. impreso en
1729: 5 hs. prels. + 714 págs. que comprenden toda la C.
Tomo
III. impreso en 1732 por la Viuda de Francisco del Hierro: 5 hs.
prels. + 816 págs. que comprenden desde la D á la F.
Tomo IV.
impreso en 1734 por los Herederos de Francisco del Hierro: 5 hojas
prels. + 696 págs. que comprenden desde la G á la N.
Tomo V.
impreso en 1737 por id.: 5 hojas prels. + 656 págs. que comprenden
desde la O a la R.
Tomo VI. impreso en 1739 por id.: 17 hs.
Prels. + 578 págs., que comprenden desde la S a la Z.
Comienza
por la Continuación de la Historia de la Academia, y en ella da la
noticia individual de los Académicos que tuvieron a su cargo la
composición de cada una de las letras de esta obra.
… Como ya
estaba repartido, y mui adelantado el trabajo de todas las restantes
letras, puede ponerse más puntual noticia de los Académicos, entre
quienes se compusieron todas las del Diccionario desde el tomo
segundo, y son los que siguen:
La CA. -Entre D. Andrés González
de Barcia, y D. Manuel de Villegas y Piñateli (Pignatelli).
CE. -Entre D. Thomás de Montes y Corral, y D. Lorenzo Folch de
Cardona.
La CH. -Entre el R. P. Joseph Casani, y D. Thomás de
Montes y Corral.
La CI. -D. Lorenzo Folch de Cardona.
La CL.
-D. Adrian Connink.
La CO. -Entre D. Manuel de Villegas y
Piñateli, D. Fernando Bustillo y Azcona, y D. Miguel de Perea.
La
CU. -D. Vincencio Squarzafigo.
La D. -Entre D. Juan de
Villademoros, y P. Fernando Bustillo: Y por muerte de éstos, se
repartió para que la acabassen, y perficionassen, entre el R. P.
Joseph Casani, D. Vincencio Squarzafigo, D. Lorenzo Folch de Cardona,
y R. P. Cárlos de la Reguera.
La E. -D. Adrián Connink.
La
F. -D. Vincencio Squarzafigo.
La G. -Doct. Juan de Ferreras.
La
H. -D. Fernando Bustillo: Y por muerte de éste a D. Manuel de
Villegas y Piñateli.
La I y la J. -El R. P. Joseph Casani.
La
K. -El R. P. Cárlos de la Reguera, por muerte del R. P. M. Fr. Juan
Interian de Ayala.
La L. -Entre D. Pedro Serrano, y Don Joseph
Torrero, por muerte de D. Fernando Bustillo.
La M. -Por muerte de
D. Pedro Escoti, a quien estaba repartida, la formó el Doct. D.
Diego Villegas y Quevedo.
La N. -El R. P. Cárlos de la Reguera.
La O. -D. Manuel de Villegas y Piñateli.
La P. -Por muerte
de D. Fernando Bustillo, entre D. Vincencio Squarzafigo, y el R. P.
M. Fr. Jacinto de Mendoza.
La Q. -D. Francisco Antonio Zapata.
La R. -D. Pedro Serrano; y las combinaciones RI, y RO, el R. P.
Cárlos de la Reguera, y RU, el Doct. D. Pedro Gonzalez.
La S.
-D. Diego Suarez de Figueroa.
La T. -D. Lope Hurtado de Mendoza.
La U y la V. -D. Miguel Gutierrez de Valdivia.
La X. -El
Doct. D. Blas Antonio Nassarre.
La Y. -El R. P. Joseph Casani.
La Z. -El R. P. Cárlos de la Reguera.
Voces de el Blasón.
-El R. P. Joseph Casani.
Voces de las Mathemáticas. -D.
Vincencio Squarzafigo.
Términos de la Cetrería. -D. Blas
Antonio Nassarre.
Voces del Reyno de Aragón. -Entre Don Blas
Antonio Nassarre, D. Joseph Torrero y Marzo, D. Francisco Escuder, y
D. Joseph Siesso de Bolea.
Siguen las listas de los Académicos
fallecidos y de los que entonces constituían esta Corporación, y
otros preliminares: erratas, abreviaturas, etc.
La Academia tiene
acordado reimprimir el Diccionario de autoridades, a cuyo efecto
existe una Comisión que ha de proponer las reformas que hayan de
hacerse en esta segunda edición.
Contienen los seis tomos 13.365
voces simples o radicales, cuyos orígenes se indican en ellos. El P.
Larramendi clasifica este caudal lexicográfico de la manera
siguiente:
Voces de origen latino 5.385
Voces de origen
griego 973
Voces de origen árabe 555
Voces de origen
bascuence 1951
Voces de origen hebreo 90
Voces de origen
francés 202
Voces de origen italiano 157
Del godo y otros
orígenes secundarios 1179
Formadas por onomatopeya 87
Sin
origen determinado 2786
Total 13.365
La segunda
edición de este Diccionario comenzó a imprimirse, con adiciones y
correcciones, treinta y un años después de publicada la primera;
pero no apareció más que el primer tomo (A-B: 552 págs, en folio),
porque la Academia tuvo que suspender la impresión de la obra para
dedicar su
atención a la composición y publicación de un
Diccionario oficial, completo y manual de la lengua castellana, que,
por muchos conceptos, se hacía con urgencia necesario.
La grande
obra del Diccionario de autoridades, en que con la de nuestros
autores clásicos se justifican las acepciones y uso de todas las
palabras castellanas, es hoy, lo mismo que en el pasado siglo, libro
indispensable y preciosísimo de consulta para todo aquel que quiera
hablar y escribir con perfección y elegancia el idioma castellano.
-Diccionario de la lengua castellana, compuesto por la Real
Academia Española, reducido a un tomo para su más fácil uso.
Madrid: D. Joaquin Ibarra, 1780.
Un vol. en fol. -160 págs, a
tres cols.
Esta es la primera edición en un tomo del
Diccionario manual completo de la lengua castellana. En él se
suprimieron las etimologías, las anomalías de los verbos (que
formaban artículo en la edición grande) y las citas o autoridades;
adoptáronse varias abreviaturas, y se empleó letra pequeña, a tres
columnas, en cada página.
-Segunda edición, en la qual
se han colocado en los lugares correspondientes todas las voces del
suplemento, que se puso al fin de la edición del año de 1780, y se
ha añadido otro nuevo suplemento de artículos pertenecientes a las
letras A, B y C. Madrid. Por D. Joaquín Ibarra, Impresor de Cámara
de S. M. y de la Real Academia. MDCCLXXXIII.
Fol. -2 hs. Prels. +
968 págs. + 6 finales.
-Tercera edición, en la qual se han
colocado en los lugares correspondientes todas las voces de los
suplementos, que se pusieron al fin de las ediciones de los años de
1780 y 1783, y se han intercalado en las letras D, E y F, nuevos
artículos, de los quales se dara un suplemento separado. Madrid. Por
la viuda de D. Joaquin Ibarra, impresora de la Real Academia.
MDCCLXXXXI.
Fol. -2 hs. prels. + 867 págs. Reprodúcese el mismo
prólogo que en la anterior.
-Cuarta edición: Madrid. Viuda de
Don Joaquin Ibarra. -Se publicó en 1803.
Consta de 930 págs.
En ella pusiéronse por primera vez como letras especiales la ch
y la ll, y la reforma de la ortografía, iniciada treinta años
antes, llegó a su término en puntos tan importantes como fué el de
dar a la q y a la f su valor propio en ciertas voces, como chimera,
chimica, phalange, pharmacia, que anteriormente se habían escrito de
esta manera, y por consiguiente, se habían puesto dichas voces en
letra distinta de la que les correspondía.
-Quinta edición. Se
publicó en 1817.
Consta de 912 págs.
Tiráronse 6.000
ejemplares, que se agotaron en muy breve tiempo, pues el público
esperaba ansioso esta edición primera, que se hizo después de la
invasión y guerra francesa.
-Sexta edición. Se publicó en
1822.
Consta de 870 págs.
En Versalles, año de 1824,
apareció un Diccionario de la Academia Española, de dimensión en
4.°, con el título de séptima edición; pero creo que debió ser
una suplantación y que la Academia no autorizó semejante
Diccionario, supuesto que su séptima impresión apareció en Madrid,
año de 1832. Por otra parte, la edición francesa no es más que la
exacta reproducción de esta sexta edición.
-Séptima edición:
Madrid. Imprenta real. (Port. grab. por B. Ametller y M. C. Maró.)-Se
publicó en 1832.
Consta de 2 hs, prels. + 788 págs. + 1 de
errat.
En esta edición se introdujeron algunas modificaciones en
las abreviaturas; se reunieron en un solo artículo las diversas
acepciones de una voz con sus respectivas frases, modos adverbiales y
refranes; se suprimieron una porción de voces, principalmente
arcaicas, que sólo se diferenciaban de las corrientes en el aumento,
disminución o alteración de una o dos letras; se mejoraron
notablemente las definiciones de palabras técnicas, en particular de
los diversos ramos de las ciencias naturales; se pusieron en todas
las voces sus correspondencias latinas, y se omitieron los
participios pasivos
regulares, los adverbios en mente que
proceden de superlativos y otros términos que, pudiéndose formar
fácilmente, aunque por esta razón no disuenen al oirse, no son, con
todo, de uso general ni se hallan autorizados en los clásicos; como,
por ejemplo, muchos nombres de acción terminados en azo. No por esto
el Diccionario dejó de salir enriquecido con muchísimas voces
sacadas de la lectura de los clásicos castellanos y aceptadas por el
uso, siempre arbitro y juez del lenguaje.
-Octava edición:
Madrid. Imprenta Real.
-Se publicó en 1837.
Consta de 792
págs.
En esta edición escribe la Academia con muchas voces que
antes tenían g, para cuya reforma atiende al origen de las palabras,
como majestad = majestad,
mulier = mujer. Preceptúa el uso del prefijo ex siempre con x, como
examen y exento, no ecsamen y ecsento,
-Novena edición. Se
publicó en 1843,
Consta de 762 págs.
En el prólogo se
razona la supresión de los tecnicismos que no han salido del dominio
exclusivo de las ciencias a que pertenecen o del uso de los que las
cultivan, ya suprimidos en la anterior. Y la sólida argumentación
con que se apoya esta reforma, así como también la no inclusión de
nombres de modas ú otros de objetos caprichosos o transitorios,
contesta con elocuencia a la preocupación de aquéllos que han
tachado el Diccionario académico de incompleto o imperfecto.
-Décima edición: Madrid, en la Imprenta Nacional, año de 1852.
Consta de 4 hs. Prels. + 732 págs.
Port. -V. en b. -Al
lector: Al ordenar la presente edición, no se ha separado la Real
Academia Española del sistema que ha seguido en las anteriores, y
especialmente de la octava y la novena. Se abstiene, pues, de
exponerlo y justificarlo en un largo prefacio, que nada sustancial
añadiría a lo que latamente manifestó en el prólogo a la última,
dada a luz en 1843. No obstante, sin variar el plan de la obra, ha
procurado mejorarla, no sólo enriqueciéndola con muchas voces y
locuciones, que, o desde antes le faltaban, o modernamente
introducidas se han generalizado en el uso, sino quitando a varias la
inmerecida nota de anticuadas cuando por doctas plumas las ha visto
ya rejuvenecidas. El mayor número de vocablos ahora agregados
procede, ya de las novedades que se han ido experimentando en todos
los ramos de la administración pública por consecuencia de las
actuales instituciones políticas, ya del rápido vuelo que a su
sombra tutelar han tomado las artes, el comercio y la industria. No
faltará, sin embargo, quien todavía eche de menos en esta edición
algunas voces novísimas; pero, o las ha excluido de propósito la
Academia, bien por demasiado técnicas, bien porque apenas empleadas
por algunos escritores han caído en completo desuso, o se han medio
naturalizado en Castilla cuando ya se había impreso el pliego donde
habrían de colocarse…
-Undécima edición. Se publicó en 1869.
En esta edición omitió la Academia las correspondencias latinas que
siempre había llevado el Diccionario.
-Duodécima edición:
Madrid, imprenta de D. Gregorio Hernando, 1884.
Fol. -XIX -1122
págs. + 1 de errat. (Al fin:) Acabóse de imprimir este libro en
Madrid, en casa de D. Gregorio Hernando, a 31 de diciembre de 1884.
En esta edición da la Academia las etimologías de casi todos
los vocablos españoles; hace un considerable aumento de palabras
técnicas, ya bien formadas ó ya aceptadas de un modo permanente en
el uso general; mas no acoge los tecnicismos completos de toda arte y
ciencia, por suponerlo fuera de su objeto; adiciona por miles
palabras, acepciones y frases del lenguaje literario y vulgar, dando
carta de naturaleza a varios neologismos; pone todos los diminutivos
y aumentativos que no acaban en ico, illo, ito, on, azo, suprimiendo
éstos (excepto los que tienen acepciones de positivos y algunas
partículas mudas), así como también exclúyense los superlativos
en ísimo que conservan, sin modificaciones, algunas de las letras
radicales. Usase, en fin, en este
Diccionario de la nueva
ortografía de la Academia, base certísima de la prosodia de todas
las palabras.
Explícanse estas innovaciones y enmiendas
introducidas en el último Diccionario, en una advertencia que le
precede, poniéndose al final las Reglas de acentuación y las que
deben tenerse en cuenta para la formación de los diminutivos en ico,
illo, ito; de los aumentativos en on y azo, y de los superlativos en
ísimo, según lo ya preceptuado en la edición postrera de la
Gramática. Y, por último, pónese una lista de 400 abreviaturas que
más comúnmente se usan en castellano.
La ardua y gloriosísima
empresa de las etimologías que en esta edición ha llevado a feliz
término la Academia, hacen su obra la más notable y útil entre
cuantas ha publicado después del Diccionario de autoridades
(1726-1736).
Esta mejora de consignar en el Diccionario las
raíces etimológicas de las voces castellanas, fué propuesta por D.
Juan Valera en la Junta celebrada por la Academia el 24 de febrero de
1876, en lo relativo a los orígenes griegos y latinos de las
palabras. Y habiendo sido aceptada, se acordó también que se
hiciese el estudio de las etimologías bascuences y arábigas, a
proposición de los Sres. D. Antonio Cánovas del Castillo y D.
Cándido Nocedal, y de las modernas por indicación del Sr. D.
Desiderio de la Escosura, resolviendo al fin la Corporación incluir
todas las averiguadas que no diesen lugar a duda o controversia.
El
año de 1713 en que se fundó la Real Academia Española apareció un
folleto intitulado: Carta del maestro de niños, a Don Gabriel
Alvarez de Toledo, Caballero del Orden de Alcantara, y primer
Bibliotecario del Rey. En Zaragoza, Año de 1713 (4.° -2 hs. prels.
+ 79 páginas. – Sign. A-E, de 8 hs. las dos primeras sin sign.
-Port. -V. en b. – Errat. – Texto, fechado en Zaragoza veinte y siete
de Noviembre de 1713).
El autor de esta obra fué el fecundísimo
escritor y caballero de Calatrava, D. Luis de Salazar y Castro, ayuda
de Cámara del Rey D. Carlos II y su Bibliotecario y Cronista de
Castilla y de Indias. El cual, con motivo de juzgar la obra escrita
por uno de los fundadores de la Real Academia Española, intitulada
Historia de la Iglesia, y del mundo, que contiene los sucessos desde
su creación hasta el diluvio. Autor D. Gabriel Alvarez de Toledo,
cavallero de la orden de Alcántara, y primer Bibliotecario del Rey.
Año (grab. en mad.) 1719 (por errata, pues las aprobaciones y
licencias son de 1713 todas ellas). Con privilegio. En Madrid, en la
Librería del Rey: Por Joseph Rodriguez y Escobar, Impressor de su
Magestad y del Consejo de la Santa Cruzada (fol. -10 hs. prels. + 382
págs. + 5 finales), manifiesta, aunque indirectamente, especial
empeño en zaherir a la Academia Española y a sus individuos, sin
duda por no haber formado parte de esta Corporación, constituída en
aquellos días.
Contestó a Salazar otro de los primeros
Académicos. D. Vicente Bacallar y Sanna, Marqués de San Felipe, del
Consejo de S. M. su Caballerizo mayor en el reino de Cerdeña,
Gobernador y reformador de los cabos de Caller y Galura y Alcaide de
la Gran Torre, después Enviado extraordinario de S. M. a la
República de Génova y Embajador á la de Holanda en 1713. Intituló
el Marqués la defensa de su grande amigo Alvarez de Toledo: Palacio
de Momo. Apologia yocoseria por la Historia de la Iglesia y del mundo
y por su autor D. Gabriel Alvarez de Toledo y Pellicer.
Defendiendole de una Carta anonyma, aunque con el nombre de
Maestro de Niños, que supone ser impresa en Zaragoza, y dirijida al
mesmo Autor, despues de haber muerto. Escribio la apología Encio
Anastasio, heliopolitano. Sacala a luz un amigo de Don Gabriel. Leon
de Francia (Madrid). Ano MDCCXIV (4.° -199 págs., inclusas 2 de
port.); y á los nobles propósitos de este libro contribuyó también
un autor anónimo con otra defensa titulada: Apuntaciones a la Carta
del Maestro de Niños. Decíale el Marqués de San Felipe a Salazar:
Imitas al perro que aulla y ladra mordiendo las puertas de la casa
donde no puede entrar.
D. Luis de Salazar y Castro replicó a
ambas obras en otra suya, a la que puso por título: Jornada de los
coches de Madrid á Alcalá, ó satisfacion al Palacio de Momo, y á
las apuntaciones a la carta del maestro de niños. En Zaragoza. Año
1714 (4.° -4 hs. prels. + 362 págs. + 7 hs. finales). Y como quiera
que D. Gabriel Alvarez de Toledo hubiera fallecido hacía algunos
meses (el 17 de enero
de 1714), claramente manifestó ya Salazar
en esta réplica que sus censuras no eran dirigidas a la persona de
aquel escritor, sino más bien a la Academia Española. En las
páginas de su libro intenta mortificar a los Académicos poniéndoles
porción de apodos, y atribuye a la Corporación propósitos que
jamás tuvo. El autor trata a la vez muchos puntos de gramática, de
ortografía y de lexicografía. Fué, pues, Salazar y Castro el
primero de los enemigos que la Academia Española ha tenido.
Desde
entonces no han faltado quienes juzgasen con notoria injusticia y
escaso patriotismo las obras publicadas por la primera de nuestras
Corporaciones literarias, que vive consagrada a conservar la pureza
del idioma castellano; pero no ha dejado de haber también quienes
hayan hecho oportunas y útiles observaciones a la Gramática y al
Diccionario académicos. Citaremos a continuación los trabajos que
se refieren al Diccionario, en los cuales se impugna o se defiende
dicha obra:
-Reflexiones y reparos sobre el Diccionario de la
Lengua Castellana, que compuso la Real Academia Española el año de
1726. (Por el P. Martín Sarmiento.)
MS. en fol. de la Real
Academia Española.
Son las 16 hojas últimas de los Elementos
etimológicos del P. Sarmiento: texto del tomo I, a dos columnas.
-Diccionario de la Lengua Castellana, por la Academia Española.
(Novena edición.) Artículo crítico por D. Andrés Bello, publicado
en El Araucano, año de 1845, en el que principalmente estudia las
modificaciones ortográficas en él consignadas.
Reimpreso en el
volumen V de las Obras completas de D. Andrés Bello, publicadas por
el Gobierno nacional de Chile.
-Suplemento de la fé de erratas
de la décima edición del Diccionario de la Real Academia Española,
por D. Gregorio García del Pozo: Madrid. 1854.
-Observaciones
acerca del Diccionario de la Real Academia Española, por D. Ricardo
Ovidio Limardo (venezolano), presentadas a dicha Corporación por D.
Eugenio de Ochoa: años de 1866 y 1867.
-El Diccionario de la
lengua castellana, por la Real Academia Española. Artículo por D.
Fernando Gómez de Salazar, publicado en La Ilustración Española y
Americana, núms. XIII y XV: Abril 8 y 22 de 1878.
Artículo
contra la undécima edición del Diccionario de la Academia.
-La
duodécima edición del Diccionario de la lengua castellana. Carta al
Excelentísimo Sr. D. Aureliano Fernández-Guerra y Orbe, por el Dr.
Thebussem (D. Mariano Pardo Figueroa). Publicada en La Ilustración
Española y Americana, núm. XXX del año 1885.
-Rectificaciones
e innovaciones que la Real Academia Española de la Lengua ha
introducido en la duodécima edición de su Diccionario. Por
Sebastián Rodríguez y Martín: Madrid. 1885.
-Carta-privilegio,
escalpelo o examen crítico de las obras de la Academia de la Lengua,
por D. Gregorio Herráinz: Segovia, establecimiento tipográfico de
F. Santiuste, 1886.
4.°-115 págs.
-Doña Lucía. Novela
histórica ó historia novelesca. Madrid, imprenta de la Viuda é
hija de Fuentenebro, Bordadores, 10. -1886.
4.° men. -XXIV -248
págs.
Es una crítica de la última edición del Diccionario de
la Academia Española, escrita por D. José María Sbarbi, quien
firma el prólogo del libro con el pseudónimo Dionisio Juarráes
Bombasán.
-La Crítica del Diccionario de la Academia.
Observaciones publicadas en la Revista del Turia, con motivo de los
artículos que en pro y en contra de la duodécima edición del
Diccionario de la Real Academia Española han dado a luz algunos
escritores. Por D. Miguel Atrián y Salas (Matrinas).
Teruel,
1887. Imp. de la Beneficencia.
12.° -459 págs. + índ.
Lo
más notable de este librito son los capítulos XIII al XVI, en que
el autor trata del uso de le y la, les y las, como dativos, aduciendo
a la doctrina que expone, riquísimo caudal de notas tomadas de los
escritores anteriores al siglo XV y posteriores hasta nuestros días.
-El Diccionario de la lengua castellana por la Academia Española.
Colección de artículos publicados en La Controversia y en El
Liberal, en contestación a los que en El Imparcial ha dado a luz
Miguel de Escalada contra la duodécima edición del Diccionario de
la Real Academia Española, por Francisco A. Commelerán
(Quintilius). Madrid. imprenta de A. Pérez Dubrull, Flor Baja,
22.
1887.
8.°-144 págs. + 2 de índ.
-De Academica Caecitate:
reparos al nuevo Diccionario de la Academia Española, por el
Bachiller Francisco de Osuna (Don Francisco Rodríguez y Marín).
Osuna, imprenta de El Centinela, 1887.
8.° men. -108 págs.
-Tirada de 100 ejemplares no puestos a la venta.
Consta este
opúsculo de trece números o capítulos, además de Introducción y
Conclusión, en los que se trata de palabras, locuciones, etimologías
y refranes que faltan en el Diccionario de la Academia, y de otras
voces (a juicio del autor) mal definidas o que sobran, refranes
incompletos, equivocadas etimologías y mal entendidas locuciones.
Se ha publicado por el mismo autor una segunda edición.
-Fe
de erratas del nuevo Diccionario de la Academia, por D. Antonio de
Valbuena (Miguel de Escalada). Madrid. 1887. Viuda e hijo de Aguado.
-Madrid. 1889. Imprenta de D. Luis Aguado.
Dos tomos que
comprenden hasta la letra C, y son una colección de violentos
artículos contra la Academia y los Académicos. El autor los publicó
primeramente en el periódico diario El Imparcial, en donde sigue
publicando otros sucesivos, que sin duda constituirán nuevos tomos.
Desde las columnas del periódico El Liberal y desde las mismas
de El Imparcial, fueron contestados algunos de dichos artículos, y
puestos sus errores de relieve, por los señores D. Francisco Andrés
Commelerán (Quintilius) y D. Manuel Silvela. El Comercio, de Nueva
York, 5, El Ferrocarril, de Santiago de Chile, reprodujeron los
primeros artículos de Valbuena, y en el segundo de estos periódicos
contestó, en defensa de la Academia, un Sr. Nercasseau, replicando
por Valbuena, en el mismo diario, un Sr. D. Gonzalo Luján.
-La
Lengua, la Academia y los Académicos, por D. Elías Zerolo. París,
Tip. de Garnier hermanos, 1889,
4.°-71 págs.
-El
Diccionario de la Academia Española. Artículo por D. Rafael Álvarez
Sereix, publicado primeramente en los años 1886 y 87, e incluido
después en sus Estudios contemporáneos. Ciencia y literatura.
Madrid, imprenta de Moreno y Rojas, 1889.
8.° -207-268 págs.
-Sigue, como Apéndice al artículo, una lista de 662 voces
castellanas, cuyas etimologías o definiciones ha propuesto el autor
a la Academia Española, págs. 269-283.
En el artículo contesta
a los cargos hechos por Miguel Escalada (Valbuena) a la 12.a edición
del Diccionario.
-Sobre el Diccionario de la Academia Española.
-Fin de una polémica. -Ultimas palabras sobre una polémica. -Tres
artículos sobre lexicografía: autor D. Manuel Silvela, incluidos en
sus obras literarias, páginas 547-587. Madrid. Tello, 1890. Tomo 82
de la Colección de Escritores castellanos.
Fueron publicados
primeramente en el periódico El Imparcial bajo el pseudónimo Juan
Fernández, para contestar a los que en el mismo periódico
publicaba, atacando el Diccionario académico, D. Antonio Valbuena
(Miguel de Escalada). -También publicó en El Liberal unos artículos
en contra de la última edición del Diccionario académico el Sr. D.
Eduardo Echegaray, Ingeniero de Caminos: intituláronse La Ciencia y
el nuevo Diccionario, y se referían a las definiciones de las
ciencias físico matemáticas. Asimismo se publicaron en El Progreso
otros artículos relativos a los tecnicismos jurídicos por D. Adolfo
Vallespinosa, titulados El Derecho y el nuevo Diccionario, y en El
Rigoleto unas Cartas antiacadémicas, por un sacerdote que firmaba
con el pseudónimo El Fabriquero de Canta-Cucos. Defendieron la obra
académica el señor Paz Bueso, con la firma de Un anticrítico, en
El Globo, y otros autores que suscribieron sus artículos con las
letras Z. X. y L. en El Correo, El Día y El Resumen.
1730.
742. Diccionario español, por Antonio Bordazar.
Fol.
Es
un compendio del Tesoro de Covarrubias, al decir de Mayans, quien da
noticias de esta obra en su Specimen.
1740.
Nuevo
dicionario, español é ingles y español. Que contiene La Etimología
de la Propria y Metaphorica significación de las palabras, términos
de artes y sciencias; nombres de hombres, familias, lugares, y de las
principales plantas, tanto En España, como en las
Indias-Occidentales. Junto con Las palabras Arábigas y Moriscas
recebidas en la lengua española. Con la explicación de
las
Palabras difíciles. Proverbios, y Frases En Don Quixote, y en otros
varios Autores de dicha Lengua. Corregiendo los Errores, que en los
antecedentes Dicionarios avia añadiendo seis mil palabras en el
Español, y doze mil en el Ingles. Muy necessario, y provechoso, para
leer, y entender, los Lenguages Español, é ingles. Por Pedro
Pineda, Autor de la Gramática Española, y Maestro de dicha Lengua
en la Ciudad de Londres. En Londres: Por F. Gyles, T. Woodward, T.
Cox, J. Clarke, A. Millar, y P. Vaillant. MDCCXL. ( Igual portada en
ingles en otra hoja. )
Dos partes en dos vols., sin foliación en
ambos.
Primera parte. -Port. española. -Port. inglesa.
-Epístola – Dedicatoria del autor a la Duquesa de Richmond: Londres
y Noviembre 1739 -The Preface (en inglés). -El autor al lector (en
castellano): …Se ha de observar que los Españoles confunden la B
con la V, la c con cedilla con la z, la c con la q, la jota con la x.
Ejemplos: savio o sabio, coraçon o corazon, cuaresma o quaresma,
jabon o xabon, lo qual es contrario no solo a la verdadera
ortografía, mas aun a la pronunciación, pues es digno de
reprehension el que tal falta en lo venidero cometiere, y para evitar
el tal absurdo los remito a mi Gramatica, en la qual hallaran reglas
suficientes para que en lo futuro eviten los dichos errores. Hechas,
pues, las sobredichas observaciones para el abono de mi ortografía…
Port. de la parte española -inglesa. – Texto, a tres cols.
Segunda
parte. -Port. -Epístola – Dedicatoria del autor a la Condesa de
Sunderland: Londres y Noviembre de 1738. – Texto, a tres cols.,
inglés -español.
1745.
744. Diccionario trilingue
del castellano, bascuence, y latín. Tomo primero. Su autor el padre
Manuel de Larramendi, de la Compañía de Jesus. Dedicado á la mui
noble, y mui leal provincia de Guipuzcoa. Año (esc. de la Comp.)
1745. Con privilegio en San Sebastian: Por Bartholome Riesgo y
Montero, Impresor de dicha M. N. y M. L. Provincia, Ciudad de San
Sebastian, su Consulado, y de la Real Compañía Guipuzcoana de
Caracas.
Fol. -8 hs. prels, + CCXXIX págs. + 436.
Port. –
Ded. á la prov. de Guipúzcoa (con su escudo de armas a la cabeza,
grab. en cob. por La Cruz, que lo firma). -Dictamen de Fr. Bartholome
de Galarza, agustiniano de Azpeitia: 28 Diciembre 1743. -Lic. del
Canónigo Dr. D. Miguel Ignacio de Luquin, por mandado del Obispo D.
Gaspar de Miranda y Argaiz. -Censura de D. Ignacio de Emparan,
Canónigo de Avila: Azpeitia, 17 Abril 1744. -Lic. del Prov. de la C.
de J. P. Andrés de Gávale: Salamanca 6 de Diciembre de 1744. –
Lic.
real. -Tassa: Madrid 17 Julio 1745. -Fe de erratas de este tomo
primero, suscritas por D. Manuel Lisardo de Rivera, Corrector general
por Su Magestad – Prólogo (en el cual el P. Larramendi, en el siglo
Garagorri, trata de probar que el bascuence fué la lengua ibérica
primitiva y universal de España, lo cual ya indicó en su Gramática
bascongada que intituló El imposible vencido (Salamanca, 1722). –
Texto, a dos columnas. Llega hasta la G inclusive, y en él va
poniendo la palabra castellana definida también en castellano, y
luego la bascuence y la latina.
Tomo segundo: 392 págs. + 6
hs. finales. -Port. (igual a la del primer to no). – Texto, a dos
cols. (en igual forma que en el primer tomo). -Suplemento, también a
dos cols. -Fee de erratas de este tomo segundo, suscrita por el Ldo.
Lisardo de Rivera. -Erratas en el prólogo.
-Segunda edición:
Diccionario trilingüe castellano, bascuence y latín, dedicado a la
M. N. y M. L. provincia de Guipúzcoa, por el Padre M. de Larramendi,
de la Compañía de Jesús. (Esc. de la provincia.) Nueva edición
publicada por Don Pio de Zuazua. San Sebastian, 1853. Establecimiento
tipográfico -literario del editor.
págs. + 7 hs. sin foliar + CCV págs. + 444 págs. + V págs + 2 hs.
finales. -Anteport. -Port. – Ded. del editor al país bascongado. –
Pról. de esta segunda edición, a dos cols. -Siguen los prels. (a
página entera) y el prólogo y texto de la primera edición (a dos
cols.) -Suplemento a este tomo. Precédele esta advertencia: Al
acabarse la impresión del Diccionario, me envia el Padre Agustin de
Cardaveraz, de nuestra Compañía, un Cuaderno viejo que le ha habido
a las manos an-dando en misiones en Vizcaya. Está impreso en cuarto
y contiene refranes del bascuence, traducidos en castellano
demasiadamente a la letra. Fáltale el principio y el fin: ni se sabe
su autor ni dónde se imprimió… Las páginas legibles son sesenta,
en treinta hojas. De éstas he ido entresacando con bastante
prolijidad aquellas voces bascongadas que por lo común no están en
el Diccionario… He añadido también otras muchas voces que he oído
en las conversaciones y notado en los libros, especialmente en
Axular, que he vuelto a repasar con cuidado, – Texto, a dos cols. -Fe
de erratas. -Adv. sobre la ortografía del texto.
Tomo II: 3
hs. prels. + 510 págs. + 1 h. en b. + VI págs. -Anteport. -Port. –
Ded. del edit. al país bascongado. – Texto, a dos cols. – H. en b.
-Suplemento a este tomo.
1761.
745. + Diccionario
General de las dos lenguas española, y francesa. Esta primera parte
será de español en francés, y la segunda de francés en español.
Es diferente en el methodo de todos los que hasta aora se han dado al
Público. Dalo a luz Don Nicolás Gonzalez de Mendoza, vecino de esta
Corte. Lo dedica al Sr. D. Juan Miguel de Ustariz. Y ofrece completa
satisfacción en la segunda parte, donde se harán patentes todas las
voces que tiene la Lengua Francesa de que carece la Española, assi
como en esta las que tiene la Española, de que carece la Francesa; y
será mas estensa la explicación de sus sentidos y significaciones.
Con licencia. En Madrid. por Andrés Ortega, calle de las Infantas.
Año de 1761. Se hallará en la Librería de Hipólito Rodriguez,
calle de las Carretas, y en la de la Montera, en casa de D. Gregorio
de Rivera, Mercader, frente de Geniani.
4.° -Dos tomos en
tres volúmenes. -El primer tomo contiene el Diccionario
español-francés; los dos restantes volúmenes, impresos el año de
1763, contienen el Diccionario francés-español.
Tomo I: 8 + 368
págs. -Anteportada. -Port. – Ded. del autor á Ustariz: Madrid y
febrero 4 de 1761. -Lic. del Consejo: Madrid. 26 de noviembre de
1760. -Lic. del Ordinario: Madrid. 5 de enero de 1761. -Fee de
erratas, suscritas por el Dr. Don Manuel Gonzalez Ollero, corrector
general por S. M. -Tassa. – Prólogo: … También hallarás muchos
Adagios, Refranes, o Proverbios al fin de esta obra, que me ha
parecido separar de su cuerpo, porque ellos se separan también del
orden alfabético… – Texto, a dos cols. -Tabla.
1771.
746. Promptuario trilingue,
en el que se manifiestan con toda claridad todas las vozes que
generalmente sirven para el Comercio Político, y sociable en los
tres Idiomas, Cathalan, Castellano, y Francés, a fin de que los poco
instruidos en algunos de los dos primeros, entren con menos
dificultad a la intelligencia del tercero. Su autor. Joseph Broch
Clerigo, y Maestro de Lengua Francesa. Con Licencia. Barcelona: En la
Imprenta de Pablo Campino, Impresor calle de Amargos. Año 1771.
Vendese en su casa, y en la de Francisco Rivas, Librero en la Plaza
de San Jayme.
8.°-216 págs. + 2 hs. finales. – Sign. A- H,
de 8 hs. menos la últ. de 4.
Port. -Al Lector: … el fin
que he tenido ha sido dar a la Juventud un Promptuario con que
tuviera a mano todas las vozes que concurren en Negocios, y regulares
conversaciones políticas, y al mismo tiempo se hiziera capaz de los
nombres de las cosas en las tres lenguas, y como ni todos tienen
caudal para comprar Vocabulario, singularmente el que da a luz en
este assumpto, que es el de D. Francisco Sobrino, ni aunque le tengan
pueden llevarle en la faltriquera para buscar lo que ocurra, resolví
componer este Promptuario, donde rara es la voz que pueda ocurrir en
el Comercio Político, que no se encuentre al prompto. Y aunque en la
Gramática que últimamente ha salido de D. Antonio Galmace se hallan
con este orden los nombres, y no por Abecedario como en los
Vocabularios; como en la dicha Gramática no se hallen los términos
más que en Francés y Castellano, y la experiencia me enseñe que
muchos Catalanes no poseen con perfección la lengua Castellana,
especialmente en la propiedad de vozes; acá lo encontrarán todo, no
solo para instruirse del Catalán al Castellano, sino para imponerse
desde estos dos Idiomas al Francés y al contrario… – Texto, a tres
columnas, catalana, española y francesa. – Indice de los géneros de
cosas y diversidad de materias que se contienen en este Promptuario.
1776.
747. Sobrino aumentado, o nuevo diccionario de
las lenguas española, francesa y latina, Compuesto de los mejores
diccionarios, que hasta ahora han salido a luz; dividido en tres
tomos: los dos primeros contienen el Español explicado por el
Francés y el Latin, y el tercero el Francés explicado
por el
Español y el Latin, con un Diccionario abreviado de Geographia, En
donde se hallan los nombres de los Reinos, de las Ciudades, de los
Mares, y Ríos del Mundo. Por Francisco Cormon, Maestro de Artes en
la Universidad de Paris, y de Lengua Castellana. Tomo Primero: A-E.
(Esc. del imp.) En Amberes, A costa de los Hermanos de Tourney.
MDCCLXXVI.
Tres tomos en fol.
Tomo I: 589 págs. – Sign. A-Z,
Aa-Zz, Aaa-Zzz, Aaaa-Eeee, de 8 hs. -Anteport. – A la v.: Adv. al
lector. -Port. – Texto, a tres cols.: la primera palabra es la
castellana; luego la francesa, con su explicación en esta lengua, y,
por último, la latina.
Tomo II (F-Z): 698 págs. – Sign. A-Z,
Aa-Zz, Aaa-Zzz, Aaaa-Tttt, de 4 hs. menos la últ. De 1. Port.
–
Texto, a tres cols. en la misma forma que el anterior.
Tomo III:
Nouvelle edition corrigée. Tome troisième (Esc. del imp.) A Anvers,
Aux dépens des Frères de Tournes. MDCCLXXV. -63 págs. – Sign. A-Z,
Aa-Zz, Aaa-Zzz, Aaaa- Hhhh, de 4 hs. menos la últ. de 3. -Port. –
Texto, a tres cols. -Es Diccionario francés-español.
1794.
748. A Dictionary, Spanish and English, and English and
Spanish: containing, The signification of words, and their different
uses; together with The terms of arts, sciences, and trades; and The
Spanish Words accented and spelled according to the Regulation of the
Royal Spanish Academy of Madrid. A new edition, corrected and greatly
enlarged. By Joseph Baretti, Secretary for Foreing correspondence to
the Royal Academy of Painting, Sculpture, and Architecture. London:
Printed for F. Wingrave, Successor to Mr. Nourse; J. Johnson; J.
Sewell; G. G, and J. Robinson; R. Faulder; H. Murray; and Vernor and
Hood. MDCCXCIV.
4.° may. -2 vols.
El primero (Port. -Adv. –
Texto, a tres columnas) es el vocabulario español-inglés.
-El
segundo el inglés-español.
-A New edition corrected and greatly
enlarged, by Joseph Baretti… Part. I. Spanish and English. London:
Printed for F. Wingrave; J. Johnson; W. J, & J. Richardson; J.
Walker; R. Faulder; W. Otridge & Son; G. Wilkie & J.
Robinson; J. Scatcherd & C. J. Letterman, Cuttell and Martín;
Vernor, Hood. & Sharpe; Longman, Hurst, Rees, & Orme; J.
Nunn; T. Cadell & W. Davies; Lac Kington, Alien, & Co.; B.
Crosby, & Co.; J. Murray; and J. Asperne. 1807.
4.° -IV
págs. prels. + el texto sin foliación. Port. -Adv. – Texto, a tres
cols.
La segunda parte es la inglesa española.
La primera
edición de este Diccionario de Baretti se hizo en Londres, año de
1778; en el de 1786 apareció otra, en dos tomos en 4.°, también
con el pie de imprenta de Londres, aunque la hicieron las prensas de
Lyon.
1798.
749. Diccionario nuevo de las dos lenguas
española e inglesa en quatro tomos. Esta parte tiene el Castellano
antes del Ingles, y considerablemente aumentado con los diversos
significados y usos de sus voces; los términos de artes, ciencias y
oficios; la náutica, las expresiones metafóricas, idiomas,
proverbios y frases que se usan en las dos lenguas, todo estractado
de los mejores Autores y Enciclopedias. Compuesto por los RR. PP. MM.
Fr. Tomas Connelly, Religioso Dominico, y Confesor de Familia de Su
Magestad Católica; y Fr. Tomas Higgins, Carmelita Calzado, y
Confesor de Familia y de Extranjeros en el Real Sitio de San
Ildefonso. De orden superior. Madrid en la imprenta Real. Por Don
Pedro Julian Pereyra, impresor de Cámara de S. M. Año de 1798. (La
misma portada al lado, en inglés.)
Fol. -Dos partes en 4 tomos.
Los dos primeros contienen el Diccionario castellano-inglés.
Tomo I: 8 hs. Prels. + 956 págs. + 2 hs. finales. -Ports.
-Lista, a tres cols. de nombres propios de personas. -Abrevs. –
Prólogo, a dos cols. inglesa y castellana: He procurado dar
cumplimiento a las soberanas intenciones de nuestro Católico Monarca
(que Dios guarde) y a las de su amado Padre, dedicándome a componer
este Diccionario de las dos lenguas Española e Inglesa, y trabajando
en él incesantemente por espacio de más de catorce años que han
pasado desde que se me hizo saber la Real Orden: pero considerando
que seria imposible para mi solo el acabar una obra tan dilatada,
supliqué a mi compañero y pariente viniese de Napoles
para ayudarme…
Las expresiones metafóricas de que abunda la
lengua Castellana, y muchas de las cuales son difíciles de traducir,
ocupan gran parte de esta obra, como también los refranes que son
numerosos, y se han añadido algunos mas que no se hallan en el
Diccionario de la Real Academia; también los nombres y verbos
antiguados
incorporados en ella…
… el publico hallará un Diccionario
que excede en mas de ocho mil voces al de la Real Academia, y a los
tres mejores publicados en Inglaterra…
Texto, a tres cols.
-Correcciones.
Tomo II: 3 hs. prels. + 1.097 págs. + 1 final.
-Ports. -Abrev. – Texto, a tres columnas. -Correc.
Los dos tomos
del Diccionario inglés-castellano, a pesar de que se dice son la
parte segunda, llevan la fecha de 1797 en el pie de imprenta.
1803.
750. Nuevo diccionario portátil,
español e inglés, compuesto según los mejores diccionarios que
hasta ahora han salido a luz en ambas naciones. Por C. M. Gattell,
profesor de gramática general. Español e inglés. París. Por
Bossange, Masson y Besson. XI. -MDCCCIII.
8.°-6 hs. Prels. + 461
págs.
Anteport. -Port. -Advertencia: … En quanto al Español,
me he servido con preferencia del Diccionario Español y Francés que
yo publiqué en 1790: el qual, por lo que hace a la primera de dichas
lenguas, fué fielmente extractado del de la Real Academia
Española… Por lo demás, este Vocabulario Inglés y Español casi
puede decirse él primero que se ha publicado; pues a pesar de la
eficacia de algunos lexicógraphos en seguir el útil exemplo que les
dio Nugent,
aún no se ha publicado un Diccionario de estas dos lenguas,
pudiéndose decir, sin separarse mucho de la verdad. que no le había.
El de Stevens, compuesto mucho antes del establecimiento de la
Academia Española, puede servir de poco; pues sobre ser muy
incompleto se opone, como tan viejo, a la Ortografía, y a los
principios de la Sintaxis y de la pronunciación establecidos por la
citada Academia. Pineda, que siguió a Stevens, no ha hecho sino
mutilarle, y añadir a sus yerros, que ya eran muchos, la falta
grave, inexcusable y aun temeraria, de apartarse de intento del
systema gramatical de la Academia, pretendiendo subrogar su autoridad
propia en lugar de la de un cuerpo de literatos especialmente ocupado
por instituto en estudiar su lengua y en perfeccionarla, como
felizmente lo ha conseguido. -A estos dos lexicógraphos se siguió
Delpino, cuyo Diccionario Inglés y Español, más conforme a los
verdaderos principios que los de sus predecesores, fué después
corregido y aumentado por Baretti. La obra de este último, en un
tomo en fol. pareció en Londres en 1778, y fué reimpresa en León
en dos tomos in
4.° en 1786, baxo el título supuesto de Londres. Pero a pesar de
las numerosas adiciones y correcciones, que dice el autor había
hecho al Diccionario de Delpino, el suyo es tan incompleto e
inexacto, que se debe mirar como guía poco segura, y casi siempre
insuficiente. Además de los Diccionarios Inglés y Español y
Español e Inglés, que acabo de mencionar, he sabido que había uno
recientemente impreso en Madrid, en 4 tomos en 4.°, compuesto por
Thomas Connelli y Thomas Higging, confesores de la familia Real…
-Lista alfabética (a dos cols.) de nombres propios de personas.
-Catálogo alfabético (a tres cols.) de los verbos (ingleses)
cuya consonante final se duplica o repite en el pretérito activo y
ambos participios, y de los verbos irregulares cuyo consonante final
se repite en el participio activo. – Texto del Diccionario
español-inglés, que es la parte primera (a tres cols.)
1808.
751. Diccionario de faltriquera, ó
sea portátil Español-Alemán y Alemán-Español por Juan Daniel
Wagener Doctor y Profesor. Tomo primero que contiene el Diccionario
Español-Alemán aumentado con muchísimas voces importantísimas que
no se encuentran en los otros Diccionarios hasta ahora publicados. Se
hallará en Berlin
MDCCCVIII en casa de los Señores Voss, que costearon la impresión.
(Al fin: ) Berlin, 1808. Gedruckt bei Carl Friedrich Amelang, Neue
Friedrichsstrasse No 56. 4.° men. -2 hs. prels. + 815 págs. Port.
-Adv. – Texto, a tres cols.
El segundo volumen, impreso en 1809,
contiene la parte alemana-española, que a nosotros no nos interesa.
1822.
752. Diccionario Universal Español-Latino,
dispuesto por D. Manuel de Valbuena, individuo de las Academias
Española y Latina Matritense. Madrid en la Imprenta Nacional. Año
de 1822. Se hallará en la librería de Calleja, calle de Carretas.
Fol. -2 hs. Prels. + 1.124 págs.
Port. – Dedicatoria: Al
Rey. Señor: Don Manuel de Valbuena publicó, bajo los auspicios de
V. M. el Diccionario latino-español, que ha sido recibido con
general aceptación, y reimpreso hasta la cuarta vez por su notoria
utilidad; y ocupado muchos años en formar el español-latino, me
encargó en los últimos instantes de su vida que ofreciese a V. M,
este nuevo Diccionario como una prueba de agradecimiento a tantos
favores como V. M. y la Nación entera aplaudirán un trabajo
minuciosísimo en beneficio de la mejor educación, por la cual se
desveló Valbuena toda su vida, y acogerán con benignidad una obra,
que si tiene algunas imperfecciones, ofrece todos los elementos
necesarios para que una mano laboriosa llegue a hacerla clásica con
algunas correcciones. Y habiéndole ayudado mi corto talento por
espacio de cuatro años a coordinar y rectificar los trabajos que
tenía hechos, y que sus continuos males le impedían dirigir;
cumpliendo con la última voluntad del distinguido, laborioso y buen
patriota D. Manuel de Valbuena, y el deseo de su digna viuda, ruego a
V. M. reciba y proteja esta obra con la amabilidad con que se ha
dignado acoger otras del mismo autor. Señor: A los R. P. de V. M.
-Antonio Martín de Heredia. – Texto, a dos cols. -Lista de voces
anticuadas, a tres columnas. Se ha reimpreso varias veces en París.
Diccionario autorizado de la lengua española, por D. Bartolomé José
Gallardo.
Su autor ha dejado escrito que perdió el original
manuscrito de este Diccionario, juntamente con otros varios, el día
de San Antonio, 13 de junio de 1823, al trasladarse de Sevilla a
Cádiz. Hasta el día ignoro el paradero de esta obra.
1826.
754. Diccionario de la Academia Española. Edición abreviada
por D. Vicente Gonzalez Arnao, de la última hecha en Madrid en 1822.
París, en la librería de Parmantier, calle Dauphine, n.° 14.
MDCCCXXVI. (A la vuelta de la anteport.:) París, imprenta de Cosson,
calle Saint-Germain-des-Prés, n.° 9.
4.° -Dos partes en dos
vols. -Parte primera: IV -704 págs. -Anteport. -Port. -Adv. – Texto,
a dos cols. (A-F). -Parte segunda: 2 hojas prels. + desde la pág.
705 hasta la 1.536 + 2 págs. finales. -Anteport. -Port. – Texto, a
dos cols. -Abrevs.
1831.
755. Diccionario de las
lenguas española e inglesa de Newman y Baretti, en el cual se
definen y explican todas las palabras en sus diversas
significaciones. Quinta edición, aumentada con un gran número de
voces sacadas de los mejores autores, tanto ingleses como españoles;
corregida y mejorada muy considerablemente en las definiciones y
acepciones de las palabras, y enriquecida con una copiosa lista de
nombres geográficos y otra de nombres propios. Por el Dr. D. Mateo
Seoane. Londres, Villami Clowes, 1831.
2 vols, en 8.° may. -El
primer tomo contiene la parte española-inglesa.
D. Vicente Salvá
ayudó al Dr. Seoane, no solamente a revisar la mayor parte de este
Diccionario palabra por palabra, contribuyendo a mejorarlo, sino que
le ayudó también en la tarea material de corregir las pruebas de
imprenta.
1838.
756. Diccionario de la lengua
castellana, por la Academia Española, reimpreso de la octava edición
publicada en Madrid en 1887, con algunas mejoras, por D. Vicente
Salvá: París, J. Smith,
1838.
-Segunda edición,
mucho más correcta que la primera, según se demuestra a
continuación de la Advertencia preliminar: París, J. Smith, 1841.
1842.
757. Diccionario portátil y económico de la
lengua castellana más completo que cuantos se han publicado hasta el
día, incluso el de la Academia Española. Por B. C. H. I. P. S.
Barcelona, imp. de Juan Roca y Suñol, calle Escudellers, 53, 1842.
8.° -911 págs. + 1 de errat. Anteport. -Port. – Pról. -Abrev.
– Texto, a dos cols. – Errat.
758. Panléxico, diccionario
universal de la lengua castellana. El diccionario de la rima. -de los
sinónimos. Vocabulario de varones ilustres. -de la fábula.
Gramática en una tabla sinóptica con el tratado de los tropos.
Vocabulario de Medicina. Vocabulario de Historia natural. -de
Geografía. Lexicología. Vocabulario etimológico. La ciencia nueva,
ó ontología y logística. Por D. Juan Peñalver. Tomo primero.
Madrid. Imprenta de Ignacio Boix, editor. Calle de Carretas, núm. 8.
1842. Folio. -2 hs. prels. + 802 págs. + 42.
Port. – Ded. del
editor a D. Joaquín de Fagoaga, Director del Banco español de San
Fernando. -El editor al público. -Explicación de las abreviaturas.
– Texto, a tres columnas. -Advertencia (sobre las páginas que siguen
con nueva foliación, las cuales contienen, a seis columnas, voces
nuevas, acepciones nuevas, definiciones nuevas, etimologías y
correcciones).
El tomo segundo es el Diccionario de sinónimos de
Olive, y el tercero el Vocabulario de la fábula por López Pelegrín
(Abenamar), etc.
He aquí el plan de la obra, según el prospecto
que se publicó en la Gaceta de Madrid:
Orden analítico.
Objeto
primero. – Significación de las palabras.
Primera derivación.
-Uso de las palabras.
Segunda derivación. -Nomenclatura de las
palabras.
Tercera derivación, – Pronunciación de las palabras.
Cuarta derivación. -Ortografía.
Quinta derivación.
-Etimología.
Sexta derivación. -Diccionario.
El objeto
primero y sus dos inmediatos coderivados, respecto de su forma
teórica, es:
1. La gramática.
2. Los tropos.
Y con las
reflexiones sobre todas estas nociones, sobre sus relaciones de
identidad, de comparación, de analogía, de formas, de
generalización, en una palabra, de las leyes que presiden a su
origen, a su generación y combinación, formaremos una ciencia que
llamamos lexicología.
Sometiendo esas mismas leyes a un nuevo
análisis, nos elevaremos a los hechos primitivos de todo
conocimiento, a las primeras ideas, elementos de todos los productos
de la inteligencia, a las lej,es de su combinación y deducción, que
forman las series infinitas que se llaman ciencias. Esta parte de
nuestro trabajo, a falta de otro nombre más adecuado, la
denominaremos la ciencia nueva, o la ontología y logística.
Consideramos en nuestro plan como objetos accesorios, si bien
necesarios a los usos de la escritura y lectura, los vocabularios
enunciados al principio de este prospecto.
Tales son las materias
que abraza la inmensa obra que ofrecemos al público, no menos útil
a los sabios que a todas las demás clases de la sociedad. Pero como
habrá quienes por gusto o necesidad quieran más bien tener alguna
de las diferentes partes de la obra, la hemos dividido en tratados
por
el siguiente orden, que no es el que nosotros hubiéramos
adoptado, sino el de personas a cuyo deseo hemos diferido por motivos
particulares:
I. Diccionario de la lengua castellana. -En él
comprenderemos todas las voces del lenguaje usual, sus accidentes
gramaticales, su significado propio y sus acepciones diversas,
observando el principio de la filiación de las ideas. Las
definiciones serán explicativas, breves y claras; y rara vez
usaremos las sinonímicas, tan cómodas para la pereza y la
ignorancia, y que sólo sirven, por lo general, para hacer
incomprensible la lengua más exacta y precisa. Las emplearemos en
los muy pocos casos en que una palabra no puede ser descompuesta en
sus elementos, y cuando, como dice el sábio autor de la formación
mecánica de las lenguas, a las ideas vagas responden términos
vagos, necesarios para la pintura exacta de las ideas, pero que no
admiten una verdadera definición.
Y al paso que huimos con
cuidado de las definiciones sinonímicas, procuraremos con no menos
cuidado agrupar a continuación de una misma palabra todas sus
definiciones sinonímicas. Llamamos así las que representan la misma
idea considerada bajo diferentes puntos de vista. Reunidas, forman la
análisis más completa que poseemos de todos los entes materiales y
metafísicos, y son uno de los principales fundamentos de los
progresos actuales y futuros de la razón humana. Estas diferentes
formas de un mismo pensamiento son en la lengua usual lo que las
trasformaciones de figuras en la geometría y las trasformaciones de
expresiones en el cálculo, sin las cuales no podríamos hallar, en
el mayor número de casos, las relaciones de identidad, de analogía,
de generación, de generalidad entre las diversas verdades, y
nuestros conocimientos se limitarían a las deducciones intuitivas de
las ideas primarias y de los hechos primitivos.
Orden de las
palabras, el alfabético.
Ortografía, la más usada.
II.
Diccionario de la rima.
III. Diccionario de los sinónimos. -En
esta parte de nuestro trabajo procuraremos que sea la más completa
posible, y la lengua castellana tendrá por la primera vez un
Diccionario de sinónimos. Acompañará a éste.
IV. El
vocabulario de varones ilustres. -Contendrá el nombre de ellos, su
verdadera ortografía y el año de su muerte.
V. Vocabulario de
la fábula.
VI La gramática en una tabla sinóptica, a la que
acompañará el tratado de los tropos.
VII. Vocabulario de
medicina.
VIII. Vocabulario de historia natural.
IX.
Vocabulario de geografía.
X. Lexicología. -En este tratado
estudiaremos las raíces, las preposiciones y las terminaciones.
Clasificaremos estos elementos de la palabra como los naturalistas
las plantas: por órdenes, géneros, especies y variedades. Daremos
sus caracteres, y tendremos el modo de reconocer a la simple vista
cuál es, en una palabra, su raíz, su preposición, su terminación;
si consta de uno, de dos o más elementos, y la resolución general
de estos problemas, el uno analítico, el otro sintético:
1:
Dada una palabra, descomponerla en sus elementos.
2: Dados sus
elementos, formarla.
XI . Vocabulario etimológico. -No
reduciremos este trabajo (y seria mucho) a las etimologías
inmediatas latinas, griegas y árabes. Subiremos más alto, hasta
donde es posible subir. Para nosotros las palabras no son obra de la
casualidad ni de ninguna convención, sino de principios verdaderos,
eternos; de métodos de análisis y sintaxis, en los que
resplandece todo el poder de la inteligencia humana.
Nosotros
haremos ver cómo los elementos del lenguaje se hallan en la
organización del hombre, y los medios fáciles, sencillos, claros,
naturales de la formación de las palabras.
Las de significación
más general, más vasta, más extensa, fuera de las cuales no hay
más análisis, serán para nosotros primitivas.
Todas las que
representen esa significación modificada, derivadas.
La
combinación de dos o más primitivas, compuestas.
A estos dos
medios de formación añadiremos el de comparación, por el que, sin
aumentar el número de los primitivos, se representa el nombre de un
objeto por el de otro. Por ejemplo, el primitivo mar, que significa
luz, fué la raíz de las voces cuyo valor tiene alguna relación con
el de luz: el griego Hermer-a, día; la palabra esmeral-da, etc.
A
la comparación referiremos las relaciones primitivas: la luz, la
grandeza y pequeñez, la igualdad y desigualdad. la altura y
profundidad. lo largo y ancho, lo sonoro y lo que no lo es, la
resistencia y el vacío, la solidez y la. fluidez, la dureza y la
blandura, el movimiento y el reposo; lugar, extensión, proximidad,
etc.; multitud, unidad. número, tiempo, duración, sucesión,
anterior, posterior, primero, segundo, etc.
Cada una de estas
relaciones son el orígen de una multitud de palabras generales, y
éstas a su vez son el nombre de un gran número de objetos enlazados
entre sí por esta relación común.
De esta clase de palabras
nacen los epítetos y los nombres abstractos que denotan
modificaciones y no seres.
De las primitivas, derivadas,
compuestas y abstractas, relativas a los objetos físicos o
modificaciones físicas de estos objetos, nacen también por el mismo
principio de comparación todos los nombres del Diccionario
intelectual de las ideas que no caen bajo los sentidos de los
términos figurados.
Referiremos las palabras figuradas a tres
clases:
Sinécdoque.
Metonimia.
Metáfora.
Las voces
estarán dispuestas en nuestro vocabulario etimológico de manera que
puedan ser halladas por raíces y por orden alfabético.
XII.
Ontología y logística. -Cuando se concibe una ciencia nueva, no se
halla en ninguna lengua término que la designe. Así, pues, no queda
otro arbitrio que inventarle o dar a alguno de los usados nueva
significación. Hemos preferido este último medio.
Contendrá
esta parte:
1: Los conocimientos primitivos.
2: Su carácter.
Los conocimientos primitivos estarán caracterizados por una
identidad: la de ser a un mismo tiempo percepción y juicio.
3:
Los conocimientos derivados.
4: Su carácter.
El carácter de
estos conocimientos es el de estar separados del espíritu por el
intervalo del espacio y del tiempo.
5: Ideas elementales.
6:
Teoría de los productos racionales.
Formas representativas.
-Llamamos así a las diferentes expresiones de productos racionales
representadas por una identidad:
1: Teorías de las formas
respectivas.
2: Ley de variación de las formas.
3: Símbolos
de las formas.
4: Series de formas.
5: Leyes generatrices de
los términos de estas series.
6: Reconstrucción de todo el
sistema racional en las ciencias,
7: Nuevos descubrimientos.
Produjo esta obra viva y sangrienta polémica en la Gaceta de
Madrid, en donde aparecieron los artículos siguientes, siendo de
advertir que los que van firmados por Un suscritor, y que contienen
el principal ataque al Panléxico, son obra de D. Juan Nicasio
Gallego.
Desengaño de ilusos.
Pocos días hace salió a
luz, junto con el Diario de Avisos de esta corte, el proyecto de un
Diccionario universal de la lengua castellana, ofreciendo maravillas.
En él se promete seguir un orden analítico, concebido del modo
siguiente:
1: Significación de las palabras.
2: Uso de las
palabras.
3: Nomenclatura de las palabras.
4: Pronunciación
de las palabras.
5: Ortografía.
6: Etimología.
7:
Diccionario con sus dos objetos coderivados, que son la gramática y
los tropos.
Antes de pasar de aquí, no pude menos de admirarme
de un orden analítico tan parecido al desorden. ¿Qué querrá decir
(me preguntaba yo) nomenclatura en las palabras? Nombres y palabras,
¿no son lo mismo? Nomenclatura de las cosas, nomenclatura de tal o
tal ciencia, lo comprendo muy bien; pero esto de nombres de los
nombres no lo alcanzo. ¿Y qué orden analítico es éste, según el
cual se han de poner primero la significación de las palabras y el
uso de las palabras que su nomenclatura? Mala espina me dio esta
monserga, no menos que el título de Panléxico, que me pareció
elegido con el objeto de fascinar al gran número de gentes que se
pagan de voces exóticas y de frases ampulosas, aunque no las
comprendan. Sin embargo, al ver la seguridad y el tono dogmático con
que ofrece además un Diccionario de la rima, otro de sinónimos (ahí
es nada), otro etimológico (friolera), otro de varones ilustres,
otro de la fábula, otro de medicina, otro de historia natural, otro
de geografía, y por añadidura la gramática en una tabla sinóptica
acompañada del tratado de los tropos y qué sé yo cuántas cosas
más, dije para mí: ¡Gracias a Dios que ya podrá,
de hoy en
adelante, gloriarse España de haber dado el ser a un hombre grande,
superior a su época y a todas las épocas!
Este debe ser un
genio sublime, privilegiado, que después de haber consumido muchos
años en tan largas y metafísicas indagaciones, viene a pasmar al
mundo con el fruto de sus vigilias. ¡Un Diccionario de sinónimos,
cuando Huerta, Cienfuegos y Jonama no se atrevieron a más que a
presentar con desconfianza y timidez unas brevísimas muestras por
vía de ensayo! ¡Un Diccionario etimológico de la lengua
castellana, que no sólo supone un conocimiento profundo de este
idioma, un examen de cuantas obras se han escrito en él desde el
tiempo de San Fernando para observar la formación gradual de las
voces, del giro de las frases y de los rodeos por donde fué poco a
poco llegando al estado de perfección en que nos lo legaron los
Mendozas, los Saavedras y los Moncadas, sino también una consumada
pericia del latín, del griego, del hebreo, del árabe y de otros
idiomas que han contribuido con voces y locuciones a formar, como
hilos de agua, el copioso raudal del lenguaje castellano!… ¡Empresa
atrevida, grandiosa, magnífica!… Vuelto a poco rato del asombro
con que me embargaron el ánimo estas consideraciones, concluí la
lectura del prospecto, y aun la repetí con más detención.
Entonces, al reflexionar con calma tanta charla sin sentido, tanta
bambolla y arrogancia, y tan petulante y grosero desprecio del
Diccionario de la Academia española, fruto de más de un siglo de
incesante trabajo y de literatos más distinguidos de su época, me
confirmé en mi primer recelo, y tuve por seguro que el tal prospecto
era una nueva trampa para engañar a los incautos, y llenar los
bolsillos a su costa. El verdadero sabio es urbano y modesto; la
ignorancia siempre ha sido atrevida.
La curiosidad de ver
comprobada o desmentida mi sospecha, hizo que tan luego como vi
anunciado en el Diario de Avisos del 4 del corriente el primer
cuaderno o entrega del Panléxico, me apresurase a desembolsar mis
seis reales, y a recorrer los cinco pliegos de que consta. El primer
efecto que produjo en mí el nombre del autor fué dar una carcajada
que duró tres minutos.
¿Y es éste el grande hombre que yo me
prometía? ¡D. Juan Peñalver! ¿Qué carrera literaria ha hecho?
¿Qué títulos tiene a la confianza del público? ¿Qué cátedras
ha desempeñado? ¿Qué obras ha dado a luz? Cuatro artículos
burlescos en El Jorobado y en El Mundo. A eso se reducen todos sus
escritos. ¿Y es éste el que nos viene a enseñar el castellano, a
inutilizar para siempre el Diccionario de la Academia, y a poner la
ceniza en la frente a los Iriartes y Jovellanos, a los Clemencines y
Arriazas, a los Quintanas y á los Listas? Volvió a acometerme la
risa, y empecé a hojear el cuaderno. El tal Panléxico no es otra
cosa que el Diccionario de la Academia española al pié de la letra,
sin más innovación que haber suprimido las correspondencias latinas
y las frases proverbiales, y alterado de tiempo en tiempo alguna
palabra desatinadamente. El artículo A, que es el primero, lo
trastorna el autor de arriba a abajo. Este es todo suyo. Léanlo los
curiosos; cotéjenlo con el del
Diccionario, y digan cuál es el
claro, el inteligible, y cuál el embrollado y confuso. Los demás
son los mismos de la Academia, plantados allí literalmente y sin
rebozo; de modo que después de calificar de bárbaras, impropias e
inexactas casi todas las definiciones fundamentales del Diccionario,
esas mismas copia una por una, sin faltar tilde. ¿Se hace creíble
semejante audacia?
¿Puede calificarse de otro modo esta
conducta, que comparándola con la de los foragidos, que antes de
robar a los pasajeros empiezan por llenarlos de insultos? En suma, el
tal Panléxico es una falsificación, una suplantación de la obra de
la Academia, no furtiva y a escondidas, sino a las claras y en
presencia del Gobierno y de la misma Corporación; no disfrazada con
el título de compendio, o pretextando adicionarla o enriquecerla con
notas o correcciones, que suele ser la capa de los editores
fraudulentos de obras ajenas, sino presentándola como cosa nueva,
fruto de su estudio y de su trabajo, con insolente menosprecio de las
leyes y olvido de cuantas consideraciones pide la decencia pública,
y del respeto que merece la capital de un pueblo culto. Veo que me
enardezco por una circunstancia que no es mi objeto en el presente
escrito: a la Academia toca reclamar contra tal atentado, y a los
tribunales castigarlo y reprimirlo. Mi propósito, según lo dejo
indicado arriba, se limita a desengañar a los que pueden caer en la
trampa, esperando reportar utilidad y ventajas de este contrabando
literario, como las suele proporcionar a los individuos en particular
el contrabando de otros géneros, aun cuando por más serias y
generales consideraciones cause gravísimos perjuicios al Estado. Así
sucede con el tabaco fraudulento, que suele ser mejor y más barato
que el de la tercena.
Aquí, sin embargo, acaece todo lo
contrario: esta obra será inferior a la de la Academia, en medio de
ser la misma, ya por la mutilación de las locuciones proverbiales y
de la correspondencia latina, ya porque las poquísimas alteraciones
que se hagan en ella redundarán en su deterioro, si hemos
de
juzgar por la muestra. Item. será más cara, como lo haremos ver en
pocos líneas. El Diccionario de la Academia consta de 200 pliegos, y
cuesta, en pasta, 80 reales. El Panléxico (calculándolo por la
primera entrega, cuyos cinco pliegos ocupa la materia contenida en
aquél en cuatro y medio) deberá tener 220 pliegos, o sean 44
entregas, que, al precio de seis reales, importan 264 reales vellón.
¿Qué tal? Me parece que la diferencia es notable (I). -Sí; pero ¿y
la ventaja del aumento de voces nuevas? -¿Dónde está ese aumento?
He recorrido las tres primeras letras Aba, y en más de 80 artículos
que comprende el Panléxico, no he encontrado sino una sola voz que
no traiga el Diccionario; a saber: Abenor, anticuado, Abanicar (2)
-Prescindiendo de la autoridad y crédito de este verbo, fundados en
la suficiencia de Peñalver, ¿es noticia ésta de gran utilidad para
los lectores? -Eso tendría valor si no viésemos que en las letras
Aba tiene el Panléxico 85 artículos y el
Diccionario 64:
preciso es, pues, que esta diferencia provenga de un buen número de
voces aumentadas. -Esa es otra nueva tramoya de Peñalver para
alucinar a los bobos. No hay semejante aumento: lo que hay es que el
tal señor forma tres artículos de uno solo. La Academia, en
beneficio del público, ha suprimido, por inútiles, los participios
pasivos de los verbos de formación regular. En definiendo el
infinitivo amar, es inútil poner amado, participio pasivo del verbo
amado. Además, los verbos que tienen uso de los recíprocos los nota
la Academia con una r en el artículo que los define como activos.
El Panléxico no lo hace así: de cada artículo de los referidos
forma tres; v. gr.,
I: En el prospecto se dice que las
entregas serán 24, y posteriormente que acaso llegarán a 30. Esta
es nueva engañifa. Si en la primera entrega, con todas sus
mutilaciones y sin aumento de artículos, comprende cinco pliegos la
lectura que en el Diccionario no pasa de cuatro y medio, es evidente
que, guardando proporción, los 200 pliegos del Diccionario han
de subir a 220 en el Panléxico: 220 corresponden a 44 entregas de
cinco pliegos cada una; luego es otra engañifa prometer que no han
de pasar de 30. Pero aunque así fuese, que no es posible, las 30
entregas importan 180 reales, que es más del doble del costo del
Diccionario.
2: Hasta el año 32 estuvo este verbo en el
Diccionario, y la Academia lo ha suprimido por desautorizado.
Abajado, Abajar y Abajarse; del artículo Abalanzar forma
Abalanzado, Abalanzar y Abalanzarse, etc.
¿Es esto hacer
aumentos o aparentarlos? Y ya que se habla de aumentos y voces
nuevas, conviene que sepa el público que la Academia no admite voz
alguna que no tenga en su apoyo dos autoridades de escritores de
nota. Si prescindiera de esta regla podría duplicar el número de
artículos de su Diccionario, desocupando todo un armario atestado de
paquetes de voces nuevas,
apoyadas en autores no despreciables.
-Supongamos que no tenga artículos nuevos; pero las mejoras, las
enmiendas de Peñalver pueden realizar el mérito de su obra sobre la
de la Academia. -Ya he dicho que las enmiendas son en cortísimo
número pensando con eso justificar la usurpación
-¿Y qué
enmiendas? Ahora lo veremos. Dice el Diccionario: Aborrecimiento, m.
Odio aversion; y Peñalver; Aborrecimiento, masclino. Horror y
aversión. No hay nadie tan escaso de razón que no conozca que
horror es más que aborrecimiento. Un falsificador descarado inspira
aversión y aborrecimiento; un asesino inspira horror. ¿Qué les
parece a vmds. la tal enmienda? ¿Y es éste el que ha de escribir un
Diccionario de sinónimos?
Diccionario: Aborrecer, ant. Tener odio y aversión a una persona o
cosa. Panléxico: Aborrecer, ant. Tener en horror y aversión. En
este artículo, además del despropósito de confundir el horror con
el aborrecimiento, se nota un fiero galicismo. Los franceses dicen:
Avoir en horreur; nosotros decimos: Tener horror, aversion; v. gr.: A
las fiestas de toros las tengo horror; no, las tengo en horror. En
suma, para que se vea qué especie de enmiendas y supresiones hace el
Panléxico, cotéjense con los del Diccionario sus artículos abad,
abrillantar, academia, acción, acertar, acial, aclimatar, acompañar,
acortamiento, acotar, acto, actor, acuerdo, acumular, achaque,
aderezo, adobo, adolecer y otros semejantes. En todos éstos ha hecho
Peñalver alguna alteración, ya suprimiendo alguna palabrita
indiferente, ya una acepción importante, ya una parte de período
necesaria para la inteligencia del mismo; en fin, cometiendo con cada
pluma un desacierto, como lo verá el que guste de recorrerlos. Lo
que de mis observaciones se deduce en limpio, es que el incauto que
se suscriba al tal Panléxico (en caso nada probable de que se
concluya su publicación) tendrá el Diccionario de la Academia
mutilado y desfigurado por manos imperitas, privado de las
correspondientes latinas y de todos los refranes y locuciones
proverbiales, y costándole doble precio. La oferta de los
vocabularios de sinónimos castellanos y de etimologías, ni la
cumplirá Peñalver, ni jamás le ha pasado tal cosa por el
pensamiento. Este es otro medio de llamar suscritores. Peñalver y
Boix no se han propuesto, a mi entender, otra mira que defraudar a la
Academia del fruto de su propiedad robándole el Diccionario: lo
demás es pura charlatanería. ¡Intentona escandalosa sobre cuyo
éxito tienen ya echadas sus cuentas! Si se deja correr, con esa
ganancia nos hallamos. Si se nos demanda en juicio, tiempo se ha de
pasar hasta que nos condenen. Entre tanto caen suscriciones, pillamos
dinero, se despachan algunas entregas, y cuando todo corra turbio y
nos corten el revesino, se quedarán los suscritores con un palmo de
narices… y les estará bien empleado . -Un suscritor. (Gaceta 17 de
septiembre de 1842.)
Señores Redactores de la Gaceta: He de
merecer a Vds. que, en cumplimiento de la ley vigente de imprentas,
se sirvan insertar en las columnas de su periódico las siguientes
líneas:
En el número de la Gaceta correspondiente al sábado,
día 10 del presente mes, se lee un artículo que con el epígrafe
Desengaño de ilusos se dirige a impugnar la publicación del
Panléxico, o sea Diccionario universal de la lengua castellana, que
he tomado por mi cuenta.
Si en el referido artículo sólo se
tratara del poco o mucho mérito de la obra; si el suscritor que lo
firma hubiera criticado literariamente el Diccionario, no molestaría
yo a Vds. señores Redactores, ni me molestaría tampoco en
contestar; pues tan ardua cuestión está ya sometida al fallo del
público, compuesta para decidirla de los hombres ilustrados e
imparciales; pero el artículo se ha escrito con el objeto poco noble
de atacar por medio de la prensa una especulación mercantil, con el
siniestro fin de perjudicarme en mis intereses, y aunque las
intenciones del suscritor, desembozadas en su
escrito, también
merecen todo mi desprecio, voy, sin embargo, a decir dos palabras, no
por su respeto, sino por respeto al público y a mis amigos, ya que
hemos llegado a unos tiempos en que para no quedar mal tiene un
hombre que desatender ocupaciones precisas, y replicar a todas las
impertinencias o calumnias que el charlatanismo o la mala fé abortan
contra él.
Dice en el artículo que el Panléxico es una
falsificación, una suplantación de la obra de la Academia; que
Peñalver y Boix no se han propuesto otra mira que defraudar a la
Academia del fruto de su propiedad robándole el Diccionario; y
concluye con estas chocantes palabras que revelan el pensamiento y el
objeto de su autor: Entre tanto caen suscriciones, pillamos dinero,
se despachan algunas entregas, y cuando todo corra turbio y nos
corten el revesino, se quedarán los suscritores con un palmo de
narices, etc.
Mucho estimaría yo saber qué es lo que el
suscritor habrá entendido por las palabras fruto de la propiedad de
la Academia, aplicadas al Diccionario de la lengua castellana:
tampoco sé en qué consiste esa propiedad que se quiere inventar
ahora; pero dejemos esto, porque si la Academia se cree defraudada
con la publicación del Panléxico, expedita tiene la acción de los
tribunales, cuyo fallo en tal caso esperaré con la conciencia
tranquila. Por otra parte, si el Panléxico no tiene el
menor
mérito, si nada vale, si va a corromper el habla, ¿por qué a
renglón seguido se asegura que es un robo hecho a la Academia, cuya
obra se ensalza hasta las nubes? Contradicción monstruosa que nos
conduciría a un dilema que por deferencia a corporaciones no quiero
establecer. En cuanto a las últimas frases del artículo, entienda
el suscritor, aunque estoy cierto de que lo sabe, que todas las
ofertas que he hecho al público las he cumplido; que nunca he tenido
necesidad para mis empresas de disponer del importe de las
suscriciones, y que si no se concluyese la publicación del Panléxico
(cosa muy distante de mi pensamiento), nada perderían los
suscritores; porque mi honradez, mi probidad son bien notorias, y
afortunadamente nada pueden temer de los insultos e insultantes
ataques de escritores que se cubren el rostro con una careta.
-Ignacio Boix.
(Gaceta 12 de septiembre de 1852.)
Gaceta de ayer 12 del corriente hay inserto un artículo firmado por
el impresor D. Ignacio Boix, en que refiriéndose al mío del 10,
intitulado Desengaño de ilusos, dice que desearía saber qué es lo
que entiendo yo por las palabras usurpar el fruto de la propiedad de
la Academia aplicadas al
Diccionario de la lengua castellana, y
en qué consiste esa propiedad. Esta pregunta es tan candorosa, que
no es posible negarle una contestación, aunque breve; pues como dice
el mismo señor, no hay para qué ventilar un punto que han de
decidir los tribunales.
Entre tanto, ¿quién no se ha de reír
de que, copiando el Sr. Boix artículo por artículo el Diccionario
de la Academia, estampe al reverso de su portada que aquella obra es
propiedad suya, y nadie podrá reimprimirla sin su consentimiento, y
venga ahora con la mejor fé del mundo preguntando de dónde le viene
a la Academia la propiedad que reclama?
La propiedad do la
Academia consiste en que el Diccionario conocido con aquel nombre es
obra exclusivamente suya. La Academia concibió el proyecto: de la
prolija lectura de muchas obras de todos tiempos entresacó los
millares de voces que contiene; aplicó a cada una el significado
conveniente, apoyándolo en dos autoridades, por lo menos, de
escritores de buena nota; procuró deslindar por los mismos medios
las diferentes acepciones de cada palabra; recorrió y explicó la
inteligencia de las frases adverbiales relativas a cada artículo, y
de los adagios correspondientes a los mismos; meditó y definió del
modo más breve, claro y exacto la significación de las voces una
por una, y, en suma, formó su Diccionario, el cual está actualmente
imprimiendo por la novena vez, aumentado con muchas palabras que el
uso general ha ido autorizando, y mejorado con las innumerables
correcciones a que ha dado lugar el prolijo examen de su obra. Tales
son los títulos que alega la Academia a la propiedad de este
Diccionario, sin que por eso niegue a nadie la facultad de hacer
otros nuevos, con tal que lo sean; pero se opondrá a cuantos se
tomen la libertad de apoderarse de su trabajo, trasladando sus
artículos literalmente, o coincidiendo, o alterando, o suprimiendo
de tiempo en tiempo alguna palabra o expresión para legitimar
aparentemente el desafuero.
Da fin el Sr. Boix a este párrafo
con las palabras siguientes: Si el Panléxico no tiene el menor
mérito, si nada vale, si va a corromper el habla, ¿por qué a
renglón seguido se asegura que es un robo hecho a la Academia, cuya
obra se ensalza hasta las nubes? ¡Contradicción monstruosa! etc.
Yo se lo explicaré a V. Sr. de Boix, y verá cómo tal
contradicción no existe: por el pronto, diré a V. que no hay ni una
sola palabra en mi artículo anterior dirigida a encarecer hasta las
nubes, ni aun hasta las tejas, el mérito del Diccionario. Deshecha
esta equivocación, óigame V.
Abono, m. La accion y efecto de
abonar. // Agr. El estiércol o cualquier otro beneficio que se echa
en las tierras. // En las cuentas la admisión y aprobación de las
partidas, y también el recibo que se da o el asiento que se hace de
lo que se cobra. En los asientos de rentas y otros contratos la
responsabilidad o fianza que otro da de que el que contrata cumplirá
lo que ofrece.
Aclimatar, a. Connaturalizar o acostumbrar al
clima. Dícese con propiedad de las plantas cuando se introduce su
cultivo en algún país de diferente temple.
Acogido, m. El
conjunto de yeguas o muletas que entregan los pegujareros al dueño
de la principal yeguada para que las guarde y alimente por precio
determinado. // En la Mesta el ganado que admite en su dehesa el
dueño de ella o el que la disfruta, pero que no adquiere posesión y
está
sujeto a que los eche cuando gustare el principal.
Acompañado, for. El juez nombrado para que acompañe en el
conocimiento y determinación de los autos al que recusó la parte.
Dícese también del escribano que nombra el juez para acompañar al
que ha sido recusado. El médico o cirujano o cualquier perito que
acompaña a otro ú otros para determinar con ellos alguna cosa de su
facultad.
Aquí tiene V. por vía de muestra, cuatro artículos
literalmente copiados del Diccionario de la Academia. No quiero
preguntar a V. si se ha quebrado mucho la cabeza el Sr. Peñalver
para averiguar la significación de ellos y para ordenarlos y
definirlos. Sólo diré que si todos fueran tan literales como éstos,
el Panléxico sería tan bueno o tan malo como aquél, porque serían
una misma cosa, dejando a un lado las correspondencias latinas que
faltan al último. Pero lea V. el siguiente:
Achaqne, m.
Indisposición o enfermedad habitual. // El ménstruo de las mujeres.
// met. Lo mismo que asunto o materia; y así se dice: poco sabe
fulano de achaque de amores. // met. Excusa o pretexto para alguna
cosa. // met. Vicio o defecto común o frecuente. for. Multa o pena
pecuniaria.
Sólo tiene uso hablando de las que imponen los
jueces del concejo de la Mesta. (Siguen los adagios, que siempre
suprime el Panléxico.)
Este artículo está todo él copiado del
Diccionario al pié de la letra, a excepción de la parte tachada que
suprime Peñalver. Esta parte es cabalmente la que determina el único
caso en que Achaque significa asunto o materia. Por consiguiente, su
supresión generaliza la equivalencia de las dos voces, con arreglo a
lo cual se juzgará cualquiera autorizado a emplear una y otra
indistintamente y dirá si se ofrece: El achaque de la Iliada es la
guerra de Troya. La cuestión del libre albedrío es un achaque muy
árduo.
¿Lo va V. ya entendiendo, Sr. de Boix? ¿Ve V. cómo no
hay contradicción alguna en que, siendo el Panléxico un plagio del
Diccionario, puede una adición o supresión desatinada
desnaturalizar el original, convirtiéndolo de bueno en detestable?
Réstame sólo contestar a un reparillo de V. sobre las últimas
palabras del postrer párrafo de mi artículo, en que empleaba yo la
expresión vulgar de que los suscritores del Panléxico se quedarían
con un palmo de narices, y les estaría bien empleado. Interpretando
V. mis intenciones, entiende
que me refiero a la pérdida de sus
intereses, y lamentándose de ello asegura y encarece su probidad. No
diré yo ciertamente el que la ponga en duda, ni tal es el sentido
que fué mi ánimo dar a dicha frase. Mientras el Diccionario de la
Academia, en conformidad con lo dispuesto por Reales órdenes, sirva
de texto legal para determinar la inteligencia de las voces y
expresiones castellanas, fuerza será que lo consultemos y nos
atengamos a su explicación. En el artículo Palmo dice así:
Dejar
a uno con un palmo de narices, fr. met. Chasquear á alguno
privándole de lo que esperaba conseguir. Ningún escritor esperaba
conseguir interés, con que es claro que mi expresión no se refería
a semejante cosa. ¿Cuál, pues, era el chasco? Contar con un
Diccionario magnífico y ver suspendida la edición; o bien, creyendo
que era muy bueno, encontrarse con uno detestable.
He fundado el
sentido de mi dicho en la autoridad del Diccionario de la Academia, y
esa por ahora no admite réplica. Cuando el Panléxico lo inutilice y
arrincone por su portentosa superioridad, es probable que se mande
dirimir por él toda duda en materia de lenguaje, y a f e que
entonces se han de ver cosas buenas, y, sobre todo, novedades de
bulto. Diremos
Acolito
en vez de acólito;
Aculla en vez de acullá; Acustica en vez de acústica; Acuatil por
acuátil; Abrego por ábrego; Acemila por acémila, y veremos la
interjección Ábate convertida en abate, que será cuanto haya que
ver. Así escribe el Panléxico éstas y otras voces. -El suscritor
consabido.
(Gaceta 13 septiembre 1842.)Dos cuestiones hay
que ventilar acerca de la publicación de esta obra: una literaria y
otra legal. La literaria está decidida en pocas palabras. ¿Cuál es
el objeto de un Diccionario del lenguaje común de cualquier idioma?
Y digo común para dejar a un lado los vocabularios especiales de las
artes y ciencias. El objeto es dar a conocer las voces que lo
componen, informándonos de su carácter gramatical, de sx
significado, de su pronunciación y de su escritura, ¿Llena el
Panléxico estos objetos? No. Pruebas. Abecedario, adj. Alfabético.
Abecedario no es adjetivo, sino sustantivo: luego en la parte
gramatical se da una idea falsa de esta voz. Abecedario no significa
alfabético, sino alfabeto; Absorber no significa sorber con fuerza:
luego se da una idea falsa del significado de estas voces.
Agata,
Acróstico, Acromático, Acústica, son voces esdrújulas, y el
Panléxico las presenta como de pronunciación llana, o sea cargando
la voz en la penúltima sílaba: luego se da una idea falsa de la
pronunciación de dichas voces.
Ágata, Acróstico, Acromático,
Acústica, las escribe el Panléxico sin acento alguno, debiendo
tenerlo en la antepenúltima sílaba; luego se da una idea falsa del
recto modo de escribir dichas voces.
Hé aquí probado que
ninguna confianza puede dar el Panléxico al que, dudando acerca de
cualquiera de los indicados puntos, acuda a dicha obra.
Examinemos
ahora la cuestión legal, tan desfigurada por la ignorancia, la
ligereza o la parcialidad en la mayor parte de los periódicos que la
han tocado.
Dicen unos que se acabó el tiempo de los privilegios
exclusivos, y, por consiguiente, cualquiera puede escribir y publicar
un Diccionario de la lengua castellana sin que la Academia Española
tenga derecho alguno a impedírselo. Esta es una verdad de Pero
Grullo que nadie ha negado, reconocida por la Academia, la cual,
habiendo publicado una Gramática y una Ortografía de nuestra
lengua, ha visto publicarse varias en estos últimos años sin hacer
a ello la más mínima oposición. De componer a copiar hay una gran
distancia.
Otro sale con la badajada de que las palabras son
libres como el aire y, están a disposición de todo el mundo. ¿Quién
lo niega? Las palabras sí, pero no las obras. Valiéndose de esa
libertad, y empleando las palabras del modo que quisieron, compuso
Fr. Luis de León La Profecía del Taso, Cervantes El Quijote y
Mariana su Historia de España. ¿Deduciremos de eso que si vivieran
estos autores podría cualquiera reimprimir dichas obras sin su
beneplácito? No por cierto.
Demostrada la incongruencia de tales
variedades, fijemos la cuestión legal en términos claros y
precisos. La Academia Española es autora del Diccionario de la
lengua castellana. Malo o bueno, está compuesto por ella; ha ido
haciendo reformas en él según lo ha creido conveniente; lleva
publicadas ocho ediciones, y actualmente se está imprimiendo la
novena. Para llevar a cabo esta obra fué preciso:
I . Reunir el
inmenso número de voces usuales del idioma, y comprobar su
legitimidad y significación con el testimonio de varios autores de
conocido crédito, de modo que para estampar una palabra y deslindar
sus varias acepciones, fué menester recorrer inmensidad de libros;
operación prolija y enfadosa, y sólo posible en muchos años y por
un cuerpo numeroso que distribuye tan pesada tarea entre sus
individuos.
2: Buscar y apropiar a cada artículo los refranes y
locuciones proverbiales, y explicar el sentido moral de cada uno de
aquéllos y de éstas.
3: Investigar la verdadera significación
de todos los modismos y frases de uso general, en las cuales
palabras, combinadas de una manera particular, forman muy diferente
sentido del que les es propio.
4: Ajustar la correspondencia
latina de las voces castellanas que no expresan ideas nuevas y
desconocidas de los romanos.
5: Meditar y decidir cuándo el uso
de palabras, introducidas de idiomas extraños, es tan general y
admitido que deban prohijarse como españolas, como igualmente las
voces peculiares de artes y ciencias, que han llegado a vulgarizarse
en términos de merecer contarse entre las del lenguaje común.
6:
Ordenar, caracterizar y definir uno por uno los millares de artículos
después de investigados, comprobados y reunidos. ¿Puede nadie poner
en duda que el Diccionario de la Academia, resultado de estos
trabajos, es una propiedad suya? Ahora bien: ?Es lícito imprimir y
publicar una obra
ajena sin licencia de su dueño, con el
pretexto de compendiarla, adicionarla o hacer en ella leves
alteraciones o
comentos?
Esta es la cuestión: todo lo demás es incongruente, ocioso,
inoportuno; y esta cuestión está terminantemente decidida por el
decreto de 4 de enero de 1834, que dice así (art. 30):
Los
autores de obras originales gozarán de la propiedad de sus obras por
toda su vida, y será trasmisible
a sus herederos por diez años.
Nadie, de consiguiente, podrá
reimprimirlas a pretexto de anotarlas, adicionarlas, comentarlas ni
compendiarlas.
Esta disposición legal, protectora de la
propiedad literaria, alienta los ingenios, asegurándoles el fruto de
su trabajo; estimula al estudio y al empleo de caudales, tiempo y
vigilias, con la esperanza de la debida indemnización y justa
recompensa, frustradas antes por avaros especuladores, acostumbrados
a apropiarse, sin el menor escrúpulo ni trabajo, los productos del
sudor ajeno. La
utilidad que de ella resulta a los escritores,
alcanza igualmente a los impresores y libreros de buena fé, pues sin
ella se verían ex-puestos a sufrir el desfalco que ocasionan los
editores fraudulentos, cuya ganancia es segura por el más bajo
precio en que pueden despachar las obras que nada les ha costado
adquirir. Un autor tiene que deducir el capital de tiempo, ingenio y
dinero empleado en componerla; otro tanto y más ha invertido el
editor comprándola a su dueño; pero el defraudador ninguna
anticipación hace, por lo cual puede sacar gran lucro, aunque la
venda más barata, en perjuicio del legítimo y verdadero
propietario. Así es muy de extrañar que el editor Boix se obstine
en sostener que su Diccionario, copiado literal-mente del de la
Academia en casi su totalidad, es un acto legítimo y legal. Si se
dejó engañar por Peñalver, que le prometió una obra nueva, sufra
con resignación el chasco, pues no tendrá mañana derecho a
reclamar contra quien reimprima su Enciclopedia o sus Biografías,
aun cuando no haga en ella otra innovación que añadir o suprimir
algunas palabras de tiempo en tiempo.
Lo que Boix sostiene
imprudentemente y por mera tema, equivaldría a cometer un suicidio
si la ley no estuviera tan terminante, y fuera posible que el fallo
fuese favorable. Tanta es su ceguedad. que no echa de ver que ya
estarán preparándose algunas plumas para poner cuatro enmiendas y
unas
cuantas notas a las obras de su propiedad que está
publicando, sin excluir al mismo Panléxico, y reimprimirlas en sus
bigotes. Tanta es su ceguedad. que estampando a la vuelta de la
portada del Panléxico que aquélla es propiedad suya y nadie puede
reimprimirla sin su permiso, con arreglo a la ley vigente, niega a la
Academia la propiedad de su Diccionario original, al paso que la
alega en favor de su Diccionario copia. ¿Qué ley es ésta que
autoriza a Boix para reimprimir lo ajeno, haciéndolo suyo, y prohibe
a los demás la reimpresión de las ediciones que llevan el nombre de
Boix al frente? ¿Dónde se halla escrita esta ley del embudo que
tiene fuerza incontrastable cuando favorece a Boix, y es un papel
mojado cuando le perjudica? ¡Sobre literatura española! ¡Pobre
comercio legal de librería si prevaleciese la máxima de que con
añadir o suprimir algunas palabras fuese libre cualquiera de
reimprimir los escritos originales de otro! ¡Hartos perjuicios están
causando a los autores y editores las reimpresiones clandestinas que
con poca conciencia aparecen cada día en perjuicio de tan sagrados
intereses! Ruines muestras da de su legalidad y buena fé el escritor
o impresor que se afana por cuantos medios puede por frustrar o
desvirtuar la ley de 4 de Enero, única garantía contra los piratas
de nuestra literatura. -Otro suscritor.
(Gaceta 18 de septiembre
de 1842.)
Con el Diario de Avisos nos regaló Don Juan Peñalver
una hoja volante tan atestada de disparates y falsedades, que no hay
medio de refutarlas sino escribiendo un tomo, y en verdad no estamos
tan de más que pensemos perder el tiempo en balde.
Muestra de
falsedades. -Dice que en el Diccionario de la Academia se encuentran
estos artículos: Arrepentirse, pesarle alguno, por pesarle a alguno.
-Justicia, atributo de Dios, por lo cual, en vez de por el cual.
-Notificado. Se aplica al sujeto que se le ha hecho la significación.
Todo esto es falso, falsísimo. (Véanse estas voces en el
Diccionario, última edición, págs. 70, 433 y 513.)
Muestra de
disparates. -Dice que hay redundancia en decir la pluma de las aves,
como si no se llamaran así los filamentos de ciertas especies de
alumbre, que por esta circunstancia se llama alumbre de pluma. Pluma
es también la que ahora estoy manejando, y ni aun es del reino
animal.
Dice que en un artículo del Diccionario se halla la voz
gruñendo, en lugar de gruñiendo,
palabra difícil de pronunciar. Este buen señor ignora que todos los
verbos, cuyo infinitivo acaba en ñir, pierden la i en el gerundio.
De lo contrario, de reñir se diría riñiendo; de gañir, gañiendo,
y de ceñir, ciñiendo.
Dice también que el Diccionario comete
un defecto en decir muy excelente, porque superior a excelente no hay
nada. ¿Pues no dedica su obra a un excelentísimo señor?
No hay
paciencia para oír tantos despropósitos, sin contar el absurdo de
citar a Locke, Condillac y D´Alembert como autoridades en materia de
lenguaje castellano.
En otro diario sale un nuevo campeón
contestando a un artículo de la Gaceta de 17 del corriente, el cual,
reconociendo que está prohibida la reimpresión de toda obra
original sin permiso de su autor bajo ningún pretexto, dice que la
de Peñalver no es la de la Academia, porque ésta se llama
Diccionario de la lengua castellana, y aquélla se llama Panléxico,
Es decir, que en mudando el nombre a una obra, ya puede cualquiera
reimprimirla y hacerla suya. ¡Doctrina excelente que acostumbran
poner en práctica los que se escapan de presidio; pero que los
tribunales han dado en la gracia de no respetar cuando logran
echarles mano! Verdad es que añade, en comprobación de que el
Panléxico es obra diferente, que al Diccionario de la lengua
española seguirán el de la
rima, el de sinónimos y otros y
otros. Enhorabuena: si éstos son propiedad legítima del editor,
nadie se opondrá a que los publique; mas eso no abonará en modo
alguno la usurpación del de la Academia.
Por último, nos cuenta
uno por uno hasta 179 artículos relativos a la primera entrega, en
los cuales ha puesto la mano Peñalver. Pocos son, a la verdad, en
comparación de los 1.867 que en ella se comprenden; pero aún serán
menos si les damos un repaso ligero, que acreditará de camino el
acierto y caletre
de este grande hombre.
Por el pronto es menester rebajar de aquel
número varios artículos que no ha tocado Peñalver, a pesar de
tener su estrellita corriente, y de estar inclusos en dicho catálogo,
como acartonarse, acatar, acaudalar, afable, etc.
Hay otros
muchos en que luce Peñalver la profundidad de su sabiduría; v. gr.:
Acabalar, hacer cabal; Afinar, hacer fino; Acallar, hacer callar;
Acardenalar, hacer cardenales.
El más rudo echará de ver la
futilidad de tales definiciones, y, sobre todo, la inexactitud de las
dos últimas, nacida de que, suprimiendo algunas palabras del
Diccionario, generaliza acepciones que sólo tienen uso en casos
especiales. Acallar (por ejemplo) no significa hacer callar en todos
los casos, como da a entender Peñalver, sino a los niños que
lloran, a las personas que piden lo suyo
prorrumpiendo en quejas
y lamentos, como dice el Diccionario. El que diga fulano estaba
hablando, pero zutano le acalló, hablará impropiamente.
Acardenalar (dice el Diccionario), hacer cardenales en el cuerpo.
Peñalver, suprimiendo las últimas palabras, ha puesto: hacer
cardenales. Dejada la definición en estos términos, cualquiera está
autorizado para decir: En el último consistorio acardenaló el Papa
á cuatro obispos.
Acañonear, a. (Diccionario). Disparar los
cañones de artillería contra alguna fortificación, embarcación,
cuerpo de tropa, etc. Peñalver dice: Acañonear, tirar cañonazos.
Cuando se tiran al aire por vía de prueba o ejercicio, no se
acañonea. Para aplicar con propiedad este verbo activo, ha de hacer
forzosamente un objeto, sobre el cual recaiga su acción.
Acaso,
m. Sin causa. Así define Peñalver este sustantivo. Agraviaría á
mis lectores si me detuviese a demostrar este despropósito.
Acedera
(Diccionario). Planta perenne, cuyas hojas tienen un gusto ácido, y
se emplean crudas o cocidas para condimentar manjares. Esta
definición, que da alguna idea de la planta y que la entiende todo
el mundo, quiso enmendarla Peñalver y puso: Acedera. Planta
jardinera de hermoso verde, refrescante, ácida, de que hay 31
especies. ¿No seria más del caso que nos diese alguna noticia del
uso que de ella se hace, que no del número de especies? Esto será
muy bueno para los botánicos, mas para el público no viene a
cuento. Diremos de paso que la acedera no es jardinera, sino
hortense; y en otro caso diríamos planta de jardín o de adorno,
pues por acá no se conocen más jardineras que las que cultivan
jardines, o las mujeres de los jardineros. Algunos emplean esta voz
como sustantivo para designar un mueble de sala en que se colocan
flores o macetas; pero es
acepción muy nueva, y há menester
tiempo para aclimatarse.
Adherir (Panléxico). Estar pegado con
fuerza. Para estar adherida una cosa a otra, no basta que esté
pegada, sino que ha de ser con fuerza. Se ve que tiene afición
Peñalver a este extraño modo de explicarse. Recordamos la
definición de Absorber, que dice significa sorber con fuerza.
Acorrer, a. Correr con viveza y prontitud. Acorrer no significa
otra cosa que socorrer, acudir al amparo de alguno. Por mucho que
corra un muchacho o un gamo, que ciertamente lo hacen con viveza y
prontitud. ¿dirá nadie que acorre? ¿Y cómo dice Peñalver a un
verbo que reconoce por activo una significación de neutro?
Acumular, a. (Diccionario). Juntar y amontonar. Esto es lo que
significa y nada más. Según Peñalver, es aumentar el cúmulo, el
número de cúmulos. Prescindiendo de la oscuridad y algarabía, si
existe un cúmulo, ya está empleada la acción del verbo sin
necesidad de ningún aumento.
Advertir, a. (Panléxico). Ver al
volverse hacia un lado. No es fácil contener la risa al leer esta
definición. Desde hoy sabemos que para advertir algo es menester que
volvamos la cabeza a un lado o a otro; de frente no podemos advertir
nada.
No hablemos de las voces acuñar, ademan, agarrar, abarcar,
admirar, ágil, y otras que ya están examinadas y calificadas por D.
Luis de Riera, ni de agiotar
y alguna otra, fundadas en la autoridad de Peñalver o de Taboada,
aunque desconocidas de todo el mundo. Ya hemos dicho antes de ahora,
contestando a los que hacen alarde de dar entrada en el Diccionario
de algunas voces nuevas, que mientras no apoyen su introducción en
dos o más autoridades sacadas de escritores de nota, lejos de
enriquecer el idioma, no hacen otra cosa que corromperlo y
adulterarlo. Millones de voces tiene hacinadas la Academia, que se
guarda bien de incluir en su Diccionario por falta de la autorización
indicada.
Otro día daremos un repaso a la segunda entrega del
Panléxico, donde les errores no son menos notables. Por ahora nos
contentaremos con decir a los que, alegando esas levísimas y
disparatadas alteraciones de Peñalver, insisten en persuadir al
público que no es una copia literal del Diccionario de la Academia,
que reconozcan el pliego lo (págs. 41 y siguientes), y verán que de
200 artículos que comprende, sólo seis están estropeados por el
autor del Panléxico, y los 148 restantes copiados literalmente del
Diccionario de la lengua castellana. -El otro suscritor.
(Gaceta
22 de septiembre de 1842.)
A instancia de D. Ignacio Boix damos
lugar a continuación a los artículos que ha publicado el Diario de
Avisos en contestación a otros que se han insertado en la Gaceta.
Pero al mismo tiempo que damos esta muestra de imparcialidad al Sr.
de Boix, debemos prevenirle, lo mismo que a los suscritores que nos
han honrado con sus artículos, que nos proponemos dar por terminada
esta polémica, no admitiendo en adelante ningún remitido que acerca
de esta materia se nos dirija.
El Diario de Avisos de esta corte
ha publicado en diferentes números los siguientes artículos en
contestación a los que se han insertado en la Gaceta de Madrid de
los días 10, 18 y 22 de este mes, relativos a la polémica suscitada
con motivo de haber salido a luz las primeras entregas de la
interesante obra intitulada el Panléxico, Diccionario universal de
la lengua castellana, de sinónimos, de la rima y demás tratados que
completan dicha obra.
Vamos a responder una por una a todas las
especies que toca la Gaceta, para lo cual dividiremos este artículo
en seis capítulos, sin más orden que el mismo en que los hemos
anotado.
I. Ultrajes. -El articulista, que de público se dice es
un Académico, viene a tratar a Peñalver de ignorante, de estafador,
de foragido, presentándole allá entre sombras como a un malvado y
criminal, digno de la execración de los hombres. El público juzgará
si este lenguaje, propio de los presidios y de los foragidos, honra
al que los usa, y mucho más cuando se emplea contra un hombre
honrado, cuyo delito es haber comenzado a levantar un monumento
glorioso a las letras y a la nación. No imitaré yo en esta parte la
conducta del articulista, porque todavía no he perdido el honor.
Paso inmediatamente a la cuestión, que es de razones, no de
insultos.
II. Contradicciones. -Dice el articulista Académico
que el Panléxico es una copia del Diccionario de la Academia. Falso:
el Diccionario de la Academia es el Diccionario de la lengua; el
Panléxico es el Diccionario de la lengua, el de la rima, el de los
sinónimos, el de etimologías, etc. etc. La diferencia es de bulto.
Que los primeros pliegos son copia, sin faltar tilde, del
Diccionario de la Academia. Y a renglón seguido, que el autor del
Panléxico ha suprimido la correspondencia Latina y los refranes, ha
alterado palabras, ha mutilado las locuciones, ha dado definiciones
impropias, etc. Pues si esto es así, ¿cómo ha de ser una copia sin
faltarle tilde del Diccionario de la Academia? Hay más: esto no
debiera exaltar la bilis del Académico, pues su bienaventurado
Diccionario brillará con luz más viva y pura en cotejo del
Panléxico, tan malo, tan detestable, tan abultado de faltas, de
errores, que todo bien considerado no sabe uno cómo se hace caso de
un libro tan despreciable, indigno de ocupar las bien cortadas plumas
de tanto paladin como se presenta en plaza para combatirle. ¿Por qué
será?… Algo es ello.
III. Aumento de voces. -Que la Academia
no pone los participios pasivos, y el Panléxico sí los pone,
reduciéndose a esto el aumento de voces.
No seria gran pecado en
verdad que el Panléxico pusiera los participios pasivos. Además,
tenía en su apoyo una autoridad muy respetable para el crítico: la
de la misma Academia, que ha puesto en sus Diccionarios al participio
pasivo, nada menos que por el espacio de muy cerca de… ¡un siglo!
La Academia no cayó en la cuenta de ésta que llamaremos su purísima
candidez hasta la última edición de su famoso libro.
En ella no
ha incurrido el autor del Panléxico, ni quiere defraudar a la
Academia, apropiándose una tan singular gloria, ese timbre
inaccesible de honda y secreta sabiduría. Todo lo contrario: se ha
propuesto no poner ningún participio pasivo, y además suprimir la
imperita frase de este verbo se usa como recíproco, repetida hasta
la saciedad en millares de artículos de la última edición, la peor
de todas, y sea esto dicho de paso.
Los participios pasivos que
hay en la primera entrega del Panléxico son resultado de un
descuido, no de un error. El autor, antes de dar por bueno un
artículo del plan de su obra, le compara con el mismo artículo en
todas las ediciones del Diccionario de la Academia y con los demás
Diccionarios castellanos que no son de la Academia: corrige,
enmienda, sustituye, escribe en papeletas estos extractos y
apuntamientos, acompañados de las observaciones oportunas, y lo pasa
todo a los escribientes. Es muy fácil en esta complicada operación,
ya que el copista incurra en algún yerro, ya que el autor, abrumado
de trabajo y dividida la atención en tantos y tan variados objetos
como
ofrece la composición de su obra, al revisar lo escrito por
los amanuenses no perciba uno que otro descuido, sobre todo si es tan
liviano como el de que se trata. El autor, para más facilidad y
rapidez de la publicación de su obra, sólo pondrá en ella algunas
voces que no se hallan en el libro académico, reservando las demás
para los suplementos con que la acompañará, donde no sólo se
hallarán esas voces, sino un análisis importante de frases del
idioma, y otros varios objetos no menos importantes que no están
anunciados en el prospecto y que sucesivamente se irán anunciando.
Por esta razón no ha incluido el autor en su obra el suplemento de
voces pertenecientes a la Academia para adicionarlo al fin de la
obra. El autor ha ofrecido mucho, y hará todavía más de lo que ha
ofrecido. De este modo noble y generoso se vengará de los ultrajes
de sus injustos censores.
IV. Mejoras y enmiendas. -Para que se
vea (dice el Académico) qué especie de enmiendas y supresiones hace
el Panléxico, cotéjense con los del Diccionario los artículos
abad, abrillantar, academia, acción, acial, aclimatar, acompañar,
acortamiento, acota, actor, acta, acuerdo, acumular, achaque,
aderezo, adobo, adolecer y otros semejantes. Cotéjense en buen hora;
eso, eso desea el autor, y se verá:
1: Que la definición de
Academia, que el defensor de la misma le cuelga al autor del
Panléxico, sin duda porque le parece mala, está copiada al pié de
la letra del Diccionario de la Academia, quinta edición. Prueba esto
la pasión enemiga del formidable atleta; el ningún valer de su
crítica, y que tiene más soltura en la lengua para ultrajar que en
la potencia intelectual para juzgar.
2: Que entre las demás
definiciones de los vocablos que cita, o están corregidas con
conocimiento de la metafísica, de la lógica y de la lengua, o son
enteramente nuevas; exactas, a las que no puede alcanzar la crítica,
como la de acumular, o bien están además adicionadas con la
definición de algún insigne filósofo, como la de acción, que
trasladamos aquí del Panléxico.
Accion. Movimiento de un
agente; movimiento del ente que obra, que produce un efecto; este
efecto; hecho; todo Jo que se hace; movimiento considerado como causa
(Condillac), etc. etc. Díganos el Académico si esto es copiar a la
Academia y si es cumplir lo que hemos ofrecido en el prospecto: dar
un Panléxico, además de las definiciones comunes, usuales, las
nociones que los grandes ingenios se han formado de los entes. Si
para él nada vale la autoridad de un Condillac, de un Locke, de un
Wronsky, citados en la primera entrega del Panléxico, y si esto es
copiar a la Academia, con su pan se lo coma, y venga Dios y véalo.
Díganos si hemos copiado de la Academia las definiciones que
corresponden a las voces acabar, acallar, acatar, acaudalar, abrazar,
abrigo,
adoptar, etc. etc. y la muy bella por su brevedad y
precisión, en contraste con lo apelmazada de la Academia, de Acacia:
árbol espinoso con flores leguminosas, del cual fluye la goma
arábiga. (Del griego AKE, punta.) Díganos si la hemos copiado de la
Academia; díganos si la Academia ha dado, por ventura, su
etimología; díganos todavía, sin que se le cubra el rostro de
rubor, que el autor del Panléxico no hace más que copiar el
Diccionario de la Academia, sin que falte un tilde siquiera, y juzgue
el público de la buena fé, de la honradez del crítico. Pues las
citas que acabamos de hacer del Panléxico duplicarlas, triplicarlas,
cuadruplicarlas, quintuplicarlas… y esto sin salir de la primera
entrega. ¡Qué seria si toda la obra estuviese ya concluida!
Quiere
dar a entender el Académico que el autor ha limitado su trabajo a
hacer alaguna alteración en las definiciones del Diccionario, ya
suprimiendo alguna palabrita indiferente, ya una acepción
importante, ya una parte de período necesaria para la inteligencia
di mismo. ¿La prueba? No la da. De consiguiente, no tenía yo en
realidad obligación de contestar a ella. Pero voy también a
responder: primero, que esa proposición es falsa: la prueba acabamos
de darla algunas líneas más arriba; segundo, que cuando el autor se
ha limitado a esas alteraciones, supresiones o como mejor plazca
llamarlas, lo ha hecho para quitar insufribles redundancias que
alargaban inútilmente las definiciones, oscureciendo su sentido. Lo
difuso se opone a lo preciso y claro, y es a un mismo tiempo sabia
regla de lógica y de estilo cercenar en las definiciones todo lo
redundante. También se hace un cargo al autor por haber suprimido en
su obra las correspondencias latinas de la Academia y los refranes.
Ha suprimido aquéllas por ser la mayor parte impropias y bárbaras,
y éstos, que pudieran llamarse el código de los palurdos por ser
ajenos de un Diccionario de la lengua, en lo cual el autor ha seguido
la práctica de los buenos lexicógrafos, tanto nacionales como
extranjeros, y también la de otras autoridades. Ved aquí, por
ejemplo, cómo han acompañado en coro de silbidos y rechiflas al
pasmoso libro de la Academia dos autores españoles, cada uno de los
cuales publicó un Diccionario en castellano. El uno fué Arnau y el
otro Taboada.
Oigamos primero a Arnau: Los refranes castellanos,
dice, son como los de todas las lenguas: más bien sentencias o
axiomas comunes de filosofía práctica, que voces o locuciones de la
lengua misma. Las palabras de que se componen, o explican por sí
mismas la sentencia, en cuyo caso no hay sino buscar la definición
de esas voces en el Diccionario, o si la moral o regla de conducta
que contienen está envuelta con el velo de la analogía de cosas o
anexos naturales o tradicionales, seria preciso dar la explicación
de estas cosas o sucesos y las razones de su transformación en
axiomas, no cabe ni es propia del diccionario de una lengua, etc.
Oigamos ahora a Taboada, que trata con más extensión y profundidad
del Diccionario de la Academia: Las correspondencias, dice, o
definiciones latinas del Diccionario de la Academia española son
frecuentemente impropias, bárbaras a veces, casi nunca directas, y
por lo común perifraseadas con circunloquios de un latín romanceado
que
jamás fué, no digo de Cicerón, pero ni aun del tosco y
poco culto Enio. Hubiera sido de desear que la Real Academia, que
tantas innovaciones ha introducido en la última edición, hubiese
pensado en la más útil quizá de todas de suprimir unas
correspondencias latinas que en nada la honran, y que sólo se
podrían tolerar si careciésemos de buenos vocabularios
Hispano-Latinos y Latino- Hispanos. No son raras las ocasiones en que
la Academia se desentiende de sus propios preceptos gramaticales y
ortográficos, destruyendo prácticamente las mismas reglas que ella
enseña. En cada línea de su Diccionario se está leyendo lo,
acusativo del pronombre personal neutro, por le, acusativo del
pronombre personal masculino; y la, acusativo del pronombre personal
femenino, por le, dativo del pronombre personal femenino, como puede
verse, etc. etc. etc.
Continúa el mismo Taboada: ¿En qué se
funda la Academia para poner un acento en la a de epitafio y en otros
casos iguales, etc.?
Prosigue el mismo: La mayor parte de las
definiciones de los adjetivos en el Diccionario de la Academia
empiezan así: lo que o el que. Los pronombres lo y el se refieren
siempre a las personas o cosas que representan, y los adjetivos no
pueden ser las personas o cosas mismas, sino unos meros
modificativos de ellas. Perfecto no enuncia una persona o cosa
perfecta, sino una modificacion inherente a ella; se equivoca, pues,
la Academia cuando dice: perfecto, ta, el que tiene el alto grado de
virtud, etc. porque no se trata aquí del sujeto que tiene la
perfección, sino de explicar lo que se entiende por su
modificativo… Lo propio digo de los pronombres que están al
principio de las definiciones de los participios presentes. Una de
las reglas gramaticales, cuya observancia rigurosa se observa
generalmente, es de no dar el mismo régimen a dos verbos o adjetivos
que deben tenerle diferente; sin embargo, en un crecido número de
definiciones del Diccionario de la Academia se desprecia este
precepto. Pasa después Taboada a notar los vicios de las
definiciones de la Academia, que consisten, sin otros muchos, en la
difusión, la redundancia, la oscuridad y falta de exactitud. y
presenta como por muestra algunos, pues de lo contrario hubiera
tenido que copiar todo el Diccionario de la Academia. Helas aquí con
las observaciones de Taboada:
Diente de leche… Cada uno de los
cuatro con que nace, por con que nacen. Arrepentirse.
Pesarle á alguno, por pesarle á alguno.
Cañon.
La pluma de las aves cuando empiezar
a nacer. De las aves está de más. La pluma no puede ser sino de las
aves.
Divino. Muy excelente. Excelente tiene por sí
significación superlativa, y no puede admitir el adverbio
superlativo muy, el que sólo conviene a un positivo.
Escala.
Puerto… adonde, por puerto donde ó en donde.
Esterilizar.
Hacer infecundo, estéril lo que antes no lo era. Las últimas
palabras lo que antes no lo era son supérfluas.
Excremento.
Superfluidad inútil. Quisiera se me dijese si hay alguna
superfluidad que sea útil.
Justicia. Atributo de Dios por lo
cual, en vez de por el cual.
Notificado. Se aplica al sujeto que
se le ha hecho la significación. No hace sentido esta definición.
Maleta. Mujer pública que la trae alguno ganando con ella. Un
principiante de gramática compaginaría mucho mejor esta oración.
Respingar (met.)… Gruñendo por gruñiendo. La misma falta se
comete en el artículo próximo inmediato, por lo que no es de
presumir sea tipográfica.
Correr cabrillos. Fiesta que se
ejecuta…por celebrar o hacer, etc. cierta fiesta, etc. La
definición seria buena si hubiese corrida de cabrillos.
En otro
lugar dice el mismo Taboada: Mi Diccionario se halla aumentado con
cerca de 59 voces de que carece el de la Academia. Bueno es notar
esto, ya que nos ha salido, digámoslo así, al encuentro.
Prosigamos nuestra tarea, pues a ello nos obligan los imprudentes
defensores del Diccionario de la Academia, que fuérales
más provechoso no placear galas de su baldonada y sin ventura
señora.
A nuestro inocentísimo Académico le parece cosa de
poca monta una palabrilla mas o menos en una definición. ¡Ahí es
nada! Esto nos recuerda lo del escolar que, reconvenido por su
maestro de que había puesto un término que no debía hallarse en la
expresión analítica que le presentara como la resolución de un
problema matemático, disputaba al maestro que la resolución del
problema era buena y excelente, pues un término más o menos era
cosa de poca importancia. Sucedióle esto al famoso Roverbal. No: en
materia de exactitud no hay nada indiferente ni despreciable, y de
consiguiente tampoco en las definiciones. ¿Qué cosa en apariencia
de menos entidad que la partícula o? Pues bien: el uso continuo de
ella en las definiciones, como lo hace la Academia, es causa de que
éstas sean vagas, confusas, embrolladas. La partícula o tiene dos
acepciones. Puesta, por ejemplo, entre dos sustantivos, indica dos
ideas diferentes:
1. Que los dos sustantivos son dos nombres de
un mismo objeto.
2. Que denotan dos objetos diferentes.
Estas
acepciones, de que no se hace mención en las mejores gramáticas y
acreditados diccionarios, las observaron los gramáticos antiguos; y
después de ellos el célebre Harris en su Hermes las distingue con
los epítetos disyuntiva y subdisyuntiva que da a esta conjunción.
La lengua griega denota con signos diferentes cada una de estas
acepciones; lo mismo la rusa entre las modernas; o en el primer caso
se traduce por ili;
en el segundo, por inako.
Vea, pues, nuestro Académico cuánto cuidado es menester aún con
las palabrillas que son los términos del escolar de antaño.
Parece
mal que los que tienen tanta mancha, tanta inmundicia sobre sí, se
nos venga
tachando a los demás de poco limpios. ¡Y si fuera coa algún viso
de razón! Pero es todo lo contrario. Dice con la misma candidez y
aire de triunfo nuestro ilustre Académico: ¿Y qué enmiendas? (las
del autor
del Panléxico). Ahora lo veremos. Dice el Diccionario
de la Academia: Aborrecimiento, m. Odio, aversión, y Peñalver:
Aborrecimiento, m. Horror y aversión. No hay nadie tan escaso que no
conozca que horror es más que aborrecimiento. Un falsificador
descarado inspira aversión y aborrecimiento; un asesino inspira
horror. ¿Qué les parece a ustedes la tal enmienda? ¿Y es éste el
que ha de escribir un Diccionario de sinónimos?(I: Sí señor, el
mismo.) Vaya otra. Diccionario (el de la Academia): Aborrecer, di.
Tener odio y aversion a una persona o cosa. Panléxico: Aborrecer, a.
Tener en horror y aversión. En este artículo, además del propósito
de confundir el horror con el aborrecimiento, se nota un fiero
galicismo. Los franceses dicen: avoir en horreur; nosotros decimos:
tener horror, aversion; V. gr.: A las fiestas de toros las tengo
horror, no las tengo en horror. No vale nada. Vamos a responder con
cachaza, porque a cabeza de hierro y asentaderas de bronce nadie me
saca ventaja, y sea lo primero apuntar algunas proposiciones nuevas
para el maestro Académico.
Los Diccionarios, ni más ni menos
que otras cosas, tienen su teoría; especie inaudita para quien no la
haya oído, como, v. gr. nuestro maestro Académico. De ella han
escrito, entre otros muchos, Voltaire, Fenelon, Locke, Rivarol, y con
mucha detención D´Alembert. Y sabido es de los inteligentes en esta
materia que la definición de palabras debe ser la de su acepción
primitiva, fundamento único de las demás acepciones y de su
sinonimia, y llave maestra que nos franquea la entrada a la mayor
parte de las cuestiones que nos ofrece la lingüística. Esa
acepción, dice D´Alembert, es la más importante de todas, y la que
los Diccionarios debían darnos de preferencia a las derivadas, cuya
mayor parte es enteramente inútil. El autor del Panléxico ha
seguido tan sabio precepto, y ésta es la causa de la crítica del
imperio académico, como vamos a probarlo.
Es aborrecer un
vocablo derivado inmediatamente del latín abhorreo. Este es un
compuesto del vocablo latino horreo, el cual se deriva del radical
horr, que significa horror, voz latina y castellana, y del término
prepositivo ab, que denota el apartamiento en general. Quiere decir,
pues, aborrecer, en su sentido literal, apartamiento y horror; pero
el apartamiento en su sentido figurado es la aversión moral: luego
dijo bien y rebien el Panléxico, Aborrecer, a. Tener en horror y
aversión. Queda demostrado que horror es la idea primitiva,
fundamental de la palabra aborrecer, y de consiguiente viene a tierra
todo el andamio levantado con tanta fatiga por nuestro Académico.
¿Necesito detenerme en su observación pueril de escolar retórico
de que horror es más que aborrecimiento? Será o no será más que
aborrecimiento: el más o el menos no varía la esencia de las cosas.
Depende eso de las diferentes relaciones metafísicas o miradas de la
mente al aplicar a los conceptos los signos que denotan las
relaciones.
Tener en horror no es galicismo, y, de consiguiente,
no es tampoco fiero. Tener en es locución castizo-castellana, común
a otros muchos idiomas que en las revoluciones y emigraciones de los
pueblos las recibieron del Oriente. Tener en no significa en su
sentido propio ni figurado lo mismo que tener. La locución tener
horror denota una relación general al objeto externo, y la de tener
en horror al efecto producido en nosotros. El tener horror indica un
estado más transitorio; el tener en horror más durable, etc.
Nosotros decimos, sienta magistralmente el crítico, tener horror,
aversión; sí, le responde, nosotros decimos tener horror, aversión,
odio, etc.; decimos igualmente con no menos propiedad tener en
horror, en aversión, en odio, etc. Y por no molestarme ya más en
explicar teorías que probablemente no entenderá el Académico,
cerraré la controversia sobre este punto con dos citas de
autoridades clásicas en materia de pureza y propiedad castellanas.
Tener en odio la libertad (Fr. Luis de León). Tener en deseo (Santa
Teresa).
V. Nomenclatura de las palabras. -Dice el Académico: En
el prospecto del Panléxico se promete seguir un orden analítico
concebido del modo siguiente:
1: Significación de las palabras.
2: Uso de las palabras.
3: Nomenclatura de las palabras.
4:
Pronunciación de las palabras.
5: Ortografía.
6:
Etimología.
7: Diccionario con sus dos objetos coderivados, que
son la Gramática y los tropos.
Antes de pasar de aquí, no puedo
menos de admirarme de un orden analítico tan parecido al desorden.
¿Que querrá decir, me preguntaba yo, nomenclatura de las palabras?
Nombre y palabra, ¿no es lo mismo? Nomenclatura de las cosas,
nomenclatura de tal o tal ciencia, lo comprendo muy bien; pero eso de
nombres de los nombres no lo alcanzo. ¿Y qué orden analítico es
éste, según
el cual se han de poner primero la significacion de
las palabras y el uso de las palabras que su nomenclatura? En toda
esta crítica hay mala fé y pasmosa ignorancia.
Cualquiera puede
cotejar con el prospecto lo que el Académico copia, y verá que a la
palabra Diccionario le junta un párrafo separado allí de ella, en
el cual suprime además algunas palabras; superchería indigna de un
hombre honrado. La palabra Diccionario se halla en el prospecto sin
ninguna otra que le siga, como allí debe hallarse.
Es
Diccionario un término sintético, y la serie de nociones que le
forman son las señaladas en el prospecto con los números 1, 2, 3,
4, 5 y 6. La noción sintética de Diccionario en la lingüística es
la suma de las nociones señaladas con los números 1, 2, 3, 4, 5 y
6.
¿Es analítico este orden? ¿Qué es orden analítico? ¿Qué
es análisis? Es descomposición, resolución, sí; pero es más que
eso en lógica: es la descomposición categórica. El uso de las
palabras se deriva de la significación de las palabras; su
nomenclatura, de la significación y el uso; su pronunciación,
mirada como objeto de arte o ciencia, y así la consideramos, no
se fija sin el significado, sin el uso, sin la nomenclatura; la
ortografía no existe sin la significación, sin el uso, sin la
nomenclatura, sin la pronunciación; la etimología resulta de la
significación, del uso, de la nomenclatura, de la pronunciación, de
la ortografía.
Se nos pregunta qué quiere decir eso de
nomenclatura de las palabras, de nombres de los nombres. ¿Y qué son
las nomenclaturas más que nombres de los nombres? ¿Qué es, ilustre
Académico, la nomenclatura gramatical sino nombres de los nombres?
Lo que se llama sustantivo, adjetivo, verbo, adverbio, etc. etc. ¿qué
son sino nombres de los nombres? Y digo nombres de los nombres
entendiendo aquí por nombres, como usted, lo mismo que por palabras,
que no es lo mismo: se pone nombre a una cosa, no palabra: de
consiguiente, no es lo mismo uno que otro, no, en el sentido recto ni
figurado.
¿Sabe el Académico imperito, el Académico
denostador, el Académico que jamás raciocina y siempre ultraja,
sabe, digo, qué es nomenclatura? La nomenclatura jamás es de cosas,
sino de nombres; las cosas se clasifican. La voz clase se dice de las
cosas y de los nombres; la de nomenclatura, de los nombres;
nomenclatura es clasificación; clasificación no es nomenclatura; lo
uno en términos lógicos es género; lo otro, especie. La
nomenclatura considerada como método pre-supone la clasificación:
ésta no presume la nomenclatura. Linneo, en su sistema de Historia
natural, trata: 1: de la clasificación, y 2: de la nomenclatura. Así
es que todos sus cánones sobre la nomenclatura se refieren siempre
al nombre. Trasladaremos aquí algunos para que se vea que no
hablamos al aire: Nomen genericum unum idemque ad diverse designanda
genera assuntum altero loco exiludendum erit. Cuando se ha tomado un
mismo nombre genérico para designar diversos géneros, alguno de
éstos quedará sin él.
Nomen genericum immutabile figatur
antequam, especificum allum compenatur . Debe ser ya fijo e inmutable
el nombre genérico antes que se componga algún nombre específico.
Nomina generica primitiva nemo sanus introducit. Ningún hombre
cuerdo introduce nombres genéricos primitivos.
La reforma de las
denominaciones de los nombres con que distinguimos las diferentes
clases de ideas, palabras, símbolos y cosas, pertenecen a la
nomenclatura.
Nomenclatura viene del latín nomenclatura, que
significa manifestación, exposición, enumeración de nombres. ¿Aún
más? Basta.
Acaso parecerá este escrito demasiado largo; pero
es necesario tener presente que un desatino se dice en pocas
palabras, y son necesarias muchas para hacer ver que lo es.
El
autor del Panléxico había hecho firme propósito de no tomar la
pluma en defensa de su obra; pero ha faltado a él instado por sus
amigos. El público en último caso decidirá de parte de quién está
la razón, y de la conducta y saber de mis censores.
Aguardo
tranquilo su fallo. -J. Peñalver.Volvemos a ocuparnos del
Panléxico, no para tomar en cuenta ni mezclarnos en las disputas
puramente gramaticales o literarias, porque este objeto, interesante
sin duda, ha sido ya desempeñado, como otra vez lo hemos dicho, por
el ilustrado autor de aquel libro, sin que a sus argumentos y razones
hayan contestado cosa alguna que de valer sea sus contrincantes o
adversarios. Vamos, pues, a concretar nuestras observaciones a la
cuestión legal, o sea cuestión de
derecho, que suscita Otro
suscritor en la Gaceta de Madrid de ayer.
El argumento
capital, el caballo de batalla le llamaremos en este apasionado
debate, es el artículo 30 de la ley de 4 de Enero de 1834. Está
concebido en estos términos:
Los autores de obras originales
gozarán de la propiedad de sus obras por toda su vida, y será
trasmisible a sus herederos por diez años. Nadie, de consiguiente,
podrá reimprimirlas a pretexto de anotarlas, adicionadas,
comentarlas ni compendiarlas.
Pero todo este andamio viene a
tierra con sólo leer la siguiente pregunta del Otro suscritor: ¿Es
lícito imprimir y publicar, dice, una obra ajena sin licencia de su
dueño con el pretexto de compendiarla, adicionarla o hacer en ella
leves alteraciones o comentos?
¿Y cómo prueba El otro suscritor que son
leves las alteraciones y comentos que hace el Panléxico en el
Diccionario de la Academia? Esta es, pues, la cuestión, la única
cuestión que hay que ventilar, como que ella es la base o fundamento
de todos los raciocinios que se emplean artificiosamente, poniendo el
grito en el cielo para denunciar la supuesta usurpación de la
propiedad que se achaca al editor del Panléxico. Tranquilícese,
pues. El otro suscritor: el tribunal que ha de fallar en este
litigio, para proceder con conocimiento de causa, examinará y
comparará todos los datos que han de contribuir a formar su juicio,
teniendo que limitarse, tratándose de una obra tan extensa como es
un Diccionario, a buscar las pruebas de tan peregrina demanda en los
primeros pliegos que hasta ahora van publicados. Queremos nosotros,
sin embargo, ahorrarle su tiempo, y vamos a estampar aquí algunas de
las alteraciones o comentos que se intenta presentar como leves o de
poca monta.
Cuaderno 1:, pág. 1. El artículo de la letra A, que
ocupa más de una columna.
La definición de la palabra
abandonar, la de abarcar, la de ablución, la de ahogado, la de
abominar, la de aborrecer, la de aborrecimiento, la de abotagarse, la
de abrazar, la de abrigo, la de abrir, la de abrotamo, con su
etimología griega; la de absoluto, a la que acompaña la definición
que dio de esta palabra Wronsky; la de acabalar, la de acabar, la de
acacia, con su etimología griega; la de acallar, la de acañonear,
la de acardenalar, la de acartonarse, la de acaso, la de acatar, la
de acaudalar, la de accesorio, la de accidente, la de acción, a la
que acompaña la definición que ha dado de esta misma palabra
Condillac; la de acedera, la de acéfalo, la de aceite, la de
acelerado, la de acelerar, la de aceptar, la de acerar, la de
acercar, la de acero, la de ácido, la de acometer, la de acostarse,
la de acordonar, la de acoro, la de acorrer, la de acrecer, la de
acrecentar, la de acrecencia, la de activar, la de acto, la de actor,
la de acumular, la de acuñar, la de achicoria, la de adaptadamente,
la de adaptar, con su etimología; la de adelfa, la de ademan, la de
adherencia, la de adherir, la de adición, la de adiestrar. Ja de
adjetivo, la de admirar, la de adoptar, la de adquirir, la de aducir,
la de adversario, la de advertir, la de afabilidad, la de afable, con
su etimología; la de afinar, la de afirmarse, la de afluencia, la de
agarradero, la de agarrar, la de agarrotar, la de ágil, la de
agilidad. la de agente.
Las voces y definiciones de agio y
agiotaje, tomadas de Taboada y que no están en el Diccionario de la
Academia.
Estas son las definiciones que pertenecen
exclusivamente al autor del Panléxico en los cinco primeros pliegos
citados, y le pertenecen asimismo todas las enmiendas y correcciones
que ha hecho además en casi todos, por no decir todos, los artículos
del libro académico.
Nos parece que hemos demostrado hasta la
evidencia que la ley de 4 de Enero de 1834 no tiene aplicación al
caso presente por la sencillísima razón de la esencial diferencia
que existe entre las dos obras de que hablamos, y también porque el
Panléxico, además del Diccionario de la lengua, contiene el de las
etimologías, el de sinónimos y varios tratados especiales que
forman el complemento del Diccionario universal de la lengua.
Aplauda, en fin, en buen hora El otro suscritor los efectos de la
expresada ley con el fin de alentar los ingenios: nosotros también
podríamos objetarle esa misma ley; entendida del modo que se quiere
explicar, seria un obstáculo al progreso de esos mismos ingenios.
Dígasenos si no si hay un modo posible de hacer un nuevo Diccionario
si sus autores no pueden extractar de otros Diccionarios lo que
tengan por conveniente. ¿Es acaso una cosa fácil inventar nuevas
voces? Desde luego aseguramos que no lo es sin que la naturaleza toda
experimentase una espantosa revolución. Las palabras y los hechos no
se inventan. Creemos, por último, perder el tiempo en contestar a
los argumentos que El otro suscritor dirige al Sr. Boix como editor
del Panléxico. No hay identidad. y es ridícula la comparación que
se hace de la clase de propiedad que pertenece al Sr. Boix en las
obras que cita El otro suscritor, y la que hoy reclama, sin razón
ninguna, la Academia. Mañana continuaremos tratando de la misma
materia para que el público tenga los datos indispensables y pueda
pronunciar un fallo acertado. -M. A. R.
Continuamos hoy en
nuestra tarea de contestar al artículo publicado en la Gaceta del
domingo por uno que se firma El otro suscritor, imputando al Sr. Boix
el haber usurpado a la Academia de la lengua el título de propiedad
que se supone tener dicha Corporación con haber publicado aquél la
obra intitulada el Panléxico. Ya hemos di-cho que la ley de 4 de
Enero de 1834 no tenía aplicación al caso presente, porque aunque
el objeto de dicha ley sea alentar a los ingenios protegiendo la
propiedad literaria, ella debe al mismo tiempo prever y evitar los
inconvenientes que produciría si se entendiese en un sentido
demasiado lato. Todos los principios en que se fundan las leyes, lo
mismo que todas las demás cosas, tienen un límite, y si en la
aplicación o en la práctica no se ajustan bien, lo destruyen, lo
hacen pedazos. Pondremos un ejemplo sin salir del asunto que nos
ocupa. La Academia de la lengua, bien sea por lo costosas que son las
reimpresiones de obras de tanta extensión como su Diccionario, o por
otras causas, es lo cierto que nos ha hecho carecer de muchos miles
de voces que se han publicado en el de Taboada. Por manera que ese
derecho o propiedad que se le atribuye ha venido a convertirse en un
privilegio tan perjudicial como cualquiera otro. ¿Por qué, pues, ha
debido privarse a nadie que se dedicase a hacer al público un
servicio de tanta importancia, ya que la Academia no lo hacia? ¿No
podría aplicarse aquí la ley de expropiación por causa de utilidad
pública?
Además, ¿por qué la Academia no impidió o se opuso
a la introducción y circulación del Diccionario de Taboada? ¿Será
acaso porque era un Diccionario español y francés? Pues el
Panléxico es un Diccionario de la lengua, de sus etimologías, de
sus sinónimos, y comprende otros tratados que completan aquella
obra, de todo lo cual carece el Diccionario de la Academia. Puede ser
que también se nos diga que hoy existe la ley citada que apoya
terminantemente la propiedad de aquella Corporación. Pues qué, ¿no
hay leyes, sin atenernos a la de 4 de Enero, que protegen la
propiedad en España? ¿O son de peor condición los títulos de la
propiedad literaria que los de cualquiera otra? ¿Por qué no se
opuso también la misma Academia a la publicación del Diccionario de
Terreros, que salió a luz en tiempo de privilegios y abusos tan
perjudiciales al progreso de los conocimientos humanos, cuando
existía el Consejo de Castilla y cuando aquella Corporación estaba
en el pleno goce de toda clase de inmunidades? Y cuenta que Terreros
no hizo más que copiar en los dos primeros tomos el Diccionario de
la Academia, añadiendo a éstos los siguientes, que comprenden los
vocabularios italianos, latinos y franceses. Pongamos otro ejemplo.
Supongamos que un español se propone escribir sobre la guerra de la
Independencia, y pone a su obra el mismo título que lleva la muy
interesante del ilustrado Conde de Toreno. Podría éste, sin embargo
de que haya empleado caudales, tiempo y vigilias para escribir la
suya; podría, decimos, impedir al otro que refiera los mismos hechos
y los corrobore con los mismos documentos, si lo hace, cosa no muy
fácil, con mejor crítica, con mejor filosofía y con mayor
extensión de datos que nos pinten los acontecimientos y sucesos de
aquella época gloriosa.
No queremos detenernos más en el
análisis de la ley en que pretenden apoyarse los defensores de la
Academia, porque nos parece preferible continuar hoy el inmenso
catálogo de definiciones nuevas con que ha enriquecido el
Diccionario de nuestra lengua el autor del Panléxico sin salir de
los primeros pliegos de esta obra. Y apelamos a este medio demasiado
enojoso, porque así se convencerá el menos entendido que aquellas
obras son, en cuanto cabe, esencialmente diferentes, consiguiendo
también nos-otros demostrar que son infundadas las declamaciones con
que se apostrofa al señor Boix, como editor del Panléxico, que son
ridículas las alusiones que al mismo se dirigen e injustos los
cargos que le hacen los apasionados abogados de la Academia.
Continuamos, pues, con las definiciones del Panléxico que no se
hallan en el Diccionario de la Academia.
La de agitar, aglomerar.
El artículo agua, que ocupa más de dos columnas en el Panléxico y
que es de Taboada. Aguacate, aguantar, agüero, con su etimología;
aguileño, agujero, ahidalgado, ahilar, ahilo, con su etimología;
ahincar, ahinco, aire, alarma, con la explicación de la eclipse
castellana, de donde se deriva esta palabra; alborear, alboroto,
alcachofa, alcahuete, alcahuetar, álcali, con su etimología árabe;
alcolizado, alcohol, alcoholado, voz que no se halla en el
Diccionario de la Academia; alcoholizacion, voz que no está en el
Diccionario de la Academia; alcoholómetro, alcolímetro o alcómetro,
voces que tampoco están en el Diccionario de la Academia; alegría,
con su etimología griega; alegría, aleve, con su etimología
latina; alexipirético, con su etimología griega y que no está en
el Diccionario de la Academia; alexitero, con su etimología griega,
tampoco está en dicho Diccionario; alfombrilla, álgebra, con su
etimología árabe y las nociones que se han formado de ella
Condillac, Newton y D´Alembert; aliento, alimento, aliñar, aliño,
alma, almanaque, con su etimología árabe; almohada, con su
etimología árabe y hebrea; almorijazfo, tomado de Taboada;
almoradux, almorrana, almorzar, con un ejemplo notable de Franklin;
almuerzo, arenga, con su etimología latina; alojamiento, alonga,
alopecia, con su etimología griega; alquermes, alquimia, con su
etimología árabe y griega; alterabilidad, alterar, alternar,
altura, alucinar, con su etimología céltica, griega, latina, árabe,
etc.; alumbre, alúmina, alzar, allegar, amaestrar, amainar, cuya
acepción propia no está en el Diccionario de la Academia; amañar,
amaranto, amazona, ámbar, ameos, amigo, amistad, con la noción que
se han formado de ella Aristóteles, Pitágoras, Voltaire,
Charron
y Piquer; amojonar, amolar, amoniaco, con su etimología griega;
amontonan, amor, con la noción que se han formado de este afecto
Larochefoucauld, Descartes, Montaigne, Escalígero y Juan Jacobo
Rousseau; amparar, con su etimología latina y castellana;
amplificación, amplitud, amputación, anabaptista, anacardo, con su
etimología griega; anagrama, análisis, analizad, acompañado de la
noción que se ha formado de esta palabra Condillac; analogía, con
su etimología griega; anana, anápeto, amargura, con su etimología
griega y la noción que se formó Voltaire de esta palabra;
anárquico, anarquista, voz que no está en el Diccionario de la
Academia; anarmizar, voz que no está en el Diccionario; anatomía,
con su etimología griega; andamio, angélica, angina, con su
etimología griega; ángulo, con varias acepciones que no se hallan
en el Diccionario de la Academia; animal, con la noción que formó
de esta palabra Linneo; animalización, palabra que no pone el
Diccionario; animalizar, palabra que no está en dicho Diccionario;
animar.
Estas son las definiciones nuevas que se encuentran en
los primeros pliegos del Panléxico, y omitimos las correcciones y
enmiendas, porque para relatarlas tendríamos que ocuparnos uno por
uno de todos los artículos que comprende el Dicción año de la
Academia. Tampoco estampamos aquí el sinnúmero de voces que ya
tiene anotadas el autor del Panléxico y que no se hallan en el
Diccionario de la Academia, para publicarlas en los suplementos, como
tiene ofrecido: por ejemplo, circunstancionada,
que la usa el P. Granada, Rivadeneyra y otros clásicos; capirote,
por gorro o cubierta de cabeza de los locos o bufones de palacio, y
así dice Calderón en su comedia La señora y la criada:
Flor,
quiero que ya en palacio
se quede, hágase luego
un sayo de
loco, y ande
con su capirote puesto.
Del mismo Calderón,
repostear, etc. De Mateo Alemán, honrada casa, por decente y bien
amueblada. Mancebillete; y así dice: Algunos mancebilletes de ligas
y bigotes venían a lo pulido y sin mozo. Manzana de vaca, mocitos de
barrio, muchachismo, etc. De Fr. Luis de Granada, adjetivos
particulares al sustantivo bestia, como bestias fieras, bestias
salvajes, bestias brutas, etc. De Cervantes, concluir, en sentido de
acabar con uno, de matarle. Paga de luego… sino, o por el Dios que
nos rige, que os concluya y aniquile en este punto, etc. etc. De
Santa Teresa, desatino, en el sentido de dolencia o descompostura de
alguna parte del cuerpo: Toda me parecía estaba descoyuntada y con
grandísimo desatino de cabeza. Del Gracián, placear galas, rebutido
de ojos,
meter en razón, etc. etc. En fin, basta para calcular
las voces que no se encuentran en el Diccionario de la Academia, que
el autor del Panléxico tiene que llenar con ellas varios
suplementos. Y basta también para convencer a todos que el libro del
Sr. Peñalver es el que menos ha copiado de otros Diccionarios,
incluso el de la Academia. -M. A. R.
La Gaceta de Madrid de ayer
publica un artículo firmado por El otro suscritor, o lo que es lo
mismo, por un Académico que debe estar de muy mal humor, según lo
desatentado de su contestación al papel del Sr. Peñalver, que hace
ya muchos días que vio la luz pública.
Ha tenido, pues, aquél
tiempo de sobra para meditar sus observaciones y para dar una
respuesta cumplida. ¿Lo hace así? Vamos a verlo.
Bajo el
epígrafe Muestra de falsedades, dice el Académico que entre los
defectos que nota Peñalver en el Diccionario de la Academia, se
encuentran criticados estos artículos: Arrepentirse. Pesarle alguno,
por pesarle a alguno.
Primera inexactitud que comete a sabiendas
el Académico, asegurando que es Peñalver el que hace dicho cargo,
cuando éste cita a Taboada, que es quien lo produce. Hay insigne
mala fé de parte del Académico en remitir a los que lean su crítica
a que comprueben aquélla, que él llama falsedad en el tomo de la
última edición del Diccionario de la Academia, cuando Taboada, y no
Peñalver, se refiere a la edición de 1822, que es la que corría
cuando el primero escribió las observaciones que tanto escuecen e
incomodan a nuestro Académico. Esta contestación es aplicable a
todas las demás palabras o defectos en el idioma, que se comprenden
bajo el expresado epígrafe, y que el Académico pretende defender.
Bajo un segundo epígrafe, con el título de Muestras de
disparates, pretende el Académico contradecir el cargo de
redundancia que hace Taboada, citado por Peñalver, cuando critica a
la Academia por su definición de la palabra cañon
en estos términos:
La pluma de las aves cuando empiezan a nacer.
Dice Taboada, con justísima razón, que de las aves está de más,
porque la pluma no puede ser sino de las aves.
¿Y cómo defiende
el Académico esta redundancia, o niega que lo sea? Del modo
siguiente: No hay redundancia en decir pluma de las aves, porque se
llaman así también los filamentos de cierta especie de alumbre, que
por esta circunstancia se llama alumbre de pluma.
Pero, por Dios,
señor Académico, señor Otro suscritor, o Sr. D. Luis de Riera, que
todo es una misma cosa, ¿cómo es posible que V. ignore que las
definiciones son siempre del sentido propio de las palabras y no del
figurado? El mismo ejemplo que V. nos presenta presupone el sentido
propio.
No: V. no puede ignorar esto que lo saben hasta los
estudiantes de retórica, y sólo el deseo de embrollar las
cuestiones y de hallar contradicciones es lo que le hace estampar tan
sendos disparates. ¿Cómo podríamos decir si no la luz del
entendimiento sin antes tener idea de lo que es luz por su propia y
genuina definición?
Basta esto para que sirva de muestra de la
buena fé y de la inteligencia con que nuestro Académico defiende la
causa que ha tomado a su cargo. Todos se convencerán de que le
faltan razones para apoyar su justicia cuando apela a semejantes
argucias, a tan ridículos argumentos.
Pero no queremos dejar la
pluma sin decir a nuestro Académico que el Sr. Peñalver no cita a
Locke, a Condillac y D´Alembert como autoridades en materia de
lengua castellana, sino como maestros en el arte de pensar, como
grandes ingenios que han sabido formarse las ideas más exactas de
todas las nociones que pertenecen a las ciencias, y bajo este aspecto
son autoridad irrecusable en todos los tiempos y en todos los países.
Además, tiene el autor del Panléxico en su abono sobre esta materia
la práctica seguida en todos los Diccionarios más célebres de
Europa, franceses, ingleses, alemanes, etc.
Todo lo demás que
nos dice el Académico está reducido a barajar el sentido propio de
las palabras con el sentido figurado, siendo así muy fácil
criticarlo todo, aunque neciamente. No le interrumpiremos nosotros en
esta tarea, a pesar de que nos daría margen para formar chistosas
parodias. -A, M. R.
Al otro suscritor de la Gaceta. – Hay
hombres tan amigos de morderlo todo, que si hoy se inventaran los
mandamientos de la ley de Dios, morderían los mandamientos. Hay los
también tan negados al convencimiento, que hacen malas las mejores
razones dirigidas a sus entendimientos de estuco.
Sin que
califiquemos el del otro suscritor, porque nosotros nunca calificamos
la suficiencia ajena, no podemos menos de decir que su artículo
último es el solecismo más grande que se ha cometido desde que
comenzó la enconada guerra que se hace al Panléxico, a esa obra
importantísima que, a despecho de sus contrarios, cubrirá las
grandes faltas del célebre Diccionario, cuyas ediciones hasta el
presente, y a contar desde la cuarta y quinta, son sucesivos pasos de
cangrejo. Diremos, pues, al otro suscritor, dos palabras, que sin
contestación no han de quedar, quien con tanto ahínco se desvela en
soplar, si no por la boquilla, por el imperial de la trompa de la
fama, en loor de dicho Panléxico, ya que probado está que cuantos
ataques hoy se le dirigen redundan en mayor crédito suyo.
En el
Diario de Avisos y en el Eco del Comercio se ha dicho ya bastante
combatiendo con sólidos argumentos la ridícula pretensión de
propiedad con que la Academia intenta dar un golpe a los adelantos de
la lengua en vez de protegerlos. Y como el articulista vuelve a
repetir las que cree razones en contrario sentido, y que ya hemos
leído hasta la saciedad. le hacemos gracia de nuestra
contestación,
remitiéndolo al fallo de los tribunales, del cual esperamos saldrá
la Academia con el prestigio literario que le corresponde. Todos
cuantos han tomado parte en esta cuestión creen efectivamente que la
cuestión legal, la cuestión de derecho de propiedad es favorable al
editor del Panléxico; personas hay que contra éste han escrito, y
nos han confesado esta verdad en particular conversación; reservado
estaba al otro suscritor el empeño de no convencerse: con su pan se
lo coma.
Con notoria malicia (por no darle otro nombre más duro)
copia el suscritor algunas definiciones de Peñalver para deducir de
ellas que o son malas o incompletas: la verdad es que el suscritor
copia sólo una acepción, y deja las demás en las columnas del
Panléxico.
Pruebas. -Afinar, hacer fino. ¡Y qué! ¿No dice más
Peñalver? Veamos. Afinar, hacer fino. Hacer un metal más fino, más
puro, más delicado.
Perfeccionar, dar el último punto, pasar
por el afinador. Quitar las ampollas al cristal o vidrio. Acordar la
voz a los instrumentos, a las notas musicales. Hacer que la cubierta
del libro sobresalga por todas partes.
Acardenalar, hacer
cardenales: no copiamos el suscritor; pero añade el Panléxico:
Salir a lo exterior del cutis unas manchas de color cárdeno,
semejantes a las que ocasiona un golpe.
Dice el suscritor: Acaso,
m. Sin cansa. Así define Peñalver este sustantivo: agraviaría a
mis lectores si me detuviese a demostrar este despropósito. Esto
indigna, esto es inexacto. Peñalver no define así la palabra acaso,
que no es sólo sustantivo, según asienta el sabio suscritor.
Peñalver ha escrito: Acaso, m. Sin causa. Casualidad. suceso
imprevisto. Adverbio, m. Sin causa. Por casualidad, accidentalmente,
quizá, tal vez, por ventura.
Hemos probado bastantes falsedades
estampadas en la Gaceta; no queremos detenernos mas en refutar un
artículo en que su autor prueba una de dos cosas: o que. no entiende
una palabra de castellano, o que no quiere entenderlo, porque así se
le figura que tendrá razón.
¿Quiere otra prueba de ello? Pues
sepa que acardenalar es hacer cardenales, y que no puede decirse como
consecuencia de esta definición que el Papa acardenaló a cuatro
obispos, porque el Papa no hace cardenales, sino los elige o nombra.
No se acardenala en Roma solamente; también se hacen cardenales en
España. ¿Lo ha entendido usted? -P. P.
(Gaceta 24 de septiembre
de 1842.)
Con el artículo último de los que ayer insertamos
acerca del nuevo Diccionario denominado Panléxico, se observa en el
párrafo último una alusión, que no advertimos cuando leímos
aquellos artículos, porque se halla oscurecida y embozada en un
equívoco. Por lo mismo debemos ahora declarar que por inadvertencia,
y contra nuestra voluntad. se ha podido deslizar ésta, y lo mismo
habrá podido suceder con alguna otra expresión desconocida en que
tampoco hayamos reparado, pero que desde luego las desaprobamos y
rechazamos; porque si hemos accedido a franquear las columnas de la
Gaceta para un debate literario, en lo que creímos hacer un servicio
a las letras, de ninguna manera podríamos haber permitido que se
ensuciase este periódico con injurias ni con amenazas. Repetimos que
acerca de esta materia no volveremos a admitir ningún artículo ni
reclamación.
(Gaceta 25 de septiembre de 1842.)
También el
insigne poeta D. Ventura de la Vega zahirió al autor del Panléxico
en una poesía intitulada El Hambre, Musa X, que se publicó en una
hoja suelta. A dicha poesía contestó D. Juan Martínez Villergas.
1846.
758. Nuevo Diccionario de la lengua castellana,
que comprende la última edición íntegra, muy rectificada y
mejorada, del publicado por la Academia Española, y unas veintiséis
mil voces, acepciones, frases y locuciones, entre ellas muchas
americanas, añadidas por D. Vicente Salvá. París, H. Fournier y
C.a, 1846.
Folio.
-Segunda edición, corregida y mejorada:
París, H. Fournier y C., 1847.
Folio.
D. Vicente Salvá
murió en junio de 1849, y todas las ediciones posteriores de su
Diccionario y de su Gramática fueron hechas por los sucesores de su
librería en París, los señores Garnier hermanos.
-Cuarta
edición: París, 1852.
-Séptima edición: Nuevo Diccionario de
la lengua castellana, que comprende la última edición íntegra, muy
rectificada y mejorada, del publicado por la Academia Española, y
unas veintiséis mil voces, acepciones, frases y locuciones, entre
ellas muchas americanas, añadidas por D. Vicente Salvá. Séptima
edición. Añadida con un Suplemento de más de 300 páginas, que
contiene las voces de ciencias y artes, etc. que no se hallan en el
cuerpo de la obra. París, librería de Garnier hermanos, sucesores
de D. V. Salvá. Calle de Saints-Pères, 6: 1865.
Fol. -XLIV -I.
140-327 págs. -Edición estereotípica a dos cols.
El intento de
Salvá al publicar esta obra fué, según ya lo dice en el propio
título de ella, el mejorar y rectificar el de la Academia Española.
Para realizarlo usó de las cédulas y apuntaciones reunidas en el
espacio de cuarenta y seis años, después de haber leído muchos
libros de nuestra literatura y anotado cuanto creyó pertinente a su
objeto; revisado el Diccionario inglés-español de D. Mateo Seoane;
escrito la Gramática castellana; adicionado el Diccionario
latino-español, traducido por Valbuena y el de la Academia; añadido
algo al Arte de traducir el idioma francés al español, de Capmany,
y compuesto el Diccionario francés-español, interrumpido el año de
1840.
A la cabecea de su Diccionario emite Salvá el juicio que
le merece el de la Academia, para justificar con él el método y
forma que, en su opinión, deben ofrecer los estudios de esta clase.
Dice Salvá que se desviaría del Diccionario de la Academia (Novena
edición) en los puntos siguientes:
1: No entrando en difusas
explicaciones de los juegos y otros objetos que no lo requieren.
2:
Dando por punto general las definiciones más breves, sin alargarse a
pormenores innecesarios.
3: Empleando pocas veces más de tres o
cuatro palabras para las correspondencias latinas y omitiendo todas
las que son muy largas o comprenden circunstancias que faltan en la
explicación española.
4: No mencionando parcialmente los
nombres de herejes o sectarios ni los tiempos irregulares de ciertos
verbos.
5: No incluyendo quizá muchas voces de blasón
peculiares de los libros de heráldica, ni las de germanía, ni
muchas de náutica, esgrima, fortificación y teología. En cambio
daría mayor importancia a las voces iocosas o de capricho.
6: No
usando palabra alguna que no tenga su correspondiente artículo y
explicación.
7: No empleando tampoco en las definiciones voces
anticuadas o provinciales sino para definir los derivados.
8:
Cuidando de colocar los significados primordiales ante todo, sin
incluir, por lo tanto, los que no son más que aplicaciones a casos
particulares.
9: Guardando un mismo método para colocar las
acepciones.
10: Señalando las varias terminaciones de la voz del
artículo (si las tiene), a fin de que no se origine duda ni
confusión si no se indica la que corresponde a cada uno de los
significados.
11: Poniendo íntegros los adverbios en mente,
siempre que vayan muchos seguidos en calidad de sinónimos, para
evitar toda equivocación.
12: Explicándolos participios activos
y verbales en ante, anta, on, ona, or, ora, comenzando por decir el o
la.
13: No omitiendo las voces que designan las producciones de
las Indias orientales y occidentales, ni los provincialismos de sus
habitantes.
14 y último. Limitándose en todas las definiciones
a explicar el sentido de las palabras sin juzgar las ideas que
representan.
El autor, al oponer al Diccionario académico estas
parciales modificaciones en el plan de su composición, dícenos cuál
es la idea que tenía de lo que debiera ser un léxico castellano. No
están, a nuestro juicio, algunas de sus observaciones legítimamente
fundadas, ni en general tiene tampoco el autor presente que una obra
de esta naturaleza es de suyo mudable e imposible de que un solo
hombre, ni una corporación entera, puedan dotarla de perfección
absoluta. El Sr. Salvá, a pesar del plan mejorado que él proponía,
incluyó el Diccionario íntegro de la Academia como base del suyo, y
lo adicionó con muchas voces de marina, heráldica y germanía.
El
Sr. Salvá, dando, por otra parte, grande importancia a los
arcaísmos, aumenta cantidad considerable de ellos en sus adiciones.
Empresa muy loable es ésta y que contribuye por manera eficacísima
a la más provechosa lectura de nuestra literatura de los siglos XVI
y XVII; pero creemos que el autor debiera haber formado con todas las
cédulas de esta clase, tan preciosas como autorizadas, un estudio
aparte. Preferible debía haber sido esto a incluirlos en un
Diccionario nacional, que deba contener la lengua tal como se hable
cuando éste se escriba. El erudito y el literato son quienes
necesitan conocer el sentido de las voces propias del tiempo en que
se compusieron el Fuero Juzgo y Las Partidas, los Problemas de
Villalobos y las Coplas de Mingo Revulgo, y esto debe ser objeto de
particulares estudios. El Diccionario o Tesoro de una lengua debe
limitarse (tal como modernamente se entiende que han de ser estas
obras) a incluir nada más
que las voces en actual uso y las que
éste autoriza, aunque sean antiguas. Esto, sin embargo, podrá ser
un defecto desde el punto (le vista indicado; pero el filólogo y el
curioso agradecerán sin duda a Salvá la interpretación cierta o
hipotética que de muchísimas palabras anticuadas ha dado en su
Diccionario.
Además de los arcaísmos, hay entre las adiciones
de Salvá muchas palabras que cuentan un siglo o más de
naturalización en nuestra lengua, y otras que habiendo sido
introducidas recientemente para designar objetos que antes no se
conocían, son de uso universal o tienen la aprobación de los
doctos.
En cuanto a la ortografía usada en este Diccionario, es
diferente de la del de la Academia; pues Salvá opinaba que no debían
escribirse con c los plurales y derivados de singulares y raíces que
terminan por z, ni conservar la x antes de consonante, ni retener la
y en los diptongos acabados por i cuando se hallan al fin de dicción.
1849.
759. Diccionario nacional de la
lengua castellana. Por Don Ramon Joaquin Dominguez. Madrid. 1849.
Dos vols, en folio.
-Sexta edición: Diccionario nacional o
gran Diccionario clásico de la lengua española. El más completo de
los léxicos publicados hasta el día. Por Don Ramon Joaquin
Dominguez. Sexta edición con un nuevo Suplemento, en que se han
añadido más de doce mil voces; entre ellas muchas
hispano-americanas. Mellado, editor. Madrid. calle de Santa Teresa,
núm. 8, y del Príncipe, núm. 25. París, rue St. Andrée des Arts,
núm. 47) y de Provence, núm. 12: 1857.
Dos vols, en folio: todo
el texto a cuatro columnas.
Tomo 1: 1019 págs. -Anteport. -Port.
– Pról. del autor. -Adv. del editor. -Abrev. -Adv – Texto (A-I).
Tomo II: desde la pág. 1.021 hasta la 1.793; y luego sigue con nueva
foliación el Suplemento, que consta de 302 págs. -Anteport. -Port.
– Texto (J-Z, A-Z). Se han hecho de este Diccionario otras ediciones.
760. Diccionario general de la lengua castellana, el más
manejable y completo, el más inteligible y sucinto en definiciones y
el más uniforme en ortografía (con arreglo a la de la Academia de
la lengua); contiene además el nombre de todos los pueblos de España
y Ultramar, con especificación de la distancia a que se hallan de
las capitales de sus provincias, por D. José Caballero y D. Cipriano
de Arnedo. Madrid, imprenta de la Viuda de D. R. J. Dominguez: 1849.
Fol. -4 hs. Prels. + 1.245 págs. + 247 + 1 h. final. – Texto.
-Al público. -V. en b. -Explicación de abreviaturas. -V. en b.
-Suplemento al Diccionario general de D. José Caballero. – Texto.
-Una pág. de erratas; a la vuelta, lista de suscritores.
(Véase
el núm. 763.)
1850.
761. Diccionario -Matriz de la
lengua castellana, por D. Rafael María Baralt. Madrid, imprenta de
la calle de San Vicente, a cargo de D. Celestino G. Alvarez, 1850.
Fol. -24 págs.
No se publicó más que este Prospecto con
algunas muestras de la A: en él se indica que su autor llevaría a
cabo su obra con la colaboración de los más distinguidos literatos
y filólogos.
1852.
762. Diccionario general de la
lengua castellana. El más manejable y completo; el más inteligible
y sucinto en sus definiciones, y el más uniforme en ortografía, con
arreglo a la de la Academia de la Lengua; contiene, además, el
nombre de todos los pueblos de España, con especificación de la
distancia a que se hallan de las capitales de provincia. Por una
Sociedad de literatos, bajo la direc-ción de D. José Caballero.
Dedicado a SS. MM. la Reina y el Rey. Segunda edición, corregida y
aumentada. Madrid. 1852. Se hallará en la Negociación literaria,
calle de la Montera, núm. 30.
Fol. -3 hs. prels. + 1.466 págs.
+ 1 de errat.
Port. -Advert. a los suscritores por los editores.
-Abrevs. – Texto, a tres cols. -Erratas.
-Sexta edición,
corregida y aumentada, con todas las voces, frases y locuciones de
uso común en España y en las Américas españolas: Madrid. 1865.
Dos tomos en 4.° may. (Véase el núm. 761.)
1853.
763. Nuevo Diccionario español-italiano. Edición muy
aumentada y mejorada, con un estado de los verbos regulares e
irregulares en ambos idiomas. París, librería de Rosa y Bouret,
1853.
(A la vuelta de la anteport.:) Poissy, imprenta de Arbieu.
4.° men. -XXIV + 463 págs.
Anteport. -Port. -Verbos
regulares e irregulares castellanos. – Texto del Diccionario, a dos
cols.
1853-55.
764. Diccionario enciclopédico de la
lengua española, con todas las voces, frases, refranes y locuciones
usadas en España y las Américas españolas en el lenguaje común
antiguo y moderno; las de ciencias, artes y oficios; las notables de
historia, biografía, mitología y geografía universal, y todas las
particulares de las provincias españolas y americanas. Por una
Sociedad de personal especial en las letras, las ciencias y las
artes: los Sres. D. Augusto Ulloa, Félix Guerrero Vidal, Fernando
Fragoso, Francisco Medina -Veitia, Isidro Fernandez Monje, José
Plácido Sansón, José
Torres Mena, Juan Creus, Juan Diego
Pérez, Luis de Arévaio y Gener, Juan Sala, Ventura Ruiz Aguilera, y
revisado por D. Domingo Fontan, ex-Director del Observatorio
astronómico de Madrid. Catedrático de Matemáticas sublimes y autor
de la Carta de Galicia; D. Facundo Goñi, Catedrático de Filosofía
y Derecho internacional del Ateneo científico y literario de Madrid;
D. Joaquín Avendaño, Subinspector general de las escuelas del reino
y autor de varias obras; D. José Amador de los Ríos, individuo de
la Academia de la Historia y Catedrático de Literatura en la
Universidad
de Madrid; D. Juan Bautista Alonso, antiguo Abogado
del Colegio de Madrid y escritor público; D. Patricio Filgueira,
Ingeniero de Minas, de la Escuela de Minas, Artes y Manufacturas de
Bélgica;
D. Pedro Mata, Catedrático de la Facultad de Medicina
de Madrid y del Ateneo y autor de varias obras; D. Rafael Martínez,
Doctor en Medicina, Licenciado en Ciencias naturales y Regente en
Botánica; D. Tomás García Luna, Catedrático del Ateneo y autor de
varias obras, y por Eduardo Chao, Director de la Biblioteca
ilustrada. Madrid, imprenta y librería de Gaspar y Roig, editores,
calle del Príncipe, núm. 4: 1853.
Fol. -2 tomos.
Tomo
I: 1.058 págs. + 6 finales. -Portada. – Pról. firmado por Eduardo
Chao. –
Abrevs. – Texto, a 4 cols. (A-E). -Suplemento.
Tomo
II, impreso en 1855: 1.393 páginas + 4 finales. -Port. – Texto, a 4
cols. -Suplemento.
-Otra edición, ordenada por D. Nemesio
Fernandez Cuesta y adicionada nuevamente con un suplemento de todas
las voces autorizadas por la Academia Española en la última edición
de su Diccionario, y con otras varias, hasta unas 5.000,
correspondientes a la índole enciclopédica de la presente obra.
Madrid, imprenta y librería de Gaspar y Roig, editores: 1870.
También en 2 tomos en fol.
Tomo I: 1.058 págs. + 17 de
suplemento.
Tomo II: 1.393 págs. + 20 de suplemento. (Reimpreso
en 1878-1882 en 2 vols, en folio.)
La índole de esta obra
está bastante indicada por su título. En cuanto a la realización
del proyecto que en él se consigna, no puede negarse que en lo que
se refiere a la parte técnica y propiamente científica, el
Diccionario enciclopédico contiene gran riqueza de palabras, con
definiciones exactas en general y hechas con la necesaria compendiosa
claridad. En lo que toca a voces y frases vulgares, es muy
deficiente, aventajándole en esto otras obras de menos pretensiones.
En la ortografía se separa en algunos puntos de la usual en España,
adoptando en ocasiones la seguida generalmente en América, tal vez
por hacer la obra más aceptable en aquellas repúblicas. En general,
teniéndolo todo en cuenta, no hay duda de que la obra editada por
los Sres. Gaspar y Roig merece el grande crédito y la aceptación
que tuvo al publicarse.
1854.
765. Nuevo Diccionario
español -francés y francés -español, más completo que cuantos se
han publicado hasta el día, redactado sobre el de Nuñez de Taboada
y aumentado con más de 10.000
voces y 10.000 acepciones nuevas
que no se hallan en el de dicho autor. Ultima edición, corregida por
la autoridad eclesiástica. Tomo II. (Parte española -francesa.)
Barcelona. Por D. Juan Olivares, impresor de S. M. calle de
Escudellers, núm. 57: 1854.
4.°-630 págs. Anteport. -Port. –
Texto, a tres cols. -Abreviaturas.
766. Diccionario universal
español -francés, por Don Ramón Joaquín Domínguez. Segunda
edición considerablemente corregida y aumentada. Comprende no solo
las voces de los diccionarios de las dos Academias, sino también
todos los términos de literatura, de historia, de filosofía, de
matemáticas, de economía política, de diplomacia, de táctica
militar, de química, de mineralogía, de botánica, de teología, de
cirugía, de medicina, de sagrada teología, de derecho canónico, de
sectas religiosas, de jurisprudencia, de agricultura, de geografía,
de astronomía, de mitología, de comercio, de marina, de artillería,
de fortificación y demás facultades, sin omitir el tecnicismo de
todas las artes. Tomo II. Establecimiento de Mellado. Madrid. calle
de Santa Teresa, núm. 8, y del Príncipe, núm. 25. París, R. St.
Andrée des Arts, núm. 47, y de Provence, núm. 12.
4° may. -4
hs. Prels. + 1.586 págs.
Anteport. -Port. -De la prononciation
de la langue espagnole. -Abrevs. – Texto, a tres cols.
El tomo
primero de la obra es el Diccionario francés -español.
La
primera edición, en seis tomos, se hizo también en Madrid, año de
1845-46.
1857.
767. Vocabulario de todas las voces
que faltan a los Diccionarios de la lengua castellana, publicados por
la Academia, Domínguez, Caballero, Peñalver (Panléxíco),
Campuzano, Salvá, Barcia, etc. etc. O sea Suplemento necesario a los
Diccionarios de la lengua castellana, publicados hasta el día, para
que puedan ser completamente útiles. Por Don Luis Marty Caballero,
Madrid, 1857. Imprenta de D. Anselmo Santa Coloma.
4.°-388 págs.
a dos cols. Anteport. -Port. – Ded. – Al lector. -Abreviaturas. –
Texto.
Inclúyense en él muchos provincialismos, voces
anticuadas y, sobre todo, innumerables tecnicismos.
El autor
indica en su breve prólogo al lector que compone un suplemento para
todos los Diccionarios de la lengua castellana, que constará de unas
40.000 voces o más.
768. Novísimo Diccionario de la lengua
castellana, arreglado a la ortografía de la Academia Española y
aumentado con más de 20.000 voces nuevas de ciencias, artes,
oficios, etc. entre las cuales se hallan las más usuales en América.
Ilustrado con infinidad de grabados para la mejor inteligencia. Obra
la más completa en su clase, por haber tenido a la vista para su
redacción los mejores Diccionarios publicados en España y en el
extranjero, inclusos los de las Academias de Madrid. París y
Alemania. Por una Sociedad de literatos, bajo la dirección de D.
Ramón Campuzano. (A la vuelta:) Madrid. 1857. -Imprenta de D. Ramón
Campuzano, calle del Ave María, núm. 17.
Fol. -Dos tomos.
Tomo
I: 3 hs. prels. + 820 págs. -Anteport. -Port. -Abrevs. – Texto, a
tres columnas (A-E).
Tomo II: 2 hs. prels. + 788 págs.
-Anteport. -Port. – Texto, a tres cols.
Los pequeños
grabados introducidos en el texto de este Diccionario, aunque no sean
tantos como indica su título y estén hechos además por mano poco
hábil, son de grande utilidad para formar idea de los objetos que se
definen. Esta ventaja, muy común en los Diccionarios extranjeros,
sobre todo
en los ingleses, no se había introducido en los
españoles hasta que apareció en el de Campuzano, por lo cual merece
éste especial recomendación. En cuanto a los otros méritos del
Diccionario que se ponderan en la portada, hay que hacer grandes
atenuaciones.
1859.
769. Diccionario de las lenguas
Española y Noruega, en el cual se ha seguido la nueva ortografía
sancionada por la Real Academia Española desde el año de 1815. Por
G. Frellsen. Tomo I. Español -Noruego. Bergen. Paa Udgiverens Forlag
Trykt af J. C. Hagen: 1859.
4.° men, -2 hs. prels. + 547 págs.
Port. -Abrevs. – Ded. del autor a S. A. R. D. Alfonso Francisco
d´Asís, Príncipe de Asturias: Los grandes progresos que el
comercio y la navegación de España para con Noruega han hecho
durante los últimos veinte años, me han hace tiempo convencido de
que una obra que pudiera contribuir a facilitar la adquisición del
idioma español en este país, seria aceptada con buena voluntad y
aprecio,
y particularmente en los parajes donde el bacallao
y los otros productos de Noruega para la importación de España se
producen. Como oficial de Aduana en el punto central de este tráfico,
he estudiado y procurado de hacerme dueño del idioma español, no
solamente por causa de mi situación de aduanero, sino también
porque he creído poder ser útil tanto a los comerciantes y
navegantes españoles como a mis propios paisanos con la composición
de un Diccionario en los idiomas de los dos países… Aalesund en
Noruega al 30 de Junio 1860. – Texto, a dos cols.
El segundo
tomo, que consta de 368 páginas, es el Diccionario noruego -español.
El Sr. Frellsen se ha servido para componer su obra del texto del
Diccionario de Núñez de Taboada.
1863.
770.
Seoane´s Neuman and Baretti -by Velazquez. A pronouncing dictionary
of the spanish and english languages: composed from the spanish
dictionaries of the spanish Academy, Terreros and Salvá, upon the
basis of Seoane´s edition of Neuman and Baretti and from the english
dictionaries of Webster, Worcester, and Walker: with the addition of
more than eight thousand words, idioMs. and familiar phrases, the
irregularities of all the verbs, and a grammatical synopsys of both
languages. In two Parts. I. Spanish english. -II. English Spanish by
Mariano Velazquez de la Cadena, Professor of the Spanish Language and
Literature in Colombia College, New York, and corresponding member of
the National Institute, Washington. New York: D. Appleton & Co.
443
& 445 Broadway, 1863.
Fol. -Parte primera: XVI -675
págs.
Port. -Preface: New York, March, 1852. -A Synopsis of the
Spanish or Castillan Language. – Texto español -inglés, a dos cols.
-Vocabulavy of names of countres, provinces, towns, nations, seale,
rivers, etc. wich arce not the same in the english and spanish
languages (a tres cols.) -A Catalogue of the most usual christian,
scriptures, and historical names of men and women, in the spanish and
englisch
languages (á tres cols.)
La segunda parte, también en un
volumen, es el Diccionario inglés -castellano.
1864.
771.
Nuevo Diccionario de la lengua castellana que comprende la última
edición del de la Academia Española, aumentado con cerca de 100.000
voces pertenecientes a las ciencias, artes y oficios, entre las
cuales se hallan las más usuales en América, y además con muchas
locuciones y frases sacadas de los mejores Diccionarios modernos. Con
un suplemento que contiene el Diccionario de la rima (por D. Juan
Peñalver) y el de sinónimos (por D. Pedro M. de Olive y D. Santos
López Pelegrin), por una Sociedad literaria. París, librería de
Rosa y Bouret, 1864. (A la vuelta de la anteport.:)
Imprenta H.
Firmin Didot, -Mesnil (Eure).
Fol. -4 hs, prels. + 1.225 págs. +
163 + 273 + I pág. final.
Anteport. -Port. – Pról. -Abrevs. –
Texto del Diccionario general, a 4 cols.
Sigue, con anteport. y
port. fechada en 1859, París, imprenta Walder, calle Bonaparte, 14,
el Diccionario de sinónimos, por D. Pedro M. de Olive, (Reflexiones
generales que sirven de introducción al Tratado de sinónimos y
texto a 4 cols.) -Sigue el Diccionario de la rima, por D. Juan
Peñalver, con anteport. y port. con el mismo pie de imprenta que
lleva todo el libro. (Advertencia y texto a 8 cols.; nota, a 4 cols.
de las terminaciones comunes que se forman en la
conjugación de
los verbos.)
1864-1866.
772. Diccionario español
-portugués, el primero que se ha publicado con las voces, frases,
refranes y lucuciones
(sic) usadas en España y Américas españolas en el lenguaje común
antiguo y moderno, las ciencias y artes de medicina, veterinaria,
química, mineralogía, historia natural y botánica, comercio y
náutica, con algunos nombres propios, y así las voces particulares
de las provincias españolas y americanas, etc. compuesto sobre los
mejores Diccionarios de las dos naciones, por Manuel do Canto e
Castro Mascarenhas Valdes Hidalgo, Caballero de la Casa Real. Lisboa.
En la Imprenta Nacional. 1864.
Fol. men. -Tres tomos.
Tomo I:
A-CH. -4 hs. Prels. + el retrato fotográfico del autor + 959 págs.
-Anteport. -Retr. -Port. – Pról.: … Publico pois o primeiro
diccionario hespanhol -portuguez, enriqueçido com o versāo e
etymologia latina, para a compilaçāo do qual consultei os mélhores
lexicographos antigos e modernos. – Hesitei um pouco se deveria
incluir as phrases e termos antiguados e desusados que os novos
diccionarios hespanhoes omittem; mas reflectindo, entendi que, sendo
este o primeiro diccionario hespanhol -portuguez que apparece, e
havendose escripto em hespanhol, desde os primeiros seculos da
monarchia, tantas paginas gloriosas para a nossa historia, e tantos
documentos de erudiçāo de muitos portuguezes d´aquellas eras,
deveria trazar os vocabulos antiquados e obsoletos, de contrario
ficaria una lacuna, que nāo poderiam perdoar os amadores da historia
e da litteratura antiga… -Abrevs. – Texto, a 3 cols.
Tomo II
(impreso también en 1864): D-L. -1.082 págs. -Anteport. -Port. –
Texto, a 3 cols.
Tomo III (impreso en 1866): M-Z. -1.068 págs.
-Anteport. -Port. – Texto, á 3 cols.
1866-67.
773.
Novísimo Diccionario de la lengua castellana con la correspondencia
catalana. El más completo de cuantos han salido a luz. Comprende
todos los términos, frases, locuciones y refranes usados en España
y Américas españolas en el lenguaje común, antiguo y moderno, y
las voces propias de ciencias, artes y oficios, redactado con
presencia del de D. Pedro Labernia, doctor en letras, profesor
aprobado de Latinidad y humanidades, individuo de la Academia de
buenas letras de Barcelona. Corregido con muchas definiciones de
ciencias y artes según los últimos adelantos, y consultado con los
más modernos y exactos, entre otros los de la Academia, Salvá,
Dominguez, Caballero, Saint- Hilaire, Blanc, Roque Barcia, el de
varios autores publicado por Gaspar y Roig, Suplemento de Marty
Caballero, etc., etc. Por una Sociedad literaria. Barcelona, Espasa
hermanos, editores, calle de Robador, núm. 39: 1866. (A la vuelta:)
Imprenta de Jaime Jepús.
Fol. men. -Dos tomos.
Tomo I:
1.142 págs. -Anteport. -Port. – Pról. -Abrevs. y adv. – Texto, a 2
columnas (A-E).
Tomo II, impreso en 1867: 1.002 págs. -Anteport.
-Port. – Texto, a 2 cols. (F-Z).
1867.
774. Nuevo
Diccionario latino-español etimológico, escrito con presencia de
las obras, más notables en este género publicadas en otros países
desde la época del Renacimiento hasta nuestros días, enriquecido
con un gran número de voces, frases y modismos extractados de los
autores clásicos, seguido de un tratado de sinónimos y de un
vocabulario español latino para uso de los jóvenes que frecuentan
nuestras escuelas, por Don Raimundo de Miguel, catedrático de
perfección de latín y principios generales de literatura en el
Instituto de de I.a clase de S. Isidro el Real de Madrid. y el
Marqués de Morante, antiguo catedrático de Derecho en la
Universidad de Alcalá de
Henares y dos veces Rector de la
Central, magistrado que fué del Tribunal Supremo y del Consejo de
Instrucción pública. Leipzig: imprenta de F. A. Brockhaus, 1867. (A
la vuelta de la anteport.:)
Madrid: D. Agustín Jubera, calle de
la Bola, núm. II.
Fol-XXXIX págs. + 997 + 75 + 256. Anteport.
-Port. – Ded. al Consejo de Instrucción pública por los autores:
Madrid. 30 de julio de 1867. – Pról. – Ind. Alf. de los autores y
obras citadas en el texto. -Adv. -Abrevs. – Texto del Dic. lat. -esp.
a 3 cols. – Texto de los sinónimos latinos, a 3 cols. Breve
Diccionario español -latino. -Advertencia. El Diccionario que
añadimos a continuación no es ni tiene pretensión de ser una obra
magistral encaminada a desenvolver con escrupulosa minuciosidad los
misterios de ambas lenguas para hallar la recíproca correspondencia
de una y otra en todas sus voces y locuciones, en su varia sintaxis y
modismos. Campo más vasto habría sido forzoso recorrer si tal fuera
nuestro intento. El siguiente Vocabulario no pasa de ser un
compendio, pero compendio tan nutrido de doctrina como lo permite una
obra de esta clase, y más que suficiente para que los alumnos puedan
manejarle con fruto en sus ejercicios de composición. No se ha
escrito para hombres doctos: le destinamos meramente a los jóvenes
que concurren a las clases de latín, con la mira de que en un solo
volumen tengan reunido cuanto necesiten para llenar cumplidamente sus
tareas… -Abrevs. – Texto, a tres cols.
1870.
775.
Diccionario manual, o Vocabulario completo de las lenguas castellana
-catalana. Obra única en su clase, escrita con consulta de los
autores clásicos, en presencia de los mejores diccionarios de
dichas lenguas publicados hasta hoy día y conforme a la
ortografía moderna, por D. Santiago Angel Saura. Quinta edición,
considerablemente aumentada por el mismo autor. Va añadido un
Vocabulario de los Santos más comunes cuyo nombre varía en catalán.
Barcelona: Librería de Estéban Pujol, editor, Platería, núm. 70:
1870. (A la v.:) Barcelona: Imprenta de Gómez e Inglada, calle de
Guardia, núm. 14: 1870.
8.°-x -592 págs. Anteport. -Port.
-Adv. Prel. Abrevs. – Texto, a tres cols.
Otro tomo (383 págs.)
contiene el Vocabulario catalán -castellano; texto, también a tres
cols.
1875.
776. Diccionario universal de la lengua
castellana, ciencias y artes; enciclopedia de los conocimientos
humanos: comprende lengua y gramática castellana, retórica y
poética, crítica, literatura, bellas artes, paleografía,
diplomática, heráldica, numismática, lingüística, mitología,
biografía, geografía, matemáticas, ciencias exactas y
físico-naturales, teología, filosofía, religión, culto y
liturgia, derecho natural, romano, civil español, político,
administrativo, mercantil, penal, canónico, economía, legislación
comparada, medicina, industria, comercio, agricultura, política,
milicia, pedagogía, educación y bibliografía, escrito bajo la
dirección de D. Nicolás María Serrano y con la colaboración de
reputados y distinguidos escritores. Madrid. 1875. Biblioteca
universal ilustrada. Astort hermanos, editores.
10 tomos en folio
de más de 1.000 páginas cada uno, con otro que contiene un apéndice
de palabras olvidadas en el cuerpo de la obra.
Este apéndice es
el tomo más abultado de la obra, y consta de 2.224 páginas.
El
Sr. D. Nicolás María Serrano, cuyo nombre va al frente de esta
obra, fué abogado, profesor un tiempo de la Universidad Central y
hermano del Ilmo. Sr. D. Apolinar María Serrano, Obispo que fué de
la Habana, donde vive aún su memoria bendecida por todos. Fueron
muchos los colaboradores del Diccionario universal: los nombres de
muchos de ellos figuran en una lista que aparece en el tomo primero;
aunque es posible que algunos de los que se dan como colaboradores
trabajasen poco o nada en la obra, y otros cuyos nombres no constan
tomasen en ella gran parte.
La empresa del Sr. Serrano es
vastísima, la más vasta sin duda de cuantas se habían acometido
hasta su tiempo en España. Acerca de la manera de llevarla a cabo en
general, puede decirse que la parte más substancial de la obra está
tomada de diccionarios extranjeros, franceses especialmente. Con
todo, la empresa es laudable y digna de crédito, aunque por lo
que se refiere al provecho que de ella puede sacarse para la
filología propiamente dicha, es menor de lo que pudiera prometerse
quien mirase solamente a la mole o apariencia exterior de la obra,
como quiera que, nula en la parte de etimología de las palabras, y
muy escasa en las acepciones de éstas y respecto de las
definiciones, se reduce en general a copiar o traducir lo que se
halla escrito en otros libros. Con todo merece consultarse, pues a
vuelta del cúmulo inmenso de noticias de todos géneros que atesora,
contiene muchas que pueden ser útiles en gran manera al filólogo o
gramático.
1876.
777. Diccionario general abreviado
de la lengua castellana, el más completo de los publicados hasta el
día, que abraza los términos literarios y los del lenguaje usual en
su sentido propio y figurado; las voces usadas en las ciencias, artes
y oficios, y los nombres propios de historia, geografía, biografía
y mitología, ordenado por Lorenzo Campano. Conforme a los
diccionarios de la Academia Española, Salvá, Grégoire, Dominguez,
etc. París, librería de Garnier hermanos, 6, calle de Saints-Pères,
1876. (Á la vuelta de la anteport.: Clichy, Imprenta de Pablo
Dupont, 12, calle de Bac-d´Asnières.)
4.°-3 hs. prels. + 1.013
págs.
Anteport. Port. Abrevs. Y adv. – Texto, á dos
cols.
1882.
778. Diccionario popular de la lengua
castellana, por D. Felipe Picatoste. Madrid. 1882, tipografía de
Estrada. Dirección y Administración: Doctor Fourquet, 7.
4
vols, en 8.° mayor.
La obra forma parte de la Biblioteca
enciclopédica popular ilustrada, Sección 3.a, Conocimientos útiles.
Vol. I: 288 págs. (A-C). -Anteport. -Port. – Ded. a la Sociedad
Económica Matritense, por el editor D. Gregorio Estrada.
-Introducción, por el mismo editor: …El estado floreciente de
la Biblioteca enciclopédica popular y de la Revista popular de
conocimientos útiles, me permite hoy emprender, dentro de la
Biblioteca, y formando parte de la Sección 3.a, Conocimientos
útiles, un nuevo género de obras no menos necesarias en nuestra
patria; una serie de Diccionarios populares, que, comenzando por el
de la
Lengua castellana, siga por el de Agricultura e Historia
Natural; el Geográfico, con todos los pueblos de España y sus
habitantes; el de Artes, Oficios e Industrias; el de Ciencias, el de
Historia, el Biográfico, el de Literatura, el Etimológico, el de
Sinónimos castellanos, el de Modismos y refranes, el de Voces y
frases anticuadas, el de la Rima, el Español francés y Francés
-español, el Español -inglés e Inglés -español, el Español
-alemán y Alemán -español, etc. etc. – Prólogo del autor.
-Abrevs. – Texto, a dos columnas.
Vol. II: desde la pág. 289 á
la 576 (C- H).
Vol. III: desde la pág. 577 á la 816 (H-P).
Vol. IV: desde la pág. 817 á la 1.059 (P-Z).
1883.
779. Diccionario de la lengua castellana, preciso y
necesario, con las 15.000 voces más usuales para todas las clases de
la sociedad. y la nueva acentuación para escribir, leer y hablar con
perfección, con sus principales significados en orden alfabético,
redactado en vista de cuantos se han publicado
hasta la fecha,
por D. Emeterio Andrés y Rodríguez, A. titular de la Real Academia.
Bilbao, establecimiento tipográfico de Los Dos Amigos, Hernani, 24:
1883.
8,°-446 págs.
Port. – Pról. -Abrevs, – Texto, a dos
columnas.
1884.
780. Diccionario enciclopédico de la
lengua española, con todas las voces, frases, refranes y locuciones
usados en España y las Américas españolas. Madrid. 1884.
Dos
tomos en folio.
1885.
781. Diccionario popular
universal de la lengua española, por L. P. de Ramón. Tomo I
(A-AZZ). Barcelona, 1885.
4.° men.
1886.
782.
Diccionario de construcción y régimen de la lengua castellana, por
R. J. Cuervo. Tomo primero. A-B. París…1886.
4.° may. -LXVIII
-922 págs. de dos cols. Port. -Introd. -Lista de obras y autores que
se citan. -Abrevs. – Signos. – Texto.
Hasta hoy es el único tomo
que se ha publicado, habiéndose impreso ya todos los pliegos del
segundo, que contiene nada más que la letra C.
El Sr. Cuervo
explica la razón y asunto de su obra en las siguientes palabras de
la introducción:
El filólogo puede estudiar la estructura de
una lengua, o deduciendo lo que en ella tiene carácter general, como
son las leyes, a que se sujeta cada categoría de palabras y las
fórmulas que se emplean para expresar los pensamientos, o bien
individuando en cada palabra la fórmula que le
corresponde y los
oficios que desempeña en virtud de su significado y de las
relaciones
en que, a consecuencia de éste, puede hallarse con
otros términos. El resultado del primer estudio constituye la
Gramática propiamente dicha, que no desciende a puntos individuales
sino cuando trata de accidentes que completan el cuadro morfológico
de la lengua o de voces destinadas por el
uso a funciones
especiales; mientras que el fijar lo que podemos llamar sintaxis
individual, tomando como base el desarrollo ideológico del concepto
que informa cada palabra y explicando circunstanciadamente todas las
combinaciones que le son peculiares, corresponde de lleno al
Diccionario del idioma. Nótase además otra diferencia entre los dos
órdenes de fenómenos que forman el respectivo dominio del gramático
y del lexicógrafo: al paso que la estructura y los lineamientos
generales de una lengua pueden durar siglos sin alterarse
considerablemente, la sintaxis individual se modifica de muy diversas
maneras. Ora sea por la variedad con que pueden considerarse las
relaciones de unos términos con otros, ora por la confusión que se
ocasiona de la simultaneidad con que se usan diversas combinaciones o
de la delicadeza de las diferencias que las distinguen, ora por la
influencia de la contaminación analógica y la mezcla extranjera que
a cada paso alteran formas y construcciones, el caso es que, para el
uso literario de una lengua cultivada
durante siglos, no siempre
se logra comprobar a primera vista si el empleo de tal construcción
o partícula debe su existencia al desenvolvimiento normal, ya
ideológico, ya formal, del lenguaje, o si solamente es una
corruptela originada del olvido en que se ha puesto el valor de los
términos.
Estas dificultades, con que se tropieza en todas las
lenguas, son en la nuestra particularmente graves, porque los
diccionarios comunes, hechos más bien para facilitar la
interpretación del lenguaje hablado o escrito que para enseñar el
empleo de las voces como elementos de la sentencia, no prestan grande
auxilio al que, en estas dudas, se ve precisado a consultarlos.
Siendo esto así, por más que no toque a los gramáticos
individuar tan delicados puntos, no han podido menos de reconocer la
importancia de la materia y dedicarle alguna atención, por lo cual
no es extraño que nos den noticias sobre el uso de muchas partículas
y de algunos verbos y nombres.
En espacial la Real Academia
Española ha mirado con particular interés este punto, pues ya en la
primera edición de su Gramática, hecha en 1771, dio una lista de
palabras que se construyen con preposición; lista que, conservada y
aumentada después, ha servido de base a otros tratadistas. Ni es
menos significativa prenda de aquel interés, así como del ánimo
generoso con que siempre ha alentado los trabajos ajenos relativos al
estudio de la lengua, la que dio al pedir a D. Gregorio Garcés, para
publicarlo a sus expensas, el Fundamento del vigor y elegancia de la
lengua castellana expuesto en el propio y vario uso de sus
partículas; libro que, si bien por su método y criterio gramatical
tiene escaso mérito, es muy apreciable por la abundancia de ejemplos
clásicos que le sirven de base.
Entre los trabajos posteriores,
merecen muy particular mención los de D. Vicente Salvá y de D.
Andrés Bello. Diligentísimo escudriñador de nuestros clásicos el
primero, y dotado de un raro conocimiento práctico de la lengua,
hizo importantes aumentos en la parte de que aquí tratamos. Sagaz el
segundo entre todos los gramáticos para deslindar los oficios de las
palabras y señalar las más sutiles modificaciones sintácticas,
ilustró con maestría admirable y guiado por un criterio altamente
científico el uso de muchas partículas, y asentó sólidas bases
para el estudio de las construcciones verbales.
A poco más que
esto se reducen las fuentes que pueden consultarse en caso de duda,
con ser ésta una de las materias más ocasionadas a suscitarla; y la
insuficiencia de dichas fuentes es motivo bastante para la
composición de una obra especial en que se dé luz sobre las
palabras que ofrecen alguna particularidad sintáctica, ya por las
combinaciones a que se prestan, ya por los cambios de oficios o
funciones gramaticales de que son susceptibles, ya por el papel que
desempeñan en el enlace de los términos y sentencias. Tales son la
razón y el asunto de nuestro libro.
Al intentar esta obra, nos
ocurrió que bastaba explicar los puntos dudosos comprobándolos con
ejemplos de nuestros clásicos; pero la experiencia probó que el
camino era errado. Debiendo aparecer cada construcción como
resultado de la significación etimológica de los vocablos,
rastreada cuidadosamente hasta sus más tenues y delicados
desvanecimientos, vimos que era necesario hacer cada artículo tan
completo como si hubiese de figurar en el Diccionario general de la
lengua, sin que, por otra parte, temiésemos que tal abundancia en la
falta que lamentamos de un Diccionario cual lo exige el estado actual
de la ciencia filológica, suscitara en el lector queja o disgusto.
(En Septiembre de 1863 hablaban D. Venancio González Manrique y
el autor de esta obra de la falta que hacía un Diccionario
castellano por el estilo de los Webster y Bescherelle, que eran los
mejores que conocían, y con la intrepidez de los pocos años
resolvieron tentar la empresa. Al efecto, escogieron dos letras de
mediana extensión y poco más o menos iguales: el señor Manrique
tomó la L y el autor la O. Cada cual trató de averiguar las
etimologías y anotar las autoridades para las palabras que le
tocaban, y cuando pareció que había materiales suficientes, se
empezó en común la
redacción; pero como ésta no se efectuaba
en vista de los ejemplos, cada uno introducía después por su parte
las modificaciones que aquéllos exigían: de esta manera, al cabo de
algún tiempo, las dos letras estuvieron terminadas. Guardando cada
cual su trabajo, y no habiendo llegado el caso de hacer una revisión
final, ni el Sr. Manrique sabe cómo quedó la parte del autor, ni el
autor cómo quedó la del Sr. Manrique, Al prepararse para
continuarlo, ocupaciones inesperadas hicieron suspender
definitivamente el trabajo. Una muestra de lo hecho años antes se
publicó por puro capricho en 1871. En 1872 puso el autor mano en
esta obra, y queriendo ensayar su plan con los materiales acopiados
por él para la otra, vio que eran del todo insuficientes, como que
no se habían recogido con igual designio. Echó de ver, por otra
parte, que la letra O, que él compuso, y única que ha examinado
después, no tenía el fundamento científico que requiere el estado
actual de la lexicografía, y ha relegado aquel ensayo entre las
ignorantias juventutis. Ha parecido oportuno hacer aquí esta
explicación, para que las personas que hayan oído hablar de aquella
empresa no padezcan error pensando que tiene conexión con el
presente libro.)
No sería extraño que algunos, olvidado el fin
de esta obra, viesen sólo en ella un Diccionario inútil; pero si
conocieren lo que la obra de Tursellino sobre las partículas latinas
ha crecido en manos de Hand, quien ha tratado cada palabra con
abrumadora prolijidad, convendrán en que, agregándose a las
partículas los verbos y otras voces que necesariamente se determinan
o enlazan por medio de aquéllas, puede resultar una obra extensa en
que se contengan los fundamentos de la parte más complicada de
nuestra sintaxis. Por esto, siendo el objeto de este libro muy
diverso del que tiene el
Diccionario vulgar de la lengua, el
autor re-conoce sin apremio que no ha hecho una obra adecuada a
correr en manos de sabios e ignorantes, antes muy bien pudo ponerle
por epígrafe el Contentus paucis lectoribus… Dios conceda al
eminente filólogo señor Cuervo la dicha de ver terminada esta obra
suya, que tan útil ha de ser para el perfecto conocimiento de la
sintaxis y del Diccionario de la lengua castellana.
1887.
783. Diccionario enciclopédico hispano -americano de
literatura, ciencias y artes. Barcelona, Montaner y Simón, editores:
1887-1890.
En folio, a tres columnas, e ilustrado con
heliografías y muchos grabados intercalados en
el texto.
Es
ésta una de las obras más notables que han salido de las prensas
españolas, así por lo perfecto y lujoso de la impresión, como por
su notable y copiosísimo texto, encomendado a las plumas más
esclarecidas de nuestra patria.
Se han publicado los cuatro
primeros tomos: I, 1887: 3 hs. Prels. + 1.156 págs. + 1 h. (contiene
la A-All). -II, 1887: 1.106 págs. + 1 h. (Am-Az). -III, 1888
(B-Byz): 1.092 págs. + 1 h. -IV, 1888: 1.292 págs. + 1 h. (C-Cez),
y continuarán publicándose los sucesivos.
Inclúyense en esta
obra todas las palabras de nuestro Diccionario, muchas llevan sus
etimologías y están autorizadas con el uso que de ellas han hecho
nuestros clásicos; contiene también el Diccionario todos los
tecnicismos, voces geográficas y muchos provincialismos, refranes,
frases, etc.
Debemos hacer notar el buen desempeño que se
advierte en el estudio de las letras, acerca de las cuales se leen
largas y eruditísimas monografías históricas, sumamente
importantes para la ortología y la ortografía castellanas.
Ignoramos el nombre del autor; pero justo es recordar los de los
Sres. Don José María Sbarbi y D. Vicente Vignau, encargados de lo
concerniente a Filología y
Lingüística y a Lexicografía y
Gramática, según se lee en la lista de los redactores del
Diccionario que va a la cabeza de cada tomo.
1888.
784. Nuevo Diccionario inglés
-español y español inglés. El más completo de los publicados
hasta el día, redactado con presencia del de Velázquez de la Cadena
y de los mejores diccionarios españoles e ingleses, los de la
Academia Española, Terreros, Salvá, Domínguez,
Seoane,
Worcester, Clifton, Webster, etc. Por J. M. López, E. R. Bensley y
otros literatos ingleses y españoles. Refundido y aumentado con las
voces usadas en las ciencias, artes y manufacturas. Va también
mejorada esta edición con la pronunciación exacta en ambas lenguas,
sustituida a la fonética que llevan las anteriores. París, Garnier
hermanos, editores: 1888.
Fol.
men. -Dos vols. El segundo es el Diccionario castellano-inglés. -IV
+ 656 págs. -Anteport. -Port. -Pref. -Sinopsis gramatical de la
lengua castellana. -Abrevs. – Texto, a tres cols. -Vocabulario de
nombres geográficos.
785. Diccionario general de la lengua
castellana con la nueva ortografía, adoptada oficialmente por la R.
Academia Española, por Vélez de Aragón. Madrid. 1888. 4.°
SEGUNDA
PARTE. ETIMOLOGÍAS.
1505.
786. Voces que conserva la
lengua castellana, procedentes del árabe. En el Vocabulista Arábigo
en Letra Castellana, por Fray Pedro de Alcalá, sirve, sin duda, para
esclarecer los orígenes orientales de muchas palabras castellanas,
especialmente arcaicas.
He aquí la descripción del rarísimo
libro de Fr. Pedro de Alcalá, en cuyos preliminares se hallarán
algunos pormenores relativos a la persona del autor. Uocabulista
arauigo en letra castellana. (En-
cima de este título el escudo
de armas del Arzobispo de Granada. A la vuelta de esta portada, una
estampa que representa al autor, arrodillado, ofreciendo su libro a
Don Fr. Hernando de Talavera; debajo se lee: Non michi due. sed
noituo sit gloria. En la hoja segunda, aij, empieza la dedicatoria
siguiente: Reuerendissimo y muy magnifico señor verdadero obispo y
pastor y padre mio.
Prólogo. -Parecerá a algunos serme cosa
superflua y demasiada, poner en el principio deste vocabulista:
prologo o epístola dirigida a vuestra Reuerendissima señoría, pues
ya en principio del arte de la arauia que hize, y dedique a vuestra
señoría, puse vn prologo; en el qual breuemente diré la razón y
causa que me avia mouido a tomar el cuydado deste estudio: y por esso
tomaran no causa mas ocasión, de juzgarme por persona que gasta
tiempo sin prouecho. Empero yo no acatando esto, mas mirando como mi
trabajo es hecho vtile y prouechoso y puesto por mano y mandado de
vuestra señoría en pficion, y avn como es Razon de mirar que esta
obra non deuia sin prologo quedar. Y avn porque como sean obras
distintas el arte y el vocabulista, contecera, que alguno o algunos
tomará vna dellas; y dexaran otra: en el qual caso quedaría esta
segunda que es el vocabulista sin principio
o epístola, la qal
en las obras es assi como candela que alumbra lo en ellas contenido.
Por esto fueme vtile y avn necesario, hazer la presente epístola o
introducción: y por ella ofrecer la presente obra a vuestra
reueredissima señoría aquien todo lo que yo soy y puedo deuo, como
conuiene al sieruo a su señor, y como aministro del común señor de
todos, y suplicóle muy humilmente que mirada y corregida por mandado
de vuestra reuerendissima señoría, si tal fuere hallada que sea
vista digna de ser en publico demostrada, la mande enpremir, pues
della se espera resultar tanta onrra y seruicio a nuestro señor, y
tan crecido prouecho alos próximos y non menos alosnueuos
conuertidos a nuestra sancta fe católica: que a los viejos
cristianos, que tanta necessidad tienen de ser predicadores y
maestros dellos. Ca assi como los aljamiados (o cristianos viejos)
pueden por esta obra saber el arauia, viniendo del romance al arauia:
assi los arauigos (o nueuos cristianos), sabiendo leer la letra
castellana: tomando primero el arauia, ligeramente pueden venir en
conocimiento del aljamia. Non niego yo que R. S, auer algunos nonbres
y avn muchos en la lengua arauiga los quales non se pusiere aquí,
como non se ponen todos en los otros vocabulistas assi de latín como
de romance, empero digo que los aqui puestos: bastan para conplida y
ordenadamente hablar la lengua arauiga. Non cure de los poner, porque
estudie ala breuedad por la necessidad desta obra, y a vn por que mi
intención fue, hazer vocabulista de la habla común y vsada de la
gente deste Reyno de granada: y quasi de los reynos comarcanos, en
los quales espero yo en nuestro señor que en vida de los muy altos y
muy poderosos cristianissimos principes el Rey y la Reyna nuestros
señores nos aprouecharemos. Por esto non toue necessidad de me
estender a poner otros vocablos,
sin los quales cumplidamente se
alcançara la practica común deste Reyno. Yo R. S. determinándome
de tomar el trabajo presento, con la ayuda principalmente de nuestro
señor y con la instrucción de los onrrados y sabios alfaquís que
avuestra, R. S. medio para entender en esta obra enseñados en las
lenguas assi arauiga como ladina; acorde escojer vna de las
copilaciones que ay de vocablos para la trasladar en arauigo, y entre
otras parecióme acomodada a nuestro castellano, aquella que hizo el
honrrado y prudente varón maestro antonio de lebrixa, ala qual yo
añadí algunos nonbres y verbos y otras partes de la oración que me
ocurrieron, y dexe algunas de las que allí estaua, que carecian de
traslacion arauiga, y si la tienen no assi usitada, y por esso no
assi inteligible. E cuydando que estauael romance como deuia estar
ordenado de mano de tal varón, non cure lie mirar en la orden del
pceder, mas solamente mire a los principios de las partes: donde vino
que en la orden del abe, que suelen leñar los vocabulistas, ay
alguna poca turbación. E como sea cosa que miran los enseñados, no
que perturbe al aprouechamiento desta traslación, non cure dello,
mayormente por ser ordenada por tal varen, al qual puede ser que non
imitaron aquellos que su obra pusieron en la impresion. Por tanto
suplico a vuestra R. S. E ruego yo a todos los que el presente
romance leyeren, non sea culpado de la tal orden, pues mi principal
intención fue en la traslación del arauia y no en ordenar el
romance. Espero yo en el señor, el ql comento por su infinita bondad
y dio la gracia presente: non sin mucha marauilla, consideradas las
circunstancias que se deuen mirar
(augebit incrementa gratiaruz)
para que pueda hazer otra segada o tercera obra, ala qual desta como
de principio puedan passar los que de esta fueren enseñados, y
hazerse ha con la gracia del soberano señor, y fauor y ayuda de
vuestra R. S. Cuya vida y santo estado prospere nuestro señor por
luengos y prósperos tiempos et cum omni grege sibi conmisso ducat at
gloriam coronandum. Amen. Amen, vt in excelso andiatur. -Fin del
prólogo.
(Después de este prólogo o dedicatoria sigue:)
Regla y dotrina muy prouechosa y necessaria para todos los que se
quissieren aprouecbar deste vocabulista. -Común conjugacion de los
verbos. -(Sigue el texto del Diccionario, que termina en el blanco de
la quinta hoja de la sign. L, con una adv. Al lector de la presente
obra.) – Colofón: Fue interptada esta obra y vocabulista de romance
en arauigo en la grande y muy nonbrada cibdad d´ granada, por fray
Pedro de alcala, muy Idigno
frayle de la orden d´l gl´ioso doctor san Jeronimo, contino
familiar y confessor d´l. R. señor don fray Fernando de Talauera.
p´mero arçobispo d´ la dicha cibdad. Y muy digno religioso de la
mesma orden. En el año del Señor d´mill y quinientos y vn años.
Fue impressa y acabada por Juan Varela de salamanca impressor en la
dicha cibdad d´ granada. A cinco días del mes de hebrero de mill y
quinientos y cinco años. Deo gras. -(A la V.:) Números en romançe
y arauigo. -Esc. del imp. -(A la v.:) Esc. de armas reales.
4.°
-Let. gót. – Texto, a dos cols. – Signaturas a-z, A-L, todas de 8
hs. menos la última que tiene 6,
No será ocioso copiar también
aquí el prólogo que Fr. Pedro de Alcalá puso en su Arte para
ligeramente saber la lengua arábiga, pues en él hay algunas
interesantes noticias biográficas suyas.
Prologo dirigido al
Reuerendissimo señor don fray Bernado
de talauera pmero arçobispo de Granada. -Reuerendissimo y verdadero
obispo pastor señor y padre suyo: Venido el tiempo del complimiento,
o el complimiento del tiempo, en el qual plugo ala soberana piedad
sacar a esta gente nueuamente conuertida días tinieblas y muchos
herrores en que aquel maluado y no digno de ser dicho hombre, suzio y
maldito Mahoma, en el qual gomito el diablo su maestro todos los
herrores y heregias que auia nombrado en todos los hereges
antepassados, el ql los auia tenido por tan luengo espacio de tiempo
engañados, por juyzio justo avnque a nos ascendido de nuestro señor,
para que
recibiessen la adopción y prohijamiento de los hijos. Y
aquellos que, assi como bestias no domadas con el yugo muy suaue de
nuestro redemptor corrian a rienda suelta por la carrera de los
vicios y pecados de la miserable carne, alcançassen la vnidad de
aquel corral, cuoyo pastor es vno, sobre muchas vigilias y
pensamiento cotidiano, de seruir si en algo pudiesse ala soberana
magestad.
aquien d justicia toda criatura deue seruir, e por
ayudar si e algo pudiesse a vra R. S. a llenarla graue y muy pesada
carga, que el soberano señor asi como en onbros mas rezios que de
alguno de los que agora bienen en la yglesia de estas nuestras
españas plugo, pese ponerme a soffrir algun trabajo, sin el qual no
se gana el reyno de los cielos. Q´r a diebus iohánis baptiste
regnum cèlorum vim
patitur, para aprender si pudiesse alguna
cosa alcançar de la lengua arauiga, porque non sin mucha angustia de
mi anima veya, quibus messis quidem erat multa et bona in domini
orreuz, congregada. fz. operari pauci, y maguera que my ingenio sea
algo y avn mucho tardinero, y no assi sotil y dispuesto para tomar
nueua disciplina y sciencia, y mucho mas rudo para la inuentar
nueuamete, assi por estar como yo agora esto en el cumplimiento del
tercio segado, y principio dl tercero día comun edad de los hombres.
Que est i potentatibus vsqz ad septuaginta annos qr quod amplius est
labor et dolor est vt inquit propheta, como porque seyendo ocupado en
otros seruicios y officios de la sancta obediencia como vuestra
reuerendissima señoría mejor sabe, nunca pude exercitar el estudio
de las letras. Pero non obstantes estos impedimentos, plugo a la
sabiduría soberana, qui
docet hominem sciencia, alumbrar las
tinieblas de mi entendimiento, para que pusiesse esta lengua en el
estilo y forma siguiente, para que qualquiera que tenga avn mediano
entendimiento con alguna noticia avnq sea muy poca de la lengua
latina, ligera y mas que ligeramente pueda alcázar noticia della.
Pues queriendo R. S. proseguir esta materia, non curo poner aquí
muchos principios y dotrinas día lengua latina, assi como dezir que
cosa es nombre y que verbo, y que cosa es nombre sustantivo, y que
adgetiuo, que proprio y que apelatiuo, porque presupongo que esta
breue dotrina mayormente es acomodada a aquellos que tienen algún
conocimiento de la lengua latina, avnq sea como ya dixe no muy
crecido, y estas dotrinas o diuisiones, ya en ella los tienen
complidamente escritos por los autores de la lengua latina mas
solamente demostrare lo mas sucintamente que yo pudiere, la manera o
forma día lengua compuesta dlos términos della, y esto porque las
mesmas definiciones y declaraciones que ay en una lengua quanto ala
comunicación delos términos en su manera, essas mesmas son en todas
las otras, mirando ala comunicacion de los términos della. Ca por la
mesma razón que este nonbre pedro es nombre proprio en la lengua
latina, por essa mesma lo es en la arauiga. Pero porque algunos no
piesen que ansi como la lengua arauiga es defectuosa de tiempos y
modos en la materia del verbo, assi lo sea en defeto de todas las
partes de la oración, porne de cada vna dellas algo, porque es
verdad que las ay todas complidamente en especie, avnq no assi en
numero, como en la lengua latina. Suplico yo a vuestra reuerendissima
señoria, reciba este my muy pequeño avnque pienso que algo vtile
seruicio, no assi como de hombre ofrecido, mas de dios nuestro señor
a vuestra reueredissima señoría por don enbiado, per canalem
fictilez, et fragilem, y porque mas ligeramente nro señor sea loado
en sus obras, y los próximos ayudados, mande que esta breue arte o
obrecilla en vno con el vocabulista que yo saque en la lengua
arauiga,
sean puestos en impression. Porque los que la quisieren,
se pueda della aprouechar. En lo qual al señor hará muy crecido
seruicio, y a my singular merced y limosna. porque todos los que
della se aprouecharen, Rueguen a nuestro señor por la vida spiritual
y temporal de vuestra señoría, y por la sal nació deste su invtile
seruidor. Amen.
Dice el Dr. Bernardo Aldrete en su Origen de la
lengua castellana, lib. III, cap. XV, que trata De los Vocablos
arauigos que ai en el Romance: … me aprouecho del arte, i
vocabulista (assi llama a su Vocabulario) del Padre Frai Pedro de
Alcala de la Orden de San Hieronimo, que aura cien años, que lo
compuso, luego que la ciudad de Granada se gano, i eran los que
entonces vsaban aquellos barbaros, indicio bien manifiesto, avnque no
vbiera otro, para creer que los tomaron de nosotros, i no que los
Latinos y Griegos se aprouechassen dellos para la lengua Latina i
Griega, como alguno
a dado a entender…
El Vocabulista fué
la guía del Dr. Aldrete, de López Tamarid y de Duarte Núñez de
León en los índices de etimologías arábigas que publicaron estos
autores.
El Vocabulista Arábigo en Letra Castellana de Frai
Pedro de Alcalá, Monge Gerónimo: Libro que tengo, i cuento por uno
de los más raros, pues ya le contó como tal D. Pedro de Castro,
Arzobispo de Sevilla, en una Carta que escribió al Dotor Bernardo
Aldrete. Año MDCIX. (Pág. 53, y tomo I
de los Orígenes de la
lengua española D. Gregorio Mayans).
1565.
787.
Etimologías por el Maestro Alexo Venegas.
Estudia
prolijamente y por orden alfabético las de una porción de voces
castellanas en el capítulo VIII (y último) De una particular
declaración de algunos vocablos: q en el presente libro dl transito
: por diuersos capitulos están esparzidos, fols. clxxxviij -ccxxvj,
del libro Agonia del transito de la muerte con los auisos y consuelos
que cerca dlla son prouechosos. Dirigida a la muy illustre. S. doña
Ana de la Cerda Condessa de Melito. &c. Author el Maestro Alexio
Venegas. El primer punto de los seys en que se diuide la obra: es que
la vida del buen christiano es vn prolongado martyrio. El segundo
trata del aparejo y testamento de la buena muerte. El tercero: como
se aura el agonizante contra los recuentros del enemigo. El quarto de
los quatro lugares de las animas y la habla y comunicación dellas.
El quinto del valor de los suffragios: missas y bullas y lo de mas.
El sexto del consuelo de los biuos: por la muerte de sus defuntos. Al
fin va la glosa de los vocablos escuros:
Impresso en Alcala con
licencia: Año de MDLXV. (A la cabeza un escudo de armas grabado en
madera, que ocupa la mitad de la página.) -(Al fin:) Impresso en
Alcalá de Henares en casa de Andrés de Angulo A costa de Diego de
Sancta cruz Año de MDLXV.
4.°-8 hs. prels. + CCXXVI fols.
Otros
ai, que aunque saben varias Lenguas, i escriven sin passion; ignoran,
o no practican Reglas que deven observarse, para señalar bien los
Orígenes: i fácilmente se arrojan a decir lo primero que piensan.
Entre los quales, cuento al eruditíssimo Maestro Alexo Venegas, el
qual, al fin del docto
Libro que intituló Agonía del Tránsito
de la Muerte, impresso en Alcalá, año 1565, dio algunas Etimologías
muy caprichosas. Bien que otras muchas son felicíssimas. (Página
65, tomo I de los Orígenes de la lengua española, de Mayans).
1580.
788. Etimologías españolas atribuidas al M.
Francisco Sánchez de las Brozas, adicionadas por el M. Alexo
Venegas.
MS., en folio, de la Real Academia Española: consta de
37 hojas. -En la portada léese: Copiáronse de un MS. antiguo que se
conserva en la Biblioteca alta del Escorial, en el año de 1792. -Las
etimologías del Maestro Venegas están marcadas con al principio. El
orden de todas las palabras,
que pasan de 1.200, cuyas
etimologías brevemente se indican, es alfabético. Al final léese
la siguiente nota autógrafa de D. Martín Fernández de Navarrete,
con su firma al pie. Entre los MSS. de la Biblioteca alta del
Escorial se halla un códice en 4.°, forrado en pergamino, en el
plut. III, est. K, núm. 8, que empieza por el Diálogo de las
Lenguas de Marcio, Valdés, Coriolano, Torres, que
publicó
Mayans en su tomo 2° de los Orígenes de la Lengua Castellana, al
qual siguen las Etimologías Españolas que han servido de original a
esta copia. Tiene el original al principio las iniciales F. S. por lo
cual creyó Mayans (Orígenes, tomo I, págs. 65, y 66) que el autor
de este opúsculo era el M. Francisco Sánchez de las Brozas. Hay
algunas voces o etimologías que van en esta copia distinguidas con
esta señal, que según se expresa al principio del MS. son de Alexo
Venegas, pues es cierto que al fin de su docto libro intitulado:
Agonía del tránsito de la muerte, impreso en Alcalá, año 1565,
dio algunas etimologías muy caprichosas entre otras bárbaramente
felices. No cree Mayans que la idea del Brocense fué añadir este
trabajo de Venegas, cuya adición MS. dice se halla en el Colegio
mayor llamado de Cuenca, en Salamanca. Esta adición es más copiosa
que la que se conserva en el Escorial, que sin duda fué el borrador
del escrito, como parece por las muchas adiciones marginales que
tiene y muchas correcciones o apuntamientos al fin del escrito. Así
no es extraño que esta copia parezca más diminuta que la de
Salamanca. En la del Colegio mayor se hace aparte un catálogo de
voces españolas que traben origen griego, y en la del Escorial se
interpolan estas voces con todas las demás. El MS. del Escorial es
de letra del siglo XVI. Contendrá como 30 hojas, que están
trastrocadas por mal encuadernado, y al fin, de distinta letra, hay
algunas etimologías latinas y luego algunas otras españolas
sueltas. Se ha copiado con cuidado, y para las voces escritas en
Griego me he valido del P. Bibliotecario Fr. Juan de Soto,
inteligente en esta lengua, que las ha copiado por su mano.
Acabóse de copiar en el Monasterio de San Lorenzo el Real a 14 de
Noviembre de 1792, Martín Fern.z de Navarrete.
El Maestro
Francisco Sánchez de las Brozas, Reformador ilustre de la Gramática
Latina (escribe Mayans), tomó el trabajo de añadir las etimologías
que el Maestro Alexo Venegas puso en su libro de la Agonía del
tránsito de la muerte, impreso en Alcalá, año de 1565: cuya
Adición manuscrita se halla hoi en uno de los Colegios mayores de
Salamanca, comunmente llamado de Cuenca, por
averle fundado, año
MD. D. Diego Ramirez, Obispo de Cuenca. Ciertamente seria un obsequio
ruin devido a la memoria de tan insigne Gramático publicar esta
obra. Pero no basta aver ilustrado la Nacion Española i su
nobilíssima Lengua, para que se dege
de estar sepultado en el olvido. En la Real Librería de San Lorenzo,
donde hai manuscritos preciosíssimos, he visto un Egemplar de las
Etimologías Españolas, que así se intitula un libro atribuido a F.
S. que luego interpreté ser Francisco Sánchez i assí lo dejé
advertido. Pero tengo sospecha de que es mucho más copioso el
egemplar que se halla en la Librería del Colegio mayor de Cuenca, en
la Ciudad de Salamanca, (Orígenes de la lengua española tomo I,
págs. 65 y 66.)
1585.
789. Compendio de algvnos
vocablos arabigos introdvzidos en la lengua Castellana en alguna
manera corruptos, de que comunmente vsamos, puestos por orden
alphabetico : recopilados por el
Illustre señor Francisco Lopez
Tamarid Racionero de la sancta yglesia de Granada, familiar, y
Interprete de la lengua Arabiga en el sancto Officio. Visto por el
Licenciado Alonso del Castillo Interprete de Su Magestad.
4 hojas
en folio (cinco páginas y media á dos columnas, y las dos y media
restantes, á plana entera, son de nombres topográficos. Al fin:)
Todos estos vocablos fueron communicados con muchos hombres insignes
y de mucha erudición en lenguas. Y particularmente fueron vistos y
añadidos por los illustres señores y nobles hijos Dalgos. El
Capitan Gaspar Maldonado de Salazar. Y Lope Fustero Secretario del
Thesoro de la casa de la moneda de Granada, que como tan curiosos y
vistos en varia erudición pudieran dar su parecer. Y a mi me pareció
ponellos aqui al fin deste Vocabulario de Romance para hazerle mas
vniuersal y prouechoso. Y aunque a algunos paresceran cosas
impertinentes: los Doctos, para quien esto se escribe, echaron de
ver, que no son de tan poca estima, que no merescen cortesía: la
qual entiendo que harán a los que verdaderamente tratan de saber las
cosas en so (sic) origen y rayz, y huyr la ignorancia. Reciba se en
esto mi voluntad. que siempre ha sido de seruir y aprouechar a los
curiosos y amigos de saber, de quien yo he sido siempre afficionado.
Hállanse estas cuatro hojas al fin de la edición del
Diccionario de romance en latín por el Maestro Elio Antonio de
Nebrissa Grammatico Chronista de los Reyes Catholicos. Van añadidos
en esta vltima impression pocos vocablos, porque en el primero del
latín se añidieron (sic) muchos. Y allí se ha de aueriguar si es
de Ciceron el vocablo, o no. Y también su Accento. (?) Pvso ahora
nvevamente en el fin deste Vocabulario vn compendio de los vocablos
Arabigos, corruptos, de que communmente vsamos en nuestra lengua
Castellana. (Retrato del Maestro Nebrija Grab. en madera.) Con
privilegio real. En Granada. Casa de Antonio de Nebrissa. Año de
MDLXXXV.
Fol. -Sin fol. – Sign. Aa-Kk, de 8 hs. menos la primera
que tiene 2 y la últ. 4.
Estos vocablos castellanos, procedentes
del arábigo recopilados por López Tamarid, fueron incluidos por D.
Gregorio Mayans y Siscar en el tomo II de sus Orígenes de la lengua
española: Madrid. 1737, págs. 235-264.
1593.
790.
Primera parte de una Recopilación de algunos nombres arabigos, que
los arabes (en España, Francia y Italia) pusieron á algunas
ciudades, y a otras muchas cosas que se podrán ver á la vuelta
desta hoja. -Dirigida a la Católica Real Magestad del gran rey D.
Felipe II deste nombre nuestro señor. (A la vuelta:) Lo contenido en
esta Primera Parte es una Recopilación de algunos nombres arabigos
que los moros o arabes (en España, Francia y Italia y islas del
Mediterráneo y en otras muchas partes del mundo) pusieron a algunas
ciudades, villas, castillos, islas, montes, torres, rios, puentes,
valles, fuentes, puertas de ciudades: con algunos vocablos y verbos
arábigos y frases o maneras de hablar de árabes, de que comunmente
se usa en las lenguas latina, española y italiana. -Recogidos y
declarados por Fr. Diego de Guadix, de la orden de Sant Francisco y
de la provincia de Granada, intérprete de la lengua arábiga en el
Sancto Officio de la Inquisición de la ciudad de Granada y su reino.
MS. de la Biblioteca Colombina de Sevilla, original de fines del
siglo XVI. -Fol.
Está dispuesto para la impresión, según lo
prueba la licencia que lleva del R, P. General de la Orden
franciscana, Fr. Ventura de Calatajeras, fechada en Roma, en el
Convento de Santa María de Araceli, a 28 de diciembre de 1593.
Proemio á S. M. del gran Rey nuestro Señor, su humilde vasallo
Fr. Diego de Guadix, de la Orden de San Francisco:
… El número
de los moros que de África en España pasaron no era bastante á
poblar tantos pueblos y a cultivar tanto, y de aquí fué que en
muchas ciudades y pueblos de España se contentaban los moros con
sólo tomar las fuerzas y castillos, dejando á los cristianos vivir
en su ley cristiana, y dejándoles lo que les parecía de sus
haciendas, labranzas, ganados y heredades; con tal que en todo
tomasen y tuviesen semblante de vasallos y tributarios, como lo
fueron muchos años en las ciudades de Córdoba y Mérida, y en la
ciudad de Toledo aquellas seis o siete parroquias que llaman de los
mozárabes cristianos… De quedar, pues, cristianos de esta manera
en muchas partes y pueblos de España, fué tanta y por tantos años
la comunicación con los moros y con los alcaydes, justicias y
oficiales que cobraban los tributos y con los demás moros que
juntamente vivían y moraban con los cristianos en las dichas
ciudades y pueblos, que se los pegó a los cristianos, y aprendieron
de los moros gran suma de vocablos y verbos arábigos, y aun muchas
frases y maneras de hablar de los árabes las tomaban y aprendían y
usaban dellas en su lengua española… Y ésta es la causa de haber
quedado introducidos en la lengua española tanta suma, como digo, de
nombres y verbos arábigos, unos del todo arábigos, y otros
compuestos o mixtos, y medio arábigos y medio castellanos o latinos,
y otros castellanos o latinos y vicianos
por estar en las sílabas o en el acento en que y con que las lenguas
de árabes los pudieron pronunciar. Y es muy de admirar S. R. M. de
que en tantos siglos no haya habido algún hombre de nuestra nación
o de nación extraña que… beneficiase a esos reinos con tomar ese
trabajo… En este convento de Santa María de Araceli de Roma.
Proemio al discreto y curioso lector: … Esta misma plaga de
usar de nombres y verbos arábigos… hallé en las islas de
Canarias, y hallo en Italia y en todas las islas deste mar
Mediterráneo, y aun después que esto: en esta sancta ciudad de Roma
me han venido a las manos algunos vocablos arábigos de que se usa en
Francia, Flandes y en tierra de venecianos… Esta lengua arábiga me
es a mí cuasi materna por haberla aprendido y sabido desde niño…
El vocablo que… tuviere en sí alguna
significación, será o
es de aquella lengua en la cual significa. Claro está que estos
vocablos… Ciudad-real, Villalta, Villaverde etc. que son de la
lengua castellana, pues significan en ella, aunque usan del los
españoles y no españoles, y estos vocablos… Zocodover, Jodar,
Aranjuez, Sagra, claro está que son de la lengua arábiga, pues
significan en ella, aunque usan dellos árabes y no árabes.
1600.
791. Tratado de Etimología de voces Castellanas en estas
lenguas Latina, Hebrea, Griega, Arabe. (Por el Licenciado Bartholomé
Val verde.)
Ms. en fol. de la Biblioteca Nacional de Madrid.
sign. I-96. -Es copia del original que existe en la Biblioteca del
Escorial.
Empieza: Algunos Presupuestos necesarios para saber
inquirir y deducir las Etimologías Castellanas y de otras Lenguas.
En las etymologías de los vocablos Castellanos, pues se sabe la
confusión que hay en todas las Lenguas desde la torre de Babilonia
hasta agora, quando en la propria moderna no se halla la origen, hase
de acudir a la Lengua que últimamente se extendió por España con
la nación que la sugetó, como a la Arábiga, sea que falta a la
Latina que trajeron los Romanos, cuando la enseñaron, o griega, pues
hay fundaciones de Griegos por toda España. Diciéndome agora tres
años que en un muro de Madrid se había descubierto una piedra con
un Dragón esculpido: preguntándome sobre esto el Maestro Juan
López, le mostré un lugar de Pausanias, autor Griego, por do parece
que
Epaminondas, capitán Greciano, hizo allí alguna fundación.
Las palabras de Pausanias, latinas, por no tener agora el texto
Griego, son estas (en el libro VIII de su Historia): Epaminondae
tumulo imposita est columna cum secreto, in quo serpens caelatus est.
Judicat hoc insigne Epaminondam ab iis ortum ducere, qui sparti sunt
nuncupati, quod editi in lucem dicantur e draconis dentium satione.
Pues no hallándose, como digo, la etimología del vocablo
Castellano en la Arábiga ni Latina, lo seguro y acertado es acudir a
la fuente y madre de todas, la Lengua Hebrea; mayormente habiendo
dejado en España los Judíos infinitos vocablos, como probaré
después. Y como el otro, porfiando
Julio César sobre un
vocablo, le dijo: Civitatem Caesar dare nobis potes, verba dare non
potes.
Así, por el contrario, aunque los Reyes Católicos de
España echaron los Judíos, los vocablos que ellos habían
introducido no pudieron. Hay también en todas las lenguas muchos
vocablos recebidos de comunicación de las naciones vecinas o de las
contrataciones; como lo vemos en las tierras mercantiles, donde no
hay puridad de una lengua sola. Y en el lenguaje de los soldados, y
en los que vienen de Judías, que hablando sus propias lenguas
mezclan muchos vocablos peregrinos de las tierras donde han estado, y
así se van perdiendo unos y cobrando otros.
También los
vocablos de las Artes van fuera de regla y de observación clara;
porque unos son puestos a imitación de otros, de primera intención,
y otros totalmente ad placitum, mayormente cuando los primeros
imponedores fueron indoctos.
Y porque esto de hallar la verdadera
etimología es cosa importantísima, porque todos los vocablos
castellanos que hallamos en la Arábiga, Latina, Griega, Hebrea, ó
Tudesca, sacándolos el vulgo de su tino, y los corrompió: lo que
Platón hacía para hallar la etimología en su lengua, y él nos
aconseja que hagamos, tememos a mi parecer licencia de hacer sin
merecer reprehension.
Pues Platón, en un ecelente Diálogo que
hizo de Etimología, que él llama *g (que es decir, De recta nominum
institutionem), y por otro nombre Cratylo dice así (usaré de
nuestra Lengua por no agradarme el Intérprete latino): No importa
mucho declararse una misma cosa con diferentes nombres o sílabas; no
hace al cabo añadir o quitar alguna letra. Y diez versos más abajo:
Así como las purgas y jarabes, siendo unos mesmos, a veces nos
parecen diferentes, por estar disfrazados y encubiertos con algunos
colores o olores; pero el Médico, que sabe la fuerza y virtud de
cada uno, juzga con verdad ser unos mesmos, porque aquel disfrace
nada le impide ni estorba; así también el que sabe de Etimología
tiene ojo a la fuerza y propiedad del vocablo, y no se turba ni
engaña por ver que se añada, quite, trueque letra o letras, o si se
halla la mesma propiedad en otro de más o más diferentes letras.
Y
luego dice Sócrates a Hermógenes, con quien se introduce que habla:
Ten mucha cuenta con lo que voy a decir. Lo principal que se ha de
advertir en los Nombres y sus Etimologías es que muchas veces
quitamos y añadimos letra según que conviene. Esto mismo repite
aquel doctísimo Varron en el libro IV, De Lengua Latina.
Así
que por autoridad de varones graves, tenemos licencia y aun necesidad
forzosa, so pena de ignorar la Etimología del vocablo vulgar y
recebido, quitar o añadir Letras y Sílabas, mudar unas en otras, si
se parecen algo en la prolacion
y sonido, y la sílaba o letra segunda ponerla al principio, y ésta
en el fin o medio; y en fin, deshacer y desgobernar todo el vocablo,
aunque se quede en dos letras, hasta hallarle la origen.
Mas que
para venir a la fuente y raíz del Vocablo, de solas las consonantes
se ha de hacer cuenta, y ninguna de ninguna vocal: quiero decir, que
aunque en el vocablo que se ha hallado ser la fuente y origen deste
que se dudaba, no venga a quedar ninguna vocal de las que tiene el
vulgar que se inquiere, o otras muy diferentes, esto no hace a la
sustancia; mayormente que en la Hebrea, a la
cual en fin hemos de
acudir, ninguna letra es vocal, porque las vocales son unos puntillos
extraordinarios, y fuera de la sustancia de la dicción.
De aquí
se sigue que toda la curiosidad de hallar la verdadera Etimología se
funda en añadir al vocablo o quitarle letra, mudar la que tiene en
otra de semejante pronunciación, anteponer o posponer letra o sílaba
de las que tiene el mismo vocablo; principalmente saber distinguir y
dividir en letra y letras, y esto último es lo que más recomienda
Platón… como si dijese pues en las sílabas y letras consiste la
verdadera imitación de la fuerza, propiedad y sustancia de la
esencia de las cosas, es cosa muy acertada dividir o desatar las
Letras.
Así que no había que maravillar si en los vocablos que
se deducen de unas Lenguas en otras, dijéramos que se ponen letras
por letras, como c por q y z, b por p, f y m, g por j y ll, u por o,
y b, ch por c sola, d por t, x por s su muy hermana: en fin, si
quitamos, añadimos o posponemos letra, o hacemos síncopa imitando
aquellos dos filósofos.
Pongo por ejemplo lo que dice Platón en
aquel Diálogo Cratylo, queste nombre Tántalo es síncopa de *g ques
cosa trabajada y muy afanada, cual fingen los Poetas á aquel
desventurado mento summam aquam. attingens siti enectus Tantalus. Lo
cual parece que hurtaron los Griegos, como otras muchas cosas de las
Sagradas Letras, do pide el otro la gota de agua estándose abrasando
en el Infierno.
También dice que xxxóv
*g que es cosa mala, es síncopa de *g, que significa lo que procede
mal, porque la cosa fea estorba el buen proceso y suceso…
Así
también, aunque nosotros ignoremos la verdadera sinificacion y
fuerza de la dicción en cuyas sílabas y letras, dado que serían
los ignorantes, consiste la naturaleza y esencia de las cosas… a lo
menos admitamos las síncopas y mudanzas y trasposiciones de letras:
y dedo en sincopa de digitus (dit en
chapurriau) (d por t), uña de unguen
(ungla en chapurriau),
trillo de tribulum (digo, del neutro, porque tribulus es espino ó
cambronera), calza de caliga (c por g), entrañas de intaranea;
triaca, trementina, berza de theriaca, therebynthina, brasica, con
pequeña mudanza de letra o vocal.
Sufren también del latino,
añadiendo una sola s; hurto del Griego muchos vocablos, y para
hallarle la Etimología, quítesela; como de *g, sex, *g, sexus, *g,
septem, *g super, *g, semis, *g, serpens (serp
en chapurriau).
Si también de
coturnix, metus, scutum, cespites, agnatus, blatero, mudando la t en
su amiga d. hacemos codorniz (codorniu
en chapurriau), miedo, escudo, césped,
alnado, baladron. -Si de caminnus (Kamin
en alemán), cyprus, capitellum,
añadiendo a la c una h, hacemos chimenea, chipre, chapitel (capitel
moderno). Si trocando la u en o de
aurum, floccus, portus, porrum, brachium, solum, hacemos oro, flueco
(floc en chapurriau, com los de la
fusta, Flocken en alemán, como los copos de nieve),
puerto, puerro (porro en chapurriau), brazo (bras
en chapurriau), suelo. Si de la c
hacemos q y z en cruz, lazo, pereza, racimo, reziente, suiza, diezmo,
pix, cruz, lageuz, pigritio, racemus, fiducio, decimo. -Si de g se
hace j (que llamamos jota) ó l doblado en jayan, mijo de jas y
jaola, y ojo, cogido, consejo, empeño, ajo, de gigas, millium,
cilia, lollium, collectus, consilio, pignus, allium (all
en chapurriau, oli: oleum, all y oli: allium-oleum en latín).
Si
de la b hacemos p en muy muchos, como cobre, cabrahigo, cabestro,
debuxo, cobro (recupero),
percibo, abrigo, de sus latinas cuprus, caprificus, capistrum,
depingo, recupero, percipio, apricus. De la s, x en xarcia, xaquima,
xativa, xinno de sarcina *g (como dice Suydas y San Isidoro en sus
Etymologías), setabis, sinius. -En fin, si se pierde letra como en
rayo, poleo, paraiso, saeta (flecha),
de radius, pulegium (puliol en
chapurriau), paradisus (paradis
en catalán, paradise en inglés),
sagita, y vito, de victus, cuando decimos dia y vito.
-Si
añadimos sílaba al principio en alquitara, algibe, alcohol,
albaricoque, alcuza, que quitada al que añadió el Arábigo a los
hebreos gibe, quitara, cohol, becore (abrecoc,
albrecoc, en chapurriau), coz ó coza,
cuz ó cuza (una cossa en chapurriau es
una garrada de una béstia, un animal com la mula, macho, burro,
caball o cauall, te pot dixá estamordit si te pegue al cap)
-Si añadimos algo a la fin, como en talco, testigo, amargo,
blanco, Cartago, bellaco; que el que tuviere razonable conocimiento
de la Lengua Hebrea, los hallará con el mismo significado que los
usamos en Castilla, en el texto hebreo de la Escritura quitado el co
final, tal, amar; blan (de iban), carta, belial: que a imitación
destos á testis creo se añadió el go.
Mas parece ser añadido de forma Latina, que usaba en semejantes
vocablos poner una c, o disminuyendo como testiculus, testificari, de
donde atestiguar, y de ahí testigo, postis, posticus, postigo.
Pero
ninguna hallo mudarse más que la c en g, y la f en h, c en q
infinitas veces, ciconia, acre, decollare, collum, sacrum, securum,
lacertus, draco, lacryma, acus, alacris, locusta, miraculum,
curculio, acutus, mica: nosotros con g cigüeña, agro, degollar,
gola (cuello moderno; gollum : gola en
chapurriau), sagrado, seguro, lagarto,
dragón, lágrima, aguja (agudo),
alegre, langosta (llangosto en
chapurriau: saltamontes), miraglo
(milagro),
gorgojo, agudo, migaja (una mica o una
miqueta en chapurriau: un poquito; la miga de pan la llamamos molla
de pa). La f en h en hilo, hijo,
hinojo, hosco, hambre, humo, hurto, haba, hasto, huso, que son
latinos con f. B por U, y al contrario en Abestruz, deuda, albedrío,
xátiva, biuda, abuelo, cavallo, caudillo, buytre (buitre),
escarabajo, de Avis struthio, debitum, arbitrium, setabis, vidua
(viuda),
awus (auus, avvus?),
caballus, capitalle, scarabeus, bultur (vulture
en inglés, Gaier en alemán).
Ahora,
supuestas estas verdades por no haberlas después de repetir, cuando
sea forzado quitar, añadir, mudar o anteponer letras o sílabas, o
deshacer todo el vocablo y desgobernalle, que no le conozca sino el
que tuviere los ojos que dice Platón; supuestos estos principios,
que aunque yo no lo advirtiera, quien quiera con muy pocos
nominativos cayera en ello, diré algunas Etimologías
Castellanas.
Sigue el texto, en donde se estudian sobre trescientas
etimologías castellanas, dando el autor gran preferencia a los
orígenes hebreos. -Continúa: Algunos latinos tomados del hebreo.
-De otras lenguas peregrinas. -Lengua Picena ó Hetrusca ó
Sacerdotal de que usaban sólo en los sacrificios los Romanos.
En
la Real Academia Española de la Lengua hay otra copia de este
códice. Consta de 50 folios, está encuadernada con otros
manuscritos y lleva este título:
-Vocabulario etimológico, con
algunos presupuestos necesarios para saber inquirir y deducir las
etimologías castellanas y de otras lenguas, por el licenciado
Bartholomé Valverde.
Al fin esta nota autógrafa de D. Martín
Fernández de Navarrete: Entre los manuscritos de la Biblioteca alta
del Escorial se halla un códice en fol. forrado en pergamino, en el
plut. j, est. L, núm. 13, al fin del qual está el original de este
Vocabulario etimológico, que según una nota que está al
margen
superior de la primera hoja es obra del Licenciado Valverde. Yo creo
que este autor fué el Dr. Bartholomé Valverde, quien por orden de
Felipe II fué a S. Lorenzo el Real en 5 de Diciembre de 1586 a
reconocer los libros que habían sido de D. Antonio Agustín y elegir
entre ellos los que habían de ser para la Biblioteca del Escorial o
se habían de desechar por duplicados. Empleó en esto doce días con
el auxilio de su escribiente de lengua griega, reconociendo los
originales Griegos de mano que acusaba el Indice impreso de los de D.
Antonio Agustín. Ocupa el original de este manuscrito 31 foxas
(hojas) y
4 la introducción, todo de letra de aquel tiempo. Se ha tenido
cuidado en esta copia haciendo copiar los vocablos Griegos, y Hebreos
por los PP. Bibliothecarios Fr. Juan de Soto y Fr. Francisco
Cifuentes, hábiles en estas lenguas. San Lorenzo el Real a 20 de
Noviembre de 1792. Martín Fernández de Navarrete.
1601.
792. Origen y etimología de la Lengua Castellana, por el Dr.
Francisco del Rosal, médico, natural de Córdoba.
Ms. existente
en la Biblioteca Nacional de Madrid. copia del original, por el P.
Maestro Fr. Miguel Zurita de Jesús María, agustino recoleto,
cronista general de su Orden. – Hay otras copias en las Bibliotecas
de la Academia Española de la lengua y en la de la Academia de la
Historia.
El original era un tomo en folio de 315 páginas, que
se guardaba en la Biblioteca de los Padres agustinos recoletos de
Madrid. Estaba dispuesto para la imprenta, con las licencias
originales y privilegio por diez años, fechado en Carvajales a 26
días del mes de Octubre de 1601 años.
La obra está dividida en
cuatro libros.
Lib. I -Origen y etimología de todos los vocablos
originales de la Lengua Castellana.
Lib. II. -Alfabeto segundo:
del origen y razón de nombres propios de lugares, personas y
apellidos de linages.
Lib. III. -Alfabeto tercero: que contiene
la razón y declaración de algunos refranes y fórmulas castellanas,
que dicen hispanismos.
Lib. IV. -Alfabeto último: donde se da la
razón y causa de algunas costumbres y opiniones recibidas y otras
cosas. A que se sigue un brevísimo índice de las cosas más
notables.
Prólogo del autor:
No será necesario probar cuan
importante sea en cualquier lenguaje el orden y etimología de él,
pues si esto se escribe para solos los prudentes y doctos, estos
tales saben muy bien cuan estimada fué de los griegos etimológicos,
que con tanto cuidado buscaron la razón y causa del vocablo. A ésta
llama Aristóteles símbolo; Cicerón, notación, y Quintiliano,
declaración. De cuya doctrina dice César Escalígero, varón
doctísimo, que en muchas palabras es obscurísima la etimología;
pero que tam maxime est investiganda quam maxime latet (Lib. III,
capítulo LXVIII), diciendo otras muchas cosas buenas en favor de
nuestro propósito.
Muchos hombres doctos y grandes humanistas
han goloseado esta materia, picando en algunas etimologías, haciendo
de ellas plato, y adornando actos y escritos con ellas; y tengo por
sin duda que por no haberse atrevido a hallar todo el lenguaje, no
han tratado de tomar este trabajo, y así desconfiados dicen mal de
lo que no pueden emprender, y con cuatro vocablos que acaso supieron,
nos hinchen la cabeza de viento.
Fuera de el origen del vocablo
castellano, hallarás, lector prudente, mucha etimología y origen de
las lenguas griega y latina, no aquélla que anda por los autores
antiguos y modernos y por esos diccionarios, porque siempre aborrecí
trasladar libros y trabajos ajenos, pero muchas cosas que confío, no
sólo serán de gusto, pero de algún aprovechamiento. -Vale et
fruere.
El año de 1610 en el mes de Marzo, y a 12 días de él,
llegó a mis manos el libro que compuso el Sr. Dr. Bernardo de
Alderete, canónigo de Córdoba, De el orígen de la Lengua Española,
sin haber yo tenido antes noticia de tal libro, el cual difiere de
éste en todo su argumento, porque aquél todo es historial, probando
la antigüedad y orígen de nuestra lengua en general; pero éste
examina cada vocablo en particular, de suerte que parece el otro
prefación de éste, y particularmente el cap. IX de el libro II en
el principio, donde se dicen las causas de la obscuridad de la
etimología.
Razón general de los principios del lenguaje
castellano. -La Lengua Castellana, como las demás comunes, es tomada
de varios lenguajes. Alguna parte mana de la antigua castellana,
digo, de aquélla que se hablaba en los siglos antes de que España
conociera las naciones orientales y setentrionales,
que muchos piensan haber sido la vizcaina.
Otra parte es tomada de los griegos, cuando en diversas veces
entraron y conquistaron la España.
Otra parte muy mayor que casi
coge la mitad de nuestro lenguaje, nos dio el romano, y aun todavía
se nos va pegando algo de la comunicación del lenguaje latino.
También contribuyó la hebrea con la comunicación de los
judíos, de que hubo en España gran copia.
Pues la arábiga
conocerá su pedazo que nos dieron los moros, de quienes toda España
fué sujetada.
Algunos vocablos, aunque raros, debemos a las
vulgares de Europa, como son algunos de el oriente y setentrion,
que introdujeron godos y con ellos alanos, vándalos y suevos y
otros.
Pues de las naciones con quien hemos tenido comercio ó
guerra, algo se ha allegado, como son francesa, italiana, alemana,
inglesa; y aun hoy de las Indias de el Poniente podemos esperar
nuevos vocablos con las drogas
que de allí vienen, como lo vamos ya experimentando.
La lengua
que usaron los godos, frisó mucho con la tudesca
(tedesco llaman los italianos al alemán).
Catálogo de los autores y personas doctas de quienes el autor
fué ayudado. -Abraham Ortelio. -Acosta, médico. -Acursio. -Adolpho
Mekerco. -Elio Spartano. -San Agustin. -Licenciado Agustin de
Vergara. -Alberto Trocio. -Alciato. -Alejo Vanegas. -Alonso de
Zamora. -San Ambrosio.
-Ambrosio de Morales. -Amiano Marcelino.
-Ammonio Graeco. -Andrés Resendio. -Angelo Policiano. -San Antonino.
-D. Antonio de Guevara. -Antonio Lebrija. -Antonio Filerio. -Apiano.
-Apuleyo. -Aquario Lodoan. -Arias Montano. -Aristóphanes.
-Aristóteles. -Arnobio. -Asensio. -Athencaeo. -Avendaño. -Avicena.
-Aulo Gellio. -Amonio Gallo. -Ballesta. -Bartolomé Ricio. -Dr.
Bartolomé Sanchez. -Baylio. -D. Bernardo de Alderete. -Beroso.
-Beutero, -Biblia Sacra. -Budeo. -Calepino. -Callimaco. -Licenciado
Carvadillo. -Castaldo. -Castillo. -Caton. -Catullo. -Cerda. -César
Baronio. -César Scalígero. -Maestro Céspedes. -Ciceron. -Claudio
Minoe. -Clusio. -Columela. -Concilio Tridentino. -Conrado Gesnero.
-Cornelio Celso. -Cornelio Tácito. -Crukio Messenio. -Dale Campio.
-Demócrito. -Diógenes Philósopho. -Diógenes Laertio.
-Dioscórides. -Enio. -Erasmo. -Erithreo. -D. Estévan de Salazar.
-San Eulogio. -Eutropio. -Fernan Nuñez, Comendador. -Festo.
-Filostrato. -Florian de Ocampo. -Flos Sanctorum. -D. Francisco de
Córdoba. -Francisco Fernandez de Caso. -Francisco Lopez Tamarid.
-Francisco de Vergara. -Fragoso. -San Fulgencio. -Galeno,
-Garci-Laso. -Gaza. -San Jerónimo. -Fr. Jerónimo Roman. -Gordonio.
-Gregorio Fernandez de Velasco. – Hadriano Junio. – Hermolao Barbaro.
–
Hernando del Pulgar. – Herodoto. – Hesichio. – Hippócrates. –
Historia general de España. – Historia de los Reyes Católicos. –
Homero. – Horacio. -Informacion
de la conciencia. -San Isidoro. -Jacobo Silvio. -Jacobo Imaro.
-Josepho Scalígero. -Licenciado Juan Alonso Franco. -Juan Escribano.
-Josepho de Judaicis. -D. Juan Orozco. -Juan Latino. -Juan Lopez de
Velasco. -Juan de Mena. -Juan Perez de Moya. -Fr. Juan de Pineda.
-Julio César. -Justino. -Juvenal. -Laguna, médico. -Lambino.
-Lampridio. -Lassarte. -Laurencio Vala. -Leyes de la Partida. -Leyes
de romanos. -Lorenzo Palmireno. -Lucano. -Luciano Lucillio.
-Lucrecio. -Fr. Luis de León. -Luis Vives. -Lucero de Tierra Santa.
-Macrobio. -Manilio. -Mantuano. -Marcelo, sobre Dioscórides.
-Marcial. -Marciano Capella . -Martirologio . -Mathiolo Merlin.
-Mingo Revulgo. -Moletio. -Monardes. -Nicandro. -Nonio. -M. Nuñez.
-Osorio. -Ovidio. -Palladio, -Parladorio. -Paulino, médico. -Paulo
Jovio. -Pausanias. -Pedon Coraniano. -Fr. Pedro de Alcalá. -Pr.
Pedro Lopez Chalez. -Pelegromio. -Persio. -Petrarcha. -Petro Bellon.
-Petro Victorio. -Petronio Arbitro. -Philon. -Pico Mirandulano.
-Pierio Valeriano. -Píndaro. -Platon. -Plauto. -Plinio. -Plutarcho.
-Pomponio Mela. -Ptolomeo. -Quintiliano. -Quinto Curcio. -Rabano.
-Rebufo. -Sallustio. -Maestro Sanchez. -Sedeño. -Séneca. -Servio.
-Silio Itálico. -Silva nupcial. -D. Sebastian de Covarrubias. -D.
Sebastian Perez. -Simón Abril. -Stacio. -Stéphano. -Strabon.
-Strocio. -Suetonio. -Suidas. -Summa Catholicon. -Terencio, -Tarafa.
-Theócrito. -Theofrasto. -Thereto. -Thucydides. -Tibullo. -Tito
Livio. -Turnebo. -Valerio Máximo. -Varron. -Vasaeo. -Viaje del
Príncipe. -Vincencio Cartario. -Virgilio. -Vitrubio.
Disposición
del alfabeto y razón general de las letras. -… La invención del
molde se atribuye a dos hermanos alemanes y lo primero que se
imprimió así fué en Roma, dos libros de San Agustin, De civitate
Die y Lactancio Firmiano.
Consideracion general en la mutacion de
las letras. -En todos lenguajes en la deduccion de sus vocablos suele
perderse la sílaba de enmedio: como de aestimo asmo, de asiatico
aziago, de mitificare mitigar, de castificare castigar, de dubitare
dudar, de cortice corcho, de habito hato, de musculo muslo, de digito
dedo, de noveno nono, de quaerella quexa, de sigillare sellar, de
tritico trigo. Y en el latín es muy frecuente, como de axila ala, de
buxilla bulla, de maxilla mala, de taxillo talus, de paxillo palus,
de texilla tela, de pixilla pila, de vexillum velum, de cuxa o coxa,
como cuxillo culus, de matutine mane. Y al principio se quita, como
de gemello mellizo, de hemato matar, de vehemencia hemencia, de
homico mico, de hepato pato, de esse ser, de insulso soso, etc.
Añádense otras que llaman impletivas, como de hoc hocce, de imbelle
imbecille. Lo uno y lo otro
acontece en reciprocare, que es
reprocare, cuasi retro provocare.
Tambien debe ser general
advertencia que tenemos muchos vocablos singulares, tomados de
plurales latinos o griegos; como de animalia alimaña, de millia
milla, de biblia Biblia, de brevia breva, virentia verza, capitula la
capitula, quisquibia coscoja, Castella Castilla, debita deuda, summa
cima, Florentia loca Florencia, Instituta la Instituta, ligna leña,
Valentia loca Valencia, mirabilia marabilla (maravilla),
nómina la nomina. Ostia Ostia, Ciudad. Privata privada, plegmata
pleita, Palentia loca Palencia, sábana, gr° Paños sabana, secreta
secreta, signa seña, similia semilla, ventura la ventura.
Orden
del Alphabeto castellano, que se guarda en este Libro para que sea
facil
hallar los vocablos que se ofrezcan con una advertencia que abajo se
añade.
A A.
B Be.
C Ce.
Ç Cedilla.
Ch Ch, que
debía llamarse cha o che; y hacerse de esta pronunciación un nuevo
carácter.
D De.
E E.
F Efe.
G Ge.
H Hache.
I
vocal i.
Y consonante Y.
J Y jota,
L Ele.
LL Elle.
M
Eme.
N Ene.
Ñ Eñe.
O O.
P Pe.
Q Quu.
R
Erre.
S Esse.
T Te.
U vocal U.
V consonante V .
X
Ex.
Y Y.
Z Ze ò Zeda.
Debese advertir que si buscando un vocablo, no
pareciere se busque en la substituta que allí estara. Son las
substitutas y hermanas estas: B. V. C. Qu = ç. Z. G. J. X. La G.
sera substituta de las dos J. X. en las palabras que comenzaren por
Ge, ó Gi. La H. puede substituir o añadirse a las vocales todas; y
asi la palabra que ha de comenzar en vocal, si allí no esta busquese
en la H. y las haspirales, busquense sin H.
Sigue el texto del
Diccionario.
A Córdoba (léese en las apuntaciones de D.
Bartolomé José Gallardo publicada por los Sres. Zarco del Valle y
Sancho Rayon) he remitido varias noticias de la obra y de su autor,
contestando a la súplica que sobre ello me hacia el R. P. de
Estudios en el Colegio de Agustinos Calzados de aquella
ciudad.
con el motivo de haberse allí formado nuevamente cierta Sociedad, de
que es individuo para trabajar una Historia de aquella ciudad. y sus
ilustres hijos, y haberle tocado a él el ramo de Literatura.
Respondió agradecido de su recibo, y ofreciendo valerse de la obra
de Rosal citándola en sus escritos, como que es tan seguro
documento, y aun la primera y única noticia, dice, que por allá
tienen de tal obra y tal autor…
El padre del Dr. Rosal fué
Alonso Ruiz del Rosal, y su madre Leonor de Orbaneja. Con reflexión
y enmienda pongo Alonso Ruiz, aunque él escribe clara y expresamente
Alonso Ortiz. He aquí a la letra lo que se dice en el Alfabeto
segundo, en la palabra Senda del Rosal: Es un camino que refiere A.
de Morales en sus Antigüedades hablando de Córdoba, el cual camino
va desde San Hierónimo hasta la Arrizafa, convento de Descalzos
franciscanos, por hermosas heredades, que él encarece con razón, y
dice que se llamó así por muchas rosas. El mismo se contradice,
diciendo que las hay tantas y tales, y aun más y mejores en toda la
demás Sierra. Y así es cosa llana que se llamó así por el
nombre
y alcuña
de los de este apellido en la Collación de San Lorenzo, que en
aquellos pagos fueron herederos y señores de casi la mayor parte de
él, aunque hoy tienen ya muy poco, o casi nada, y para mayor
declaracion, yo fui hijo de Alonso Ortiz del Rosal, y éste de Miguel
Ruiz del Rosal, y éste de otro Miguel Ruiz del Rosal, y éste de
Alonso Ruiz del Rosal: de todos los cuales tengo testamentos y
memorias de haber tenido grandes heredades en aquel pago y sitio. Y
así en San Hierónimo y en la Arrizafa fué el entierro y sepulcro
de muchos de ellos y sus deudos, como consta por los testamentos; y
hasta hoy dura un Lugar vinculado para memoria de obra pía y limosna
con carga de misas por su alma de aquél mi re-bisabuelo Alonso Ruiz
del Rosal, el cual por mayoría yo poseo, no lejos de aquel término.
Por su obra (dice Zurita) se saca que estudió en Salamanca, y
tuvo varios partidos de Médico en Castilla la Vieja, con cuya
ocasión estuvo en Zamora, Aranda, Burgos, Benavente… Vivió en
Castilla treinta años, y habiendo enfermado de resultas de la
frialdad se retiró a Córdoba.
En la palabra brindar habla de
una ama montañesa que le criaba un hijo suyo…
De las Lenguas
europeas supo el Dr. Rosal, además de la Española y latina, lo
portuguesa, francesa, italiana, alemana e inglesa, y de las
orientales la griega y la Hebrea y también la Arábiga.
En
varias partes cita un libro que había escrito, aunque no dado a luz,
intitulado Humanae Sapientiae Specimen (en otra parte dice Humanae
Sapientiae Lumen), que es, dice, un largo Discurso de todas las
ciencias reduciéndolas a un primer principio, del cual se va
rastreando y sacando una universal contemplación de todas las cosas.
En otros varios pasajes se refiere a un libro intitulado
Diccionario médico.
En el vocablo Córdoba dice que se remite a
lo que dirá cuando salgan a luz los Elogios que escribe de los
ilustres varones que aquella ciudad ha dado y producido.
Son
muchas también las veces que cita otro escrito suyo sobre Marcial. Y
en la palabra emblema insinúa haber escrito sobre las emblemas de D.
Juan de Orozco.
En otros varios lugares se remite ya a sus
Observaciones y a su Retórica, ya hablando de Gramática, a su Arte
o a su Artecilla, como él dice, aunque dudo (dice Gallardo) si éstas
serían obritas sueltas o insertas en la obra Humanae Sapientiae
Specimen.
Finalmente, en la palabra Señor ofrece, si Dios le da
salud, escribir sobre los libros de Galeno, De usn partium.
1606.
793. De los vocablos que ai en Romance de otras lenguas, i
especialmente de la Griega, i de los Griegos, que vinieron a España.
-Del Origen de los nombres, con que antiguamente, i oi se llama
España. -De muchos nombres de ciudades i lugares de España que
parece que vienen de la lengua Griega. -Del origen de algunos nombres
Hebreos. -De los vocablos Godos que tenemos en el Romance. -De los
vocablos Arabigos que ai en el Romance. Por el Dr. Bernardo Aldrete.
Caps. I, II, III, IV, XIV y XV del libro tercero de su obra Del
origen y principio de la lengua castellana. (Véase el núm. 7.)
D.
Gregorio Mayans y Siscar reimprimió los caps. XIV y XV en sus
Orígenes de la lengua española, tomo II, págs. 222-234.
1621.
794. Tercetos en latín y puro castellano, por D. de Aguiar.
Madrid. 1621.
Ms. en folio, de la Biblioteca de George Ticknor,
en Boston.
Es una ilustración a muchas palabras y frases latinas
que se conservan en nuestra lengua, que tal vez pueda servir para
indagar muchas etimologías castellanas.
1686-1720.
795.
Diccionario español etimológico.
MS. de la Biblioteca Nacional
de Madrid que lleva la sign. Ff-123, atribuído por Pellicer al
aragonés D. José Siesso y Bolea.
1726.
798. Sobre
Elymologías, por la Real Academia Española.
Es el segundo de
sus Discursos proemiales, que se leen en el primer tomo de su
Diccionario de Autoridades, el cual es a la vez etimológico. (Véase
el núm. 741.)
1737.
797. Etimologías, por D.
Gregorio Mayans y Siscar.
En las págs. 72-74 del tomo I de sus
Orígenes de la lengua española propone porción de etimologías
castellanas, señalando excesiva importancia al elemento griego, de
cuya lengua dice haber venido muchos vocablos de nuestro idioma.
1745.
798. La lengua castellana tiene voces
muchísimas del bascuence. -Las voces castellanas cuyas etimologías
son del bascuence (sobre 2.000 palabras por orden alfabético, a
cuatro cols.) -Algunas ilaciones y reflexiones. -Rebatense y se dexan
sin replica las objeciones contra nuestras etymologías. – Prosigue
la materia del passado. -De algunos modos y terminaciones que el
Castellano tiene del Bascuence. Por el P. Manuel de Larramendi, S. J.
Son los capítulos XVIII, XIX, XX, XXI, XXII y XXIII, págs,
CXVIII-CL de la parte segunda del prólogo a su Diccionario
trilingüe. (Véase el núm. 744.)
1750.
799.
Dictionnaire des origines de la langue française, par G. Menage…
Paris, 1750.
Al fin de esta obra se estudia el origen de más de
trescientas voces españolas.
No tengo noticia más que de esta
edición; pero, sin duda alguna, debe de haber otras anteriores, y
alguna o algunas del siglo XVII, supuesto que su autor, el erudito
Gil Menage ó Menagio, gran conocedor de todos los idiomas
neo-latinos, nació en Angers el año 1613 y murió en París en
1692,
1758.
800. Elementos Etymologicos segun El
Methodo de Euclides Para averiguar Por la Analogica alteración de la
Lengua Latina en todos sus Dialectos el primitivo origen de
muchissímas vozes ya Antiquadas, ya vulgares, que se hallan
escritas, o actualmente se usan en las Provincias de España
Apvntanse, por incidencia, el origen de muchas vozes, que a las
dichas Provincias se han comunicado de otras Lenguas Orientales
Griegas, Septentrionales, Africanas, Indianas; y de algunas
Vascongadas. Obra esteril. Si solo se para en estos elementos
etymologicos; pero amena, fecundisima, y curiosa, si, con critica, y
metodo geometrico, se aplican sus theoremas para resolber los
etymologicos Problemas; que seran tantos, quantas seran las vozes
cuyo origen se pregunta. Para mi uso; y de el. De los que quisieren
descubrir noticias curiosas nada vulgares en todo genero de
erudición, y Literatura, V. g, en Orthographia, Gramatica,
Mithologia, Antiquaria, Historia, Geografia, Genalogia, Historia
Natural, Botanica, Escritura, Theologia, Phisica, Mathematicas, Artes
Fabriles, Economia, y Miscelanea. Etymologista Fr. Martín
Sarmiento, Benedictino: Madrid y Abril I° de 1758. (Al fin del texto
del tomo I:) Finis. 1766 en Madrid.
MS. de la Real Academia
Española. -Dos tomos en folio: contienen sobre 300 hojas no
numeradas cada uno.
Al primer tomo precede, antes de la portada,
esta nota: Empezó esta obra el Autor el año 1758, y haviendo
escrito el principio de ella, la dexó holgar, hasta el año 1766, en
que según lo que dice el numero 140, la prosiguió, y acabó en dho.
año. En ella pone varios theoremas, para demonstrar
Mathematicamente el origen de las voces Castellanas, y Gallegas
en la Lengua Latina. Pone un sistema de su inbencion, para formar una
lengua casi universal. Defiende el estudio de las etymologias
asegurando, que sin él nadie puede ser sabio. Increpa a sus
Paisanos, por el desprecio con que miran a su lengua Gallega. Prueva
que esta es copiosísima, y hace caso de conciencia que
no se
escrivan en ella los Instrumentos forenses, como se practicaba antes
de Carlos 5.°, y que los Curas, no sean naturales del Pais, para que
asi prediquen, y confiesen en Gallego cesando los gravissimos
incombenienles, que se experimentan de executar estas funciones en
Castellano. Igualmente censura de barbara la costumbre de enseñar a
los Gallegos el Latin por medio de la lengua Castellana. – Texto, que
consta de 480 párrafos: contiene curiosas noticias biográficas del
autor.
§ 3. -… no faltara quien erradamente crea que Yo poseo
algunas lenguas, ya muertas, ya vivas, viendo que las traygo al
asunto, como si las hubiese mamado o estudiado, ya por los Libros, ya
peregrinando por diferentes naciones. Digo, y Protesto, y aun si
fuere menester jurare, que el que viviere en ese concepto, vive en
herror desaforado y garrafal: solo he mamado la lengua gallega; que
con la ocasión de venir a tomar el Santo Abito, olvide casi del
todo; y me di a la lengua Castellana. De la lengua Latina, solo se el
chapurrado
que me enseñaron al uso del Pais. De la griega se muchas vozes
sueltas, y tales quales de la Hebrea. De la Arabiga solo se las
vozes, que se conservan en el castellano y Andaluz. Por la letra de
libros franceses é Italianos, solo adquirí el entenderlos.
§
4. -(De manera que ajustadas qüentas ninguna lengua poseo, sino el
Castellano vulgar que hablo, leo y escrivo, sin aliño particular.
Por ser el idioma Castellano casi infinito y tan abundante de vozes
heterogeneas,
a cada paso tropezaba con vozes castellanas, que oia ó leia, y que
eran para mi
inauditas, y exóticas, que ni entendía su
significado, ni sabia su verdadero origen; aunque me informaban del
significado en general. Cansado de preguntar a quienes no me sabían
responder, determine responderme a mi mismo, consultando libros para
lo material de la voz: y para lo formal del significado.
§ 5.
-Para todo tengo libros bastantes, ya de lenguas muertas, ya de
lenguas vivas, ya de todo genero de erudición. Pasan de 6D500
Tomos. Y no tomare a mal que algunos me apliquen la oración de
Luciano: Adversus Indoctum, et Libros multos ementem. Bien cierto es,
que el poseer muchos libros, ni prueba sciencia, ni erudición. Pero
mas cierto es, que el no tener ningún Libro es prueba de Iliterato.
La Literatura, que ha de jugar en estos elementos etymologicos, es
muy superficial. El fondo ha de ser una combinación de las letras.
Para esto no se necesita saber Lenguas; sino la vulgar, y el Latin
con extensión.
§ 6. -Por juguete forme entonces unas
etymologias de algunas vozes castellanas y el gusto que percibía en
ese inocente estudio hizo que para mi uso, escriviese un Vocabulario
castellano, con asunto de aumentarlo cada día mas y mas; de modo que
ya tenía 40, o 50, pliegos en los quales avia
muchas etymologias
curiosas. Con ese exercicio, y con la observación, de palpar las
varias y diferentes alteraciones, y transmutaciones de unas letras en
otras, me pareció que se podrían formar unos elementos, que
pudiesen servir de norma para los que quisiesen dedicarse al estudio
de las etymologias de las vozes castellanas solas; pues aun no havia
pensado en la lengua Gallega en 35 años que faltaba de Galicia
apenas avia
estado tres meses en aquel Reyno; y casi me era ya desconocido el
idioma Gallego; y solo me acordaba en confuso de las vozes que avia
mamado.
§ 7. -El año de 1745, Año del Jubileo de Santiago se
me ofreció hacer una jornada a Pontevedra a recrearme en compañía
de mis Hermanos y Parientes: y a pasearme por Galicia. Anduve mucho
por aquel Reyno; pero siempre con la Pluma en mano, para apuntar
todos los lugares, y todas las vozes, y frases Gallegas, como las iba
oyendo; y aun muchas vozes Gallegas Antiguas, escritas en
Instrumentos Gallegos Antiguos, como las iba Leyendo. Y sobre todo
muchos nombres gallegos de los Mixtos de la Historia Natural, y
especial de los Vegetales, Pescados, Conchas, &., como los iba
cogiendo y comiendo, a vuelta de esos nombres, recogí también sus
Propiedades y virtudes.
§ 8. -Volvime a Madrid cargado de
Apuntamientos, y Materiales de Vozes puras Gallegas Vulgares, y
triviales significativas de cosas del uso común, y de Artes y Cosas
Artificiales, y de nombres de los Mixtos de la Historia Natural.
Embarre algunos Quadernos de Papel, con esos preciosos borrones. De
manera que si antes vivía remoto de la Lengua Gallega; de vuelta a
Madrid me halle fecundado de infinitas vozes gallegas, sin cargar la
mano a la Syntaxis. La Syntaxis no haze ni padece para averiguar el
origen y etymología de una voz suelta. Y ahora cesara la admiración,
de que no sabiendo yo lenguas, aya emprendido hablar de etymologías.
§ 9. -Después del año de 1754 volví a Galicia a divertirme.
Detuveme allí 18 meses y siempre ocupado, en el exercicio mismo, del
año de 45. Junte infinitos materiales mas, así de vozes puras y
Gallegas, como de nombres de los mixtos de la Historia Natural. No
solo que se hablan, y usan en Pontevedra v, g, o en otro lugar
determinado: sino también los que se hablan y se usan en diferentes
Países de Galicia; aunque escogí el territorio de Pontevedra para
fixar (fixá en chapurriau)
allí el fondo de la Lengua vulgar Gallega. Esto; porque allí hice
la mayor demora de mi mansión; y pateé a palmos todo el terreno; y
porque allí registre y ley
(leí)
muchos instrumentos Antiguos de los Archivos.
§ 10. -En virtud
de todo lo dicho tarde poco en observar que la Lengua Gallega y la
Castellana, no son sino dos Dialectos de la Lengua Latina, en toda su
extensión, y que quanto mas se retroceden siglos casi coinciden esos
dos Dialectos. Esto es muy del caso para que los castellanos se
utilizen
en los elementos etymológicos. Ay muchas vozes puras
gallegas que también se usaron en el puro castellano; pero ya se han
perdido del todo…
§ 11. -No ay cosa mas vulgarizada que dezir,
que el puro Idioma Castellano, es una corrupción de la Lengua
latina: y que el puro Gallego es una corrupción de la Lengua
Castellana. Son dos errores vulgares. Y errada inteligencia de la voz
corrupción en materia de Lenguas; confundiendo la Analogía con la
corrupción. El Castellano paulatinamente se fue formando de el Latin
guardando siempre la Analogía de las Letras. Lo mismo digo del
Gallego. Pero jamas
el Gallego se ha formado del Castellano. No a los principios: pues
las dos Naciones hablaban un mismo Latin. No en la media edad, pues
Galicia tenía Reyes, y no Castilla, y el idioma que entonces se
hablaba, no pudoderivarse del que se hablaba en Castilla. No al fin,
en el fin, pues ya Galicia, y Castilla, son dos diferentes
provincias…
§ 13. -En estos elementos etymologicos sólo han
de jugar principalmente tres Lenguas. La Latina como Madre: y la
Castellana y Gallega como hijas. De los otros subdialectos
provinciales usaré por incidencia, y con inevitable parsimonia,
porque yo no los sé. Lo mismo digo de otras lenguas muertas y vivas,
no como quien las entiende, sino como quien ha leído la explicación
de esta, o de la otra voz suelta, en los Libros Latinos de los que
las entendían. Así podré citar vozes griegas, Hebreas, Siriacas,
Arabigas, y de otras Lenguas Exoticas que jamas he sabido. En esto
nada hay de charlatanería, ni vanidad, pues aborrezco lo primero; y
hace ya mas de 50 años, que estoy evidenciado por mi mismo, que no
tengo en que atar un grano de sal, para fundar vanidad de prendas
naturales. Morales e intelectuales. Después de Dios, debo este
conocimiento a la mucha, y varia Letura que he tenido…
§ 22.
-Esta vanidad conduce mucho para probar la fecundidad de la Lengua
Gallega. A Duarte Nuñez, que se vino a echar fanforriñas con su
lengua portuguesa, de que tenía muchos derivados de una voz, le
añadí yo 6 más, que tiene la lengua gallega. Por juguete junté
todas las vozes gallegas que oí en Galicia, para significar a un
hombre palurdo y tagarote junte 100, y las tengo colocadas por el A.
B. C No tendría tantas, si la lengua Gallega se escriviesse; pues ya
se huvieran perdido las mas de ellas. Por la misma razón de que la
lengua Portuguesa se escrive es mui diminuta de raizes propias:
aunque Bluteau quiso imponer que era muy abundante con 10 tomos en
folio…
§ 24. -A los elementos etymologicos que han de servir
para reducir a la lengua latina las vozes puras de sus dos Dialectos
Castellano y Gallego: espero queriendo Dios, que se seguirá un
Onomástico en el qual a la sombra de la lengua gallega pondré
diferentes etymologias de las vozes puras, de su Subdialecto
Portugués. En colocando yo una voz en su raíz latina, no pienso
pasar de ay, ni subir mas arriba; aunque me sería mas fácil, que el
llegar hasta el latín; por la abundancia que ay de libros para eso.
No pienso pues en Etymologias de vozes latinas, sino de las vozes
castellanas y gallegas puras. Por incidencia sera preciso que toque
algo de la Griega; quando mi asunto ha de ser el texer una serie
chronologica hasta hoy,, según lo que pudiere alcanzar con mi corta
Literatura…
§ 25. – Prologo. A los que han de enseñar á los
niños el Christus y la Cartilla…
§ 27. -El año 725, pasando
yo por el Monasterio de Lorenzana, en Galicia, cuyo fundador ha sido
el Conde D. Osorio, sobrino de San Rosendo, y que allí llaman el
Conde Santo, vi allí su sepulcro…
§ 46. -…Acabado mi curso
de Artes en Hyrache me volví a este mi Monasterio de San Martín de
Madrid, en donde tome el Abito
el año de 1710, y todo el verano de 1714 tuve a mi disposición la
copiosa librería de este Monasterio que pica en 10 D
volúmenes. Viéndome desocupado me entre en la librería, y no sabía
salir de ella no siendo para el choro.
§ 47. -A pocos libros que
revolví conocí que havia mas cartillas en el Mundo, que las que me
havian enseñado para el castellano y latín. Registré los Alfabetos
Griego, Hebreo y Arabigo, etc. Y entonces comenze a imitar y copiar
de mi mano todo quanto Alfabeto encontrase en los Libros.
Junte
mas de 150 Alphabetos, tuve ocasión de leer muchos instrumentos MS.
o Antiguos, y asi pude sacar Alfabetos muy particulares, que podrán
servir para unos Elementos Diplomáticos…
§ 49. -Origen y
formación de las lenguas barbaras…
§ 121. -Tentativa para una
lengua General…
§ 169. -Methodo de Euclides…
§ 193.
-Theorema Etymologico Universalissimo…
§ 217. -Elementos de
las consonantes…
§ 223. -Libro I. de las consonantes…
§
289. -Libro II. De las vocales…
§ 313. -Libro III. De las
letras Perdidas…
§ 331. -Libro IV. Letras añadidas…
§
344. -Aplicación y uso de estos elementos…
§ 456. -Cien voces
gallegas para ridiculizar a un patán (siguen, a tres cols.)
–
Indice alfabético de lo mas notable de los Elementos etymologicos.
-Reflexiones sobre el Diccionario de la Lengua Castellana, que
compuso la Real Academia Española el año de 1726. (Hasta la letra
H.)
Tomo II (que contiene muchas más hojas que el primero;
tampoco están numeradas. Lleva este título): Conjeturas. Para
establecer algunas Etymologias de diferentes voces, que se usan en
España según la observación de mi Fray Martín Sarmiento Monge
Benedictino, y Profeso de San Martín de Madrid. Varron Lib. 6. de
Lingua Latina al principio hay dos o tres textos primorosos, y
literatos para todos estos Apuntamientos. Y en el Etymologico magno
Griego de Silburgo hay muchísimo de Varron al caso. (Signe el texto
por orden alfabético a renglón entero,)
1759.
En el
Museo británico hay, de mano del P. Cañes, las siguientes obras
suyas, que yo he consultado recientemente en Londres:
801.
Lista de palabras árabes de botánica y agricultura principalmente,
declaradas en castellano.
Pág. 113 de un tomo de Papeles varios,
sign. Eg-584.
802. Intérprete Arábigo -Castellano, por el
Abecedario Español. 1759.
Vocabulario de estas dos lenguas de
voces de Filosofía, Geología y otras ciencias, concluido en Damasco
antes que el autor viniese a España e imprimiera su Gramática
arábigo -española vulgar y literal (Madrid. 1775). Al fin del tomo,
que tiene la signatura Add-18.181 y consta de 294 folios, léese:
Concluí de escribir este Vocabulario Español -Arábigo día 26 de
Octubre del año 1759, día octavo de San Pedro Alcántara, en la
Ciudad de Damasco. -Fr. Francisco Cañes.
1773.
803.
Diccionario de voces arábigas, usadas en España, reducidas a su
origen y verdadero significado, sacadas por su orden del Diccionario
de la Lengua Castellana, y puestas con Letras Arábigas para expresar
con perfección los Vocablos arábigos adoptados por la Lengua
Castellana y evitar las equivocaciones de las voces mal escritas:
formado por el Sr. D. Miguel Casiri, Presbítero, Intérprete del Rey
nuestro Señor, su Bibliotecario y Académico de número de la Real
Academia de la Historia, a la que lo presentó en 15 de enero de
1773.
Ms. en 4.° de cerca de 300 págs. -Biblioteca de la
Real Academia de la Historia de Madrid (Z-149).
Título (copiado)
del códice. -A la hoja siguiente esta Nota, de letra al parecer del
mismo Campomanes: Esta colección de Etimologías sigue el orden del
Diccionario de la Academia Española. Estas mismas raíces se
colocaron de su puño del Sr. Casiri en el ejemplar que posee el
Conde de Campomanes, que animó a aquel Sabio para la formación de
este cuaderno, de resultas de sus conferencias. -Título de la obra:
, Voces arábigas usadas en España, reducidas a su origen, (etc.) –
Texto, de letra del mismo Casiri.
1775.
804.
Etimología de Morabatino o Maravedí, por el P. Sarmiento.
Págs.
130-133 de sus Memorias, (Véanse los núms. 23 y 800.)
1787.
805. Diccionario español -latino -arábigo en que, siguiendo
el Diccionario abreviado de la Academia, se ponen las
correspondencias latinas y árabes, para facilitar el estudio de la
Lengua arábiga a los misioneros y a los que viajaren o contraten en
África y Levante. Compuesto por el P. Fr. Francisco Cañes,
religioso franciscano descalzo de la provincia de San Juan Bautista,
su ex-Definidor, Misionero y Lector que fué de Árabe en el colegio
de Damasco, individuo de la Academia de la Historia. Dedicado al Rey
nuestro Señor. Madrid, en la imprenta de D. Antonio Sancha, 1787.
Tres tomos en gran folio de más de 600 páginas cada uno.
El
orientalista D. Miguel Casiri revisó esta obra, que fué impresa con
los fondos de la Obra Pía de los Santos Lugares.
El P. Cañes
escribió también, de orden de S. M. una Gramática española y
arábiga que se publicó en 1776.
1823-24.
806.
Orígenes orientales de la lengua castellana, por D. Joaquin Lorenzo
Villanueva.
Es una colección de etimologías publicadas en el
periódico, primero mensual y después trimestral, que los españoles
emigrados en Londres el año 1823 publicaron con el título de Ocios
de emigrados españoles.
Serían, sin duda, algunas de las
cédulas que constituían su Diccionario general etimológico de la
lengua castellana, que no se llegó a publicar ni sé dónde se
encuentren tan preciosos materiales. De esta gran obra nos da cuenta
el mismo Villanueva, hablando en su Vida literaria (Londres, 1825) de
sus trabajos y proyectos de 1802 a 1804: Entre tanto, no olvidando
que era individuo de la Academia Española, continuaba trabajando a
mis solas y a ratos perdidos, como lo estuve haciendo algunos años
antes, en el Diccionario etimológico de la lengua castellana, obra
deseada y aun proyectada por la Academia, y nunca emprendida. Ya
cuando tu-ve formados treinta y dos mil artículos, que fué poco
antes de la llegada de Napoleón a Madrid. hice presente a la
Academia mi
empresa, que llamaba yo temeraria, y el estado de
este trabajo, del cual presenté varias muestras, para que,
mandándolas examinar a presencia mía por una Comisión de
individuos doctos en las lenguas orientales, caso de corresponder a
su antiguo deseo, mandase publicar esta obra a nombre de la Academia.
Fueron nombrados para este examen Don Antonio Romanillos y Don Ramon
Cabrera, consejeros de Estado, que aún viven; Don Casimiro Gomez
Canseco, catedrático de lengua griega de los Reales Estudios, y Don
Francisco Berguizas, bibliotecario del rey, que ya son difuntos, y me
parece que otro también, de cuyo nombre no puedo acordarme. Habiendo
dado esta Comisión
un informe muy favorable a aquel Diccionario,
acordó la Academia imprimirle a sus expensas, y que llevase al
frente el nombre de su autor, encargándome que le completase. A
pocos días de este acuerdo atravesó la sierra de Guadarrama el
ejército de Napoleón, con cuyo motivo me retiré a Sevilla con la
Junta central. En aquella ciudad añadí a este Diccionario ocho mil
artículos, aprovechando para ello el hueco que me permitían los
trabajos de la Comisión para que me nombró el Gobierno, encargada
de preparar las materias de disciplina externa que debían tratarse
en las próximas Cortes.
Estas cédulas, que iba yo ordenando en
paquetes por orden alfabético, han desaparecido con mis frecuentes
correrías y el trasiego de mis papeles. (Tomo I, pág. 109.)
También en el tomo II, pág. 384, nos habla el Dr. Villanueva de
que tenía comenzado un Diccionario etimológico geográfico de
España y Portugal.
1827.
807. Etimologías, por D.
Andrés Bello.
Publicadas en el Repertorio americano, año de
1827, y reimpresas en el vol. V, 1881, de las Obras completas de
Bello, publicadas por el Gobierno nacional de Chile.
Estudios
etimológicos sobre los substantivos nadie, nada y sobre el verbo
ser.
1828.
808. Etimologías castellanas, por el Dr.
D. Antonio Puigblanch.
Los conocimientos filológicos de este
autor y las peregrinas noticias que sobre esta ciencia llegó a
atesorar, aconséjannos que pongamos aquí las etimologías que,
esparcidas y en desorden, se hallan en sus Opúsculos gramático
-satíricos. (Véase el número 37.)
Una de las reglas
etimológicas, dice Puigblanch, es que no se busque lejos el origen
de una voz o frase, siempre que pueda hallarse cerca.
En los
autores antiguos son raras las etimologías que puedan llamarse
buenas.
Laméntase del estado (en su tiempo) de estos estudios en
Europa, diciendo que en España están en embrión y fuera de España
en mantillas.
Acerico. -Esto es, hacerico, de hacero por facero
(de faz, en lat. facies ei), que es lo mismo que almohada ó almoada,
según Puigblanch. -Faceruelo: en el poema de Alejandro: “Acuesta
la cabeza sobre el faceruelo”.
Cerrar. -Del lat. serare,
guardar (celar).
Bajo otra forma servare, de sera, guarda, por serva, perdida la v.
(Serva o serba en chapurriau es la
acerola, acerolo)
Ardite. -De una
moneda inglesa de cobre llamada farding, arcáico
fárdingte.
Fierabrás. -De origen inglés.
Jayán (jagán
o gigán en chapurriau). -De origen
inglés, giant, gigante, escrito en castellano como se pronuncia en
inglés, pero dando a la j sonido dental o francés. Entraría en
España, como la anterior, en algún balote
de libros de caballería.
Giralda. -Del arc. giranda, de girar, o
sea veleta de una torre o companario
(campanario).
Francés: gironette, de girer, arcaicos.
Legaña. -Del adj. lat.
lemicanea, entendiéndose sordes, formado de otro adjetivo lemicus,
del sust. lema, ae, legaña en latín. Lemicanea o lemiganea,
lemganea, lenganea, leganea, legaña.
Melindre. -De mellendinum,
deriv. del verbo lat. inusit. mello, is, ere, enmelar o untar con
miel. Ablat.: mellendino, melendiro, melindre. En catalán: melindro,
bizcocho amasado con miel ó azúcar.
Merengue. -De mellendicum,
deriv. del mismo verbo. Ablat.: mellendico, merendigo, merengue.
Hojaldre. -Del nom. foliandinum, materia o cosa que se divide en
hojas; de folio, as, are, dividir en hojas. (Milhojas;
milfulles en chapurriau)
Molino.
-Del nom. molendinum, derivado de verbo molo, is, ere, moler. (Móldre
en chapurriau, molgo, mols, mol, molem, moléu, mólen).
Vericueto.
-Creyó Covarrubias ser de vereda
y cuesta.
Acertó en lo primero, más no en lo segundo. Viene del nom. lat.
veredum (iter), camino veredero, Ablat.: veredo, disminuído
dos veces veredico,
y veredicoto,
y luego mudada la o en ue, como del quotus, escote y escueto. El
vericueto es una
senda muy angosta, sea cual fuere el terreno. De
vericuetos en lo llano se habla en la Jorn. I de la comedia La Dama
Capitán, por D. Diego y D. José de Figueroa; y Cervantes lo usa en
el mismo sentido. Claro es que en la montaña tiene que haber más
sendas angostas que en el llano.
Zaerir. -Corrupción de fazferir
(cara + herir; cara + ferí en
chapurriau).
Además de estas
etimologías, que nos han parecido dignas de atención, publícase en
el primer tomo de los Opúsculos el proyecto de un estudio relativo a
Catorce grupos de cuestiones sobre varios orígenes de la Lengua
castellana, especie de apéndice o suplemento a la gran obra sobre el
origen y genio de nuestro idioma, concebida por Puigblanch. En
aquéllas anuncia las etimologías de las voces siguientes: Cortes,
Hispalis, Sevilla, Españoles (diminutivo hispanioles, espagnolets,
prov. spagnuoletti, italian.), Cantabria, pontífice, sacerdote,
religión, superstición, antruejo (sinónimo de carnestolendas),
maragato, rosicler, mozárabe, tocayo (sinónimo de colombroño),
cogote y pescuezo (contra la opinión de Covarrubias y las de todos
los etimologistas), vellón (moneda), mostrencos (bienes), aguinaldo
y muchacho y zozobrar (que no son arábigas, sino latinas), ramera,
peligro, quisicosa o cosicosa, ajedrez, zarzuela, tertulia, loro,
cotorra, urraca, Madrid, Granada, Meco, madrigal, madroño,
madriguera, mara, Sagra, Carpetania, Escurial, freiles (caballeros de
las Ordenes militares), ginete, hidalgo, acerca de todas las cuales
hace algunas indicaciones, pero todas misteriosas y negativas, de las
que nada se saca en limpio, sin duda para promover la curiosidad y
dejar virgen la materia al estudio que pensaba publicar.
Mequetrefe.
-Del inglés maketrefle, arc. hacedor o fabricante de baratijas.
Orate. -Del lat, orbatus, entendiéndose mente, privado de
entendimiento.
Semos. -Del vulgo castellano, por somos, es el
antiquísimo semus latino, por sumus, ya anticuado en Roma en tiempo
de Augusto. (Semos de Alustante, y qué
le vamos a hacer, si en toda la puta vida lo dejaremos de ser)
Tuve es de tenevi (tenui), antiquísimo pretérito regular de
teneo, es.
Estuve es de stevi, pretérito de steo, es, del cual
formaron los franceses su être
o estre y estere, y nosotros tenemos la primera persona del presente
de indicativo estoi por estoe, el cual se dijo por esteo, traspuesta
la vocal e, así como soi es de soe (soc
en chapurriau), por seo, deriv. de
sedeo, es, en la significación de ser, estar o residir. Dichas
formas del presente del verbo ser las usan los antiguos poetas
castellanos.
Trama. -De transmissa, en sentido de transmissio.
Aragón. -Por Araticon, del adj. Lat. araticum (territorium,
sobrentendido), como país de labranza. Del ablat. aratico, se dijo
aratgo o aradgo, y luego arazgo, arago; con forma aumentativa o
colectiva, Aragón.
1830.
809. Vestigios da lingoa
arabiga em Portugal, ou lexicon etymologico das palavras, e nomes
portuguezes, que tem origem arabica, composto per ordem da Academia
Real das Sciencias de Lisboa, por Fr. Joāo de Souza, Socio da dita
Academia, e Interprete de S. Magestade para Lingua Arabica; e
augmentado e annotado por Fr. Joze de Santo Antonio Moura, Socio da
Predita Academia, Official da Secretaria de Estado dos Negocios
Estranjeros, e Interprete Regio da referida Lingua. Lisboa. Na
typografia da mesma Academia, 1830. Com licença de Sua Magestade.
4.°-1 h. prel. + XVI + 204 págs.
Por orden alfabético
hállanse coleccionados todos los vocablos portugueses que se derivan
del árabe. El Diccionario castellano puede ilustrarse mucho con el
estudio de esta obra, pues en ella se encuentran innumerables
palabras de nuestra lengua, cuyas etimologías están investigadas
con mucho acierto.
1834.
810. Nomenclatura geográfica de
España. Análisis gramatical y filosófico de los nombres de los
pueblos y lugares de la Península, con aplicación a la topografía
y a la historia. Por D. Fermin Caballero. Madrid. Aguado, 1834.
4.°-240 págs. -Estudio muy notable.
1837.
811.
Glossario de vocabulos portuguezes derivados das linguas orientaes e
africanas; excepto a arabe, por D. Francisco de S. Luiz. Lisboa, typ.
da Academia Real das Sciencias, 1837.
812. Diccionario de
Etimologías de la lengua castellana. Obra póstuma de D. Ramon
Cabrera, Prior de Arroniz, Consejero de Estado y Director que fué de
la Real Academia Española, individuo de la de la Historia y de Honor
de la de San Fernando… Publicada por Don Juan Pedro Ayegui: Madrid,
1837.
Dos volúmenes en 4.° -Tomo I: 314 págs. con unos
preliminares sobre etimología. -Tomo II: 838 págs. Nació el autor
en Segovia el 9 de abril de 1754 y murió en Sevilla el 30 de enero
de 1833. -Su obra consta de unas 2.500 etimologías, todas de origen
latino inmediato.
1845.
813. Diccionario Etimológico.
Comprende el de la lengua usual, y los vocabularios de Medicina,
Historia natural y de Geografía. Por D. Juan Peñalver: Madrid.
1845.
Folio.
No se publicaron más que algunas entregas hasta
la palabra Bucero inclusive (160 páginas). -Forma parte del
Panléxíco, comenzado a publicar por el Sr. Peñalver en 1842.
1850.
814. Indice de las palabras castellanas de
origen oriental, por D. Enrique Alix.
Un tomo Ms. en folio,
existente en la Biblioteca Nacional de Madrid. Contiene solamente la
A, la B y parte de la C.
En el Diccionario matriz de la lengua
castellana, proyectado por el Sr. Baralt, del que no se publicó más
que la primera entrega, fué encargado de las etimologías arábigas
este malogrado orientalista, tan versado en las lenguas semíticas,
en las clásicas griega y latina y en la sánscrita.
1853.
815. Lexicon etymologicum linguarum romanarum, italicae,
hispanicae, gallicae. Von Friedrich Diez. Bonn, A. Marcus, 1853.
Un
vol, en 8.°
-Segunda edición: Bonn, A. Marcus, 1861 .
-Tercera
edición, en dos vols.: Bonn, 1869-1870.
-Cuarta edición:
Etymologisches Woerterbuch der romanischen Sprachen, von Friedrich
Diez. Vierte Ausgabe, mit einem Anhang, von August Scheler. Bonn,
Marcus, 1878.
4.°-XXVI 820 págs.
La adición del Sr.
Scheler, que ocupa 75 páginas, no contiene apenas nuevas palabras
añadidas a las que Díez había escogido para estudiarlas: limítase
el editor a consignar las nuevas etimologías propuestas en libros y
revistas filológicas para la explicación de aquellas palabras que
Díez no había sabido explicar o había explicado con inexactitud.
Sin embargo, el Sr. Scheler emite su autorizada opinión, cuando lo
cree conveniente, sobre las proposiciones etimológicas por él
adicionadas y coleccionadas. La gran autoridad filológica del editor
da un valor especial a esta impresión del Woerterbuch (Wörterbuch:
palabras + libro).
Este mismo
año se publicó también el
816. Index zu Diez
Etymologischen Woerterbuch der romanischen Sprachen, von Dr. G. U.
Jarnik. Berlin. Langenscheidt.
8.° -VI -237 págs.
Libro
sumamente útil y necesario para el más cómodo y eficaz uso del
Woerterbuch de Díez. El Sr. Jarnik ha hecho un trabajo con sumo
cuidado e inteligencia, si bien no está formado sobre la última
edición del Diccionario, por haber aparecido antes que ésta, y, por
lo tanto, le falta lo correspondiente al suplemento de la nueva
impresión. No es grande, sin embargo, este inconveniente: el Indice
sirve para toda la parte que es de Díez, pues cada palabra
corresponde a otra que va a la cabeza del artículo, y que, por
consiguiente, se encuentra por su orden alfabético sin tener
necesidad de la indicación de la página.
-Quinta edición del
Díez, también con las adiciones de Scheler: Bonn, Bei Adolph
Marcus, 1887.
4.° may. -XXVI -866 págs.
1855.
817.
Uber die arabischen Worter im Spanischen. Von Freiherrn
Hammer-Purgstall.
Publicado en la Sitzungsbenichte der
philosophisch-historischen Classe der Kaiserlichen Akademie der
Wissenschaften. -Wierzehnter Band. Wien. Aus der R. R. Hof. und
Staatsdruckerei. 1855.
4.° may. -87-132 págs.
Trabajo leído
en la sesión de 14 de noviembre de 1854. En él se estudian las
etimologías de 498 palabras castellanas de origen arábigo, las
cuales están coleccionadas por orden alfabético.
818. Über
die arabische Geographie von Spanien. Von Dr. Freiherrn
Hammer-Purgstall.
Publicado en la Sitzungsbenichte der
philosophisch-historischen Classe der Kaiserlichen Akademie der
Wissenschaften. -Wierzehnter Band. Wien. Aus der R. R. Hof. und
Staatsdruckerei. 1855,
4.° may. -365-424 págs.
Trabajo dado
a conocer a la Academia en la sesión del 6 de diciembre de 1854. En
él se coleccionan 833 nombres geográficos españoles, indicando a
continuación la fuente histórica arábiga, en donde se citan,
acompañada de observaciones etimológicas propias del autor.
1856.
819. Diccionario etimológico de la lengua castellana.
(Ensayo.) Precedido de unos rudimentos de Etimología, por el Dr. D.
Pedro Felipe Monlau, catedrático que fué de Literatura e Historia
en
la Universidad de Barcelona, y ahora de Psicología y Lógica
en la Universidad de Madrid… Madrid. Imp… de M. Rivadeneyra…
1856.
4.°-IX -554 págs. + una de erratas.
-Segtinda
edición, hecha por D. José Monlau, hijo del autor: Madrid, imprenta
de Aribau, 1881.
4.° may. -XVI +1.168 págs. – Texto, a dos
cols.
820. Artículo sobre el Diccionario etimológico de la
lengua castellana, por el Dr. D. Pedro Felipe Monlau.
Escrito por
D. Manuel Milá y Fontanals y publicado en el Diario de Barcelona,
año de 1856.
1856-1857.
821. Estudios
filológico-críticos: etimologías del Doctor Monlau.
Doce
artículos, por A. M. García Blanco, publicados en la Revista de
Instrucción pública, Literatura y Ciencias, periódico semanal:
Madrid, imprenta de C. Moliner. 1° y 2° año, 1856-1857.
Son
artículos de viva y satírica oposición al Diccionario etimológico
del Sr. Monlau.
1861.
822. Glossaire des mots
espagnols et portugais dérivés de l´arabe, par le Doctor W. H.
Engelmann. Leyde, 1861.
-Segunda edición: Par R. Dozy,
professeur d´histoire à l´Université de Leyde et le Dr. W. H.
Engelmann. Seconde édition revue et très considérablement
augmentée. 1869. Leyde E. I. Brill Imprimeur de l´Université.
París Maissonneuve & Cie. 15 Quai Voltaire.
4.°-XII -427
págs.
Se han ocupado de esta obra, consignando en sus estudios
críticos interesantes observaciones etimológicas relativas al
castellano, los autores siguientes:
-M. Mahn en sus Etymologische
Untersuchungen auf dem Gebiete der Romanischen Sprachen: Berlín,
1854-1864, pág. 143. Obra publicada por cuadernos; el último llega
hasta la pág. 160.
-M. Gosche en el suplemento al volumen XX del
diario de la Sociedad asiática de Alemania, Wissenschaftlicher
Jahresbericht über die morgenländischen Studien, 1859 bis 1861,
pág. 248.
-M. Müller en el Boletín de sesiones de la Academia
de Munich, Sitzungsberichte der königl. bayer. Akademie der
Wissenschaften, año 1861, tomo II, págs. 95-115.
-M. Defrémery
en el Journal Asiatique, année 1862, tomo I, págs. 82-96.
1862.
823. Vocabulario matemático -etimológico, seguido de un
breve índice de matemáticos célebres y de sus obras más notables,
por D. Felipe Picatoste y Rodríguez. Madrid. 1862.
8.° may.
-135 págs.
1865.
824. Etimologías de las palabras
Abogado, Abril, César, Ebro, Juglar, Neron, Samson y Ulises, por A.
del Pinar y Juan J. Bueno.
Págs. 130, 153, 154, 183 y 184 de El
Consultor universal (Notes and Queries español), 1865.
825.
Etimología de proletario, por Antonio Y. A. Jardaní y José C.
Bruno.
Págs. 7 y 24 de El Consultor universal (Notes and Queries
español), 1865.
826. Etimología de Rambla.
Págs. 99,
123, 124, 184 y 185 de El Consultor universal (Notes and Queries
español), 1865.
1868.
827. Etimología de la voz
perro, por J. M. E. de la Peña (José M. Escudero de la Peña), Roca
y A. P. B. Artículos insertos en el periódico El Averiguador, tomo
I, primera serie: Madrid, imp. de Manuel Galiana, año 1868.
4.°-Columnas 24, 57, 298.
828. Etimología de la voz
parapeto, por E. S. y R.
Artículos insertos en las columnas 214
y 228-229 del periódico El Averiguador, tomo I, Ia serie: Madrid,
imp. de Manuel Galiana,
1868.
829. Etimología de la voz laton, por E. Maffei, R. y
E. S.
Artículos insertos en el periódico El Averiguador, tomo
I, primera serie. Imp. de Manuel Galiana: Madrid. 1868.
4.°-Columnas
275, 276, 278, 279, 296, 309-312, 323, 324, 338-340.
830.
Oxte ni moxte. Significado, etimología y origen de estas voces, por
M. Droap (Mariano Pardo de Figueroa) y C.
El Averiguador, tomo I,
primera serie: Madrid. imp. de Manuel Galiana, 1868.
4.°
-Columnas 121 y 134.
831. Etimología de gastador, por R. P.
J. Monlau y Roca y un retirado.
El Averiguador, tomo I, primera
serie: Madrid. imp. de Manuel Galiana, 1868.
4.°-Columnas 8, 9,
57, 58, 105 y 106.
832. Historia de la partícula Don,
antepuesta á los patronímicos, por C. y E. S.
El Averiguador,
tomo I, primera serie: Madrid. imp. de Manuel Galiana, 1868.
4.°-Columnas 153 y 163.
833. Origen y significado de la
palabra manta, en estas locuciones: Habia
gente á manta de Dios, está lloviendo a manta de Dios, por Latour.
Artículo inserto en El Averiguador, tomo I, primera serie,
columnas 263-264: Madrid, imprenta de Manuel Galiana, 1868.
834.
Etimología de clarificar = claro y facere, por C. (clarificá
= cla y fé, fé cla en chapurriau)
El
Averiguador, tomo I, primera serie, columna loi: Madrid, imp. de
Manuel Galiana, 1868.
835. Etimología de la dicción agur,
por H. Landrin y por Miguel. Dice el primero que procede del basco;
el segundo que del hebreo.
Columnas 39 y 58 del periódico El
Averiguador, tomo I, primera serie: Madrid, imp. de Manuel Galiana,
1868.
836. Etimología de la voz alarde, por R. -Del árabe
áardh, según Kasimirski en su Diccionario árabe-francés.
Columna
278 de El Averiguador, tomo I, primera serie: Madrid, imp. de M.
Galiana, 1868.
837. Origen e historia de la palabra alférez,
por L. T. C. y R. R.
Columnas 169, 196, 229 y 230 del
periódico El Averiguador, tomo I, primera serie: Madrid, imp. de M.
Galiana, 1868.
838. Etimología de la voz bledo = *griego,
blitum, por J. M. E. (Blet en
chapurriau.)
Número 21 de El
Averiguador, columna 323, tomo I, primera serie: Madrid, imp. de M.
Galiana, 1868.
839. Etimología de la dicción bergante, *g,
por A. F.-G. y O. (Aureliano Fernández-Guerra y Orbe).
Columna
266 de El Averiguador, tomo I, primera serie: Madrid, imp. de Manuel
Galiana, 1868.
840. Etimología de arcabuz, por C.
Columnas
102 y 103 de El Averiguador, tomo I, primera serie: Madrid, imp. de
M. Galiana, 1868.
1871.
841. Interpretación de dos
frases que se leen en un documento del siglo IX.
Artículo por D.
Pedro Pérez de la Sala. Memorias de la Academia Española, tomo III:
Madrid. 1871, págs. 626-627.
El autor prueba que sepes no es
errata de retes, ni várgano derivado de vergatum (caña de pescar),
como Muñoz y Romero afirma en su Colección de fueros, sino que
ambas palabras significan cierta manera de cerrar las fincas con una
palizada alrededor. También escribe este autor que sallare
no procede de salar,
sino de sallar,
que es la operación de remover la tierra, encomendada por lo común
á las mujeres, después que la planta ha brotado.
842.
Etimología y valor de la palabra res,
por D. Antonio Paz y Melia.
Artículo inserto en El Averiguador,
tomo I, segunda época: Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1871.
4.°-Pág.
308.
843. Verdadero significado, etimología y origen del uso
de la voz Filatelia, por el Dr. Thebussen (D. Mariano Pardo de
Figueroa) y A. Rentero.
Artículos insertos en El Averiguador,
tomo I, 2a época: Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1871.
4.°-Págs.
89 y 102.
844. Etimología de mancebo, a, por A.(ntonio)
P.(az) y M. (elia).
El Averiguador, tomo I, 2a época: Madrid,
imp. de M. Rivadeneyra, 1871.
4.°-Pág. 307.
845.
Etimología y origen de la voz fonda, por J. R. y N. M. Fabra.
Artículos insertos en El Averiguador, tomo I, 2a época: Madrid,
imp. de M. Rivadeneyra, 1 87 1.
4.°-Págs. 291 y 323.
846.
Etimologías de nombres geográficos (Amandi, Orandi, Viventi,
Lleranti), pueblos de Astúrias,
por J. M. de M.
Artículo inserto en El Averiguador, tomo I, 2a
época: Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1871.
4.° -Págs. 228 y
229.
847. Etimologías de apellidos castellanos, por D. José
Godoy Alcántara.
Con gran erudición y sagacidad filológica
dilucida este autor el origen y formación de porción
considerabilísima de apellidos castellanos en su Ensayo histórico,
etimológico y filológico, relativo a dicho asunto, premiado por la
Real Academia Española y publicado en Madrid, imp. de M.
Rivadeneyra, año de 1871. (Véase el núm. 62.)
848.
Etimologías de apellidos castellanos, por D. Ángel de los Rios
y Ríos.
Son muchas las que se estudian con particular
acierto en su Ensayo histórico etimológico y filológico sobre los
apellidos castellanos, premiado en segundo lugar por la Real Academia
Española en el concurso público de 1869 y 1870 y publicado en
Madrid, imprenta de Manuel Tello, año de 1871. (Véase el núm. 63.)
849. Etimología de la dicción católico.
Artículos por
J. R. T. C. y José C. Bruna, insertos en El Averiguador, tomo I, 2a
época: Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1871.
4.° -Págs. 168, 198
y 229.
850. Etimología y acepciones de la voz acenia o
azeña, por V. V. y F. C.
En la Revista de Archivos, Bibliotecas
y Museos, págs. 15, 31, 60 y 62 del tomo I: Madrid, imp. de
Rivadeneyra, 1871.
851. Etimología y significado del
arcaísmo del siglo XI, alaver o alaues, por V. V.
Págs. 15, 31
y 32 del tomo I de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos:
Madrid. imp. de Rivadeneyra, 1871.
852. Etimología y
acepciones de la voz alfoz, por V. V. y F. C.
Págs. 15, 48 y 63
de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, tomo I: Madrid. imp.
de Rivadeneyra, 1871.
853. Etimología de la voz amarillo,
por A. P. y M.
Págs. 206, 238 y 239 del tomo I de la Revista de
Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1871.
854. Sobre la etimología de la voz aquelarre, por F. R. de
C.
En la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, tomo I, pág.
319: Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1871.
855. Etimología y
significado del vocablo arienzo o argenceo, por V. V.
Págs. 79,
95 y 96 del tomo I de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos:
Madrid. imp. de Rivadeneyra, 1871.
856. Etimología y
significado del adjetivo arcaico esmolida o esmoluda, por J. M. E. y
F. y A. M. G. B.
En la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos,
págs. 237, 254 y 255 del tomo I: Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1871.
857. Etimología y acepciones de la voz atondo, por P. I.
Págs. 15 y 47 de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos,
tomo I: Madrid, imprenta de Rivadeneyra, 1871.
858.
Etimología de la voz azulejo, por V. V.
Pág. 175 del tomo I de
la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid, imprenta de
Rivadeneyra, 1871.
859. Origen y acepción de la voz arcaica
valdosa o baldosa (= instrumento músico), por F. A. Barbieri, V. V,
C. B. y O.
En la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos,
tomo I, págs. 110, 111, 127, 128, 141, 142, 189, 190, 206 y 207:
Madrid, imprenta de Rivadeneyra, 1871.
860. Sobre la
etimología de la voz calumpnia.
En la Revista de Archivos,
Bibliotecas y Museos, tomo I, pág. 206: Madrid, imp. de Rivadeneyra,
1871.
Media denarios, por V. V.Págs. 254 y 271 del tomo I de la Revista de
Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid. imp. de Rivadeneyra, 1871.
862. Etimología y acepción de la palabra
escalfar,
usada en los tiempos medios, por V. V.
Págs. 222, 255 y 256 del
tomo I de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid, imp.
de Rivadeneyra, 1871.
863. Etimología y significación de la voz
arcaica estopos
(siglo XIII), por V. V.
En la Revista de Archivos, Bibliotecas y
Museos, tomo I, págs. 189 y 270: Madrid. imp. de Rivadeneyra, 1871.
864. Etimología y significado de la palabra fonsadera, por V. V.
Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, tomo I, págs. 47, 79
y 80: Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1871.
865. Etimología de
Fuenterrabía, por V. V.
Revista de Archivos, Bibliotecas y
Museos, tomo I: Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1871, págs. 30 y 63.
866. Etimología y significado de guadalmeci,
por J. M. E. y F. y V. V.
Revista de Archivos, Bibliotecas y
Museos, tomo I, págs. 237 y 288: Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1871.
867. Etimología y acepción arcaica de la voz pano (= paño),
por G. E. de la P.
Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos,
tomo I, págs. 94 y iii: Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1871.
868.
Etimología y acepción arcaica de la voz medioeval prieto (= color
oscuro), por P. y V. V.
Págs. 141, 175 y 176 del tomo I de la
Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid, imp. de
Rivadeneyra, 1871.
869. Etimología y significado de senescal
( = dignidad, cargo ú oficio de la Edad Media), por J. M. G. y J. H.
Págs. 222, 239, 334 y 335 de la Revista de Archivos, Bibliotecas
y Museos, tomo I: Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1871.
870.
Etimología y acepción de la voz medioeval vero ( = color gris), por
V. V.
Págs. 30 y 47 del tomo I de la Revista de Archivos,
Bibliotecas y Museos: Madrid. imp. de Rivadeneyra, 1871.
871.
Etimología y significado de la voz zauazogue
o zauazaul.
por V, V.
Págs. 206 y 239 del tomo I de la Revista de Archivos,
Bibliotecas y Museos.: Madrid. imp. de Rivadeneyra, 1871.
1871-72.
872. Etimología de la voz
caton, en el sentido de libro elemental de escuela, por P. S. y D. F.
de B. P. y P. S. y D.
Artículo inserto en El Averiguador, tomo I
y II, 2. época: Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1871 y 1872.
Pág.
371 del t. I, y págs. 103, 105 y 339 del t. II.
1872.
873.
Etimología de la palabra azogue (mercurio),
en su doble acepción de metal y de mercado.
Artículo por J. M.
de M, en El Averiguador, tomo II, 2a época: Madrid. 1872.
4.°-Pág.
310.
874. Origen de la voz barroco, por F. de H.
Artículo
en El Averiguador, tomo II, 2a época: Madrid, imp. de Rivadeneyra,
1872.
4.° -Pág. 261.
875. Etimología de la palabra
dama, por M. D.
Artículo en El Averiguador, tomo II, 2a época:
Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1872.
Pág. 325.
876.
Etimología de foragido,
por F. de H. y Aaron Lydralds.
Artículos en El Averiguador, tomo
II, 2a época: Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1872.
4.° -Págs.
295 y 311.
877. Etimología de la voz vulgar gabacho,
por G. y P. S. y D.
Artículos en El Averiguador, tomo II, 2a
época: Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1872.
4.°-Págs. 20 y 53.
878. Origen y etimología del adjetivo macarrónico,
aplicado al lenguaje y estilo ridículo y chabacano, por E. M. y M.
R. F.
Artículos en El Averiguador, tomo II, 2a época: Madrid.
1872.
4.°-Págs, 105 y 132-133.
879. Sobre la voz
marqués y su etimología, por J. M. de M. y J. M. de P.
Artículos
en El Averiguador, tomo II, 2a época: Madrid, imp. de Rivadeneyra,
1872.
4.°-Págs. 5-7, 21-23.
880. Etimología de la voz
almuzara o
almozara,
por J. H. y V. V.
Págs. 242, 306 y 307 del tomo II de la Revista
de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid, imp. de Rivadeneyra. 1872.
881. Etimología e historia de la voz almirante, por V. C. y
V. V.
Págs. 306 y 324 de la Revista de Archivos, Bibliotecas y
Museos, tomo II: Madrid, imprenta de Rivadeneyra, 1872.
882.
Etimología de ahnexia o almegi (= traje o túnica), por S. C. y V.
V.
Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, tomo II, págs. 94
y 211: Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1872.
883. Etimología de la
voz arancel o alancel, por J. C. y V. V.
Págs. 242 y 258 del
tomo II de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid. imp.
de Rivadeneyra, 1872.
884. Etimología y significado de las
voces azaguaria y azaria, por T. de C. y V. V.
Págs. 62, 126 y
127 del tomo II de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos:
Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1872.
Págs. 339, 356 y 371 del tomo
II de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid, imp. de
Rivadeneyra, 1872.
S.C. y V.V.
Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid, imp. De Rivadeneyra, 1872.
886. Etimología y significado de mazmodinas
jucefias (= monedas de oro de la Edad Media, siglos XIII y XIV), por
P. I. y V. V.
Págs. 306 y 339 del tomo II de la Revista de
Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid. imp. de Rivadeneyra, 1872.
887. Etimología y significado de melquis
(morabitis melquis), por J. R. y J. M. G. B.
Págs. 80 y 95 de la
Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid, imp. de
Rivadeneyra, 1872.
888. Etimología y significado de la voz
arcaica placas, por M. y V. V.
Págs. 94 y 211 del tomo II de la
Revista de Archivos, Bibliotecas y Muscos: Madrid. imp. de
Rivadeneyra, 1872.
889. Etimología y significado de la
palabra recova, por V. V.
Págs. 306, 339 y 340 del tomo II de la
Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid, imp. de
Rivadeneyra, 1872.
890. Etimología y significado de la voz
tazmia, por A. M. G. B.
Págs. 275 y 276 del tomo II de la
Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid. imp. de
Rivadeneyra, 1872.
891. Etimología de la palabra
veterinaria, por G.W. y V.V.
Págs. 355 del tomo II y 15 y 16 del
tomo III de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid,
imp. de Rivadeneyra, 1872 y 1873.
1872-1883.
892.
Etimologías castellanas, por D. Francisco Rodriguez
Marin,
En la notable colección intitulada, Cantos populares
españoles, recogidos, ordenados e ilustrados por Francisco Rodriguez
Marin:
Sevilla, Francisco Alvarez y Compañía, editores. Tip. de los
mismos, 1872-1883.
4.°, 5 tomos, hay muchas notas en donde con
claro juicio y gran erudición define el autor considerable número
de voces provinciales, particularmente andaluzas; esclarece muchas
etimologías de voces castellanas; explica gran copia de frases
proverbiales y modos de decir, y da nuevos sentidos aplicados a
varias voces de nuestro Diccionario.
1873
893. Etymologies espagnoles, por
Carolina Michaelis.
Fechadas en Berlín a 27 de septiembre de
1872, y publicadas en la Romania, segundo año, 1873, págs. 86-gi.
Estudia con extensión las de las voces siguientes: zaherir
(metátesis de facerir = faz herir); zabullir (de sepelire, lat.;
sepelir, en Berceo; sebellir, en el lib. de Alejandro; sebollir,
sobolir, en el lib. de Apolonio); zabucar (= bazucar, rad., buc);
zahor (zuhûr,
aráb. raíz, zahara, zahira, zahoura). En la argumentación de que
se sirve la autora en los cuatro artículos citados, menciona otras
muchas palabras castellanas (antiguas y modernas), ya como
excepciones o como ejemplos de las leyes que propone.
894.
Estudios históricos y filológicos sobre la literatura
arábigo-mozárabe, por Francisco Javier Simonet.
Págs. 292-310,
546-561 de la Revista de la Universidad de Madrid. 2a época, tomo I:
Madrid, imp. y estereot. de M. Rivadeneyra, 1873, y págs. 55-68,
522-544 del tomo II de la misma Revista, el mismo año de 1873
impreso.
Contienen estos artículos porción considerable de
vocablos árabes con sus correspondencias castellanas y latinas, que
comprueban con toda evidencia la forma hispano-latina de aquéllos.
El autor los toma de códices de las Bibliotecas Nacional de Madrid.
de la del Escorial, de la del Museo Británico, etc.
895.
Etimología y significado de las voces roboramiento, alboroque y
aliala, por P. R. J. A. L. y E. de la P. Págs, 14, 62, 63, 111, 112,
126 y 127 de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, tomo III:
Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1873.
896. Etimología y
significado de la voz almoina, almosna (limosna;
almoina en chapurriau), por B. y P. S.
Págs. 303 y 352 de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos,
tomo III: Madrid, imprenta de Rivadeneyra, 1873.
897.
Etimología y significado de la voz arcaica atijareros, por F. O. y
V. V.
En la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, tomo III,
págs. 31 y 175: Madrid. imp. de Rivadeneyra, 1873.
898.
Etimología y significado de la voz arcaica azoforas,
por A. C. y P. S.
Págs. 240 y 304 del tomo III de la Revista de
Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1873.
899. Etimología y acepción de la palabra bodigo,
por J. S. y V. V.
Págs. 95 y 192 del tomo III de la Revista de
Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid. imp. de Rivadeneyra, 1873.
900. Etimología de bufo, bufon (bufón),
por V. V.
En la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, pág.
175 del tomo III: Madrid. imp. de Rivadeneyra, 1873.
901.
Etimología y significado de la palabra cuytre o cuitre, por P. S. y
D. y V. V.
Págs. 351 del tomo III y 31 del tomo IV de la Revista
de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid, imp. de Rivadeneyra y
Aribau, 1873 y 1874.
902. Etimología y significado de la
palabra cuzolos,
por C, V. V. y P. S.
Págs. 31, 79, 80 y 111 del tomo III de la
Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid, imp. de
Rivadeneyra, 1873.
903. Etimología de la palabra esclavo,
por R. y E. de la P.
Págs. 207 y 240 del tomo III de la Revista
de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1873.
904. Etimología de la palabra español,
por J. S. y V. V.
Págs. 351 y 374 del tomo III de la Revista de
Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1873.
905. Etimología de la voz friso,
por A. M. y J. M. E. de la P.
Págs. 48 y 208 del tomo III de la
Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid. imp. de
Rivadeneyra, 1873.
906. Etimología de añalejo,
gallofa,
por J. S. y P. S. y D.
Págs. 287 y 352 del tomo III de la
Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid. imp. de
Rivadeneyra, 1873.
907. Etimología y acepciones de las voces
lictor,
sayon (sayón),
alguacil,
por J. E. y J. A. L.
Págs. 79, 95 y 96 del tomo III de la
Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid, imprenta de
Rivadeneyra, 1873.
908. Etimología y significado de la voz
mazarí,
por V. V.
Págs. 31 y 32 del tomo III de la Revista de Archivos,
Bibliotecas y Museos: Madrid. imp. de Rivadeneyra, 1873.
909.
Etimología de la voz provincial sargantesa,
por P. S. y D.y V. V.
Págs. 351 y 368 del tomo III de la Revista
de Archivos, Bibliotecas y Museos: Magaña, imp. de Rivadeneyra,
1873.
910. Etimología de la voz provincial sarrio,
por V. V. Pág. 303 del tomo III de la Revista de Archivos,
Bibliotecas y Museos: Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1873.
911.
Etimología y valor de la palabra antigua squalido
(escuálido), por P. P. S. y D. y V. V.
Págs. 31, III, 159 y 1 60 del tomo III de la Revista de
Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1873.
912. Etimología y significado de la antigua voz foral
vuelta,
por J. O. y V. V.
Págs. 48, 207 y 208 del tomo III de la Revista
de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid, imp. de Rivadeneyra, 1873.
1874.
913. Etimología de acera, por J. A. y A. M. G.
B.
Págs. 14, 60 y 61 del tomo IV de la Revista de Archivos,
Bibliotecas y Museos: Madrid, imp. de Aribau y Compañía, 1874.
914. Etimología de alambre, por V. V. Págs.
468 y 469 del tomo IV de la Revista de Archivos, Bibliotecas y
Museos: Madrid. imp. de Aribau y Compañía, 1874.
915.
Etimología de aljama
y aljamía,
por M. H. y F. C.
Págs. 29 y 95 del tomo IV de la Revista de
Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid. imp. de Aribau y Compañía,
1874.
916. Etimología de arraez,
por M. M. y F. C.
Págs. 30, 95 y 96 del tomo IV de la Revista de
Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid, imp. de Aribau y Compañía,
1874.
917. Etimología de la palabra artillero, por R. y V.
V.
Págs. 60, III y 112 del tomo IV de la Revista de Archivos,
Bibliotecas y Museos: Madrid, imp. de Aribau y Compañía, 1874.
918. Etimología y significado de la palabra cenogil,
por A. S. B. y A. M. G. B.
Págs. 28 y 95 del tomo IV de la
Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid. imp. de Aribau y
Compañía, 1874.
919. Etimología de cilicio,
por J. S. J. María Bisbar y A. M. G. B.
Págs. 28, 78 y 94 del
tomo IV de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid, imp.
de Aribau y Compañía, 1874.
920. Etimología de concierto,
por P. S. y D. y A. M. G. B.
Págs. 28 y 63 del tomo IV de la
Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid. imp. de Aribau y
Compañía, 1874.
921. Sobre la etimología de férreo
y ferruginoso,
por J. S. y José María Bisbar.
Págs. 46 y 467 del tomo IV de
la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid. imp. de Aribau
y Compañía, 1874.
922. Origen de la voz follon (follón),
por B. Pág. 29 del tomo IV de la Revista de Archivos, Bibliotecas y
Museos: Madrid, imp. de Aribau y Compañía, 1874.
923.
Etimología y significado de la voz arcaica frixidera,
por A. B. y V. V.
Págs. 124 y 160 del tomo IV de la Revista de
Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid. imp. de Aribau y Compañía,
1874.
924. Origen y acepción de la palabra fufu,
por M. M. y A. M. G. B.
Págs. 30, 94 y 95 del tomo IV de la
Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid, imp. de Aribau y
Compañía, 1874.
925. Etimología de las palabras fulano,
mengano, zutano, por A. M. G. B.
Pág. 240 del tomo IV de la
Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid, imprenta de Aribau
y Compañía, 1874.
926. Etimología de fusil, por V. V.
Págs. 467 y 468 del tomo IV de la Revista de Archivos,
Bibliotecas y Museos: Madrid. imp. de Aribau y Compañía, 1874.
927. Origen de la palabra gaceta, por J. M. Bisbar.
Pág.
III del tomo IV de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos.
-Madrid, imprenta de Aribau y Compañía, 1874.
928.
Etimología de galimatías, por J. M. José María Bisbar y B.
Págs.
46, 93 y 144 del tomo IV de la Revista de Archivos, Bibliotecas y
Museos: Madrid, imp. de Aribau y Compañía, 1874.
929.
Etimología de gallipuente,
por P. S. y D. y A. M. G. B.
Págs. 14, 15 y 63 del tomo IV de la
Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid, imp. de Aribau y
Compañía, 1874.
930. Etimología y significado del arcaísmo
garon, por
E. L. S. y B.
Págs. 403 y 419 del tomo IV de la Revista de
Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid. imp. de Aribau y Compañía,
1874.
931. Origen y significado del provincialismo aragonés
antiguo giguentena o gigantena, por J. A. L.
Págs. 401 y 402 del
tomo IV de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid. imp.
de Aribau y Compañía, 1874.
932. Etimología de gritar, por
Cárlos M.
Perier y A. M. G. B.
Págs. 192, 239 y 240 del tomo IV de la
Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid, imp. de Aribau y
Compañía, 1874.
933. Origen de la palabra naipes, por E. L.
S.
Pág. 192 del tomo IV de la Revista de Archivos, Bibliotecas y
Museos: Madrid, imp. de Aribau y Compañía, 1874.
934.
Etimología del provincialismo aragonés nebleros,
por P. S. y D. y A.M. G. B.
Págs. 14 y 63 del tomo IV de la
Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid. imp. de Aribau y
Compañía, 1874.
935. Etimología de la palabra novios, por
José María Bisbar.
Pág. 144 del tomo IV de la Revista de
Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid, imprenta de Aribau y
Compañía, 1874.
936. Origen de la voz ológrafo,
por I. J . y V. V.
Págs. 29 y 79 del tomo IV de la Revista de
Archivos, Bibliotecas y Museos: Madrid. imp. de Aribau y Compañía,
1874.
937. Filología arábigo -hispana, por D. Francisco J.
Simonet.
Págs. 273-291 de la Revista de la Universidad de
Madrid. 2a época, tomo IV: Madrid. imp. de Aribau, 1874.
Contiene
gran número de vocablos hispano-latinos e ibéricos.
1875.
938. Estudios filológicos. Del dialecto hispano -mozárabe.
Artículos por D. F. J. Simonet, publicados en La Ilustración
Española y Americana, núms. I, IV y IX, correspondientes al 8 y 30
de enero y 8 de marzo de 1875.
939. Etimología de la
palabra usted.
por S. F. (Vosté en chapurriau)
Pág.
320 de la Revista Europea, tomo V, 1875: Madrid, imprenta calle del
Rubio, número 25.
940. Etimología de túnel,
por A. de la C. y F. de C.
En la Revista de Archivos, Bibliotecas
y Museos, año V, págs. 105 y 123, núms. 6.° y 7.°: Madrid, imp.
de Aribau y Compañía, 20 de marzo y 5 de abril de 1875.
941.
Etimología de saboneta,
por ** y José María Bisbar.
En la Revista de Archivos,
Bibliotecas y Museos, año V, págs. 15 y 122, núms. 1: y 7.°:
Madrid, imp. de Aribau y Compañía, 15 de enero y 5 de abril de
1875.
942. Sobre la etimología de la voz sable, por J. S.
En la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, año V, pág.
31, núm. 2:: Madrid, imprenta de Aribau y Compañía, 31 de enero de
1875.
943. Sobre la etimología de las palabras rostro y
cara, por V. V.
En la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos,
año V, págs. 355 y 356, núm 21: Madrid, imp. de Aribau y Compañía,
5 de noviembre de 1875.
944. Etimología y explicación
histórica de la voz inclusa.
Nota por P. S. y D.
En la Revista de Archivos, Bibliotecas y
Museos, año V, núm. 3:, pág. 55: Madrid, imprenta de Aribau y
Compañía, 15 de febrero de 1875.
945. Origen de la voz en
cinta = embarazada, por B.
En la
Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, año V, núm. 21, pág.
355: Madrid. imp. de Aribau y Compañía, 5 de noviembre de 1875.
946. Etimología de la voz barga
y del apellido Vargas,
por F. de C.
En la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, año
V, núm. 7.°: Madrid, imp. de Aribau y Compañía, 5 de Abril de
1875, pág. 122.
947. Sobre la etimología y significado de
las voces arcaicas allariba
y trasoguero
y de la frase finió con tronido,
por F. de C.
En la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, año
V, núm. 7.°: Madrid, imp. de Aribau y Compañía, 5 de Abril de
1875, pág. 122.
948. Etymologies, par H. Schuchardt.
Publicadas en la Romania, 46 année, 1875, págs. 253 y 257.
Entre ellas ocúpase de la etimología de las voces españolas
aguinaldo, aguilando, perol, aunque no ofrece ninguna clara y
convincente.
1876.
949. Etimología de abuela, por
Don José María Sbarbi, M. S. y V. M. F. de C.
Pág. 45 de El
Averiguador, tercera época: Marzo, Mayo y Junio de 1876, números 3.
5 y 6.
950. Origen de la palabra aguardiente, por J. M. S.
(aigua ardén, aiguardén en chapurriau; aqua vitae : aquavit típico
en los países escandinavos.)
Pág. 72 de El Averiguador, tercera
época: Mayo de 1876, núm. 6.
951. Etimología de Alcarria,
por H. T.
Pág. 63 de El Averiguador, tercera época: Abril de
1876, núm. 5.
952. Etimología de barroco, barroquismo, por
E. R.
Pág. 63 de El Averiguador, tercera época: Abril de 1876,
núm. 4.
953. Etimología de bigote, por José M. Sbarbi.
Pág. 47 de El Averiguador, tercera época: Marzo de 1876, núm.
3.
1878.
954. Prólogo del primer Diccionario
etimológico de la lengua española, por D. Roque Barcia. París,
tipografía de Lahure, calle Fleurus, 1878.
955. Estudio
etimológico sobre la voz española hisca,
por G. J. Ascoli.
En la miscelánea de su Archivio Glottologico
Italiano… Volume terzo: Roma, Torino, Firenze, Ermanno Loescher,
1878, páginas 462 y 463.
956. Studi di Etimología italiana
e romanza, osservazioni ed aggiunte al Vocabolario etimologico delle
lingue romanze, di Friedrich Díez del D.re N. Caix, professore nel
R. Istituto di studi superiori di Firenze. Firenze, Sansoni, 1878.
8.°-XXXV -213 págs.
Véase la Romania, págs. 616-620, 8e
année, 1879; artículo de Gaston Paris, acerca del libro arriba
indicado.
957. Etymologies espagnoles, por J. Cornu.
Publicadas en la Romania, 7e année, 1878, Págs. 595-596.
Trata
de las de burdo-a (= brutum-am) y dizer, decir (= decidere).
1879.
958. Etimología de la palabra ampo,
por José María Sbarbi.
Págs. 125 y 126 del tomo I de El
Averiguador universal: Madrid. 1879.
959. Etimología de la
palabra avanzada, por D. A. B.
Pág. 108 del tomo I de El
Averiguador universal: Madrid. 1879.
960. Etimología de
avellano, por S.
Págs. 13 y 14 del tomo I de El Averiguador
universal: Madrid. 1879.
961. Etimología de behetría.
Págs. 169, 242 y 243 del tomo I de El Averiguador universal:
Madrid. 1879.
962. Sobre el origen de la palabra bolonio,
por J. S. y José María Sbarbi.
Págs. 5, 15 y 16 del tomo I de
El Averiguador universal: Madrid. 1879.
963. Origen de la
palabra botella,
por José María Sbarbi.
Págs. 171, 191 y 204 del tomo I de El
Averiguador universal: Madrid. 1879.
964. Origen de la
locución provincial de Andalucía de
buten, por Fernando Belmonte.
Págs.
305 y 327 del tomo I de El Averiguador universal: Madrid. 1879.
965. Etimología de caldo, por José María Sbarbi.
Pág.
274 del tomo I de El Averiguador universal: Madrid. 1879.
966.
Etimología de la voz capricho, por José María Sbarbi,
Págs.
13 y 37 del tomo I de El Averiguador universal: Madrid. 1879.
967.
Origen y acepción de la voz colofon (colofón), por A. y José María
Sbarbi.
Págs. 203 y 261 del tomo I de El Averiguador universal:
Madrid. 1879.
968. Etimología de disfraz, por José María
Sbarbi.
Pág. 259 del tomo I de El Averiguador universal: Madrid.
1879.
969. Orígenes del tecnicismo musical do.
Pág. 174 del tomo I de El Averiguador universal: Madrid. 1879.
970. Origen de la voz doblar
en la acepción de tocar las campanas a muerto.
Págs. 203 y 229
del tomo I de El Averiguador universal: Madrid. 1879.
971 .
Etimología de espárrago,
por S.
Pág. 13 del tomo I de El Averiguador universal: Madrid.
1879.
972. Etimología de la palabra fútil,
por José María Sbarbi.
Págs. 296 y 297 del tomo I de El
Averiguador universal: Madrid. 1879.
973. Etimología del
tecnicismo militar glacis o glasis.
Págs. 4 y 14 del tomo I de
El Averiguador universal: Madrid. 1879.
974. Etimología del
provincialismo cubano guaracha,
por X. y W.
Págs. 89 y 174 del tomo I de El Averiguador
universal: Madrid. 1879.
975. Origen de la palabra hulla.
Págs. 4 y 59 del tomo I de El Averiguador universal: Madrid.
1879.
976. Etimología de la palabra lacre.
Pág. 244 del tomo I de El Averiguador universal: Madrid. 1879.
977. Etimología de la palabra malvabisco,
por José María Sbarbi.
Págs. 10 y 106 del tomo I de El
Averiguador universal: Madrid. 1879.
978. Etimología y
verdadera significación de la palabra manes.
Págs. 242, 291 y 292 del tomo I de El Averiguador universal:
Madrid. 1879.
Pág.
160 del tomo I de El Averiguador universal: Madrid. 1879.
980. Etimología de la palabra muñeca.
Pág.
340 del tomo I de El Averiguador universal: Madrid. 1879.
981.
Etimología de la palabra odalisca.
Pág. 36 del tomo I de El Averiguador universal: Madrid. 1879.
982. Etimología de la palabra pantalon (pantalón), por G.
M. y B.
Pág. 106 del tomo I de El Averiguador universal: Madrid.
1879.
983. Origen de la palabra pontífice,
por E. I. A.
Págs. 90 y 91 del tomo I de El Averiguador
universal: Madrid. 1879.
984. Sobre la etimología de
salvadera.
Págs. 41 y 61 del tomo I de El Averiguador universal: Madrid.
1879.
985. Etimología de sambenito, por N. R. P. y la
Redacción.
Págs. 5 y 28 del tomo I de El Averiguador universal:
Madrid. 1879.
986. Etimología de la voz provincial de
Salamanca, sayaguesa,
por N. Díaz y Pérez, A. G. F. y C. F. D.
Págs. 305, 306, 327,
374, 375, 376 y 377 del tomo I de El Averiguador universal: Madrid.
1879.
987. Etimología de la palabra siglo, por José María
Sbarbi.
Págs. 326 y 327 del tomo I de El Averiguador universal:
Madrid. 1879.
988. Etimología de la palabra siesta,
por León Carnicer.
Pág. 143 del lomo I de El Averiguador
universal: Madrid. 1879.
989. Etimología de sieso,
por E. C. D. M. y José María Sbarbi.
Págs. 154 y 274 del tomo
1 de El Averiguador universal: Madrid. 1879.
990. Etimología
de Zutano y Fulano.
Pág. 35 del tomo I de El Averiguador
universal: Madrid. 1879.
991. Etimología de la palabra
veterinaria, por R. P.
Págs. 139, 140 y 141 del tomo I de El
Averiguador universal: Madrid. 1879.
992. Etymologisches, von
W. Foerster.
Zeit. f. Rom. Philol. tomo III, 1879, páginas
561-568.
Vocablos castellanos: encentar, lóbrego, nata, hoto,
arcáico.
993. Etymologies. Por J. Ulrich.
En la
Miscelánea de la Romania, 8.°, año, 1879, pág. 264.
Trata de
las castellanas de amonestar (monere,
monestus) y carestía (carere,
carestus).
994. Etymologisches, von Hermann Rönsch.
Zeit.
f. Rom. Philol. Herausgegeben von Dr. Gustav Gröber, professor an
der Universität Breslau, 1879, III Band. Halle, Max Niemeyer, 1879,
págs. 102-104.
Etimologías de engaño, salma, xalma, enxalma,
esmeralda, alabar, sombra (umbría,
ombría, mote: ombrieta en Beceite, Teruel).
995. Sull´ etimología spagnuola.
Artículo publicado
por el Sr. N. Caix en el Giornale di Filologia Romanza, diretto da
Ernesto Monaci… Gennajo, 1879, núm. 4, tomo II, págs. 66-70.
Habiendo estudiado el autor el notable libro sobre
lexicología española de la señora Carolina Michaëlis,
Studien zur romanisch. Wortschöpfung (Leipzig, 1876), ocurriéronsele
una serie de observaciones etimológicas, las cuales consigna en este
breve, pero interesante trabajo. -Estudia las etimologías de las
palabras garapiña, bala, pella, pelota, berza, cilindro, órgano,
tarta, torta, cava, cova, zanco, zoco, orca, nieto, pezuelo, patera,
patena, lista, ristra, zaque, sayo, antorcha, entuerto, entorchar,
entortar, faraute (traductor
intérprete), heraldo, falsopeto,
viejo, estruendo, trueno, reproche, cutánea, trocla, tórcula,
cabal, caudal, calibre, etc. fundándolas en determinadas leyes
fónicas, no conformes con las expuestas por la Sra. Michaëlis.
1879-80.
996. Notes sur la langue vulgaire d´Espagne
et de Portugal au haut moyen âge
(712-1200). Estudios de M. Jules Thailan, publicados en la Romania,
8.° año, 1879, Págs. 609-613; 9.° año, 1880, págs. 294-300,
429-434.
En ellas se investiga la etimología, la historia y la
significación de las palabras siguientes:
I. Acetore, aztor,
açor. -II. Colzetra, cozedra (= almohada, almohadilla). -III.
Acrepantar (= obligar a alguien a hacer alguna cosa). -IV. Anaziar,
anaziador (= pronunciarse (como hoy se dice), insurreccionarse,
insurrecto, faccioso). -V. Acalzar, alcanzar. -VI. Acenia, acenna (=
molino de trigo, según el Arcipreste de Hita; en las Partidas y en
el poema de Alejandro tiene la significación de molino, también
llamado entonces traperas.
Etim.: de as-saniya,
as-seniya).
/ La Cenia, Senia, pueblo de Tarragona,
sénia, sènia, sínia … /
VII.
Akeisiato, akareisiato (= de carestía. Port.) -VIII. Amarello,
amarielo (de ámbar, aráb.) -IX. Andar y sus derivados: andamio (=
sendero y facultad de moverse), andador (= cargo de policía
judicial), andadura (= marcha), andaria (= obligación de ir a la
guerra). -X. Aramio (= labor, tierra
laborable). -XI. Arroyo,
arroio, arrogio, aroio. -XII. Enguera, anguera, engera (de angaria,
greco-lat. = indemnización que debía pagarse al propietario de una
bestia de silla o de carga por aquél que la había utilizado sin
permiso de su legítimo dueño). -XIII. Hidalgos é infanzones. -XIV.
Linde
(del lat. limes).
1880.
997. Etimología y
significado de alcaicería,
por I. y A. John Moire y Miguel Esteban Ruiz.
Págs. 66, 133 y
147 del tomo II de El Averiguador universal: Madrid. 1880.
998.
Etimología de la palabra Alcarria, por John Moire y Miguel Esteban
Ruiz.
Págs. 132 y 146 del tomo II de El Averiguador universal:
Madrid. 1880.
999. Etimología de avestruz, por H. y José
María Sbarbi.
Págs. 273 y 307 del tomo II de El Averiguador
universal: Madrid. 1880.
1000. Etimología de Calatrava,
por Miguel Esteban Ruiz y F. de H.
Págs. 51, 193 y 194 del tomo
II de El Averiguador universal: Madrid. 1880.
1001. Origen y
verdadero significado de la palabra cursi,
por José María Sbarbi y Manuel Sánchez Guerrera.
Págs. 102,
103 y 163 del tomo II de El Averiguador universal: Madrid, 1880.
1002. Etimología de la palabra ducho,
por José María Sbarbi.
Págs. 17, 56 y 57 del tomo II de El
Averiguador universal: Madrid. 1880.
1003. Etimología de la
palabra efímero, por Elías Romera.
Pág. 292 del tomo II de El
Averiguador universal: Madrid. 1880.
1004. Etimología de
hulla, por P. C.
Págs. 51 y 52 del tomo II de El Averiguador
universal: Madrid,, 1880.
1005. Etimología de lacre, por C.
Pág. 162 del tomo II de El Averiguador universal: Madrid. 1880.
1006. Etimología de la palabra misa.
Págs. 274 y 371
del tomo II de El Averiguador universal: Madrid. 1880.
1007. Origen de la voz motete,
por D. José María Sbarbi.
Pág. 181 del tomo II de El
Averiguador universal: Madrid. 1880.
1008. Etimología de
pandorga,
por F. de H, y F. A. Barbieri.
Págs. 193, 216 y 217 del tomo II
de El Averiguador universal: Madrid, 1880.
1009. Origen de la
palabra peluca, por Fr. C. M. O. S. Aug. y V. de la F.
Págs. 339
y 355 del tomo II de El Averiguador universal: Madrid. 1880.
1010.
Etimología de realejo,
por C.
Págs. 209, 243 y 244 del tomo II de El Averiguador
universal: Madrid. 1880.
1011. Etimología de sopalanda,
por D. José María Sbarbi.
Págs. 49 y 68 del tomo II de El
Averiguador universal: Madrid. 1880.
1012. Etimología de
tarifa,
por José María Medina.
Págs. 180, 181 y 262 del tomo II de El
Averiguador universal: Madrid. 1880.
1013. Etimología de
zarzaparrilla.
Págs. 306, 371 y 372 del tomo II de El Averiguador universal:
Madrid. 1880.
1014. Etymologisches.
Varios artículos por
A. Tobler, entre los cuales hay uno de la voz castellana cachalote.
En la Miscelánea de la Zeit. f. Rom. Philol. Págs. 373-377, tomo
IV, 1880.
1015. Etimología de sesgar, por J. Ulrich.
Zeit.
f. Rom. PhiloL, tomo IV, 1880, página 383.
1016. Etimologies espagnoles et portugaises. Por J. Cornu.
En la Romania, año IX, 1880, páginas 129-137.
Comprende el trabajo los artículos
siguientes: corazon
( = curationem) , escada, port. ( = escalada, cast.); escupir
(exconspuere, escupiñá en chapurriau);
espedir, despedir ( = expetere, deexpetere); fazilado, fezilado ( =
faciem gelatus; cara gelada en chapurriau); halagar, falagar ( =
faciem legare o lagare; afalagá en chapurriau); lexar y dexar (dixáen chapurriau); llevar ( = lievar);
mienna ( = mi duenna); pancaa, Port. arc.; lavanca o alavanca, port.
mod. (= palanca, cast.); pancada, port. ( = palancada, cast.);
prendar ( = pignerare, pignorare); quexar ( = coaxare; queixá,queixás en chapurriau); sencillo ( =
singellus; sensill en chapurriau).