Corría el año 832, cuando el cuarto
rey de Sobrarbe, don Sancho García, fue muerto en batalla campal
contra los musulmanes, cayendo también junto a él García Aznar,
quinto conde de Aragón. El desastre personal, material y moral en
las filas cristianas fue considerable, pero unos seiscientos de los
supervivientes cristianos, amparados por lo escabroso del terreno, se
refugiaron en el monasterio de San Juan de la Peña, desde donde
hostigaron cuanto les fue posible a sus enemigos.
rey de Sobrarbe, don Sancho García, fue muerto en batalla campal
contra los musulmanes, cayendo también junto a él García Aznar,
quinto conde de Aragón. El desastre personal, material y moral en
las filas cristianas fue considerable, pero unos seiscientos de los
supervivientes cristianos, amparados por lo escabroso del terreno, se
refugiaron en el monasterio de San Juan de la Peña, desde donde
hostigaron cuanto les fue posible a sus enemigos.
Vivieron al calor del monasterio
pinatense en torno a diez años sin que se produjera avance alguno en
ningún sentido, ni militar, ni económico, ni organizativo. Así es
que creyeron llegado el momento de cambiar el rumbo de los
acontecimientos, por lo que determinaron, como primera medida, elegir
de entre ellos a doce barones, en quienes recayó el gobierno del
territorio y dieron origen a los «seniores», poco después llamados
«ricoshombres de natura», germen de la nobleza aragonesa.
pinatense en torno a diez años sin que se produjera avance alguno en
ningún sentido, ni militar, ni económico, ni organizativo. Así es
que creyeron llegado el momento de cambiar el rumbo de los
acontecimientos, por lo que determinaron, como primera medida, elegir
de entre ellos a doce barones, en quienes recayó el gobierno del
territorio y dieron origen a los «seniores», poco después llamados
«ricoshombres de natura», germen de la nobleza aragonesa.
Estos doce seniores eligieron al nuevo
rey sobrarbense y le dieron lo poco que habían ganado a los moros,
mas a cambio le obligaron a jurar que los mantendría siempre en
derecho, que procuraría mejorar los fueros, y que no podría reunir
cortes ni juzgar sin consejo de ellos, como tampoco mover paz,
guerra, tregua ni negocio importante sin acuerdo de los doce ricos-hombres allí constituidos. La
monarquía cuya andadura se revitalizaba estaría, por lo tanto,
mediatizada en adelante.
rey sobrarbense y le dieron lo poco que habían ganado a los moros,
mas a cambio le obligaron a jurar que los mantendría siempre en
derecho, que procuraría mejorar los fueros, y que no podría reunir
cortes ni juzgar sin consejo de ellos, como tampoco mover paz,
guerra, tregua ni negocio importante sin acuerdo de los doce ricos-hombres allí constituidos. La
monarquía cuya andadura se revitalizaba estaría, por lo tanto,
mediatizada en adelante.
Era tan grande la autoridad que
concentraban en sus manos estos doce ricos-hombres que el rey no
podía actuar ni tomar determinación alguna sin su consejo y
parecer, de modo que ante el monarca parecían ser sus iguales, con
quienes repartía las rentas de los lugares que se iban ganando, lo
que les servía para mantener caballeros y vasallos a su servicio.
concentraban en sus manos estos doce ricos-hombres que el rey no
podía actuar ni tomar determinación alguna sin su consejo y
parecer, de modo que ante el monarca parecían ser sus iguales, con
quienes repartía las rentas de los lugares que se iban ganando, lo
que les servía para mantener caballeros y vasallos a su servicio.