LO CASTELL DE L’ARMONÍA.
(Á n’en Marian
Aguiló.)
Dalt un puig coronat
d’àrbres
Que domina monts y
plans,
Hi ha el castell de
les sèt torres,
Que s’alberga en est
palau!
Y lo castell ¡qué
n’es d’alt!
Ab un sòl tot d’or
brodat.
(Á D. Mariano
Aguiló.)
Señoreando montes y
llanos, y sobre altísimo pico coronado de árboles copudos,
descuella el castillo de las siete torres muradas.
¡Qué hermosa es la
reina que se alberga en este alcázar! Qué rica, qué rica es la
reina! y cuán elevado el castillo!
En la mas alta de
sus almenas ondea un vistoso estandarte: de plata fina es su tela, un
sol bordado en oro entre sus pliegues relumbra.
Lo Castell de l’Armonía
Li diuen los
naturals,
Perque n’ixen
suspirs dolsos,
En surten dolsos
cantars.
Y sèt gentils
cavallers
Elles son:
Sabiduría,
Bellesa, Fe,
Veritat,
Virtut, Puresa,
Esperansa,
Enteniment elevat,
L’Entusiasme, lo
Poder,
Enginy, Sentiment,
Còr-franch.
Gran fama logra la
reina
Venturós qui la pòt
veurer
Sens lo vel que
porta al cap;
Mes venturós si
ella ‘l mira;
Si sonriu ¡fortuna
gran!
Castillo de la Armonía le apellidan los naturales, porque de sus
muros encantados salen a todas horas dulcísimos suspiros, brotan
melodiosos cantares.
Siete doncellas
pulidas hacen siempre la corte a la reina: siete gallardos caballeros
custodian las siete puertas del castillo.
Las doncellas se
llaman: Sabiduría, Belleza, Fé, Verdad, Virtud, Pureza, Esperanza.
Las siete son de régia estirpe.
Y los caballeros:
Amor, Entendimiento levantado, Entusiasmo, Poder, Ingenio,
Sentimiento, corazón- franco.
Por su habla
celestial, gran fama se ha grangeado la reina; por esto muchos son
los que la quieren, pero a pocos corresponde la bella esquiva.
Venturoso aquel que
acierta a contemplarla cuando el velo que cubre su rostro no anochece
su peregrina beldad. Mas venturoso si ella le mira. Afortunado del
todo si le sonríe.
Molts n’hi pugen, molts n’hi pugen,
Molts, romeus, se
n’hi han pujat;
Mes casi tots s’en
devallan
¿Quína llansa hi
ha prou fina,
Que dels cavallers
guardians
¿Quína mirada hi
ha tendra,
Quína paraula que
bast
Pera guanyar les
donzelles
Maravelles n’han
contat,
Y el món sospés òu
encare,
Sa veu es lo sò
d’una arpa
Sa semblansa n’es lo
sòl
Y romàn tot
estrellat.
¡Cuántos trepan al castillo! ¡Cuántos trepan! Muchos peregrinos
emprendieron animosos el áspero sendero. ¡Infelices! Ellos han
bajado con la espina del desden clavada en sus corazones.
¿Qué lanza hay de
tan bien templado acero que en los escudos de los siete caballeros
guardianes no se quiebre? ¿no se quiebre en sus escudos de
diamantes?
¿Qué miradas hay
tan tiernas, qué palabras tan entrañables, que puedan avasallar el
corazón de las siete doncellas?
Milagros de su
hermosura, milagros que el mundo oye todavía lleno de asombro, han
contado todos los que han tenido la suerte de verla.
Sonido es de arpa
celeste su voz angelical, sonido de arpa que en la calma de la noche
ondea por el espacio; su semejanza es el sol cuando en el anchuroso
mar se espeja.
Miran sus dulcísimos
ojos a la tierra en la estación de las flores, y los campos
reverdecen: mira el cielo en noche serena, y las estrellas lo
abrillantan en seguida.
Quant ella a dormir
s’en vá;
L’aucéll canta, la
flor s’òbri
¡Ó qué n’es de
trista cosa
Estar d’ella
enamorat,
Y rendirse a mitx
camí
– Pelegrí, bòn
pelegrí,
Pelegrí del món
cansat,
¿On t’en vás per
estes penyes,
Camina caminarás?
– Jò m’en puig
muntanya amunt,
Jo m’en vaig
pelegrinant,
Ferit d’amor d’una
reyna
Que sommíi des que
som nat.
Jo vull que s’alé
m’etsís,
Jo vull que s’alé
m’abrás,
Y daré tota ma vida
Sent que l’ánima
illumina,
Que del còr les
ales bat,
Sens poderla veure
may.
Cuando el sueño la rinde, vierte la noche lágrimas de rocío; las
aves cantan, la flor se abre, cuando se despierta.
¡Triste, muy triste
es estar de ella enamorado, y desmayar a medio camino del que a su
palacio conduce!
– Peregrino, el buen
peregrino, cansado ya de las asperezas del mundo ¿adónde vás por
estas peñas, camina que caminarás? (1)
– Monte arriba,
monte arriba; peregrino soy de celestes amores, herido el corazón
por el amor de una reina que he visto flotar radiante en mis sueños
infantiles.
Quiero que su
aliento perfumado me hechize, quiero que su hálito de fuego me
abrase, dar quiero toda mi vida para alcanzar la dicha de morir en su
palacio.
Siento que se inunda
el alma mia de gloriosa lumbre, que mi corazón aletea; por todas
partes siento su presencia, y sin embargo no he podido verla jámas.
Y dins los nuvols
daurats,
Dins los bells
colors del íris,
S’assèu dels rius a
la vòra,
Passeja vergers y
prats.
N’es lo suspir del
ramatge,
N’es del rossinyol
lo cant.
No hi ha res de
béll, de noble,
Jo vull viure sols
per ella,
Jo cantant vull
espirar:
Vull que’m don la mà
d’esposa,
Vull que l’ánima
m’inflam’.
Animeta, llum de
Deu,
Lo camí te cansará;
Que t’en portas
rossegant;
La siento en la luz del cielo, en las atornasoladas nubes, en los
gayos colores del iris, en la lluvia que cae, en el rayo que estalla.
Errante va por
los boscages umbrosos, subo por los peñascos, se asienta a la márgen
de los ríos, pasea magestuosamente prados y vergeles.
Es el suspiro del
ramage tembloroso, es la espuma del mar, es el aroma de las
rosas, es el canto del ruiseñor.
Nada bello, nada
noble, nada grande puede existir en el mundo, si no le dá
vida su aliento inmortal, el ardor de su fuego sagrado.
Únicamente por ella
quiero vivir; quiero espirar con dulces canciones en los labios;
quiero que me dé la mano de esposa, quiero que el ánima me inflame.
¡Alma mia! Luz de
Dios! El camino te fatigará. Suelta la carga molesta de ese cuerpo
que a remolque llevas.
Aixampla tes ales blanques,
Pren ton vol fins
allá dalt;
Volta y tórnala a
voltar.
D’els espervérs y
miláns,
Molts han de ser
qu’envejosos
A ton cor li apunten
l’arch,
Qu’en tes ales
trobarás.
Dins lo oscur del
còr humá,
Ni tendrá el futur
cap sombra,
Volta y tórnala á
voltar.
Poset demunt los
pilars;
Pasa sales,
pasa alcoves,
Pasa cambres
de crestall.
Estiende tus níveas alas hacia las alturas sublimes; toma el
vuelo, palomita, revolotea, revolotea al rededor de la torre.
Dios te libre de los
halcones, de los gavilanes y milanos; de las flechas de los vicios,
…. sobre todo de los vicios, Dios te libre.
Solo así el corazón
humano descorrerá el velo de sus más recónditos secretos; ninguna
sombra en lo venidero, ninguna sombra en lo pasado.
Envidiosos te
sobrarán que asesten el arco contra tu corazón; pero una fuerza de
lo alto dará empuje a tus alas, la Fé.
Cantarás el bien y
las dichas del mundo, llorarás del mundo el mal; palomita voltea la
torre, voltéala y vuelve otra vez a voltearla.
Pósate en los
delicados pilares de la gótica ventana; pasa salas, pasa alcobas,
pasa cámaras de cristal.
Si ‘t demanan sant y senya:
Poesía els
respondrás.
¡Gloria á tots los
qui s’en venen!-
Dolsa música ‘t
dirá.
Ahont ton ídol
trobarás,
Y poset dalt el
llorer,
Dalt el llorer
inmortal,
Y arranca’n sols una
fulla
Y ab ton béch la’m
portarás,
Que dins lo còr
tinch tancat.
Si te piden santo y
seña, Poesía contestarás.-
¡Gloria a todos los
que de allí vienen! – te dirá una música dulce y deliciosa.
Entra en el jardín
entonces, en donde encontrarás a tu ídolo; descansa a la sombra del
laurel eterno, galardón de tus inmortales tareas;
Y arráncale una
hoja tan solo y tráemela en tu pico, para la gloria de un solo
nombre que en el sagrario de mi corazón tengo encerrado.