La sort.
PRIMERA OPORTUNIDAT
Día sinc de chiné de 1973, vespra del día de reis, en que se sol fé lo sorteo de la loteria del Niño.
Teruel, capital. Plasa del Torico, Cafetería Dorado, part de dal, discoteca Java, la única que está ubiarta.
Siat de la tarde. A la Sala, tres parelles, una ballán, l’atra fen com que ballen y la tersera, sentada, se mauen pero no ballen.
A la entrada dos chovens. Un es lo que pose los discos, l’atre es un polisía mol chove. Teruel es una siudat mol tranquila. Ell va allí, perque li agrade la música y pa que no entron chen que no tingue la edat, ña que guardá les apariensies.
Lo dels discos diu:
– Porto pocs números, pero ne voldría tindre un que sigue més menut de diau mil, ting un capricho y me falte eise número.
La administrasió de Lotería del Tozal, (tosal, tos sone en chapurriau) número u de Teruel, está a sincuanta metros. Lo polisía se oferís.
La dona mire lo escaparate allí ña dos números que son més menuts de diau mil. De un ne queden dos billets y del atre tres.
– Donom eisos dos, que están sols, aisí no té que partils.
Torne a la discoteca, li done lo billet al amic, lo cobre y seguisen charrán. Se acabe la sesió y cada musol al seu niu.
Teruel, capital, día sis de chiné Comisaría de Polisía, tretse hores. Luiset está treballán. Arribe un compáñ, tot entusiasmat:
– Les hablamos desde la Administración número uno, estamos con la propietaria. ¿Podría contarnos alguna anécdota de este sorteo?
– Pues si. Ayer a última hora vino un cliente a comprar dos décimos de un número que fuera menor de diez mil, yo le ofrecí el que ha salido premiado, pero él se empeñó en llevarse el de al lado.
Qué vista ting. Y aisó que lo amic, me había avisat: Ting un presentimén: Caurá a Teruel y VA CAURE.
SEGUNDA OPORTUNIDAT
Eren amics de sempre. Un va tindre la sort de trobá treball al poble y podés quedá a viure allí. L’atre se va tindre que buscá la vida y la va trobá a Saragosa.
Se veíen de cuan en cuan, un camí al mes. Com al poble no ñabíe loteria se van posá de acuerdo. Lo de la capital compraríe un desim totes les semanes y lo chugaríen entre los dos.
Los dos eren mol mirats, lo del poble sempre estáe adelantán les perres y lo de la capital, cada camí que tornáe al poble, duye los billets de totes les semanes pa demostrá que los habíe comprat.
Lo domenche que veníe lo de la siudat, portáe los desims de totes les semanes y lo diari pa podé mirá la llista.
Se chuntáen al café a fe lo vermut. Sempre a la mateisa taula. Cuan arribae lo lotero lo llauradó ya estáe sentat. Lo que veníe li disáe los desims chugats a cada sorteo y lo diari y s’enanae a demaná lo café, mentres latre miráe sils había tocat.
Una volta, había arribat lo de la capital, había disat los papes a la taula pa que los mirare l’atre y estáe demanán café. Cuan lo seu amic que había vingut corrén se li abrasae y sol fae que cridá: “Mos ha tocat”, “Mos ha tocat lo primé premio”, ….
– ¿Estás segú? anem a mirau atre cami.
Se van sentá: Van mirá lo numero y la llista. ¡Allí estáe! Lo numero del billet ere lo matéis que lo del primé premio.
Lo de la siudat no se u podíe creure, si haguere caigut, hagueren dit algo per la barriada y dingú había dit res.
Va torná a mirá lo número, la llista. Ere lo matéis número. Pero ñabíe algo que no cuadrae, lo dibujo del billet no ere lo de la llista.
Aquell billet ere de la semana de abáns. Se habíen adelantat una semana. Lo habíen chugat la semana de abáns y habíe tocat ésta. ¡Qué mala sort! Per siat díes.
TERSERA OPORTUNIDAT
Cuan yo treballaba, estaba a la Jefatura. Teniem ofisines per les barriades. Cuan arribáe lo sorteo de Nadal, ere l’únic que chugaem, mos cambiaem desims y si tocae a cualquier puesto, pos mos tocáe a tots.
Me vach chubilá. Al atre añ, ya no estaba a la empresa, pos eise añ va tocá un cuarto premio a una de les ofisines. Un milló de pesetas a cada billet. Me vach chubilá un añ masa pronte.
Per Nadal, ñabie la costum de cambiá billets en algúns amics, en pocs, perque si no, no te dones cuenta y te s’envá un dineral.
Pel meu treball, me duya mol be en lo chofer que replegae los morts. Sempre cambiabem un desim y ell aprofitáe:
– Al poble de la dona compren lotería en recárrec pa achudá a pagá les festes ¿No men compraríes un?
– Sí, home.
– Si, pero l’añ pasat nels va sobrá molta y entonses enguañ ne han fet poca y se ha acabat enseguida. Si vols ten sedisco un duro de la meua.
CUARTA OPORTUNIDAT
Ya u diuen, no ña tres sense CUATRE.
Este añ que estem, pal sorteo del Niño. La vespra, 5 de chiné, les siat de la tarde. Anaem la dona y yo fen les raderes compres pal atre día. Veníen tots a diná a casa.
Vam aná a la carnisería. La carn este añ estáe cara. Vach pagá en dinés. Me van sobrá dos billets: un de vin y un de diau.
Portaem dies parlán en la dona que, com es un sorteo que te tres terminasións, pos una de les que mos faltáe ere lo cuatre. Yo ne volía comprá un que acabare en cuatre. La meua dona que no, que es un número mol feo, que no is mai y ademés aquí a la administrasió del barrio no toque mai.
Yo, per dintre de mi, anaba rosegán en lo cuatre. Portaba la tarjeta del bus en pocs viaches, la tenía que recarregá y llugo trauría dinés, pos no me agrade aná en la cartera despullá. Vam pasá per un quiosco y vachs entrá a carregá la tarjeta. U tenía pensat, diau pa la tarjeta y en lo billet de vin aniré a la administrasió, que está a vin metros, y pillaré un desim en cuatre.
Pero, sense donamen cuenta, al treballadó li vachs doná la tarjeta del bus y lo billet de vin. Ya no podía comprá lo desim. Encara u vachs casi intentá, vachs traure dines del banc y cuan li anaba a di a la dona que men anaba a la lotería, me va di que se sentíe mal, que la acompañara a casa.
Vachs eisí a comprá pa y al pasá per la administrasió de loteria un mun de televisións y micrófonos.
– Que hemos vendido doce millones del gordo. Nos lo mandaron a última hora, porque nos quedamos sin la terminación en cuatro y los dos últimos días estábamos vendiendo el gordo en cuatro sin saberlo. Hasta hemos devuelto seis que nos sobraron anoche.
Les poques voltes que chugo a la lotería, cuan milló u paso son los díes de abáns. Ensomnio que me toque. No dic res a dingú. Mos chuntem la familia a diná y al postre los dono la sorpresa y mos repartim les perres.
No u vachs sabé fe, la diosa fortuna va fe lo imposible pa que me tocare y hasta la familia estáe reunida a casa, pa la hora del postre.
No teníe que sé.
Te consoles, no te quede més reméi. A alguna chen la loteria ha segut la seua desgrasia. Tamé han ñagut que la han sabut aprofitá.
Penses y penses y dius: