/ La ´y dedico al apotecari de Valderrobres, Alejandro Romero Rivases , cantarín de un grupet de música que SE diu LOS draps (bruts) /
Este poema lo escribió Raimundo en Mallorca en el mes de julio del año 1300, y es el mismo que algunos mencionan con el nombre de Libro o tratado sobre la contrición, confesión, satisfacción, tentación y oración que, según el autor expresa en su introducción, son la medicina o ungüento para sanar el alma de la enfermedad de la culpa, forman el camino de la salud, y dan fortaleza al ánimo para que pueda levantarse el hombre caído en el abismo de la muerte del pecado.
Divídese pues el tratado en cinco partes. En la primera, que es la de contrición, habla del amor que arranca al corazón el llanto del arrepentimiento; del temor que hace amar a Dios y anhelar al pecador el perdón de sus culpas; del dolor que ayuda a vencer el pecado; del valor sin el cual nada vale el hombre; de la elección que debe este hacer entre el bien y el mal; del arrepentimiento con el cual se alcanza la divina misericordia y el perdón; de la culpa que llena el corazón de mortal tristeza; de la fuerza que impele u obliga nuestra voluntad; de la desobediencia al Criador, que hace al hombre vil en todo; de la vergüenza que debe refrenar la voluntad cuando el alma se siente inclinada a hacer mal; de la mentira que arrebata el reposo al hombre haciéndole estar inquieto como la hoja del árbol agitada por el viento; del engaño que se engaña a sí mismo olvidando que un día la lealtad habrá de juzgarle; de la crudeza que es la mayor enemiga del hombre; y de la desesperación que es el infierno del alma. Habla de los males del perjurio; de la infamia, dice que ocasiona grandes daños, porque el calumniador no puede restituir la honra a la persona infamada por la calumnia; de la excusa, que es ineficaz para sanar al alma enferma; de la impaciencia, que borra de la memoria los efectos de la contrición; de la deslealtad, que aleja para siempre el corazón de Dios; y del descanso que apetece el hombre en este mundo más que la gloria eterna. Al ocuparse de la ociosidad, recuerda que la vida es el camino que nos conduce apresuradamente a la muerte, y que al llegar a esta no puede el hombre alegar mérito alguno si no ha practicado con diligencia el bien; dice que la sensualidad se convertirá en dolor en la otra vida; y después de ocuparse de los pensamientos inútiles, de las palabras vanas y perjudiciales, y de las obras o acciones viciosas, origen y ocasión de tantos males, hace mención de las tortuosas sendas que nos ofrece la vida y que debemos evitar para llegar al buen fin que deseamos. Luego trata del corazón, de la imaginación, del modo de recobrar el bien perdido, del mal ejemplo, de la discreción y del olvido.
En la segunda parte que es la de la confesión, trata de Dios, confesándose pecador a su unidad, a su trinidad, bondad, grandeza, eternidad, poder, sabiduría, voluntad, virtud, verdad, gloria, justicia y misericordia, y por último a su divina humanidad, a su gloriosa pasión y a su excelsa señoría. Luego se dirige a la Santísima madre del Salvador, a la que hace símbolo de la santidad, de la alteza, de la nobleza, de la virginidad, de la constancia, de la humildad, de la esperanza, de la maternidad, y de la piedad; y concluye ocupándose de los ángeles, de los profetas, de los apóstoles, de los mártires y de los confesores, para que intercedan por el perdón de sus pecados.
En la tercera parte del tratado, que es la de satisfacción, dedica un capítulo a cada uno de los diez preceptos del decálogo, extendiéndose en consideraciones de la moral más pura, deshaciéndose su corazón en piadosas lágrimas y elevando su alma a las regiones de la oración más fervorosa. Después dedica del mismo modo otro capítulo a cada uno de los cinco sentidos corporales, otro al don de la palabra, en el cual cita a su tratado sobre los Cien nombres de Dios, otro a la imaginación, otro a cada una de las potencias del alma, otro a cada una de las virtudes cardinales y a cada una de las teologales, y a la castidad, humildad, diligencia, lealtad y paciencia.
La cuarta parte que es la que se ocupa de la tentación, es la más extensa del vasto poema. Empieza tratando del ángel bueno y del ángel malo, y después de haber discurrido sobre la Esencia de Dios, dedica un largo capítulo a su santísima Trinidad (1) en donde aduce larga copia de sólidas razones para probar este incomprensible misterio. Extiéndese después en extensas consideraciones sobre la creación, deshaciendo los sofismas que levanta contra ella la tentación del maligno espíritu; practicando lo mismo con respecto al misterio de la encarnación. Afirma luego la fé y creencia del cristiano en los tormentos que sufrió el Salvador en su acerbísima pasión y muerte, extendiendo más adelante sus consideraciones a su gloriosa resurrección. Habla asimismo razonadamente de la eucaristía, y de las llaves del reino de los cielos entregadas por el Redentor a san Pedro, elegido para que fuese la piedra angular de la Iglesia, a lo cual añade algunas consideraciones sobre la muerte. Se ocupa seguidamente de la tentación en el ver, en el oír, en el oler, en el gustar, en el tocar, en el hablar, en el imaginar, en el memorar, en el entender y en el querer; y concluye tratando en capítulos separados de lo que llama las diez razones naturales del hombre, que enumera con los nombres de bondad, grandeza, duración, poder, virtud, verdad, gloria, belleza, libertad y perfección.
(1) De este capítulo, incluido en el poema que nos ocupa, tenemos una copia manuscrita por separado. Algunos le consideran por sí solo con un opúsculo aparte: en varios catálogos le vemos continuado con el titulo de Dictado sobre la Trinidad.
Forma la quinta y última parte del poema el tratado de Oración, que D. Nicolás Antonio continúa en su catálogo como una obra distinta y separada. Divídese en nueve capítulos. El primero trata de la esencia de Dios eterna e infinita, a la cual debemos pedir misericordia y perdón, porque en ella hay un inmenso tesoro de caridad, bondad, poder, virtud, amor, sabiduría, verdad, gloria y grandeza. El segundo trata de las preces que deben dirigirse a Dios, de donde emana Dios y de quien es Dios; al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, que son de un ser infinito, de una bondad, de una grandeza, de un poder, de un amor y de una sabiduría eternas; a Dios en quien no cabe culpa ni nada que sea limitado y temporal o perecedero; padre de sí mismo, y cuyo origen no puede imaginarse porque es inconmensurable; y de la humildad con que a Dios debe dirigirse el hombre vestido de podredumbre y pasto de gusanos. En el tercero adora a Dios, por quien es todo cuanto en el universo existe, bueno por su bondad, eterno por su eternidad, sabio por su sabiduría, amoroso por voluntad, virtuoso por su virtud, verdadero por su verdad, Dios por su deidad y glorioso por su gloria; cuya bondad vale más que todo el bien que ha criado y cuyo amor es tan grande, que aunque lo desamemos, no deja de amarnos ni nos quita nada de su amor. En el cuarto, que titula de la Oración de cantidad, dice que debemos multiplicarla con la bondad y la razón, la virtud y la perfección. En el quinto se ocupa de la Oración de cualidad, que concluye con este hermoso pasaje:
– Quiero esforzarme á ser bueno por el amor, y dolerme de mis culpas, pues mi Dios así lo desea; quiero deshacerme en llanto y suspiros para amar y arrepentirme, porque con el amor y el arrepentimiento puede el pecador alcanzar la divina misericordia. ¿Quién sino él ha podido nunca crear cosa alguna ni perdonar el pecado? ¿Quién sino él puede destruir el mundo con un soplo? ¿Quién sino él puede hacer florecer los campos, granar las sementeras y hasta resucitar al muerto? ¿Quién sino él da gloria y, esplendor al cielo? ¿Dónde hay amigo más fiel y verdadero? ¿Quién sino él puede salvar al hombre, derramar la lluvia sobre la tierra, y hacer relumbrar los relámpagos en el espacio?
¿Quién sino él puede llamarse Señor poderoso y Rey de emperadores, que lanza a los condenados a un abismo de fuego eterno? Únicamente él es quien puede hacer cuanto digo, aquel que es Dios de amor, aquel ante el cual caigo postrado, y a quien ruego me dé el premio a que aspiro y me perdone las culpas de que me arrepiento.” –
En el capítulo sexto trata de la oración que llama de tiempo, el cual dice que no existe para Dios porque es eterno, exclamando más adelante. -“Ah, Señor! ¿por qué no me fue dado vivir en aquellos días en que nacisteis, para poderos ver tierno niño, echado en humilde lecho, sin que vuestros escasos pañales bastasen a cubrir la desnudez en que estabais, vos tan poderoso y rico de bondad? ¿Cómo me hubiera enamorado de vos si hubiera podido veros, tocaros y abrazaros, humillando mi necio orgullo al mirar el rey del cielo yacer en tan pobre cuna! ” – ¡Cuándo vendrá el tiempo en que el hombre os amará, honrará y servirá, sufriendo toda clase de trabajos, más para dar ejemplo de buen pastor que por honra propia y de su pariente! – Malhadado es el tiempo en que vivo, puesto que no lo empleo en serviros, Dios mío, a pesar de que veo adelantarse la muerte paso a paso, sin saber la hora en que llegará ni si alcanzaré vuestro perdón.”
– El capítulo séptimo se titula de Oración de lugar, en el cual dice, que Dios está en todo lo criado y que cree en él, le ama y le adora; que el cielo imperial es lugar de gloria, de valor inconcebible, en donde habita el celeste coro que rodea el trono esplendente de Jesús, y el de su madre la virgen María que está junto al de su hijo; que Jesús con su claridad eterna llena de tanto resplandor al cielo, a los ángeles y a todos los bienaventurados, que Dios no puede crearlo mayor; que adora el rey del cielo y pide a los santos intercesores que rueguen al Señor que le vista de eterna y vívida luz en el paraíso; implora el martirio por amor a Dios, y anhela la suerte que cabe a los que mueren por él. Añade que el rostro divino de Jesús es lo mejor que pudo crearse, porque viéndole se satisfacen todos los deseos; que su palabra llena el cielo de dulzura y de una armonía arrebatadora; y por último hace de los goces eternos del cielo una relación tan bella, como es terrible la de los tormentos del infierno con que da fin al capítulo. En el octavo trata de las condiciones de la oración y de los objetos en que el hombre debe tener puesta su imaginación al orar, para enamorarse más de Dios. – “Imagine el hombre al orar, dice, el dolor que Cristo padeció en la cruz y al pie de ella la amargura que sintió su Santísima Madre. – Imagínese a Dios sentado en su celeste trono, rodeado de todos los santos y de todos los fieles bienaventurados; y después de haber suspirado y vertido un raudal de lágrimas, eleve a la más grande altura su entendimiento, su amor y su memoria; póngase en silenciosa y profunda meditación, cierre sus ojos y sus oídos y tenga tan embargado su pensamiento en los misterios de la divinidad, que otra cosa no considere, ni otra cosa desee más que Dios. Ame a su criador por su bondad, no por los beneficios que de él recibe, no por el perdón que le otorga de sus culpas, no porque le libra de los tormentos eternos del infierno.”
Y por último el capítulo noveno se ocupa de los medios de que se ha de valer el hombre para orar. Dice que debe hacer oración con la boca pidiendo a Dios perdón, hablando de Dios, y enumerando sus excelencias; a lo cual añade, que se adora a Dios no dando abrigo en el corazón más que a los buenos deseos; haciendo limosna y absteniéndose de toda acción vil y censurable; elevando su entendimiento en alas del amor y del saber; olvidando la pasada culpa; amando la castidad; suspirando llenos los ojos de lágrimas contritas, y amando a su Criador más que a sí mismo; y concluye sometiendo humildemente el tratado a la debida corrección por las faltas o errores que acaso contenga, y dedicándole a la Virgen María.
Este vasto poema está lleno de máximas saludables, de bellos conceptos y de profundos rasgos. Si aquí se remonta a las sutilezas de la más alta teología o en las regiones de la moral más pura; allá vuela el poeta por la atmósfera de la imaginación y de la poesía, ostentando siempre una dicción tan pura y una versificación tan fácil de que no pueden ofrecerse muchos ejemplos en la literatura lemosina de últimos del siglo XIII.
Deus, ab vostra gran pietat,
Contricció, confessió,
Encara satisfacció,
E oració exament,
Contra peccat e falliment:
E d’ estas sinch fás est tractat,
Lo qual vull que sia rimat;
Car mils pòt esser decorat.
E est tractat est depertit,
Segons que demunt havem dit;
E sia pe ‘l Sanct Esperit
E leva tot hom cahút
Si lo tractat ama molt fòrt,
E aporta gaug e confort.
De la primera part de est libre,
I.
D’ AMOR.
¡Ah bon amor! ¡E per qual tòrt
Qu’ eus haja fayt a mala mòrt
Qul’ m fá estar xi peccador,
Qu’ eu pauch no son desesperat?
Sens contricció no fá res.
Per ço que fuja mal amors
Qui procura plòrs e dolors,
E ‘n infern mal tots temps haver,
¡Ah bon amor! tant mal me sent,
Car vas vos hay fayt falliment
Mòrt só si de mí nous sové,
E que venga a vostra mercé.
II.
DE TEMOR.
Temor d’ amor fine, leyal,
Contricció en vostr’ hostal
Qui fá plorar li pecador
E tots los seus gita a mal;
E car vas vos fá tant d’ engan,
No ‘m tench per seu d’ aqui avan,
E maldich lo jórn que l’ ampres (1);
¡Ah temor d’ hom enamorat
Qui tem e plora son peccat!
A vos deman contricció
E qul’ m faça sovén plorar
III.
Que sostenon li peccador,
Quant serveixen contricció
Aydatsme a vençre lo peccat
Qui mi ha vençut tant espes;
Car al rey qui per mí mòrt pres
E’ s fó per mi home carnal (2),
Que li fahien li malvat
Qui son per éll tant fòrt honrat.
¡Ah dolor d’ hon venon li plor
Qui plaen a nostre Senyor!
Venits ab tal contricció (la tilde no se ve, pero se haya varias veces escrito con tilde ó)
E faytsme doler tant sovén
Que tots jorns estía temén.
IV.
DE VALOR.
¡Ah! ¿Qué val sovén Deu pregar
Que peccats vulla perdonar
Si hom no ha contricció?
¿Qué val a procurar perdó?
Contra peccat, tot me prenets,
Lo cor e ‘ls uylls e li sospir;
Sus en lo cèl al creador,
Qui ‘m trametrá per vostr’ amor
Sajus pietat e perdó,
E una tal devoció
E pòt hom tot peccat delir.
Contricció, vostre valor
Fá valer home peccador,
E qui vos ha está complit
De virtut e Sanct Esperit.
V.
DE ELEGIMENT.
Contricció, quius ha electa
Bé pòt estar a cara dreta
A null home si ‘s vostr’ amich.
Contricció, a vos ublich
Lo còr a sovén suspirar,
E’ ls uylls a lágremes gitar;
E eleyg vos contra peccat
E dona de ma volentat;
E vull vos esser tant sotsmes,
Que sens vos no préch Deus de res.
E pus vos som si obligat,
Procuratsme tal pietat
Que sia elet ab los salvats,
E de los libres dels dampnats
Aytantas vets com hay fallit.
Ah! ¡Cóm es fòl e pauch de sen (seny)
Qui lexa ‘l bé e lo mal pren!
VI.
DE PENEDIMENT.
Contricció, penediment
Contra Deu, e ha gran dolor
Si sovent, vos, contricció,
Me donavets compulsió
Al còr, tement fòch infernal,
E penedirmia soven
Quant faria lo fallimen.
Penediment, cell quius haurá
Apres lo mal que fayt haurá,
Vos estarets losanament
Contra ‘l peccat, e mantinent
Serán en él suspir e plor
E s’ acusará peccador (3).
Penediment, contricció,
Car tot lo meu còr vos sotsmet;
Velvos á des ¡é qu’ es penet!
VII.
DE FALLIMENT.
Contricció, mercé vos rent,
Car me fayts estar tant dolent
Del greu falliment que hay fet,
Car per vos, dona, me’ n penet,
A mon còr, mays me fayts plorar
Per qui ‘m fayts trist e penedent;
Lo qual penedir e tristor
Perque mi fayts acordament
De tristor e d’ alegrament,
Lo qual atorch, am e desir;
Quant só enaxí meytadat,
Car si ‘m vòl alegrar peccat,
Tristor m’ ajuda encontinent,
E si ‘s fá bò alegrament;
E vòl que no puscha amar.
VIII.
DE OBLIGAMENT.
Si com home enamorat
Qui obliga a son amat
Hay obligada a peccat
La mia francha volentat,
Si Deus no ‘m rent la libertat
Que ‘m dona ab contricció
De còr, ab tal compulsió
Que tot m’ ho tenga per fallit,
Clamant: – Mercé, Sanct Esperit! –
Ab còr contrit, enamorat,
IX.
DE DESOBEDIENCIA.
Vil suy eu, donchs, qu’ hay obeit
A senyor de mal esperit,
Qui ‘s vòl servir a mal amor,
Qui ‘n infern met son servidor;
Perqu’ eu me tench molt per falit,
Car a mal senyor hay servit;
E si no ‘m val contricció
Qui de Deu m’ apòrt gran perdó,
E de tota pena vestit.
Contricció no ‘m pòt valer
Si ‘n mon còr no hay gran doler,
E tan gran qu’ en git mant suspir, (git : expulso, arrojo; mant: mucho, muchos, a manta)
E que ‘m ublich a Deu servir (oblich, oblic, oblig; obligo)
Tant, que mala occasió
No faça vas él falió. (fallió)
X.
DE VERGONYA.
Qui ha vergonya de far bé,
Ha vergonya que no val re.
E aquel es desvergonyat,
Perqu’ eu son trist e vergonyos
Com hay estát tant viciós
Contra vergonya, qui ‘s donada
Per ço que ‘n sia refrenada
La volentat quant vòl far mal.
E per ço vergonya moral
Perqu’ eu me tench per desçebut; (decepcionado; decebut)
Car ab vergonya no ‘m tinch pres
Tant fòrt que no falis en res;
E virme a contricció,
Ab tal compulsió de còr,
Que àm mays vergonya que òr; (am; amo; mays : más : mais)
Car vergonya fá consirar (considerar)
Lo mal ans que hom lo vulla far. (lo quiera hacer; far : fer : facer : hacer : facere)
XI.
DE MENTIR.
Si com la fulla qui p’ el vent
Está movent hom mentider;
E car mentider son estat,
Perque ‘l prech qu’ als uyls me dó plor
Que sia douç, gran e amar,
E amar per contriccio. (Encontramos palabras con tilde y sin tilde)
E vos, boca, cerrats las dents, (cerrats : cerrad; tancar; las, plural femenino occitano)
Tant que mays no siats mintents.
E vos, dona contricció,
Senyoretjats tant ma raysó (razón; rahó, raó)
Que ‘n totas mes parts sia pres
E a veritat tot sotsmes;
E faytsme veritat servir,
XII.
DE ENGAN.
Ab engan! ¡Qué vos enganats! (engany; engaño; enganats : engañáis : enganyeu)
Per leyaltat serets jutjats (serets → sereu, sireu; seréis)
A un tant greu costreyniment, (constrenyiment, la yn : ny se encuentra a menudo : ayn)
Que tots n’ estarets en turment; (estarets → estareu; estaréis)
E es gran dret que ho façats (façats → faigáu, faigau, faiguéu, faigueu; hagáis)
Car vos mateix vos infernats.
¡Ah, las! a mi mateix menaç, (menaç : amenazo; mi, mí se encuentra con y sin tilde)
Car eu estar en aquel cas, (ego : eu : jo : je : yo : io, etc en lenguas romances // aquell)
E son aquel enganador (eu son : jo som ; yo soy; jo sòc; yo soc; ego sum; eu sunt)
Qui hay enganada valor (hay : haig : he)
En tot ço perqu’ en mí no val;
Car de mon còr fayt hay hostal (he fet, hay fet; he hecho)
A engan e a trayment, (traició, traycio, trayció; traición)
Perque a leyaltat me rent
Ab contricció e ab plòr (plor : lloro – sustantivo; también yo lloro; plorar : llorar)
Com a home gran peccador.
E vos, leyaltat, no perdets (1) (perdeu, perdéu; perdéis)
Si de mí pietat havets, (tenéis : haber y tener; havéu, haveu; teníu, teniu)
E faytsme estar home legal (me fayts : me feu, féu; me hacéis + ser, estar)
E enemich de tot fayt mal. (fayt : hecho, fecho antiguo : mal + fet, malifeta)
XIII.
DE CRUELTAT.
¡Ah crueltat!
Tant fòrt hay errat
Per la vostra mala amistad! (amistat; todavía se encuentran palabras con d final)
E quant consir (considero)
Qu’ hòm vos fá mal servir
E hòm s’ en fá per vil tenir, (tener; tindre, tenir)
Molt me penet, (me arrepiento; “em penedeixu” según Pompeyo Fabra, cap de fava)
E coven me ‘n estar a dret (me conviene; me convé, me cové, covén)
De jutjament,
E ja acorriment
De vos hauray mas noyment.
Contricció,
Estatsme ‘n a raysó
A una tal compulsió
De còr amar
Ab suspirs e plorar,
Que crueltat puscha sobrar. (pueda; puxa; pugui; pugue; puxque, pusque, etc.)
XIV.
DE DESESPERAR.
Jens no ‘s cové (5) (gens : en absoluto, nada; no conviene en absoluto)
Es vengut, hom hage gran fe,
E en lo bé
Hom haja desesper de re.
¡Ah desesper,
Qui fayts infern haver!
¡Ah penedir
Que fayts suspirs exir (exir : salir)
Del còr, éʻl cors fortment languir! (cor: corazón, coraçon, coraçón: coração, cuore, coeur)
Faytsme doler
A tot vostron poder; (vuestro; vostre)
Car hanc hay haút desesper (aunque he tenido desesperanza)
D’ aquel Senyor qui m’ ha creat.
XV.
DE JURAR.
¡Ah de jurar!
E còm fá mant mal far!
Fá a scient
Lo mon mintent
Qui petit val,
E fá esser gran mal
Quant hom jura “si Deus me sal”
¡Ah falliment tan greu!
A mala mòrt,
E estar en tal pòrt
Hon ha tots temps mal sens conòrt!
Contricció,
Faytsme querre perdó
Dels juraments hon perjur só. (sòc, soc; soy perjuro)
XVI.
DE INFAMIA.
¡Ah! tant mal fá
Qui a tòrt afamá
Car satisfer
Porqu‘ eu deig gran ira haver;
Car blastomament (blasfemia)
Per la gola mintent (mintiendo por la garganta: garganchón: cuello; gola también gula)
Contra mante femma valent
E hom leyal,
Hay donat, perque mal
Greu e pesant eviternal (sempiterno)
Ne dey portar,
Pus no pòt recobrar (pues; también usa donchs y derivados)
Fama bona cell qu’ afamar (disfamar, quitar la fama, a + famar)
Fás contra ver.
Si no ‘m donas doler,
XVII.
DE ESCUSACIÓ.
Jens escusar
Ans fá ‘l peccat montiplicar, (multiplicar)
Si contra ver
Hom vòl escus haver,
Perqu’ eu n’ hay en mon còr doler;
Car falsament
Hay fayt escusament
De mon mortal greu faliment; (falliment; “de mi mortal grave fallo”)
Perque mes greu
Que de ma colpa leu
Nuyl temps la gran ira de Deu;
Donchs quer perdó
E ajut te contricció
Qui delex escusació
E dona ‘l còr dolor
E humilia lo senyor.
DE IMPASCIENCIA.
Impascient
No ha remembrament
Del piadós recorriment,
Que passió
Fá ab contricció
A hom qui demana perdó;
Donchs, pascient
Ateñy perdonament (la ñ en tiempos de Ramon Lull, aproximadamente 1300)
Quant ama haver languiment
Pasciencia ‘l té tan dret,
Que tot tòrt vens
E nulla re vivens
No ‘l pòt forçar a ponimens; (puniments : punir; castigos : castigar)
Perqu’ eu m’ en dó, (porque yo me los doy; dó : dono : doy; dó también don; verbo dar)
E ajutme contricció.
XIX.
DE DESLEYALTAT.
Desleyaltat,
Qui ha vostra amistat,
E qui vos vòl,
Durará tant co ‘l sòl (com; durará tanto como el sol)
En el marriment, pena e dòl.
Lo vostre companyó,
Tement que Deus jamays mí perdó, (jamás; jamais, james, jamés)
Perque ‘m partray
De vos, e per jamay
Mas jens no só
Sens contricció
Ni vos lexar; (deixar; dixar; dejar; leixar)
Perque ‘m vull tot donar
A contricció e plorar,
XX.
DE SEJORNAR.
Bé es malvat
Hom pres en peccat,
Car ama estar sejornat;
Car cell qui vá
Pena que jamay no morrá, (morirá)
No deu dormir,
Ni cessar que querir
Ab contricció, penedir,
A Deu perdó,
Plorant sa fallió
Ab una tal compulsió,
Que mant suspir
De son còr faça exir, (de su corazón haga salir; exitus, exit, exida, eixida, eixir etc)
Tant que quant venrá al fenir (finir; fallecer, finar, morir, acabar)
La pietat
Qu’ haurá ‘l tenga trebaylat,
Lo tenga delay repausat. (reposat; reposado; au → o : pauc : poc, pòc : poco)
XXI.
DE OCIOSITAT.
Hom ociós, (ocioso)
¿Perque est pererós, (perezoso)
Pus que a la mòrt fás ton cós?
Quant mòrt serás,
¿De qué merit haurás (mèrit : mérito)
Si desá negun bé no fás? (de çá: en esta parte; dellá : en esa parte, en la otra parte)
Ociós de rahó,
E a suspir,
E a mercé querir,
Ans só creat a fayre bé, (faire : facer : hacer : fer : fé)
E cessar mal;
E si d’ asò no ‘m cal. (variantes: aço, açò, açó,assó, assò, aixó, això …)
Estaray en foch infernal.
XXII.
DE SENTIR.
¡Oh tú qui sents
Viandes, estruments, (viandas : comestibles; instruments : instrumentos)
Odors, paraules, tocaments! (olores, palabras, tocamientos)
Quant mòrt serás
Delay ¿é que sintrás (sentirás, de sentidos)
Dels plaers que say sentits has?
Sintrás dolor
Si feneix peccador, (fenece, muere)
Qui ‘s puscha desay haver (6), (como el deça anterior; que se pueda en esta parte tener)
Si no ‘t vires a greu doler
Desay sentir,
E a mercé querir,
Per ço que puschas far delir (puedas; pugues, puxques, puguis)
Lo faliment
Qu’ has fayt, en sintent (sintiendo)
Ab contricció penedent. (arrepintiendo; penitencia, penitensis : Penedés, Panadés, etc)
XXIII.
DE COGITAR. (cogito ergo sum : pienso, luego existo, soy)
¡Ah cogitar! E рег nient pensar, (niente italiano; nada; res, re, rè)
¿Perqu’ el vòls en ton còr posar?
Ha hom cogitament,
Si cogita a no scient;
Ans s’ en sech mal,
Car ço que re no val (no vale nada)
A pá, ne a ví, ne a sal, (pan, vino)
Tòl bon pensar, (tòl, de tolre, toldre: tolere : quitar, apartar, suprimir, etc)
D’ hon se pòt gran bé far, (de donde se puede gran bien hacer)
Perqu’ eu deuria fòrt plorar; (debería)
Car longament (“largamente”, longa: larga : mucho tiempo)
Sens nuyll profitament (sin ningún provecho; nulo; null)
Hay cogitat a no scient,
E certament
Fí mant cogitament;
Mal perqu’ en só molt penedent.
XXIV.
DE PARLAR.
Per erguyllós e mal parlar (orgulloso; ergullós, orgullós; malparlat, mal hablado)
Tantas vets m’ havets fayt peccar, (Tantas veces me habéis hecho pecar)
Afermant ço qui ‘s falsetat
E negant ço qui’ s veritat.
¡Ah mal parlar tant neleytós!
Ab contricció e plorar (7)
De tan malvat greu parlament (tant, tan; la t final se perdía ya en algunos sitios)
Ab que hay fayt tan faliment,
Estant vilá e descortes (villano, de villa; vila; descortés se encuentra también con tilde)
Nomnant noms de gran sutzetat (nombrando : nomenant; suciedad)
Qui son gran horribilitat.
¡Ah boca sutza e pudent! (con boca sucia y apestosa; podrir: putir : putput, abubilla)
¡Ah lengua mala e mintent! (Hay ya palabras con ll inicial en Ramon Lull : Llull)
Recorrets a contricció
E demanats a Deu perdó, (demanáu, demanau, demanéu, demaneu; demandáis, pedís)
E ajutvos mercé clamar
Ab greus suspirs e plorar.
XXV.
DE OBRAR.
¡Ah mal viciós obrar!
Ja nous pogués mays atrobar (trobar, atrobar; encontrar)
En mes mans, hon tant faliment
Ay fayt a tòrt a mante gent! (este ay: hay : he hecho entuertos a mucha gente)
Si contricció no ‘m secor (si contrición no me socorre; secor : socor : socors etc)
Ab mant suspir e ab mant plor!
¡Ah mans malas plenas de mal! (¡Ah manos malas llenas de mal; típico plural fem occ.)
Si anats en fòch infernal, (anats → anáu, anau, aneu, anéu; anar : andar, ir; vais)
¿Qu’ eus valrá quant havets obrat
En esta vida ab peccat? (Ramon Lull usa tanto esta como aquesta, est’ con apóstrofe)
En neguna bona obra fer, (usa neguna: ninguna; posterior es el “cap” : ningún, ninguna)
Ans estarets co ‘l pex nadant (sino que estaréis como el pez nadando; peix; co : com)
En flama de fòch, tròp cremant. (muy + cremant : ardiente, que quema; llama; fuego)
Fayts, donchs, de say quant bé porets, (feu: haced; cuanto bien podáis, podréis)
Car si ho fayts mercé trobarets, (ya que si lo hacéis merced encontraréis)
E lo bé que no porets far, (se encuentra far, fer: facer, hacer, faire, facere)
Faytslo al còr molt desirar.
XXVI.
DE CARRERAS. (plural femenino de calle, calles, , carrera, latín carraria : vía, carrer, carré)
¡Ah peus! e tant havets errat
En tot quant havets pasetjat! (la s: ss no era uniforme, ni lo fue durante siglos)
En anys, setmanes e dias (plural occitano de día, días; a veces está con tilde)
Anavets per malas vias,
Perque ‘s tayn que siats cremats; (tany : pertany, pertayn)
Car ab vos ay fayts mants peccats.
E si per un peccat d’ Adam
Quant mays vá cascú a gran mal
Quant fá mant peccat actual:
Per ço que vinga a bona fí. (8)
Mas cové que lo virador
Haje contricció major
Que los peccats, si ‘l vòl virar
E que y ajut suspir e plòr,
E mercé de nostro Senyor. (En mallorquín sobrevive nostro en 2021; nostre; nuestro)
(la y griega era muy común, y lo fue también en la renaixença del siglo XIX.
Esta y : hi : hic latín; en castellano antiguo también aparece “hy” : abiertas assí como logares comunales a todos los qui hy quisieren entrar.)
XXVII.
DEL CÒR.
¡Ah còr malvat e mal hostal
En qui alberga hom tant de mal (9),
E qui de vos havets gitat (gitat: expulsado, sacado; gitar: foragitar; no es gitar : acostar)
Deus, qui ‘n vos no sia amat!
Ah! en tan mal hostal anats,
Si donchs molts suspirs no gitats, (expulsar, exhalar suspiros)
E que molta ayga ‘ls uylls donets, (y que mucha agua a los ojos deis; aygua, aigua etc.)
Per ço que ploren mantes vets. (muchas veces; moltes vegades, moltas vegadas)
Encareus cové penedir (“todavía os conviene arrepentiros”)
E qu’ els umplats de bon amor (umplir, omplir : llenar; adimplere; plenar es posterior)
Amant Deu vostre creador;
Trametets un suspir coral
Qui munda còr de peccador, (limpia; contrario inmunda, inmundicia)
Si a ela ‘s rent per hostal, (ella)
E de suspirs li fá sensal, (censal)
E molta ayga ‘ls uylls vulla dar, (y mucha agua a los ojos quiera dar; donar)
Per ço que molt puschan plorar, (puedan llorar)
XXVIII.
DE IMAGINACIÓ.
¡Ah mala imaginació!
Si no havets contricció
Per vos cregut e procurat,
Imaginarets vostre mal
Tots temps en lo fòch infernal,
Hon haurets mant malvat turment,
Si no imaginats forment (si no imagináis fuertemente; fort + ment; forment es trigo)
Say pietat, contricció,
Imaginació, ¿quéus val
Imaginar ço queus fá mal,
E qui mòu la contricció
A moure en lo còr sospirs
Cóm Deu sia servit, honrat,
XXIX.
¡Ah, las! mesqui! tant has perdut
Ço perque pográs bé haver,
E jamays ço que perdut has
Mas si has gran contricció
Bé porás cobrar son semblant
Per ço qui ve d’ aqui avant;
Mas lo bé que pogres haver
E esne ‘l teu peccat cregut
En quant tú l’ has a tú perdut.
Veges, donchs, cóm es hom malvat,
E privarás si no ‘t sotmets (sots: debajo, mets: metes : si no te sometes)
A contricció e a drets
De tot quant Deus en volrá fer,
XXX.
DE MAL EXIMPLI.
¡Ah eximpli de gran peccat
Tant gran será lo poniment
En aquels qui a mala mòrt
Ab contricció e suspir
E ab plorar e penedir.
¡Ah mal eximpli qui segnal
Sots perque hom fá tan de mal!
Que l’ hom en qui sots sustentat
Sia per vos tant turmentat
Co ‘l dan d’ hon sots occasió,
Si donchs no y val contricció,
E qu’ hom vuyla molt desirar
Con bò eximpli pogués dar.
XXXI.
DE INDISCRECIÓ.
Poram aydar contricció,
Com sia tant gran faliment
Qui fal contra enteniment,
E per molts d’ altres mals asatz
Mants jorns indiscret suy estatz;
E si no ‘m val contricció
A recobrar discreció,
Car terra de fòch infernal (10),
No ‘m valrá, pus contr’ ela só,
Car a hom qui ‘s rent bestial,
Perqu’ eu prechvos, contricció,
Que ‘m rendats ma discreció,
E ab ella venga ‘l servir,
E ‘m faça molt fòrt penedir.
XXXII.
DE OBLIDAR.
Oblidar son leyal amich
E remembrar son enemich
E oblidar contricció
Com hom ha fayta falió,
Es oblidament desleyal
D’ hon se pòt seguir tant de mal,
Membrará Deus lo faliment
Sens membrança de perdonar
E ab membrança del jutjar.
Deu e la sua gran bontat,
E ‘l bé que per él m’ es vengut,
E vuyl membrar contricció,
E vuyl membrar son gran jutjar,