Necesitas 143 músculos para sonreír y sólo una cerilla para quemar tu oficina

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Un fósforo (en griego, φωσφόρος, lit. ‘portador de luz’), cerilla, cerillo, misto, mixto, o velilla, es un utensilio fungible, consistente en una varilla de material combustible con un extremo (llamado cabeza) recubierto por una sustancia tal que, al frotar la cabeza contra una superficie rugosa adecuada, el calor producido por la fricción hace llegar la cabeza a la temperatura de ignición y esta se enciende.
Es uno de los principales inventos de la historia, ya que permitió al ser humano obtener fuego de manera instantánea.
El principio de encendido consiste en llegar a la temperatura de ignición, mediante una fricción que produce calor, para generar la reacción de reducción-oxidación e inflamar el combustible que forma la cabeza, combustión de poca duración que se mantiene después en el soporte.
Los tipos dependen, bien de la composición de la cabeza (material de encendido), bien de la composición del soporte o vástago (material de mantenimiento).
Los fósforos modernos, según la composición de la cabeza, pueden ser de dos tipos:
Integral (también llamados lucifer): Encienden por fricción contra cualquier superficie rugosa. Contienen un compuesto de fósforo en la cabeza; de ahí su nombre.
De seguridad: Solo encienden al frotarlos contra su propio rascador, que es donde en realidad se encuentra el fósforo. Se evita así el peligro de ignición espontánea por frotamiento entre las cabezas de los fósforos dentro de su caja.
La cabeza del fósforo tiene un soporte o vástago para permitir su manejo. Según la composición del vástago han existido varios tipos de cerillas: las esteáricas, las de papel o de cartón y las de madera.
Lo más frecuente es que sea un palito de madera de sección cuadrada. A lo largo del tiempo se han utilizado otros materiales, como una serie de hebras de algodón o un papel plegado fijados con cera (de ahí el nombre de cerillas o cerillos), o un cartón empapado, que se ha utilizado mucho en los fósforos llamados de carterilla.
Algunas compañías productoras de fósforos los fabrican con un soporte cuyo largo duplica el de un fósforo normal. Estos fósforos, llamados «extragrandes», sirven para encender fuegos que requieren cierto tiempo para empezar a arder convenientemente (chimeneas-hogar, barbacoas, cigarros puros, …). También tienen la ventaja de que, al prolongar el tiempo que pueden permanecer encendidos, reducen el riesgo de sufrir quemaduras leves o roces en los dedos de personas que están aprendiendo a usar fósforos, ya que, al ser muy largos, distancian los dedos del lugar donde se produce la combustión de la cabeza del fósforo en sí.