Los cuernos son proyecciones óseas puntiagudas que nacen del hueso frontal del cráneo de ciertas especies animales, principalmente mamíferos. Están compuestas en parte por hueso y en parte por queratina, una sustancia proteica similar a la piel.
Los cuernos se encuentran en diferentes familias de mamíferos, como:
Antilocapridae (antílopes): Cuernos acabados en punta y con alguna ramificación.
Giraffidae (jirafas y okapis): Protuberancias óseas cubiertas de piel peluda.
Bovidae (rumiantes artiodáctilos, como vacas, toros y búfalos):
Cuernos conos doblados en espiral formados de queratina.
En general, los cuernos tienen una función anatómica y fisiológica importante para los animales que los poseen, como:
Defensa: Los cuernos pueden ser utilizados para defenderse de depredadores o rivales.
Identificación sexual: En algunos casos, los cuernos pueden ser un indicador de género o estatus social.
Exhibición: Los cuernos pueden ser utilizados para exhibir la condición física o la dominancia de un animal.
Es importante destacar que los cuernos no deben confundirse con las astas, que son una estructura diferente y exclusiva de los cérvidos (como ciervos y renos). Las astas crecen y se caen cada año en relación con el ciclo reproductivo, mientras que los cuernos no se caen y siguen creciendo durante la vida del animal.