Segunda serie.
Tomo IV.
Miscelánea.
Prólogo.
Dadas las dificultades que se ofrecen para destinar un tomo especial a cada género de poesía por la abundancia que nuestra literatura posee en algunos de estos y la escasez relativa de otros, así como por otras y complejas causas que no es del caso enunciar, y deseando que en el Cancionero tengan cabida producciones de todas clases, que den a esta obra el valor de una verdadera antología, he dedicado el presente tomo, cuarto y último de la segunda serie, a una Miscelánea, compuesta de algunas poesías místicas y religiosas, varios villancicos, y diversas fábulas, completándolo con las versiones euskaras de tres composiciones del popular poeta vizcaíno Sr. Trueba.
Reproduzco entre las primeras la versión bajo-navarra de Bernardo de Echepare, y las labortanas de Etcheberry y Silvain-Pouvreau, de los mandamientos de la Ley de Dios, composiciones cuya antigüedad se remonta a los siglos XVI y XVII, y que por solo esta causa ofrecen ya alguna importancia filológica; una excelente traducción al dialecto vizcaíno del terrible y majestuoso himno de la Edad Media Dies irae, hecha por el ilustrado poeta don Eusebio María Dolores de Azcue, y otra poesía anónima en dialecto labortano sobre la futilidad de las cosas mundanas.
Entre los villancicos, o composiciones destinadas a celebrar el Nacimiento del Redentor, ofrezco una Noela del Doctor Juan de Etcheberry, escrita en dialecto labortano en el siglo XVII, unas Eguberri- cantac del poeta easonense D. José Vicente de Echagaray, y otras en dialecto vizcaíno del ya citado Azcue.
Ampliando el estudio hecho en el tomo IV de la serie I acerca de la fábula y su importancia en la literatura euskara, incluyo en este cuaderno una versión vizcaína de la conocida fábula La lechera, hecha por el erudito bascófilo Fr. José Antonio de Uriarte, y dos traducciones más en prosa de igual número de Fábulas de Esopo, vertidas al dialecto vizcaíno por la estimable escritora vizcaína Doña Josefa Vicenta de Moguel y Elguezabal.
Completan, por último, el presente tomo, tres versiones euskaras en dialecto guipuzcoano de las bellísimas poesías incluidas por Trueba en su precioso Libro de las montañas con los títulos de Cantabria, Libertades y lluvias y Tierra de las libertades.
Cada composición va acompañada de su traducción castellana, y las notas filológicas necesarias para su mejor inteligencia, y ofrezco asimismo un breve juicio de cada una de ellas, y algunos apuntes bio-bibliográficos de los escritores cuyo nombre aparece por vez primera en las páginas del Cancionero, como sucede en este tomo respecto a Etcheberry, Silvain-Pouvreau, Azcue y Echagaray. Tal es el sumario rápidamente expuesto de las materias contenidas en este volumen, que viene ya a coronar la serie II del Cancionero Vasco.
José Manterola.
San Sebastián 1.° de julio de 1878.
I.
Composiciones religiosas.
Composiciones místicas y religiosas.
Bastantes son las composiciones de índole mística o religiosa con que cuenta la literatura euskara. Preciso se hace, empero, decir que no es en este género donde se han distinguido más los poetas vascongados, que apenas han producido sino una que otra poesía de algún valor literario y contadas versiones de varios de los más conocidos himnos y cánticos de la iglesia. Y se explica en cierto modo este resultado.
Limitado casi exclusivamente el cultivo de nuestra literatura a los bardos populares, a los sencillos hijos de las montañas, dotados es cierto de un claro ingenio y de cierta espontaneidad y cierta viveza, pero privados generalmente de toda cultura y de toda educación artística, han producido algunas perlas de un gran mérito precisamente por esta circunstancia, y por su sencillez y su característico sabor, al cantar la naturaleza, los placeres de la vida rústica, los afectos del amor y de la familia, y sus patriarcales costumbres, pero no han podido elevarse, faltos de condiciones de instrucción, a las grandes concepciones especulativas, a la exposición de los misterios de la Religión, ni a la explicación de los laboriosos problemas de la ciencia. Grandes de corazón, y ricos de fé y de sentimiento, pero pobres de inteligencia, han creído vedada para ellos tan elevada esfera, y se han limitado a producir, y aun esto puede decirse con verdad que instintivamente, como canta el ave en las selvas, obedeciendo a una necesidad de la naturaleza, sencillas composiciones anacreónticas y bucólicas, y una que otra de carácter elegíaco.
De ahí que mientras la literatura euskara puede ostentar con legítimo orgullo un rico caudal de tiernos idilios de amor y sentidas endechas, apenas cuenta sino con un número limitadísimo de regulares composiciones místicas y religiosas, obra en su mayor parte de algunos laboriosos sacerdotes, y que el género didáctico sea poco menos que desconocido en nuestra poesía.
La mayor parte de las poesías religiosas que tenemos son muy pobres; apenas si hay en ellas artificio alguno poético, y aun la forma métrica es en casi todas ellas harto descuidada.
No he querido, sin embargo, cerrar esta serie del Cancionero, sin ofrecer algunos aunque escasos ejemplares de este género, entre ellos varios de los más antiguos escritores euskaros conocidos, y el lector encontrará a continuación de estos apuntes cinco composiciones de esta índole en varios de los dialectos de la lengua vascongada.
I. 1. Hamar manamenduyac. (Los diez Mandamientos de la ley de Dios), puestos en verso en el primer tercio del siglo XVI en dialecto bajo-navarro por Bernardo de Echepare, natural de Eyheralar, y Rector de San Miguel el Viejo, en las inmediaciones de San Juan de Pie del Puerto, es el primer ejemplar de este género que tengo el gusto de ofrecer a los lectores del Cancionero.
Juzgo ocioso repetir aquí los datos biográficos que acerca de este escritor, el primero que publicó un libro en vascuence, expuse en el tomo II (serie I) de esta misma obra, al ocuparme de sus Poesías, (1) y en cuanto a sus Diez mandamientos, que forman parte de ellas, preciso es decir que es mayor el interés filológico y la curiosidad que excitan por su larga fecha que su valor meramente poético.
Escritos en especie de pareados de arte mayor son una sencilla explicación de los preceptos del Decálogo, expuestos sin artificio ni galas de ningún género, y atendiendo más al fondo de la doctrina que a las bellezas de la forma.
Para su reproducción he cotejado detenidamente los textos de las tres ediciones publicadas de sus Poesías, aceptando el que juzgo más puro, y respetando completamente la ortografía especial del autor.
Siendo tan conocido el asunto de esta composición excuso hacer versión castellana de ella, pues las notas que la acompañan bastan a ilustrar en mi sentir cualquiera punto oscuro o dudoso.
(1) Linguae Vasconum primitiae, per Bernardum Dechepare… Un tomo en 4.° menor de 28 hojas, impreso en Burdeos por Francisco Morpain, en 1545.
I. 2. Sigue a esta versión otra de los mismos Mandamientos, en dialecto labortano, obra del ilustrado Doctor en Teología Joannes de Etcheberry.
Autor de un Manual de Devoción (2) en verso, publicado en Burdeos en 1627, y de un librito de cánticos espirituales, (2-a) obras ambas rarísimas y muy apreciadas de los bascófilos más competentes, Etcheberry, a quien el P. Larramendi (3: Arte del bascuence. Salamanca, 1729, folio 374.) calificaba ya de “doctísimo”, y en quien reconocía “numen particular para componer en verso bascongado” es un poeta de mérito, por la facilidad de que hace alarde en la versificación y por su variedad en los metros que emplea, aunque no peque en ocasiones de demasiado escrupuloso en la medida.
(2) Manual devotionezcoa edo ezperen, oren oro escuelan erabilltçeco liburuchoa. Escarazco versutan eguiña, eta guztia bi partetan berecia, etc. Bordelen, Guillen Millanges, Erregueren imprimatçaillearenean. – 1627. Un vol. en 8.° de 138 páginas. Obra dividida en dos libros, muy citada ya por Larramendi en su Diccionario trilingüe y su Gramática. El libro I contiene los principales misterios de la vida de Jesucristo, escritos en versos octosílabos; el II, impreso aparte con el título de Guiristinoac erran behar lituzquen othoitçez (Burdeos, 1627), diversas oraciones en versos de a catorce sílabas.
De esta obra, rarísima ya, debió hacerse á luego de su publicación una segunda edición, pues M. Mazure en su Histoire du Béarn et du Pays Basque, (Pau, 1839), dice haber visto en la Biblioteca de dicha Ciudad francesa un ejemplar impreso en Bayona en 1630. Existe otra edición posterior impresa en Burdeos en 1669.
(2-a) Noelac eta berce canta espiritual berriac. Jesus Christoren biciaren misterio principalen gañean (.) Eta sainduen ohorean besta buruetacotz. Joannes Etcheberri Doctor Teologoac eguiñac. + (cruz) Baionan. 1630.
Esta obrita, que forma un tomito en 8.° de 250 páginas está escrita toda en verso, y se han hecho de ella varias ediciones posteriores, de las que poseo una impresa por Maffré, en Bayona, en 1697. (En 24.° de 240 páginas.)
Nótanse en sus poesías algunos versos flojos, faltos de vigor y de nervio, abundantes con exceso en repeticiones, pero se ven también en cambio otros de una gran energía y de concepto muy elevado. A veces es tan lacónico y preciso que no huelga en sus versos una sola palabra ni una sola letra, otras va derramando todas las reglas del arte, como si quisiera mostrar sus vastos conocimientos poéticos y su habilidad en el empleo de los tropos y figuras.
La versión de los Mandamientos de la ley de Dios que ofrezco de este autor, hecha en versos de a catorce sílabas consonantados por parejas, no es de las que más se prestan a lucir galas del ingenio: está, sin embargo, concienzudamente hecha y merece ser conocida.
Omito también su traducción al castellano, por las razones expuestas al tratar de la composición anterior.
I. 3. La tercera versión de los Preceptos del Decálogo, que aparece con la indicación marginal I. 3, es del conocido sacerdote labortano Silvain Pouvreau, de cuya Guiristinoaren Dotrina, (1) publicada en París por vez primera en 1656, se halla exactamente reproducida.
Silvain Pouvreau nos ha legado además de este Catecismo en lengua vascongada, traducción de la Doctrina Cristiana compuesta por el Cardenal de Richelieu, un Diccionario basco-francés (2) que se conserva
entre los manuscritos de la Biblioteca imperial de París con el número 7.700, 3, 4, y que fue anotado y ampliado en 1665 por Oihenart; una versión de la Philothea, (3) de San Francisco de Sales; otra del Combate espiritual (1: Gudu izpirituala, il Lorenzo Scupoli, Sylvain Pouvreau apezac escaras emana. Parisen 1665. – En 12.°) de Lorenzo de Scupoli; una traducción de la Imitación de Jesu-Cristo, y algunos otros trabajos más que permanecen aún inéditos.
Se ha dudado sobre el pueblo de naturaleza de Pouvreau, y aun se ha dicho de él que no era bascongado; sin embargo, M. de Abbadie, en sus preciosos Prolegómenos a la Gramática de Chaho, manifiesta tener algunos indicios para suponerlo originario de los alrededores de San Juan de Luz. El bascuence de Pouvreau, si bien labortano, no es tan elegante y selecto como el de Axular; pero en cambio de esto, es mucho más fácil y más sencillo, de modo que puede servir para todos los Bascongados de las diversas regiones, pues todos ellos pueden seguramente comprenderlo perfectamente con bien escaso trabajo.
Sus Iaincoaren manamenduac, expuestos con gran claridad, hállanse escritos en redondillas (Laucoac), cuyos versos alternos se hallan combinados con rima perfecta o consonantada, y serán sin duda ninguna perfectamente comprendidos por todos los lectores, con el auxilio de las notas de que van acompañados, sin necesidad de traducción castellana que omito por ociosa.
(1) (N. E. Se cambia la v por u) Guiristinoaren Dotrina. Eminentissimo Iaun Cardinal Duke de Richelieuc eguina. Silvain Pouvreau Apeçac escaraz emana. + (croix) Parisen. Chez Iean Roger… MDCLVI. – En 8.° de 307 páginas, 8 de portadas y preliminares y cinco más sin numeración al final.
Este catecismo comprende 28 lecciones de Doctrina, las oraciones matutina y vespertina, diversas plegarias, el Símbolo de los Apóstoles, los Mandamientos de la Ley de Dios y los de la Iglesia, (estos dos últimos en verso), el Padre nuestro y el Ave-María, terminando con la oración latina Quinque puncta…
La traducción de Pouvreau debió ser hecha sobre medio siglo antes de la fecha de su publicación, pues al principio de la obra van impresas dos cartas pastorales en bascuence de Armand, Obispo de Luzón, la primera dirigida a sus diocesanos y la segunda a los señores Curas párrocos de su Obispado, fechadas ambas en Avignon el 1.° de septiembre de 1618; es decir, 48 años antes de la impresión de la obra.
(2) Este Diccionario, o mejor dicho Vocabulario, está escrito en dialecto labortano, y forma un tomo en folio menor, de escritura del siglo XVII.
A su comienzo se halla agregado sobre pergamino el privilegio concedido a Silvain Pouvreau, cura de la Diócesis de Bourges, para la publicación de una traducción en bascuence de la Imitación de Jesucristo, con el título de Jesusen Imitacionea; de una Gramática basco-francesa con algunos diálogos familiares en ambas lenguas, y de un Diccionario basco-francés, español y latín. Este privilegio, cuya fecha se halla en blanco, parece ser de hacia el año 1650.
A continuación del Diccionario, que comienza por la voz Çafarda, se leen diversas oraciones en bascuence; y a su comienzo se encuentran varias hojas de gramática y extensas observaciones de Oihenart sobre el Diccionario de Pouvreau, y que llevan la fecha de 30 de mayo de 1665.
(3) San Frances de Sales Genevaco ipizpicauaren Philotea, eta chapeletaren Andredena Mariaren ohoretan devocionerequin erraiteco Antcea… Parisen: chez Claude Audinet, 1664.
En 8.° de 14 hojas preliminares, 557 páginas de texto y 2 de aprobaciones.
II. A las tres versiones citadas de los preceptos del Decálogo, sigue una excelente traducción en dialecto vizcaíno del Dies irae…, admirablemente hecha por D. Eusebio María Dolores de Azcue.
En el tomo II (serie II) del Cancionero he publicado ya algunas noticias biográficas de este escritor euskaro; réstame pues hoy ampliarlas algún tanto y corroborar el juicio expuesto por el P. Uriarte, competentísimo en estas materias, al afirmar que la lengua vascongada tenía en Azcue un poeta popular de primer orden.
Efectivamente, después de dado a la estampa el tomo citado he tenido el gusto de examinar todas las composiciones poéticas legadas por este modesto profesor vizcaíno, que me han sido galantemente facilitadas por su hijo, y la lectura de este volumen inédito, (1) que contiene hasta ochenta y dos poesías de diversos géneros, me ha demostrado que el Sr. Azcue, muy conocedor de la lengua y de la poesía euskara y de sus múltiples admirables recursos, es algo más que un rimador vulgar, es un verdadero poeta, y un poeta de mérito, cuyo nombre debe ser colocado con justicia entre los que más han honrado con las producciones de su ingenio el Parnaso vascongado.
El Sr. Azcue, como si quisiese probar de este modo sus fuerzas, ha cultivado más o menos casi todos los géneros de poesía, y en su precioso volumen se encuentran al lado de algunas composiciones religiosas, llenas de sentimiento y que dan a conocer sus arraigadas creencias católicas, otras muchas del género satírico, llenas de gracia y de intención: numerosos epigramas, (ciri-versoak, como los llama con gran propiedad el ilustrado escritor vizcaíno), varias fábulas,
(1) Las poesías de Azcue cuidadosamente reunidas por este y copiadas todas de su propio puño y letra, forman un tomo en 4.° de 318 páginas, más de una mitad de ellas a dos columnas; fueron escritas por los años 1860 y 1861, y coleccionadas por el autor con el título de “Euskarazko vertsoak, neurri askotan apaiñduak. Imini dituzana da Eusebio M.a Dolores Azcue-koa, 1861 garren urtian.”
originales unas, traducidas otras, y diferentes composiciones morales y de costumbres, la mayor parte de ellas de bastante mérito, algunas de primer orden.
Aun en el género didáctico, tan poco cultivado por nuestros bardos por las dificultades naturales que ofrece y las dotes de instrucción que exige, nos ha legado el Sr. Azcue un modelo muy apreciable, pues como tal puede considerarse una composición de no gran extensión pero de gran mérito por su índole especial, que ha dejado escrita con el título de Apolo eta Musak, y en la cual el poeta vizcaíno hace una curiosísima descripción de las nueve deidades habitadoras del Parnaso, señalando rápidamente y en excelentes versos su origen, sus atributos y sus caracteres distintivos.
Aunque el Cancionero que vengo dando a luz no hubiera producido otros frutos que el hallazgo de las composiciones de Azcue, y de otros poetas que como él permanecían poco menos que completamente ignorados hasta nuestros días por el abandono con que se ha venido mirando nuestra especial literatura, yo me felicitaría muy mucho del resultado obtenido, y diera por bien empleados los desvelos que me ha costado la publicación de estos dos volúmenes.
En cuanto a las composiciones del Sr. Azcue, no pierdo la esperanza de dar a conocer en un breve plazo, al menos aquellas más notables, pues su colección es de gran precio para la literatura bascongada, harto escasa de buenos poetas, para que sus producciones se dejen perder en el olvido o la indiferencia.
Dos palabras ya sobre el Dies irae, objeto de estas líneas, y del que me he desviado por un momento en la necesidad de dar algunas noticias sobre el traductor bascongado de este lúgubre y solemne himno religioso, cuya fecha se remonta a los oscuros tiempos de la Edad-media, y que fue adoptado por la Iglesia en su liturgia hacia el año 1385, quizás algo antes aun de esta fecha.
El Dies irae, (1) composición de una poesía y de un ritmo conmovedores, es una pintura grandiosa y admirable, lúgubre y solemne a la vez del fin del mundo y del juicio postrero, que nos los representa con todas las alegrías y todas las tristezas que deben animar este episodio particular de la leyenda cristiana.
(1) La belleza de esta composición ha hecho que haya sido atribuida sucesivamente a Gregorio el Grande, a San Bernardo, y otros autores de bellas poesías religiosas, pero la crítica literaria está hoy contexte en adjudicar su paternidad al monje franciscano Thomás de Celano, guardián que fue de los Conventos de Mayenza (Mainz, Moguntia), de Worms y de Colonia (Köln), y que falleció hacia el año 1255.
Él pinta admirablemente el terror y la beatitud a la par, la esperanza y la desolación, las últimas palabras de la general agonía, los amores celestiales, los horribles alaridos del infierno y la encantadora y melodiosa voz de los ángeles; y aun sin el concurso de la música que le presta un carácter tan patético y tan apasionado, este himno nos impresiona profundamente y nos llena de una emoción indescriptible.
La sola elección del asunto, para verterlo a una lengua tan original y tan extraña como la bascongada, revela o una gran audacia en el poeta, o verdadera conciencia de sus fuerzas y de su valer.
¿Cómo ha realizado su misión el Sr. Azcue? Satisfactorio es decir que la ha llevado a cabo de una manera cumplida, pues su excelente traducción, empapada en el original y que conserva todo su tétrico colorido, deja el ánimo tristemente impresionado y conmovido, la mejor prueba, en mi sentir, de la verdad con que ha sido trascrito el canto.
Compárese efectivamente el texto latino de esta composición con su versión euskara, y se observará la escrupulosa exactitud, la fidelidad, con el que el Sr. Azcue la ha trascrito, sin violentar por eso en lo más mínimo la índole de nuestro idioma, ni sus giros propios, mostrando, por el contrario, una gran naturalidad en todas las frases y expresiones, hecho que demuestra una vez más la riqueza y la flexibilidad maravillosa de esta tan calumniada como poco conocida lengua, que se presta admirablemente a todos los tonos y a todas las situaciones.
Por otra parte el lenguaje empleado en la traducción es puro y escogido, elevado pero sin hinchazón según lo exige la índole misma del asunto, y aun la forma métrica adoptada con muy buen acierto por el poeta bascongado se presta admirablemente para el desarrollo de la poesía.
En una palabra, la versión del Sr. Azcue es notable por todos conceptos, y solamente ella bastaría para acreditarle de hombre de gusto y de excelente poeta.
A continuación de cada estrofa – que es de seis versos de a diez y nueve sílabas respectivamente, combinados los pares con una misma rima en cada una de ellas, libres los restantes, – encontrará el lector una traducción literal castellana, aunque pálida como no puede menos de ser, con objeto de que pueda ser mejor apreciada esta importante versión, y al final de ella reproduzco también el original latino, que servirá para los que conociendo esta lengua deseen conocer mejor el mérito de la traducción, que va además ilustrada con numerosas notas filológicas y gramaticales.
III. Señalada con este número aparece una poesía labortana, reproducida sin más que ligerísimas diferencias ortográficas, de una colección muy estimable de composiciones religiosas que ha obtenido numerosas reimpresiones, y que lleva por título Cantica izpiritualac.
Dicha obrita es una colección de poesías diversas, místicas todas, algunas oraciones y plegarias, y varias noelas o villancicos, de distintos poetas, y entre las que he hallado, aunque sin nombre de autor, varias composiciones de Joannes de Etcheberry, cuya antigüedad remonta hasta el siglo XVII.
Publicada por vez primera en 1763 ha sido reimpresa sucesivamente en 1815, 1817, 1824, 1826, 1829, y posteriormente que yo sepa, enriquecida con diversas adiciones, en 1844 y últimamente en 1868.
Munduco gaucen funts garetasuna, (futilidad de las cosas mundanas), tal es su nombre, y cuyo autor ignoro, apareció por vez primera entre los cantica izpiritualac, en la edición de 1844, lo que me hace suponer que es de fecha moderna.
Mostrar la inestabilidad de las cosas humanas, la sinrazón de las vanidades mundanas que la triste realidad disipa en un momento cual débil nube de humo, sin que sean bastante a mantenerlas juventud, riquezas, honores ni sabiduría, ante el común tributo que debemos todos a la muerte, tal es el objeto de esta composición, que no carece de un gran fondo filosófico, y que está escrita con facilidad y con vigor.
Merecen sobre todo citarse, en medio de la rara uniformidad que domina en la composición, la estrofa 11, en que el poeta presenta con desnuda realidad el común tributo que a la muerte pagan todos los seres; la 8.a, en que desarrolla más y más el pensamiento, valiéndose al efecto del ejemplo de los Alejandros y los Césares, que después de haber dominado el mundo con su espada son hoy leve ceniza, (por más que su memoria, inmortal al contrario de la materia, viva perenne en el gran libro de la Historia), y la estrofa 2.a en que patentiza la misma verdad por medio de un bello símil, comparando la vida del hombre con la de la flor que nace con el día y muere con la tarde.
Es al mismo tiempo esta composición digna de estudio por su rara y especial forma métrica, distribuida en estrofas uniformes de a diez versos de cinco a nueve sílabas enlazadas entre sí con rima perfecta.
Por todas estas circunstancias la he elegido para figurar en el Cancionero, y el lector la hallará en el lugar correspondiente, acompañada de una traducción castellana y de las notas necesarias para su cabal inteligencia.
He aquí ya ahora estas diversas composiciones por el orden expuesto en estos apuntes:
I. 1. – Hamar (1) manamenduyac. (2)
(Dialecto bajo-navarro.)
Adoreçac Jàngoycobat (3) onhetz (4) oroz gaynetic, (5)
Haren ycena (6) ez iura (7) causa gabe vanoqui; (8)
Ygandiac (9) eta vestac (10) santifica devotqui.
Ayta eta ama ohoraiçac (11) vici yçan luçequi.
Ehor erho ez taçala ez etare gayçutsi. (12)
Norc veria vayeci emazteric ez hunqui; (13)
Vercerena (14) eztaçala ebaxi (15) ez eduqui;
Fama gayciq eztemala lagunari falsuqui;
Bercen emazte alabac ez desira gayxtoqui;
Ecetare unhasuna lecotbedi iustoqui. (16)
Manamenduyac hoyec dira Jangoycuac emanic
Hoc veguira diçagula salva guiten hegatic.
(B. de Echepare. – 1545.)
I. 2. – Iaincoaren manamenduac.
Jainco bat onets-ezac, (17) eta adora devotqui,
Eta aren icenaz ez ciñic eguin (18) vanoqui.
Gueiago beguirazac igandea sainduqui,
Eta burasoac (19) ondra, bici-adin lucequi.
Nihor hill eztezaquela, ez bihotzez gaitzetsi (20)
Ecén vengantzen Jaincoa, ni behar nauc sinetsi. (21)
Paillardiza iguinari eguioquec ihesa, (22)
Guztiz ere ez desira lagunaren Esposa.
Bercerén oná hain gutti beharco-duc iduqui,
Guztiz ere hauzoaren ontasuna ez uqui.
Fineán mihiari emoc guardiá, eztén guezurti, (23)
Eta aicen, falseriá irauztera, beldurti.
Hauc bi manamendura biltzen dituc laburqui,
Ceñac gogoan har ahal baitatzaquec errazqui:
Jainco bat onets-ezác gauzá guztién gañetic,
Eta Christau laguna ez heronez beheretic. (24)
(J. de Etcheberry. – 1656.)
I. 3 – Iaincoaren manamenduac.
1.
Iaincobat adoratuco
Duçu çure biotçaz
Hura duçu onetsico
Çure indar guciaz.
2.
Eztuçu iuramenturic
Premia gabe (25) eguinen,
Ez hain guti arneguric
Ahotic atheraren.
3.
Çaren othoit (27) Igandetan
Sainduqui ibiltceaz
Lanic gabe, bai Bestetan
Orobat eguiteaz.
4.
Lurrean nai baduçu
Vici çaren lucequi,
Burasoac ohoratçatçu
Ahal beçain humilqui. (28)
5.
Estuçula nihor illen,
Obraz, gogoz, erranez;
Etçaiscola iarriren
Lagunari gaitzez. (29)
6.
Haraguisco becatutan
Etçara liçunduco, (30)
Çure esposaz campoan
Bertceriz ez hartuco.
7.
Nihorc duen ontasuna
Eztuçu evatsico; (31)
Bai nori bere çucena
Dioçu bihurtuco.
8.
Etçara lecuco falso
Seculan guertaturen;
Ez eta contrariosco
Gueçurrez minçaturen.
9.
Ezteçaçula desira
Nihor ere liçunqui,
Ezcondua ezpaçara
Ezpaitçara cilhegui. (32)
10.
Bertceren ontasunera
Eztuçu behatuco (33)
Çucen diren legueen contra
Bat ere iabetceco.
(Silvain Pouvreau, – 1618.)
II. Dies irae, dies illa…
Euskarazko vertzoan.
(Dialecto vizcaíno.)
¡Egun aserre neurri bakoa, (34)
egun ikaragarrijha! (35)
auts biurtuko (36) dabena suak (37)
jhaijho ta ernedan guztijha:
Testigu David, eta Sibila
eukana Jaunen arguijha.
(¡Día sin igual terrible, día de espanto! aquel en que el fuego convertirá en ceniza cuanto es y cuanto ha sido. Testigos de ello David y la Sibila, inspirados por la divina luz.)
¡Ce itzaltassuna (38) ta ce ikaria
zabalduko dan munduan!
Juez arteza (39) bici ta illena (N. E. Juez lleva diéresis en la e)
etorriko dan orduan,
gauza guztijhak ciatz (40) ikusten
jhasso (41) *dirian moduan!
(¡Qué tristeza y qué temblor se esparcirán por el mundo cuando se presente en él el justo juez de los vivos y los muertos, viendo todas las cosas tal y cual han sucedido!)
Iratzartu (42) ta beti betiko
trompetiagaz batera,
ceñen durundu (43) miragarrijha (44)
zoli (45) elduko dan lurpera; (46)
jhoan biarko dabe guztijhak
bere Tronuen aurrera.
(Despertando de una vez para siempre al llamamiento de la trompeta, cuyo asombroso son penetrará bien presto bajo tierra, todos deberán acudir ante su Trono.)
Erijhotsia, ¡ay! arrituko (47) da
eta izatia gauzena (48)
guizon ostera biurtutia (49)
autsa lengo guizonena,
contu emoteko Juez Jaunari
lengo bici guztijhena, (50)
(La muerte misma, ¡ay! y la naturaleza quedarán estupefactas al ver renacer las humanas criaturas de sus propias cenizas, para dar cuenta a su Juez de toda su vida pasada.)
Zabalduko da libru cenetan
dagozan eskribidurik
berbak eta obrak, pentsamentuak
guelditu barik aisturik;
nundi (51) munduko gauzen epaijha (52)
gueldituko da arguiturik.
(Se abrirá el gran libro en el que se hallan escritas las palabras, las acciones, y hasta los pensamientos todos, y de él se dictará el fallo a todas las cosas mundanas.)
Asten danian bere Tronuan
Juez-a contua artuten,
gauzarik isshill ta eztarijhenak (53)
asiko dira arguituten,
ta epaijha barik gauza bat bere
ez da ikusiko lotuten.
(Cuando el divino Juez sentado en su Trono comience a tomar cuentas, aparecerán en claro hasta las acciones más ocultas, secretas y misteriosas, y cosa alguna permanecerá ya oculta.)
¿Cer esango dot nik gaisho-onek
ofendiduen aurrian?
¿ce bitarteko (54) neure erreguak (55)
aurkituko dau urrian (56)
egongo bada justua bere
galduteko bildurrian?
(¿Qué diré yo, mísero de mí, delante de aquellos a quienes ofendí? Qué protector hallarán mis ruegos, cuando aun el mismo justo no se juzgará seguro de su suerte?)
¡Erregue cenen Magestadia
dan beti ikaragarrijha! (57)
eguin dozuna, zor ez dozula (58)
emoteko onai, glorijha:
salvau naizu, arren, errukijharen
azkanik bako iturrijha.
(¡Oh! divino Rey, cuya Majestad es siempre temible! Tú, que espontáneamente has creado una gloria, para recompensar con ella a los buenos, sálvame, por piedad, fuente perenne de compasión.)
Gomuta zaite, neure Jaun ona (59)
ta Jesus errukiorra, (60)
ni gaiti guizon eguin ta igaro
zendula crutze (61) gogorra;
ez eidazu, arren, bota egun atan
ganera (62) betiko zorra.
(Recuerda, mi buen Dios, Dios compasivo, que por mí te hiciste hombre y sufriste el duro suplicio de la Cruz: por piedad, no arrojes sobre mí en
aquel terrible día la deuda eterna que para contigo tengo.)
¡Zu, Jaun andijha, jharri ziñian
nekatu ta neure billa!
¡ izan ciñian ni irabazteko
jhosi crutzian eta illa!
aimbeste neke neuretzat, Jauna,
galdua izan ez dedilla.
(Tú, gran Dios, pasaste tantos trabajos por mí! ¡fuiste clavado en la Cruz y muerto en ella por salvarme! Señor, que no sean perdidos para mí tantos sacrificios!)
Juez justua, culpiantsako
errukirik ez daukana,
parkatu eidazu, (63) damu dot eta, (64)
ceure contra eguin dodana;
betiko epaijha, guero bakoa,
eldu baño len neugana.
(Justo Juez, sin compasión para la culpa, perdóname, pues me pesa cuanto he hecho contra Ti, antes de que sobre mí lances la eterna e irrevocable sentencia.)
Errua daukat eta negarrez
naukè (65) neure pekatuak;
lotsaz gorritu deust arpeguijha
chingartu artian erruak (66)
¡Jauna errukijha! ¡parkatu Jauna!
entsuizuz (67) neure erreguak.
(Me arrepiento, y me tienen llorando mis pecados; mis faltas encienden y queman de vergüenza mi rostro; piedad, Señor, ¡perdón! escucha mis
ruegos.)
¡Zuk Marijhari kendu zeuntzana
pekatuaren katia!
¡zuk lapurrari crutzian illten
entsun ceuntzana fedia!
ichi (68) zenduan neuretsat bere
fede esperantzaz betia.
(Tú que libraste a María de la cadena del pecado! Tú que escuchaste al Ladrón desde la Cruz en que morías, y le otorgaste Tu fé!, dejaste también para mí (con estas pruebas de tu bondad infinita), una fé llena de esperanzas.)
Ezer eza naz eldu deitezan
ceu gana neure erreguak,
baña ona zara, ta arteztu (69) eidazuz
Aita lez neure pausuak
ez neijhen erre sekula ta inosh
guichituten ez dan suak. (70)
(Indigno soy de que mis ruegos lleguen hasta Ti, pero tú eres bueno, y guías mis pasos como padre, para librarme del eterno e inextinguible fuego (del Infierno.)
Jauna emoidazu ceure eskumati (71)
lekua ardijhen tartian, (la a y e de ardijhen llevan circunflejo)
ta ez ezkerreti, ez arren Jauna,
aker deunguen bitartean, (72) (la e de aker también lleva circunflejo)
jhoan ez nedin suzko lezara (73)
Jauna Jauna dan artian.
(Concédeme, Señor, lugar a tu derecha, entre tus ovejas; por piedad, Señor, no me arrojes a tu izquierda, entre los malos, para que no caiga en el ígneo abismo para mientras Dios es Dios (o por toda una eternidad.)
Deungak (74) bota ta beti betiko,
beteten euren epaijha,
su gogorrera, bitarte bako
erasoten daben ay-jha;
eguizu onakaz nik entsun deidan
zeugaz jhoaleko deijha. (75)
(Después de arrojar por siempre a los malos a cumplir su eterna sentencia en el terrible fuego, y entre incesantes alaridos, haz que me escuche llamado por Ti entre los buenos.)
Eskatuten dot auspaz, (76) erruen
pishuagaz makurturik
eta bildurrak auts ariña lez
neure bijhotza urundurik (77)
euki neizula neure azkanian
arren, Jauna, ceure eskurik. (78)
(Te pido postrado, inclinado por el peso de mis faltas, y deshecho mi corazón por el temor cual leve ceniza, me tengas, por piedad, de tus manos en mis postreros momentos.)
¡Oh, ikarragarri guztijhentsako
egun a negargarrijha! (la palabra a lleva circunflejo)
ceñetan autsak, len guizon zanak,
artuko daben bicijha,
errutsua (79) lez juzgau ta artseko
eguin evanen zarijha. (80)
(Oh día para todos terrible! Día de llanto! en el que renacerán los hombres nuevamente de sus cenizas, para ser juzgados conforme a Ley, y obtener el premio (o el castigo) de todos sus actos.)
Oraiñ oneri parkatuijhozu
Jesus Jaungoiko lastana,
Jaun errukitsu guizona gaiti
guizon eguiñ ziñiana,
eta emoijhozu deskantsu ceñen
ikusiko ez dan azkana. (81)
Ala izan dedilla.
(Ahora, perdona a este, amado Dios y Señor, Dios compasivo que por él te hiciste hombre, y concédele el eterno descanso.)
Así sea.
(Eusebio M.a Dolores de Azcue. – 1860.)
(1) Hamar, div. dial., numeral diez.
(2) Manamenduya, bn., manamendua, lab., bn., mandamiento. (De manu a, orden, mandato, y mende, bajo el poder de…)
(3) Jàngoycobat, (Jàn-goico-bat), un Dios. Jàn contracto por Jaun.
(4) Onhetz, onhetsi, bn., lab., g., vizc., amor, cariño, agrado, etc.
(5) Adoreçac Jàngoicobat onhetz oroz gaynetic; Lit. Adora a un solo Dios cariños todos sobre; o Adora al Dios único sobre todas las cosas.
(6) Ycen o icen-a, nombre.
(7) Yura, tu, tze, jurar; afirmar o negar alguna cosa poniendo por testigo a Dios; verbo euskaro puro derivado de Ju, (contracto de Jaun, señor, Jaun-goicoa, el Señor de lo alto o el Señor por excelencia, Dios), y de la terminación ra, que expresa movimiento a o hacia…
(8) Vanoqui, en vano, vanamente.
(9) Igande, igandea, (contracción quizás de Egun-aundi-a, día grande), domingo.
(10) Besta, festa o phesta, fiesta, el día señalado por la Iglesia en honor de algún misterio o Santo, con obligación de dedicarlo a Dios.
(11) Ohoraizak. Es 2.a pers. del sing. del imp. del verbo ohoratu, en trato ordinario o en ik. – Honra a tu padre y a tu madre para que vivas largo tiempo.
(12) Ehor erho ez tazala ez etare gaizutsi, no mates a nadie ni le produzcas daño alguno…
El verbo ehortu, ehortsi, ehortzen, significa propiamente en el dial. bn. amortajar, de cuya raíz se han formado las voces ehortz-leku-a y ehortz-toki-a, equivalentes a la castellana cementerio (N. E. ill-erria).
En vez de gayçutsi (o gaits-utsi, dejar a uno malo o enfermo, herirle, producirle algún daño), aparece la palabra gaycetsi en la reimpresión de las Poesías de Echepare, (Bayona, 1868), y gay-utsi, en la edición de Burdeos de 1847, citadas ya ambas en el tomo II, (serie II) del Cancionero.
(13) Hunki, hunkitu, bn., ukitu, ukitzen, guip., lab., ukutu, guip., vizc., tocar.
Norc beria bayezic emazteric ez hunquitu. “No toque nadie sino a la mujer propia.”
(14) Vercerena o bertzerena, de otro.
(15) Ebaxi, bn., ebatsi, ebasten, lab., robar.
(16) Este último verso se halla omitido en la citada edición de Burdeos.
(17) Onets-ezac. 2.a pers. del sing. del imperativo del verbo onhetz, onhetsi, lab., bn. amar, conjugado en el trato ordinario, o en ik.
(18) Ciñ-eguin o zin-eguin, hacer la señal (de la cruz), o jurar.
(19) Buraso-a-ac (Buraso-a, Buraso-ac), lab., bn, guraso-a, guraso-ac, guip., vizc. el padre y la madre: los parientes en general.
(20) Gaitzitu, gaitzitzen, lab., querer mal a alguno, guardarle rencor o resentimiento, desearle mal.
(21) Ni behar nauc sinetsi, debes creerme.
(22) Paillardiza iguinari eguioquec ihesa… Huye de toda acción impura o deshonesta.
Paillardiza, lab., impureza (N. E. francés paillardise). Empléanse como sinónimas las voces loikeri-a, lizunkeri-a, limuridea, y otras.
Ihes eguin, lab., igues eguin, huir, g., apartarse.
(23) Finean mihiari emoc guardia ezten guezurti… Por último, ten cuenta a tu lengua para que no profiera mentiras.
(24) Heronez beheretic… por debajo de ti, o menos que a ti mismo.
(25) Premia gabe, div. dial., sin necesidad, en vano.
(26) Arnegu-a, blasfemia.
(27) Zaren othoit, acuérdate o ten cuidado de guardar santamente los domingos, y de no trabajar en ellos; y de imitar igual conducta en los días festivos.
(28) Ahal bezain humilki…, con toda la humildad que te sea posible.
(29) No mates a nadie de acción, de pensamiento ni aun de palabra, ni desees mal alguno al prójimo.
(30) Haraguisgo becatutan lizundu … mancharse con pecados carnales.
(31) Evatsi o ebatsi. Véase la nota 15 de la pág. 17.
(32) Cilhegui. Voz empleada por Pouvreau con la significación de libre. – Ezpaitzara cilhegui… si no eres libre…
En el dial. lab. se emplea hoy generalmente esta voz con la significación de permiso, así como en el guip. la correspondiente zileguiera.
(33) El verbo behatu, behatzen, usado generalmente en las acepciones de mirar, escuchar, atender, considerar, está empleado aquí en el concepto de mirar con envidia, desear o ambicionar.
No mires con envidia el bien ajeno, ni trates de hacerte dueño de él, (iabetu o jabetu), contra las leyes, o faltando a estas.
(34) Egun aserre neurri bakoa… Día terrible, sin medida, es decir, sin igual…
(35) Ikara, temblor: ikaragarri-a, tembloroso, digno de terror, temible…
(36) Auts biurtu … convertirse en polvo o en ceniza.
(37) Su-a, el fuego.
(38) Itzaltassun-a, (de itzal-a, sombra), qué silencio, qué tristeza! – Sin.: Issiltasun-a.
(39) Juez arteza… el recto Juez…
La voz artez-a, sinón. de ciurra, equivale a recto, justo…
(40) Ciatz ikusi, o ciur ikusi, ver recto, ver las cosas conforme a la verdad…
(41) Jaso o jhasso, (como escribe Azcue), suceder, acontecer. Sinón.: *guertatú, suertatú…
Jhasso dirian moduan… Tal cual han acontecido.
(42) Irazarri, irazartu, (como escribe Iztueta), o iratzartu, iratzartuten, como lo usan Olaechea y otros escritores vizcaínos, despertar, despertarse. – Sin.: Atzarri.
(43) Durundu-a. He aquí una voz llena y sonora, y aun de cierta armonía imitativa. Trompetiaren durundua… el sonido de la trompeta… La voz durundua, parece ya por sí sola expresar la idea de un sonido fuerte y duradero, o prolongado.
(44) Miragarri-a, admirable, asombroso…
(45) Zoli. Es un adverbio equivalente a los castellanos presto, enseguida, inmediatamente…
(46) Lur, tierra, lurpe-a, bajo tierra, lurpera, bajo la tierra.
(47) Arritu. He aquí otra de las voces muy significativas de la lengua euskara, que expresa gráficamente el concepto de admirarse, asombrarse: literalmente, convertirse en piedra, (de arri-a), o quedarse
estupefacto.
(48) Izatia gauzena, la naturaleza.
(49) Biurtu… volverse o convertirse en…
(50) Entre los borradores del Sr. Azcue encuentro esta misma estrofa con las siguientes variantes:
“Erijhotsia, ay! arrituko da
Eta gauzen izatia,
Illac bistuten dirianian
Apurtuta euren katia.
Erantzuteko ta jhak teko
Juezen borondatia.”
(La muerte misma, y la naturaleza quedarán estupefactas cuando, rotas sus cadenas vuelvan de nuevo a la vida los muertos, para responder al Juez Supremo, y conocer su voluntad.)
(51) Nundi, vizc., nundik o nondik, guip., adv. de lugar, de donde.
(52) Epai-a, epai-jha, vizc., resolución, fallo, sentencia. – Sinón.: Erabaki-a, adua, aduri-a.
(53) Eztarijha. Este adjetivo procede indudablemente del verbo eztali, cubrir. Eztalijha o eztarijha, cubierto; eztarijhena, lo más cubierto, lo más secreto o recóndito…
(54) Bitarteko-a. (liter. de entre dos), mediador.
(55) Erregu-a, ruego, súplica.
(56) Urrian, cerca (de sí).
(57) Estos dos versos encuentro en uno de los borradores del autor con esta variante:
“Erregue ceñen anditasuna
Dan guztiz arrigarrijha…
El concepto, como se ve, es el mismo; la expresión del texto, aunque no me gusta tanto, me parece, sin embargo, más conforme con el original.
(58) Zor ez dozula, sin que debieras o tuvieras tal deuda; es decir, espontáneamente, a impulsos de tu infinita bondad…
(59) Variante del autor sobre este mismo verso:
“Ez zaitez aistu, neure Jaun ona… etc.”
(60) Errukiorra, compasivo.
(61) Crutze, curutze o gurutze, cruz.
(62) Ganera, vizc., gañera, guip., sobre, encima.
(63) Parkatu eidazu… es 2.a persona del sing. del imp. del verbo parkatu o barkatu, en trato cortés, o en zu… perdóname.
(64) *damu dot… me pesa, me arrepiento…
(65) Naukè, contracto por naukate…
(66) Erru-a, g., vizc., falta, pecado…
(67) Entsuizuz… 2.a pers. del sing. del imp. del verbo entsun, escuchar, conjugado en el trato cortés, o en zu… escucha.
(68) Ichi, ichten, vizc., utsi, usten, g., lab., bn., dejar, cesar.
(69) Arteztu, vizc., dirigir. Arteztu, eidazuz… dirige.
(70) Variantes del autor sobre esta misma estrofa:
“Neure erregùak eurenez, Jauna,
Utsak dira ta galduak;
Baña ona zara ta ez beitez izan
Alperrak neure erreguak,
Ez neijhen erre beti ta beti
Guichituten ez dan suak.”
(71) Eskuma, vizc., eskui-a, guip., eskuin-a, lab., bn., derecha.
(72) Ez aker deunguen bitartean … no entre los funestos machos cabríos… “compañeros del maldito Luzbel…” Esta frase aparece aclarada en una de las variantes puestas a esta estrofa por su autor, en la que se lee:
… ez, arren, Jauna,
akèr deunguen bitartian,
madarikatu Luzbelen lagun
Jauna Jauna… etc.
(73) Suzko lezara… al abismo de fuego, al infierno… (de su-a, el fuego, y lez-a o leiz-a, abismo, antro o caverna.)
(74) Deungue, deunga, vizc., malo, (voz derivada quizás de don-donne, santo, y la negativa ez, y equivalente por tanto a no-santo)
(75) Dei-a, guip., dei-jha, vizc., llamamiento.
(76) Auspaz, vizc., auzpez, guip., postrado, inclinado…
(77) El verbo vizc. urundu, significa propiamente convertirse en ceniza, y metafóricamente aplastar, deshacer, etc.
(78) Variantes del autor sobre esta misma estrofa:
“Eskatuten dot echun ta larri
Bildurren izerdi otzagaz
Ta arritassunak autsa bera lez
Jho deusten bijhotzagaz;
Ceure mempian azkan guztijha
Iminten dot fediagaz.”
(79) Errutsua, vizc., sinón. de errukigarri-jha, digno de compasión.
(80) Zari-a, g., zar-jha, vizc., premio, recompensa.
(81) Deskantsu ceñen ikusiko ez dan azkana, un descanso cuyo fin no ha de verse, es decir, el eterno descanso.
Dies irae.
(N. E. los dígrafos que parecen oe los escribo ae)
Dies irae, dies illa
Solvet saeclum in favilla
Teste David cum Sibilla.
¡Quantus tremor est futurus
Cuando Judex est venturus
Cuncta stricte discussurus!
Tuba mirum spargens sonum
Per sepulcra regionum
Coget omnes ante Thronum.
Mors stupebit et natura
Cum resurget creatura
Judicante responsura.
Liber scriptus proferetur
In quo totum continetur
Unde mundus judicetur.
Judex ergo cum sedebit
Quidquid latet apparebit
Nihil inultum remanebit.
¿Quid sum miser tunc dicturus?
¿Quem patronus rogaturus
Cum vix justus sit securus?
Rex tremendae Majestatis
Qui salvandos salvas gratis;
Salva me, fons pietatis.
Recordare Jesus pie
Quod sum causa tuae viae:
Quaerens me sedisti lassus
Redimisti Crucem passus
Tantus labor non sit cassus.
Juste Judex ultionis
Donum fac remisionis
Ante diem rationis.
Ingemisco tamquam reus
Culpa rubet vultus meus
Suplicanti parce deus.
Qui Mariam absolvisti
Et Latronem exaudisti,
Mihi quoque spem dedisti.
Sed tu bonus fac benigne
Ne perenni cremer igne.
Inter oves locum praesta
Et ab hoedis me sequestra
Statuens in parte dextra.
Confutatis maledictis
Flammis acribus addictis
Voca me cum benedictis.
Oro suplex et aclinis,
Cor contritum quasi cinis
Gere curam mei finis.
Lacrimosa dies illa
Qua resurget ex favilla
Judicandus homo reus.
Huic ergo parce Deus,
Pie Jesus Domine
Dona ei requiem. Amen.
III. Munduco gaucen funx-gabetasuna. (1)
Ez da mundu huntan,
Ez hunen aguintzetan (2)
Behinere aurkhitcen
Zorion falxoric baicen:
Bethi da guezurti
Atzematen,
Halere (3) bethi
Edireten (4)
Ditu guizonac,
Fidatu nai zaizconac.
(No se halla nunca en este mundo ni en sus (falaces) promesas, sino una falsa dicha. De continuo, mentiroso, trata de cogernos (el mundo), y no obstante eso siempre encuentra hombres que se fíen de él.)
Lore eta liliac
Nola tu (5) iguzkiac
Goiz-aldean zabaltzen,
Arrax berean mudatzen;
Hala da guizona
Gambiatzen,
Haren adina (6)
Da sunxitzen. (7)
Yaio (8) deneco
Han da arrasta (9) hiltzeco.
(Cambia el hombre como la flor que se abre por la mañana para cerrarse (marchita) con el sol aquel mismo día. Así su inteligencia se gasta o se oscurece, y apenas ha nacido se arrastra ya hacia la muerte.)
Mundutar arinec,
Ez gazte libertinec
Ez darotet aguintzen
Axeguin gozoric baizen;
Bainan pulumbatu (10)
Banaiz hetan,
Ez dut aurkhitu
Gucietan
Deus funxezcoric,
Deus axecabez (11) berteric.
(El mundo no ofrece sino halagadoras dichas a los irreflexivos y a los libertinos. Pero las veces que a él me he entregado, nada he hallado de fundamento, nada sino desventuras.)
Hil behar guizonac
Alfer tu (12) ontasunac,
Diru nekhez bilduac,
Urre eta cilhar multzuac; (13)
Liteken nihoren
Behar gabe,
Mundu beraren
Balitz yabe,
Hil eta zaio
Gathabut bat (14) gueldituco.
(El hombre, que ha de morir, posee en vano riquezas trabajosamente conseguidas, y los montones de oro y plata; (con ellas) no tendría necesidad de nadie, y sería dueño del mundo; pero muere y sólo le restará un ataúd.)
Guizon aiphatuac,
Handi ohoratuac,
Zuen titulu gorec,
Ez eta zuen ohorec,
Ez dute hiltzetic
Beguiratzen,
Nihor hobitic (15)
Guibelatzen; (16)
Hari itzurtzeco (17)
Handi sortzea ez da asco.
(Hombres de gloria y colmados de honores, ni vuestros títulos ni vuestras distinciones os salvan de pagar ese común tributo; a nadie libran ellas del sepulcro, pues para escapar a la muerte, no basta nacer grande.)
Gaur doaxu dena,
Urrea dariona,
Inguratua pobrez,
Haren amoina (18) beharrez,
Biharcotz daiteke
Eroria,
Bai eta eske
Ethorria
Bertzen atherat,
Sobra cembat galdetzerat.
(El que hoy se encuentra feliz, nadando en la opulencia, y rodeado de pobres que solicitan de él una limosna, puede verse quizás caído mañana, y en la necesidad de implorar la caridad en la puerta ajena.)
Atzo gaichtaguina (19)
Ikhusi dut igana (20)
Cedro berez gorago,
Hurren hedoietaraino; (21)
Ordean iragan
Naiceneco,
Nihor ez cen han
Guehiago;
Izan cen ere
Ez cen seinale bathere.
(Ayer vi un malhechor subido más alto que un cedro, elevarse hasta las nubes: pero para cuando he pasado, nada quedaba de él, ni aun una sola señal de su existencia.)
Cembat Alexandrec,
Cembat bertze Cesarec
Bere harmen indarrez,
Bere garhaiti (22) ederrez,
Ez dute leihorra
Mintzaraci, (23)
(1) Funtsgabe-a, funxgabetasun-a, lab., insignificancia, vanidad, inutilidad o futilidad… de las cosas mundanas.
(2) Aguintz-a, lab., guip., promesa, ofrecimiento. Sinón. Aguindea, lozkañia, eskeintz-a, vizc., aguinsari-a.
(3) Halere, alaere, alambere, halarikere, en los div. dial., esto no obstante, a pesar de esto…
(4) Ediren, edireiten, lab, bn., eriden, erideiten, bn., encontrar.
(5) Nola tu, por nola ditu, abreviación muy usual en la conservación, aunque poco empleada ya en sus composiciones por los escritores bascos modernos.
(6) Adina, (voz muy común en la Navarra basco-española), el entendimiento. Sin.: adimendu-a, común a los div. dial. aditz-a, g., adiunea, aditia, vizc.
(7) Sunxi, sunxitu, sunxitzen, lab., bn., asolar, arruinar, consumir, devastar, etc.
(8) Jaio o jayo, jayotzen, nacer.
(9) Arrasta, arrastatzen, arrastrarse, humillarse, abatirse.
(10) Pulumpatu, phulumbatu, y también bulumpatu, sumergirse, zambullirse, en su sentido propio. Anegarse o encenagarse en los vicios, en su sentido metafórico.
(11) Axekabe-a, atzekabe-a, en los div. dial., aflicción, pesar, desventura, desengaño.
(12) Alfer tu por alfer ditu.
(13) Las voces multzo-a, multsu-a, molso-a, expresan propiamente el concepto de montón, tropel, aglomeramiento.
(14) La palabra garthabuta (o gathaborta, como se dice más comúnmente en tierra de Labourd), expresa propiamente una camilla (especie de parihuelas o angarillas), que se emplea en algunas localidades del país basco para trasportar los muertos al cementerio.
No siendo conocidas dichas camillas especiales ni en el interior de Francia ni en el de España ninguna de ambas lenguas tiene equivalente exacta de la voz garthabuta, que no es propiamente ni nuestro carro fúnebre, ni lo que los franceses designan con la voz corbillard.
En la traducción castellana he empleado como equivalente la palabra ataúd, interpretando así con alguna mayor generalidad el pensamiento del original.
(15) Hobi-a, lab., bn., obi-a, guip., vizc., tumba, sepultura.
(16) Guibelatu, guibelatzen, retardar, retrasar, demorar.
(17) Itzurri, itzutzen, lab., itzul, itzuli, itzultzen, g., vizc., bn., volver, retornar, escapar, huir.
(18) Esta voz ha sido indudablemente tomada de la francesa aumôn-e, limosna (N. E. Elemosina, almoina, almoyna; francés de Pasquier, aumosne). La lengua euskara tiene no obstante las equivalentes propias doankia, onesgumen-a y erremusiña, (empleada esta última principalmente en los dial. vizc. y lab.)
(19) Gaichtaguin-a, lab., bn., malhechor.
(20) Igan, igaiten, lab., ikan, ikaiten, bn., igo, igotzen, guip., sul., subir, elevarse.
(21) Hedoi-a, edoi-a, lab., hodei-a, odei-a, bn., lab., odoi-a, g., vizc., nube. – Hedoietaraino…, hasta las nubes.
(22) Garai-a, lab., victoria. (Pouvreau.) Tanto esta voz como la de garaile-a, empléanse también en el dial. guip. con la misma significación de victoria, triunfo, y triunfador.
(23) Leihor, leihorra, lab., legor, legorra, g., la tierra firme en oposición al mar. – Mintzatu, lab. bn., hablar; mintzaraci o mintza-araci, hacer hablar – Leihorra mintzaraci, hacer hablar a la tierra.
Villancicos. – Noelac.
Cantar el nacimiento de Jesucristo, y aun los misterios de la redención, tal es el objeto de los Villancicos o Noelac, composiciones comunes a todas las literaturas cristianas, y que muestran en casi todas ellas análogo carácter y una gran semejanza en su concepción, en sus formas y su desarrollo.
La literatura euskara no podía carecer de composiciones de esta índole, dado el arraigo que las doctrinas católicas han tenido siempre en el país basco, y en efecto, posee un gran caudal de poesías destinadas a celebrar el natalicio del Dios-hombre, y los misterios de la redención.
Como muestra del género, ofrezco a continuación una Noela de Joannes de Etcheberry, y varias Eguberri-cantac en dialecto guipuzcoano y vizcaíno que nos han legado D. Vicente de Echagaray y D. Eusebio María Dolores de Azcue.
I. En las páginas 5 a 7 de este tomo me he ocupado ya del poeta labortano Joannes de Etcheberry, y de su importante obra “Noelac eta bertce canta ezpiritual berriac.”
En los dos siglos y medio de existencia que cuentan, varias de las composiciones religiosas de Etcheberry han obtenido numerosas reimpresiones en diversas obras místicas, y algunas de sus Noelas, entre las que se cuenta la que ofrezco a continuación, vienen figurando desde fines del siglo pasado en la obra ya citada Cantico izpiritualac, más o menos ligeramente corregidas.
El texto que doy a continuación está tomado de la última edición de los Cánticos citados, pero en las notas de que lo acompaño ofrezco las variantes más notables que aparecen en el original primitivo del ilustrado poeta labortano, de manera que el lector pueda cotejar cómodamente ambos textos.
La Noela de Etcheberry va acompañada de una traducción castellana y de las notas filológicas necesarias para su más fácil comprensión.
I. Noela.
Yaiki gaiten. (1) Christanac,
Guciac ohelaric. (2)
Hel gaiten (3) Elizarat,
Boz eta alegueraric. (4)
(Dejemos, cristianos, todos el lecho, y acudamos al templo llenos de contento y alegría.)
Aingueruen cantuec
Gaituzte gonbidatzen,
Artzainen maniuretec (5)
Lotharic iratzartzen. (6)
(Los cánticos de los ángeles nos convidan (a ello); las músicas de los pastores (5) nos despiertan del sueño, (o nos incitan a desecharlo.)
Esta estrofa se ve en las Noelas primitivas del autor con las siguientes variantes:
“Christauac iaiqui gaiten
Guztioc ohetaric,
Eta Eliçara goaçen
Boz eta allegueraric.”
Eman gaiten guciac (7)
Lurrean belhaunico.
Sorthu den haurtchoari
Ohore biurtzeco.
(Hinquémonos todos de rodillas, rindiendo (o para rendir) homenaje a la criatura que acaba de nacer.)
Erregue gueizcoa,
Zu zare, badakigu,
Creaturen Yaincoa.
(Salud. Rey de los Cielos; Tú eres, ya lo sabemos, el Señor de todo lo creado.)
Yauxi (9) zare cerutic
Mundua salbatzera:
Heldu gare lehiaz (10)
Zure adoratzerat. (11)
(Has descendido del Cielo para redimir el mundo, y por eso llegamos presurosos a adorarte.)
Arren bada ohore
Zuri darotzuguna
Egun onhex ezazu
Othoi, gure Yaun ona, (12)
(Sírvete, pues, acoger, buen Dios, el homenaje que te debemos y que hoy te tributamos.)
Ordainez, (13) eguiguzu
Zuc halaber (14) gracia,
Zure sortze sainduaz
Gaiten ongui balia.
(Y en cambio, concédenos la gracia de que nos sea para bien tu santo nacimiento;)
Lurrean baquez geure
Bicia passatzeco.
Eta fiñean çure
Gloriaz goçatceco. (15)
(Para que pasemos en paz nuestra vida en la tierra, y gocemos, al fin (o después de ella) de tu gloria.)
(1) Yaiki gaiten… levantémonos. Es el verbo yaiki, lab., jaiki, jaikitzen, g., lab., bn., jeik, jeiki, bn., levantarse.
(2) Ohe-a, lab., bn., oi-a u oya, g., v., el lecho, la cama.
(3) Hel gaiten Elizarat… marchemos a la Iglesia. Hel, heldu, heltzen, lab., bn., el, eldu, eltzen, g., bn., acudir, llegar, etc.
(4) Boz-a, lab., poz-a, g., vizc., alegría, contento.
(5) La voz maniureta (o maniura, como aparece en la primitiva edición de Etcheberry), me es completamente desconocida; del texto parece, sin embargo, desprenderse ser el nombre de algún instrumento pastoril de música. Habiendo consultado acerca de ella a uno de los ilustrados escritores labortanos que me favorecen con sus atenciones, díceme este en contestación: “Dicha voz no es conocida en Labourd. Parece que en la Baja Navarra llaman mañuleia o mañureta a cierta especie de flauta o flayeolet, (N. E. fabriolet, fabriol) que probablemente no es otra cosa que nuestra chirola.” Sin duda ninguna, pues, el maniureta, maniura o mañureta, es el chirola, lab., el chibilitu-a o chistu-a, g. y v., especie de silbo rústico muy común en nuestras montañas.
(6) Iratzartu, iratzartzen, lab., iratzartuten, vizc., despertar.
(7) Etcheberry dice:
Guztioc jar gaitecen…
(8) En Etcheberry se ve esta estrofa con estas variantes:
“Agur Ceru, Iur eta
Içarren primutchua,
Çu aithortcen çaitugu
Creaturen Iaincoa.”
(9) Yauxi o jautsi, jausten, lan., bn., jeux, jeuxi, bn., sulet. jactzi o jaustsi, vizc., jachi, jachitzen, g., bajar, descender.
(10) Lehia, lab., bn., prisa, precipitación, lia, v., leya, g., emulación, ardor.
(11) En en el primitivo texto de Etcheberry se lee:
“Cerutic iautsi çare
Mundua salvatceco,
Ha gaitic caitcu beraz
Ohore emateco.”
(12) Los dos últimos versos de esta estrofa dicen en Etcheberry:
“Gogo onez errecibi
Çaçu, othoi, Iaun ona.”
(13) Ordain-ez, lab., en lugar de… ordañ-ez, g., en cambio de o en recompensa…
(14) Halaber-ere, lab., bn., del mismo modo, igualmente, así bien…
(15) En la última estrofa aparece suprimida – sin que me explique la razón de ello, – en las diversas reimpresiones de las Cantica izpiritualac.
II. Los villancicos en vascuence guipuzcoano que aparecen a continuación son de la extensísima colección que dejó manuscrita D. Vicente de Echagaray, probísimo y modesto ciudadano, hijo de la capital de Guipúzcoa, y empleado en su administración municipal durante largos años.
amable y condescendiente con todos, vascongado de los más puritanos y de los más apegados a las antiguas morigeradas costumbres del país, Echagaray fue durante cuarenta años (1813-1853) el poeta obligado en cuantas circunstancias y fiestas era necesario escribir algo, y así tan pronto componía los villancicos para las iglesias parroquiales de San Sebastián, como las coplas para las estudiantinas y las comparsas de Carnaval, los himnos y zortzicos para casi todas las solemnidades, los versos de encargo para las funciones de beneficio en los teatros y serenatas, y otras numerosas composiciones para análogos y tan variados fines.
Hombre modestísimo y complaciente servía gustoso y gratuitamente a todo el mundo, así es que todos acudían a él en sus necesidades.
Escribió los Villancicos para las parroquias de la ciudad durante la mayor parte de los años 1814 a 1853, y son también suyas casi todas las composiciones escritas para las numerosas comparsas, estudiantinas y otras fiestas celebradas en San Sebastián durante ese largo periodo de tiempo.
Hombre dotado de un genio alegre y de un constante buen humor, figuró en casi todas las comparsas celebradas en su época, en las que le cabía una principal parte como autor y como actor.
Desde 1813, en el terrible incendio de cuyo año perecieron las composiciones que anteriormente a dicha fecha había compuesto, escribió numerosísimas poesías, ya en vascuence, ya en castellano, ya en ambas lenguas, y su número total se aproxima a cien.
Poseía bien el vascuence, y sus composiciones en este idioma, (dialecto guipuzcoano), valen en general bastante más que las escritas en castellano.
Entre sus versos, como en todo lo que se escribe de ocasión, casi siempre precipitadamente y en forma anónima, hay es verdad mucho malo, pero no faltan sin embargo en su colección algunas composiciones muy regulares, y aun varias que pueden con justicia calificarse de buenas.
Echagaray, que profesaba ideas liberales, ha dejado entre sus canciones políticas sus Chapel-churi euscaldun baten Ay, ay, ay, cantac, (escritas en 1838), su Carlos Bostagarren erregue deitzendanari Euscaldunac zortzicoa (1838), y una composición en vascuence y castellano A la paz, escrita en 1839, todas las cuales fueron impresas sin nombre de autor.
Echagaray fue durante muchos años administrador de la Alhóndiga de San Sebastián, y estuvo también empleado por algún tiempo en la Junta de Comercio, cumpliendo en ambos puestos sus deberes con verdadera conciencia y escrupulosidad.
La única obra que compuso, aparte de sus versos, fue una traducción al vascuence de uno de los Evangelios, (no recuerdo si el de San Lucas o de San Mateo), versión cuyos originales creo posea el ilustre Príncipe L. L. Bonaparte, que debió adquirirlos, según tengo entendido, en su excursión filológica a este país en 1856.
Probo ciudadano, hombre recto y honrado a carta cabal, D. Vicente de Echagaray falleció en su pueblo nativo el 15 de abril de 1855.
En su tumba, como en la de otros muchos que han dedicado sus desvelos o sus ocios al cultivo de las letras, pudiera escribirse con harta verdad: Fue poeta. Vivió y murió pobre.
La introducción (asieraco jolasa) y la Pastorela (arzai-canta) que aparecen en primer término, forman parte de los Villancicos que escribió para Noche-buena de 1849; (1) la segunda Pastorela fue compuesta el año 1853. (2)
Ambas están escritas en fácil y armonioso verso, en sencillo y puro lenguaje, y serán a no dudarlo leídas con gusto.
Helas ya aquí:
(1) “Eguberrico canta Donostiacoac, soñuan ipiñiac bere maisu capillaco D. J. J. Santesteban-ec, Jaunaren 1849 – garren urtean.” – Villancicos de San Sebastián, puestos en música por el maestro de capilla D. J. J. Santesteban, en el año del Señor de 1849.
(2) “Donostiaco gazteac Jesus-en jayotzari, 1853 garren urteco Onenzaro gabean.” – Los jóvenes de San Sebastián al Nacimiento de Jesús la Noche Buena del año 1853.
II. Eguberri cantac. (1)
Asieraco jolasa. (2)
I.
Celebra zagun
Nere Cristabac
Gure Jesusen jayotza, (3)
Ceruetaco obra onequin
Alegra bedi bacoitza: (4)
Eman zayogun
Esquer onean,
Fedearequin
Biotza.
Introducción. –
1.
Celebremos todos el nacimiento de Jesús, y alégrese cada cual con esta obra del Cielo. Démosle (a Dios), con entera voluntad, a la par con la fé el corazón.
2.
Onetaraco
Adora zagun
Pozes, contentus lurrean.
Bere graciac ipiñi gaitzan
Ceruetaco bidean:
Sinisturican
Biotz osotic
Beti beraren
Leguean.
2.
Para esto adorémosle con contento y alegría en la Tierra, para que su gracia nos ponga en camino para el Cielo, creyendo de corazón (o permaneciendo siempre de corazón) en la Ley de Dios.
Urriqui zaite (5)
Pecatariaz
Ceru-lurraren jabea,
Erredentore guizonarena,
Jaungoicoaren semea;
*Barea gaitzasu
Ofenditua
Zure ontasun
Aundia.
3.
Compadécete del pecador, Señor del Cielo y de la tierra, Redentor del mundo, Hijo de Dios, y perdónanos todo aquello en que hemos ofendido tu infinita bondad.
Arzai-canta. (6)
1.
Guacen lasterca, (7)
Guacen Belena,
Ez degu bear
Guelditu,
Jesus maitea,
Jayo berria,
Dezagun arte
Arquitu:
Ceru arguia
Lagun degula
Galtzen utsico
Ez gaitu.
Pastorela. – 1. Vamos presurosos, vamos a Belén, y no debemos parar hasta que hallemos al amado Jesús, al recién-nacido. Teniendo por compañero el claro Cielo, no dejará (este) que nos perdamos (en nuestro camino.)
2.
Adora zagun
Biotz gustitic
Aingueruaquin
Batean:
Bere gracia
Eta paquea
Digula beti
Lurrean,
Ceruetaco
Bere gloria
Eman dizaigun
Artean.
2.
Adorémosle (al Señor) de todo corazón a una con los ángeles, y que gocemos siempre en este suelo de su gracia y de su paz en tanto nos conceda (Él) la gloria del Cielo.
3.
Adora zagun
Trinidadeco
Bere bigarren
Alaba zagun
Jesus gurea.
Gaur eguindana
Guizona,
Obra Ceruco
Miragarria,
Zori onean
Eguiña.
3.
Adoremos a la segunda persona de la Trinidad; alabemos a Jesús nuestro, hecho hoy hombre; obra admirable del Cielo, realizada en hora feliz.
4.
Esca zagoyun
Iruqui (8) gaitzan
Bere gracian
Munduan,
Libra gaitzala
Etsaitican (9)
Eriotzeco
Orduan,
Eta ondoren
Artu gaitzala
Bere glorian
Ceruan.
(V. de Echagaray – 1849.)
4.
Pidámosle nos tenga en su gracia en el mundo, nos libre de enemigos en la hora de nuestra muerte, y que después nos acoja en su gloria en el Cielo.
II. 2. Pastorela.
Ernai (10) gustioc, ez da gaur loric,
Alegra bedi bacoitza,
Atozte bada celebratzera
Jesus onaren jayotza:
Aguer dezagun, aitor dezagun, (11)
Alegre zorion poza,
Soñuarequin jaso dezagun
Jaunaren gana biotza.
Pastorela. – 1.
Alerta todos, hoy no hay sueño (u hoy no es noche de dormir); alégrese cada cual, (alegrémonos todos), venid todos a celebrar el nacimiento del buen Jesús: Manifestemos alegres nuestro contento y nuestra dicha, y elevemos con nuestros cánticos nuestros corazones al Señor.
2.
Gaurco gaba da oroigarria (12)
Ceruan eta lurrean.
Aingueruaquin daude guizonac
Jesus onaren oñean: (13)
Guacen gu ere icus dezagun
Portal aspian lurrean,
Santu guztien Ceruco jauna
Ucullu (14) pobre batean.
(V. de Echagaray. – 1853.)
2.
La noche de hoy es memorable en el Cielo y en la Tierra; los hombres se hallan entre los ángeles al pie (a los pies) del buen Jesús: Vamos también nosotros y veamos al Señor de todos los santos del Cielo en el suelo bajo el Portal, y en un pobre establo.
III.
Los Villancicos en dialecto vizcaíno que ofrezco a continuación son los únicos de su género que forman parte de la extensa colección de poesías de D. Eusebio María Dolores de Azcue.
Son a la vez de lo mejorcito que he leído en composiciones de esta índole en lengua vascongada, tanto por su fondo y su lenguaje, como por lo correcto de su forma.
El metro en que está escrito el estribillo (pozgarijha), es muy propio de esta clase de composiciones, y ha sido acertadamente empleado en esta por el Sr. Azcue. El resto de ella está escrito en el metro común de zortzico, que el ilustrado poeta vizcaíno maneja con gran soltura y facilidad.
Estos Villancicos debieron ser expresamente compuestos por su autor en 1860, para ser cantados en la Iglesia de Lequeitio, en cuyo punto residía a la sazón el Sr. Azcue, encargado durante muchos años de una de las cátedras de la Escuela de Náutica de aquella villa, permaneciendo inéditos después hasta el día.
Hoy tengo el gusto de darlos a conocer en la seguridad de que han de ser leídos con gusto por los lectores del Cancionero.
Hélos aquí.
(1) Eguberri-cantac, canciones de Navidad, villancicos.
(2) Asieraco jolasa, introducción.
(3) Jayotz-a, nacimiento.
(4) Bacoitz-a, cada uno, cada cual.
(5) Urriqui zaite es 2.a pers. del sing. del imper. del verbo urrikitu o errukitu, (como se usa más comúnmente), compadecer, conjugado en el trato cortés en zu.
(6) Arzai canta, canto de pastores (Pastorela.)
(7) Lasterca, adv. en los div. dial., presurosos.
(8) Iruki, eduki o euki, tener.
(9) Etsai-a, enemigo.
(10) Ernai, g., erne, lab., alerta, vigilante.
(11) Aitortu, aitortzen. g., v., aithortu, lab., bn., confesar, declarar, manifestar.
(12) Oroi garri-a, memorable.
(13) Oñ-a, pie; oñean, al pie.
(14) Ucullu-a, establo.
III. Gaboneko cantak. (1)
(Dialecto vizcaíno.)
Pozoarijha. (2)
1.
¡David-en seme
Erregue andijha!
Ondo etorrija
Mundura;
Jaunén (3) semiak
Zeugaz battera (4)
Eroatera (5)
Cerura.
Estribillo. –
1.
Hijo de David, excelso Rey, sé bien venido al mundo, para llevar a una contigo al Cielo los hijos del Señor.
2.
Poztu gaitezan
Gazte ta zarrak,
Bota negarrak
Alborá:
Vertsoak gaurko
Jhai aundijhari
Betoz ugari
Gogorá.
2.
Alegrémonos, jóvenes y ancianos, echemos a un lado el llanto, (o las penas); y broten abundantes versos al pensamiento a (o en celebración de) esta gran fiesta.
1.
¡Ce argui da gaberdijhan
Aguertuten dana?
¿Ce gauza miragarri
Eldu da gugana?
Jaungoikoen echia
Bakarra ta illuna,
¿Celan dago arguitu ta
Bailitz lez eguna?
1.
¿Qué luz es esa que a media noche asoma? Qué maravilloso hecho (ocurre o) ha llegado para nosotros? El templo del Señor, solo y oscuro (otras veces) ¿por qué se halla iluminado cual si fuera de día?
2.
¿Ce gaiti, cristiñauak,
Gaberdi inguruan
Zeuen bijhotzak pozik
Zagozé (6) templuan?
¿Celan daukazuez (7) gaur
Aiñ pozik gogoak?
¿Nora jhoan dira gaur
Cristiñauen loak?
2.
¿Por qué, cristianos, lleno el corazón de alegría, estáis en el templo, cerca ya la media noche? ¿Por qué os halláis hoy tan contentos? ¿Dónde ha ido (o qué se ha hecho) vuestro sueño?
3.
Milla zortzireun eta
Iruroguei gira
Eguin ta daukazanak (7)
Eguzkijhak dira
Jesus etorri zanik
Ceruti lurrera:
Jhauna guizon eguin ta
Guizonen artera.
3.
Mil ochocientas y sesenta vueltas tiene dadas el sol desde que Jesús vino desde el Cielo a la Tierra; (Téngase en cuenta que esta composición fue escrita en 1860.) Dios hecho hombre para vivir entre nosotros.
4.
Ceruko ta munduko
Jhabia izan arren
Otzmindu (8) ta gorputza
Gu gaitik ekarren:
Bere lenengokoia (9)
Zan aska (10) bat zarra,
Eta bere atseguiña
Otzagaz (11) negarra.
4.
No obstante ser el dueño del Cielo y de la Tierra, traía el cuerpo aterido o entumecido por nosotros; su primer lecho fue un pobre pesebre, y su primer consuelo llorar de frío.
5.
Jhaijho ta eldu jhakazan
Artzaiñak ugari,
Opaten al evéna (12)
Munduko Jaunari:
Bai ta ceruti bere
Millaz aingueruak,
Arguitu ta poztuten
Belen inguruak.
5.
En cuanto nació, acudieron numerosos pastores ofreciendo cada cual lo que podía al Señor del mundo; y descendieron desde el Cielo los ángeles a millares alumbrando y llenando de regocijo las cercanías de Belén.
6.
¡Nor egon zatekian
Belenik urrian, (13)
Gueure Jauna ikusteko
Gueu leguez lurrian!
Baña án egon ez arren,
Daukanak fede ona,
Altaran ikusten dau
Jauna ta guizona.
(Eusebio M.a Dolores de Azcue. – 1860.)
6.
¿Quién pudiera haber estado cerca de Belén para ver al Señor cual nosotros (o hecho Hombre) sobre la tierra? Pero aunque no haya estado allí, el que tiene fé ve a Dios y al Hombre en los altares.
(1) Gaboneko cantak, canciones de Noche-buena. En vascuence, lo mismo que en castellano, designamos la Noche-buena con el título de Gabon, (gau-a, la noche, on-a, bueno, buena), esto es, la noche por excelencia. Distínguese además dicha noche con el nombre especial de Onenzaro u Orenzaro-gaba.
(2) Pozgarijha, vizc., pozgarri-a, estribillo. – Sinónimos: cantarichoa, cantastea, estribillua.
(3) Jaunén por Jaunaren.
(4) Zeugaz battera, vizc., a una contigo…
(5) Es el verbo vizc. erouan, (guip. eraman) llevar.
(6) Es el verbo estar: 2.a pers. del plural del pres. de indicativo. (N. E. vosotros estáis.)
(7) Es el verbo euki, tener.
(8) Otzmindu-a, entumecido, aterido el cuerpo de frío.
(9) Lenengoko-oya, su primer lecho…
(10) Aska, askea, vizc., pesebre. Sin.: Astalamia, majadera, mangedera, (N. E. manducare, manduca, manger, menjar, menjadora, minjadora) estrabia, gambela, maniatra, baniatera.
(11) Otzagaz, terminación vizc. equivalente a la guipuzcoana otzarequin, “con * frío”.
(12) Opaten al evéna… “ofreciendo lo que podía” (cada cual.)
(13) Urrian, adv. de lugar, cerca.