Trenos de Jeremías: o sea Lamentaciones de Jeremías, puestas en verso y distribuidas en lecciones y capítulos con arreglo al uso que de las mismas hace nuestra Madre la Iglesia en los maitines de Jueves, Viernes y Sábado de la Semana Santa por D. Silvestre Rongier, Pbro.
http://bvpb.mcu.es/es/consulta/registro.cmd?id=454712 copia digital
https://es.wikipedia.org/wiki/Libro_de_las_Lamentaciones
http://www.es.catholic.net/op/articulos/59191/cat/70/17-libros-poeticos-salmos-cantar-de-los-cantares-lamentaciones.html

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LAMENTACIONES DE JEREMÍAS,
puestas en verso y distribuidas en lecciones y capítulos con arreglo al uso que de las mismas hace nuestra Madre la Iglesia en los maitines de Jueves , Viernes y Sábado de la Semana Santa:
PUBLICADAS
con la competente censura y aprobación de la Autoridad eclesiástica y enriquecidas con gracias espirituales por varios distinguidos Prelados de la Iglesia.
Impronta de la Regeneración Tipográfica , calle del Sagrario de Santa Cruz, núm. á.
1859.
POR D. SILVESTRE RONGIER, PERO,
SEGUNDA EDICIÓN ESTEREOTÍPICA.
VALENCIA:
Palacio Arzobispal de Valencia 19 de Febrero de 1856.
Deseando fomentar la devoción de los fieles, concedemos ochenta días de Indulgencia a todos los que leyeren ú oyeren leer cualquiera de las Lamentaciones de Jeremías, puestas en verso por D. Silvestre Rongier, contenidas en el presente impreso, rogando á Dios Nuestro Señor por la exaltación de la Santa Fé Católica y demás fines piadosos de Nuestra Santa Madre Iglesia.— Pablo , Arzobispo de Valencia.
En la misma forma tienen concedidos ochenta días de Indulgencia el Emmó. Sr. Cardenal Arzobispo de Toledo , y cuarenta los limos. Sres. Obispos de Cuenca, Segorbe, Orihuela , Barcelona , Avila, Santander, Orense y otras distinguidos prelados de la Iglesia.
IMPRIMASE
£o brcrctó S. <6. 3. ini sfñor: íic que crrtifico:
Félix.
Can. Scc.
Es propiedad del Autor.
MAITINES DEL JUEVES SANTO.
LECCIÓN PRIMERA.
CAPI m® ¡.
Aleph. (1) ¿Cómo tan solitaria
IJn Liempo la ciudad do pueblo llena
JIoi yace y tributaria
Devora en la orfandad su negra pena?
La reina de provincias y naciones
Ve hechos trizas sus ínclitos pendones?
Bet/i. Llor‘aflijida en noche Lenebrosa:
Sus párpados anubla el triste llanto,
Y no hai mano que aleje cariñosa
Con bálsamo de vida su quebranto.
Infieles sus amigos
Desprccianla , y su luto
Aumentan cual furiosos enemigos.
Ghimel. Marchó Judá buscando á su amargura
Algún alivio por estraño suelo,
Mas ¡ai ! la rabia de la jente impura
Eternos hizo su tristeza y duelo.
Y sin hallar reposo entre las jentes,
Sin treguas á su lloro y pesadumbre,
Arrastra ^angustiosa servidumbre.
Dalelh. Las vias de Sion están de hito:
No ya en los templos cánticos sagrados
(1) Esta nalabru y las domas qno preceden á rada versículo
son letras del alfabeto hebreo que marcan la forma acróstico
del original.
í
Resuenan para Dios dulce tributo.
Las puertas destruidas, los amados
Ministros del Señor vagan jimiendo:
Las vírjenes ocultan su hermosura,
Y Sion oprimida do amargura
Hilo á hilo su llanto va vertiendo.
fíe El cetro soberano
llora empuña nadando en la riqueza
Del enemigo la estranjera mano.
Porqtfescitó Sion con su torpeza
La cólera divina,
Y Sabaot anuncia justiciero
Su pérdida y ruina;
Y hasta decreta que sañudo y fiero,
Sordo á ios aves que el amor envia,
Altivo el venzedor lleve delante.
Alarde haciendo de rudeza impía,
Cautivo al tierno infante.
LECCION SEGUNDA.
Vau. Sus dones y hermosura
La hija de Sion perdidos llora:
Los príncipes valientes y esforzados
En negra esclavitud, horrible y dura,
Hambre padecen , sed desgarradora.
Cual carneros sin pasto abandonados
El capricho de dueños robadores
Que hambrientos los persiguen
Débiles ya , sin fuerzas,
En inquieta zozobra siempre siguen.
Zain. Cuando á fuego y espada del contrario
Jerusalen perece
Y estranjero dominio $*esiableec,
¡Cómo recuerda de su antigua gloria
La escelsa majestad , el poderío!
¡CómoJudá, fatídica memoria,
Llora y maldice su pecado impío!
De tan grande ignominia el enemigo
Es por decreto del Señor testigo
Y añade nneva liiei á los pesares,
Escarneciendo de Judá 11 presencia,
Con horrible impudencia,
A Dios, al culto , religión y altares.
Hcth . Pecado abominable
FiPel de Jerusalen : la idolatría.
Por eso lia sido hecha tan instable
Y todos la desprecian i porfía.
Los mismos qu’ensalzaban su grandeza.
Publican su deshonra , y dolorida,
Ya que no la impureza-,
Su rostr^oculta mísera, corrida.
Tet/i. Los pies cubiertos lleva de inmundicia
Y olvida el desastrado paradero
Que á su horrible malicia
Prepara inexorabrel liado licro.
Yace abatida y su dolor acrece
Al ver qu’el enemigo ensoberbece,
Y en ciego desvarío
Atribuye á su inmenso poderío,
Cuanto el dedo de Dios indestructible
Obra vengando la maldad horrible.
LECCIÓN TERCERA.
Job. La codicia voráz de su contrario
El oro que le rob, ansioso allega,
Porqu‘en el grande y rico santuario
Poner sus plantas permitióle ciega:
Así el enorme y feo desacato
Espía contra Dios y su mandato.
Caph. Hambrienta y aflijida
Sion demanda pan entre sollo/os.
Nada le resta ya : por la comida
Sus bienes ifió y riquezas: lo mas caro
Por conservar la turbulenta vida
Qu‘es mofa del avaro,
i Ai ! calma , pues , Dios mió , con presteza
Un mar tan borrascoso de amargura:
¡ Dá treguas á su pobre desventura !
i Mirada de consuelo á su vileza!
Lamed . Venid y contemplad ¡oh caminantes!
Los que cruzáis el áspero sendero,
Si hai penas á las mias semejantes!
DestruyóuPcl Señor : así en el dia
De su ira sañosa hablado liabia.
Mem. Y viene donde lo alto su venganza.
Voráz y activo fuego
Que hasta mis huesos destructor consume
Despiadado el Señor sobre mi lanza;
Y ¡ suerte infeliz ! luego
Que algún alivio el corazón presume
• Tiéndeme una red , donde prendida
Caigo y retrocedo amedrentada,
Siempr‘en un caos de aflicciou sumida.
Nuni. De mis maldades afrentoso el yugo
En vela inquieta y azarosa vive:
Con ellas el Señor gravosa carga
Al cuello impone cual feróz verdugo.
7
Y ant‘el filo de pena tan amarga,
De libertad sin esperanza alguna,
Por cternal decreto
En la enemiga y vengadora mano
Del estranjero insano,
Dejóme ¡’i dura esclavitud sujeto.
¡Jerusalen , Jcrusalcn impía !
Inicuo es tu pecado;
Y pues la ira de Dios has escitado
Vuelve al Señor los ojos este dia.
MAITINES DEL VIERNES SANTO.
LECCIÓN PRIMERA.
Heth. De la hija de Sion soberbio el muro
Destruir el Señor pensado había,
Y Dios es inmutable y llega el dia
Del trance lastimoso y golpe duro.
Tendió su cuerda: cruje pavoroso
El muro y bambolea. En raudo vuelo
Y estrépito espantoso,
Cual fúljida centella
Qu‘el ctér cruza sin mostrar su huella,
Derrumbasen cenizas por el suelo.
Teth. Sus puertas y cerrojos
El polvo inmundo tiene sepultados;
Su monarca , sus príncipes preciados
De la hueste enemiga son despojos.
Muere lalci; y amantes los profetas
Con voz qu’emula el temple soberano,
Y súplicas inquietas
Pretenden mitigar, inas ; ai! en vano
La cólera divina.
Sabaot no los atiende
Y el mísero penar ele nuevo enciende
Jod. Del áspero cilicio revestidos
En tierra se sentaron los ancianos,
Cubiertos de ceniza, y mil jemidos
Exhalan tristes en amargo llanto
Que ahoga en la garganta el tierno canto,
Y de Judá las virjenes queridas,
Velada su hermosura,
A Dios elevan su plegaria ardiente,
Y contra el rudo suelo
En dolorido anhelo
Abaten afligidas
Y llenas de vergüenza l alba frente.
Caph. El llanto funeral ciega mis ojos,
Y hasta del pecho en borrascosa furia
Las entrañas saltar quieren deshechas.
Luto no mas al corazón ajila,
Tan solo hiel respiran mis endechas.
¡Doquier desolación! ¡ doquier miseria !
L‘hambre voráz y sed desgarradora
Forman del pueblo el asqueroso timbre,
Y en tan menguada hora
]N T o liai quien el labio del rendido infante
Humedezca con mano bienhechora,
Cuando rcvuelv l el maternal regazo,
Sollozoso , anhelante.
LECCIÓN SEGUNDA.
Lamed . Y los hijos preguntan á sus madres,
Entr’cl continuo sollozar doliente,
¿Dó está el trigo y el vino ? Y tristemente,
Mil lágrimas acerbas derramando.
Los ayes de su pecho sofocando,
Desfallecen y espiran congojosos.
La madre inmoble, enjuta la mirada,
Quier‘el suspiro detener postrero
Con su abrasado aliento!
Inútil , vano intento,
Le aprieta en su regazo y desprendido
Cae rodando hácia el sepulcro inerte
Cual víctima temprana de la muerte.
¡YTem. ¿A quien, ó de Sion hija preciada,
Podré yo compararte?
¿Qué desgracia , que pena con la tuya
Igualaré con que consuelo darte?
Y quien , ó de Salem escelsa virjen ,
Alivio prestará tu desventura?
GramPes , como del mar el ancha via.
Indecibles , ó Reina , tu agonía,
Sin límites ni término : el acento
Que arranca el corazón en este dia
¿Quién modulará con blando sentimiento?
Nun. Mintieron tus profetas.
Falsedad y locura sus visiones.
Lisonja dando al gusto enamorada^
Levantaron un trono á las pasiones.
Preclara te mostraban tu victoria
Y eterna destrucción del enemigo,
Mas de tantas locuras al abrigo.
10
Vist‘cn el fango tu potente gloria.
Samech. Burla fue y escarnio.
Y hora se acerca tu contrario al muro
Y rie de tu suerte al trance duro.
Y entre algazara que al piadoso aterra,
Esclam‘altivo con su lengua impura:
¿Es esta la ciudad de la hermosura?
¿El gozo peregrino de la tierra?
LECCION TERCERA.
Áleph. Yo so y el ailijido
Que mira su desgracia y su pobreza
En el azote de Su saña dura.
Aíeph. Yo el siempre conducido
Por áspero sendero de tristeza,
Cárceles , tinieblas y amargura.
Aleph. El solo atormentado
Por el brazo de Dios que todo el dia
Firme revuelve contra mí , y airado
Aumenta sin cesar la pena mia.
Beth Mi piel y carne puso envejecidas
La mano poderosa:
Quebrántanse mis huesos
Y huyen de mí el vigor v fortaleza
Que por su clara y sin igual belleza
Eran orgullo de natur’airosa.
tteth. Cárcel de amargura
Es lioi el cuerpo do encerrado vivo;
Habitación impura
Qu‘el yugo torna mas voráz y activo.
Betli. Colocñm l cn albergue tenebroso
Sin esperanza de volver á vida,
11
Cual turaba solitaria
Que de ciprés ceñida
Encierra la ceniza funeraria.
Ghimel, De hierros y cadenas aceradas,
Mui pesadas
Cargóm’el cuerpo en calabozo horrible.
Cerró los pasos y la luz quenvia
Claro el dia
Que bañe mis pupilas no es posible.
Ghimel, Quis 1 elevar mi funeral acento
Por 1‘ aflicción del pueblo perseguido,
Y el eco de mi voz , eco atrevido
Es para el duro cielo
Que aumenta el desconsuelo
Ahogando al nacer mi escaso aliento,
Ghimel. Ya no hai camino que al placer con-
Vcreda sin trastorno ! (duzca,)
¡No quiere Dios que célica reluzca
La gloria de raí en torno!
i Jerusalcn! ¡Jerusalen impía!
Si quieres ^amargura
Trocar alegren sin igual venlura,
De la maldad huyendo,
Reconoce A tu Dios en este dia.
MAITINES DEL SABADO SANTO.
o>
LECCION PRIMERA.
mmm m.
Het. De culpas y pecados
12
Castigo es cuanto ahora padecemos,
Y { i la bondad de Dios solo debemos
Por siempre no haber sido estcriñ inados.
Y ¿cómo no, si brilla majestuoso
En medio su justicia
El semblante de Dios siempre amoroso?
Jleth. INucvas de Tu verdad y fiel cariño
Preclara trae la rosad l aurora.
Quien fia en Tu palabra
La dulce quietud labra
Y goza de la gloria encantadora
Jlet/i. Mi herencia y mi porción es Dios del
Dijo alegre mi alma: (cielo,
Al triste , pues , miando desconsuelo,
¿No^ habrá de suceder la blanda calma?
Tcth. ¡Bueno es el Señor para el que espera
En él la dulce dicha y bienandanza:
Y Palma que sincera
Con fe le busca, salvación alcanza.
Tcth . ¡Bueno es qu’en silencio aguardad liora-
Y espere de su mano (|> re
Remedio á 1 ‘aflicción , sin que le asombre
De la desgracia el malestar insano »
Teth ¡Bueno es qu‘en su primer’adolcscencia
El yugo de la Lei haya llevado
El hombre con paciencia,
Y sufra los trabajos resignado!
Jod. ¡Este hallará tranquilo y solitario
Dulce retiro que del mal lo aparte;
Contra el gozo mundano , infiel y vario,
Fortísimo baluarte!
Jod Y hasta la tierra humillará su boca,
Las culpas confesando.
IB
Pues siempre escucha Dios á quien le invoca
Su bondad ensalzando.
Jod. Sin desplegar el labio
fiará su megill’al que le hiriere ,
Cual de su propia culpa en desagravio.
Y cubierto de oprobios afrentosos.
Sin humano poder que los modere,
Sin débil quezal gima
Será el juguete de la infiel fortuna.
LECCION SEGUNDA.
Qjumña iv.
Jlepli. ¿Como el tan preciado
Oro del Templo yace oscurecido?
¿Quién su color bellísimo , esplendente,
Pudo haber deslucido?
Y ¿quién el atrevido,
Sacrilego, inclemente,
Que las piedras del rico Santuario
Esparzo por las plazas temerario?
Beth. Los hijos de Sion tan poderosos ,
Los del oro finísimo en sus trajes,
¿Raza son hoi , tan solo comparable
Por enemigo fiero,
A vasija de barro desprecíale
Que fabrican las manos de alfarero?
Ghimct. A sus cachorros las feroces lámias
Blandas ceden el pecho;
Mas la hija cruel del pueblo mió
Huye del hijo en lágrimas deshecho.
Y cual dur’avcstruz, sord‘á la pena
En l l abrasad‘arena
Bel árido desierto,
Débil le deja , sin sentido , yerto.
B alelí. El desdichado infante
Tiene su lengua al paladar pegada
Y busca vacilante
El pecho de su madre despiadada,
Y los niños , corriendo congojosos,
Le piden pan con inquietud amarga.
Tan le demandan oirá vez llorosos,
¡ Y nadie el pan alarga !
He. Aquellos qu’en banquetes delicados
Hartaron caprichoso el apetito,
Hambrientos hoi suspiran,
Y por las calles débiles espiran.
El qiben lechos de grana regalados
Gozaba de placer sueño esquisito,
Iloi en penar profundo
Por el estiércol se revuelca inmundo!
Van. Mayor es el castigo
Be la hija de Sion qu‘el de Sodoma:
En esta el enemigo
Fuego es del ciclo que sobre el asoma
Y raudo en un momento
Consume la justicia vengadora,
Sin el hambre ni sitio violento,
Pecado y pecadora.
¡Jerusalén , Jerusalén impía!
El treno dolorido
Oye que raudo á la celeste altura
Te llama y aflijido
Bice, radiante con su lumbre pura:
¡Conviértete al Señor en este dia !
ORACIÓN DE JEREMÍAS.
Acuérdate , Señor , de nuestros males
Y del oprobio que i i Sion rodea:
La culpa á tu justicia nunca iguales,
Tan solo amor , no saña , el pueblo vea.
Patria y hogar son presa del estrauo:
Suya es ¡olí mengua ! la dichosa, tierra
Premio ofrecido de Judá al rebaño,
Si al vicio horrible levantaba guerra.
Mas no fue así, y el lastimero llanto
Vertemos hoi , cual huérfanos sin padres:
Y en mar de luto , en jemidor quebranto,
También cual viudas lloran nuestras madres.
¡ Cuánta desgracia la maldad hacina!
¡ Ai cuánto de deshonra y dura mengua !
Si el labio busca el agua cristalina
Con que humedezca l l abrasada lengua;
Si , ya que no los frutos ni las flores
De un suelo tan rico en dulcedumbre,
Del frió y hambre huimos los rigores,
Leña buscando por riscosa cumbre.
La codicia voráz del estranjero
Por agua y leña pide , ¡olí amargura !
Nuestro oro y plata ¡ á precio de dinero
Lo que regala con placer natura!
El que hambriento y desnudo viene al suelo,
El débil que sucumbe á la agonía,
Es arrastrado en negro desconsuelo
Cual bestia inmunda con rudeza impía.
A Egipto , Asiria , el enemigo fiero,
Humildes alargamos nuestra mano,
Demandando con eco lastimero
Pan con que sacie el padecer Insano.
Y es que la culpa de sus padres llora
Hoi la infeliz humanidad doliente .
Y lleva de la mancha pecadora
Señal funesta en 1‘abatida frente.
De ahí que convertido en débil siervo
Veamos al señor rico y altivo.
Sin que la pena , el malestar acerbo,
Ninguno mitigar pudo al cautivo.
De ahí que corr‘al árido desierto
Do saci‘cl hambre, triste, solitario,
Y d’espanto sucumba , frió y yerto,
Viendo vibrar la espada del contrario.
De ahí qu‘el hambr‘en tempestad-rujiente
La piel arrugue y ponga denegrida.
Cual si llama voráz de un horno ardiente
Arrebatara la indefensa vida
Judá y Sion ocultan el semblante:
Sus vírgenes son mofa del impuro:
Sus mujeres con eco suplicante
Treguas demandan al oprobio duro!…
i Suspende, pues , ó Dios , de tu justicia
El rayo vengador y pavoroso:
Alróz es de tu pueblo la malicia,
Ingrata fué Sion!
Mas hora mi buen Padre bondadoso,
Oye cual triste en dolorido anhelo
Llora su culpa y se dirijo al ciclo
En mística oración!