VI. – La vida del campo, Oda de Fray Luis de León, Claudio de Otaegui, kanpoko bizitza

VI.

La vida del campo.

Oda de Fray Luis de León, traducida a la lengua euskara por

Claudio de Otaegui.

(Dialecto guipuzcoano.)

Si notables son la traducción de Arolas A la muerte de Silvia, y la de Fray Luis A la Ascensión del Señor, que he incluido ya en este volumen, no lo es menos, y aun quizás supera en mérito a ambas, la versión de la famosa oda La vida del campo, que a continuación doy a conocer.

Bellísima composición, llena de agrado, de seso y de dulzura, que, a juicio de un ilustrado literato, (1) deja muy atrás a cuantas se han hecho en alabanza de la vida rústica, sin exceptuar la de Horacio, Beatus ille, que ha servido de modelo a todas, la oda de Fray Luis es una música suave y deliciosa que sale del corazón y va derecha al corazón, sin esfuerzo y sin estudio.

“La imitación de esta poesía – añade el mismo crítico – requiere un talento y un gusto el más exquisito: a nada que suba ya no es ella; a nada que baje ya no es poesía.”

El señor Otaegui puede, pues, estar satisfecho de la excelente versión con que ha enriquecido el tesoro de nuestra literatura, versión que conserva todo el sabor, toda la facilidad y la sencillez del original, que el traductor ha seguido con escrupulosa fidelidad, y que basta a demostrar las excelentes condiciones que reúne para tareas literarias de esta índole.

A continuación de esta oda, y como complemento, puede decirse, de la misma, doy a conocer asimismo, con el número VII, una versión del mismo señor Otaegui, de la décima escrita por el insigne Fray Luis en la cárcel en que pequeñas miserias le tuvieron preso. Su tono y estilo, y aun el pensamiento generador, son exactamente los mismos que los de La vida del campo; la traducción que ha hecho el señor Otaegui es, no obstante, algo más libre que la de la oda, aunque no por esto deja de ser un trabajo muy apreciable y digno de ser conocido.


(1) D. Carlos de Ochoa en su Antología española (página 513). Madrid, 1861.


Fray Luis de León.

La vida del campo.

Oda.


¡Qué descansada vida

La del que huye el mundanal ruido,

Y sigue la escondida

Senda por donde han ido

Los pocos sabios que en el mundo han sido!


Que no le enturbia el pecho

De los soberbios grandes el estado,

Ni del dorado techo

Se admira, fabricado

Del sabio moro, en jaspes sustentado.


No cura si la fama

Canta con voz su nombre pregonera,

Ni cura si encarama

La lengua lisonjera

Lo que condena la verdad sincera.

¿Qué presta a mi contento

Si soy del vano dedo señalado,

Si en busca de este viento

Ando desalentado

Con ansias vivas, con mortal cuidado?


¡O monte! ¡o fuente! ¡o río!

¡O secreto seguro deleitoso!

Roto casi el navío,

A vuestro almo reposo

Huyo de aqueste mar tempestuoso.


Un no rompido sueño,

Un día puro, alegre, libre, quiero;

No quiero ver el ceño

Vanamente severo

De a quien la sangre ensalza o el dinero.


Despiértenme las aves

Con su cantar sabroso no aprendido,

No los cuidados graves

De que es siempre seguido

El que al ajeno arbitrio está atenido.


Vivir quiero conmigo,

Gozar quiero del bien que debo al cielo,

A solas, sin testigo,

Libre de amor, de celo,

De odio, de esperanzas, de recelo.


Del monte en la ladera

Por mi mano plantado tengo un huerto,

Que con la primavera

De bella flor cubierto

Ya muestra en esperanza el fruto cierto.


Y como codiciosa

Por ver acrecentar su hermosura,

Desde la cumbre airosa

Una fontana pura

Hasta llegar corriendo se apresura.


Y luego sosegada

El paso entre los árboles torciendo,

El suelo de pasada

De verdura vistiendo

Y con diversas flores va esparciendo.


El aire el huerto orea,

Y ofrece mil olores al sentido,

Los árboles menea

Con un manso ruido,

Que del oro y del cetro pone olvido.


Ténganse su tesoro

Los que de un falso leño se confían;

No es mío ver el lloro

De los que desconfían

Cuando el cierzo y el ábrego porfían.


La combatida antena

Cruje, y en ciega noche el claro día

Se torna, al cielo suena

Confusa vocería,

Y la mar enriquecen á porfía.


A mí una pobrecilla

Mesa de amable paz bien abastada

Me basta, y la vajilla

De fino oro labrada

Sea de quien la mar no teme airada.


Y mientras miserable-

Mente se están los otros abrasando

Con sed insaciable

Del peligroso mando,

Tendido yo a la sombra esté cantando.


A la sombra tendido,

De hiedra y lauro eterno coronado,

Puesto el atento oído

Al son dulce acordado

Del plectro sabiamente meneado.


Fray Luis de León.


Claudio de Otaegui.

Kanpoko bizitza.

Versión euskara.


¡Zer bizitz ona eta atsedena,

Nai duenarentzat pakea, (1)

Mundu nasia lajatu eta

Biotzez jarraitutzea,

Izandu diran jakintsu piskak

Irago duten bidea!


Illundutzen ez dio biotza

Urgullutsuen egoitzak,

Ez ere arritu mairu jakiñak

Egindako urretsu goiak,

Jabarrietan beteidukita

Gisa ederrean dagonak.


Kantatzen badu izena pamak

Etzaio ezer ardura,

Ez eta ere losinch mingañak

Alchatutzen badu gora

Egi garbiak mundu onetan

Eripetzen duen ura.


¿Zer laguntza du nere atsegiñak

Beatzutsaz (2) banaiz autua,

Aize onen billa baldin banabill (3)

Guziro desalaitua,

Ansi bizian, kezka illkorraz,

Aspaldi naikidatua?


¡O iturriak, baso ta ibaiak!

¡O isil gauz gozotsua!

Ontzia autsita, zugana nator,

Atseden ongilletsua,

Itsas ekaiztun onetatikan

Iges eginda izutua. (4)


Lo pausatu bat, egun garbi bat,

Nai det librea, poztuna;

Ikus nai ez det gizon arroak

Duen bekozko illuna

Jaiotzak edo diruts aundiak

Goitalcha duen arena.


Esna nazate egaztichoen

Ikasgabeko kantotsak,

Ez det bada nai esnatutzea

Keska aundi eta pisuak

Besteen mendean dichekanari (5)

Jarraitzen dizkiotenak.


Jaungoikoari zor diodan ona

Nai det emenche gozatu;

Bakar-bakarrik, iñorcho gabe, (6)

Nerekin nai det bizitu,

Amore, zelo, esperanza, gaitz

Ta bildurretik libratu.

Baso egian daukat barats bat

Neronek an paratua,

Udaberrian arkitutzen da

Lora pillaz estaldua;

Uste dedanez aren ichuraz

Izango da bai prutua.


Ikusi eta aunditzeagatik

Beraren edertasuna,

Gutiziozoa balitz bezela

Iturri garbia dana,

Mendi tontordik biziro doa (7)

Sarjin eder arengana.


Eta ondoren sosegatuta,

Arbol-tartetan zeartuaz,

Era berean lurraren gaña

Berdetasunez jantziaz,

Mur mur dijoa (8) lorecho asko

Or eta emen banatuaz.


Millaka usai eskeñtzen dio

Sentierari aizeak,

Eguraztuaz baratzachoa

Mugitzen ditu arbolak

Ots malsoakin, aztu-eraziaz

Urre ta urrezigorrak.

Ontzi-ustel batez pio direnak

Izan bitzate diruak,

Ez ditut ez nai ikusi pio

Ez diran aen negarrak

Seta artutzen duten orduan

Egoiaize ta iparrik.


Austen da berga, egun argia

Gau ichuan biurtsen da, (9)

Oju nasia (10) ura ikusita

Zerura alchatutzen da,

Eta ichasoa aen setakin,

Oso aberastutzen da.


Mai urricho bat aski zait neri

Ondo ornitua pake onez,

Ta maiontzia bear bezela

Landua urre piñ-piñez,

Izan dedilla ez danarena

Ichas iraren bildurrez.


Eta besteak zorigaiztoro

Erretzen dauden artean

Ase-eziñezko egarriakin

Agintz periltsun gañean,

Nagoen emen luze etzinta

Kantatuaz itzalean;


Unts eta erramuz koroatua

Arbolapean etzinta,

Soñu gozoa, chit egokia,

Kontu aundiaz adita,

Otsestiliran jokai ederra

Jakintsuro erabilta.


Claudio de Otaegui.


(1) Nai duenarentzat pakea. Para el que desea la paz… Este verso ha sido intercalado por el traductor

(2) Beatz-utsaz, del vano dedo…

(3) Banabill. Es el verbo ibilli, con la partícula ba antepuesta.

(4) Iges eginda izutua. Huyo asustado de aqueste mar tempestuoso. (Itsas ekaiztun onetatikan.)

(5) Dichekanari. Es el verbo irregular icheki, atenerse, estar sujeto o pendiente a algo o de alguien, tener algo asido, verbo que se encuentra en los diversos dialectos con las variantes itcheki, itseki, etcheki, atchiki y achiki.

(6) Bakar-bakarrik iñorcho gabe, lit. solo-solito, sin testigo alguno. Es bellísimo este verso, tanto por la expresiva repetición empleada por el traductor, como por el uso del diminutivo iñorcho.

(7) Doa, forma contracta de dijoa, (verbo joan) muy común en el lenguaje poético.

(8) Mur-mur dijoa. Es bellísima esta frase onomatopéyica. 

(9) Egun argia gau ichua biurtzen da, lit. el claro día tórnase en ciega noche…

(10) Oju nasia, lit. vocería confusa…