La joven Catalina, una muchacha soriana
hija de familia acomodada y noble, durante los últimos once años de
su vida no sólo había estado poseída por los demonios, sino que
tal infortunio le causaba enormes dolores y congojas, de manera que
su existencia era un auténtico tormento. Aunque buscaron por
doquier, no pudieron hallar ni medicina ni médico que en aquel largo
lapso de tiempo atajara su mal.
hija de familia acomodada y noble, durante los últimos once años de
su vida no sólo había estado poseída por los demonios, sino que
tal infortunio le causaba enormes dolores y congojas, de manera que
su existencia era un auténtico tormento. Aunque buscaron por
doquier, no pudieron hallar ni medicina ni médico que en aquel largo
lapso de tiempo atajara su mal.
Un día, como consecuencia de una
novena que le fue recomendada para tratar de buscar remedio, se le
manifestaron los muchos demonios que la poseían y con ellos cuarenta
almas del Purgatorio que purgaban en el cuerpo de la doncella. Pero
aquel remedio resultó también ineficaz, como lo fueron todas las
múltiples y continuas visitas a los innumerables monasterios y
abadías que les fueron recomendados.
novena que le fue recomendada para tratar de buscar remedio, se le
manifestaron los muchos demonios que la poseían y con ellos cuarenta
almas del Purgatorio que purgaban en el cuerpo de la doncella. Pero
aquel remedio resultó también ineficaz, como lo fueron todas las
múltiples y continuas visitas a los innumerables monasterios y
abadías que les fueron recomendados.
En una de estas prácticas, tras
haberla exorcizado un sacerdote que parecía tener ciertos poderes al
respecto, una de las almas que purgaban en el cuerpo de la doncella dijo que no se
vería libre de los demonios hasta que no fuera llevada al monasterio
de Nuestra Señora de Piedra, en Aragón, lugar justamente famoso en
curaciones de este tipo.
haberla exorcizado un sacerdote que parecía tener ciertos poderes al
respecto, una de las almas que purgaban en el cuerpo de la doncella dijo que no se
vería libre de los demonios hasta que no fuera llevada al monasterio
de Nuestra Señora de Piedra, en Aragón, lugar justamente famoso en
curaciones de este tipo.
Así es que un día del mes de marzo de
1427, tras haber sido llevada a Piedra, fue sometida a un conjuro por
uno de los monjes del cenobio ante la presencia de Nuestra Señora la
Blanca. Los demonios se resistieron, buscando ayuda en el Infierno,
de modo que un ingente número de ellos llegaron incluso a amontonar
grandes cantidades de leña para quemar el convento.
1427, tras haber sido llevada a Piedra, fue sometida a un conjuro por
uno de los monjes del cenobio ante la presencia de Nuestra Señora la
Blanca. Los demonios se resistieron, buscando ayuda en el Infierno,
de modo que un ingente número de ellos llegaron incluso a amontonar
grandes cantidades de leña para quemar el convento.
Era tanta la madera acumulada que, una
vez que fue conjurado el peligro, sirvió para construir el hostal,
la hospedería y otras dependencias, además de proporcionar madera
al hogar durante más de cinco años.
vez que fue conjurado el peligro, sirvió para construir el hostal,
la hospedería y otras dependencias, además de proporcionar madera
al hogar durante más de cinco años.
La comunidad del monasterio hizo causa
común, de modo que todos los monjes formularon exorcismos, oraron y
ayunaron al unísono. Por fin, la pugna terminó, y los demonios,
rendidos, acabaron por desalojar el cuerpo de la muchacha soriana,
que pudo regresar salva y sana a Soria.
común, de modo que todos los monjes formularon exorcismos, oraron y
ayunaron al unísono. Por fin, la pugna terminó, y los demonios,
rendidos, acabaron por desalojar el cuerpo de la muchacha soriana,
que pudo regresar salva y sana a Soria.