el español Moncho superaragonés promueve chapurriau frente catalán desde Alemania
Ramón Guimerá, de BECEITE
Daniel Ramírez
https://twitter.com/i/web/status/1046361515002028032
S’ha
feito de nuey.
Tu m’aguardas ya.
Lo peito me brinca’n
tornarte a besar.
Lo nuestro querer
no se crebará
anque charren muito
y te fagan plorar.
Yo no’n quiero vier
güellos de cristal
mulláus por glarimas
que culpa no han.
Escuita, muller,
dixa de plorar.
Yo siempre he estau tuyo,
tu mía has d’estar.
Dicen qu’un querer
ye de dos, no más,
y que ye más fácil
ferlo caminar,
cuando l’uno caye,
l’otro a devantar.
Cuando l’uno caye,
l’otro a devantar;
s’ha feito de nuey,
tu m’aguardas ya,
lo peito me brinca,
te quiero besar!
//
Ramón Guimerá, filólogo, traduce grandes clásicos de la Literatura al chapurriau para proteger del catalán / normalització / la lengua que hablaba de niño.
El chapurriau es una lengua hablada por alrededor de 3.000 personas en la zona oriental de Aragón. / Muchísimas más, Daniel /
Las traducciones de Moncho:
En sus
traducciones, emplea lógicamente el
chapurriau de Beceite, el suyo.
Pero también incluye
palabras de otros lugares que conoce a través
de sus
amigos.
Acaba de vender, vía Amazon, cuatro ejemplares de La vida de Pedro Saputo, de Braulio Foz – un autor local / Fórnoles, Fórnols, Fornos / del siglo XIX -. “Los colgué en septiembre. El resto de obras no puedo porque no tengo los derechos.”El Decamerón lo voy poniendo en mi web conforme voy avanzando, pero es muy complejo debido, principalmente, a su antigüedad. Ahora me ayudarán a promocionarlos distintas asociaciones culturales“, reseña Moncho. / Espero sentado a que la Ascuma, sucursal del IEC, promocione la traducción de Pedro Saputo, ya que son como el IEC, AVL, Òmnium Cultural, etc; aunque lo consideren catalán, no se atreverán. /
https://www.facebook.com/Asociaci%C3%B3n-Cultural-Amics-Del-Chapurriau-564376440584541/
A pesar
de sus cinco años
en Alemania,
Moncho no ha perdido el acento / el
castellano con acento
aragonés /. Vive allí
con su
pareja y
trabaja en una
empresa de logística, que surte
de miles
de libros a
Amazon. “Esos pasan por mis manos,
pero no tengo que leerlos”, bromea.Su madre
era castellana /
de Alustante, Guadalajara /,
pero su padre siempre vivió
en Beceite.
Con él,
chapurriau.
Con sus
amigos en el
patio del colegio,
chapurriau. Ahora, a miles
de kilómetros,
chapurriau. Su
lengua le permite referirse a
la niebla de tres formas distintas. / y más,
boira, boireta, broma, dorondón, borrim, niebla,
paora, etc. /
“Martellino, fen vore que estabe
paralític,
impedit, tullit, simule curás / fa vore que
se cure / damún
de la sepultura
de San Arrigo y, vist lo seu engañ, lo esbatussen; y después
de sé pessigat y apresat y
en perill de sé penjat, conseguix escapás”.
/ Novela primera /
Moltes vegades
passe,
mol volgudes
Siñores, que aquell que cavile burlás
de un
atre, y
de les coses que tenen que reverensiás,
se ha trobat
sol en les burles y a vegades
per a mal d´ell mateix;
per lo que,
per a obeí a
la Reina y escomensá
en una história
meua al assunto proposat, vull contátos lo que, primé y después (fora
de tota
la seua esperansa)
mol felismen, li va passá a un consiudadá nostre.
Ñabíe,
no fa encara
mol tems, un tudesco a Treviso
de nom Arrigo que, sén
home pobre, servíe com portejadó a sueldo a qui lay solissitabe y ere tingut
per tots com
home de Santíssima y
bona vida.
Per lo que, fore verdat o
no, va passá que, al anássen ell als atres, segóns afirmen
los trevissanos, que a
la hora
de la seua
mort, totes les
campanes de la iglesia mes gran
de Treviso van escomensá a soná sense que dingú les tocare. Lo que, tingut
per milagre, tots díen que este Arrigo ere san ; y corrén tota
la gen
de la siudat a
la casa aon descansabe lo seu cos, lo van portá com a san a
la iglesia majó, portán allí coixos,
tullits y segos y demés impedits
de consevol enfermedat o defecte, com si tots hagueren
de saná al tocá aquell cos.
En tanta
gentada y tráfec
de gen va passá que a Treviso van
arribá tres
de los nostres consiudadans,
de los que un
se díe Stecchi, l´atre Martellino y lo tersé Marchese,
homes que, anán
per les corts
de los Siñós, divertíen a
la concurrensia distorsionanse, parodián, burlánse, imitán a
consevol en momos. Estos,
no habén estat may allí,
se van maravillá
de vore
pedre lo cul a tots y, sentit lo motiu
de alló, van sentí dessichos
de aná a vórel y, dixades les seues coses a un albergue, va di Marchese:
Martellino, entonses, que dessichabe vore alló, va di:
– Que
no sigue
per ixo, que
de arribá hasta lo cos san ya trobaré
la manera.
Va di Marchese:
– ¿Cóm?
– Te u diré:
yo me contorsionaré com un tullit y tú
per un costat y Stecchi
per l´atre, com si
no puguera caminá,
me aniréu aguantán, fen com si
me voléu portá allí
per a que lo san
me curo:
no ñaurá dingú que, al vóremos,
no mos faigue puesto y
mos dixo passá. A Marchese y a Stecchi
los va agradá lo truco y, sense tardá, eixín
del albergue, arribats
los tres a un puesto solitari, Martellino
se va retorse les mans
de tal manera,
los dits y
los brassos y les cames, y ademés
de alló
la boca y
los ulls y tota
la cara, que ere cosa horrible
de vore;
no haguere ñabut dingú que lo haguere vist que
no haguere pensat que estabe paralític y tullit. Y aguantat
de esta manera, entre Marchese y Stecchi,
se van adressá
cap a
la iglesia,
en aspecte
ple de Piedat, demanán humilmen y
per amor de Déu a tots
los que estaben dabán
de ells que
los faigueren puesto, lo que fássilmen obteníen; y respetats
per tots y
tot lo món cridán: «¡féu puesto, dixéu
lloc!», van
arribá allí aon estabe lo cos
de San Arrigo y,
per algúns gentilhomes que estaben al seu voltán, va
sé Martellino alsat y colocat damún
del cos
per a que puguere alcansá
la grássia
de la salut.
Martellino, com tota
la gen estabe mirán lo que passabe
en ell, va escomensá, com qui u sabíe fé
mol be, a fingí que un
de los seus dits
se estirabe, y después
la má, y después lo
bras, y aixina
tot sansé va
arribá a estirás. Lo que, veénu
la gen, tan gran sorollina
en alabansa
de San Arrigo féen que un tro
no hauríe pogut sentís. Ñabíe
per casualidat un florentino
prop que coneixíe
mol be a Martellino,
pero que
per está aixina contorsionat cuan va
sé portat allí
no lo habíe reconegut. Éste, veénlo adressat, lo va reconeixe y va escomensá a riure y a di:- ¡Siñó, fes que li dolgue! ¿Quí
no haguere cregut al vórel vindre que
de verdat fore un lissiat?
Van sentí estes paraules uns trevissanos que li van preguntá:
– ¡Cóm! ¿No ere éste impedit?
A lo que lo florentino va contestá:
– ¡No u vullgue Déu! Sempre ha sigut tan dret com
natros,
pero sap milló que dingú, com hau pogut vore, fé estes burles
de contorsionás y ficá les postures que vol.Tal com van sentí aixó,
no los va fé falta datra cosa:
per la forsa se van obrí
pas y van escomensá a cridá:
– ¡Agarréu presso an eisse traidó que se burle de Déu y de los sans, que no sén tullit ha vingut aquí per a insultá al nostre san y a natros fénse lo tullit! Y, dién aixó, li van fótre les mans a damún y lo van fé baixá de aon estabe, y agarránlo per los pels y esgarránli tots los vestits van escomensá a fótreli puñades y puntapéus a mansalva, y no se considerabe home qui no corríe a fé lo mateix.
Martellino cridabe: – ¡Piedat, per Déu!
Y
se defeníe cuan podíe,
pero no li servíe
de res: les potades y
cosses que li arreáben
se multiplicaben
per moméns. Veén aixó, Stecchi y Marchese van escomensá a dis que
la cosa pintabe mal; y tenín
temó de ells mateixos,
no se atrevíen a ajudál, cridán jun
en los atres que lo mataren, encara que pensán sin embargo cóm podríen arrencál
de les mans
del poble cabrejat, que lo haguere
estronchinat en tota sertesa si
no haguere ñabut un expedién que Marchese va agarrá
de repén:Están allí fora tota
la guardia
de la señoría, Marchese, lo
mes pronte que va
pugué sen va aná al que estabe
en representassió
del corregidó y li va di:
– ¡Piedat, per Déu! ña aquí algú mol roín que me ha furtat la bossa en uns bons sen floríns de or; tos rogo que lo prengáu per a que puga recuperá lo meu. Enseguida, al sentí aixó, una dotsena de soldats van corre cap aon lo miserable Martellino ere esquilat y trasquilat sense estisores y, obrínse pas entre la chusma en lo esfors mes gran del món, tot esbatussat y espentolat lo van traure de entre les mans y lo van portá al palau del corregidó, aon lo van seguí mols que se sentíen ofesos (ofenguts) per nell, y habén sentit que habíe sigut detengut per lladre, van escomensá a di tots que los habíe futut lo estiró tamé a les seues bosses. Sentín aixó lo juez del corregidó, que ere un home aspre, emportánsel apart lo va escomensá a interrogá.
Pero Martellino contestabe fen bromes, com si
no fore res está an aquella presó;
per lo que lo juez, alterat, fénlo lligá
en una maroma li va fé fótre uns bons bots,
en ánimo
de féli confessá lo que díen
per a después penjál.
Pero después
de vóres
en los peus a enterra, preguntánli lo juez si ere verdat lo que contra ell díen,
no valénli di que
no, va di:- Siñó meu, estic preparat
per a confessátos
la verdat,
pero féu que cadaú
de los que
me acusen digue
aón y cuán
ni hay tret
la bossa, y tos diré lo que
yo hay fet y lo que
no. –
Lo juez
ne va fé cridá a uns cuans,
la un diebe que lay habíe robat fa vuit díes, l´atre que sis, l´atre que cuatre, y algúns díen que aquell mateix día. Sentín aixó, Martellino va di:- Siñó meu, tots estos mentixen
en tota
la seua boca: y
de que
yo dic
la verdat tos puc doná esta proba, que may había estat an esta siudat y que
no estic an ella
mes que desde fa
poc; y al
arribá,
per la meua desventura, vach aná a vore al cos san, aon
me han trasquilat tan com veéu; y que aixó que dic
es sert tos u
pot aclarí lo ofissial
del siñó que va registrá
la meua entrada, y lo seu llibre y tamé lo meu
possadero.
Per lo que, si trobáu sert lo que tos dic,
no vullgáu com éixos
homes malvats destrossám y matám.
Mentres les coses estaben
en estos termes, Marchese y Stecchi, que habíen sentit que lo juez
del corregidó prossedíe contra nell
en inquina, saña y
rabia, y que ya lo habíe torturat, van tindre
molta temó, diénse:- Mal ham cavilat; lo ham tret
de la paella
per a fótrel al foc, l´ham tret
del foc
per a aviál als
calius, a les brases.
Per lo que, movénse
en tota pressa,
buscán al amo
de la fonda, li van contá
tot lo que
los habíe
passat;
de lo que, enriénsen éste,
los va portá a vore a un tal
Sandro Agolanti que vivíe a Treviso y teníe gran influensia
en lo siñó, y
contánlay tot, li van rogá que
en ells intervinguere
en les hassañes
de Martellino, y aixina
se va fé. Y
los que van aná a buscál lo van trobá encara
en camisa dabán
del juez y
tot desmayat y tremolós perque lo juez
no volíe sentí res
en lo seu descárrec, y com odiabe als florentinos, estabe completamen disposat a fel
ahorcá y
no volíe tornál al siñó, hasta que va
sé obligat a féu contra
la seua
voluntat. Y cuan va está dabán d´ell, y li habíe dit totes les coses
pel seu
orden, va demaná que com
suma grássia lo dixare anássen perque, hasta que a
Florencia no estiguere, sempre li pareixeríe tindre
la maroma al
coll. Lo siñó sen va enriure
de tal
aventura y, donánlos un traje
per home, sobrepassán
la esperansa que
los tres teníen
de eixíssen
be de tal
perill, sanos y salvos sen van entorná a
casa seua.
SEGONA
51.16569110.451526
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